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miércoles, 5 de octubre de 2022
ORACIONES PARA EL PRIMER VIERNES DE MES DE OCTUBRE - SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
¿SABÍAS QUE PUEDES GANAR INDULGENCIAS CON EL SANTO ROSARIO?
¿Sabías que puedes ganar indulgencias con el Santo Rosario?
POR ABEL CAMASCA | ACI Prensa
Mucho se ha escrito sobre el poder espiritual que tiene el Santo Rosario, pero tal vez algo poco conocido es la gracia de la indulgencia que se puede obtener con esta oración mariana, la favorita de San Juan Pablo II.
En su Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae (Rosario de la Virgen María, 37), el Papa peregrino escribió que “para fomentar esta proyección eclesial del Rosario, la Iglesia ha querido enriquecerlo con santas indulgencias para quien lo recita con las debidas disposiciones”.
Al respecto, la Concesión 17 del Enchiridion Indulgentiarum (Manual de Indulgencias) de la Penitenciaría Apostólica del Vaticano, indica que se concede indulgencia plenaria al fiel que “recite devotamente el Rosario mariano en una iglesia u oratorio, o en familia, en una comunidad religiosa, en una reunión de fieles y en general, cuando varios se reúnen para un fin honesto”.
Asimismo, la indulgencia plenaria se obtiene cuando el fiel “se una devotamente a la recitación de esa misma devoción, cuando es hecha por el Sumo Pontífice y es difundida por medio de un instrumento televisivo o radiofónico. En otras circunstancias la indulgencia será parcial”.
En el caso de la oración vocal “debe añadirse la devota meditación de los misterios” y que en el rezo público, “los misterios deben enunciarse conforme a la costumbre aprobada en el lugar; pero en la recitación privada, basta que el fiel añada a la oración vocal la meditación de los misterios”.
La indulgencia plenaria se puede ganar una vez al día (excepto en peligro de muerte). Es posible obtenerla cumpliendo los requisitos generales que establece la Iglesia: confesión sacramental, comunión eucarística y oración por las intenciones del Papa.
La indulgencia también se puede obtener para un difunto.
Sobre los rosarios bendecidos por sacerdotes u obispos
Por otro lado, el Beato Papa Pablo VI estableció en la Constitución Apostólica Indulgentiarum Doctrina (Doctrina de las indulgencias, Norma 17), que “el fiel que emplea con devoción un objeto de piedad (crucifijo, cruz, Rosario, escapulario o medalla), bendecido debidamente por cualquier sacerdote, gana una indulgencia parcial”.
“Y si hubiese sido bendecido por el Sumo Pontífice o por cualquier Obispo, el fiel, empleando devotamente dicho objeto, puede ganar también una indulgencia plenaria en la fiesta de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, añadiendo alguna fórmula legítima de profesión de fe”.
Al respecto el P. Jhon Phalen Csc, gran propagador de la devoción del Santo Rosario en Familia, advirtió que emplear con devoción un objeto de piedad quiere decir rezar.
“Yo digo que es como una profesión de fe llevar una cruz o hasta el Rosario. Pero el Rosario en sí, más que la cosa concreta, es la oración. Entonces hay que rezarlo”, aclaró el sacerdote. “De otra forma se presta a tener demasiada fe en el objeto y no en Dios… El objeto nos ayuda a comunicarnos, relacionarnos con Dios”, añadió.
Por lo tanto, no basta con llevar el Rosario en el cuello, el bolsillo o el bolso para ganar la indulgencia parcial, sino que se tiene que usar para la oración, para acercarnos más a Dios en la propia vida.
Traducción del latín de la ‘Enchiridion Indulgentiarum’ por P. Pablo Corante, SDB.
EL PAPA FRANCISCO INVITA A SEGUIR EL EJEMPLO DE SAN FRANCISCO DE ASÍS
El Papa Francisco invita a seguir el ejemplo de San Francisco de Asís
POR ALMUDENA MARTÍNEZ-BORDIÚ | ACI Prensa
Crédito: Daniel Ibáñez/ACI Prensa
Tras finalizar la Audiencia General de este miércoles, el Papa Francisco recordó que ayer se celebró el día de San Francisco de Asís, patrón de Italia.
