viernes, 10 de agosto de 2018

POR QUÉ TENEMOS MIEDO A LA CONFESIÓN?

¿Por qué tenemos miedo a la Confesión?
Un sentimiento que es más común de lo que crees y que además, a pesar de lo que solemos pensar, no es malo


Por: P. Juan García Inza | Fuente: Religión en Libertad 



SOMOS PECADORES, ¿POR QUÉ NO PEDIMOS PERDÓN?
El Papa Francisco explicó que confesar los pecados no es una sesión de psiquiatría ni "una sala de tortura. Es decir al Señor: ‘Señor soy pecador’, pero decirlo a través del hermano, para que este decir sea también concreto. ‘Y soy pecador por esto, por esto y por esto’".

El Pontífice comentó luego que "algunos dicen: ‘ah, yo me confieso con Dios’. Pero es fácil, es como confesarte por e-mail, ¿no? Dios está allá, lejos, yo digo las cosas y no hay un cara a cara, no hay un a cuatro ojos. (San) Pablo confiesa su debilidad a los hermanos cara a cara. Otros: ‘No, yo voy a confesarme’, pero se confiesan cosas tan etéreas, tan en el aire, que no tienen ninguna concreción. Y eso es lo mismo que no hacerlo".

"Los pequeños tienen esa sabiduría: cuando un niño viene a confesarse, jamás dice una cosa general. "Pero, padre he hecho esto y he hecho esto a mi tía, al otro le he dicho esta palabra" y dicen la palabra. Son concretos, ¡eh! Tienen esa sencillez de la verdad. Y nosotros tenemos siempre la tendencia a esconder la realidad de nuestras miserias".

"Y esta es la lucha de los cristianos. Es nuestra lucha de todos los días. .. Si ser pecador es una palabra, un modo de decir, una manera de decir, no tenemos necesidad del perdón de Dios. Pero si es una realidad, que nos hace esclavos,tenemos necesidad de esta liberación interior del Señor, de esa fuerza. Pero más importante aquí es que para encontrar el camino de salida, Pablo confiesa a la comunidad su pecado, su tendencia al pecado. No la esconde".

La confesión de los pecados hecha con humildad es "lo que la Iglesia pide a todos nosotros… Hace falta: "Concreción, honradez y también una sincera capacidad de avergonzarse de las propias equivocaciones: no hay sendas en sombra alternativas al camino que lleva al perdón de Dios, a percibir en lo profundo del corazón tu pecado y su amor".

Recordamos aquí, a propósito de lo que nos dice el Papa, la doctrina sobre el Sacramento de la Penitencia:

Los pasos de la confesión
Las cinco cosas necesarias para hacer una buena y fructífera confesión.
Para explicar las cinco cosas necesarias para hacer una buena y fructífera confesión, lo haremos desde la parábola del hijo pródigo, narrada por San Lucas en el capítulo 15 de su Evangelio.

Cinco pasos son necesarios:

1° El hijo pródigo examina su conciencia.
2° Se arrepiente.
3° Hace propósito de volver al padre.
4° Vuelve y pide perdón.
5° Paga con buenas obras sus pecados

Es decir, reflexiona, se arrepiente, se corrige, se acusa y expía.

1° EXAMEN DE CONCIENCIA

La confesión no tendrá efecto y fruto si entramos en la Iglesia y rápido nos confesamos, sin haber hecho primero un buen examen de conciencia sereno, tranquilo, pausado, y si es por escrito mejor, para que así, no nos olvidemos ni un pecado.

¿Cómo hacer este examen de conciencia?

El examen de conciencia consiste en recordar los pecados que hemos cometido y las causas o razones por las cuales estamos cometiendo esas faltas.

Deberíamos, como buenos cristianos, hacer examen de conciencia todos los días en la noche, antes de acostarnos.

Así iríamos formando bien nuestra conciencia, haciéndola más sensible y recta, más pura y delicada. Los grandes Santos nos han recomendado este medio del examen de conciencia diario

¿Cómo se hace?

 Pedimos al Espíritu Santo que nos ilumine y nos recuerde cuáles son los pecados nuestros que más le están disgustando a Dios.

