sábado, 6 de agosto de 2016

NOVENA EN HONOR A LA ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA, DEL 6 AL 14 DE AGOSTO



Hoy 6 de agosto se inicia la Novena por la Asunción de la Virgen María
Por Abel Camasca


 (ACI).- “¡Cómo quisiera que por doquiera y en todas las lenguas se expresara la alegría por la Asunción de María!... Que todo hombre y toda mujer tomen conciencia de estar llamados, por caminos diferentes, a participar en la gloria celestial de su verdadera Madre y Reina”, decía San Juan Pablo II en 1995.

Cercanos a esta gran Solemnidad, que la Iglesia celebra cada 15 de agosto, aquí una novena en honor a la Virgen de la Asunción.



Primer día de la novena por la Asunción de la Virgen María
Tema primer día: ¿Cómo será eso, pues no conozco varón?

Versículo introductorio

V. El Señor la eligió.

R. Y la predestinó.

Introducción

El día 1 de noviembre de 1950, Pío XII definió solemnemente la Asunción de la Santísima Virgen María: “Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado, que la Inmaculada Madre de Dios, siembre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la Gloria celestial” (DS 3903).

Era obvio que la Madre de Dios, recibiera antes que nadie morada en el cielo y fuera glorificada para que desde allí continuase velando por sus hijos.

En momentos importantes, difíciles de la vida o en fechas memorables, nuestro primer pensamiento debe ir hacia la “madre”: su pensar, su sentir, su actuar… con cariño de hijos, recordar sus palabras, sus consejos. También la Virgen María, antes de su tránsito al cielo, nos dejó unas palabras, pocas, pero que son la clave para desvelarnos su semblanza humano-espiritual, a su paso por este mundo.

Lectura

Lc 1:26-34 “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?”

Comentario

María, la joven doncella de Nazaret, a la que Dios le ofrece la maternidad divina, se sorprende del anuncio del ángel, pide una aclaración y recibe una respuesta misteriosa: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti” (Lc 1:35).

María no comprende, pero cree y confía; no pone inconvenientes, no se para a pensar en sí misma: si está preparada, si tiene capacidades…; sabe que para Dios todo es posible y pone su vida a disposición de su plan divino, siendo Madre y Virgen a la vez.

“Esta opción del estado virginal por parte de María, que en el designio de Dios la disponía al misterio de la Encarnación… constituyó una opción valiente, llevada a cabo para consagrarse totalmente al amor de Dios” (M.C. 37).

Peticiones

a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.

Ave María… y Gloria al Padre

b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.

Ave María…y Gloria al Padre

c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.

Ave María… y Gloria al Padre

Oración final

Señor, te pedimos conservar la fidelidad a la misión de “estar” junto a los enfermos y ser para ellos signo del amor maternal de la Virgen María. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.



Segundo día de la novena por la Asunción de la Virgen María
Tema del segundo día: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí, según tu palabra”

Versículo introductorio

V. Aquí está la esclava del Señor.

R. Hágase en mí según tu voluntad.

Lectura

Lc 1:35-38: “He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra”.

Comentario

“Ser esclava del Señor”, ahí está el secreto de María, la clave de su santidad. María declara con estas palabras que no se pertenece, que es propiedad del Señor, en quien ha puesto toda su confianza.

María cree, se entrega y camina a oscuras, en un fíat irreversible, pero en un fíat que es un sí gozoso al Padre, testimonio de su libertad interior, de su confianza y serenidad. No comprende, no sabe cómo se llevara a cabo su servicio, pero ella, libre y en total disponibilidad, responde: Fíat. Desde entonces, “La voluntad del Señor será la luz de su vida, su paz en el sufrimiento y la fuente de su alegría” (Pablo VI).

“Hágase en mí…” es la actitud “oyente de María”, que acoge con fe la Palabra divina, convirtiéndose en Madre de Dios por haber engendrado en su seno al Verbo. Es una actitud de “aceptación y de servicio al plan divino en la donación total de sí misma… es la actitud que debemos tener todos... siguiendo el ejemplo de María de Nazaret” (Cf. V.C. 18).

Peticiones

a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.

Ave María… y Gloria al Padre

b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.

Ave María…y Gloria al Padre

c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.

Ave María… y Gloria al Padre

Oración final

Padre Santo, tú que quisiste que tu Hijo naciera de Santa María Virgen, concédenos por su intercesión, servirte con puro corazón como Ella, estar siempre abiertas a tu voluntad divina y obedientes a tu Palabra para que nos dediquemos gozosamente a los enfermos. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.



Tercer día de la novena por la Asunción de la Virgen María
Tema del tercer día: “Proclama mi alma la grandes del Señor…”

Versículo introductorio

V. Dichosa eres Santa María.

R. Y digna de toda alabanza.

Lectura

Lc 1:46-55: “Proclama mi alma la grandeza del Señor”

Comentario

“María en la visita a la Madre del Precursor, aparece como la Virgen orante; su espíritu se abre en expresiones de glorificación a Dios, de humildad, de fe, de esperanza, tal es el Magnificat” (M.C. 18).

