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sábado, 22 de octubre de 2016

CUÁNTO SABES DE SAN JUAN PABLO II? ESTOS SON LOS 10 DATOS CLAVES QUE DEBES CONOCER


¿Cuánto sabes de San Juan Pablo II? Estos son los 10 datos claves que debes conocer
Por Diego López Marina
  L'Osservatore Romano


 (ACI).- Este 22 de octubre se celebra la fiesta litúrgica del Papa peregrino, San Juan Pablo II, es por ello que te presentamos 10 claves para conocer más sobre la vida del denominado “Apóstol de la Misericordia” y uno de los líderes más influyentes del siglo XX.

1. Nació en Polonia

Nació en Wadowice el 18 de mayo de 1920 en una pequeña ciudad a 50 kilómetros de Cracovia. Era el más pequeño de los tres hijos de Karol Wojtyla y Emilia Kaczorowska. Su madre falleció en 1929. Su hermano mayor Edmund (médico) murió en 1932 y su padre (suboficial del ejército) en 1941. Su hermana Olga murió antes de que naciera él.

2. Su santo patrono fue San Carlos (Karol) Borromeo

Aunque vivieron en épocas diferentes, los dos están unidos al tener historias parecidas que el mismo San Juan Pablo II resaltó en su audiencia del 4 de noviembre de 1981.

La primera similitud está en el nombre debido a que “Karol” Wojtyla en español es “Carlos”, nombre con el cual San Juan Pablo II fue bautizado. Otras similitudes son que ambos sufrieron intento de asesinato, participaron de Concilios y compartieron el amor por los pobres y enfermos.

3. Batió récords y obtuvo importantes logros

El Papa San Juan Pablo II fue el primer Pontífice no italiano y el más joven en la historia. Asimismo, fue el que más viajes hizo, sumando 129; y a quien más beatos y santos canonizó –1.340 y 483 respectivamente–. También fue el primero en visitar una sinagoga, la Casa Blanca (Estados Unidos) y Cuba.


4. Fue un gran diplomático

Durante su pontificado, San Juan Pablo II aumentó el número de naciones que cuentan con relaciones diplomáticas con la Santa Sede. Se pasó de 85 países en 1978 a 174 para el 2003.

Esto incluyó a Estados Unidos (que previamente solo tenía status de delegación), la Unión Europea, la Orden Militar Soberana de Malta, y la mayoría de las naciones del antiguo bloque comunista. Además, estableció "relaciones de especial naturaleza" con la Federación Rusa y la Organización de Liberación Palestina.

5. Creó la Jornada Mundial de la Juventud

Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el mundo.

Además, su atención hacia la familia se puso de manifiesto con los encuentros mundiales de las familias, inaugurados por él en 1994.

6. Tenía dos doctorados

En 1948 se doctoró en teología por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino, con una tesis sobre el tema de la fe en las obras de San Juan de la Cruz.

En 1953 se doctoró en filosofía en la Universidad Católica de Lublin con una tesis titulada "Valoración de la posibilidad de fundar una ética católica sobre la base del sistema ético de Max Scheler".

7. Sobrevivió a más de un atentado

El 13 de mayo de 1981 recibió un disparo en la Plaza San Pedro por parte del turco Mehmet Ali Agca.

El 12 de mayo de 1982, en Fátima, Portugal, donde el Papa había llegado para agradecer por su vida luego del atentado, un sacerdote cismático trató de apuñalarlo con un cuchillo pero fue detenido a pocos metros.

Por lo menos se conoce de otro atentado más, el de terroristas musulmanes que intentaron explotar el avión donde el Papa viajaba durante su visita a Filipinas. Autoridades filipinas frustraron el plan elaborado.


8. Pidió perdón en nombre de la Iglesia

El 12 de marzo de 2000, pidió perdón por las faltas humanas cometidas en la Iglesia Católica en toda su historia. Haciendo referencia a la discriminación hacia las mujeres, pobres y etnias.

El 15 de junio del 2004 pidió perdón por la inquisición, "por errores cometidos en el servicio de la verdad por medio del uso de métodos que no tenían nada que ver con el evangelio".