Como cada 4 de octubre, la Iglesia celebró a San Francisco de Asís, el santo que reconoció a Dios en la naturaleza y a quien el Señor le concedió el don de poder acompañarlo en los dolores de su Pasión.
“Invito a todos a imitar a San Francisco, patrón de Italia, cuya fiesta celebramos ayer”, dijo el Santo Padre ante los fieles que le escuchaban desde la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Además, pidió “que su ejemplo de consagración a Dios, de servicio a los hombres y de fraternidad con las criaturas guíe vuestro camino”.
En el día de San Francisco de Asís, el Papa Francisco publicó un mensaje a través de su perfil oficial de Twitter donde explicó que el santo “se sentía hermano del sol, del mar y del viento”.
“Sembró paz por todas partes y caminó junto a los pobres, los abandonados, los enfermos, los descartados, los últimos ¡Sigamos su ejemplo!”, exclamó el Papa.
EL EVANGELIO DE HOY MIÉRCOLES 5 DE OCTUBRE DE 2022
Miércoles 27 del tiempo ordinario
Miércoles 5 de octubre de 2022
Ver 1ª Lectura y Salmo
1ª Lectura (Gál 2,1-2.7-14): Transcurridos catorce años, subí otra vez a Jerusalén en compañía de Bernabé, llevando también a Tito. Subí por una revelación. Les expuse el Evangelio que predico a los gentiles, aunque en privado, a los más representativos, por si acaso mis afanes de entonces o de antes eran vanos. Al contrario, vieron que Dios me ha encargado de anunciar el Evangelio a los gentiles, como a Pedro de anunciarlo a los judíos; el mismo que capacita a Pedro para su misión entre los judíos me capacita a mí para la mía entre los gentiles. Reconociendo, pues, el don que he recibido, Santiago, Pedro y Juan, considerados como columnas, nos dieron la mano a Bernabé y a mí en señal de solidaridad, de acuerdo en que nosotros fuéramos a los gentiles y ellos a los judíos.
Una sola cosa nos pidieron: que nos acordáramos de sus pobres, esto lo he tomado muy a pecho. Pero cuando Pedro llegó a Antioquía, tuve que encararme con él, porque era reprensible. Antes de que llegaran ciertos individuos de parte de Santiago, comía con los gentiles; pero cuando llegaron aquéllos, se retrajo y se puso aparte, temiendo a los partidarios de la circuncisión. Los demás judíos lo imitaron en esta simulación, tanto que el mismo Bernabé se vio arrastrado con ellos a la simulación. Ahora que cuando yo vi que su conducta no cuadraba con la verdad del Evangelio, le dije a Pedro delante de todos: «Si tú, siendo judío, vives a lo gentil y no a lo judío, ¿cómo fuerzas a los gentiles a las prácticas judías?».
Salmo responsorial: 116
R/. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio.
Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos.
Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre.
Versículo antes del Evangelio (Rom 8,15): Aleluya. Hemos recibido un espíritu de hijos, que nos hace exclamar: ¡Padre! Aleluya.
Texto del Evangelio (Lc 11,1-4): Sucedió que, estando Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación».
«Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos»
Fr. Austin Chukwuemeka IHEKWEME
(Ikenanzizi, Nigeria)
Hoy vemos cómo uno de los discípulos le dice a Jesús: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos» (Lc 11,1). La respuesta de Jesús: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación» (Lc 11,2-4), puede ser resumida con una frase: la correcta disposición para la oración cristiana es la disposición de un niño delante de su padre.
Vemos enseguida que la oración, según Jesús, es un trato del tipo “padre-hijo”. Es decir, es un asunto familiar basado en una relación de familiaridad y amor. La imagen de Dios como padre nos habla de una relación basada en el afecto y en la intimidad, y no de poder y autoridad.
Rezar como cristianos supone ponernos en una situación donde vemos a Dios como padre y le hablamos como sus hijos: «Me has escrito: ‘Orar es hablar con Dios. Pero, ¿de qué?’. —¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias..., ¡flaquezas!: y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio. En dos palabras: conocerle y conocerte: ¡tratarse!’» (San Josemaría).
