martes, 18 de octubre de 2016

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 18 DE OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Octubre 18


A veces nos quejamos de que nuestra vida está resultando monótona y sin proyección y quizá seamos nosotros mismos los culpables de ello.

En efecto, nos desubicamos cuando pensamos que no está a nuestro alcance el hacer de nuestra vida algo maravilloso.
Piensa que nunca es poco, cuando lo que se da es todo lo que uno tiene. No mires a lo que das, sino al corazón con que lo das. Si lo que puedes dar es poco, ciertamente el corazón con lo que lo puedes dar nunca es poco.

El amor es el detalle de la fidelidad: la fidelidad es el amor en los detalles; y los detalles suelen ser pequeños y quizá pasan inadvertidos; sin embargo, en ellos consiste la perfección y en ellos hay que poner el amor, en ellos se debe vivir el amor, tanto el amor a Dios como el amor a los hermanos.

“Porque el mismo Hijo del hombre no vino para ser servido sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud” (Mc 10,45). Y tú, como líder cristiano, has de cobrar conciencia de que estás para eso: para servir y no para servirte de los demás; para servirlos a ellos  y no para que ellos te sirvan. Si esto lo tienes muy presente, cambiarán muchas de tus actitudes.


* P. Alfonso Milagro

BUENAS NOCHES!!!


lunes, 17 de octubre de 2016

REFLEXIÓN PARA AUMENTAR MI FE EN DIOS


Reflexión para aumentar mi fe en Dios
La fe es un acto personal: la respuesta libre del hombre a la iniciativa de Dios que se revela


Por: P. Modesto Lule Zavala msp | Fuente: www.modestolule.com/ 




Algunas personas llegan a pensar que la fe es como la esperanza. Cierto es que la persona que tiene fe tiene esperanza, pero no necesariamente es la esperanza. El catecismo de la Iglesia católica dice: CIC 166: “La fe es un acto personal: la respuesta libre del hombre a la iniciativa de

Dios que se revela. Pero la fe no es un acto aislado. Nadie puede creer solo, como nadie puede vivir solo. Nadie se ha dado la fe a sí mismo, como nadie se ha dado la vida a sí mismo. El creyente ha recibido la fe de otro, debe transmitirla a otro. Nuestro amor a Jesús y a los hombres nos impulsa a hablar a otros de nuestra fe. Cada creyente es como un eslabón en la gran cadena de los creyentes. Yo no puedo creer sin ser sostenido por la fe de los otros, y por mi fe yo contribuyo a sostener la fe de los otros”. Es decir, todos en la medida de alimentar nuestra fe y compartirla nos enriquecemos. Dice la carta a los romanos 10, 17: Así pues, la fe nace al oír el mensaje, y el mensaje viene de la palabra de Cristo.

La fe es un don de Dios, es decir, se debe pedir a Dios. La fe se debe separar de la superstición, que es en lo que algunos pueden caer por falta de conocimiento en la religión. La carta a los Hebreos 11, 1, dice: “Tener fe es tener la plena seguridad de recibir lo que se espera; es estar convencidos de la realidad de cosas que no vemos”.

La fe se debe trabajar y en la medida que hay esfuerzo hay esperanza de alcanzar lo que se busca. Dentro del ámbito cristiano esperar algo ya no se reduce a cuestiones meramente egoístas, sino a beneficios para todos.

La madre Teresa de Calcuta dice: “del silencio nace la oración, de la oración nace la fe, de la fe nace el amor, del amor nace la entrega y de la entrega la paz”. Todo lleva un proceso, y para progresar en la fe hay que progresar en el silencio y en la oración y esto conllevará a más dones y virtudes que enriquecerán a la persona y por ende a los que le rodean.


