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domingo, 13 de octubre de 2024

¿CÓMO GANAR LA INDULGENCIA CON EL SANTO ROSARIO?

 



¿Cómo ganar la indulgencia con el Santo Rosario?

¿Conoces los requisitos para ganar indulgencia plenaria o parcial con el rezo del Santo Rosario? Aquí te los explicamos.

Autor: Carlos Zapata


¿Sabías que es posible ganar indulgencia parcial o indulgencia plenaria si se reza el Santo Rosario? Sin embargo, hay varias condiciones que se deben cumplir. En Desde la fe te las contamos a detalle.

En efecto, la Iglesia Católica concede indulgencia parcial o plenaria con el rezo del Santo Rosario.

En cuanto gracia de la Iglesia, las indulgencias plenarias implican la remisión de la pena del pecado perdonado, por lo que tienen la particularidad de limpiar su “rastro”.


¿Quién concedió la indulgencia con el Santo Rosario?

El origen de la normativa de indulgencias del Rosario surge como resultado de la preocupación del papa Pablo VI sobre dos vertientes principales:

Por un lado, para “ayudar a los fieles a lavar las penas debidas” e “incitarlos a realizar obras de piedad, penitencia y caridad”.

Por otra parte, como un esfuerzo por corregir y enmendar “abusos” en su aplicación. En este aspecto, el primero de enero del año 1967, el pontífice emite la Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina sobre la revisión de las indulgencias.

Posterior al documento, se publicaron normas detalladas en el Libro de las Indulgencias, un manual emanado de la Penitenciaría Apostólica, que hasta ahora cuenta con cuatro ediciones.

La primera de ellas aparece bajo el decreto Enchiridion de Indulgencias de junio de 1968. Una segunda en octubre del mismo año (1968). Una tercera publicada en mayo de 1986. Y la versión actual que corresponde a la cuarta edición, de julio de 1999.

En ella se “enseña y ordena que el uso de las indulgencias ha de conservarse en la Iglesia como muy saludable para el pueblo cristiano y aprobado por la autoridad de los sacrosantos Concilios, y condena con anatema a quienes afirmen que estas son inútiles”.


¿Cómo obtener indulgencia plenaria con el Rosario?

Concretamente, sobre las “Oraciones a la Santísima Virgen María”, la normativa de la Iglesia establece que: § 1. Se concede indulgencia plenaria al cristiano que rece el Santo Rosario, siempre y cuando:

1° El Rosario mariano se recite piadosamente en una iglesia o en un oratorio, o en la familia, en una comunidad religiosa, en una asociación de fieles y, en general, cuando muchos se reúnen para algún fin honorable; 

2° El Rosario mariano se recite piadosamente en el momento preciso mientras lo realiza el Sumo Pontífice, y se propaga con la ayuda de aparatos de televisión o radio.

En otras circunstancias se podrá obtener indulgencia, pero esta será parcial. 


Otros requisitos sobre el Rosario

Se considera al Rosario como “una determinada fórmula de oración, mediante la cual distinguimos quince decenios de saludos angélicos (actualmente 20, contando los misterios de luz o luminosos)”.

Precedidos por el Gloria, los saludos están intercalados con el Padre Nuestro, “y recordamos en cada uno de ellos otros tantos misterios de nuestra reparación con piadosa meditación”.

Con respecto a la indulgencia plenaria por el rezo del Rosario mariano, se establece además que:

Basta recitar una parte del Rosario; es decir, sólo los misterios gozosos, los misterios dolorosos, los misterios gloriosos, o los misterios luminosos; pero las cinco decenas de esos misterios deben recitarse de forma consecutiva.

A la oración vocal debe añadirse la piadosa meditación de los misterios. 

En el recitado público, los misterios deben enunciarse según la costumbre aprobada del lugar; en la recitación privada, al creyente le basta con añadir a la oración vocal la meditación sobre los misterios. 

Para indulgencia plenaria, también es fundamental que se cumplan otras condiciones:

Se requiere confesión sacramental.

Se requiere comunión eucarística.

El fiel debe sumarse a la intención de oración del Papa.

El fiel debe tener el deseo de obtener la indulgencia.

Nuevamene, en caso de que no se cumplan todas las condiciones, se podrá obtener indulgencia por el rezo del Rosario, pero se ganará una indulgencia parcial y no una plenaria.

Además, la indulgencia puede ser aplicada a los difuntos, o a sí mismo. En cambio, no es posible pedirla para otra persona viva.

La indulgencia plenaria únicamente puede ganarse una vez al día, con excepción de que la persona se encuentre en peligro de muerte.


La indulgencia parcial con el Rosario

Como dato curioso, en la constitución apostólica Indulgentiarum Doctrina (Doctrina de las Indulgencias), el papa Pablo VI establece que “el fiel que emplea con devoción un objeto de piedad (crucifijo, cruz, Rosario, escapulario o medalla), bendecido debidamente por cualquier sacerdote, gana una indulgencia parcial”.