 Vamos repasando:

  • Los diez mandamientos.
  • Los cinco mandamientos de nuestra Santa Madre la Iglesia Católica.
  • Los siete pecados capitales.
  • Las obras de misericordia.
  • Las bienaventuranzas.
  • El mandamiento de la caridad.
  • Los pecados de omisión: el bien que dejamos de hacer: no ayudar, no hacer apostolado, no compartir los bienes, no hacer visitas a Cristo Eucaristía, no dar un buen consejo.
También es bueno confesarse de la siguiente manera:

  • Deberes para con Dios: mi relación con la voluntad de Dios.
  • Deberes para con el prójimo: caridad, respeto.
  • Deberes para conmigo: estudios, trabajo, honestidad, pureza, veracidad.
  • Deberes para con ese Movimiento o Institución eclesial a la que pertenezco: fidelidad a los compromisos, apostolado.
2º DOLOR DE LOS PECADOS Y LA CONTRICIÓN DEL CORAZÓN

No basta sólo hacer un buen examen de conciencia para una buena confesión: es necesario un segundo paso: dolerme interiormente por haber cometido esos pecados, porque ofendí a Dios, mi Padre. Es lo que llamamos dolor de los pecados o contrición del corazón

Contrición de corazón o arrepentimiento es sentir tristeza y pesar de haber ofendido a Dios con nuestros pecados.

No es tanto “me siento mal… no me ha gustado lo que he hecho… siento un peso encima…” ¡No! Este dolor de contrición es otra cosa: “Estoy muy apenado porque ofendí a Dios, que es mi Padre, le puse triste”.

El Salmo 50 dice: “Un corazón arrepentido, Dios nunca lo desprecia”.


3º CONFESAR TODOS LOS PECADOS

El sacramento de la penitencia o confesión está en crisis en algunas partes porque, como dijo el Papa Juan Pablo II, “al hombre contemporáneo parece que le cuesta más que nunca reconocer los propios errores… parece muy reacio a decir ‘me arrepiento’ o ‘lo siento’; parece rechazar instintivamente y con frecuencia irresistiblemente, todo lo que es penitencia, en el sentido del sacrificio aceptado y practicado para la corrección del pecado” (Reconciliación y Penitencia n. 26).

Pío XII manifestó en un radiomensaje del Congreso Catequístico Nacional de los Estados Unidos, en Boston (26 de octubre de 1946): “El pecado del siglo es la pérdida del sentido del pecado”.

El tercer paso para hacer una buena confesión es confesar todos los pecados mortales y graves al confesor.

¿Qué es la confesión de boca? Es manifestar al confesor sin engaño, ni mentira los pecados cometidos, con intención de recibir la absolución. Dice la Biblia: “No te avergüences de confesar tus pecados” (Eclesiástico 4,26)

Para que Dios perdone, por medio del confesor, es necesario decir los pecados. Así lo dispuso el mismo Cristo al instituir el sacramento del la Penitencia. “A quienes se los perdonéis, quedarán perdonados; a quienes se los retuviereis les quedarán retenidos” (Jn. 20, 23).

Los apóstoles, y sus sucesores, los obispos y los colaboradores, los sacerdotes, para poder absolver, necesitan conocer lo que perdonan, es decir, necesitan escuchar los pecados del penitente.

¿Cuáles son las cualidades para una buena confesión de boca?

  • Sinceridad: no debo ocultar lo que en conciencia es grave.
  • Verdadera: sin ocultar o disimular lo que debo manifestar, ni dar vueltas, tratando de justificarme.
  • Completa: todos los pecados graves, según su especie, número y circunstancias que cambian la especie.
  • Sencilla y humilde: con pocas palabras y sin rodeos.
Omitir voluntariamente la confesión de pecados graves o circunstancias que cambian la especie o callar voluntariamente algún pecado grave hace que la confesión sea inválida y sacrílega.
4º PROPÓSITO DE ENMIENDA

Antes de explicar el cuarto paso, quisiera resumir, de la Institución Pastoral del Episcopado español del 15 de abril de 1989, los síntomas y raíces de la disminución de la práctica de la confesión en algunas partes:

  • Por el ateísmo e indiferencia religiosa de nuestros tiempos.
  • La pérdida del sentido del pecado.
  • Las interpretaciones inadecuadas del pecado. Hoy se nos quiere hacer creer que el pecado es algo superado, es un vago sentimiento de culpabilidad, es como una fuerza oscura del inconsciente, es como expresión y reflejo de las condicionantes ambientales, se les identifican con el pecado social y estructural. Algunos ya no ven pecado en casi nada, salvo en lo social, estructural.
  • Crisis generalizada de la conciencia moral y su oscurecimiento en algunos hombres. Esto debido a la amoralidad sistemática, cuando no inmoralidad.
  • Otra causa que ven los obispos españoles es ésta: indecisión de predicadores y confesores en materia moral, económica y sexual. Algunos fieles se desconciertan al oír diversas opiniones de confesores sobre el mismo tema moral. Y claro, muchos optan por hacer caso al más laxo y fácil. Y al final optan por dejar sus conciencias al juicio de Dios y abandonan la confesión.
Expliquemos ahora sí el propósito de enmienda, que brota espontáneamente del dolor.

¿Qué es el propósito de enmienda?

Es una firme resolución de nunca más ofender a Dios. Y hay que hacerlo ya antes de confesarse. Jesús a la pecadora le dijo: “Vete y no peques más” (Jn. 8,11). Esto es lo que se propone el pecador al hacer el propósito de enmienda: “no quiero pecar más, con la ayuda de Dios”. Si no hay verdadero propósito, la confesión es inválida.

No significa que el pecador ya no volverá a pecar, pero sí quiere decir que está resuelto a hacer lo que le sea posible para evitar sus pecados que tanto ofenden a Dios. No se trata de la certeza absoluta de no volver a cometer pecado, sino de la voluntad de no volver a caer, con la gracia de Dios. Basta estar ciertos de que ahora no quiere volver a caer. Lo mismo que al salir de casa no sabes si tropezarás, pero sí sabes que no quieres tropezar.

5º CUMPLIR LA PENITENCIA

Expliquemos el último paso para hacer una buena confesión: cumplir la penitencia.

Pero antes recuerda esto:

  • La confesión es el medio ordinario que ha puesto Dios para perdonar los pecados cometidos después del bautismo en el día a día. Es un medio maravilloso que renueva, santifica, forma conciencia y, sobre todo, da mucha paz al alma.
  • Cuesta, o puede costar, porque a la confesión no vamos a decir hazañas, sino pecados y miserias. Y esto nos cuesta a todos. Es curioso que algunos que ponen dificultades en decir los pecados al sacerdote confesor los propagan entre sus amigos con risotadas y chascarrillos, y con frecuencia exagerando fanfarronamente. Lo que pasa es que esas cosas ante sus amigos son hazañas, pero ante el confesor son pecados, y esto es humillante. Y lo que no tienen tus amigos, secreto, lo tiene el confesor: él no puede contar ni un pecado tuyo a nadie. A esto se le llama el sigilo sacramental; ha habido sacerdotes que han dado su vida antes que faltar a este secreto de la confesión.
  • Para confesarse hay que ser muy sincero. Los que no son sinceros, no se confiesan bien. El que calla voluntariamente en la confesión un pecado grave, hace una mala confesión, no se le perdona ningún pecado, y, además, añade otro pecado terrible que se llama sacrilegio.
  • Si tienes un pecado que te da vergüenza confesarlo, te aconsejo que lo digas el primero. Este acto de vencimiento te ayudará a hacer una buena confesión.
  • El confesor será siempre tu mejor amigo. A él puedes acudir siempre que lo necesites, que con toda seguridad encontrarás cariño y aprecio y much comprensión. Además de perdonarte los pecados, el confesor puede consolarte, orientarte, aconsejarte. Pregúntale las dudas morales que tengas. Pídele los consejos que necesites. Él guardará el secreto más riguroso.
¿Qué es cumplir la penitencia?

Es rezar o hacer lo que el confesor me diga. Esta penitencia, ya sea una oración, una obra de caridad, un sacrificio, un servicio, la aceptación de la cruz, una lectura bíblica, es para expiar, reparar el daño que hemos hecho a Dios al pecar. Es expresión de nuestra voluntad de conversión cristiana.

El pecado, sobre todo si es grave, es ofensa grave a Dios. Mereceríamos las penas eternas del infierno. Esta penitencia que me da el sacerdote en parte desagravia la ofensa a Dios y expía las penas merecidas.

La confesión perdona las penas eternas, pero no perdona la pena temporal. Esta penitencia que hago va satisfaciendo, en parte, o disminuyendo la pena temporal debida por los pecados.