La palabra fe viene del latín FIDES, y significa lealtad. De la misma palabra FIDES se desprende fiel y otras más. La lealtad se la debemos a Dios, en la medida que seamos fieles, es decir leales, podemos esperar como dice en la carta a los hebreos, aquellas cosas que ya hemos pedido, es decir tenemos esperanza en que Dios nos ayudará en lo que necesitamos y todo esto será para cumplir con la voluntad de Dios. Así como la Virgen maría que fue leal a lo que el Señor pedía pudo alcanzar la gloria que Dios Padre concede a todo obediente a su palabra. Los santos son santos por ser leales, por tener fe en que las promesas de Jesucristo se cumplirán en su momento, quizá no en el que pedimos nosotros pues Dios nos concede las cosas no cuando queremos, sino cuando ya estamos preparados.

SEAMOS PERSEVERANTES EN LA ORACIÓN


Seamos perseverantes en la oración



Un periodista describe la colección de recuerdos que tiene en su desván.  Son de las guerras que ha reportado por más de treinta y cinco años.  Una caja tiene los apuntes de su visita a un campamento de refugiados en el África.  Allá quedaron algunos tutsis después del genocidio intentado en Ruando.  Otra caja es de fotos y apuntes de Irlanda Norte.  Allí el ejército inglés reprimió brutalmente la lucha, también a veces violenta, de los católicos para sus derechos civiles.  En otro recipiente hay un dibujo hecho por una niña de Camboya.  Muestra un guillotine portátil usado por los jemeres rojos para ejecutar a los niños por huir de los campamentos de labor.  En otra caja se encuentra la cinta de una entrevista con un sobreviviente del bombardeo de Hiroshima.  Dice el sobreviviente que estaba en escuela al momento de la explosión.  Cuando miró arriba por un hoyo en el techo, vio nubes con fuegos en el medio.

Las atrocidades de guerra no cesan.  Ni paran las lágrimas de la gente victimizada.  Hoy en día una guerra civil en Siria ha creado más de diez millones de refugiados.  En Colombia hace días el pueblo votó no terminar la guerra con los revolucionarios que ha durado por más de cincuenta años.  Hay también las guerras entre los carteles en México y las pandillas en Chicago que matan a inocentes.

Enfrentados por este tipo de barbaridad levantamos nuestras voces a Dios.  Rezamos: “Por favor, Señor, pon fin al derramamiento de sangre”.  Como si no nos escuchara, seguimos con la súplica: “¿Cuándo vas a actuar, Señor?”  No estamos pidiendo por nuestras tropas como Moisés en la primera lectura.  Queremos un alto en todas las hostilidades.  Anhelamos escuchar de los niños del mundo creciendo en la paz, de sus madres liberadas de la preocupación inexorable, y de sus hermanos mayores desistiendo creer que la guerra traiga la prosperidad.  Sin embargo, parece que no vayamos a realizar nuestra petición.  Siempre en una parte del mundo u otra, si no en todas, ha existido la lucha violenta.

Del evangelio hoy sacamos un hilo de la esperanza.  La parábola del juez corrupto nos enseña que sí Dios oye nuestras oraciones y actuará.  Sin embargo, tenemos que seguir rezando por días si no por meses, años, o aun corporalmente milenios.  Un predicador negro, ciertamente veterano de la campaña larga para los derechos civiles en los Estados Unidos, una vez resumió bien la lección aquí.  Dijo: “Hasta que hayas estado delante de una puerta cerrada tocando por años con tus nudillos sangrando, no sabrás lo que es la oración”.

La oración forma una parte imprescindible de nuestra campaña para la paz.  Pues, Dios es el autor de la paz con Jesucristo sirviendo como el camino para alcanzarla.  También vivimos la paz por sacar de nuestras entrañas todo aspecto de rencor y venganza.  Un corazón puro no quiere hacer la violencia.  Finalmente, instruimos a nuestros hijos en los modos de la paz.  La segunda lectura hoy exhorta a Timoteo que se aproveche de las Escrituras para “educar en la virtud”.  Ciertamente es virtuoso sembrar semillas de buena voluntad.

