domingo, 29 de septiembre de 2013

MEDITACIÓN DEL AVE MARÍA

Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Para meditar las palabras del Ave María
Dios te salve, Bendita. Y bendícenos a nosotros. Dios te salve, María, llena eres de gracia.
 
Para meditar las palabras del Ave María
Para meditar las palabras del Ave María
Vamos a meditar las palabras del Ave María, para que al repetirlas disfrutemos mas el Rosario


Dios te salve

Te saludo con todo mi amor
y con toda la alegría de mi corazón.´
Dios te salve, Bendita.
Y bendícenos a nosotros,
los hijos de la Bendita entre todas las mujeres.
Todos tus hijos del mundo,
en las ciudades populosas, en los valles y montañas de los cinco continentes
te saludan a diario cuando rezan el avemaría.
Yo me uno a ese coro de hijos amantes y felices,
Oh Madre bendita.
Sí, bendita mil veces, bendita para siempre.
Dios te salve…


María

Me encanta pronunciar tu nombre porque es el tuyo: María, Virgen María, Santa María de Guadalupe.
Tu nombre ha poblado de bellas iglesias
las ciudades y las montañas.
Lo pronuncian con grandísimo amor y ternura
los jóvenes, los adultos y los niños,
Tu nombre lo llevan con orgullo santo
millones de mujeres del mundo cristiano.
Porque te aman y porque quieren parecerse a Ti.
Necesitamos de verdad en nuestro mundo
muchas Marías que tengan un corazón
parecido al tuyo.
María bendita, míranos con tus ojos de cristal,
con tus ojos purísimos de paloma,
y llénanos de tu perfumada presencia,
de tu ternura inmensa, de tu fe y de tu amor.
Dios te salve, María…


Llena eres de gracia

Cántaro que rebosa de la gracia, de la vida de Dios,
de su amor inefable, de su santidad.
Más santa y pura que todos los santos,
más que los querubines y serafines.
Por eso la belleza de tu alma y de tu rostro
son el encanto de tu Dios.
Y el encanto de nosotros también.
Nos colma de tanta alegría
saber que nuestra madre es tan santa,
tan bella, tan pura y tan sencilla.
Así te saludó el ángel: Llena de gracia,
impresionado de tu alma.
Dios te salve, María, llena eres de gracia…


El Señor es contigo

Esta frase de la Biblia
siempre va después del “No tengas miedo”.
Desde que naciste Dios ha estado contigo,
porque te cuidó como a su perla preciosa,
a su rosa exquisita.
Él te preparó desde muy niña con sus manos santas
para que fueras después su Madre santa.
Todo el amor infinito de Dios
cuidando una flor llamada María.
Estuvo contigo en tus años de infancia
cuidando a la niña más bella,
más santa, más querida.
Te cuidó en la adolescencia preparando tu alma
y tu cuerpo bendito y santísimo para la maternidad.
El Señor está contigo: Te lo dijo un arcángel
y él sabía lo que decía.
Contigo estuvo en los años de tu embarazo,
dentro de tu seno, haciéndose un niño
por amor a nosotros.
Toda tu vida terrena estuvo contigo.
Y Tú estuviste con Él.
Fuiste madre, nueva Eva, corredentora.
Estuvo contigo en la cruz, muriendo junto a Ti.
También estuviste Tú con Él,
hasta que murió en el patíbulo
y pasó de los brazos muertos de la cruz
a los brazos vivos y amorosos de su madre.
Estuvo contigo en los años de tu soledad,
santificando a su madre amadísima,
para que llegara al cielo resplandeciente como el sol y blanca como la luna.
Contigo está y estará por toda la eternidad en el cielo.
Dios te salve, María, llena eres de gracia,
El Señor es contigo….


Bendita Tú eres entre todas las mujeres

¿Qué es Eva comparada contigo?
¿Qué son las mujeres de la tierra junto a Ti?
Tú eres la imagen perfecta, única
de la mujer que quiso crear.
Por eso, las mujeres, si no se llaman Marías,
al menos deben serlo, parecerse a Ti
que eres el modelo preciosísimo
de la mujer cristiana.
Querer llamarse como Tú es una buena elección.
Pero parecerse a Ti debe ser su ideal.
Modelo de niña y mujer,
adorable modelo de madre y esposa.
Porque Tú pasaste por todas las etapas
del crecimiento de la mujer,
enseñando cómo se puede ser una gran mujer,
una mujer santa, un apóstol de Jesús,
y, además, una mujer feliz...
Con muy poco presupuesto, en una casita humilde,
pero donde estaba Dios,
y donde Dios está nada hace falta.
La pobre casita de María rebosaba de amor,
de santidad y de felicidad.
Dios te salve, María, llena eres de gracia,
El Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres…


Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús

Bendita la flor, bendito también el fruto.
Jesús, el amado del Padre
ha nacido de Ti como la rosa del rosal.
La rosa pertenece al rosal.
Jesús te pertenece, es tuyo, hijo tuyo,
fruto de tus purísimas entrañas.
Y Tú eres de Jesús, toda de Jesús,
pues Él, además de ser hijo tuyo,
es tu Dios omnipotente,
del que te consideras su esclava.
Jesús y Tú sois, además, de nosotros.
Jesús, porque Tú nos lo diste,
en un gesto de amor único y lleno de misericordia…
Y Tú nos perteneces porque Él te convirtió en Madre,
en Madre nuestra.
Entre las palabras que siempre meditas
en tu corazón, están éstas:
“Ahí tienes a tu hijo, ahí tienes a tu madre”.
Para nosotros esta sola frase constituye
todo un evangelio, una buena nueva.
Si Jesús es nuestro, si María es nuestra,
¿qué dificultad nos podrá derrotar?
¡Qué poco felices nos atrevemos a ser
cuando nos han dado la llave de la felicidad,
de la felicidad completa y eterna!
Dios te salve, María, llena eres de gracia,
El Señor es contigo,
Bendita Tú eres entre todas las mujeres
Y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.


Santa María

Si María es tu nombre,
santa, santísima es tu sobrenombre,
La cualidad que siempre va con tu nombre.
Por eso tu nombre nos produce inmensa alegría
y al mismo tiempo gran respeto.
Santa María, dulce María, eres bellísimo jardín
donde crecen las flores más bellas.
Espiga dorada pletórica de fruto,
mística rosa, perfumada y más pura
que todas las rosas del mundo.
Santa María, dulce Madre, Virgen pura,
Reina bellísima y sencilla campesina
de la entrañable campiña de Nazaret.


Madre de Dios

Te amamos como Madre nuestra
y te veneramos como madre de Dios,
grandeza incomparable que te ennoblece
y nos llena de orgullo santo,
porque nuestra madre es también madre de Dios.
Para tan alto privilegio se requería
una Madre virgen
una virgen santa
una mártir del alma
una criatura llena de gracia
y una humildísima esclava del Señor,
que supiera decir: Hágase en Mí según tu palabra.
¿Cómo pudiste poseer al mismo tiempo
la máxima grandeza
y la más fina y profunda humildad?
Dios te consideró digna madre suya.
Aceptó ser Hijo de tus entrañas.
Te hizo grande el que todo lo puede
y tú te hiciste pequeña como una esclava
al completo servicio de tu Señor.
Madre y esclava del Señor.
Como Madre de Dios
me infundes un respeto inmenso.
Como esclava del Señor una ternura infinita.


Ruega por nosotros, pecadores

Somos tus hijos pecadores
Somos hijos pródigos que hemos recorrido
los senderos del pecado y del hastío.
Fuimos hijos de una madre pecadora,
antes de ser aceptados por una Madre Inmaculada.
Ruega a tu Hijo omnipotente,
Tú que eres la omnipotencia suplicante.
Ruega siempre para que no nos engañe más
el padre de la mentira.
Dile a Jesús que no tenemos vino,
que se nos ha terminado la alegría y el amor.
Pide para nosotros el milagro de la resurrección
cuando caemos muertos de cansancio y de dolor.
El que dijo ser la resurrección y la vida es hijo tuyo.
El que dijo ser la Verdad y la Vida, te llama Madre.
Entonces, suplícale que nos otorgue
la resurrección y la vida.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores…


Ahora…

El día de hoy,
El día de las oportunidades de santificarnos
o de pecar.
Hoy, el día al que le basta su afán.
El único día que tenemos en las manos.
Que lo llenemos de amor y de bondad.
Ahora líbranos de caer en la tentación.
Hoy que sepamos amar a nuestros prójimos,
Hoy que no endurezcamos el corazón,
Hoy que oigamos la voz del Espíritu Santo.
Ahora, en este presente que se transforma
constantemente en futuro.
Hoy, que el día de hoy amemos, nos santifiquemos,
Seamos instrumentos de la paz de Jesús.
Hoy, en esta pequeña vida que es el día presente.