Señala también que si el Rosario o alguno de los otros objetos de piedad mencionados hubiesen sido “bendecidos por el Sumo Pontífice o por cualquier Obispo”…

“El fiel, empleando devotamente dicho objeto, puede ganar también una indulgencia plenaria en la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, añadiendo alguna fórmula legítima de profesión de fe”.

Especialmente enamorado de la Virgen María y la meditación de esta forma de oración cristocéntrica, san Luis María Grignion de Montfort recomendó vivamente rezar el Santo Rosario.


Algunas de las razones que enseñaba el santo sobre el Rosario son que:

Facilita la práctica de las virtudes.

Enriquece con gracias y méritos

Aviva el amor de Jesucristo.

Nos consigue de Dios toda clase de gracias. 


¿QUÉ REPRESENTAN LOS COLORES DEL ROSARIO MISIONERO?

 








domingo, 22 de septiembre de 2024

QUINCE PROMESAS DE LA VIRGEN PARA QUIENES RECEN DIARIAMENTE EL SANTO ROSARIO

 



 Promesas de la Virgen


Quince promesas de la Virgen para quienes recen diariamente el Santo Rosario:

 

1.- El que me sirva, rezando diariamente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida (siempre que sea conveniente para su alma).

2.- Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario.

3.- El Rosario será un fortísimo escudo de defensa contra el infierno, destruirá los vicios, librará de los pecados y exterminará las herejías.

4.- El Rosario hará germinar las virtudes y también hará que sus devotos obtengan la misericordia divina; sustituirá en el corazón de los hombres el amor del mundo al amor por Dios y los elevará a desear las cosas celestiales y eternas. ¡Cuántas almas por este medio se santificarán!

5.- El alma que se encomiende por el Rosario no perecerá.

6.- El que con devoción rezare mi Rosario, considerando misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá muerte desgraciada; se convertirá, si es pecador; perseverará en la gracias, si es justo, y en todo caso será admitido a la vida eterna.

7.- Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin auxilios de la Iglesia.

8.- Quiero que todos los devotos de mi Rosario tengan en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia, y sean partícipes de los méritos de los bienaventurados.

9.- Libraré pronto del purgatorio a las almas devotas del Rosario.

10.- Los hijos verdaderos de mi Rosario gozarán en el cielo una gloria singular.

11.- Todo lo que se me pidiere por medio del Rosario se alcanzará prontamente.

12.- Socorreré en todas sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.

13.- Todos los que recen el Rosario tendrán por hermanos en la vida y en la muerte a los bienaventurados del cielo.

14.- Los que rezan mi Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús.

15.- La devoción al santo Rosario es una señal manifiesta de predestinación a la gloria.

domingo, 16 de octubre de 2022

UN DÍA COMO HOY HACE 20 AÑOS SAN JUAN PABLO II PUBLICÓ ESTA BELLA CARTA SOBRE EL ROSARIO

 


Un día como hoy hace 20 años San Juan Pablo II publicó esta bella carta sobre el Rosario

POR CYNTHIA PÉREZ | ACI Prensa

 Crédito: L'Osservatore Romano.



Un día como hoy, el 16 de octubre de 2002, el Papa San Juan Pablo II escribió una bella carta apostólica donde explica a los católicos el sentido y profundo significado de la oración del Santo Rosario.

A los 25 años de su Pontificado, el santo publicó la carta titulada Rosarium Virginis Mariae sobre el Santo Rosario, porque al entender su “pleno significado”, esta oración “conduce al corazón mismo de la vida cristiana” y contribuye a “la nueva evangelización”.

En su carta, San Juan Pablo II declaró el 2003 como el Año del Rosario, y dijo que esta oración propuesta en numerosas ocasiones como “oración por la paz”, destaca por “su sencillez y profundidad” y está “destinada a producir frutos de santidad”.

Recordó que “numerosos santos” y Pontífices también resaltaron su importancia para la Iglesia, y aseguró que el cristiano que la reza “obtiene abundantes gracias”.

Entre los Papas que impulsaron el rezo del Rosario, San Juan Pablo II destacó a San Juan XXIII, el Papa León XIII, que la indicó como un “instrumento espiritual eficaz ante los males de la sociedad”, y a San Pablo VI, que subrayó “su carácter evangélico y orientación cristológica”.

El santo afirmó que si bien esta oración “se distingue por su carácter mariano”, está “centrada en la cristología”. Explicó que al rezarla se “aprende de María a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor”.

Recordó que dos semanas después de ser elegido Papa, el 29 de octubre de 1978, exclamó: “El Rosario es mi oración predilecta. ¡Plegaria maravillosa!”.

Luego, explicó que el Rosario es como un “comentario-oración” sobre el último capítulo de la Constitución Lumen gentium, sobre la presencia de la Virgen en el misterio de Cristo y la Iglesia.

“Con el trasfondo de las Avemarías, pasan ante los ojos del alma los episodios principales de la vida de Jesucristo”, expresó y destacó que sus misterios “nos ponen en comunión vital con Jesús a través –podríamos decir– del Corazón de su Madre”.