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 10 AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
10 agosto



Al Evangelio no se le pueden subrayar páginas o frases; es todo el Evangelio el que ha de ser subrayado, porque todo él ha de ser vivido en su plenitud, en toda su dimensión, en todas sus variadas vertientes  y aplicaciones vitales.

Si nos ponemos a vivirlo en toda su plenitud, el Evangelio es molesto, por la sencilla razón de que, para cumplirlo debemos esforzarnos, negarnos y siempre resulta molesto negarse a sí mismo, a los propios gustos y conveniencias.

El Evangelio no pasó "en aquel tiempo", sino que debe pasar "en ese tiempo"; no se predicó  "para aquellas gentes", sino que se predica "para nosotros".

El Evangelio no se nos puede caer de las manos; hay que hacer de él "una constante revisión de vida", hasta llegar a "ver, juzgar y actuar" según sus normas y su espíritu.


P. Alfonso Milagro

EL EVANGELIO DE HOY VIERNES 10 AGOSTO 2018


Lecturas de hoy San Lorenzo
 Hoy, viernes, 10 de agosto de 2018



Primera lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (9,6-10):

El que siembra tacañamente, tacañamente cosechará; el que siembra generosamente, generosamente cosechará. Cada uno dé como haya decidido su conciencia: no a disgusto ni por compromiso; porque al que da de buena gana lo ama Dios. Tiene Dios poder para colmaros de toda clase de favores, de modo que, teniendo siempre lo suficiente, os sobre para obras buenas. Como dice la Escritura: «Reparte limosna a los pobres, su justicia es constante, sin falta.» El que proporciona semilla para sembrar y pan para comer os proporcionará y aumentará la semilla, y multiplicará la cosecha de vuestra justicia.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 111,1-2.5-6.7-8.9

R/. Dichoso el que se apiada y presta

Dichoso quien teme al Señor 
y ama de corazón sus mandatos. 
Su linaje será poderoso en la tierra, 
la descendencia del justo será bendita. R/. 

Dichoso el que se apiada y presta, 
y administra rectamente sus asuntos. 
El justo jamás vacilará, 
su recuerdo será perpetuo. R/. 

No temerá las malas noticias, 
su corazón está firme en el Señor. 
Su corazón está seguro, sin temor, 
hasta que vea derrotados a sus enemigos. R/. 

Reparte limosna a los pobres; 
su caridad es constante, sin falta, 
y alzará la frente con dignidad. R/.



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (12,24-26):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Os aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto. El que se ama a sí mismo se pierde, y el que se aborrece a sí mismo en este mundo se guardará para la vida eterna. El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo, allí también estará mi servidor; a quien me sirva, el Padre lo premiará.»

Palabra del Señor





Comentario al Evangelio de hoy viernes, 10 de agosto de 2018
 CR


Queridos amigos:

La fiesta del diácono y mártir san Lorenzo nos muestra una historia de servicio y de entrega de la vida. La imagen de la fecundidad del grano de trigo sepultado en la tierra nos revela la fecundidad de su vida y de su muerte.

Se atribuye a Francisco de Asís una conocida oración («Haz de mí, oh Señor, instrumento de tu paz»), aunque parece no haber testimonios de esa plegaria anteriores al s. XX. En todo caso, la oración refleja el espíritu del Poverello y nos revela la sabiduría del evangelio. En ella decimos: «Porque es dando como recibimos, olvidándonos como nos encontramos, perdonando como somos perdonados, muriendo como resucitamos a la vida eterna». Lorenzo se recibió dando y dándose, se encontró olvidándose de sí, fue perdonado por medio de su perdón, resucitó a la vida eterna muriendo mártir.

Nos han enseñado que la Iglesia, asentada en la piedra angular que es Cristo y descansando en las columnas o cimientos que son los profetas y apóstoles, se apoya en estos cuatro pilares: el anuncio y testimonio, la liturgia, el servicio, la comunión. Lorenzo vivió el anuncio-testimonio en su forma suprema: el martirio; su vida y muerte fueron liturgia espiritual; sirvió a los pobres desde su ministerio de diácono; la caridad y la fuerza del Espíritu que lo alentaban lo hacían vivir en la comunión y generar comunión. Podemos celebrar su fecundidad eclesial.