Y en la hora de nuestra muerte. Amén.

En ese momento en el que se juega
nuestra salvación eterna.
Ese último día que sepamos decir
un último “Te amo en este mundo”
para repetirlo en la otra vida por siempre.
Ruega por los que en ese momento
no están preparados,
para que si no vivieron en gracia,
mueran en gracia de Dios
y no vayan al eterno dolor.
Ruega por los niños cuyo primer día de vida
coincide con el de su terrible muerte.
Así como lograste que el buen ladrón
se arrepintiera el día de su muerte,
consigue esa misma gracia a los pecadores
más rudos, a los que no aceptan a tu Hijo.
Une a la misericordia de Dios, tu bondad maternal
para salvarles de las garras de Satanás,
de la eterna condenación.
Ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC



    Durante el mes de Octubre meditaremos los Misterios del Rosario y las Letanías. Meditando en cada uno de ellos, rezaremos con más alegría esta oración que tanto le gusta a María Nuestra Madre

    sábado, 28 de septiembre de 2013

    ¡ MADRE, DANOS TU MIRADA ¡

    Autor: SS Francisco | Fuente: Catholic.net
    ¡Madre, danos tu mirada!
    ¡Llevemos al corazón de Dios a través de María, toda nuestra vida, cada día!
     
    ¡Madre, danos tu mirada!



    Fragmento de la homilía del Papa Francisco en la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria. 22 septiembre 2013 


    En (Cfr. Hc 1, 12-14) nos muestra a María en oración en el Cenáculo, junto a los Apóstoles, en espera de la efusión del Espíritu Santo (Cfr. Hc 1, 12-14). María reza, reza junto a la Comunidad de los Discípulos y nos enseña a tener plena confianza en Dios, en su misericordia. ¡La potencia de la Oración! No nos cansemos de llamar a la puerta de Dios. ¡Llevemos al corazón de Dios a través de María, toda nuestra vida, cada día!

    Jesús nos confía a la custodia materna de su Madre, en cambio, en el Evangelio, acogemos sobre todo la última mirada de Jesús hacia su Madre. Desde la cruz, Jesús mira a su Madre y a ella le confía el Apóstol Juan, diciendo: "Éste es tu Hijo". En Juan estamos todos, también nosotros, y la mirada de Amor de Jesús nos confía a la custodia materna de su Madre. María habrá recordado otra mirada de Amor, cuando era una jovencita: la mirada de Dios Padre, que había mirado su humildad, su pequeñez. María nos enseña que Dios no nos abandona, puede hacer grandes cosas también con nuestra debilidad. ¡Tengamos confianza en Él! Llamemos a la puerta de su corazón.

    Encontremos la mirada de María, porque allí está el reflejo de la mirada del Padre que la hace Madre de Dios, y la mirada del Hijo desde la cruz, que la hace Madre nuestra. Y con aquella mirada hoy María nos mira.

    Tenemos necesidad de su mirada de ternura, de su mirada materna que nos conoce mejor que cualquier otro, de su mirada llena de compasión y de cuidado. María, hoy queremos decirte: ¡Madre, danos tu mirada! Tu mirada nos lleva a Dios, tu mirada es un don del Padre bueno, que nos espera en cada encrucijada de nuestro camino. Es un don de Jesucristo en la cruz, que carga sobre sí nuestros sufrimientos, nuestras fatigas, nuestros pecados. Y para encontrar este Padre, lleno de amor, hoy le decimos: ¡Madre, danos tu mirada! Lo decimos todos juntos: ¡Madre, danos tu mirada!

    En el camino, muchas veces difícil, no estamos solos, somos tantos, somos un pueblo, y la mirada de la Virgen, nos ayuda a mirarnos entre nosotros de modo fraterno. ¡Mirémonos de un modo más fraterno! María nos enseña a tener esa mirada que busca acoger, acompañar, proteger. ¡Aprendamos a mirarnos, los unos a los otros, bajo la mirada materna de María! Hay personas que instintivamente no tenemos en cuenta, y que sin embargo tienen más necesidad: los más abandonados, los enfermos, aquellos que no tienen de qué vivir, aquellos que no conocen a Jesús, los jóvenes que están en dificultad, que no tienen trabajo. No tengamos miedo de salir y mirar a nuestros hermanos y hermanas con la mirada de la Virgen. Ella nos invita a ser verdaderos hermanos. Y no permitamos que alguna cosa o alguno se interponga entre nosotros y la mirada de la Virgen.

    ¡Madre, danos tu mirada! ¡Que ninguno nos esconda tu mirada! Nuestro corazón de hijos sepa defenderla de tantas palabras que prometen ilusiones; de aquellos que tienen una mirada ávida de vida fácil, de promesas que no se pueden cumplir. Que no nos roben la mirada de María, que está llena de ternura. Que nos da fuerza, que nos hace solidarios entre nosotros. Digamos todos: ¡Madre, danos tu mirada! 

    viernes, 27 de septiembre de 2013

    EXCELENCIA DEL SANTO ROSARIO


    Excelencia del Santo Rosario

    A lo largo de los siglos los Papas han fomentado la pía devoción del rezo del rosario y le han otorgado indulgencias.

    Dijo Nuestro Señor: "Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18:20). El rosario en familia es algo maravilloso. Es un modo práctico de fortalecer la unidad de la vida familiar. Es una oración al alcance de todos. Los Papas, especialmente los más recientes, han hecho gran énfasis sobre la importancia del rosario en familia.

    El Papa dominico, San Pío V (1566 - 1572) dio el encargo a su congregación de propagar el santo rosario.  Muchos Papas han sido grandes devotos del rosario y lo han propagado con profunda convicción y confianza.

    Su Santidad León XIII escribió doce encíclicas referentes al rosario.  Insistió en el rezo del rosario en familia, consagró el mes de octubre al rosario e insertó el título de "Reina del Santísimo Rosario" en la Letanía de la Virgen. Por todo esto mereció el título de "El Papa del Rosario"

    Todos los Papas del siglo XX han sido muy devotos del Santo Rosario.

    Su Santidad Juan Pablo II nos insiste en el rezo del Santo Rosario. Recen en familia, en grupos. Recen en privado. Inviten a todos a rezar. No tengan miedo de compartir la fe. Nada mas importante. El mundo está en crisis. Nuestras fuerzas humanas no son suficientes. La victoria vendrá una vez mas por la Virgen María. Es la victoria de su Hijo, el Señor Rey del Universo: Jesucristo.

    Un gran apóstol del rosario en familia es el Padre Patrick Peyton, quién llevó a cabo los primeros planes para que se hiciera una cruzada a nivel mundial del rosario en familia en el Holy Cross College, Washington D.C., en enero de 1942. Hizo esta cruzada en acción de gracias a María Santísima por la restauración de su salud. De una forma maravillosa la cruzada se propagó por todo el mundo con el lema: "La familia que reza unida, permanece unida".

    Recomendado por la Virgen en diversas apariciones
    A la Virgen María le encanta el rosario. Es la oración de los sencillos y de los grandes. Es tan simple, que está al alcance de todos; se puede rezar en cualquier parte y a cualquier hora. El rosario honra a Dios y a la Santísima Virgen de un modo especial. La Virgen llevaba un rosario en la mano cuando se le apareció a Bernardita en Lourdes. Cuando se les apareció a los tres pastorcitos en Fátima, también tenía un rosario. Fue en Fátima donde ella misma se identificó con el título de "La Señora del Rosario".