También, dijo que el Rosario “sintoniza con el ritmo de la vida humana”, pues al rezarlo se puede incluir “hechos que entraman la vida del individuo, la familia, la nación, la Iglesia y la humanidad”.

“Experiencias personales o del prójimo, sobre todo de las personas más cercanas o que llevamos más en el corazón”, precisó.

El santo también alentó a promover el rezo del Rosario en las familias, como “una ayuda eficaz para contrastar los efectos desoladores de esta crisis actual”, que está “amenazada cada vez más por fuerzas disgregadoras, tanto de índole ideológica como práctica”.

En su carta, el Papa también recordó que el Santo Rosario tuvo un “puesto importante en mi vida espiritual” desde que era joven, y que siempre alentó a rezarla con frecuencia.

“El Rosario me ha acompañado en los momentos de alegría y en los de tribulación. A él he confiado tantas preocupaciones y en él siempre he encontrado consuelo”, sostuvo. 

“Cuántas gracias he recibido de la Santísima Virgen a través del Rosario en estos años: Magnificat anima mea Dominum! Deseo elevar mi agradecimiento al Señor con las palabras de su Madre Santísima, bajo cuya protección he puesto mi ministerio petrino: Totus tuus!”, escribió.

Luego, el santo explica en tres capítulos cómo “contemplar a Cristo con María”; el significado de cada uno de los misterios, partes y oraciones del Rosario; y cómo seguir el “método basado en la repetición” para asimilar mejor el mensaje de esta oración.

Si desea leer la carta completa puede hacerlo a través de este enlace: https://www.aciprensa.com/recursos/carta-apostolica-rosarium-virginis-mariae-2949 

miércoles, 5 de octubre de 2022

¿SABÍAS QUE PUEDES GANAR INDULGENCIAS CON EL SANTO ROSARIO?

 


¿Sabías que puedes ganar indulgencias con el Santo Rosario?

POR ABEL CAMASCA | ACI Prensa



Mucho se ha escrito sobre el poder espiritual que tiene el Santo Rosario, pero tal vez algo poco conocido es la gracia de la indulgencia que se puede obtener con esta oración mariana, la favorita de San Juan Pablo II.

En su Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae (Rosario de la Virgen María, 37), el Papa peregrino escribió que “para fomentar esta proyección eclesial del Rosario, la Iglesia ha querido enriquecerlo con santas indulgencias para quien lo recita con las debidas disposiciones”.

Al respecto, la Concesión 17 del Enchiridion Indulgentiarum (Manual de Indulgencias) de la Penitenciaría Apostólica del Vaticano, indica que se concede indulgencia plenaria al fiel que “recite devotamente el Rosario mariano en una iglesia u oratorio, o en familia, en una comunidad religiosa, en una reunión de fieles y en general, cuando varios se reúnen para un fin honesto”.

Asimismo, la indulgencia plenaria se obtiene cuando el fiel “se una devotamente a la recitación de esa misma devoción, cuando es hecha por el Sumo Pontífice y es difundida por medio de un instrumento  televisivo o radiofónico. En otras circunstancias la indulgencia será parcial”.

En el caso de la oración vocal “debe añadirse la devota meditación de los misterios” y que en el rezo público, “los misterios deben enunciarse conforme a la costumbre aprobada en el lugar; pero en la recitación privada, basta que el fiel añada a la oración vocal la meditación de los misterios”.

La indulgencia plenaria se puede ganar una vez al día (excepto en peligro de muerte). Es posible obtenerla cumpliendo los requisitos generales que establece la Iglesia: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.

La indulgencia también se puede obtener para un difunto.

Sobre los rosarios bendecidos por sacerdotes u obispos

Por otro lado, el Beato Papa Pablo VI estableció en la Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina (Doctrina de las indulgencias, Norma 17), que “el fiel que emplea con devoción un objeto de piedad (crucifijo, cruz, Rosario, escapulario o medalla), bendecido debidamente por cualquier sacerdote, gana una indulgencia parcial”.

“Y si hubiese sido bendecido por el Sumo Pontífice o por cualquier Obispo, el fiel, empleando devotamente dicho objeto, puede ganar también una indulgencia plenaria en la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, añadiendo alguna fórmula legítima de profesión de fe”.

Al respecto el P. Jhon Phalen Csc, gran propagador de la devoción del Santo Rosario en Familia, advirtió que emplear con devoción un objeto de piedad quiere decir rezar.

“Yo digo que es como una profesión de fe llevar una cruz o hasta el Rosario. Pero el Rosario en sí, más que la cosa concreta, es la oración. Entonces hay que rezarlo”, aclaró el sacerdote. “De otra forma se presta a tener demasiada fe en el objeto y no en Dios… El objeto nos ayuda a comunicarnos, relacionarnos con Dios”, añadió.

Por lo tanto, no basta con llevar el Rosario en el cuello, el bolsillo o el bolso para ganar la indulgencia parcial, sino que se tiene que usar para la oración, para acercarnos más a Dios en la propia vida.