Después del saludo por ambas partes, María prorrumpe en un canto de alegría, de alabanza a Dios Salvador, un canto de gratitud a Dios, Padre fiel y todopoderoso, que obra maravillas con los pobres. María expresa con este poema su grandeza de alma, su gozo, el más grande que ha invadido el corazón humano – Cristo vive en ella – es un gozo unido a la humildad más profunda y a la acción de gracias porque el Señor ha mirado la pequeñez de su esclava.

Con la oración del “Magnificat”, la Virgen María nos abre caminos de esperanza, de mayor vivencia de la fe; nos abre caminos de alegría porque el que todo lo puede es fiel y misericordioso de generación en generación.

La Virgen orante – de la Visitación – nos impulse a “que sepamos acudir a las necesidades de los demás con el fin de socorrerlas, pero sobre todo para que llevemos a Jesús… y proclamemos las maravillas que el Señor hace en el mundo…” (Cf. V. C. 112)

Peticiones

a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.

Ave María… y Gloria al Padre

b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.

Ave María…y Gloria al Padre

c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.

Ave María… y Gloria al Padre

Oración final

Oh Dios, Salvador de los hombres, que, por medio de la Virgen María, llevaste la salvación y el gozo a la casa de Isabel, concédenos proclamar tu grandeza con la santidad de nuestras costumbres y que vayamos gozosos al encuentro de los que sufren proclamando la Palabra de salvación para que reconozcan a Cristo como el Salvador. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.




Cuarto día de la novena por la Asunción de la Virgen María
Tema del cuarto día: “Hijo, ¿Por qué has hecho así con nosotros?”

Versículo introductorio

V. María conservaba todas estas cosas.

R. Meditándolas en su corazón.

Lectura

Lc 2:41-52 Jesús entre los doctores

Comentario

La pregunta de María, doliéndose por la pérdida del hijo, se hace lenguaje de amor, de docilidad plena, a la vez que manifiesta su pobreza, su íntima humillación, su dolor, su entrega a los planes divinos.

“Sin embargo es consolador para nosotros saber que también la Virgen preguntó “por qué” a Jesús en una circunstancia de intenso sufrimiento… demostrándonos en esta escena evangélica que la Virgen no siempre, ni inmediatamente comprendió el comportamiento de su Hijo… pero a pesar de ello María creía, confiaba y “conservaba todo esto en su corazón” (Lc 2, 51) (Juan Pablo).

Ante este episodio que nos narra San Lucas, María nos enseña una doble actitud: su silencio ante la respuesta del Hijo y su serenidad y equilibrio, virtudes tan necesarias en nuestra búsqueda constante de Dios, a través de todos los acontecimientos prósperos o adversos, a través de toda la vida, tanto en momentos de gozo como en circunstancias dolorosas y a veces humanamente incomprensibles. María nos muestra el camino: silencio, fe y oración.

Peticiones

a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.

Ave María… y Gloria al Padre

b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.

Ave María…y Gloria al Padre

c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.

Ave María… y Gloria al Padre

Oración final

Señor, Padre santo, que quisiste que Jesús se quedará en el templo y estuviera a tu plena disposición, concédenos, por intercesión de Santa María, profundizar en el misterio de tu voluntad y haz que seamos verdaderos discípulos de tu Hijo conservando y meditando en nuestro corazón tu Palabra divina. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.


Quinto día de la novena por la Asunción de la Virgen María
Tema del quinto día: “No tienen vino”

Versículo introductorio

V. Dichosa la Virgen María.

R. Porque se compadece de los necesitados.

Lectura

Jn 2:1-4 Jesús invitado a la boda de Caná

Comentario

Jesús y María se hallan presente en unas bodas en la ciudad de Caná. Durante el banquete, María se da cuenta de que falta el vino y con delicadeza maternal, se acerca a su Hijo para decirle: “no tienen vino”. Son unas palabras de súplica y de intercesión, que revelan la grandeza e importancia de la oración de petición. María nos enseña que la oración no es para que Dios cumpla nuestros deseos, sino para que nos cambie a nosotros a fin de hacernos instrumentos aptos en su manos, capaces de recibir sus dones.

“No tienen vino”, María sabe que el vino es algo que no puede faltar en una fiesta. Por eso, intercede ante Jesús y colabora en los planes de Dios. Así, Jesús realiza el primer milagro por la intercesión de María su Madre.

Peticiones

a)     Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.

Ave María… y Gloria al Padre

b)     Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.

Ave María…y Gloria al Padre

c)      Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.

Ave María… y Gloria al Padre

Oración final

Padre santo, en la boda de Caná la Virgen María ejerció su función maternal como mediadora, te pedimos, por su intercesión, que continúe ejerciendo su mediación entre tu Hijo y nosotros para que socorra a los afligidos, consuele a los tristes, fortalezca a los vacilantes y dé a los enfermos la esperanza. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.