San Agustín enseña en la lectura del Oficio divino de este día: «Lo han imitado [a Cristo] los santos mártires hasta el derramamiento de su sangre, hasta la semejanza con su pasión; lo han imitado los mártires, pero no solo ellos. El puente no se ha derrumbado después de haber pasado ellos; la fuente no se ha secado después de haber pasado ellos. Tenedlo presente, hermanos».

BUENOS DÍAS




jueves, 9 de agosto de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 9 AGOSTO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
9 agosto




El sacerdote es el signo de la presencia de Cristo entre nosotros, es el signo de la Iglesia, como sacramento de salvación, es el hombre que, por amor a Dios y a los hermanos, ha renunciado a lo más entrañablemente arraigado en la humana naturaleza, como es la formación del propio hogar; ha renunciado al natural placer de ser llamado "papá" por unos niños, para que todos lo puedan llamar con verdad: padre.

Ese es su sacerdote, hermanos; recen por él; estén agradecidos a Dios por tener su sacerdote; no todos pueden gozar de lo mismo; háganle la vida agradable; facilítenle su apostolado, que su conducta para con él haga que él se sienta feliz de su apostolado y de su apostolado entre ustedes.


P. Alfonso Milagro

AGRADECEN A LA VIRGEN DE LUJÁN VICTORIA DE LA VIDA ANTE ABORTO EN ARGENTINA




Agradecen a la Virgen de Luján victoria de la vida ante aborto en Argentina
Redacción ACI Prensa





Tras el rechazo del proyecto de ley del aborto por parte del Senado de Argentina en la madrugada del 9 de agosto, numerosas personas agradecieron a la Virgen de Luján por el triunfo de la vida.

Lo hicieron a través de Twitter, donde compartieron videos y fotos de la celebración que siguió en distintos puntos del país y del extranjero, luego que el Senado rechazó el proyecto del aborto.

“Gracias Virgen Criolla de Luján! Argentina madre te quiero, demasiado”, expresó el usuario S. Trevisán.

El proyecto buscaba permitir el aborto hasta la semana 14 de gestación, y hasta los nueve meses de embarazo bajo las causales de violación, riesgo de vida y salud de la madre e inviabilidad fetal. Asimismo, prohibía la objeción de conciencia institucional.

 Gracias a DIOS, Gracias Virgen de Lujan, gracias a todos los Santos por su intercesión y gracias a Ustedes por sus oraciones, estamos felices por nuestros hermanos Argentinos. #SiALaVida #VivaLaVida #ArgentinaDefiendeLaVida


Con su rechazo, el proyecto se cierra de forma definitiva por este año legislativo y recién podría volver a abrirse a un debate parlamentario en 2019.

 Gracias Virgen de Luján por proteger la VIDA de todos los argentinos.

Durante los meses de discusión del proyecto, el 8 de julio miles de personas se reunieron en la Basílica de Nuestra Señora de Luján para pedir su intercesión en defensa de la vida y renovar la consagración de Argentina a su Santa Patrona.

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 9 AGOSTO 2018

No separar la gloria de la cruz
Santo Evangelio según San Mateo 16, 13-23. Jueves XVIII de Tiempo Ordinario.