9. Promulgó el Catecismo de la Iglesia Católica

Promulgó el Catecismo Universal de la Iglesia Católica, fruto del sínodo especial de obispos de 1985 dedicado al Concilio Vaticano II. También reformó el Código de Derecho Canónico, el Código de Cánones de las Iglesias Orientales, y reorganizó la Curia Romana.

Entre sus documentos magisteriales se incluyen, además, 14 encíclicas, 15 exhortaciones apostólicas, 11 constituciones apostólicas y 45 cartas apostólicas.

10. Su beatificación fue la más rápida en siglos

San Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005. Y el día 28 del mismo mes, el Papa Benedicto XVI dispensó del tiempo de cinco años de espera tras su muerte para iniciar la causa de beatificación y canonización.

La causa la abrió oficialmente el Cardenal Camillo Ruini, vicario general para la Diócesis de Roma, el 28 de junio de 2005. El Papa Benedicto XVI lo beatificó el 1 de mayo de 2011 y el Papa Francisco lo canonizó, junto a Juan XXIII, el 27 de abril del 2014.

lunes, 16 de mayo de 2016

EL ARMA DE SAN JUAN PABLO II, LA CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA


El arma de Juan Pablo II – la consagración mariana
El camino seguro, fácil y corto para acercarnos a Cristo y parecernos más a Él es la consagración a la Virgen 


Por: P. Evaristo Sada LC | Fuente: laoracion.com 




Todos sabemos que el crecimiento espiritual, nuestra transformación en Cristo, no es cosa fácil. Entonces, es razonable que la oferta de Montfort levante sospechas... Pero hay muchas personas de fiar que lo aprueban y lo promueven.

Por ejemplo, el Papa Pío IX dijo que esta devoción a María es la mejor y la más aceptable. El Papa Pío X promulgó que quien rezara la fórmula de la consagración Mariana de San Luis María recibiría indulgencia plenaria en perpetuidad.

Él mismo experimentó la eficacia de esta devoción y por ello la promovió con tanta decisión en la encíclica Mariana Ad Diem Illum donde dice que "No hay camino más seguro y más fácil como María para unir a todos los hombres con Cristo." Y el promotor principal ha sido el Papa Juan Pablo II que declaró que la lectura del "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", fue decisiva en su vida y tomó como lema papal una expresión que aparece en el texto breve de la consagración Mariana de San Luis María Grignon de Montfort:

Totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt. Accipio te in mea omnia. Praebe mihi cor tuum Maria!
Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo. Te recibo como mi todo. ¡Dame tu corazón, oh María!
Todo tuyo.



¿En qué consiste la consagración Mariana?

Es la total consagración a Jesús a través de la Santísima Virgen María. Consiste en un acto libre y voluntario donde ofreces toda tu persona y tu vida, y te entregas todo entero, en cuerpo y alma, a la Madre de Jesús y Madre nuestra para que a través de ella el Espíritu Santo nos transforme conforme a la imagen de Jesús.



La misión que Jesús le dio a María:

Jesús nos dio a su madre como nuestra madre espiritual para que Ella nos conciba a la vida cristiana por obra del Espíritu Santo, nos alimente, nos cuide y nos lleve a la plenitud de Cristo.
Cuando Jesús miró por última vez a su Madre antes de morir le dijo: "Mujer aquí tienes a tu hijo. Aquí tienes a tu Madre" (Jn 19, 26-27) ¿Qué quiso decirle Jesús a María? Fórmalos como me formaste a mí. ¿Qué quiso decirle a Juan? (él nos representaba a todos nosotros) Descansa en su regazo, confíate a sus manos maternales: Ella te va a santificar por el poder Espíritu Santo, Ella se encargará de modelarte y transformarte conforme a mi imagen.

San Luis María enuncia en su libro "los actos de caridad que la Virgen, como la mejor de todas las madres, hace para con sus fieles servidores": Ella los ama, los mantiene, los guía y dirige, los defiende y protege, intercede por ellos ante Dios. Y añade los frutos que esta devoción produce en el alma: alcanza luz del Espíritu Santo para crecer en humildad y conocimiento personal, la Sma. Virgen concederá parte de su fe, apartará del alma los escrúpulos y ensanchará y abrirá el corazón para correr "por el camino de los mandamientos de su Hijo" con gran libertad interior, los llenará de una gran confianza en Dios y en Ella misma, "el alma de la Sma. Virgen María se os comunicará para glorificar al Señor" y "Ella dará su fruto a su tiempo y este fruto suyo es Jesucristo".

