lunes, 28 de noviembre de 2016

NO SOY DIGNO


No soy digno

Si se entiende bien, ante este tipo de dificultades para responder a la vocación diría que se puede pasar por alto la incompetencia, pero no la pusilanimidad: alma encogida, insuficiencia moral, desmoralización. Me explicaré -espero- de modo que se compre


Por: Juan Manuel Roca | Fuente: Fluvium.com 




Si se entiende bien, ante este tipo de dificultades para responder a la vocación diría que se puede pasar por alto la incompetencia, pero no la pusilanimidad: alma encogida, insuficiencia moral, desmoralización. Me explicaré -espero- de modo que se comprenda, trayendo a nuestra consideración un conocido pasaje del Evangelio.

San Lucas relata que Jesús se subió un día a la barca de Pedro para predicar desde allí a la multitud y, al terminar, pidió a Pedro que llevara la barca mar adentro (es el Duc in altum!, ¡mar adentro!, que nos ha repetido Juan Pablo II como consigna para el tercer Milenio cristiano) y echara las redes para pescar. Pedro le respondió que habían estado toda la noche bregando y no habían pescado nada, pero añadió: "sin embargo porque tú lo dices echaré la red". Así lo hizo y quedó atónito, impresionado, al ver que casi no podían sacar la red del agua de tantos peces como habían cogido. Entonces se echó de rodillas a los pies de Jesús, con la cabeza inclinada hasta el suelo, y le dijo: "apártate de mí, Señor, que soy un hombre pecador" (Lc 5, 1-11).

Al ver el prodigio que había hecho Jesús contando con su obediencia, Pedro se asustó, porque se consideraba indigno de servir de instrumento a tales milagros. Pero Jesús le dijo: "no temas. Desde ahora serán hombres lo que tendrás que pescar". No sólo no considera que la indignidad de Pedro sea un obstáculo, sino que se apoya en su humildad para hacerle capaz de atraer a Dios a una muchedumbre incontable de hombres y mujeres, como sucedió ya durante su vida.

Por supuesto que somos indignos de que Dios nos elija para servirse de nosotros como instrumentos: sería grotesco que no nos diéramos cuenta. Pero ya hemos dicho que Dios no nos llama por nuestros méritos (Pedro, con toda su experiencia y su dominio del oficio, había estado toda la noche faenando en vano), sino porque quiere; por eso basta que reconozcamos nuestra indignidad y le hagamos caso, fiándonos de Él, para dar con nuestra vida obediente un fruto maravilloso.

Me parece muy lúcida esta manera de explicar cómo la indignidad y la humildad de los santos hacen que Dios se luzca en los frutos: "Un santo es un avaricioso que va llenándose de Dios, a fuerza de vaciarse de sí. Un santo es un pobre que hace su fortuna desvalijando las arcas de Dios. Un santo es un débil que se amuralla en Dios y en Él construye su fortaleza. Un santo es un imbécil del mundo -stulta mundi- que se ilustra y se doctora con la sabiduría de Dios. Un santo es un rebelde que a sí mismo se amarra con las cadenas de la libertad de Dios. Un santo es un miserable que lava su inmundicia en la misericordia de Dios. Un santo es un paria de la tierra que planta en Dios su casa, su ciudad y su patria. Un santo es un cobarde que se hace gallardo y valiente, escudado en el poder de Dios. Un santo es un pusilánime que se dilata y se acrece con la magnificencia de Dios. Un santo es un ambicioso de tal envergadura que sólo se satisface poseyendo cada vez más y más ración de Dios... Un santo es un hombre que todo lo toma de Dios: un ladrón que le roba a Dios hasta el Amor con que poder amarle. Y Dios se deja saquear por sus santos. Ése es el gozo de Dios. Y ése, el secreto negocio de los santos" (P. Urbano, El hombre de Villa Tevere).

Ya se ve que lo decisivo aquí es el amor impresionante de Dios por el hombre, que nos da motivos para esperarlo todo de Él. El quid de la santidad es una cuestión de fe, de confianza: lo que el hombre esté dispuesto a dejar que Dios haga en él. No es tanto el "yo hago", "yo lo haré", como el "hágase en mí" de aquella muchacha desconocida de Nazaret a la que Dios comunicó que la había elegido para ser Madre de su Hijo.

Las realidades grandes empiezan con humildad: "No te elegí porque seas grande, por el contrario eres el más pequeño de los pueblos; te he elegido porque te amo" dice el Señor al Pueblo de Israel en el Antiguo Testamento. Ciertamente, Dios no nos elige por nuestra grandeza; al contrario, la grandeza de Dios entra en nuestra vida cuando nos abrimos humildemente a sus planes amorosos, como nos enseña la Virgen María, que después de haber concebido en su seno purísimo al Hijo de Dios, canta, llena de humilde alborozo: "Mi alma glorifica al Señor, y mi espíritu se llena de gozo en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la pequeñez de su esclava. Desde ahora me llamarán bendita todas las generaciones, porque el Todopoderoso ha hecho obras grandes en mí" (Lc 1, 46-49).