Sexto día de la novena por la Asunción de la Virgen María
Tema del sexto día: “Haced lo que Él os diga”

Versículo introductorio

V. Dichosa eres Virgen María.

R. Porque intercediste ante tu Hijo Jesús.

Lectura

Jn 2:5-11 El primer milagro de Jesús

Comentario

Con estas palabras, María nos revela su extraordinaria personalidad. De espíritu firme y decidido, en armonía con su bondad, sabe afrontar la situación con serenidad, no desiste ante el aparente rechazo de Jesús y con cierta audacia obliga de alguna manera a Jesús a actuar y a hacer el milagro de la conversión del agua en vino.

“Haced lo que Él os diga” es la consecuencia del gran amor que María profesa a su Hijo, de su profunda fe, de la aceptación plena a la misión confiada por Dios, misión que lleva a la abnegación, a la renuncia de toda complacencia, misión que comporta dolor y que hace que todas las cosas sean nuevas en Jesús. Por eso María, confiando plenamente en Él, interviene como Madre solícita, como Mujer asociada a la obra salvadora de Cristo.

“Haced lo que Él os diga” son sus últimas palabras en el Evangelio.

Peticiones

a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.

Ave María… y Gloria al Padre

b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.

Ave María…y Gloria al Padre

c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.

Ave María… y Gloria al Padre

Oración final

Señor, que en tu providencia quisiste que la Virgen María estuviera presente en el primer milagro de tu Hijo, concédenos hacer aquello que Él nos ha mandado en el Evangelio y anunciemos la hora de la salvación presente en el mundo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.





Séptimo día de la novena por la Asunción de la Virgen María
Tema del séptimo día: Epílogo de la vida de María

Versículo introductorio

V. Alégrate, María, llena de gracia.

R. Porque has escuchado la Palabra divina.

Lectura

Lc 8:19-21 “Mi madre y mis hermanos son los que hacen la voluntad de Dios”.

Comentario

Las seis palabras de la Virgen nos han ido desvelando el verdadero perfil humano-espiritual de María, a través de las etapas concretas de su vida por las que Ella fue caminando en fe, esperanza y amor, en disponibilidad y aceptación de la misión a Ella confiada, conformándose progresivamente a Cristo.

María se nos muestra – decía Pablo VI – como la Virgen oyente, orante y oferente; como la Virgen fiel, coherente desde el “hágase de la Anunciación” hasta el “hágase silencioso al pie de la cruz”, ofreciéndose al Padre con Cristo y en Cristo por la Salvación del mundo.

Si la Asunción de María solo se explica a través de su Maternidad divina, también puede decirse que la Asunción fue el epílogo de la historia de María, el coronamiento de toda su vida mortal y de su misión en la tierra.

La Virgen, la llena de gracia, la que es Sagrario y Esposa del Espíritu Santo, transformada y vivificada por Él, es asunta en cuerpo y alma al cielo, está completamente compenetrada e identificada con Cristo, y ahora, en la gloria intercede por todos para que el Padre envíe sobre su Iglesia el Espíritu y configure a los hombres en su Hijo Jesús. Por tanto, bien podemos decir que la Asunción de María nos evoca también el poder de su poderosa intercesión, de ahí nuestro culto de alabanza a la Medianera de todas las gracias.

Peticiones

a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.

Ave María… y Gloria al Padre

b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.

Ave María…y Gloria al Padre

c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.

Ave María… y Gloria al Padre

Oración final

Señor, que nos has dado a tu Hijo, por medio de la Virgen María y la has asociado a la obra de la redención humana, te pedimos que, como Ella, escuchemos y meditemos en nuestros corazones tu Palabra, perseveremos en la oración y nuestra vida sea una ofrenda permanente para alabanza y gloria tuya. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amen.




Octavo día de la novena por la Asunción de la Virgen María
Tema del octavo día: “María, fue asunta en cuerpo y alma al cielo”

Versículo introductorio

V. Dichosa, tu María, que llevaste en tu seno a Cristo.

R. Él te ha llevado al cielo en cuerpo y alma.

Lectura

“Proclamamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado, que la Inmaculada Madre de Dios, siempre Virgen María, cumplido el curso de su vida terrestre, fue asunta en cuerpo y alma a la Gloria celestial” Cf. DS 3903

Comentario

La gloria de María en el cielo consiste en participar de la gloria de Dios, estar ya gozando de la plenitud total de Dios. María continúa en el cielo la alabanza de gloria, que había iniciado en la tierra, es decir: alaba y glorifica a Dios. Ahora podemos aplicar a María las palabras de Isaías 61, 10: “Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios”.

María asunta al cielo, por ser Madre de Jesús, sigue siendo Madre de todos los hombres, Madre de la Iglesia, “porque en virtud del Espíritu Santo continúa generando al Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia y a cada creyente… esta maternidad de María en la economía de la gracia perdura sin cesar… hasta la consumación perpetua de todos los siglos” (L.G. 62).