Pertenecer a María.

Por eso, cuando María nos ve a cada uno de nosotros, sus hijos, nos mira con amor, anhelando el momento en que libremente le digamos: Madre, soy todo tuyo, te pertenezco, fórmame como lo hiciste con Jesús, protégeme del Maligno, llévame al Paraíso.
Si Dios Omnipotente confió incondicionalmente en la Virgen María y puso a Su Hijo Unigénito en sus brazos maternales, ¿cómo no vamos a hacerlo nosotros?

Cuando le demos todo a María, Ella se hará cargo de nosotros y de nuestros seres queridos.

Cuando estemos como ciegos en las horas oscuras, María escuchará nuestro grito desesperado: "Señor, que vea" (Mc 10,51) y se encargará de decirle a Jesús: "Mira, no tienen vino" (Jn 2,3) y encontraremos una y otra vez la salida de las tinieblas para entrar en su luz maravillosa (cfr. 1 P 2,9)
A la hora del sufrimiento y de la cruz, María estará allí, de pie a nuestro lado, abrazándonos con ternura. (Jn 19,25)

En las decisiones importantes, María nos mostrará el Camino, la Luz, la Verdad, la Vida. Ella será la dulce y firme Pastora que nos conduzca por el buen Camino (Cfr. Jn 14,6). María nos lleva siempre por el mejor camino a Jesús.
En la vida cotidiana, María será nuestra educadora, la que nos forme en las virtudes cristianas.


María, nuestra maestra de oración
María será nuestra maestra de oración. Nos conducirá siempre al Sagrario y nos mostrará el costado traspasado de Su Hijo, nos enseñará a entrar en la intimidad de Su Corazón traspasado. Es un maravilloso intercambio: le damos nuestro corazón a María y Ella nos da su Corazón inmaculado. A María le gusta compartir, cuando le demos nuestro corazón con absoluto abandono, Ella nos abrirá la intimidad del suyo, conoceremos cómo es su amor a Jesús, cómo gusta Su palabra, cómo contempla los misterios de Su Hijo. Sentiremos como Ella siente, amaremos como Ella ama, dejaremos que Jesús encuentre consuelo y descanso en nosotros como lo encuentra en Ella.

A la hora de nuestra muerte, María será la que nos abra la puerta del hogar definitivo, nos abrace y nos lleve a la presencia del Padre para entrar en su intimidad y permanecer allí para siempre.
Les invito a leer el libro "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", quiera Dios que su experiencia sea como la del Papa Juan Pablo II, cuya fórmula de consagración Mariana les comparto ahora:


SOY TODO TUYO MARIA
Virgen María, Madre mía
Me consagro a ti y confío en tus manos
Toda mi existencia.
Acepta mi pasado con todo lo que fue.
Acepta mi presente con todo lo que es.
Acepta mi futuro con todo lo que será.
Con esta total consagración
Te confío cuanto tengo y cuanto soy,
Todo lo que he recibido de Dios.
Te confío mi inteligencia,
Mi voluntad, mi corazón.
Deposito en tus manos mi libertad;
Mis ansias y mis temores;
Mis esperanzas y mis deseos;
Mis tristezas y mis alegrías.
Custodia mi vida y todos mis actos
Para que le sea más fiel al Señor
Y con tu ayuda alcance la salvación.
Te confío ¡Oh María! Mi cuerpo y mis sentidos
Para que se conserven puro
Y me ayuden en el ejercicio de las virtudes.
Te confío mi alma
Para que Tú la preserves del mal.
Hazme partícipe de una santidad
Igual a la tuya:
Hazme conforme a Cristo,
Ideal de mi vida.
Te confío mi entusiasmo
Y el ardor de mi juventud,
Para que Tú me ayudes a no envejecer en la fe.
Te confío mi capacidad y deseo de amar,
Enséñame y ayúdame a amar
Como Tú has amado y como Jesús quiere que se ame.
Te confío mi incertidumbres y angustias,
Para que en tu corazón yo encuentre
Seguridad, sostén y luz,
En cada instante de mi vida.
Con esta consagración
Me comprometo a imitar tu vida.
Acepto las renuncias y sacrificios
Que esta elección comporta,
Y te prometo, con la gracia de Dios
Y con tu ayuda,
Ser fiel al compromiso asumido.
Oh María, soberana de mi vida
Y de mi conducta
Dispón de mí y de todo lo que me pertenece,
Para que camine siempre junto al Señor
Bajo tu mirada de Madre.
¡Oh María!
Soy todo tuyo
Y todo lo que poseo te pertenece
Ahora y siempre.
AMEN.