PAPA FRANCISCO PROPONE 3 ACTITUDES EN ADVIENTO


Papa Francisco propone 3 actitudes para ir al encuentro de Dios en Adviento
Por Álvaro de Juana
Foto: L'Osservatore Romano




VATICANO, 28 Nov. 16 / 05:28 am (ACI).- Comenzado el tiempo de Adviento, el Papa Francisco invitó a “ponerse en camino”, para lo que propuso 3 actitudes en su homilía en la Misa de la Casa Santa Marta.

“Es un tiempo para caminar e ir al encuentro del Señor, es decir, un tiempo para no estar parado”, explicó. Pero, “¿cuáles son las actitudes que debo tener para encontrar al Señor? ¿Cómo debo preparar mi corazón para encontrar al Señor?”.

“En la oración al inicio de la Misa la liturgia nos señala 3 actitudes: vigilantes en la oración, trabajadores en la caridad y exultantes en la bendición. Es decir, debo orar, con vigilancia; debo ser trabajador en la caridad –la caridad fraterna: no solo dar una limosna, no; también tolerar a la gente que me molesta, tolerar en casa a los niños cuando hacen demasiado ruido, o al marido o a la mujer cuando están en dificultad, o a la suegra”.

“Tolerar, siempre con la caridad pero activa”, y también “la alegría de bendecir al Señor”. “Así debemos vivir este camino, esta voluntad de encontrar al Señor”, afirmó.


Francisco manifestó además que “Él es el Señor de las sorpresas” y por eso renovó su invitación a no estar parado.

“Estoy en camino para encontrarlo a Él, en camino para encontrarme, y cuando nos encontremos veamos que la gran sorpresa es que Él me está buscando, antes de que yo comenzara a buscarlo”.

Esta “es la gran sorpresa del encuentro con el Señor. Él nos ha buscado antes. Él siempre es el primero. Él hace su camino para encontrarnos”.

“El Señor siempre va más allá, va Él primero. Nosotros damos un paso y Él da diez. Siempre. La abundancia de su gracia, de su amor, de su ternura que no se cansa de buscarnos. También a veces con pequeñas cosas”, añadió.

En definitiva, Dios “no está buscando, nos está esperando, y solo nos pide a nosotros el pequeño paso de la buena voluntad”. Sin embargo, el cristiano debe tener “el deseo de encontrarlo” y después Él “nos ayuda”. Así, “nos acompañara durante nuestra vida”, aseguró.

“Muchas veces verá que queremos acercarnos y Él sale a nuestro encuentro. Es el encuentro con el Señor: esto es lo importante. El encuentro”.

Francisco reveló que “siempre me ha llamado la atención lo que el Papa Benedicto había dicho de que la fe no es una teoría, una filosofía, una idea, sino que es un encuentro. Un encuentro con Jesús”.


“Alejarse o tener la voluntad de ir al encuentro. Y esta es la gracia que hoy pedimos. ‘Oh Dios, nuestro Padre, suscita en nosotros la voluntad de ir al encuentro con Tu Cristo’, con las buenas obras. Ir al encuentro con Jesús. Y para esto recordamos la gracia que hemos pedido en la oración, con la vigilancia en la oración, el ser caritativos y bendecir. Y así encontraremos al Señor y tendremos una preciosa sorpresa”. 

Lectura comentada por el Papa:

Isaías 4:2-6
2 Aquel día el germen de Yahveh será magnífico y glorioso, y el fruto de la tierra será la prez y ornato de los bien librados de Israel.
3 A los restantes de Sión y a los que quedaren de Jerusalén, se les llamará santos: serán todos los apuntados como vivos en Jerusalén.
4 Cuando haya lavado el Señor la inmundicia de las hijas de Sión, y las manchas de sangre de Jerusalén haya limpiado del interior de ella con viento justiciero y viento abrasador,
5 creará Yahveh sobre todo lugar del monte de Sión y sobre toda su reunión, nube y humo de día, y resplandor de fuego llameante de noche. Y por encima la gloria de Yahveh será toldo
6 y tienda para sombra contra el calor diurno, y para abrigo y reparo contra el aguacero y la lluvia.

LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 28 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 28



Es bueno soñar, pero no es bueno soñar tanto.
Que nunca despertemos del sueño; es bueno caminar en la vida, mirando a las estrellas, pero no es bueno que no nos fijemos dónde posamos los pies al caminar.
Es bueno fijarse en lontananza una meta hacia la cual nos dirijamos, pero no es bueno que nos despreocupemos de lo que sucede a nuestro alrededor.
Es bueno querer mejorar a todos, pero es mejor comenzar por mejorarse a sí mismo. Es bueno querer hacer obras de relieve, pero quizá sea mejor acariciar la cabecita de ese niño que todos los días encontramos en la puerta de nuestro negocio.
Es bueno pronunciar discursos o arengas ante multitudes, pero quizá debamos comenzar por hablar fugaces minutos con el cartero o el lechero, o con el lustrabotas que da brillo a nuestros zapatos.
“El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho” (Lc 16,10). En las cosas menores es donde se manifiesta al amor; las cosas pequeñas son las que se ofrecen a diario y en las que debes vivir tu amor al Señor.


