domingo, 23 de febrero de 2020

¿CUÁNDO SUPERAREMOS EL OJO POR OJO Y DIENTE POR DIENTE?


¿Cuándo superaremos el «ojo por ojo y diente por diente»?
En menudo lío nos ha metido Jesús con sus


Por: P. Alberto Ramírez Mozqueda | Fuente: Catholic.net




La venganza anidada en el corazón del hombre, cuando no se le pone límite, es capaz de acabar con los individuos en conflicto e incluso con naciones enteras, provocando guerras, hambre, sangre inocente derramada y enemistades que pueden durar siglos enteros. Por eso, aunque nos parezca una ley de gente bárbara, en uno de los códigos más antiguos, grabado en piedra, en el Código de Hammurabi, se intenta legislar para que los hombres no tengan que pagar más allá de sus propias faltas y nunca de una manera desproporcionada.

Aunque tiene sus diferencias, con ese códice, el Antiguo Testamento habla ya de la ley del Talión, que se expresa de esta manera: “Cada quién pagara vida por vida,  ojo por ojo, diente por diente,  mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe” (Ex 21, 23-25) y que venía ya a ser una norma moral, un avance en la convivencia no ciertamente fácil entre los hombres, intimando a dejar los deseos de venganza desmedida, para contentarse con un daño proporcionado al daño recibido.

Cristo conoció esta ley, reconociendo su legitimidad y su efectividad para su tiempo, pero entre aquellas frases que nos ha dejado: “han oído que se dijo… pero yo os digo”, hoy después de habernos hablado de sus bienaventuranzas, luego de que nos ha pedido convertirnos en sal y en luz para las gentes que nos rodean, y después de habernos indicado que él no venía a abolir los dichos de sus antiguos sino que venía a darles plenitud, hasta hacernos llegar hasta las grandes alturas de la santidad y del heroísmo, Cristo deja caer sobre nuestros ánimos algo que si no lo vemos como un consejo de abuelita, tendría que cambiar radicalmente nuestras vidas:

Cristo fue muy preciso y muy claro y muy tajante sobre lo que él quiere de los que se han convertido en sus seguidores: "Han oído que se dijo: ama a tu prójimo y odia a tu enemigo. Yo en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos  de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los manos y manda su lluvia sobre los justos y los injustos".

¡Menudo lío en el que nos mete Jesús! Si no tuviéramos fe, ¿cómo podríamos amar al que te ha dejado sin casa y sin familia porque su voracidad ha sido grande y sin medida? Quién que no tenga fe ¿podría siquiera pensar en hacer el bien a los que saben que te odian, que te ven como objeto inservible, para quienes  sólo eres útil mientras pueden servirse de ti, pero al que han tirado cuando ya te han sacado todo el jugo?  Y  ¿Quién se atrevería a rogar por los que te persiguen y te ha calumniado hasta dejarte en la lona?

Sin embargo, no nos movamos a engaño. El hecho de Cristo te pida que dejes de usar la violencia, la venganza y el odio como el móvil de tu vida, eso no quiere decir que debamos de quedarnos callados y con los brazos cruzados ante la injusticia y la maldad. Cristo mismo no procedió así.  Él nunca se doblegó ante la injusticia del  Imperio romano;  a Herodes lo llamó “don nadie”, zorro; a los ricos a les señaló su gran dificultad para llegar al Reino de los cielos; a los fariseos  los denunció por manipular las conciencias de los pobres y a los sumos sacerdotes por haber convertido las cosas de Dios en un negocio.

Y si no nos acabamos de reponer de la sorpresa que nos han causado las palabras de Cristo, todavía podemos sorprendernos  un poco más, cuando el profeta Isaías nos llama a la santidad, porque nos hemos acercado Dios que es tres veces santo, y todavía más, el mismo Cristo, en el colmo del heroísmo y la santidad, nos pide escuetamente: “Sean perfectos como su Padre celestial es perfecto”.  Ya tenemos trabajo para rato, ¿Tú ya comenzaste?