jueves, 12 de mayo de 2016

SAN JUAN PABLO II CONSAGRÓ A RUSIA AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA?


¿San Juan Pablo II consagró a Rusia al Inmaculado Corazón de María?



 (ACI).- Después de leer la tercera parte del secreto de Fátima, San Juan Pablo II decidió viajar a Portugal el 13 de mayo de 1982 y consagrar no solo a Rusia, sino también a todo el mundo a su Inmaculado Corazón.  



Este acto, sin embargo, no satisfizo la consagración solicitada por la Virgen María –pues también debían participar los obispos de todo el mundo-, y por lo tanto "el 25 de marzo de 1984 en la Plaza de San Pedro, recordando el mandato pronunciado por María, el Santo Padre en unión espiritual con los obispos del mundo, confió a todos los hombres y mujeres y a todos los pueblos al Inmaculado Corazón de María". (Cardenal Tarcisio Bertone)

"Sor Lucía confirmó personalmente que este acto solemne y universal de consagración correspondía a los deseos de Nuestra Señora (‘Sí, desde el 25 de marzo de 1984’: carta del 8 de noviembre de 1989). Por tanto, toda discusión, así como otra petición ulterior, carecen de fundamento". (Cardenal Tarcisio Bertone)


Fátima y la caída del comunismo ruso


El año 1917 fue agitado para Rusia. Además de combatir en la Primera Guerra Mundial, el país experimentó dos guerras civiles conocidas como la Revolución de Febrero y la Revolución de Octubre.

La primera condujo a la creación de un gobierno provisional que resultó inestable. Después, entre el 24 y 25 de octubre, a menos de dos semanas después de la última aparición de la Virgen de Fátima, la segunda revolución dio lugar a la creación de la Unión Soviética.

En los años siguientes Rusia amplió su esfera de influencia exportando su ideología comunista a varios países y martirizando a un gran número de cristianos.

Tras la consagración realizada en la Plaza de San Pedro en 1984, se derrumbó en primer lugar el bloque soviético en 1989 y luego la propia Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), a consecuencia de diversos factores sociales, políticos y económicos.


El mismo Papa San Juan Pablo señaló:

"¿Y qué diremos de los tres niños de Fátima que, de repente, en la víspera del estallido de la Revolución de Octubre escucharon: ‘Rusia se convertirá’ y ‘Al final, mi [Inmaculado] Corazón triunfará"? Ellos no pudieron inventar tales predicciones porque no sabían lo suficiente acerca de historia o geografía, y mucho menos de los movimientos sociales y la evolución ideológica y, sin embargo, sucedió tal como lo habían dicho". (Cruzando el Umbral de la Esperanza, pg. 131)

Aunque no reveló la tercera parte del secreto hasta el año 2000, Seis años antes San Juan Pablo II hizo alusión a su contenido. Inmediatamente después meditó sobre la caída del comunismo en relacionándolo con Fátima y escribió:

"Tal vez este es el motivo por el que el Papa fue llamado de un ‘país lejano’, tal vez porque era necesario que el intento de asesinato se haga en la Plaza de San Pedro, precisamente el 13 de mayo de 1981, en el aniversario de la primera aparición en Fátima, de modo que todo podría ser más transparente y comprensible, para que la voz de Dios que habla en la historia humana a través de los ‘signos de los tiempos’ pueda ser más fácilmente audible y comprensible".  (Cruzando el Umbral de la Esperanza, pg. 131-132)