* P. Alfonso Milagro

FELIZ INICIO DE SEMANA!!!


domingo, 27 de noviembre de 2016

CALENDARIO DE ADVIENTO 2016






UNA PENITENCIA CURIOSA


UNA PENITENCIA CURIOSA



San Felipe Neri era un santo con gran sentido común. Trataba a sus penitentes de una manera muy práctica. 
Una señora tenía la costumbre de confesarse con él muy habitualmente y casi siempre tenía el mismo pecado del que arrepentirse: el de calumniar a sus vecinos. Por ello, San Felipe, le dijo: 

– <<De penitencia, vas a ir al mercado, compras una gallina y me la traes. Pero de camino, la vas desplumando y dejando las plumas en las calle conforme caminas>>. 

La señora pensó que ésta era una penitencia rara, pero deseando recibir la absolución, hizo conforme se le había indicado y por fin regresó donde san Felipe. 

– <<Bueno, Padre, he completado mi penitencia>>. Y le mostró la gallina desplumada. 

– <<Oh, de ningún modo la has completado – le dijo el santo. Ahora regresarás al mercado y en el camino, recoges todas las plumas y las pones en una bolsa. Entonces regresas aquí con la bolsa>>. 

– <<¡Pero eso es imposible! – lloró la señora –, ¡esas plumas deben de estar ahora por toda la ciudad por el efecto del viento!>>. 

– <<Es cierto – replicó el santo –, pero tienes aún menor oportunidad de recoger todos los calumnias que has esparcido sobre tus vecinos>>.

Los falsos rumores que decimos de los demás, las mentiras que esparcimos, no sabemos dónde van a parar, ni qué mal pueden hacer. Cuesta mucho después querer arreglar lo que hemos estropeado. Es imposible rectificar lo que hemos dicho. Y hablar mal de los otros es una de las cosas que más daño pueden hacer en tu ambiente. 

PAPA FRANCISCO: EL ADVIENTO NOS INVITA A DEJARNOS SORPRENDER POR EL SEÑOR


Papa Francisco: El Adviento nos invita a dejarnos sorprender por el Señor
Por Álvaro de Juana
Foto: Alexey Gotovsky




VATICANO, 27 Nov. 16 / 06:18 am (ACI).- El Ángelus desde la ventana del estudio pontificio estuvo marcado por el primer domingo del Adviento, algo que el Papa Francisco destacó al explicar que este tiempo de preparación para la Navidad es una invitación a dejarse sorprender por Dios y a no depender de "nuestras seguridades".

“En este tiempo de Adviento estamos llamados a alargar el horizonte de nuestro corazón, a dejarnos sorprender por la vida que se presenta cada día con sus novedades”, dijo el Papa.

[Puede leer: Con el Primer Domingo de Adviento inicia el Nuevo Año Litúrgico]

Para esto, dijo, se necesita “aprender a no depender de nuestras seguridades, de nuestros esquemas consolidados, porque el Señor viene en la hora en la que no imaginamos”. En definitiva, el Adviento “viene para introducirnos en una dimensión más bella y más grande”.


Francisco aseguró que el Señor hace “una invitación a la sobriedad, a no ser dominado por las cosas de este mundo, por las realidades materiales, sino más bien a gobernarlas”.

“Si, por el contrario, nos dejamos condicionar y dominar por ellas, no podemos percibir que hay algo mucho más importante: nuestro encuentro final con el Señor que viene por nosotros”.

El Santo Padre señaló ante miles de peregrinos en la Plaza de San Pedro que se trata de “una invitación a la vigilancia, porque no sabiendo cuando vendrá Él, se necesita estar siempre preparado para partir”.

“La página del Evangelio nos introduce en uno de los temas más sugerentes del tiempo de Adviento: la visita del Señor a la humanidad”, reconoció.

“La primera visita ocurrió con la Encarnación, el nacimiento de Jesús en la gruta de Belén; la segunda en el presente: el Señor nos visita continuamente, cada día, camina a nuestro lado y es una experiencia de consuelo; y al final será la última, que profesamos todos cada vez que recitamos el Credo: ‘Dios vendrá de nuevo en la gloria para juzgar a los vivos y a los muertos’”.


Francisco habló de la “venida de improviso del Señor”. “Siempre nos sorprende pensar en las horas que proceden una gran calamidad: todos hacen las cosas sin darse cuenta de que su vida está a punto de ponerse del revés”.

“El Evangelio no nos quiere dar miedo, sino abrir nuestro horizonte a otra dimensión, más grande, que por una parte relativiza las cosas de cada día pero al mismo tiempo las hace más preciosas, decisivas”, agregó.