Traducción del latín de la ‘Enchiridion Indulgentiarum’ por P. Pablo Corante, SDB. 

sábado, 1 de octubre de 2022

HOY SE INICIA EL MES DE SANTO ROSARIO - OCTUBRE, MES DEL SANTO ROSARIO

 



Hoy se inicia el mes del Santo Rosario

Redacción ACI Prensa


Este 1 de octubre la Iglesia inicia la celebración del mes del Santo Rosario, una oración querida por muchos santos a lo largo de la historia y que fue difundida por Santo Domingo de Guzmán por petición de la Santísima Virgen María.

Según cuenta la historia, en la antigüedad romanos y griegos solían coronar con rosas a las estatuas que representaban a sus dioses, como símbolo del ofrecimiento de sus corazones. La palabra “rosario” significa "corona de rosas".

Siguiendo esta tradición, las mujeres cristianas que marchaban al coliseo romano para ser martirizadas, llevaban sobre sus cabezas coronas de rosas como símbolo de alegría y de la entrega de sus corazones para ir al encuentro de Dios. Estas rosas eran recogidas en las noches por los cristianos, quienes recitaban una oración o un salmo por el eterno descanso de las mártires.

La Iglesia recomendó rezar este rosario recitando los 150 salmos de David, sin embargo, esto solo la seguían las personas cultas, pero no la mayoría de los fieles. Ante esto, se sugirió que quienes no supieran leer, reemplazaran los salmos por 150 Avemarías divididas en quince decenas. A este “rosario corto” se le llamó “el salterio de la Virgen”.

Siglos después, específicamente en 1208, se cuenta que la misma Virgen María enseñó a Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores (dominicos), el rezo del Rosario.

El santo español se encontraba entonces en el sur de Francia luchando contra la herejía albigense. Un día, en la capilla que estaba en Prouille, le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.

La Virgen se le apareció sosteniendo un rosario y le enseñó a recitarlo. Luego le pidió que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

Santo Domingo de Guzmán salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito porque muchos albigenses volvieron a la fe católica.

Años después, el 7 de octubre de 1571, tuvo lugar la batalla naval de Lepanto, cuando la cristiandad era amenazada por los turcos. Ante el inminente peligro, el Papa San Pío V pidió días antes a los fieles que rezaran el rosario pidiendo por las fuerzas cristianas.

Cuenta la historia que el Pontífice estaba en Roma despachando asuntos cuando de pronto se levantó y anunció que sabía que la flota cristiana había triunfado. Ordenó el toque de campanas y una procesión. Días más tarde llegaron los mensajeros con la noticia de la victoria. Posteriormente, instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre.

Un año más tarde, Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario y determinó que se celebrase el primer domingo de octubre (día en que se había ganado la batalla). Actualmente se celebra la fiesta del Rosario el 7 de Octubre y algunos dominicos siguen celebrándola el primer domingo del mes.

Durante siglos los fieles rezaron el rosario dividido en quince misterios: gozosos, dolorosos y gloriosos. Sin embargo, en octubre de 2002 fue presentada la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, en la que San Juan Pablo II añadió el rezo de cinco “misterios luminosos”, centrados en la vida pública de Jesús.

El Santo Rosario ha sido la oración preferida de muchos santos y pontífices. Así, en octubre de 2016 el Papa Francisco afirmó que “el Rosario es la oración que acompaña siempre mi vida; también es la oración de los sencillos y de los santos… es la oración de mi corazón”.

ROSARIO MISIONERO: CÓMO REZARLO PASO A PASO

 


Rosario Misionero: cómo rezarlo paso a paso

El Rosario Misionero se reza principalmente en el mes de octubre con la finalidad de poner en manos de la Virgen María la evangelización en los cinco continentes.

Para rezar el Rosario Misionero se sigue el mismo esquema de cualquier rosario, con la particularidad de que todas las intenciones van dirigidas a pedir por las misiones en los cinco continentes, cada uno de ellos identificado con un color. También se agrega una jaculatoria especial al final de cada misterio y una oración a la Virgen María por los misioneros.



Colores del Rosario Misionero

El primero es de color verde y se reza por África.

El segundo es de color rojo y se reza por América.

El tercero es  blanco y se reza por Europa.

El cuarto, de color azul y se reza por Oceanía.

El quinto es amarillo y se reza por los habitantes de Asia.

¿Cómo rezar el Santo Rosario Misionero?

Nos disponemos a rezar el Santo Rosario:

La señal de la cruz

Por la señal de la santa cruz,

de nuestros enemigos,

líbranos, Señor, Dios nuestro.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Yo pecador

Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.  Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.  Amén.


Gloria

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre,

por los siglos de los siglos. Amén.

Primer Misterio (África)

Pidamos por África, para que pueda superar el sufrimiento provocado por el hambre, la pobreza, las continuas guerras y las desigualdades raciales.


A continuación, se reza:

1 Padrenuestro

10 Avemarías

1 Gloria

Jaculatoria: María, Reina de las Misiones / Ruega por nosotros y el mundo entero.

Segundo Misterio (América)

Pedimos por la Iglesia en América, para que, obedientes al Maestro, pueda escuchar el consejo de María, que nos dice: “Hagan lo que Él les diga”.