    LA VIRGEN DEL ROSARIO: ! VENCEDORA DE LAS BATALLAS ¡


    La Virgen del Rosario: ¡Vencedora de las batallas!

    Europa y con ella toda la cristiandad estaba en grave peligro de extinción. Sabemos, por las promesas de Jesucristo, que eso no puede ocurrir pero, humanamente, no había solución para la amenaza del Islam. Los Musulmanes se proponían hacer desaparecer, a punta de espada, el cristianismo. Ya habían tomado Tierra Santa, Constantinopla, Grecia, Albania, África del Norte y España. En esas extensas regiones el cristianismo era perseguido, y muchos mártires derramaron su sangre, muchas diócesis desaparecieron completamente. Después de 700 años de lucha por la reconquista, España y Portugal pudieron librarse del dominio musulmán. Esa lucha comenzó a los pies de la Virgen de Covadonga y culminó con la conquista de Granada, cuando los reyes católicos, Fernando e Isabel, pudieron definitivamente expulsar a los moros de la península en el 1492. ¡La importancia de esta victoria es incalculable ya que en ese mismo año ocurre el descubrimiento de América y la fe se comienza a propagar en el nuevo continente!

    La batalla de Lepanto >>>
    En la época del Papa Pío V (1566 - 1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero se le hizo poco caso. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. Por fin en 1571 se estableció una liga para la defensa de Europa. El 7 de octubre de 1571se encontraron las flotas cristianas y musulmanas en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria, entró en batalla contra un enemigo muy superior en tamaño. Se jugaba el todo por el todo. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el santo rosario con devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.

    En Roma, el Papa se hallaba recitando el rosario en tanto se había logrado la decisiva y milagrosa victoria para los cristianos. El poder de los turcos en el mar se había disuelto para siempre. El Papa salió de su capilla y, guiado por una inspiración, anunció con mucha calma que la Santísima Virgen  había otorgado la victoria. Semanas mas tarde llegó el mensaje de la victoria de parte de Don Juan, quién. desde un principio, le atribuyó el triunfo de su flota a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario. Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de "Auxilio de los Cristianos". Más adelante, el Papa Gregorio III cambió la fiesta a la Nuestra Señora del Rosario.

    Los turcos seguían siendo poderosos en tierra y, en el siglo siguiente, invadieron a Europa desde el Este y, después de tomar enormes territorios, sitiaron a Viena, capital de Austria. Una vez mas, las tropas enemigas eran muy superiores. Si conquistaban la ciudad toda Europa se hacia muy vulnerable. El emperador puso su esperanza en Nuestra Señora del Rosario.  Hubo gran lucha y derramamiento de sangre y la ciudad parecía perdida. El alivio llegó el día de la fiesta del Santo Nombre de María, 12 de septiembre, de 1683, cuando el rey de Polonia, conduciendo un ejército de rescate, derrotó a los turcos.

    La batalla de Temesvar
    El Príncipe Eugenio de Saboya derrotó en Temesvar (en la Rumania moderna) a un ejercito turco dos veces mas grande que el suyo, el 5 de agosto de 1716, que en aquel entonces era la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves. El Papa Clemente XI atribuyó esta victoria a la devoción manifestada a Nuestra Señora del Rosario. En acción de gracias, mandó que la fiesta del Santo Rosario fuera celebrada por la Iglesia universal.

    NUESTRA SEÑORA DEL SANTO ROSARIO - 7 DE OCTUBRE


    NUESTRA SEÑORA DEL SANTO ROSARIO
    7 DE OCTUBRE 


    Su fiesta fue instituida por el Papa san Pío V el 7 de Octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla naval de Lepanto (1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.

    Historia del Rosario

    Desde el principio de la Iglesia, los cristianos rezan los salmos como lo hacen los judíos. 
    Mas tarde, en muchos de los monasterios se rezan los 150 salmos cada día. Los laicos devotos no podían rezar tanto pero querían según sus posibilidades imitar a los monjes. Ya en el siglo IX había en Irlanda la costumbre de hacer nudos en un cordel para contar, en vez de los salmos, las Ave Marias. Los misioneros de Irlanda mas tarde propagaron la costumbre en Europa y hubieron varios desarrollos con el tiempo.

    Santo Domingo busca las ovejas perdidas

    La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.

    Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense. Esta enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual. El malo, todo lo material. Como consecuencia, para los albingenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.

    También negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias. Durante años los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. También habían factores políticos envueltos.

    Domingo trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.

    La Virgen acude en ayuda de Santo Domingo de Guzmán

    La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

    Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito por que muchos albingenses volvieron a la fe católica.

    Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.

    LAS PROMESAS DE LA VIRGEN MARÍA A LOS QUE RECEN EL SANTO ROSARIO


    Las promesas de la Virgen María  a los que 
    recen el Santo Rosario

    Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (mas conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.

    El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al rosario.

    Promesas de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano:

    1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
    2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario. 
    3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
    4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
    5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
    6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
    7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
    8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
    9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
    10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
    11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
    12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
    13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
    14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús. 
    15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.

    jueves, 26 de septiembre de 2013

    OCTUBRE: MES DEL SANTO ROSARIO

     
    Autor: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net
    Octubre: Mes del Rosario
    La Iglesia ha dedicado un mes, el de Octubre, para honrar a María con el rezo del Santo Rosario

    Octubre: Mes del Rosario
    Octubre: Mes del Rosario

    Origen e historia de esta devoción: 

    En la antigüedad, los romanos y los griegos solían coronar con rosas a las estatuas que representaban a sus dioses, como símbolo del ofrecimiento de sus corazones. La palabra “rosario” significa "corona de rosas". 

    Siguiendo esta tradición, las mujeres cristianas que eran llevadas al martirio por los romanos, marchaban por el Coliseo vestidas con sus ropas más vistosas y con sus cabezas adornadas de coronas de rosas, como símbolo de alegría y de la entrega de sus corazones al ir al encuentro de Dios. Por la noche, los cristianos recogían sus coronas y por cada rosa, recitaban una oración o un salmo por el eterno descanso del alma de las mártires.

    La Iglesia recomendó entonces rezar el rosario, el cual consistía en recitar los 150 salmos de David, pues era considerada una oración sumamente agradable a Dios y fuente de innumerables gracias para aquellos que la rezaran. Sin embargo, esta recomendación sólo la seguían las personas cultas y letradas pero no la mayoría de los cristianos. Por esto, la Iglesia sugirió que aquellos que no supieran leer, suplantaran los 150 salmos por 150 Avemarías, divididas en quince decenas. A este “rosario corto” se le llamó “el salterio de la Virgen”.

    Cuenta la Historia que un día, a finales del siglo XII,Santo Domingo de Guzmán quien sufría mucho al ver que la gravedad de los pecados de la gente estaba impidiendo la conversión de los albigenses, decidió ir al bosque a rezar. Estuvo en oración tres días y tres noches haciendo penitencia y flagelándose hasta perder el sentido. En este momento, se le apareció la Virgen con tres ángeles y le dijo que la mejor arma para convertir a las almas duras no era la flagelación, sino el rezo de su salterio.
    Santo Domingo se dirigió en ese mismo momento a la catedral de Toulouse, sonaron las campanas y la gente se reunió para escucharlo. Cuando iba a empezar a hablar, se soltó una tormenta con rayos y viento muy fuerte que hizo que la gente se asustara. Todos los presentes pudieron ver que la imagen de la Virgen que estaba en la catedral alzaba tres veces los brazos hacia el Cielo. Santo Domingo empezó a rezar el salterio de la Virgen y la tormenta se terminó.