HOY 27 DE NOVIEMBRE ES LA FIESTA DE LA MEDALLA MILAGROSA


Hoy 27 de noviembre es la Fiesta de la Virgen de la Medalla Milagrosa


 (ACI).- "Haz que se acuñe una medalla según este modelo. Todos cuantos la lleven puesta recibirán grandes gracias. Las gracias serán más abundantes para los que la lleven con confianza", dijo la Virgen María a Santa Catalina Labouré un 27 de noviembre de 1830.

En la aparición, la Madre de Dios estaba con una túnica blanca y un velo del mismo color que cubría su cabeza hasta los pies. Su rostro era bellísimo. Los pies se posaban sobre un globo blanco y aplastaban una serpiente.

Sus manos, a la altura del corazón, portaban un globo pequeño de oro, coronado con una crucecita. En los dedos aparecieron anillos con piedras preciosas que brillaban y alumbraban en toda dirección.


La Virgen miró a Santa Catalina y le dijo: “este globo que ves (a los pies) representa al mundo entero, especialmente Francia y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no piden”.


El globo de oro que tenía la Virgen entre manos se desvaneció y sus brazos se extendieron abiertos, mientras los rayos de luz continuaban cayendo sobre el globo blanco de los pies.

De pronto apareció una forma ovalada en torno a la Virgen con una inscripción en el borde interior que decía: "María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti".

Las palabras formaban un semicírculo que iniciaba a la altura de la mano derecha, pasaba por arriba de la cabeza de María y terminaba a la altura de la mano izquierda. Es aquí donde la Virgen le pide a Catalina que acuñe una medalla según lo que está viendo.

La aparición dio media vuelta y en el reverso estaba una “M” con la cruz sobre una barra, la cual atravesaba la letra. Debajo estaban el corazón de Jesús, circuncidado con una corona de espinas, y el corazón de la Virgen María, traspasado por una espada. Alrededor había doce estrellas.


La manifestación se repitió hacia fines de diciembre de 1830 y a principios de enero de 1831. En un principio la medalla era llamada “de la Inmaculada Concepción”, pero cuando se expandió la devoción y se produjeron muchos milagros, se le llamó “La Medalla Milagrosa”, como es conocida hasta nuestros días.


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS, 27 DE NOVIEMBRE


LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Noviembre 27



En el tiempo de la poda, pareciera como si el árbol derramara lágrimas; el insensible podador corta las ramas sin compasión, despoja el árbol de sus brazos y ralea su ramaje sin piedad.
Por cada una de las heridas el árbol destila la sangre de su queja o de su protesta; es como si el alma del árbol levantara el grito contra semejante atropello.
Sin embargo, ello sirvió para que esa alma se contrajera, se replegara durante largos días de invierno y así no fuera alcanzada allá en la interioridad de su savia por el frío que mata.
Luego vino la primavera y los brotes anunciaron que el árbol no sólo no estaba muerto, sino que había recuperado nueva vida, nueva pujanza, nueva fecundidad en flores y frutos.
En tu vida el dolor desempeña el papel de podador; tú podrás tal vez quejarte con pesimismo; pero si tienes fe, si unes tu dolor al dolor redentor de Cristo, te podrá servir de nueva fuerza en tu vida.
El invierno no es muerte; es reconcentración de la vida que luego eclosiona en la primavera con las flores y en el verano con los frutos. Las flores y los frutos de tu vida espiritual deben salir y manifestarse; de lo contrario, pese a tu actividad, se podrá decir que estás en verdad muerto, como cantó el poeta: “No son los muertos los que en dulce calma la paz reposan de la tumba fría; muertos son los que tienen muerta el alma, y viven todavía”


* P. Alfonso Milagro

SIETE DETALLES SOBRE EL SIGNIFICADO DE LA MEDALLA MILAGROSA


7 detalles sobre el significado de la Medalla Milagrosa

 (ACI).- La Virgen de la Medalla Milagrosa, cuya fiesta es el 27 de noviembre, le pidió a Santa Catalina Labouré que realizara una Medalla de acuerdo a lo que veía en el momento de la aparición. Así se hizo y  Dios obró muchos milagros. Pero, ¿qué indican los símbolos que aparecen en la Medalla y cuál es su mensaje espiritual?

1. Triunfo sobre Satanás

En el anverso de la Medalla Milagrosa aparece la Virgen sobre el mundo y aplastando con los pies la cabeza de la serpiente. Lo que indica que la Inmaculada tiene poder, en virtud de su gracia, para triunfar sobre Satanás.

2. Evoca el Apocalipsis

Las doce estrellas sobre la cabeza de María y el color de su vestuario muestran a la mujer vestida de sol del libro del Apocalipsis.


3. Rayos de gracias

Las manos extendidas con los rayos son señal de la misión que tiene la Virgen María como Madre y mediadora de las gracias, que derrama sobre el mundo y a quienes las pidan.