Cuando los hijos hablan con sus padres se fijan en una cosa: transmitir en palabras y lenguaje corporal lo que sienten en el corazón. Llegamos a ser mejores mujeres y hombres de oración cuando nuestro trato con Dios se hace más íntimo, como el de un padre con su hijo. De eso nos dejó ejemplo Jesús mismo. Él es el camino.
Y, si acudes a la Virgen, maestra de oración, ¡qué fácil te será! De hecho, «la contemplación de Cristo tiene en María su modelo insuperable. El rostro del Hijo le pertenece de un modo especial (...). Nadie se ha dedicado con la asiduidad de María a la contemplación del rostro de Cristo» (Juan Pablo II).
5 de octubre: Santa Faustina Kowalska, religiosa
Texto del Evangelio (Jn 15,1-8): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos».
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«Si permanecéis en mí (…), pedid lo que queráis y lo conseguiréis»
Rev. D. Antoni CAROL i Hostench
(Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)
Hoy es la fiesta de santa Faustina Kowalska (Polonia, 1905-1938), canonizada por san Juan Pablo II el año 2000. Jesucristo la eligió como su “secretaria” para la difusión de la devoción a la Divina Misericordia.
«Permaneced en mí, como yo en vosotros» (Jn 15,4), nos pide Jesucristo. Santa Faustina permaneció muy unida a Nuestro Señor, particularmente asociada a su Pasión. Fiel reflejo de la misericordia de Dios, sor Faustina ofreció generosamente su propia vida en expiación por los pecados de la Humanidad y por la salvación de las almas. Dios aceptó su ofrecimiento y, de hecho, santa Faustina murió afectada por muchos dolores que llevó durante años con paciencia y discreción. Hacia el final de su vida escribía: «Oh Jesús mío, haz conmigo lo que Te agrade. Dame solamente la fuerza para sufrir. Si me sostiene Tu fuerza, aguantaré todo. Oh almas, cuánto las amo».
Jesús no se deja ganar en generosidad: «Si permanecéis en mí (…), pedid lo que queráis y lo conseguiréis» (Jn 15,7). El amor de santa Faustina a Jesús era tan grande que con sus sufrimientos “ataba las manos” del Señor: «Una vez el Señor me dijo: ‘Hija Mía, tu confianza y tu amor impiden Mi justicia y no puedo castigar porque Me lo impides. Oh, cuánta fuerza tiene el alma llena de confianza». Incluso, naciones enteras deben su existencia a la intercesión de sor Faustina: «El día de hoy lo ofrecí por Rusia, todos mis sufrimientos y mis oraciones los ofrecí por este pobre país. Después de la Santa Comunión, Jesús me dijo: ‘No puedo soportar este país más tiempo, no Me ates las manos, hija Mía’».
Dios nos ha dado a conocer su infinita Misericordia: Él nos la brinda, pero no puede imponérnosla. Por eso, necesita pregoneros de su Amor misericordioso. Hoy el Señor también nos dice a cada uno, como a santa Faustina: «Necesito tus sufrimientos para salvar las almas. Une tus sufrimientos a Mi Pasión y ofrécelos al Padre Celestial por los pecadores».
martes, 4 de octubre de 2022
ESTOS SEIS SANTOS FUERON AMIGOS DE LOS ANIMALES
Estos 6 santos fueron amigos de los animales
POR MARÍA XIMENA RONDÓN | ACI Prensa
Uno de los santos que destacó por su amor a la creación y cercanía con los animales fue San Francisco de Asís, cuya fiesta se celebra este 4 de octubre. Al igual que él, hay otros santos que también demostraron su amor a los animales.
1. San Francisco de Asís
En la ciudad italiana de Gubbio, en Umbría, provincia de Perugia, había un lobo que atemorizaba a la población, ya que devoraba animales y personas. Frente a ello, San Francisco quiso ayudar y fue hasta el lugar donde se encontraba la bestia.
Cuando el animal se le acercó, el santo le hizo la señal de la Cruz en el hocico y le dijo: “¡Ven aquí, hermano lobo! Yo te mando de parte de Cristo que no hagas daño ni a mí ni a nadie”.