    En otra ocasión, Santo Domingo tenía que dar un sermón en la Iglesia de Notre Dame en París con motivo de la fiesta de San Juan y, antes de hacerlo, rezó el Rosario. La Virgen se le apareció y le dijo que su sermón estaba bien, pero que mejor lo cambiara y le entregó un libro con imágenes, en el cual le explicaba lo mucho que gustaba a Dios el rosario de Avemarías porque le recordaba ciento cincuenta veces el momento en que la humanidad, representada por María, había aceptado a su Hijo como Salvador.
    Santo Domingo cambió su homilía y habló de la devoción del Rosario y la gente comenzó a rezarlo con devoción, a vivir cristianamente y a dejar atrás sus malos hábitos.
    Santo Domingo murió en 1221, después de una vida en la que se dedicó a predicar y hacer popular la devoción del Rosario entre las gentes de todas las clases sociales para el sufragio de las almas del Purgatorio, para el triunfo sobre el mal y prosperidad de la Santa Madre de la Iglesia.

    El rezo del Rosario mantuvo su fervor por cien años después de la muerte de Santo Domingo y empezó a ser olvidado.

    En 1349, hubo en Europa una terrible epidemia de peste a la que se le llamó ¨la muerte negra” en la que murieron muchísimas personas.
    Fue entonces cuando el fraile Alan de la Roche, superior de los dominicos en la misma provincia de Francia donde había comenzado la devoción al Rosario, tuvo una aparición, en la cual Jesús, la Virgen y Santo Domingo le pidieron que reviviera la antigua costumbre del rezo del Santo Rosario. El Padre Alan comenzó esta labor de propagación junto con todos los frailes dominicos en 1460. Ellos le dieron la forma que tiene actualmente, con la aprobación eclesiástica. A partir de entonces, esta devoción se extendió en toda la Iglesia.

    ¿Cuándo se instituyó formalmente esta fiesta?

    El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla naval de Lepanto en la cual los cristianos vencieron a los turcos. Los cristianos sabían que si perdían esta batalla su religión podía peligrar y por esta razón confiaron en la ayuda de Dios, a través de la intercesión de la Santísima Virgen. El Papa San Pío V pidió a los cristianos rezar el rosario por la flota. En Roma estaba el Papa despachando asuntos cuando de pronto se levantó y anunció que sabía que la flota cristiana había sido victoriosa. Ordenó el toque de campanas y una procesión. Días más tarde llegaron los mensajeros con la noticia oficial del triunfo cristiano. Posteriormente, instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre.

    Un año más tarde, Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario y determinó que se celebrase el primer domingo de Octubre (día en que se había ganado la batalla). Actualmente se celebra la fiesta del Rosario el 7 de Octubre y algunos dominicos siguen celebrándola el primer domingo del mes.

    La fuerza del Rosario
    A lo largo de la historia se ha visto como el rezo del Santo Rosario pone al demonio fuera de la ruta del hombre y de la Iglesia. Llena de bendiciones a quienes lo rezan con devoción. Nuestra Madre del Cielo ha seguido promoviéndolo, principalmente en sus apariciones a los pastorcillos de Fátima.

    El Rosario es una verdadera fuente de gracias. María es medianera de las gracias de Dios. Dios ha querido que muchas gracias nos lleguen por su conducto, ya que fue por ella que nos llegó la salvación.

    Todo cristiano puede rezar el Rosario. Es una oración muy completa, ya que requiere del empleo simultáneo de tres potencias de la persona: física, vocal y espiritual. Las cuentas favorecen la concentración de la mente.

    Rezar el Rosario es como llevar diez flores a María en cada misterio. Es una manera de repetirle muchas veces lo mucho que la queremos. El amor y la piedad no se cansan nunca de repetir con frecuencia las mismas palabras, porque siempre contienen algo nuevo. Si lo rezamos todos los días, la Virgen nos llenará de gracias y nos ayudará a llegar al Cielo. María intercede por nosotros sus hijos y no nos deja de premiar con su ayuda. Al rezarlo, recordamos con la mente y el corazón los misterios de la vida de Jesús y los misterios de la conducta admirable de María: los gozosos, los dolorosos, los luminosos y los gloriosos. Nos metemos en las escenas evangélicas: Belén, Nazaret, Jerusalén, el huerto de los Olivos, el Calvario, María al pie de la cruz, Cristo resucitado, el Cielo, todo esto pasa por nuestra mente mientras nuestros labios oran.

    Las Letanías
    El Rosario no es una oración litúrgica, sino sólo un ejercicio piadoso. Las Letanías forman una parte oficial de la liturgia en cuanto que las invocaciones reciben permiso de la Santa Sede. Se cree que su origen fue, probablemente, antes del siglo XII.

    La forma actual en la que las rezamos se adoptó en el santuario mariano de Loreto, en Italia y por eso se llama Letanía lauretana. En 1587, el Papa Sixto V la aprobó para que la rezaran todos los cristianos. Todos los cristianos hemos recurrido a la Virgen en momentos de alegría llamándola “Causa de nuestra alegría”, en momentos de dolor diciéndole “Consoladora de los afligidos”, etc.
    Podemos rezar las Letanías con devoción, con amor filial, con gozo de tener una Madre con tantos títulos y perfecciones, recibidos de Dios por su Maternidad divina y por su absoluta fidelidad. Al rezarlas, tendremos la dicha de alabar a María, de invocar su protección y de ser ayudados siempre ya que la Virgen no nos deja desamparados.

    Cómo rezar el Rosario
    Como se trata de una oración, lo primero que hay que hacer es saludar, persignarnos y ponernos en presencia de Dios y de la Santísima Virgen.
    Luego, se enuncian los misterios del día que se van a rezar y comenzamos a meditar en el primero de estos cinco misterios. Durante la oración de cada misterio, trataremos de acompañar a Jesús y a María en aquellos momentos importantes de sus vidas. Aprovechamos de pedirles ayuda para imitar las virtudes y cualidades que ellos tuvieron en esos momentos. Al meditarlos frecuentemente, estas guías pasan a formar parte de nuestra conciencia, de nuestra vida. Podemos ofrecer cada misterio del rosario por una intención en particular y se puede leer una parte del Evangelio que nos hable acerca del misterio que estamos rezando.
    Cada misterio consta de un Padrenuestro seguido de diez Avemarías y un Gloria. Usamos nuestro rosario pasando una cuenta en cada Avemaría. Así seguimos hasta terminar con los cinco misterios.
    Al terminar de rezar los cinco misterios, se reza la Salve y se termina con las Letanías.

    Los Misterios
    Los veinte misterios que se rezan nos recuerdan la vida de Jesús y, dependiendo del día, se rezan de la siguiente forma:
    LUNES Y SÁBADO
    MISTERIOS GOZOSOS 
    VIRTUD (sugerida)
    1. La Anunciación del ángel a la Virgen. La obediencia.
    2. La Visita de la Virgen a su prima Isabel. Amor al prójimo.
    3. El Nacimiento del Hijo de Dios. Desprendimiento
    4. La Presentación del niño Jesús en el templo. Pureza de intención.
    5. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo Sabiduría en cosas de Dios.
    MARTES Y VIERNES
    MISTERIOS DOLOROSOS 
    VIRTUD (sugerida)
    1. La Oración de Jesús en el huerto. Verdadero arrepentimiento de los pecados.
    2. La flagelación de nuestro Señor Jesucristo. Espíritu de sacrificio
    3. La coronación de espinas. Desapego a lo material
    4. Jesucristo es cargado con la Cruz. Paciencia por mi cruz.
    5. La crucifixión de nuestro Señor Jesucristo. Generosidad
    MIERCOLES Y DOMINGOS.
    MISTERIOS GLORIOSOS 
    VIRTUD (sugerida)
    1. La Resurrección de Jesucristo. Fe, Esperanza y Caridad
    2. La Ascensión del Señor a los Cielos. Deseo de ir al Cielo
    3. La venida del Espíritu Santo. Deseo de vivir en Gracia
    4. La Asunción de la Virgen a los Cielos. Amor a María
    5. La Coronación de la Virgen en los Cielos. Perseverancia
    JUEVES.
    MISTERIOS LUMINOSOS

    1. El Bautismo de Jesús en el Jordán 2 Co 5, 21; . Mt 3, 17.
    2. Las bodas de Caná; Jn 2, 1-12.
    3. El anuncio del Reino de Dios Mc 1, 15; Mc 2. 3-13; Lc 47-48.
    4. La Transfiguración; Lc 9, 35.
    5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual. Jn13, 1.







    miércoles, 25 de septiembre de 2013

    IMÁGENES DE LA VIRGEN MARÍA PARA COLOREAR






    CONSAGRACIÓN A LA MADRE DE DIOS, VIRGEN MARÍA


    Consagración a  la Madre de Dios, Virgen María.
    autor: Santa Faustina

    OH María, Madre y Señora mía. 
    Te ofrezco mi alma y mi cuerpo, mi vida y mi muerte y todo lo que vendrá después de ella.  Pongo todo en tus manos, OH mi Madre. 
    Cubre mi alma con tu manto virginal y concédeme la gracia de la pureza de corazón, alma y cuerpo. 