4. Signo de la Inmaculada

La famosa inscripción “Oh María” afirma la Inmaculada Concepción de la Virgen, manifestada a Santa Catalina en esta aparición del 27 de noviembre de 1830, mucho antes que se proclamara el dogma en 1854. Asimismo, indica la misión de intercesión de la Madre de Dios, a quien podemos recurrir con confianza.

5. La realeza de María

El globo, que representa a la tierra, se encuentra bajo los pies de la Virgen porque Ella es reina del cielo y de la tierra.


6. Madre del crucificado

Al reverso de la Medalla está la “M”, símbolo de María y de su espiritual maternidad. La cruz es el misterio de la redención y la barra que la sostiene es la letra del alfabeto griego “Yota” o “I”, que es monograma del nombre “Jesús”. Todo esto simboliza a la Madre de Cristo crucificado.

7. La Iglesia con los Sagrados Corazones

Las doce estrellas son símbolo de la Iglesia que Cristo funda sobre los Apóstoles. Mientras que los Sagrados Corazones de Jesús y María hacen referencia a la devoción que los cristianos debemos tener a ambos Corazones.

ESQUEMA DE ORACIÓN PARA ENCENDER LA VELA DE ADVIENTO


PROPONEMOS ESTE ESQUEMA SENCILLO PARA ORAR AL ENCENDER LA VELA DE ADVIENTO



PRIMER DOMINGO 
LLAMADA A LA VIGILANCIA
ENTRADA. 

Se entona algún canto.
Saludo.
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Acto de Contrición.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso...

LITURGIA DE LA PALABRA. Lectura del santo evangelio según san Marcos 13,33: “Estén preparados y vigilando, ya que nos saben cual será el momento”. Palabra del Señor. (Breve pausa para meditar)
Reflexión.

Guía: Vigilar significa estar atentos, salir al encuentro del Señor, que quiere entrar, este año más que el pasado, en nuestra existencia, para darle sentido total y salvarnos.

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.

Guía: Encendemos, Señor, esta luz, como aquel que enciende su lámpara para salir, en la noche, al encuentro del amigo que ya viene. En esta primer semana de Adviento queremos levantarnos para esperarte preparados, para recibirte con alegría. Muchas sombras nos envuelven. Muchos halagos nos adormecen.

Queremos estar despiertos y vigilantes, porque tú traes la luz más clara, la paz más profunda y la alegría más verdadera. ¡Ven, Señor Jesús!. ¡Ven, Señor Jesús!

PADRE NUESTRO
Guia: Unidos en una sola voz digamos: Padre Nuestro...

CONCLUSION

Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvos. Amén.


SEGUNDO DOMINGO
ENTRADA. Se entona algún canto. Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.

Acto de Contrición.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso...

LITURGIA DE LA PALABRA.
Lectura de la II carta de San Pedro 3,13-14: ”Nosotros esperamos según la promesa de Dios cielos nuevos y tierra nueva, un mundo en que reinará la justicia. Por eso, queridos hermanos, durante esta espera, esfuércense para que Dios los halle sin mancha ni culpa, viviendo en paz". Palabra de Dios.
Breve pausa para meditar

Reflexión
Guía: ¿Qué va a cambiar en mí, en nosotros en este Adviento? ¿ Se notará que creemos de veras en Cristo?

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.

Guía: Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas. El viejo tronco está rebrotando se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne...

Que cada uno de nosotros, Señor, te abra su vida para que brotes, para que florezcas, para que nazcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor! ¡Ven, Salvador!

PADRE NUESTRO.
Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre nuestro...

CONCLUSION.
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén.


TERCER DOMINGO
ENTRADA.
Se entona algún canto. Saludo.
Guía: En el nombre del Padre y del Hijo Y del Espíritu Santo. Acto de Contrición.
Guía: Reconozcamos ante Dios que somos pecadores.
Todos: Yo confieso ante Dios todopoderoso...

LITURGIA DE LA PALABRA.
Lectura de la Primera carta a los Tesalonicenses 5,23: ”Que el propio Dios de la paz los santifique, llevándolos a la perfección. Guárdense enteramente, sin mancha, en todo su espíritu, su alma y su cuerpo, hasta la venida de Cristo Jesús, nuestro Señor”. Palabra de Dios.
Breve pausa para meditar. Reflexión.

Guía: Los hombres de hoy no verán en persona a Cristo en esta Navidad. Pero sí verán a la Iglesia, nos verán a nosotros. ¿Habrá más luz, más amor, más esperanza reflejada en nuestra vida para que puedan creer en El?

ENCENDIDO DE LA VELA. Oración.

Guía: En las tinieblas se encendió una luz, en el desierto clamó una voz. Se anuncia la buena noticia: ¡El Señor va a llegar! ¡Preparen sus caminos, porque ya se acerca! Adornen su alma como una novia se engalana el día de su boda. ¡Ya llega el mensajero!. Juan Bautista no es la luz, sino el que nos anuncia la luz.