Dijo el papa San Juan Pablo II que la paz es como una catedral.  Hay que construirla lentamente, pieza por pieza, hasta que se haga una construcción digna de Dios.  Aún más es como una catedral porque envuelve la oración.  Sin la oración la catedral se hace primero un museo y después un parque de recreo.  Sin la oración la paz disuelve en el rencor, el rencor en la hostilidad, la hostilidad en la guerra.  Por eso, oremos para que se entrañe el mundo con la paz.


* P. Carmelo Mele O.P.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 17 DE OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Octubre 17


La vida se desarrolla en una continua tensión entre el "ahora" y el "después".

Hay entre ambos una relación de dependencia muy íntima; el después depende del ahora. A un ahora lento, inactivo, cerrado, sin luz, habrá de corresponder necesariamente un después de tinieblas, de desilusión, de fracasos, de ostracismo.

En cambio, al ahora entregado, al ahora sacrificado en aras de los demás y de la propia perfección, sucederá infaliblemente el después gozoso, satisfecho, feliz y pleno.

En resumidas cuentas, el después no se construye sino con los ahoras de cada momento y será imposible pretender un futuro después feliz y satisfecho, si los ahoras de cada momento no se realizan con toda plenitud de vida, con todo entusiasmo de acción, con toda la entrega de un amor verdadero y pleno.

Mañana será el proyecto de pasado mañana y así sucesivamente.
“Ten piedad de nosotros, Dios, dueño de todas las cosas; infunde tu temor a todas las naciones… Dales la recompensa a los que te aguardan… Escucha la oración de los que te suplican para que todos los que viven en la tierra reconozcan que tú eres el Señor, el Dios eterno” (Eclo 36,1-17). Pero si Dios tiene determinado hacer todo eso por ti; tú serás su instrumento consciente y libre y, por eso, meritorio.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ SEMANA PARA TODOS!!!


domingo, 16 de octubre de 2016

REGRESAR AL CAMINO


Regresar al camino
El agradecimiento implica regresar al buen camino de la vida.


Por: Ignacio Buisán, L.C. | Fuente: Virtudes y Valores 




“Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó alabando a Dios en voz alta, se postró a los pies de Jesús y le dio las gracias”.

Dice el refrán que “es de bien nacidos el ser agradecidos”. Sin embargo, el episodio de los diez leprosos que encontramos en el Evangelio, nos muestra y nos revela que la gratitud es, más bien, una virtud rara, una virtud exótica, algo parecido a esas flores curiosas que brotan en medio de la nieve o en los lugares más insospechados de la tierra.

Nos cuesta ser agradecidos. Pero ¿por qué? ¿Cuál puede ser la razón de esa dificultad? Tal vez porque en el fondo “dar las gracias” implica regresar un camino; algo que no siempre estamos dispuestos a hacer: “Mientras iban de camino, quedaron limpios de la lepra. Uno de ellos, al ver que estaba curado, regresó...”

Esos hombres, los diez, estaban desahuciados, eran unos muertos en vida, comidos por la enfermedad y por la soledad, señalados por la sociedad, proscritos, relegados, rotos por dentro y por fuera. Esos hombres pasaron en un instante a recuperar, de golpe, toda su dignidad, toda su salud, todo su cuerpo. Debió ser algo impresionante, inesperado, impactante. El único detalle en contra es que Jesús lo hizo gratis. A Jesús no le debían mil millones de dólares, ni una comisión, ni siquiera un regalo de agradecimiento. Lo único que les ataba a la persona que les había curado era su capacidad de agradecer; pero eso implicaba regresar por el mismo camino, tal vez perder un poco de tiempo, y reconocer el favor. Algo que sólo uno estuvo dispuesto a hacer.

“Regresar el camino” y dar las gracias no siempre y no todos estamos dispuestos a hacerlo. Somos mucho más agradecidos con el doctor, con el psicólogo o con el nutriólogo, que nos recibe en su consulta, reloj en mano, y nos receta un medicamento, una dieta o una terapia, que con el confesor que desde el confesionario nos absuelve, sin dinero de por medio, y nos limpia de la lepra del pecado. Somos más agradecidos con el funcionario o con el político que nos hace algún favor, a cambio de una significativa comisión, que con nuestros papás, que con esfuerzo y con sacrificio han gastado y han dado su vida para sacar adelante la nuestra.