    Con tu poder defiéndeme de todo enemigo, especialmente de aquellos que esconden su malicia bajo una máscara de virtud (Diario, 79).  Fortalece mi alma, para que el dolor no la quebrante.  Madre de la gracia, enséñame a vivir en Dios (Diario, 315).

    OH María... una espada terrible ha traspasado Tu santa alma.  Nadie sabe de Tu sufrimiento, excepto Dios.  Tu alma no se quebranta, sino que es valiente porque está con Jesús.  Dulce María, une mi alma a Jesús, porque sólo entonces podré resistir todas las pruebas y tribulaciones, y sólo mediante la unión con Jesús, mis pequeños sacrificios complacerán a Dios.  Dulcísima Madre, continúa enseñándome sobre la vida interior.  Que la espada del sufrimiento no me abata jamás.  OH Virgen pura, derrama valor en mi corazón y protégelo (Diario, 915)

    martes, 24 de septiembre de 2013

    ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED


    ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

    Virgen y Señora nuestra de la Merced,
    a ti suplicamos que, mediante tu maternal intercesión ante tu hijo Jesucristo, nos alcances la verdadera libertad de los hijos de Dios y nos hagas libres de cualquier esclavitud, de modo que experimentemos en nosotros la alegría de la salvación. Amén

    NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED, ADVOCACIÓN MARIANA, 24 DE SETIEMBRE

    Autor: Jesús Martí Ballester 
    Nuestra Señora de la Merced
    Advocación Mariana, 24 de septiembre
    Nuestra Señora de la Merced

    Patrona de Barcelona
    y de República Dominicana

    En castellano se le ha llamado en plural, Virgen de las Mercedes, que no corresponde con el sentido originario de la advocación.

    El significado del título "Merced" es ante todo "misericordia". La Virgen es misericordiosa y también lo deben ser sus hijos. Esto significa que recurrimos a ella ante todo con el deseo de asemejarnos a Jesús misericordioso.

    MARÍA Y PEDRO NOLASCO

    Eran tiempos en que los musulmanes saqueaban las costas y llevaban a los cristianos como esclavos a África. La horrenda condición de estas víctimas era indescriptible. Muchos perdían la fe pensando que Dios les había abandonado. Pedro Nolasco era comerciante. Decidió dedicar su fortuna a la liberación del mayor número posible de esclavos. Recordaba la frase del evangelio: "No almacenéis vuestra fortuna en esta tierra donde los ladrones la roban y la polilla la devora y el moho la corroe. Almacenad en el cielo, donde no hay ladrones que roben, ni polilla que devore ni óxido que las dañe" (Mt 6,20).

    Año 1203. El laico, Pedro Nolasco inicia en Valencia la redención de cautivos, redimiendo con su propio patrimonio a 300 cautivos. Forma un grupo dispuesto a poner en común sus bienes y organiza expediciones para negociar redenciones. Su condición de comerciantes les facilita la obra. Comerciaban para rescatar esclavos. Cuando se les acabó el dinero forman cofradías-para recaudar la "limosna para los cautivos". Pero llega un momento en que la ayuda se agota y Pedro Nolasco se plantea entrar en alguna orden religiosa o retirarse al desierto. Entra en una etapa de reflexión y oración profunda.

    LE RESPONDE LA VIRGEN

    Nolasco pide a Dios ayuda y, como signo de la misericordia divina, le responde la Virgen que funde una congregación liberadora. La noche del 1 al 2 de agosto de 1218, la Virgen se les apareció a Pedro Nolasco, a Raimundo de Peñafort, y al rey Jaime I de Aragón, y les comunicó a cada uno su deseo de fundar una congregación para redimir cautivos. La Virgen María movió el corazón de Pedro Nolasco para formalizar el trabajo que el y sus compañeros estaban ya haciendo. La Virgen llama a Pedro Nolasco y le revela su deseo de ser liberadora a través de una orden dedicada a la liberación de los cautivos de los musulmanes, expuestos a perder la fe. Nolasco le dice a María:

    -¿Quién eres tú, que a mí, un indigno siervo, pides que realice obra tan difícil, de tan gran caridad, que es grata Dios y meritoria para mi?:

    -“Yo soy María, la que le dio la carne al Hijo de Dios, tomándola de mi sangre purísima, para reconciliación del género humano. Soy la que recibió la profecía de Simeón, cuando ofrecí a mi Hijo en el templo:”Mira que éste ha sido puesto para ruina y resurrección de muchos en Israel; ha sido puesto como signo de contradicción: y a ti misma una espada vendrá a atravesarte por el alma”:

    -¡Oh Virgen María, madre de gracia, madre de misericordia! ¿Quién podrá creer que tú me mandas?:

    -“No dudes en nada, porque es voluntad de Dios que se funde esta congregaciónn en honor mío; será una familia cuyos hermanos, a imitación de mi hijo Jesucristo, estarán puestos para ruina y redención de muchos en Israel y serán signo de contradicción para muchos."

    LA INSTITUCION NUEVA

    Pedro Nolasco, funda la congregación, apoyado por el Rey Jaime I de Aragón, el Conquistador y aconsejado por San Raimundo de Peñafort. Su espiritualidad se fundamenta en Jesús, el liberador de la humanidad y en la Virgen, la Madre liberadora e ideal de la persona libre. Los mercedarios querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o Virgen Redentora. En el capítulo general de 1272, los frailes toman el nombre de La Orden de Santa María de la Merced, de la redención de los cautivos, mercedarios. El Padre Antonio Quexal, siendo general de la Merced en 1406, dice: "María es fundamento y cabeza de nuestra orden".

    EN LA CATEDRAL DE BARCELONA

    El 10 de agosto de 1218 en el altar mayor de la Catedral de Barcelona, en presencia del rey Jaime I de Aragón y del obispo Berenguer de Palou, se crea la nueva institución. Pedro y sus compañeros vistieron el hábito y recibieron el escudo con las cuatro barras rojas sobre un fondo amarillo de la corona de Aragón y la cruz blanca sobre fondo rojo, titular de la catedral de Barcelona. Pedro Nolasco reconoció siempre a María Santísima como la auténtica fundadora de la congregación mercedaria.

    LA VIRGEN DE LA MERCED, LA FUNDADORA

    El título mariano de la Merced tiene su origen en Barcelona, España, cuando muchos eran cautivos de los moros y en su desesperación y abandono estaban en peligro de perder la fe . La Virgen de La Merced, manifesta su misericordia por para atenderlos y liberarlos. La talla de la imagen de la Merced venerada en la basílica de la Merced de Barcelona es del siglo XIV, de estilo sedente, como las románicas. He subido piadosamente a su camarín y he comprobado su aspecto imponente por su talla extraordinaria e impresionante. El año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia el 24 de septiembre.

    ACTUALIDAD DEL CARISMA

    El carisma mercedario de liberar a los cautivos sigue siendo tan necesario como siempre. María ofreció todo su ser para que viva el Hijo de Dios encarnado. En el cántico del Magníficat (Lc 1, 46), María expresa la liberación de Dios. El Papa Juan Pablo II dijo que "María es la imagen más perfecta de la libertad y de la liberación de la humanidad". La Virgen continúa velando por sus hijos cautivos de Satanás (LG 62) y nos pide nuestra cooperación. Nosotros debemos dar nuestra vida para que su Hijo viva en nosotros y así pueda liberar a nuestros hermanos. Ella nos enseñará como hacerlo.