Una vez asociada a la glorificación de su Hijo, María continúa intercediendo en el cielo como Mediadora al Mediador y de esta forma, el recurrir a María debe conducirnos al encuentro con Cristo y por medio de Él llegar al Padre.

“María es la figura de una Mujer que, calladamente y en espíritu de servicio, vela por la Iglesia y la protege benignamente en su camino hacia la Patria hasta que llegue el día glorioso del Señor” (Cf. Pablo VI, 2-2-1974)

Peticiones

a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.

Ave María… y Gloria al Padre

b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.

Ave María…y Gloria al Padre

c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.

Ave María… y Gloria al Padre

Oración final

Señor, has querido elevar a tu humilde sierva María a la dignidad de Madre de tu Hijo y la has coronado de gloria en el cielo, te pedimos, por su intercesión, que imitemos su ejemplo, camine por la senda de la caridad perfecta, para que un día podamos gozar con ella en el cielo. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.



Noveno día de la novena por la Asunción de la Virgen María
Tema del Noveno Día: “María, creyó en la Palabra del Señor y en su cumplimiento”.

Versículo introductorio

V. Dichosa, tu, María porque has creído.

R. Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.

Lectura

Lc 1, 46-55 - "Alegría del alma en el Señor".

Comentario


"Dichosa tú por haber creído" (Lc 1,45). Vinculando esta expresión de Isabel dirigida a María con la de Jesús dirigida a Tomás «dichosos los que crean» (Jn 20,29), vemos cómo esta bienaventuranza, que interesa a toda la humanidad, designa el culmen de la libertad humana: es dichoso y feliz y realiza el designio de Dios quien alcanza la plenitud de su vocación. La libertad humana está hecha para la fe, en la que obtiene su perfección y su culminación.

El hombre se salva, no simplemente obedeciendo a una ley exterior, sino amando, entregándose y creyendo en Dios. María, dichosa por haber creído, es figura antropológica de la vocación humana a la felicidad.

Peticiones

a) Señor, por intercesión de la Virgen María, Virgen oyente, orante y oferente, te pedimos que también nosotros escuchemos y oremos tu Palabra divina y haz que nuestra ofrenda de cada día te sea agradable y sea dedicación a los que sufren para que permanezcamos fieles al evangelio y al espíritu de nuestra Santa Madre Fundadora.

Ave María… y Gloria al Padre

b) Señor, por intercesión de la Virgen María, que permaneció firme y fuerte junto a la cruz de su hijo, te pedimos para que sepamos estar junto a los enfermos y seamos portadores de evangelio, consuelo y paz.

Ave María… y Gloria al Padre

c) Señor, por intercesión de la Virgen María, que fue elevada al cielo y glorificada sobre los coros de los ángeles y santos, te pedimos que Ella mire con materno amor a todos y dirija nuestros pasos y nos impulse a encarnar el espíritu y carisma que vivió Santa María para que, recorriendo el camino de la caridad perfecta, lleguemos un día a la gloria del cielo.

Ave María… y Gloria al Padre

Oración final

Oh Señor, os pedimos que nos proteja a todos nosotros la oración de la Madre de Dios, la cual, aunque sabemos que salió de este mundo muriendo como los demás, resucitada a nueva vida, ha sido llevada al Cielo y coronada por Reina de todo lo creado. Os suplicamos también que, ya que no podemos agradaros con nuestras solas obras, nos salvemos por la intercesión de la misma Virgen María. Amén.

BUENOS DÍAS!!!


viernes, 5 de agosto de 2016

VIERNES 5, PRIMER VIERNES DEL MES DE AGOSTO, DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS



PRIMER VIERNES DEL MES DE AGOSTO
DEDICADO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS



BREVE CONSIDERACIÓN: Jesús a su víctima Margarita María de Alacoque: "Aquí tienes la herida de mi costado, quiero que en ella hagas tu morada, ahora y para siempre, la entrada es estrecha: esto te significa que debes ser pequeña y despojada de todo para entrar en mi Sagrado Corazón... He de aniquilarte tanto a tus propios ojos, mostrándote u vileza y tu nada,  que sobre ese fundamento de humildad y de abyección levantaré en tu alma el reinado de mi amor".




ORACIÓN:
ACTO DE CONTRICCIÓN AMOROSA

¡Oh Sacratísimo Corazón de Jesús ¡ Heme aquí postrado humildemente en tu presencia con el alma penetrada de vivo dolor, por haberte amado tan poco y por haberte herido con tantas ingratitudes, que me han hecho indigno de tus misericordias y favores. ¡Oh Corazón de Jesús¡ Ejercita conmigo el oficio salvador que te cuesta ya tan caro y no se pierda el fruto de tantas penas y de una muerte dolorosa, hónrala con mi salvación, para que mi corazón pueda amarte y glorificarte eternamente. Si tu justicia me condena, como indigno de perdón, apelaré al tribunal de tu amor, dispuesta mi alma a sufrir todos los rigores, antes que verse privada, un solo instante, de amarte. Corta y quema, no perdones mi cuerpo, ni mi vida, si es interés de tu gloria. Soy todo tuyo, ¡oh ivinio y adorable Corazón¡ Sálvame, te lo suplico, y no me entregues a mí mismo, en castigo de mis pecados, permitiéndome que vuelva a recaer en ellos.