El Padre Alberto Ramírez Mozqueda espera tus comentarios en alberami@prodigy.net.mx

5 DATOS PARA ENTENDER QUÉ ES Y CÓMO SE VIVE LA CUARESMA


5 datos para entender qué es y cómo se vive la Cuaresma
Redacción ACI Prensa




La Cuaresma es un tiempo litúrgico de penitencia y conversión en la que los fieles se preparan para vivir los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo que se recuerdan en Semana Santa.

La Cuaresma tiene una duración de 40 días y a lo largo de este tiempo los católicos hacen un esfuerzo por mantener un ritmo y estilo de vida de verdaderos creyentes hijos de Dios.

A continuación presentamos cinco puntos importantes a tener en cuenta:

1. Las tres prácticas cuaresmales
La primera práctica cuaresmal es la oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. Con ella, el cristiano dialoga con el Señor, deja que la gracia entre en su corazón y, como la Virgen María, se abre a la acción del Espíritu Santo dando una respuesta libre y generosa (Lc 1,38).

La segunda práctica es la mortificación que se realiza cotidianamente y sin necesidad de hacer grandes sacrificios. Con ella se ofrece a Cristo aquellos momentos que generan molestias y se acepta con humildad y alegría las adversidades.

La tercera práctica es la caridad y San Juan Pablo II explica que está enraizada "en lo más hondo del corazón humano: toda persona siente el deseo de ponerse en contacto con los otros, y se realiza plenamente cuando se da libremente a los demás".

2. El ayuno y la abstinencia
El ayuno consiste en ingerir una sola comida "fuerte" al día, mientras que la abstinencia consiste en no comer carne. Con ambos sacrificios se reconoce la necesidad de hacer obras por el bien de la Iglesia y en reparación de nuestros pecados.

En esta práctica también se dejan de lado las necesidades terrenales para redescubrir la sed de Dios. "No solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios" (Mt 4,4).

El ayuno es obligatorio desde los 18 hasta los 59 años y no prohíbe tomar un poco de alimento por la mañana y por la noche.

En el caso de la abstinencia, si bien se refiere a no comer carnes, no impide el consumo de huevos, lácteos y cualquier condimento con grasa animal. La abstinencia se observa todos los viernes del año y es obligatoria desde los 14 años.

3. Inicio y término de la Cuaresma
Con el Miércoles de Ceniza comienzan los 40 días de preparación para la Pascua. Ese día el sacerdote bendice e impone las cenizas hechas de las palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.

La ceniza representa un signo de humildad y le recuerda al cristiano su origen y su fin. Son impuestas haciendo la señal de la cruz en la frente y pronunciando las palabras bíblicas: «acuérdate que eres polvo y en polvo te convertirás» o «Conviértete y cree en el Evangelio». 

La Cuaresma termina en el Jueves Santo. Ese día la Iglesia conmemora la Última Cena en la que el Señor comió con sus apóstoles antes de ser crucificado el Viernes Santo.


4. Duración de la Cuaresma 
La Cuaresma dura 40 días. Un número especial en la Biblia ya que el número cuatro simboliza el universo material el que, seguido de ceros significa el tiempo de la vida en la tierra, con sus pruebas y dificultades.

En este tiempo, los 40 días recuerdan los días que Jesús pasó en el desierto antes de comenzar su vida pública. 

5. El color litúrgico de la Cuaresma 
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de conversión espiritual, de preparación al misterio pascual.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 23 DE FEBRERO DE 2020


Lecturas de hoy Domingo 7º del Tiempo Ordinario - Ciclo A
Hoy, domingo, 23 de febrero de 2020



Primera lectura
Lectura del libro del Levítico (19,1-2.17-18):

EL Señor habló así a Moisés:
«Di a la comunidad de los hijos de Israel:
“Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. No odiarás de corazón a tu hermano, pero reprenderás a tu prójimo, para que no cargues tú con su pecado. No te vengarás de los hijos de tu pueblo ni les guardarás rencor, sino que amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el Señor”».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 102,1-2.3-4.8.10.12-13

R/. El Señor es compasivo y misericordioso

V/. Bendice, alma mía, al Señor,
y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios. R/.

V/. Él perdona todas tus culpas
y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa
y te colma de gracia y de ternura. R/.