    DIOS PADRE DE MISERICORDIA, MARÍA MADRE DE MISERICORDIA.

    Dios es Padre de Misericordia, María es Madre de Misericordia. Ella refleja la misericordia de Dios, sufriéndolo todo por sus hijos. Los cristianos debemos también reflejar la misericordia de Dios sufriéndolo todo por amor. "Mirad la hondura o cavidad del lago de donde habéis sido tomados, las entrañas de la Madre de Dios" - Las obras de misericordia que la Virgen pidió incluyen la visita, el acompañamiento y la ayuda a los que salen de la cárcel.

    UNA CONGREEGACION LAICAL

    Así fue en los primeros tiempos. Su primera ubicación fue el hospital de Santa Eulalia, junto al palacio real. en Barcelona. Allí recogían a indigentes y a cautivos que regresaban de tierras de moros y no tenían donde ir. Seguían la labor que ya antes hacían de crear conciencia sobre los cautivos y recaudar dinero para liberarlos. Salían cada año en expediciones redentoras. San Pedro continuó sus viajes personalmente en busca de esclavos cristianos. En Argelia, África, lo hicieron prisionero pero logró conseguir su libertad. Aprovechando sus dones de comerciante, organizó con éxito por muchas ciudades colectas para los esclavos.

    CUARTO VOTO

    Además de los tres votos de la vida religiosa, pobreza, castidad y obediencia, hacían un cuarto voto: dedicar su vida a liberar esclavos. Se comprometían a quedarse en lugar de algún cautivo que estuviese en peligro de perder la fe, cuando el dinero no alcanzara a pagar su redención. Así lo hizo San Pedro Ermengol, un noble que entró en la orden tras una juventud disoluta. Este cuarto voto distinguió a la nueva comunidad de mercedarios. El Papa Gregorio IX aprobó la comunidad y San Pedro Nolasco fue nombrado Superior General. El rey Jaime decía que la conquista de Valencia, se debía a las oraciones de Pedro Nolasco. Cada triunfo que obtenía lo atribuía a sus oraciones.

    DESCANSA YA, SIERVO BUENO Y FIEL

    Pedro Nolasco, a los 77 años, pronunció el Salmo 76: "Tú, oh Dios, haciendo maravillas, mostraste tu poder a los pueblos y con tu brazo has rescatado a los que estaban cautivos y esclavizados". y se durmió en el regazo de la Virgen. Su intercesión logró muchos milagros y fue canonizado en 1628.

    En el año 1696, el papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de la Merced a toda la Iglesia, y fijó su fecha el 24 de septiembre. 

    lunes, 23 de septiembre de 2013

    SÚPLICA A LA VIRGEN MARÍA


    SÚPLICA A LA VIRGEN MARÍA

    Madre:
    Alcánzanos el perdón del Señor y la gracia de
    Vivir siempre en amistad con El.
    Adviértenos cuando equivocamos el camino.
    Ayúdanos a levantarnos de nuestras caídas.
    Consuélanos en nuestras tristezas.
    Fortalécenos en nuestra soledad.
    Serénanos cuando perdemos la calma.

    Enséñanos a ser:
    Humildes, 
    Generosos,
    Puros,
    Sinceros,
    Serviciales.
    Te damos gracias porque quisiste ser nuestra Madre.
    Somos tus hijos y nos ponemos en tus manos,
    Para que nos eduques y logres hacer de nosotros
    Verdaderos cristianos: santos y alegres Amén

    SÚPLICAS A MARÍA SANTÍSIMA POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO.


    SÚPLICAS A MARÍA SANTÍSIMA POR LAS ALMAS DEL PURGATORIO.

    1. Madre de piedad y clemencia, compadeceos de las almas del purgatorio.

    2. Madre mía... cuando se prende fuego en alguna casa, al instante se pide socorro; este pues, os ruego yo, para apagar el fuego que atormenta a las almas del purgatorio.

    3. Madre santa... en una necesidad de fuego la primera diligencia que se practica es buscar agua para apagarlo; a Vos vengo, Madre mía, para apagar el incendio del purgatorio, a Vos que sois fuente de las aguas cristalinas de todas las gracias.

    4. Madre compasiva... las almas del purgatorio padecen pena de daño y pena de sentido: compadeceos, pues, de ellas, Vos que sabéis bien qué cosa es pena de daño, por haber perdido a Jesús, y pena de sentido en los dolores que sufristeis, por los cuales sois titulada: Reina de los Mártires.

    5. Madre afligida...portas penas y muerte de cruz de vuestro Hijo, compadeceos de las penas que padecen las almas del purgatorio.

    6. Madre dolorosa... por los dolores que experimentasteis, compadeceos de las penas que sufren las almas del purgatorio.

    7. Madre dichosa... por la gloriosa Resurrección y admirable Ascensión de vuestro Hijo, os suplico que las almas del purgatorio salgan de aquella cárcel y suban al cielo.

    8. Madre gloriosa... por vuestra dichosísima Asunción al cielo, haced que las almas del purgatorio, saliendo de aquellas cárceles, suban gloriosas al cielo.

    9. Madre y Reina de todos los Santos, haced que ellos rueguen é intercedan por las almas del purgatorio.

    10. Reina de los Ángeles, enviadlos al purgatorio para sacar de aquellas penas las almas que están allí padeciendo.

    Dios te salve, María, consuelo de los desconsolados y amparo de los afligidos; por la alegría tan grande que tuvisteis al veros subida a los cielos por ministerio de los Ángeles, os ruego que las almas del purgatorio por medio de estos mismos Ángeles suban á la Patria Celestial, y alaben allí eternamente vuestras divinas misericordias; y para más obligaros, os diré con el Ángel: Dios te salve María, llenas eres de gracias…

    Aquí se dirá nueve veces:

    Santa, santa, santa María, Madre de Dios y abogada de las almas del purgatorio, llenos están los cielos y la tierra de vuestra gloria.

    Gloria á Maria, Hija de Dios Padre; gloria á María, Madre de Dios Hijo ; gloria a María, Esposa de Dios Espíritu Santo.

    ¡MADRE, DANOS TU MIRADA!

    Autor: Papa Francisco | Fuente: es.radiovaticana.va
    ¡Madre, danos tu mirada!
    Homilía del Papa Francisco en la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria. 22 septiembre 2013
     
    ¡Madre, danos tu mirada!
    ¡Madre, danos tu mirada!
    Sa paghe ´e Nostru Segnore siat sempre chin bois

    Que la Paz de Nuestro Señor esté siempre con ustedes

    Hoy se realiza aquel deseo que había anunciado en la Plaza de San Pedro, antes del verano, de poder visitar el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria.


    1. La incertidumbre del futuro

    Vine para compartir con ustedes, gozo y esperanza, fatigas y compromisos, ideales y aspiraciones de su isla, y para confirmarlos en la fe. También aquí en Cágliari, como en toda Cerdeña, no faltan dificultades, problemas y preocupaciones, y son tantos: pienso, en particular, en la falta de trabajo y en la precariedad del mismo, y por lo tanto en la incertidumbre del futuro. Cerdeña, su bella región, sufre desde hace mucho tiempo, muchas situaciones de pobreza, acentuadas también por su condición insular. Es necesaria la colaboración leal de parte de todos, con el compromiso de los responsables de las instituciones, también de la Iglesia, para asegurar a las personas y familias los derechos fundamentales y hacer crecer una sociedad más fraterna y solidaria. Asegurar el derecho al trabajo, el derecho a llevar el pan a la casa. Pan ganado con el trabajo. Les estoy muy cercano, los recuerdo en la oración y los aliento a perseverar en el testimonio de los valores, humanos y cristianos, tan profundamente arraigados en la fe y en la historia de este territorio y de su población. Mantengan siempre encendida la luz de la esperanza.