Cuando encendemos estas tres velas cada uno de nosotros quiere ser antorcha tuya para que brilles, llama para que calientes. ¡Ven, Señor, a salvarnos, envuélvenos en tu luz, caliéntanos en tu amor!

PADRE NUESTRO.
Guía: Unidos en una sola voz digamos: Padre nuestro...

CONCLUSION.
Guía: Ven, Señor, haz resplandecer tu rostro sobre nosotros.
Todos: Y seremos salvados. Amén

CUARTO DOMINGO

Todos hacen la señal de la cruz.
Guía: "Nuestro auxilio es en el nombre del Señor"
Todos: "Que hizo el cielo y la tierra"

Liturgia de la Palabra:
Primera lectura: Rm 13,13-14 "Conduzcámonos como en pleno día, con dignidad. Nada de comilonas y borracheras, nada de lujuria ni desenfreno, nada de riñas ni pendencias. Vestios del Señor Jesucristo". "Palabra de Dios"
Todos: "Te alabamos Señor".

Segunda lectura: 2 Tes. 1,6-7 "Es justo a los ojos de Dios pagar con alivio a vosotros, los afligidos, y a nosotros, cuando el Señor Jesús se revele, viniendo del cielo acompañado de sus poderosos ángeles, entre las aclamaciones de sus pueblo santo y la admiración de todos los creyentes." -"Palabra de Dios"
Todos: "Te alabamos Señor".
Guía: "Ven, Señor, y no tardes.
Todos: "Perdona los pecados de tu pueblo".

SE ENCIENDEN LAS CUATRO VELAS
Guía: "Bendigamos al Señor"
Todos hacen la señal de la cruz mientras dicen: "Demos gracias a Dios".

Humildad y gloria
El Nacimiento de Jesús

Guía: Lectura del Evangelio según San Lucas (2:6-7)
"Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron
los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito,
le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento."
"Palabra de Dios"
Todos: "Te alabamos Señor".

MEDITACION

La Virgen y San José, con su fe, esperanza y caridad salen victoriosos en la prueba. No hay rechazo, ni frío, ni oscuridad ni incomodidad que les pueda separar del amor de Cristo que nace. Ellos son los benditos de Dios que le reciben. Dios no encuentra lugar mejor que aquel pesebre, porque allí estaba el amor inmaculado que lo recibe.

Nos unimos a La Virgen y San José con un sincero deseo de renunciar a todo lo que impide que Jesús nazca en nuestro corazón.

Tiempo de silencio / Tiempo de intercesión
Padre Nuestro / Ave María.

ORACIÓN FINAL

Derrama Señor, tu gracia sobre nosotros, que, por el anuncio del ángel, hemos conocido la encarnación de tu Hijo, para que lleguemos por su pasión y su cruz a la gloria de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo.

Todos: "Amén"

Otros dos esquemas para la oración al encender la velas de la corona de adviento

FELIZ DOMINGO!!


sábado, 26 de noviembre de 2016

GIME EL DESIERTO


Gime el desierto…


¿Ha perdido “actualidad” la palabra pecado? Pareciera que sí. Sin embargo es una radical experiencia humana. Basta mirar con sinceridad dentro de nosotros para descubrir una cuota de egoísmo y de fragilidad que nos induce a hacer el mal que deberíamos evitar y a no hacer el bien que estamos llamados a practicar.

Refieren los viajeros que, cuando el viento a la caída de la tarde roza la arena del desierto, se oye a lo lejos algo así como un suspiro prolongado: “Escucha” –dice entonces la voz del beduino–  “el desierto se lamenta, porque quisiera ser pradera“. En cuántos hombres, caídos por el pecado, existe la añoranza de lo que podrían ser y no son... 

Nunca el hombre es tan grande como cuando cae de rodillas y pide ser purificado, cuando, desde lo profundo del alma grita: “¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad; por tu gran compasión, borra mis faltas!”, (Sal 51, 3) ¡Cuánta paz trae una confesión hecha con humilde arrepentimiento!


* Enviado por el P. Natalio 

VIRGEN DEL ADVIENTO, ORACIÓN

Virgen del Adviento



¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro purismo seno, en que por nueve meses hizo su morada el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. (Avemaría).

¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendito vuestro maternal regazo en que reposó y durmió dulcemente el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. (Avemaría).

¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros santísimos brazos, que llevaron, abrazaron y tiernamente estrecharon al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. (Avemaría).

¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditas vuestras hermosísimas manos, que acariciaron y cuidadosamente sirvieron al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. (Avemaría).

¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros ojos virginales que con tanto deleite se recrearon contemplando el rostro del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. (Avemaría).

¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros oídos castísimos, que con tanta frecuencia oyeron el dulce nombre de Madre de la boca del Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. (Avemaría).