V/. El Señor es compasivo y misericordioso,
lento a la ira y rico en clemencia.
No nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas. R/.

V/. Como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.
Como un padre siente ternura por sus hijos,
siente el Señor ternura por los que lo temen. R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Corintios (3,16-23):

HERMANOS:
¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?
Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él; porque el templo de Dios es santo: y ese templo sois vosotros.
Que nadie se engañe. Si alguno de vosotros se cree sabio en este mundo, que se haga necio para llegar a ser sabio.
Porque la sabiduría de este mundo es necedad ante Dios, como está escrito: «Él caza a los sabios en su astucia». Y también:
«El Señor penetra los pensamientos de los sabios y conoce
que son vanos».
Así, pues, que nadie se gloríe en los hombres, pues todo es vuestro: Pablo, Apolo, Cefas, el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo Y Cristo de Dios.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,38-48):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo, diente por diente”. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también el manto; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Habéis oído que se dijo: “Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo”.
Pero yo os digo: amad a vuestros enemigos y rezad por los que os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y, si saludáis solo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».

Palabra de Dios



Comentario al Evangelio de hoy domingo, 23 de febrero de 2020
Fernando Torres cmf


Amar es perdonar

      En el evangelio de hoy, el Sermón de la Montaña llega a su plenitud, a su culmen. Después de hablar de la ley, de como debemos ir más allá de la letra para cumplirla radicalmente, nos muestra lo que es el centro de la ley: el amor. Lo que Jesús dice de palabra es también la norma de su vida. Y, al vivirlo, nos revela a Dios, su Padre, que no es otra cosa más que amor. 

      El amor que Jesús nos invita a vivir como la ley fundamental de nuestra vida es universal. Llega a todos sin excepción. A los amigos (¿quién no ama a los amigos?) y a los enemigos (eso ya es un poco más difícil). Es un amor concreto. Jesús pone ejemplos que llegan a nuestra vida diaria. Para empezar, declara inválida aquella norma tantas veces repetida de “ojo por ojo y diente por diente”. Desgraciadamente son muchos los que la siguen aplicando sin temblar. De esa manera, la violencia nunca se detiene. Y todos tienen alguna razón para seguir vengándose de los que les han hecho mal. Es como una espiral que siempre crece. Es lo que venimos haciendo en la humanidad desde hace siglos y lo que único que hemos conseguido ha sido empantanar nuestra historia con sangre y guerras.

      Jesús propone una salida para ese laberinto en el que estamos perdidos. Nos dice que amar es perdonar. Ya no caben rencores ni venganzas. Al perdonar se rompe la espiral del odio. El otro, el que nos ha ofendido porque se había sentido ofendido por nosotros, ya no tiene ninguna razón para seguir guardando rencor ni para vengarse porque no ha recibido ninguna respuesta a su rencor ni a su venganza. Es como si Jesús quitará la espoleta a la bomba o como si cortase la mecha que une los petardos que están unidos unos a otros. La mecha se apaga y ya no hay más explosiones. Sin espoleta la bomba ya no explota ni destroza ni mata. 

      Hay que ser muy fuertes para escuchar el mensaje de Jesús con el corazón abierto y más fuertes todavía para llevarlo a la práctica. Hay que ser muy fuertes para dejar la provocación sin respuesta. Hay que ser mucho más fuertes para hacer eso que para responder con más violencia. 

      La segunda lectura nos dice que el Espíritu habita en nosotros. Quizá sea esa la fuerza que nos ayude a perdonar como Dios nos perdona, a amar como Dios ama, a no dejar que los rencores nos llenen el corazón de amargura (en el fondo rencores y odios nos hacen tanto o más mal a nosotros que a los que odiamos). El Espíritu de Dios está en nosotros y, si nos dejamos llevar por él, encontraremos la fuerza para amar y perdonar en el día a día de nuestras vidas. 



Para la reflexión

      ¿Tengo algún rencor en el corazón que no haya perdonado todavía? ¿Me doy cuenta de que ese rencor me hace daño a mí y me amarga la vida? ¿Por qué no le pido a Dios la fuerza para perdonar y para amar como él nos perdona y ama?

FELIZ DOMINGO

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