¿Y con Dios? con Dios, más que agradecidos somos exigentes y muchas veces injustos. Le exigimos curaciones, le exigimos milagros, le exigimos que tengamos suerte, le exigimos que encontremos un buen trabajo, le exigimos que nos vaya siempre bien en la vida, le exigimos que no nos pase nada ni a nosotros ni a los nuestros, le exigimos que no nos falte el dinero, que nuestros hijos tengan éxito en la vida.... Exigimos, exigimos, exigimos y si no nos cumple renegamos, nos alejamos o dudamos de él haciéndolo culpable de todo lo que nos pasa.

Parece mentira, y es triste, que no nos hayamos dado cuenta de que Dios ya hizo el gran milagro, de que él ya cumplió con su parte. Él nos ha dado lo más importante: la existencia y su amor; su vida y su muerte; su cuerpo y su sangre; la resurrección y la vida eterna. A nosotros es a quienes nos corresponde, ahora, recorrer el camino. El problema es si estamos dispuestos a regresar, de vez en cuando, ese camino, para corresponder con nuestra capacidad de agradecer.

Diez leprosos fueron curados de su enfermedad. Los diez se beneficiaron del milagro, pero sólo uno regresó el camino para dar las gracias. Ese leproso, además del milagro de su curación corporal, escuchó palabras no menos misteriosas e impresionantes, que sin duda marcaron el resto de su existencia: “Levántate y vete, tu fe te ha salvado”.

Cada domingo tenemos la oportunidad de “regresar el camino” para dar gracias a Dios. La palabra “Eucaristía”, significa “acción de gracias”. Sólo por ese motivo ya sería algo grande ir a Misa. Sorprende y entristece ver la facilidad con que dejamos de hacerlo, a veces por flojera, otras veces porque la prisa de la vida, que también se hace presente los fines de semana, nos hace ver ese “dar gracias” como una pérdida de tiempo. Con toda razón, el Papa Juan Pablo II advertía al inicio del tercer milenio a todos los creyentes que “la Eucaristía dominical, congregando semanalmente a los cristianos como familia de Dios en torno a la mesa de la Palabra y del Pan de vida, es también el antídoto más natural contra la dispersión”. No hacerlo, no es sólo signo de ingratitud, sino también signo de despiste existencial. Ser agradecidos no cuesta dinero, es gratis; tal vez eso es lo malo, porque todo lo gratuito corre el riesgo de no ser valorado. Es cierto que no cuesta dinero en esta vida, pero tendrá su peso cuando en la otra oigamos: “¿No fueron diez los que quedaron limpios? ¿Dónde están los otros

DEJARNOS AMAR POR DIOS


Dejarnos amar por Dios
Sí, es posible dejarle dirigir, mansamente, el camino de nuestras vidas.


Por: P. Fernando Pascual LC | Fuente: Catholic.net 




Podemos darle a Dios una alegría inmensa si nos dejamos amar por Él, si ponemos nuestra vida en sus manos.

Parece fácil, pero nos cuesta vivir así. Porque muchas veces preferimos nuestros planes, gustos, proyectos, deseos, y no somos capaces de descubrir que Dios nos prepara algo mucho más hermoso. También cuando nos quita algo que “bueno” para ofrecernos algo mucho mejor.

Un accidente nos puede privar de la salud, pero no nos aparta de Dios si tenemos un corazón atento, esponjoso, disponible. Incluso nos puede hacer más sensibles a las necesidades de los demás, y abrirnos los ojos para recordar que esta vida es sólo un tiempo de paso.

Un fracaso nos puede llenar de tristeza, al recordar la cercanía de Dios el corazón recibe un consuelo profundo: tenemos un Padre que nos espera, un día, en casa.