A continuación, se reza:

1 Padrenuestro

10 Avemarías

1 Gloria

Jaculatoria: María, Reina de las Misiones / Ruega por nosotros y el mundo entero.

Tercer Misterio (Europa)

Pidamos para que la Iglesia en Europa recupere su vitalidad cristiana y misionera.


A continuación, se reza:

1 Padrenuestro

10 Avemarías

1 Gloria

Jaculatoria: María, Reina de las Misiones / Ruega por nosotros y el mundo entero.

Cuarto Misterio (Oceanía)

Pidamos por todos los hombres y mujeres de Oceanía, para que escuchando la Palabra de Dios, se dejen transformar por ella.


A continuación, se reza:

1 Padrenuestro

10 Avemarías

1 Gloria

Jaculatoria: María, Reina de las Misiones / Ruega por nosotros y el mundo entero.

Quinto Misterio (Asia)

Pidamos por los pueblos de Asia, para que permanezcan abiertos al anuncio del Evangelio proclamado por los misioneros.


A continuación, se reza:

1 Padrenuestro

10 Avemarías

1 Gloria

Jaculatoria: María, Reina de las Misiones / Ruega por nosotros y el mundo entero.

Tres Avemarías con una pequeña variación

-Dios te salve, María Santísima, Hija de Dios Padre, Virgen Purísima antes del parto, en tus manos ponemos nuestra fe para que la ilumines. Llena eres de gracia, el Señor está contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María…


–Dios te salve, María Santísima, Madre de Dios Hijo, Virgen Purísima en el parto, en tus manos ponemos nuestra esperanza para que la alientes. Llena eres de gracia…

Santa María…


–Dios te salve, María Santísima, esposa de Dios Espíritu Santo, Virgen Purísima después del parto, en tus manos ponemos nuestra caridad para que la inflames. Llena eres de gracia…

Santa María…


-Dios te salve, María Santísima, Templo y Sagrario de la Santísima Trinidad, Virgen concebida sin la culpa original.

Oración a María, Reina de las Misiones

María, Reina de las Misiones, soberana del mundo entero, Virgen purísima escogida entre millares, mírame con ojos piadosos postrado a tus pies para implorar tu maternal ternura tu auxilio eficaz en favor de millones de hombres y mujeres que no conocen a tu Hijo, a quienes Él nos ha enviado a proclamar la Buena Noticia. Están sumidos en la impiedad e idolatría y gimen y lloran envueltos en las garras de la cultura de la muerte. Mira como sus almas sufren por no conocer al Dios Verdadero.

¡Madre mía! No conocen a Jesús, tu Hijo divino. No saben que, por salvarlos, derramó toda su sangre redentora. No saben que, por mejor esperarlos, sigue allí clavado, extendidos sus brazos divinos, abierto el costado y sangrando el Corazón, mientras les dice: “¡Vengan a mi Corazón todos!”.

¡Reina y Madre mía! Intercede por ellos ante tu divino Hijo, y alcanza con tu inmenso poder que la luz del Evangelio se derrame por el mundo entero. Que no haya religión, ni pueblo, ni hogar, ni siquiera un corazón que no adore a Cristo, fruto bendito de tus purísimas entrañas, y que no le honre como a su Rey y Señor.

Mírame, Madre amada, Reina de las Misiones, postrado ante tus benditas plantas. Y no te olvides también de mí. Miserable soy y pequeño, y no tengo otro refugio ni otra ayuda que la tuya. Amén

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Letanía del Rosario Misionero

Señor, ten piedad

Cristo, ten piedad

Señor, ten piedad.

Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos.

Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros

Dios, Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros

Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros

Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros

Santa María, Reina de las misiones, ruega por nosotros

San Francisco Javier, ruega por nosotros

Santa Teresa del Niño Jesús, ruega por nosotros

San Marcos, ruega por África

Santa Josefina Bakhita, ruega por África

San Daniel Comboni, ruega por África

San Carlos Lwanga y compañeros mártires, rueguen por África

Beato Carlos de Foucauld, ruega por África

Beata Clementina Anuarite, ruega por África

Beato Isidoro Bakanja, ruega por África

Beatos y santos del continente de la esperanza, rueguen por África

San Francisco Solano, ruega por América

Santa Rosa de Lima, ruega por América

San Felipe de Jesús, ruega por América

Santo Toribio de Mogrovejo, ruega por América

San Junípero Serra, ruega por América

San Pedro Claver, ruega por América

San Pedro de Betancur, ruega por América

Beatos y santos del nuevo mundo, rueguen por América

Santos Pedro y Pablo, rueguen por Europa

San Bonifacio de Alemania, ruega por Europa

San Agustín de Canterbury, ruega por Europa

San Patricio de Irlanda, ruega por Europa

San Leandro de Sevilla, ruega por Europa

San Guido Maria Conforti, ruega por Europa

Beato Paolo Mana, ruega por Europa

Venerable Paulina Jaricot, ruega por Europa

Beatos y Santos del Viejo Mundo, rueguen por Europa

San Pedro Chanel, ruega por Oceanía

San Damián de Molokai, ruega por Oceanía

Santa Mariana de Molokai, ruega por Oceanía

Santa María de la Cruz MacKillop, ruega por Oceanía

San Pedro Calúñgsod, ruega por Oceanía

Beato Diego Luis de San Vitores, ruega por Oceanía

Beatos y Santos de las innumerables Islas, ruega por Oceanía

San Andrés, ruega por Asia

Santo Tomás, ruega por Asia

San Juan de Brito, ruega por Asia

Santo Teófano Vénard, ruega por Asia

San Valentín Berriochoa, ruega por Asia

San Pablo Miki y compañeros mártires, rueguen por Asia

San Pablo Chong Hasang y compañeros mártires, rueguen por Asia

Santa Inés Tsao Kueiying, ruega por Asia

Beatos y santos del lejano oriente, rueguen por Asia

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.

Oración final del Rosario Misionero

Te rogamos nos concedas,

Señor Dios nuestro,

gozar de continua salud de alma y cuerpo,

y por la gloriosa intercesión

de la bienaventurada siempre Virgen María,

vernos libres de las tristezas de la vida presente

y disfrutar de las alegrías eternas.

Por Cristo nuestro Señor.

Amén.

jueves, 21 de octubre de 2021

¿POR QUÉ REZAR EL SANTO ROSARIO?

 ¿Por qué rezar el rosario?

Te lo explicamos en un entretenido video

Por: Luisa Restrepo | Fuente: Catholic-link.com



A lo largo de los siglos nuestra querida Iglesia ha fomentado el santo rosario como oración fundamental en nuestra vida cristiana. Y es María, nuestra Madre, la que se ha encargado de expandir su devoción por todo el mundo.

El rosario en comunidad: sea en la familia, la parroquia, un grupo de amigos… ¡es algo maravilloso! Lo creemos así, pues El Señor nos ha dicho que: “Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” (Mt 18:20). Además es un modo hermoso de fortalecer la unidad, el amor a María, vencer las tentaciones, rezar por la salvación de las personas y del mundo. En conclusión, el rosario, es una oración al alcance de todos.

¡A la Virgen María le encanta que recemos el rosario! pues esta es la oración de los sencillos y de los grandes. Es tan simple que se puede rezar en cualquier parte y a cualquier hora. Los invitamos a rezar juntos, no solo en mayo –sino todos los días del año– esta oración que como nos dice San Juan Pablo II: «Es oración del hombre en favor del hombre: es la oración de la solidaridad humana, oración colegial de los redimidos, que refleja el espíritu y las intenciones de la primera redimida, María, Madre e imagen de la Iglesia: oración en favor de todos los hombres del mundo y de la historia, vivos o difuntos, llamados a formar con nosotros Cuerpo de Cristo y a ser, con El, coherederos de la gloria del Padre».

martes, 12 de octubre de 2021

20 FRASES DE SANTOS Y BEATOS QUE TE HARÁN AMAR MÁS EL SANTO ROSARIO

 

 20 frases de santos y beatos que te harán amar más el Santo Rosario

POR ABEL CAMASCA | ACI Prensa


Desde que se empezó a propagar la devoción al Santo Rosario, por pedido de la Virgen María en el siglo XIII, muchos santos y beatos a lo largo de los tiempos tuvieron una profunda devoción a esta oración mariana y ayudaron a su difusión.


Aquí 20 frases de aquellos que crecieron en santidad con el rezo del Rosario:


1. San Pío X

“Si quieren que la paz reine en sus familias y en su patria, recen todos los días el Rosario con todos los suyos”. 


2. San Francisco de Sales 

“Rezar mi Rosario es mi más dulce ocupación y una verdadera alegría, porque sé que mientras lo rezo estoy hablando con la más amable y generosa de las madres”. 


3. San José de Calasanz

“Hacer saber a todos que sean devotos del Santísimo Rosario, en el que se contiene la vida, pasión y muerte de nuestro Redentor”. 


4. San Luis María Grignion de Montfort

“La práctica del Santo Rosario es grande, sublime y divina. El Cielo nos la ha dado para convertir a los pecadores más endurecidos y a los herejes más obstinados” .


5. San Alfonso María de Ligorio

“Si queremos aliviar a las benditas almas del Purgatorio, procuremos rogar por ellas a la Santísima Virgen, aplicando por ellas de modo especial el Santo Rosario que les servirá de gran alivio”.


6. San Antonio María Claret

“Las mejores conquistas de almas que he logrado, las he conseguido por medio del rezo devoto del Santo Rosario”. 


7. San Juan María Vianney (Santo Cura de Ars)

“Con esta arma le he quitado muchas almas al diablo”.  


8. San Juan Bosco

“Sobre la devoción de la Virgen y el rezo del Rosario se basa toda mi obra educativa. Preferiría renunciar a cualquier otra cosa, antes que al Rosario”. 