Entonces el lobo se acercó mansamente y el santo le pidió que no vuelva a hacer daño a ningún hombre o animal y le prometió que a cambio los habitantes le darían alimento.
San Francisco le tendió una mano y el animal puso en ella una de sus patas delanteras a modo de “acuerdo”. Desde entonces el lobo recorría la ciudad sin hacer daño a nadie, e incluso la muerte del animal fue lamentada por el pueblo.
El santo también solía predicar a las aves que se reunían a su alrededor. El amor de San Francisco de Asís por la naturaleza era tan grande que llegó a componer un cántico para agradecer y alabar a Dios por toda la creación.
2. San Pío de Pietrelcina
El P. Jean Marie Benjamin es un sacerdote francés que en los años 60 asistió a una Misa celebrada por San Pío de Pietrelcina en San Giovanni Rotondo (Italia).
Según relató el sacerdote a ACI Stampa, agencia en italiano del Grupo ACI, en el momento en que el santo las palabras para consagrar la hostia, los pájaros que estaban en las ventanas de la iglesia dejaron de cantar.
3. San José de Cupertino
Uno de los diversos dones sobrenaturales de San José de Cupertino, además de la levitación, fue el don de comunicarse con los animales. Por ejemplo, las ovejas lo escuchaban con atención cuando rezaba y las golondrinas lo seguían mientras caminaba.
La estadounidense Joan Carroll Cruz escribió en su libro “Misterios, Maravillas y Milagros en las vidas de los Santos” la historia de un pájaro que solía acompañar con sus cantos a las religiosas de Santa Clara en la ciudad de Cupertino.
Según señala Carroll, un día dos novicias comenzaron a pelear y el ave se puso en medio. Frente al inesperado suceso, una de ellas lo atacó y el pájaro se alejó. Entonces, las religiosas le pidieron al santo que lo llamara de vuelta y el ave regresó.
En otra ocasión, el pájaro ingresó al área del coro y dejó que las religiosas lo acariciaran. De pronto, una de ellas le ató una campanita en la pata y el pájaro huyó. Al ver que no regresaba, las monjas volvieron a recurrir a San José de Cupertino.
El santo respondió al llamado y dijo que había enviado al ave para que cantara con ellas y no para que toque una campana. Luego le pidió al pajarito que regresara y este se quedó con las monjas.
4. Don Bosco
En 1883, mientras caminaba por la ciudad italiana de Turín, San Juan Bosco notó que un perro grande lo seguía. El santo se acercó al animal para acariciarlo y debido a su color gris lo llamó “Grigio”.
Desde entonces, el perro lo seguía cuando caminaba solo en las noches. En una ocasión, un hombre disparó a Don Bosco y Grigio apareció inmediatamente para defenderlo.
En otra ocasión el perro atacó a un bandido que había colocado una bolsa en la cabeza al santo.
Otro día, un desconocido quiso herir a San Juan Bosco con una estaca, pero él se defendió. Frente a su respuesta, el delincuente llamó a gritos a sus cómplices y de pronto apareció Grigio y comenzó a ladrarle.
Entonces, el hombre le pidió al santo que tranquilizara al perro y Don Bosco accedió a su pedido con la condición de que ni él ni sus compañeros volvieran a atacarlo.
5. San Antonio María Claret
San Antonio María Claret, fundador de la orden de los Misioneros Claretianos, narró en su autobiografía que cuando oía el canto de las aves durante sus viajes, se acercaba a estas y “les hablaba del cántico eterno y nuevo del cielo”.
Por su parte, la autora Joan Carroll Cruz también cuenta en su libro “Misterios, Maravillas y Milagros en las vidas de los Santos” que durante el funeral de San Antonio María Claret, apareció un pájaro y comenzó a cantar las melodías de los salmos que entonaban los asistentes.
6. San Francisco Javier
En una de las paredes de la basílica dedicada a San Francisco Javier en Navarra (España), está plasmado un suceso curioso que vivió el santo durante uno de sus viajes.
Un día, mientras navegaba rumbo a las islas Molucas, en Indonesia, se desató una tormenta y lanzó su crucifijo al mar para calmar las aguas.