¡Morir antes mil veces que ofenderte a Ti, a quien amo más que a mi propia vida¡ (De Santa Margarita María de Alacoque)




OCTAVA PROMESA

Las Almas fervorosas se elevarán rápidamente a una gran perfección.

(Recitemos las Letanías al Sagrado Corazón de Jesús en gratitud a la promesa y para que se cumpla en nosotros...)

LETANÍAS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, ten piedad de nosotros.
R: Cristo, ten piedad de nosotros.
V: Señor, ten piedad de nosotros.
R: Señor, ten piedad de nosotros.
V: Cristo, óyenos.
R: Cristo, óyenos.
V: Cristo, escúchanos.
R: Cristo, escúchanos.

V: Dios, Padre celestial,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Hijo, Redentor del mundo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Dios Espíritu Santo,
R: ten piedad de nosotros.
V: Trinidad Santa, un solo Dios,

R: ten piedad de nosotros.

V: Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre.
R: Ten piedad de nosotros.
V: Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el
seno de la Virgen María, R/.
Corazón de Jesús, unido substancialmente al
Verbo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, R/.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, R/.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, R/.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor, R/.
Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad, R/.
Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor, R/.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, R/.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, R/.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, R/.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones, R/.
Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros
de la sabiduría y la ciencia, R/.
Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud
de la divinidad, R/.
Corazón de Jesús, en quién el Padre halló sus
complacencias, R/.
Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, R/.
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados, R/.
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia, R/.
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan, R/.
Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad, R/.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados, R/.
Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos, R/.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte, R/.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, R/.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, R/.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, R/.
Corazón de Jesús, víctima de los pecadores, R/.
Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan, R/.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren
y esperan, R/.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, R/.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: perdónanos, Señor.

V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: óyenos, Señor.
V: Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,
R: ten piedad y misericordia de nosotros.
V: Jesús, manso y humilde de corazón,
R: haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
V: Sagrado Corazón de Jesús,
R: en Vos confío.

V: Sagrado Corazón de María,
R: salvad el alma mía.

V: Jesús y María os quiero con toda mi alma,

R: salvad almas y salvad el alma mía.



Una palabra de Santa Margarita María de Alacoque 
a sus hermanos asociados:

"Pedid, sin intermisión, al cielo que os conceda el don inefable de amar con santos ardores, con pasión sin límites, por encima de vosotros mismos y de las criaturas, al Sagrado Corazón de Jesús... Y pedid, que con ese amor, o mayor todavía, le amen cuantos han recibido la gracia de conocerle".



ACTO DE CONSAGRACIÓN
SE SOR MARÍA DEL DIVINO CORAZÓN

Amabilísimo Jesús, yo me consagro de nuevo y sin reserva a tu Divino Corazón. Te consagro mi cuerpo con todos sus sentidos, mi alma con todas sus potencias y mi ser todo entero. Te consagro mis pensamientos, palabras, obras, todos mis sufrimientos y trabajos, todas mis esperanzas, consuelos y alegrías. Especialmente te consagro mi pobre corazón para que no ame sino a Ti y se consuma como víctima en las llamas de tu amor. Acepta, !oh Corazón divino!, el deseo que tengo de consolarte y de pertenecerte para simpre. Toma de tal manera posesión de mí, que yo no tenga otra libertad que la de amarte, ni otra vida que sufrir y morir por Ti. Pongo en Ti toda mi confianza, una confianza sin límites, y espero de tu misericordia infinita perdón de todos mis pecados. Deposito en tus manos todos mis intereses, principalmente el de mi salvación eterna.

Prometo amarte y honrarte hasta el último momento de mi vida, y ayudado de tu divina gracia, prometo propagar con celo ardiente el culto de tu Sacratísimo Corazón. !Oh divino Corazón de Jesús!, dispón de mí como te agrade, no quiero más recompensa que tu mayor gloria y tu santo amor. Concédeme la gracia de hacer mi morada en tu Sacratísimo Corazón; allí es donde quiero pasar los días de mi vida y exhalar mi último suspiro.



Haz también de mi  corazón tu morada y el lugar de tu reposo, para quedarnos así íntimamente unidos, hasta que un día pueda yo alabarte, amarte y poseerte por toda la eternidad y cantar para siempre las misericordias de tu dulcísimo Corazón. Amén



Un padrenuestro y Avemaría por los agonizantes y pecadores.

Sagrado Corazón de Jesús, en VOS CONFÍO!