9. Santa Teresita del Niño Jesús (Teresita de Lisieux)

“Con el Rosario se puede alcanzar todo. Según una graciosa comparación, es una larga cadena que une el Cielo y la tierra, uno de cuyos extremos está en nuestras manos y el otro en las de la Santísima Virgen. Mientras el Rosario sea rezado, Dios no puede abandonar al mundo, pues esta oración es muy poderosa sobre su Corazón”. 


10. San Pablo VI

“El rezo del Rosario exige un ritmo tranquilo y un reflexivo remanso que favorezcan en quien ora la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del Corazón de Aquella que estuvo más cerca del Señor”.  


11. San Josemaría Escrivá

“Ojalá sepas y quieras tú sembrar en todo el mundo la paz y la alegría, con esta admirable devoción mariana”. 


12. San Juan XXIII

“El Rosario es una muy excelente forma de oración meditada, compuesta a modo de mística corona”. 


13. San Juan Pablo II

“El Rosario me ha acompañado en los momentos de alegría y en los de tribulación. A él he confiado tantas preocupaciones y en él siempre he encontrado consuelo”. 


14.  Santa Teresa de Calcuta

“Aférrate al Rosario como las hojas de la hiedra se aferran al árbol; porque sin nuestra Señora no podemos permanecer”. 


15. San Pío de Pietrelcina

“¡Amen a la Virgen y háganla amar. Reciten siempre el Rosario!”. 


16. San Juan Berchmans

“Denme mis armas: la cruz, la corona del Rosario de la Santísima Virgen y las reglas de la Compañía. Estas son mis tres prendas más amadas; con ellas moriré contento”. 


17. San Miguel Febres (Santo Hermano Miguel)

“Un cristiano sin Rosario, es un soldado sin armas”. 


18. Beato Álvaro del Portillo

“Al desgranar el Rosario, suplicad a la Reina del Mundo por la santidad de la familia”. 


19. Beato Bartolomé Longo

“Como dos amigos, frecuentándose, suelen parecerse también en las costumbres, así nosotros, conversando familiarmente con Jesús y la Virgen, al meditar los Misterios del Rosario, y formando juntos una misma vida de comunión, podemos llegar a ser, en la medida de nuestra pequeñez, parecidos a ellos, y aprender de estos eminentes ejemplos el vivir humilde, pobre, escondido, paciente y perfecto”. 


20. Santo Domingo de Guzmán

“Estás viendo el fruto que he conseguido con la predicación del Santo Rosario; haz lo mismo, tú y todos los que aman a María, para de ese modo atraer todos los pueblos al pleno conocimiento de las virtudes”. 

sábado, 15 de mayo de 2021

COMO REZAR EL SANTO ROSARIO EN EL MES DE MAYO 2021

 



 Cómo rezar el Santo Rosario



1.- Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

2.- Rezar el Acto de Contrición: Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón de haberos ofendido; también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.

3.- Rezar tres avemarías y un Gloria.

4.- En función del día de la semana, elegimos los misterios a meditar, según lo que se indica más abajo. Tras enunciar el primer misterio, se reza un padrenuestro.

Misterios Gozosos (Lunes y Sábados)

La Encarnación del Hijo de Dios.

La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.

El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén.

La Purificación de Nuestra Señora y Presentación del Niño Jesús.

El Niño perdido y hallado en el Templo.


Misterios Dolorosos (Martes y Viernes)

La Oración de Jesús en el Huerto de los olivos.

La Flagelación del Señor.

La Coronación de espinas.

La Cruz a cuestas camino del Calvario .

Crucifixión y muerte de Jesús en la Cruz.


Misterios Gloriosos (Miércoles  y Domingos)

La Resurrección del Señor.

La Ascensión del Señor.

La Venida del Espíritu Santo.

La Asunción de Nuestra Señora.

La Coronación de María Santísima.


Misterios Luminosos (Jueves)

El Bautismo en el Jordán

La autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná.

El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión.

La Transfiguración del Señor en el monte Tabor.

La institución de la Sagrada Eucaristía.


5.- Se rezan 10 avemarías, un gloria y a continuación la Jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

6.- Se enuncia el segundo misterio y se reza un padrenuestro.

7.- Se rezan 10 avemarías, un Gloria y la Jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

8.- Se enuncia el tercer misterio y se reza un padrenuestro.

9.- Se rezan 10 avemarías, un Gloria y la Jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

10.- Se enuncia el cuarto misterio y se reza un padrenuestro.

11.- Se rezan 10 avemarías, un Gloria y la Jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

12.- Se enuncia el quinto misterio y se reza un padrenuestro.

13.- Se rezan 10 avemarías, un Gloria y la Jaculatoria: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

14.- Se reza un padrenuestro y estas tres avemarías:

Dios te salve, María, Hija de Dios Padre, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita Tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.


15.- Finalmente, se reza la Letanía de la Santísima Virgen María:

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad

Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad

Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.

Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos

Dios, Padre celestial. Ten misericordia de nosotros.

Dios, Hijo Redentor del mundo. Ten misericordia de nosotros.

Dios, Espíritu Santo. Ten misericordia de nosotros.

Trinidad santa, un solo Dios. Ten misericordia de nosotros.