Cuando llegó a la playa, se sorprendió al ver a un cangrejo que sostenía entre sus pinzas el crucifijo.
EL EVANGELIO DE HOY MARTES 4 DE OCTUBRE DE 2022 - SAN FRANCISCO DE ASÍS -
Martes 27 del tiempo ordinario
Martes 4 de octubre de 2022
1ª Lectura (Gál 1,13-24): Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo: con qué saña perseguía a la Iglesia de Dios y la asolaba, y me señalaba en el judaísmo más que muchos de mi edad y de mi raza, como partidario fanático de las tradiciones de mis antepasados. Pero, cuando aquel que me escogió desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia se dignó revelar a su Hijo en mí, para que yo lo anunciara a los gentiles, en seguida, sin consultar con hombres, sin subir a Jerusalén a ver a los apóstoles anteriores a mí, me fui a Arabia, y después volví a Damasco.
Más tarde, pasados tres años, subí a Jerusalén para conocer a Pedro, y me quedé quince días con él. Pero no vi a ningún otro apóstol, excepto a Santiago, el pariente del Señor. Dios es testigo de que no miento en lo que os escribo. Fui después a Siria y a Cilicia. Las Iglesias cristianas de Judea no me conocían personalmente; sólo habían oído decir que el antiguo perseguidor predicaba ahora la fe que antes intentaba destruir, y alababan a Dios por causa mía.
Salmo responsorial: 138
R/. Guíame, Señor, por el camino eterno.
Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.
Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras.
Conocías hasta el fondo de mi alma, no desconocías mis huesos. Cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra.
Versículo antes del Evangelio (Lc 11,28): Aleluya. Dichosos los que escuchan la palabra de Dios y la ponen en práctica, dice el Señor. Aleluya.
Texto del Evangelio (Lc 10,38-42): En aquel tiempo, Jesús entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude». Le respondió el Señor: «Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada».
«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola»
Rev. D. Josep RIBOT i Margarit
(Tarragona, España)
Hoy, como cada día, puedes aprender del Evangelio. Jesús, invitado en el hogar de Betania, nos da una lección de humanidad: Él, que quería a la gente, se deja querer, porque las dos cosas son importantes. Rechazar las muestras de afecto, de Dios y de los demás, sería un grave error, de consecuencias nefastas para la santidad.
¿Marta o María? Pero..., ¿por qué enfrentar a quienes tanto se querían, y querían tanto a Dios? Jesús amaba a Marta y María, y a su hermano Lázaro, y nos ama a cada uno de nosotros.
En el camino de la santidad no hay dos almas iguales. Todos procuramos amar a Dios, pero con estilo y personalidad propios, sin imitar a nadie. Nuestro modelo está en Cristo y la Virgen. ¿Te molesta la manera de tratar a Dios de otros? Intenta aprender de su piedad personal.
«Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude» (Lc 10,40). Servir a los demás, por amor a Dios, es un honor, no una carga. ¿Servimos con alegría, como la Virgen a su prima santa Isabel o en las bodas de Caná, o como Jesús, en el lavatorio de los pies en la Última Cena?
«Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola» (Lc 10,41-42). No perdamos la paz, ni el buen humor. Y para eso, cuidemos la presencia de Dios. «Sabedlo bien: hay un algo santo, divino, escondido en las situaciones más comunes, que toca a cada uno de vosotros descubrir (…); o sabemos encontrar en nuestra vida ordinaria al Señor, o no lo encontraremos nunca» (San Josemaría).
«María ha elegido la mejor parte, que no le será quitada» (Lc 10,42). Dios nos quiere felices. Que nuestra Madre del Cielo nos ayude a experimentar la alegría de la entrega.
lunes, 3 de octubre de 2022
domingo, 2 de octubre de 2022
EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 2 DE OCTUBRE DE 2022
Domingo XXVII (C) del tiempo ordinario
Domingo 2 de octubre de 2022
1ª Lectura (Hab 1,2-3; 2,2-4): ¿Hasta cuándo, Señor, pediré auxilio sin que me oigas, te gritaré: ¡Violencia!, sin que me salves? ¿Por qué me haces ver crímenes y contemplar opresiones? ¿Por qué pones ante mí destrucción y violencia, y surgen disputas y se alzan contiendas? Me respondió el Señor: Escribe la visión y grábala en tablillas, que se lea de corrido; pues la visión tiene un plazo, pero llegará a su término sin defraudar. Si se atrasa, espera en ella, pues llegará y no tardará. Mira, el altanero no triunfará; pero el justo por su fe vivirá.