Para el año 2000, el Santo Padre se sintió capaz de revelar la parte final del secreto de Fátima, ya que "los acontecimientos a los que la tercera parte del ‘secreto’ de Fátima se refiere, parecen ahora, parte del pasado". (Cardenal Ángel Sodano)

El Pontífice eligió la beatificación de Francisco y Jacinta el 13 de mayo de 2000, en Portugal, como ocasión para anunciar este hecho.

jueves, 11 de diciembre de 2014

EL ARMA DE SAN JUAN PABLO II, LA CONSAGRACIÓN MARIANA


El arma de Juan Pablo II – la consagración mariana
El P. Evaristo Sada nos habla de la consagración a la Virgen como medio de salvación


Por: P. Evaristo Sada 


En el "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", San Luis María Grignion de Montfort nos dice que el camino seguro, fácil y corto para acercarnos a Cristo y parecernos más a Él es laconsagración a la Virgen María y propone 33 días de preparación para hacer la consagración Mariana.
Todos sabemos que el crecimiento espiritual, nuestra transformación en Cristo, no es cosa fácil. Entonces, es razonable que la oferta de Montfort levante sospechas... Pero hay muchas personas de fiar que lo aprueban y lo promueven. Por ejemplo, el Papa Pío IX dijo que esta devoción a María es la mejor y la más aceptable. El Papa Pío X promulgó que quien rezara la fórmula de la consagración Mariana de San Luis María recibiría indulgencia plenaria en perpetuidad. Él mismo experimentó la eficacia de esta devoción y por ello la promovió con tanta decisión en la encíclica Mariana Ad Diem Illum donde dice que "No hay camino más seguro y más fácil como María para unir a todos los hombres con Cristo." Y el promotor principal ha sido el Papa Juan Pablo II que declaró que la lectura del "Tratado de la verdadera devoción a la Santísima Virgen", fue decisiva en su vida y tomó como lema papal una expresión que aparece en el texto breve de la consagración Mariana de San Luis María Grignon de Montfort:
Totus tuus ego sum et omnia mea tua sunt. Accipio te in mea omnia. Praebe mihi cor tuum Maria!
Soy todo tuyo y todo lo mío es tuyo. Te recibo como mi todo. ¡Dame tu corazón, oh María!
Todo tuyo.

¿En qué consiste la consagración Mariana?

Es la total consagración a Jesús a través de la Santísima Virgen María. Consiste en un acto libre y voluntario donde ofreces toda tu persona y tu vida, y te entregas todo entero, en cuerpo y alma, a la Madre de Jesús y Madre nuestra para que a través de ella el Espíritu Santo nos transforme conforme a la imagen de Jesús.

La misión que Jesús le dio a María:

Jesús nos dio a su madre como nuestra madre espiritual para que Ella nos conciba a la vida cristiana por obra del Espíritu Santo, nos alimente, nos cuide y nos lleve a la plenitud de Cristo.
Cuando Jesús miró por última vez a su Madre antes de morir le dijo: "Mujer aquí tienes a tu hijo. Aquí tienes a tu Madre" (Jn 19, 26-27) ¿Qué quiso decirle Jesús a María? Fórmalos como me formaste a mí. ¿Qué quiso decirle a Juan? (él nos representaba a todos nosotros) Descansa en su regazo, confíate a sus manos maternales: Ella te va a santificar por el poder Espíritu Santo, Ella se encargará de modelarte y transformarte conforme a mi imagen.
San Luis María enuncia en su libro "los actos de caridad que la Virgen, como la mejor de todas las madres, hace para con sus fieles servidores": Ella los ama, los mantiene, los guía y dirige, los defiende y protege, intercede por ellos ante Dios. Y añade los frutos que esta devoción produce en el alma: alcanza luz del Espíritu Santo para crecer en humildad y conocimiento personal, la Sma. Virgen concederá parte de su fe, apartará del alma los escrúpulos y ensanchará y abrirá el corazón para correr "por el camino de los mandamientos de su Hijo" con gran libertad interior, los llenará de una gran confianza en Dios y en Ella misma, "el alma de la Sma. Virgen María se os comunicará para glorificar al Señor" y "Ella dará su fruto a su tiempo y este fruto suyo es Jesucristo".