El rechazo de un “amigo” se nos clava en el alma, pero sabemos que la amistad de Dios es constante y nos alienta en los momentos más difíciles de la vida.

La muerte de un familiar o de un amigo deja vacíos profundos, pero la confianza en Dios nos permite saber que nadie muere sin el permiso divino, y que existe un juicio en el que la misericordia salvará a quienes se dejaron amar por el Amor.

Todos necesitamos ser amados. No podemos vivir sin amor, como recordaba con frecuencia Juan Pablo II. Si abrimos el alma y nos dejamos tocar por ese Dios cercano, amigo, enamorado del hombre y lleno de bondad misericordiosa, nuestra vida será mucho más hermosa y más buena.

Sí: es posible dejarnos amar por Dios, dejarle dirigir, mansamente, el camino de nuestras vidas. Entraremos entonces en un mundo maravilloso. Los pequeños o grandes malos ratos serán curados por el bálsamo más hermoso: el que recibimos desde la caricia eterna de nuestro Padre de los cielos.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 16 DE OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Octubre 16



Nada se busca hoy, nada se anhela tanto como la paz. La paz para el mundo, la paz para nuestras familias, la paz para cada uno de nosotros.
Pero hay varias clases de paz: la paz de los cipreses del cementerio; la paz de los silencios; la paz envuelta en el canto de los pájaros.
Ninguna de ellas es comparable a la paz que produce en cada hombre el saber que en su vida se está cumpliendo la voluntad de Dios.
Porque entonces la vida cobra sentido, la vida está fundamentada, asegurada, se halla pacífica.
Cuando todo está en su sitio, cumpliendo con su función, es cuando se goza de la paz; si todo en mí se halla ordenado según la voluntad del Creador, podré gozar de una profunda y auténtica paz interior.
“La Iglesia está fortalecida con la virtud del Señor resucitado, para triunfar con paciencia y caridad de sus aflicciones y dificultades, tanto internas como externas, y revelar al mundo fielmente su misterio, aunque sea entre penumbras, hasta que se manifieste en todo el esplendor al final de los tiempos” (LG 8)


* P. Alfonso Milagro

FELIZ DOMINGO!!!

sábado, 15 de octubre de 2016

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 15 DE OCTUBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Octubre 15


Hoy se habla mucho del amor; no siempre del verdadero amor. Es que el mundo solamente se salvará con amor y no con odio.
Pero, eso sí, hay que amar a todos sin excepción; aún a los propios enemigos, como lo pide Cristo en el Evangelio.

Hay que amar sin desfallecimientos ni descansos.
Lo mismo en las buenas que en las malas; en la primavera que en el verano; a la persona que nos resulta simpática y a la que nos es antipática; a la que nos hace bien como a la que nos persigue.
Hay que amar a todos sin excepción.

Se han estrenado muchos métodos para arreglar el mundo, y el mundo sigue desarreglado; ¿no será  porque no se ha probado el método del amor?

Las familias, las personas, ¿no serían más felices si en ellas reinara el amor, en lugar de la incomprensión?
Hay una sola bomba que al estallar no destruye sino que construye: es la bomba del amor.

“Conozcan el amor de Cristo que supera todo conocimiento, para ser colmados de la plenitud de Dios” (Ef 3,19). Cristo es la manifestación del amor del Padre, y el cristiano ha de constituirse en una manifestación de Cristo; así el mundo irá a Cristo por el cristiano, y al Padre por Cristo.


* P. Alfonso Milagro

BUENAS NOCHES


viernes, 14 de octubre de 2016

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO

¡Oh Santísima Virgen, Madre de Dios, dulce refugio y consuelo piadoso de todos los afligidos! Por aquella confianza y autoridad de Madre con que podéis presentar nuestros ruegos al que es árbitro soberano de nuestro bien empeñad una y otra en favor nuestro. Conseguidnos el reformar con el Santo Rosario nuestras vidas, estudiando en tan dulce libro la fiel imitación de vuestro Hijo Jesús, hasta que podamos adorarlo y amarlo por todos los siglos de los siglos. Amén.