Salmo responsorial: 94
R/. Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: «No endurezcáis vuestro corazón».
Venid, aclamemos al Señor, demos vítores a la Roca que nos salva; entremos a su presencia dándole gracias, aclamándolo con cantos.
Entrad, postrémonos por tierra, bendiciendo al Señor, creador nuestro. Porque él es nuestro Dios, y nosotros su pueblo, el rebaño que él guía.
Ojalá escuchéis hoy su voz: «No endurezcáis el corazón como en Meribá, como el día de Masa en el desierto; cuando vuestros padres me pusieron a prueba y me tentaron, aunque habían visto mis obras».
2ª Lectura (2Tim 1,6-8.13-14): Querido hermano: Te recuerdo que reavives el don de Dios que hay en ti por la imposición de mis manos, pues Dios no nos ha dado un espíritu de cobardía, sino de fortaleza, de amor y de templanza. Así pues, no te avergüences del testimonio de nuestro Señor ni de mí, su prisionero; antes bien, toma parte en los padecimientos por el Evangelio, según la fuerza de Dios. Ten por modelo las palabras sanas que has oído de mí en la fe y el amor que tienen su fundamento en Cristo Jesús. Vela por el precioso depósito con la ayuda del Espíritu Santo que habita en nosotros.
Versículo antes del Evangelio (1Pe 1,25): Aleluya. La palabra de Dios permanece para siempre. Y ésa es la palabra que se os ha anunciado. Aleluya.
Texto del Evangelio (Lc 17,5-10): En aquel tiempo, los apóstoles dijeron al Señor; «Auméntanos la fe». El Señor dijo: «Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: ‘Arráncate y plántate en el mar’, y os habría obedecido.
»¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: ‘Pasa al momento y ponte a la mesa?’. ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?’. ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: ‘Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer’».
«Somos siervos inútiles; hemos hecho lo que debíamos hacer»
+ Rev. D. Josep VALL i Mundó
(Barcelona, España)
Hoy, Cristo nos habla nuevamente de servicio. El Evangelio insiste siempre en el espíritu de servicio. Nos ayuda a ello la contemplación del Verbo de Dios encarnado —el siervo de Yavé, de Isaías— que «se anonadó y tomó la condición de esclavo» (Flp 2,2-7). Cristo afirma también: «Yo estoy entre vosotros como el que sirve» (Lc 22,27), pues «el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida en rescate por todos» (Mt 20,28). En una ocasión, el ejemplo de Jesús se concretó realizando el trabajo de un esclavo al lavar los pies de sus discípulos. Quería dejar así bien claro, con este gesto, que sus seguidores debían servir, ayudar y amarse unos a otros, como hermanos y servidores de todos, tal como propone la parábola del buen samaritano.
Debemos vivir toda la vida cristiana con sentido de servicio sin creer que estamos haciendo algo extraordinario. Toda la vida familiar, profesional y social —en el mundo político, económico, etc.— ha de estar impregnada de este espíritu. «Para servir, servir», afirmaba san Josemaría Escrivá; él quería dar a entender que para “ser útil” es preciso vivir una vida de servicio generoso sin buscar honores, glorias humanas o aplausos.
Los antiguos afirmaban el “nolentes quaerimus” —«buscamos para los cargos de gobierno a quienes no los ambicionan; a quienes no desean figurar»— cuando había que hacer nombramientos jerárquicos. Ésta es la intencionalidad propia de los buenos pastores dispuestos a servir a la Iglesia como ella quiere ser servida: asumir la condición de siervos como Cristo. Recordemos, según las conocidas palabras de san Agustín, cómo debe ejercerse una función eclesial: «Non tam praeesse quam prodesse»; no tanto con el mando o la presidencia sino, más bien, con la utilidad y el servicio.