Inmaculado Corazón de María, SED LA SALVACIÓN DEL ALMA MIA

Santa Margarita María de Alacoque, RUEGA POR NOSOTROS

EL MATRIMONIO ES PARA SIEMPRE

El matrimonio...Es para siempre
¿Dar la vida por los hijos? Sí, pero no por sacrifico mortal, sino como vida diaria en familia, por ellos. Esto sí es “dar la vida” por los hijos


Por: Salvador I. Reding V | Fuente: es.catholic.net 



 
El matrimonio para un creyente cristiano es más, mucho más que un contrato civil, es un compromiso adquirido voluntaria y conscientemente ante Dios para toda la vida. Si en otras religiones se puede hacer un divorcio religioso, no en el cristianismo, por eso aclaró Jesús ante la pregunta sobre el divorcio, que “que lo que Dios ha unido no lo separe el hombre” (Mc 10:9 y Mt 19:6). Y eso vale para los contrayentes que se casaron entre sí y para cualquier autoridad religiosa.
 
En el plano civil, el divorcio es un trámite que anula un contrato, pero en el plano de Jesús, es un compromiso irrenunciable. Por eso los cónyuges que tienen conflictos entre ellos deben buscar la superación, no la destrucción de su vida matrimonial.
 
La superación de conflictos matrimoniales es crítica, tanto para los cónyuges como para las familias de ambos, y de aquellas personas que de alguna forma son afectadas por ese matrimonio. Pero lo más importante son los hijos.
 
Los padres de familia suelen decir que darían hasta la vida por ellos, pero es rarísimo que tengan que tomar esa opción, como lo es el tener que dar la vida por Cristo. Pero lo que sí es asunto de vida diaria, es el VIVIR LA VIDA POR LOS HIJOS. No es el martirio lo que se nos exige, sino la vivencia familiar diaria.
 
Los hijos merecen un matrimonio vívido entre sus padres., no verlos a cada uno por su lado. Merecen vivir en la familia compuesta conforme al deseo manifestado por Dios, con un padre, una madre, los hijos y en su caso hasta los nietos.
 
Si se está pues dispuesto a dar la vida por los hijos, antes hay que estar dispuesto a VIVIR LA VIDA por ellos, día a día, en familia. Por ellos hay que superar conflictos matrimoniales; no podemos recurrir a la huida de esa responsabilidad, aun estando enojados o frustrados. Es cuestión de amor, de escoger entre al amor a sí mismo, que puede ser egoísta, y el amor debido a quienes se les ha dado la vida, y a quien se le ofreció amar hasta que la muerte los separe, al otro cónyuge.
 
El divorcio es un trámite de Derecho civil, pero para el cristiano no existe para acabar con un compromiso de vida ante Dios. En algunos casos la separación de cuerpos es una triste solución a fallas o problemas diversos, pero ello no rompe ni acaba con el compromiso adquirido de por vida. El matrimonio sigue vigente.
 
Por ese compromiso vital adquirido conscientemente ante Dios, y por un amor real y responsable hacia los hijos, el matrimonio debe conservarse, salvando, con ayuda pedida al Señor, las diferencias y conflictos interconyugales, perdonando ofensas y faltas cometidas, y con propósito de enmienda, claro.
 
El matrimonio cristiano es para siempre, y obedece al amor debido a Dios, al cónyuge y a los hijos, y hasta debido a la familia ampliada de ambos.
 
¿Dar la vida por los hijos? Sí, pero no por sacrifico mortal, sino como vida diaria en familia, por ellos. Esto sí es “dar la vida” por los hijos.
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CADA SER HUMANO ESCRIBE UNA HISTORIA IMBORRABLE


Cada ser humano escribe una historia imborrable
Cada opción crea un poco de bien en el mundo


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 





Juan tuvo un sueño profundo y muy vivo. Se encontraba en un valle inmenso. Desde todas las direcciones posibles, llegaban millones de personas: hombres y mujeres, adultos y niños, jóvenes y ancianos, trabajadores y desocupados, ricos y pobres, santos declarados, santos anónimos, pecadores convertidos y pecadores desalmados.

La muchedumbre crecía por minutos. Desde lo alto apareció un Cordero que dominaba con su presencia todo el valle. Un ángel tocó la trompeta, y se hizo un silencio dramático. Otro ángel llegó con una lista enorme, y empezó a leer nombres.

Algunos de esos nombres eran bien conocidos: Sócrates, Cicerón, Francisco de Asís, Adolf Hitler, Madre Teresa de Calcuta. Otros indicaban a personas desconocidas por la mayoría de los presentes.

Cuando se pronunciaba un nombre, el llamado pasaba al frente, a la vista de todos. Los que eran desconocidos avanzaban en medio de un silencio más o menos tenso. Los “famosos” suscitaban aplausos o gritos de condena entre grupos numerosos de personas.