Santa María. Ruega por nosotros

Santa Madre de Dios. Ruega por nosotros.

Santa Virgen de las Vírgenes. Ruega por nosotros.

Madre de Cristo. Ruega por nosotros.

Madre de la Iglesia. Ruega por nosotros.

Madre de la misericordia. Ruega por nosotros.

Madre de la Divina Gracia. Ruega por nosotros.

Madre purísima. Ruega por nosotros.

Madre castísima. Ruega por nosotros.

Madre y Virgen. Ruega por nosotros.

Madre sin mancha. Ruega por nosotros.

Madre inmaculada. Ruega por nosotros.

Madre amable. Ruega por nosotros.

Madre admirable. Ruega por nosotros.

Madre del buen consejo. Ruega por nosotros.

Madre del Creador. Ruega por nosotros.

Madre del Salvador. Ruega por nosotros.

Virgen prudentísima. Ruega por nosotros.

Virgen digna de veneración. Ruega por nosotros.

Virgen poderosa. Ruega por nosotros.

Virgen acogedora. Ruega por nosotros.

Virgen fiel. Ruega por nosotros.

Ideal de santidad. Ruega por nosotros.

Trono de sabiduría. Ruega por nosotros.

Causa de nuestra alegría. Ruega por nosotros.

Templo del Espíritu Santo. Ruega por nosotros.

Madre de la Divina gracia. Ruega por nosotros.

Madre de la esperanza. Ruega por nosotros.

Modelo de entrega a Dios. Ruega por nosotros.

Rosa escogida. Ruega por nosotros.

Fuerte como la torre de David. Ruega por nosotros.

Hermosa como torre de marfil. Ruega por nosotros.

Casa de oro. Ruega por nosotros.

Arca de la Nueva Alianza. Ruega por nosotros.

Puerta del cielo. Ruega por nosotros.

Estrella de la mañana. Ruega por nosotros.

Salud de los enfermos. Ruega por nosotros.

Refugio de los pecadores. Ruega por nosotros.

Consuelo para los migrantes. Ruega por nosotros.

Consoladora de los tristes. Ruega por nosotros.

Auxilio de los cristianos. Ruega por nosotros.

Reina de los Ángeles. Ruega por nosotros.

Reina de los Patriarcas. Ruega por nosotros.

Reina de los Profetas. Ruega por nosotros.

Reina de los Apóstoles. Ruega por nosotros.

Reina de los Mártires. Ruega por nosotros.

Reina de los confesores de la fe. Ruega por nosotros.

Reina de las Vírgenes. Ruega por nosotros.

Reina de todos los Santos. Ruega por nosotros.

Reina concebida sin pecado original. Ruega por nosotros.

Reina llevada al cielo. Ruega por nosotros.

Reina del Santo Rosario. Ruega por nosotros.

Reina de la Familia. Ruega por nosotros.

Reina de la paz. Ruega por nosotros.


Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten misericordia de nosotros.


Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

Oración

Te pedimos, Señor, que nosotros tus siervos, gocemos siempre de salud de alma y cuerpo y por la intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del Cielo.

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Ave María Purísima. Sin pecado concebida.



Nota sobre el rezo del Rosario durante el mes de Mayo de 2021

El Papa Francisco nos ha exhortado a rezar en familia el Santo Rosario durante el mes de mayo de 2021 y, al término del mismo, nos invita a rezar unidos a él una de las dos oraciones que trascribimos a continuación:



Oración 1

Oración a la Virgen María contra el coronavirus

Madre del Divino Amor

Oh María, Tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y esperanza. Nosotros nos encomendamos a Ti, salud de los enfermos, que ante la Cruz fuiste asociada al dolor de Jesús manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación del Pueblo Romano, sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás para que, como en Caná de Galilea, pueda regresar la alegría y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, que ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos. Y ha tomado sobre sí nuestros dolores para llevarnos, a través de la Cruz, al gozo de la Resurrección. Amén.

Bajo tu protección, buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies las súplicas de los que estamos en la prueba y líbranos de todo peligro, ¡oh Virgen gloriosa y bendita!




Oración 2

“Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios”.

En la dramática situación actual, llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección.

Oh Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia de coronavirus, y consuela a los que se encuentran confundidos y lloran por la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un modo que hiere el alma. Sostiene a aquellos que están angustiados porque, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de las personas enfermas. Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.

Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza.

Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de emergencia combaten en primera línea y arriesgan sus vidas para salvar otras vidas. Acompaña su heroico esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud.

Permanece junto a quienes asisten, noche y día, a los enfermos, y a los sacerdotes que, con solicitud pastoral y compromiso evangélico, tratan de ayudar y sostener a todos.

Virgen Santa, ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas y se venza este virus.

Asiste a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad.

Santa María, toca las conciencias para que las grandes sumas de dinero utilizadas en la incrementación y en el perfeccionamiento de armamentos sean destinadas a promover estudios adecuados para la prevención de futuras catástrofes similares.

Madre amantísima, acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos, para que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria. Anima la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio y la constancia en la oración.

Oh María, Consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad.

Nos encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén.

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