Pertenecer a María.

Por eso, cuando María nos ve a cada uno de nosotros, sus hijos, nos mira con amor, anhelando el momento en que libremente le digamos: Madre, soy todo tuyo, te pertenezco, fórmame como lo hiciste con Jesús, protégeme del Maligno, llévame al Paraíso.
Si Dios Omnipotente confió incondicionalmente en la Virgen María y puso a Su Hijo Unigénito en sus brazos maternales, ¿cómo no vamos a hacerlo nosotros?
Cuando le demos todo a María, Ella se hará cargo de nosotros y de nuestros seres queridos.
Cuando estemos como ciegos en las horas oscuras, María escuchará nuestro grito desesperado: "Señor, que vea" (Mc 10,51) y se encargará de decirle a Jesús: "Mira, no tienen vino" (Jn 2,3) y encontraremos una y otra vez la salida de las tinieblas para entrar en su luz maravillosa (cfr. 1 P 2,9)
A la hora del sufrimiento y de la cruz, María estará allí, de pie a nuestro lado, abrazándonos con ternura. (Jn 19,25)
En las decisiones importantes, María nos mostrará el Camino, la Luz, la Verdad, la Vida. Ella será la dulce y firme Pastora que nos conduzca por el buen Camino (Cfr. Jn 14,6). María nos lleva siempre por el mejor camino a Jesús.
En la vida cotidiana, María será nuestra educadora, la que nos forme en las virtudes cristianas.
María será nuestra maestra de oración. Nos conducirá siempre al Sagrario y nos mostrará el costado traspasado de Su Hijo, nos enseñará a entrar en la intimidad de Su Corazón traspasado. Es un maravilloso intercambio: le damos nuestro corazón a María y Ella nos da su Corazón inmaculado. A María le gusta compartir, cuando le demos nuestro corazón con absoluto abandono, Ella nos abrirá la intimidad del suyo, conoceremos cómo es su amor a Jesús, cómo gusta Su palabra, cómo contempla los misterios de Su Hijo. Sentiremos como Ella siente, amaremos como Ella ama, dejaremos que Jesús encuentre consuelo y descanso en nosotros como lo encuentra en Ella.
A la hora de nuestra muerte, María será la que nos abra la puerta del hogar definitivo, nos abrace y nos lleve a la presencia del Padre para entrar en su intimidad y permanecer allí para siempre.

miércoles, 22 de octubre de 2014

ORACIÓN A SAN JUAN PABLO II


IMÁGENES DE SAN JUAN PABLO II
















































SAN JUAN PABLO II, PAPA, 22 DE OCTUBRE



San Juan Pablo II 
Papa, 22 de Octubre

Karol Józef Wojtyła, aclamado pontífice Juan Pablo II, conmovió al mundo durante casi tres décadas del siglo XX. Sus gestos de bondad, la capacidad para llegar al corazón de creyentes y no creyentes, sus dotes de comunicador, los incesantes viajes apostólicos en los que no cesó de transmitir el amor de Dios, como hizo con su ingente obra, sedujeron a millones de jóvenes y adultos. 

El dolor humano, con su carácter de esencial ofrenda a Cristo, ha tenido en él uno de sus insignes valedores. Al ver los estragos del sufrimiento en su persona, todo el planeta pudo constatar la grandeza del mismo cuando se asume como él lo hizo. Así coronó su vida de entrega entrado el siglo XXI, siendo faro para todos los que sufren.


Nació en Wadowice, Cracovia, el 18 de mayo de 1920. Fue el menor de tres hermanos, aunque Olga apenas sobrevivió. Perdió a su madre a los 9 años y poco después a Edmund, el primogénito, un médico que se contagió en el ejercicio de su profesión. Sus padres dejaron en Karol fuertemente arraigada la semilla de la fe católica. Brillante en sus estudios, con una mente privilegiada, cursó filosofía en la universidad Jagellónica de Cracovia. Al mismo tiempo se vinculó a un círculo teatral. En esa época obtuvo varios galardones como jugador de ajedrez. En 1939, durante la invasión nazi, fue peón en una cantera y obrero en una fábrica química. Era un líder nato, joven atractivo, de carismática personalidad y singular magnetismo para atraer a la gente. Gozaba del respeto y admiración de sus compañeros, católicos idealistas y entusiastas, que conformaron el grupo Unia y que defendían a los más débiles. En 1941, en plena ocupación alemana, falleció su padre, oficial del ejército polaco.