El ángel de la lista gritó dos nombres: Adán y Eva. Se hizo un silencio sepulcral. Por la parte izquierda, de muy lejos, avanzaron dos figuras humanas. La multitud prorrumpió en un murmullo confuso y dividido. Unos querían aplaudir: “¡Son nuestros primeros padres!” Otros querían condenar: “¡Por vuestra culpa vino el pecado y todo tipo de males entre los hombres!” Otros querían abrazarlos: “¡Cristo vino al mundo porque Dios fue fiel al amor que os tenía y, en vosotros, a todos los hombres!”

Juan despertó. No había valle, ni multitud, ni Cordero, ni ángeles, ni trompetas. Sintió que estaba solo. Se preguntó, como pocas veces había hecho antes, qué diría él cuando tuviese la ocasión de encontrarse con Adán y con Eva.

Pero luego su mente se llenó de otras preguntas: “¿qué dirán los demás cuando escuchen mi nombre? ¿Cuántos no sentirán un poco de rabia al recordar todas las injusticias que cometí sobre ellos? ¿O habrá tal vez muchos que, agradecidos, empezarán a aplaudir, porque les ayudé, les serví, les acompañé en un momento difícil de sus vidas?”

Juan se daba cuenta de que ninguno de sus actos era indiferente. Cada ser humano escribe una historia imborrable. Cada opción crea un poco de bien en el mundo, o aumenta el mal que parece dominar en tantos corazones humanos y que hace sufrir a millones de niños hambrientos, pobres, abandonados.

Es fácil señalar a Adán y Eva y ver en ellos, en nuestros primeros padres, el origen del mucho mal que hace llorar al mundo. Es más correcto no condenar una historia que ya ha sido perdonada, para dedicarnos, desde el lugar de cada uno, a construir un mundo un poco mejor.

Juan ha llegado a la moraleja del sueño. Este día irá a trabajar con otro espíritu. Regañará a los hijos con más cariño (casi ni se sentirán regañados). Hará más feliz a la esposa al ayudar en los mil trabajos de la casa. Y en la noche, todos juntos, rezarán.

Desde la casa de Juan (hay muchos juanes y juanas en el mundo) un poco de buena levadura está cambiando, sin que lo sepan muchos, la cara triste de un planeta necesitado de esperanza.

NUESTRA SEÑORA DE LAS NIEVES, ADVOCACIÓN MARIANA, 5 DE AGOSTO


Hoy 5 de agosto celebramos a la Virgen de las Nieves y el milagro que regaló a una pareja de esposos
Por Abel Camasca

 (ACI).- Según la tradición, alrededor del siglo IV una piadosa pareja de esposos que vivía en Roma había sido bendecida por su formación cristiana y en muchos bienes materiales. Sin embargo, no tenían hijos con los cuales compartir aquellos dones.

Por años rezaron con la finalidad de que el Señor los bendijera con un hijo, a quien dejarle toda la herencia, pero no obtenían ningún resultado. Finalmente tomaron la decisión de nombrar a la Virgen María como heredera y le pidieron con gran fervor para que los guiara.

En respuesta, la Madre de Dios se les apareció la noche del 4 de agosto -en pleno verano- y les dijo que deseaba que se construyera una Basílica en el Monte Esquilino, una de las siete colinas de Roma, en el lugar donde ella señalaría con una nevada. De igual modo, la Virgen María se apareció al Papa Liberio con un mensaje similar.

El 5 de agosto, mientras el sol de verano brillaba, la ciudad se quedó admirada al ver un terreno con nieve en el Monte Esquilino. La pareja de esposos fue feliz a ver lo acontecido y el Sumo Pontífice hizo lo mismo en solemne procesión.


La nieve abarcó el espacio que debía ser utilizado para construir el templo y desapareció después. El Papa Liberio echó los primeros cimientos de la Basílica en el perímetro que él mismo trazó y la pareja de esposos contribuyó con el financiamiento de la construcción.

Más adelante, después del Concilio de Éfeso en que se proclamó a María como Madre de Dios, sobre la iglesia precedente el Papa Sixto III erigió la actual Basílica. Con el tiempo se han hecho remodelaciones, restauraciones, ampliaciones y nuevas edificaciones, pero todo en honor a la Santísima Virgen.

Los fieles para conmemorar el famoso milagro, en cada aniversario lanzan pétalos de rosas blancas desde la bóveda de la Basílica durante la Misa de fiesta.

Nuestra Señora de las Nieves se conmemora cada 5 de agosto. Esta festividad se extendió en el siglo XIV a toda Roma y luego San Pío V la declaró fiesta universal en el siglo XVII.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 5 DE AGOSTO



LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 5



¿Te has fijado en los árboles que bordean los caminos? En los días calurosos del verano, cuando el sol aprieta fuertemente, todos buscan la sombra protectora de los árboles y caminan bajo ella protegiéndose del calor. Los árboles se exponen a los vientos, a la lluvia, al sol; y, en cambio, brindan sombra, frescor, protección.
Tu vida tiene que ser como los árboles: en ella tienen derecho a cobijarse cuantos de una u otra forma necesitan de ti, de tu comprensión, de tu compañía, de tu alivio, de tu ayuda; tú deberás exponerte al sufrimiento, para que los demás no sufran; recibirás el ardor del trabajo, para que los demás descansen; traspirarás con ansiedad para que los demás se alivien al amparo de tu protección.
En una palabra: sufrirás tú, para que los otros no sufran. Y ésa será tu mayor alegría y tu mayor motivo de orgullo: ser útil a los demás, ofrendarte por los demás, desvivirte por los demás.

