Rincón de soledad
Rafael Ángel Marañón
En mi rincón de soledad sombrío,
Acude a ti mi corazón adolorido,
Y estalla en un clamor el pecho mío,
Pues tú eres mi calor y eres mi nido.
Me punzan tus rodillas vacilantes,
Subiendo por la cuesta del calvario,
El cuerpo estremecido y el semblante
Turbado en su tormento solitario.
Tanto dolor y tanta humillación
Para salvar al mundo perdulario,
Y tú María ofreces salvación,
Por la cruz que se eleva en el Calvario.
Lloras tu pena y callas tu lamento,
Y esperas que se cumpla la promesa,
Mas solo ves un sórdido tormento,
Y el implacable triunfo de la huesa.
Suena el terrible golpe del martillo
Hiriendo el corazón ya desolado,
Con siniestro y patético estribillo
Que deja al fin ya todo consumado.
A ti, madre, que sufres en silencio
Tu parte en la divina redención,
Te ofrendo mi respeto, y reverencio
Tu pena, tu dolor y tu pasión.