La Gestapo iba tras él, y se recluyó en una buhardilla. Un sastre le dio a conocer a san Juan de la Cruz y se entusiasmó. En esa época se sintió llamado al sacerdocio. Tuvo que formarse en el seminario clandestino de Cracovia hasta que el arzobispo, cardenal Stefan Sapieha, acogió al grupo de aspirantes en su palacio. Ordenado sacerdote en noviembre de 1946, él lo envió a Roma. Estudió en el Angellicum doctorándose en teología con una tesis sobre su estimado santo y reformador carmelita español. En Polonia fue vicario parroquial, capellán universitario y profesor de teología moral y de ética en el seminario y en las universidades Jagellónica y de Lublin; era afín al pensamiento de Scheler, sobre el que hizo su tesis. En 1958 Pío XII lo designó obispo auxiliar de Cracovia. En 1962 participó en el Concilio Vaticano II, donde sus intervenciones sobre el ateísmo y la libertad religiosa no pasaron desapercibidas. Pablo VI lo nombró cardenal en 1967. Al fallecer Juan Pablo I, tras su fugaz asunción de la Cátedra de Pedro, fue elegido para sucederle; tomó el nombre de este antecesor.

A partir de entonces, este polaco, primero en ostentar la altísima misión como Vicario de Cristo en la tierra, inició un pontificado excepcional. Enamorado de la Eucaristía y devoto de María, supo llegar al corazón de todos con independencia de razas, credos, edades, profesiones... Fue un atleta de Cristo, sacerdote y obispo ejemplar, un gran Pastor. También filósofo y teólogo destacado, defensor de la moral y de los derechos humanos, de la cultura de la vida, amante de la paz y de la justicia, papa de los jóvenes y de las familias, adalid de los derechos del no nacido, de los ancianos y de los enfermos. Apóstol de la reconciliación que supo aglutinar a credos diversos en Asís abriendo una vía ecuménica del diálogo interreligioso de un valor incalculable. El papa viajero que recorrió el mundo una y otra vez abrazando y bendiciendo a todos.

El gravísimo atentado sufrido en mayo de 1981, poco a poco fue minando su salud. Perdonó al agresor y siguió viviendo alumbrado por Cristo y por María, que lo rescató de una muerte prematura, pudiendo llevar a cabo de manera heroica su responsabilidad. Afrontó magistralmente numerosos problemas y dificultades que se le presentaron. Fue un hombre de oración que mostró siempre una imponente fortaleza ante las adversidades. Los últimos años de su vida no ocultó al mundo su deterioro físico; se mantuvo al frente de la Sede de Pedro dando ejemplo de su inalterable fidelidad a Cristo y a la Iglesia.

Catorce encíclicas, once constituciones apostólicas y 1060 audiencias públicas celebradas dan prueba del alcance de su entrega y ardor apostólico. En uno de sus mensajes recordó: «La vocación del cristiano es la santidad, en todo momento de la vida. En la primavera de la juventud, en la plenitud del verano de la edad madura, y después también en el otoño y en el invierno de la vejez, y por último, en la hora de la muerte». Él lo cumplió con creces. Si se pudiera hablar en términos numéricos sería uno de los pocos pontífices que ostentó uno de los records más altos. Y no solo por los casi veintisiete años de duración de su pontificado, el tercero más largo de la historia. También por la muchedumbre que le siguió en directo y en diferido multiplicando sus palabras y gestos gracias a los diversos medios de comunicación. Ellos mostraron el dolor que produjo su muerte acaecida el 2 de abril de 2005, y el impresionante gentío que se dio cita en su duelo.