    2. A los pies de la Virgen

    He venido en medio de ustedes para ponerme con ustedes a los pies de la Virgen que nos da a su Hijo. Se bien que María, Nuestra Madre, está en sus corazones, como testimonia este Santuario, donde muchas generaciones de sardos han subido – ¡y continuarán subiendo! – para invocar la protección de la Virgen de Bonaria, Patrona máxima de la isla. Aquí ustedes traen las alegrías y sufrimientos de esta tierra, de sus familias, y también de aquellos hijos que viven lejos, que muchas veces partieron con gran dolor y nostalgia para buscar un trabajo y un futuro para ellos y para sus seres queridos. Hoy, todos nosotros aquí reunidos, queremos agradecer a María, porque nos está siempre cercana, queremos renovarle a ella nuestra confianza y nuestro amor.

    ¡La potencia de la Oración!
    La Primera Lectura que hemos escuchado nos muestra a María en oración en el Cenáculo, junto a los Apóstoles, en espera de la efusión del Espíritu Santo (Cfr. Hc 1, 12-14). María reza, reza junto a la Comunidad de los Discípulos y nos enseña a tener plena confianza en Dios, en su misericordia. ¡La potencia de la Oración! No nos cansemos de llamar a la puerta de Dios. ¡Llevemos al corazón de Dios a través de María, toda nuestra vida, cada día!

    Jesús nos confía a la custodia materna de su Madre
    En cambio, en el Evangelio, acogemos sobre todo la última mirada de Jesús hacia su Madre. Desde la cruz, Jesús mira a su Madre y a ella le confía el Apóstol Juan, diciendo: "Éste es tu Hijo". En Juan estamos todos, también nosotros, y la mirada de Amor de Jesús nos confía a la custodia materna de su Madre. María habrá recordado otra mirada de Amor, cuando era una jovencita: la mirada de Dios Padre, que había mirado su humildad, su pequeñez. María nos enseña que Dios no nos abandona, puede hacer grandes cosas también con nuestra debilidad. ¡Tengamos confianza en Él! Llamemos a la puerta de su corazón.


    3. ¡Madre, danos tu mirada!

    Y el tercer pensamiento: hoy he venido en medio de ustedes, es más, hemos venido todos juntos para encontrar la mirada de María, porque allí está el reflejo de la mirada del Padre que la hace Madre de Dios, y la mirada del Hijo desde la cruz, que la hace Madre nuestra. Y con aquella mirada hoy María nos mira. Tenemos necesidad de su mirada de ternura, de su mirada materna que nos conoce mejor que cualquier otro, de su mirada llena de compasión y de cuidado. María, hoy queremos decirte: ¡Madre, danos tu mirada! Tu mirada nos lleva a Dios, tu mirada es un don del Padre bueno, que nos espera en cada encrucijada de nuestro camino. Es un don de Jesucristo en la cruz, que carga sobre sí nuestros sufrimientos, nuestras fatigas, nuestros pecados. Y para encontrar este Padre, lleno de amor, hoy le decimos: ¡Madre, danos tu mirada! Lo decimos todos juntos: ¡Madre, danos tu mirada!

    En el camino, muchas veces difícil, no estamos solos, somos tantos, somos un pueblo, y la mirada de la Virgen, nos ayuda a mirarnos entre nosotros de modo fraterno. ¡Mirémonos de un modo más fraterno! María nos enseña a tener esa mirada que busca acoger, acompañar, proteger. ¡Aprendamos a mirarnos, los unos a los otros, bajo la mirada materna de María! Hay personas que instintivamente no tenemos en cuenta, y que sin embargo tienen más necesidad: Los más abandonados, los enfermos, aquellos que no tienen de qué vivir, aquellos que no conocen a Jesús, los jóvenes que están en dificultad, que no tienen trabajo. No tengamos miedo de salir y mirar a nuestros hermanos y hermanas con la mirada de la Virgen. Ella nos invita a ser verdaderos hermanos. Y no permitamos que alguna cosa o alguno se interponga entre nosotros y la mirada de la Virgen. ¡Madre, danos tu mirada! ¡Que ninguno nos esconda tu mirada! Nuestro corazón de hijos sepa defenderla de tantas palabras que prometen ilusiones; de aquellos que tienen una mirada ávida de vida fácil, de promesas que no se pueden cumplir. Que no nos roben la mirada de María, que está llena de ternura. Que nos da fuerza, que nos hace solidarios entre nosotros. Digamos todos: ¡Madre, danos tu mirada!

    ¡Madre, danos tu mirada! Que Nuestra Señora de Bonaria los acompañe siempre en sus vidas.

    domingo, 22 de septiembre de 2013

    MEDITACIÓN DEL SALVE REGINA

    Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
    Para meditar las palabras del Salve Regina
    Te saludamos con sonrisas, flores, y canciones. Oh María, la mujer más digna del amor.
     
    Para meditar las palabras del Salve Regina
    Para meditar las palabras del Salve Regina
    Meditemos esta oración para disfrutar más el Rosario.

    Dios te salve

    Te saludamos con sonrisas, flores, y canciones
    Oh María, la mujer más digna del amor.
    Desde niño me enseñaron esta oración mis padres
    queriendo que yo te amara y venerara
    como ellos lo hacían.
    Y desde entonces sigo rezando y cantando
    esta bella plegaria todos los sábados
    y a la hora del rosario cotidiano.
    Dios te salve, maravilla de mujer y de Madre,
    lirio hermoso de los valles y praderas.
    Pensando en Ti me vuelvo poeta
    me dan ganas de cantar.
    Mis versos son para Ti,
    mis canciones te las canto a Ti.


    Reina y Madre de misericordia

    Lo que más necesitamos es misericordia,
    porque somos infinitamente miserables.
    Tu amor inmenso hacia tus hijos se convierte
    en océano de bondad, de misericordia, y de piedad.
    Te agradecemos tu amor, tu virtud excelsa,
    veneramos tu grandeza incomparable
    pero sobre todo agradecemos
    la misericordia de tu rostro y de tu corazón.
    Tienes ojos y corazón hechos de bondad.
    Dios te salve, Reina y Madre de misericordia…


    Vida nuestra

    Nos animas a vivir,
    Haces feliz nuestra vida,
    Nos otorgas calidad de vida,
    porque contigo vale la pena vivir.
    No vamos solos por la vida.
    ¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?
    Tú lo dijiste. Y cumples las promesas.


    Dulzura

    Suavidad, serenidad, paz.
    Contigo estamos al abrigo de tormentas y huracanes.
    Tu corazón es refugio montañero,
    es brisa de primavera, es cantar de pajarillos,
    es cristalina fuente,
    dulzura de la vida, de mi vida.


    Y esperanza nuestra

    Todo lo espero de Dios por medio de Ti,
    porque Dios te ama muchísimo
    y Tú me amas muchísimo.
    Contigo no cabe la desesperanza y la tristeza.
    En las orillas de tu manso río
    crecen los pastos y las flores en toda estación.
    Tú eres una eterna primavera,
    rosal florido, perfumado, digno de contemplarse.
    De Ti lo espero todo y más de lo que esperan
    todos los niños de sus mamás.
    Espero que me lleves al cielo.
    Espero que me hagas feliz.
    Espero contemplarte en el cielo
    en un éxtasis de amor.
    Eres hermosísima paloma blanca
    que vuelas en mi jardín.
    Alegras mis días y mis noches.
    Me haces sonreír y mirar hacia delante
    con ilusión y entusiasmo.
    La vida sin Ti no tendría sabor ni sentido.
    Pero contigo sí quiero vivir.
    Quiero contemplarte en el lirio del campo,
    en la rosa perfumada, en el blanco clavel,
    en todas las flores de las praderas,
    en las estrellas de la noche.


    Dios te salve

    Te saludamos, te cantamos,
    te llevamos mañanitas, Oh dulce madre.
    Dios te salve.


    A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva

    Fuimos hijos de Eva para desgracia nuestra.
    Pero somos hijos tuyos para completa felicidad.
    Si triste y dura fue la herencia de nuestra madre Eva,
    inmensamente rica es la herencia
    que nos viene de Ti.
    El destierro se dulcifica
    porque Tú nos acompañas cada día.
    Así nuestro desierto florece y se vuelve llevadero.
    ¡Qué dura sería la vida sin tu dulce compañía!
    ¡Qué cardos, qué espinas no produciría!
    Pero entre los cardos y espinas tu mano amorosa
    ha plantado muy bellas rosas.