“Valen más dos juntos que uno solo, porque es mayor la recompensa del esfuerzo. Si caen, uno levanta a su compañero; pero, ¡pobre del que está solo y se cae, sin tener a nadie que lo levante!” (Ecl 4,9-10). De ahí la necesidad de que no te apartes de tus hermanos; mantente al lado de ellos y, por medio de ellos, al lado del Señor.


* P. Alfonso Milagro

BUENAS TARDES!!!


jueves, 4 de agosto de 2016

LA HERMOSA DEVOCIÓN DE LAS TRES AVEMARÍAS

La hermosa devoción de las tres Avemarías
Quien rece diariamente las tres Ave Marías, recibirá su auxilio durante la vida y una especial asistencia al momento de su muerte.


Por: Redacción de GaudiumPress | Fuente: GaudiumPress.org 



Entre las devociones a Nuestra Señora existe una muy especial: la de orar todos los días las tres Avemarías. Pero ¿dónde nace esta devoción? Su origen data del siglo XIII y está ligado con Santa Matilde de Hackeborn, monja alemana benedictina, a quien Nuestra Señora le revela un modo de elevar una acción de gracias a la Santísima Trinidad por los privilegios concedidos a la Virgen María.
La Virgen prometió a Santa Matilde, asistir en la muerte a quien rece diariamente las tres Avemarías.
Santa Matilde pensando en su muerte, suplicó con gran fervor a la Madre de Dios que la asistiera en los últimos instantes de su vida. Ella escuchó que Nuestra Señora le decía:
"Sí que lo haré; pero quiero que por tu parte me reces diariamente tres Avemarías. La primera, pidiendo que así como Dios Padre me encumbró a un trono de gloria sin igual, haciéndome la más poderosa en el cielo y en la tierra, así también yo te asista en la tierra para fortificarte y apartar de ti toda potestad enemiga. Por la segunda Avemaría me pedirás que así como el Hijo de Dios me llenó de sabiduría, en tal extremo que tengo más conocimiento de la Santísima Trinidad que todos los Santos, así te asista yo en el trance de la muerte para llenar tu alma de las luces de la fe y de la verdadera sabiduría, para que no la oscurezcan las tinieblas del error e ignorancia. Por la tercera, pedirás que así como el Espíritu Santo me ha llenado de las dulzuras de su amor, y me ha hecho tan amable que después de Dios soy la más dulce y misericordiosa, así yo te asista en la muerte llenando tu alma de tal suavidad de amor divino, que toda pena y amargura de muerte se cambie para ti en delicias".
Ésta no sería la única revelación que tendría una santa en relación con la devoción de las tres Avemarías. Otra religiosa contemporánea a Matilde, Santa Gertrudis, conocida como "La Grande", tuvo una hermosa visión que confirmaría la otra revelación. Así ocurrió: eran las vísperas de la fiesta de la Anunciación, y al cantar el Avemaría, Gertrudis vio de repente cómo emergían del Corazón del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo como tres fuentes de agua que penetraban en el Corazón de María Santísima. Al instnate escuchó una voz que le dijo:


"Después del Poder del Padre, la Sabiduría del Hijo y la Ternura Misericordiosa del Espíritu Santo, nada se compara al Poder, Sabiduría y Ternura Misericordiosa de María".
A Santa Matilde la Virgen le prometió que quien rece diariamente las tres Ave Marías, recibirá su auxilio durante la vida y una especial asistencia al momento de su muerte, presentándose la Virgen con un brillo y una belleza tal que con sólo verla recibirá consuelo y las alegrías del cielo.
Además de estas dos santas, otros santos fueron especiales difusores de esta devoción, como San Alfonso María de Ligorio, quien aconsejaba con frecuencia esta bella práctica; o San Juan Bosco, quien la recomendaba a los jóvenes. San Pío de Pietrelcina dijo también que muchos se convertirían con solo practicar esta devoción.

Modo de rezar las tres Avemarías:

María Madre Mía; líbrame de caer en pecado mortal.
Por el poder que te concedió el Padre Eterno.
Avemaría...
Por la sabiduría que te concedió el Hijo.
Avemaría...
Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo.
Avemaría...
Se finaliza con un Gloria... y la jaculatoria "María, por tu Inmaculada Concepción, purifica mi cuerpo y santifica mi alma" (La cual concede Indulgencia parcial otorgada por San Pío X).

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