ROSTROS VEMOS, CORAZONES NO SABEMOS


Rostros vemos. corazones no sabemos
No hay que dejarse llevar sólo por las apariencias.



Miriam llegó finalmente al Santuario de Medjugorie, después de una larga caminata, estaba rodeada de un grupo de italianos, entonces entró en una sala de espera.

-Me puedo sentar aquí por un momento. –Preguntó.

-Apenas terminó de hablar, llovió una cantidad de reclamos, gritos e insultos….

-¡Vallase de aquí!, ¡Aquí solo la gente de nuestro grupo!, ¡Esto está ocupado, qué no ve!, ¡Que se valla de aquí! –Respondieron entre otras cosas los peregrinos.

Desde el fondo un niño alzó la voz:
-Mamá esa es una de la videntes, puedo ir a saludarla.

Como si un rayo hubiese dividido la historia, todos cambiaron de aspecto, se corrió la noticia de boca en boca, y de boca en gritos.

-Miriam, por favor, sintiese, ¿Quieres algo?

-¿Por favor, Miriam puedo hablar contigo en particular?

Aquella mujer permaneció en pie y dirigió la palabra a los presentes:

“Queridos amigos, me he dado cuenta que en este mundo hay muchos juicios y poco amor, me pregunto qué hubiese pasado si algún ateo en busca de la fe y le hubiese pasado lo mismo que a mí, ¿Se hubiera convertido por su testimonio o hubiera reforzado su ateísmo?”(Encuentro mariano, Boloña, Italia, 13 de Marzo del 2010, intervención de Miriam).

La caridad cristiana implica romper todo juicio y compartir el amor de Cristo a todos.
Que admirables son esas personas que saben reconocer lo bueno de los demás y perdonar lo malo, basta con hacer mención de los grandes personajes de la historia que han sufrido y perdonado como Cristo: Juan Pablo II ante Alí Acka o Nelson Mandela después de 30 años de cárcel, son hombres de corazones abierto al perdón y por tanto a la verdad.

Dice la sabiduría popular: “Rostros vemos, corazones no sabemos”

Se cuenta también al respecto que un alumno de San Alberto Magno fue interrogado por su maestro durante una “Questio disputata” este alumno era silencioso, humilde y muy reservado, tanto que era llamado el “buey mudo”, pues bien, el aprendiz resolvió todo con tanta profundidad y claridad que Alberto Magno exclamó:

“Este que nosotros llamamos “buey mudo”, mugirá tan fuerte que se hará escuchar en todo el mundo”.

Este personaje prejuzgado por algunos como alguien silencioso, callado, como un “buey mudo”, fue el grande Santo Tomás de Aquino, que hoy se estudia en las universidades e institutos del mundo, en los ámbitos de filosofía, teología, psicología, gnoseología, etc.

Verdaderamente “Rostros vemos, corazones no sabemos”



Por: Marín Antonio Cruz, L.C. | Fuente: Virtudes y Valores 

SACERDOTE DOMINICO RECUERDA QUE EL ROSARIO SE REZA, NO SE RECITA


Sacerdote dominico recuerda que el Rosario se reza, no se recita
Por Matt Hadro


 (ACI).- Los católicos debemos redescubrir la naturaleza contemplativa del Rosario y no solo recitarlo de forma rápida si de verdad queremos que esta oración transforme nuestras vidas, afirmó el sacerdote y teólogo, P. Basil Cole.

“Si se reza correctamente, el rosario producirá un manantial de gracia en nuestras vidas”, aseguró el P. Basil Cole (O.P.), quien se desempeña como profesor de  teología moral, espiritual y dogmática en Dominican House of Studies (Casa Dominicana de Estudios) ubicado en Washington, Estados Unidos.