Hay que dejar atrás los detractores que tuvo y sigue teniendo, que también han perseguido a otros integrantes de la vida santa, como se ha recordado aquí para otras biografías; ahí está la reciente de Teresa de Calcuta. Es inútil que traten de silenciar con absurdo griterío el eco de las obras de los grandes hijos de Dios. Él es su valedor; no se le puede acallar. Habla a través de los santos aunque pasen los siglos; lo vemos en esta sección de ZENIT todos los días. La realidad es que por sus muchas virtudes Juan Pablo II fue beatificado por Benedicto XVI el 1 de mayo de 2011. Francisco lo canonizó junto a Juan XXIII el 27 de abril de 2014, fiesta de la Divina Misericordia que este gran polaco instituyó.



jueves, 15 de mayo de 2014

ORACIÓN A LA VIRGEN Y MADRE MARÍA - SAN JUAN PABLO II



VIRGEN Y MADRE
San Juan Pablo II

Oh Virgen santísima,
Madre de Dios,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
míranos clemente en esta hora.

Virgo fidélis, Virgen fiel, 
ruega por nosotros.
Enséñanos a creer como has creído tu. 
Haz que nuestra fe
en Dios, en Cristo, en la Iglesia, 
sea siempre límpida, serena, valiente, fuerte, generosa.

Mater amábilis, Madre digna de amor. 
Mater pulchrae dilectiónis, Madre del Amor Hermoso, 
¡ruega por nosotros!
Enséñanos a amar a Dios y a nuestros hermanos 
como les amaste tú;
haz que nuestro amor a los demás 
sea siempre paciente, benigno, respetuoso.

Causa nostrae laetítiae, causa de nuestra alegría, 
¡ruega por nosotros!
Enséñanos a saber captar, en la fe, 
la paradoja de la alegría cristiana, 
que nace y florece en el dolor, 
en la renuncia, 
en la unión con tu Hijo crucificado:
¡haz que nuestra alegría 
sea siempre auténtica y plena 
para podérsela comunicar a todos! 
Amén.

domingo, 16 de febrero de 2014

ORACIÓN DE JUAN PABLO II A LA VIRGEN MARÍA


ORACIÓN DE JUAN PABLO II A LA VIRGEN MARÍA

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte Amén.

Oh María sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a Vos. Ésta es la oración que tú inspiraste, oh María, a santa Catalina Labouré, y esta invocación, grabada en la medalla la llevan y pronuncian ahora muchos fieles por el mundo entero. ¡Bendita tú entre todas las mujeres! ¡Bienaventurada tú que has creído! ¡El Poderoso ha hecho maravillas en ti! ¡La maravilla de tu maternidad divina! Y con vistas a ésta, ¡la maravilla de tu Inmaculada Concepción! ¡La maravilla de tu fiat! ¡Has sido asociada tan íntimamente a toda la obra de nuestra redención, has sido asociada a la cruz de nuestro Salvador!

Tu corazón fue traspasado junto con su Corazón. Y ahora, en la gloria de tu Hijo, no cesas de interceder por nosotros, pobres pecadores. Velas sobre la Iglesia de la que eres Madre. Velas sobre cada uno de tus hijos. Obtienes de Dios para nosotros todas esas gracias que simbolizan los rayos de luz que irradian de tus manos abiertas. Con la única condición de que nos atrevemos a pedírtelas, de que nos acerquemos a ti con la confianza, osadía y sencillez de un niño. Y precisamente así nos encaminas sin cesar a tu Divino Hijo.

Te consagramos nuestras fuerzas y disponibilidad para estar al servicio del designio de salvación actuado por tu Hijo. Te pedimos que por medio del Espíritu Santo la fe se arraigue y consolide en todo el pueblo cristiano, que la comunión supere todos los gérmenes de división que la esperanza cobre nueva vida en los que están desalentados. Te pedimos por los que padecen pruebas particulares, físicas o morales, por los que están tentados de infidelidad, por los que son zarandeados por la duda de un clima de incredulidad, y también por los que padecen persecución a causa de su fe.

Te confiamos el apostolado de los laicos, el ministerio de los sacerdotes, el testimonio de las religiosas.

Dios te salve, María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
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