XII Domingo Ordinario
21 de junio de 2020
Santos:
San Luis Gonzaga, Religioso (1568-1591)
Lecturas del día:
Primera lectura
Jeremías 20:10-13
10 Escuchaba las calumnias de la turba: «¡Terror por doquier!, ¡denunciadle!, ¡denunciémosle!» Todos aquellos con quienes me saludaba estaban acechando un traspiés mío: «¡A ver si se distrae, y le podremos, y tomaremos venganza de él!»
11 Pero Yahveh está conmigo, cual campeón poderoso. Y así mis perseguidores tropezarán impotentes; se avergonzarán mucho de su imprudencia: confusión eterna, inolvidable.
12 ¡Oh Yahveh Sebaot, juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón!, vea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.
13 Cantad a Yahveh, alabad a Yahveh, porque ha salvado la vida de un pobrecillo de manos de malhechores.
Salmo responsorial
Salmo 69:8-10, 14, 17, 33-35
8 Pues por ti sufro el insulto, y la vergüenza cubre mi semblante;
9 para mis hermanos soy un extranjero, un desconocido para los hijos de mi madre;
10 pues me devora el celo de tu casa, y caen sobre mí los insultos de los que te insultan.
14 Mas mi oración hacia ti, Yahveh, en el tiempo propicio: por tu gran amor, oh Dios, respóndeme, por la verdad de tu salvación.
17 ¡Respóndeme, Yahveh, pues tu amor es bondad; en tu inmensa ternura vuelve a mí tus ojos;
33 Lo han visto los humildes y se alegran; ¡viva vuestro corazón, los que buscáis a Dios!
34 Porque Yahveh escucha a los pobres, no desprecia a sus cautivos.
35 ¡Alábenle los cielos y la tierra, el mar y cuanto bulle en él!
Segunda lectura
Romanos 5:12-15
12 Por tanto, como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron;
13 - porque, hasta la ley, había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa no habiendo ley;
14 con todo, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no pecaron con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de venir...
15 Pero con el don no sucede como con el delito. Si por el delito de uno solo murieron todos ¡cuánto más la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un solo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos!
Evangelio
Mateo 10:26-33
26 «No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse.
27 Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados.
28 «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
29 ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre.
30 En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
31 No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
32 «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos;
33 pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos.
Comentario al Evangelio de hoy domingo, 21 de junio de 2020
Fernando Torres cmf
¡No tengan miedo!
Las personas y los pueblos a veces se sienten dominados por el miedo, por el temor. Sentimos miedo ante lo desconocido. Los otros se nos figuran como sombras amenazadoras. Su rostro, por desconocido, nos inquieta. Y de ahí es de donde surge la violencia la mayor parte de las veces. En el Evangelio de hoy Jesús nos invita a cambiar de actitud. Invitó a los apóstoles, que eran los que escucharon sus palabras en aquel momento, a que fuesen por los pueblos y ciudades de Palestina a anunciar el Reino de Dios sin miedo. ¿A quién podían temer? ¿Qué les podía suceder? Jesús les dijo muy claramente que podían morir incluso. Pero que no hay que tener miedo a los que pueden matar el cuerpo pero no el alma. Porque el Padre del cielo estaba de su parte.
Nos puede parecer que es un mensaje duro y difícil de vivir en la práctica. Todos tenemos miedo a algo, pero quizá más que todo tenemos miedo a la muerte. Pero Jesús nos invita a situarnos en una perspectiva diferente. ¿Qué es la muerte sino el paso necesario para encontrarse con Dios, nuestro Padre? Él nos está esperando con los brazos abiertos. Además siendo él nuestro Padre, no dejará que nos suceda nada malo. Hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados.
Al final, todos nos tendremos que enfrentar al momento de la muerte por mucho que no nos guste hablar de ello. Lo que Jesús nos invita es a vivir ese momento con la confianza puesta en Dios. Ese momento y toda nuestra vida. Porque así viviremos de un modo diverso. Con una actitud diferente. Sentiremos la alegría de vivir y disfrutar de este inmenso regalo que Dios nos ha hecho. Cada uno de sus minutos y segundos. Y comunicaremos a los que viven cerca de nosotros esa alegría y esa confianza. Tendremos fuerza para luchar con las dificultades que nos vayamos encontrando, porque Dios, estamos convencidos, está con nosotros.
Eso fue lo que Jesús dijo a los discípulos. No debían tener miedo porque Dios Padre estaba con ellos. Y porque difícilmente se puede anunciar un mensaje tan alegre como el del Reino si el que lo anuncia vive atemorizado. Hoy somos nosotros los portadores de ese mensaje. Y nadie nos creerá si no nos ve vivir con alegría y confianza. Porque sabemos que nuestra alegría y nuestra confianza se apoyan en Dios mismo. Esa es la verdadera alegría. Y la tristeza nace en el momento en que nos olvidamos de Dios. Entonces hasta las carcajadas se nos vuelven amargas. Pero no hay que permitir que eso suceda. La eucaristía de cada domingo nos recuerda que Dios está con nosotros, que no nos abandona y que se hace alimento para nuestra vida. Para que encontremos la verdadera alegría y perdamos el temor.
Para la reflexión
¿Qué cosas o situaciones son las que te dan miedo y te hacen sentirte inseguro? ¿Crees que la fe te puede ayudar a vivir más alegre y confiado? ¿Por qué no lo intentas?