En una entrevista a ACI Prensa, el P. Cole se refirió a la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario (7 de octubre), la que se remonta a 1571 cuando una alianza naval cristiana logró una victoria decisiva contra una gran armada turca que amenazaba las costas de Europa.

El Papa San Pío V, que pidió a los católicos rezar el Rosario antes de la batalla, atribuyó la victoria a la intercesión de la Santísima Madre y estableció la fiesta de Nuestra Señora de la Victoria que más tarde se convirtió en la Fiesta de Nuestra Señora del Rosario.


El Rosario ha sido siempre una poderosa oración contra el mal, pero si más católicos lo rezaran de forma correcta, “no hubiéramos tenido los problemas que hemos enfrentado” en los últimos 40 años, expresó el P. Cole.

El viejo adagio "la familia que reza unida permanece unida" implica una oración real que debe venir del corazón y la mente, sostiene el experto.

"He escuchado muchas confesiones de personas que han rezado el Rosario en familia y que después de un tiempo odiaban hacerlo porque no sabían rezarlo correctamente. Recitaban y recitaban muy rápido. Decían que era como un tren a toda velocidad. No pensaban en los misterios. No reflexionaban en ellos", lamentó el sacerdote.

El P. Cole ofreció algunos consejos prácticos para las personas y familias que quieran rezar bien el Rosario.

Por ejemplo, una familia podría hacer una pausa deliberada antes de cada misterio del Rosario para pensar en la vida de María y de Jesús contenida en él. También podrían ofrecer un denario por una intención específica.

Una persona podría rezar un denario del Rosario en diferentes momentos del día y así tiene más tiempo para enfocarse en cada misterio.

En cierto sentido, dijo el P. Cole, sería mejor rezar un denario de forma pausada y prestando atención, con tiempo suficiente para reflexionar verdaderamente en él, que recitar rápidamente un Rosario entero.

Muchos en el mundo han perdido el sentido de la contemplación, añadió el religioso, pero si se recupera, la oración podría fortalecer considerablemente a las personas y familias.

“Si se reza de forma correcta, el Rosario realmente puede fortalecer un matrimonio, porque debes enfrentar pruebas y dificultades. Necesitas paciencia y amabilidad”. El sacerdote añadió que las “gracias que nos ofrece el Rosario están allí”.

VIDENTE DE LA VIRGEN DE FÁTIMA: EL ROSARIO ES EL ARMA DE LOS ÚLTIMOS TIEMPOS


Vidente de la Virgen de Fátima: El Rosario es el arma de los últimos tiempos


 (ACI).- El 26 de diciembre de 1957, el P. Agustín Fuentes, Postulador de la Causa de Beatificación de Francisco y Jacinta Marto, entrevistó a la vidente de las apariciones de Fátima, Sor Lucía Dos Santos, quien aseguró que “el Rosario es el arma de combate de las batallas espirituales de los últimos tiempos”.

Esta entrevista, a la que también asistieron algunos miembros del alto clero, tuvo lugar en el Convento de las Religiosas Carmelitas Descalzas de Santa Teresa, en Coimbra (Portugal).

Allí Sor Lucía manifestó que la Santísima Virgen les dijo, tanto a sus primos como a ella, que dos eran los últimos remedios que Dios daba al mundo: el Santo Rosario y el Inmaculado Corazón de María.


La religiosa, quien falleció en el 2005, destacó que con el Santo Rosario nos salvaremos, nos santificaremos, consolaremos a Nuestro Señor y obtendremos la salvación de muchas almas.

“Por eso, el demonio hará todo lo posible para distraernos de esta devoción; nos pondrá multitud de pretextos: cansancio, ocupaciones, etc., para que no recemos el Santo Rosario”, advirtió.

En este sentido resaltó que el programa de salvación es brevísimo y fácil porque con el Santo Rosario “practicaremos los Santos Mandamientos, aprovecharemos la frecuencia de los Sacramentos, procuraremos cumplir perfectamente nuestros deberes de estado y hacer lo que Dios quiere de cada uno de nosotros”.