¡Oh Santísima Virgen María! sean una y mil veces benditos vuestros candidísimos labios, que con gozo inexplicable imprimieron tiernos besos en el Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. (Avemaría).

¡Oh Santísima Virgen María! sea una y mil veces bendita vuestra lengua angelical, que sin cesar alabó y llamó hijo querido al Hijo de Dios, hecho hombre por dar salud a mi alma. (Avemaría).

LA CORONA DE ADVIENTO, EXPLICACIÓN


La Corona de Adviento
La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno. Los primeros misioneros aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas. Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. La corona está formada por una gran variedad de símbolos:

La forma circular

El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar. 

Las ramas verdes

Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

Las cuatro velas

Nos hace pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo.

Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia. 
Las manzanas rojas que adornan la corona representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal. 

El listón rojo representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve. 

Los domingos de Adviento la familia o la comunidad se reúne en torno a la corona de adviento. Luego, se lee la Biblia y alguna meditación. La corona se puede llevar al templo para ser bendecida por el sacerdote. 

Sugerencias

a) Es preferible elaborar en familia la corona de Adviento aprovechando este momento para motivar a los niños platicándoles acerca de esta costumbre y su significado.

b) La corona deberá ser colocada en un sitio especial dentro del hogar, de preferencia en un lugar fijo donde la puedan ver los niños de manera que ellos recuerden constantemente la venida de Jesús y la importancia de prepararse para ese momento.

c) Es conveniente fijar con anticipación el horario en el que se prenderán las velas. Toda esta planeación hará que las cosas salgan mejor y que los niños vean y comprendan que es algo importante. Así como con anticipación preparamos la visita de un invitado importante, estamos haciendo esto con el invitado más importante que podemos tener en nuestra familia.

d) Es conveniente también distribuir las funciones entre los miembros de la familia de modo que todos participen y se sientan involucrados en la ceremonia.

Por ejemplo: 
un encargado de tener arreglado y limpio el lugar donde irá la corona antes de comenzar con esta tradición navideña. 
un encargado de apagar las luces al inicio y encenderlas al final. 
un encargado de dirigir el canto o de poner la grabadora con algún villancico. 
un encargado de dirigir las oraciones para ponerse en presencia de Dios. 
un encargado de leer las lecturas. 
un encargado de encender las velas.

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LA CORONA DE ADVIENTO


La corona o guirnalda de Adviento es el primer anuncio de Navidad. La palabra ADVIENTO es de origen latín y quiere decir VENIDA. Es el tiempo en que los cristianos nos preparamos para la venida de Jesucristo. El tiempo de adviento abarca cuatro semanas antes de Navidad.

Una costumbre significativa y de gran ayuda para vivir este tiempo es La corona o guirnalda de Adviento, es el primer anuncio de Navidad.


Origen:
La corona de adviento encuentra sus raíces en las costumbres pre-cristianas de los germanos (Alemania). Durante el frío y la oscuridad de diciembre, colectaban coronas de ramas verdes y encendían fuegos como señal de esperanza en la venida de la primavera. Pero la corona de adviento no representa una concesión al paganismo sino, al contrario, es un ejemplo de la cristianización de la cultura. Lo viejo ahora toma un nuevo y pleno contenido en Cristo. Él vino para hacer todas las cosas nuevas.


Nueva realidad:
Los cristianos supieron apreciar la enseñanza de Jesús: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.». Jn 8,12.
La luz que prendemos en la oscuridad del invierno nos recuerda a Cristo que vence la oscuridad. Nosotros, unidos a Jesús, también somos luz: «Vosotros sois la luz del mundo. No puede ocultarse una ciudad situada en la cima de un monte" Mateo 5,14.

En el siglo XVI católicos y protestantes alemanes utilizaban este símbolo para celebrar el adviento: Aquellas costumbres primitivas contenían una semilla de verdad que ahora podía expresar la verdad suprema: Jesús es la luz que ha venido, que está con nosotros y que vendrá con gloria. Las velas anticipan la venida de la luz en la Navidad: Jesucristo.

La corona de adviento se hace con follaje verde sobre el que se insertan cuatro velas. Tres velas son violeta, una es rosa. El primer domingo de adviento encendemos la primera vela y cada domingo de adviento encendemos una vela mas hasta llegar a la Navidad. La vela rosa corresponde al tercer domingo y representa el gozo. Mientras se encienden las velas se hace una oración, utilizando algún pasaje de la Biblia y se entonan cantos. Esto lo hacemos en las misas de adviento y también es recomendable hacerlo en casa, por ejemplo antes o después de la cena. Si no hay velas de esos colores aun se puede hacer la corona ya que lo mas importante es el significado: la luz que aumenta con la proximidad del nacimiento de Jesús quien es la Luz del Mundo. La corona se puede llevar a la iglesia para ser bendecida por el sacerdote.