    A Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas

    Siempre nos quedas Tú.
    En medio de los peligros eres refugio,
    pararrayos contra la justa ira de Dios.
    En medio de las lágrimas, eres consuelo.
    Tus hijos pueden sufrir, por ser ley todos,
    pero nunca desesperan.
    Saben mirar a través de las lágrimas
    tu rostro materno que les llena de esperanza.


    Ea, pues, Señora, abogada nuestra…

    El nombre de abogada significa defensora.
    Tú nos defiendes del maligno,
    del que atacó a nuestra madre Eva en el Paraíso,
    y la hirió pasándonos la herida.
    Tú nos libras de peligros y tentaciones
    que nos pudieran hacer perecer.
    Contigo llevamos la frente alta por la vida,
    hasta el destino final que es el cielo.
    Desde allí intercede ante tu Hijo
    por cada uno de tus hijos,
    por mí también.


    Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos

    Sí, tus ojos...
    Yo quiero asomarme a tus ojos, contemplarlos,
    porque sólo de mirarlos me curo de mis tristezas,
    su alegría se me contagia,
    su pureza infinita se me participa.
    Tus ojos, Madre Virgen, son océano
    de gracia y de pureza.
    Por eso necesito mirarlos, contemplarlos,
    para que la bienaventuranza de los puros de corazón
    me toque a mí también.
    Nos miras con amor y misericordia.
    Necesitamos de ambas realidades a morir.
    porque somos débiles y miserables en abundancia.
    Misericordia es lo que suplicamos.
    Suplicamos a la misericordiosa Virgen.
    Suplicamos a la más amorosa Madre.
    A través de tus ojos aspiramos esa misericordia
    y ese amor.
    Es lo mejor que nos puedes regalar.
    Eres misericordia y eres amor,
    dos realidades que heredaste de Dios,
    para regalarlas a tus hijos.


    Y, después e este destierro…

    Destierro, porque la patria no está aquí.
    Porque la tierra, que es en sí hermosa,
    se nos vuelve inhóspita y agraz, al pensar en el cielo.
    Destierro, porque aquí te tenemos y tenemos a Dios,
    pero todavía no es del todo y para siempre.
    Podemos perderte, podemos perder a Dios,
    ¡Oh terrible posibilidad!
    En el cielo Tú serás nuestra y nosotros tuyos
    del todo y por toda la eternidad.
    ¡Qué inmensa beatitud!


    Muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre

    Lo más grande que Tú tienes es Jesús.
    Muéstranoslo, queremos verlo, conocerlo,
    amarlo entrañablemente.
    Desde que fuiste Madre de Jesús,
    nunca podrás separarte de Él, es tu hijo.
    Pero lo mismo que a Él, nos has engendrado
    a cada uno de nosotros.
    Somos por eso sus hermanos y tus hijos.
    Ser hijo no siempre es bien valorado por éste
    pero ser madre es muy bien conocido por ella.
    Yo no conozco bien lo que significa ser tu hijo,
    pero Tú sí sabes lo que significa ser mi madre.
    Jesús es el hermano mayor y especial.
    Debemos asemejarnos a Él.
    danos la gracia de conocerlo como Tú lo conoces:
    Un Dios amor que nos quiere
    hasta la muerte de cruz,
    que nos dio a su Madre, a Ti, para cada uno.
    Déjanos ver su rostro, déjanos conocer su corazón,
    concédenos amarlo con todas nuestras fuerzas.


    Oh clemente, Oh piadosa, Oh dulce Virgen María

    Clemente, piadosa y dulce:
    la trilogía de la misericordia encarnada en Ti.
    Permítenos beber en tu fuente
    el agua dulce de tu piedad.
    Estamos tan necesitados de clemencia,
    dulzura y piedad.
    Pero tu fuente rebosa de esa agua pura.
    Virgen María dulce: Eres el rosal sin espinas,
    belleza de rosas perfumadas:
    corremos al olor de tus perfumes.
    Virgen María clemente: De Dios lo aprendiste,
    Oh Madre del hijo pródigo.
    Si algo sabes hacer con excelencia,
    es el arte de la misericordia con tus hijos pecadores.
    Necesitamos tanto tu capacidad de compasión,
    porque somos pecadores maltratados por Satanás.
    Virgen María piadosa:
    Te compadeces del pecador,
    de sus heridas purulentas, no queriendo ver su culpa.
    Respondes con piedad y misericordia
    a la negra ingratitud, como tu Hijo.
    Misericordia del Hijo, misericordia de su Madre.
    Gracias por ser dechados de piedad para nosotros,
    que, si algo necesitamos, es misericordia y piedad.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC

    LAS MANOS JUNTAS DE MARÍA

    Autor: P. Carlos M. Buela | Fuente: Catholic.net
    Las manos juntas de María
    Nos recuerdan que el oficio más importante de Ella en el Cielo: es interceder por nosotros.
     
    Las manos juntas de María
    Las manos juntas de María


    En la mayoría de las imágenes de María,la encontramos con las manos juntas.

    Por así decirlo, se refuerza esa esperanza, esa certeza en la protección materna de la Virgen. Esas manos juntas de la Virgen nos recuerdan permanentemente que el oficio más importante de Ella en lo más alto de los Cielos es interceder, es rezar. ¿A quién se acercan los hombres y mujeres? ¡A aquellos que saben que rezan por ellos! Como se dice en el Oficio de Pastores, en el responsorio: "¡Éste es el que ama a sus hermanos, el que ora mucho por su pueblo!".

    Esas manos juntas de la Virgen nos recuerdan que Ella sigue cumpliendo en el Cielo ese oficio principal, que fue su oficio principal también aquí en la tierra, porque entre los muchos privilegios que tiene la Santísima Virgen hay un privilegio que hace que Ella sea el refugio de los pecadores; hace que Ella sea el imán que atrae a las multitudes, hace que Ella sea llamada bienaventurada por todas las generaciones, y a medida en que nos vayamos acercando al fin de los tiempos, más aún; de alguna manera, como vemos en la actualidad, los Santuarios que mayor número de peregrinos tienen son santuarios de la Virgen: Guadalupe, Lourdes, Fátima, Luján, etc.

    Esas manos juntas nos recuerdan que un día en Caná de Galilea Jesús le dijo: "no ha llegado mi hora", porque se habían quedado sin vino. Sin embargo, la Santísima Virgen, con plena conciencia de que Ella es Madre del Hijo de Dios, va a imperarles a los servidores: «¡Haced lo que Él os diga!». El Hijo Único de Dios, Aquel que es consustancial al Padre y al Espíritu Santo, no pudo decir que no a esa intercesión, a ese pedido de la Santísima Virgen, y por así decirlo se vio obligado a realizar ese primer milagro, porque la Santísima Virgen es la "Omnipotencia suplicante". No es omnipotente como Dios es omnipotente. Como Dios es omnipotente, sólo Dios es omnipotente. La Virgen no tiene la omnipotencia por su naturaleza, que es una naturaleza humana, pero sí tiene una forma muy particular de omnipotencia: es la "Omnipotencia suplicante", es la omnipotencia de aquella que siempre alcanza lo que pide, porque así como su Hijo la escuchó en Caná de Galilea, así su Hijo en este mismo instante sigue escuchando todos y cada uno de los pedidos de la Santísima Virgen.

    Por eso, por muy difíciles que sean los momentos para nosotros, Aquella que ha comenzado en nosotros la obra buena, Ella misma la llevará a feliz término.

    Por eso hoy, con renovado fervor, nos encomendamos a María; le pedimos por nuestra familia, por nuestros trabajos, necesidades y enfermedades. Y le pedimos a Ella la gracia de poder aportar nuestro pequeño granito de arena para la construcción del Reino de Dios.

    Esas manos juntas de María, nos invitan a la oración, las manos juntas de la Inmaculada de Lourdes, y las manos juntas de la Inmaculada de Fátima: "Rezad, rezad mucho, dijo con aire de tristeza, y haced sacrificios por los pecadores, pues van muchas almas al infierno, por no tener quien se sacrifique y pida por ellas".
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