“No hay problema por más difícil que sea: sea temporal y, sobre todo, espiritual; sea que se refiera a la vida personal de cada uno de nosotros o a la vida de nuestras familias, del mundo o comunidades religiosas, o a la vida de los pueblos y naciones; no hay problema, repito, por más difícil que sea, que no podamos resolver ahora con el rezo del Santo Rosario”, enfatizó la religiosa.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 14 DE OCTUBRE

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Octubre 14



Un sol radiante y una atmósfera limpia y acariciadora. Pero, en lugar de disfrutarla, corremos el riesgo de desperdiciarla si en nuestro corazón no hay paz.

Cuando no hay paz, hasta el sol parece desagradable y maligno; hasta la tranquilidad de la atmósfera molesta y desagrada.
Un día de viento y lluvia, pesado, molesto. Pero teniendo paz en el corazón, podemos hacer que la lluvia deje de ser molesta y se convierta en canto y música; pegadas las narices contra el vidrio mojado y oyendo el tintineo de la lluvia, podemos hacer que sus gotas repiqueteen en nuestro corazón.

Quiere decir que no son las cosas, sino que es el corazón el que pone en nosotros alegría o tristeza, optimismo o derrotismo, amargura o paz.

“Los exhorto a comportarse de una manera digna de la vocación a la que han recibido” (Ef 4,1). Indudablemente el Señor ha dado a cada uno su vocación personal, que debe vivir; cada uno ha de ser fiel a esa vocación; si te ha llamado al apostolado, es inútil que vayas buscando otras formas de vida cristianas: no las hallarás.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ VIERNES!!!

jueves, 13 de octubre de 2016

GRACIAS SEÑOR POR LA EUCARISTÍA


Gracias Señor, por la Eucaristía...

Gracias Señor, porque en la última cena partiste tu pan y vino en infinitos trozos, para saciar nuestra hambre y nuestra sed...

Gracias Señor, porque en el pan y el vino nos entregas tu vida y nos llenas de tu presencia.

Gracias Señor, porque nos amastes hasta el final, hasta el extremo que se puede amar: morir por otro, dar la vida por otro.

Gracias Señor, porque quisistes celebrar tu entrega, en torno a una mesa con tus amigos, para que fuesen una comunidad de amor.

Gracias Señor, porque en la eucaristía nos haces UNO contigo, nos unes a tu vida, en la medida en que estamos dispuestos a entregar la nuestra...

Gracias, Señor, porque todo el día puede ser una preparación para celebrar y compartir la eucaristía...

Gracias, Señor, porque todos los días puedo volver a empezar..., y continuar mi camino de fraternidad con mis hermanos, y mi camino de transformación en ti...

Amén

SÉ RESPONSABLE CON TU DINERO


Sé responsable con tu dinero


La codicia es la idolatría del dinero, es un deseo de poseer sin límites que puede llevar a la explotación del prójimo, o a no compartir los bienes con los necesitados. Tan perjudicial es una carencia como un exceso. La felicidad está en disfrutar de lo que tenemos, y no en desear lo que no podemos tener.

Salda tus deudas. Intenta pagar siempre que puedas al contado; gastarás menos. Haz ajustes para vivir dentro de tus posibilidades. Analiza y recorta tus gastos. Calcula cuánto podrías ahorrarte si no compraras ciertos productos de marca. Que tu austeridad sea desde la alegría. Motívate con un compromiso solidario: lo que te sobra es lo que otra persona necesita para llevar una vida digna (Juan Yzuel).

“Con el dinero puedes comprar una casa, pero no un hogar; una cama, pero no el sueño; un libro, pero no la sabiduría; la compañía, pero no el amor; la diversión, pero no la alegría; un crucifico, pero no la fe; un magnífico ataúd, pero no un lugar en el cielo. Preocúpate primero por las cosas de Dios. No siempre te dará todo lo que pidas, pero siempre te dará todo lo que necesitas”. Sabias orientaciones.


* Enviado por el P. Natalio
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