La corona de adviento encierra varios simbolismos:

• La forma circular:
El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno, sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

• Las ramas verdes:
Verde es el color de esperanza y vida. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

• Las cuatro velas:
Nos hacen pensar en la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando poco a poco una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se fueron iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo. Son cuatro velas las que se ponen en la corona y se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de adviento al hacer la oración en familia.

• Las manzanas rojas que adornan la corona:
Representan los frutos del jardín del Edén con Adán y Eva que trajeron el pecado al mundo pero recibieron también la promesa del Salvador Universal.

• El listón rojo:
Representa nuestro amor a Dios y el amor de Dios que nos envuelve.





Bendición de la Corona de Adviento

En algunas parroquias o colegios se hace la bendición de las Coronas de Adviento. Si no se puede asistir a estas celebraciones, se puede hacer la bendición en familia con la siguiente oración:

Señor Dios, bendice con tu poder nuestra corona de adviento  para que, al encenderla, despierte en nosotros el deseo de esperar la venida de Cristo practicando las buenas obras, y para que así, cuando Él llegue, seamos admitidos al Reino de los Cielos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.


La bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre esta Corona y sobre todos los que con ella queremos preparar la venida de Jesús.


¿CÓMO HACER UNA CORONA DE ADVIENTO?









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EL ADVIENTO ES UN PERÍODO PARA ABRIR LOS OJOS


Adviento es un período para abrir los ojos
Volver a centrarse, prestar atención, tomar conciencia de la presencia de Dios en el mundo y en nuestras vidas. 


Por: P. Thomas Rosica | Fuente: Catholic.net 




El Adviento no cambia a Dios. El Adviento profundiza en nuestro deseo y en nuestra espera de que Dios realice lo que los profetas anunciaron. Rezamos para que Dios ceda a nuestra necesidad de ver y sentir la promesa de salvación aquí y ahora.

Durante este tiempo de deseo y de espera del Señor, se nos invita a rezar y a profundizar en la Palabra de Dios, pero estamos llamados ante todo a convertirnos en reflejo de la luz de Cristo, que en realidad es el mismo Cristo. De todas formas, todos sabemos lo difícil que es reflejar la luz de Cristo, especialmente cuando hemos perdido nuestras ilusiones, cuando nos hemos acostumbrado a una vida sin luz y ya no esperamos más que la mediocridad y el vacío. Adviento nos recuerda que tenemos que estar listos para encontrar al Señor en todo momento de nuestra vida. Como un despertador despierta a su propietario, Adviento despierta a los cristianos que corren el riesgo de dormirse en la vida diaria.

¿Qué esperamos de la vida o a quién esperamos? ¿Por qué regalos o virtudes rezamos en este año? ¿Deseamos reconciliarnos en nuestras relaciones rotas? En medio de nuestras oscuridades, de nuestras tristezas y secretos, ¿qué sentido deseamos encontrar? ¿Cómo queremos vivir las promesas de nuestro Bautismo? ¿Qué cualidades de Jesús buscaremos para nuestras propias vidas en este Adviento? Con frecuencia, las cosas, las cualidades, los regalos o las personas que buscamos y deseamos dicen mucho sobre quiénes somos realmente. ¡Dime qué esperas y te diré quién eres!

Adviento es un período para abrir los ojos, volver a centrarse, prestar atención, tomar conciencia de la presencia de Dios en el mundo y en nuestras vidas.

Adviento ofrece la maravillosa oportunidad de realizar las promesas y el compromiso de nuestro Bautismo.

El cardenal Joseph Ratzinger escribió que "el objetivo del año litúrgico consiste en recordar sin cesar la memoria de su gran historia, despertar la memoria del corazón para poder discernir la estrella de la esperanza. Esta es la hermosa tarea del Adviento: despertar en nosotros los recuerdos de la bondad, abriendo de este modo las puertas de la esperanza".

En este tiempo de Adviento, permítanme presentarles algunas sugerencias:

Acaben con una riña. Hagan la paz. Busquen a un amigo olvidado. Despejen la sospecha y sustitúyanla por la confianza. Escriban una carta de amor.

Compartan un tesoro. Respondan con dulzura, aunque les gustara una respuesta brutal. Alienten a un joven a tener confianza en él mismo. Mantengan una promesa. Encuentren tiempo, tómense tiempo. No guarden rencor. Perdonen al enemigo. Celebren el sacramento de la reconciliación. Escuchen más a los otros. Pidan perdón si se han equivocado. ¡Sean gentiles aunque no se hayan equivocado! Traten de comprender. No sean envidiosos. Piensen antes en el otro.

Rían un poco. Ríanse un poco más. Gánense la confianza. Opónganse a la maldad. Sean agradecidos. Vayan a la iglesia. Quédense en la iglesia más de tiempo de lo acostumbrado. Alegren el corazón de un niño. Contemplen la belleza y la maravilla de la tierra. Expresen su amor. Vuélvanlo a expresar. Exprésenlo más fuerte. Exprésenlo serenamente.

¡Alégrense porque el Señor está cerca!
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