Por: H. Jesús Salazar, L.C. | Fuente: missionkits.org 



En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, dame la gracia para poder descubrir quién eres para mí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 16, 13-23
En aquel tiempo, cuando llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo, hizo esta pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" Ellos le respondieron: "Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros que Elías; otros, que Jeremías o alguno de los profetas".
Luego les preguntó: "Y ustedes, ¿quién dicen que soy yo?" Simón Pedro tomó la palabra y le dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo".
Jesús le dijo entonces: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque esto no te lo ha revelado ningún hombre, sino mi Padre, que está en los cielos! Y yo te digo a ti que tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Los poderes del infierno no prevalecerán sobre ella. Yo te daré las llaves del Reino de los cielos; todo lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo". Y les ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.
A partir de entonces, comenzó Jesús a anunciar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén para padecer allí mucho de parte de los ancianos, de los sumos sacerdotes y de los escribas; que tenía que ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.
Pedro se lo llevó aparte y trató de disuadirlo, diciéndole: "No lo permita Dios, Señor. Eso no te puede suceder a ti". Pero Jesús se volvió a Pedro y le dijo: "¡Apártate de mí, Satanás, y no intentes hacerme tropezar en mi camino, porque tu modo de pensar no es el de Dios, sino el de los hombres!"
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Cuando invertimos estos minutos a la oración con la Palabra, lo hacemos porque estamos en búsqueda, porque tenemos el anhelo de profundizar y conocer realmente quién es Jesús en nuestra vida.
Todos tenemos una experiencia diferente de Dios. Algunos han sido católicos desde siempre, otros hemos redescubierto la fe, otros hemos tenido una conversión reciente, otros creen en Dios sólo como un ser superior. Sin importar cuál ha sido nuestro camino para buscar a Dios, hoy Jesús nos dice ¡Alto! Si dices que me conoces, ¿quién soy yo para ti? En una verdadera relación no valen las respuestas prefabricadas o los tópicos de lo que dicen los demás. Podríamos parar nuestra meditación aquí y dedicar unos minutos a la contemplación de esta pregunta que quizás nos lleve un tiempo responder; sin embargo, el Evangelio nos da unas luces para poder buscar una mejor respuesta.
En nuestra historia, con nuestros actos buenos y caídas nos puede suceder algo muy similar a Pedro. En ocasiones nos sentimos muy cerca de Dios y somos capaces de decir desde el corazón ¡Tú eres el mesías, el Hijo de Dios vivo! Esta respuesta interiorizada, aunque con otras palabras quizás, nos hacen vivir un pedazo de cielo en la tierra; es la revelación del Espíritu Santo en nuestra propia historia después de algún momento fuerte de oración, retiro o apostolado donde tocamos la carne de Cristo en el necesitado.
Por otro lado, debido a nuestra debilidad humana, también podemos tener una respuesta como Pedro cuando se lleva aparte a Jesús; le queremos huir a la cruz y al sufrimiento; nos escuchamos más a nosotros mismos que a Dios. La cruz tiene una razón de ser en nuestra historia de vida, porque ella nos permite ser uno con Cristo, y ayudar en el sacrificio de salvación para que nuestros seres más queridos y muchos más lleguen al cielo.
El cristiano que busca el rostro de Dios, conocer a Cristo profundamente, está afianzado en roca firme y los poderes del infierno no lo podrán vencer.
Pedro reacciona: "¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte", y se transforma inmediatamente en piedra de tropiezo en el camino del Mesías; y creyendo defender los derechos de Dios, sin darse cuenta se transforma en su enemigo (lo llama "Satanás"). Contemplar la vida de Pedro y su confesión, es también aprender a conocer las tentaciones que acompañarán la vida del discípulo. Como Pedro, como Iglesia, estaremos siempre tentados por esos "secreteos" del maligno que serán piedra de tropiezo para la misión. Y digo "secreteos" porque el demonio seduce a escondidas, procurando que no se conozca su intención, "se comporta como vano enamorado en querer mantenerse en secreto y no ser descubierto".
(Homilía de S.S. Francisco, 29 de junio de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dedicaré un tiempo a la reflexión de cómo afronto las cruces en mi vida y qué lugar ocupa Cristo en ella.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

BUENOS DÍAS




miércoles, 8 de agosto de 2018

ASÍ PROTEGIÓ EL SANTO CRISTO DEL ATENTADO A LA VIRGEN DE GUADALUPE


Así protegió el “Santo Cristo del Atentado” a la Virgen de Guadalupe
POR DAVID RAMOS | ACI Prensa
 Foto: David Ramos / ACI Prensa.





Un detalle poco conocido de la Basílica de Guadalupe es el atentado con una bomba que sufrió la imagen de la Virgen en los primeros años del siglo XX, y cómo un crucifijo la protegió y recibió el impacto de la explosión.

Se le conoce como el “Santo Cristo del Atentado”, y producto de la explosión el crucifijo quedó retorcido.

La imagen se conserva hoy en la parte posterior de la Basílica de Guadalupe, junto a la historia y la foto que se tomó tras el atentado.

De acuerdo al relato, el 14 de noviembre de 1921 “un hombre desconocido, con el pretexto de depositar él mismo un ramo de flores se acercó al altar y colocó su ofrenda ante la Imagen venerada de Nuestra Señora”.


“Alrededor de las 10:30 de la mañana, estalló una bomba de dinamita que se hallaba oculta entre las flores. Los desperfectos fueron en las gradas del altar, que son de mármol, en los candeleros de latón y en esta Sagrada Imagen de Ntro. Señor Crucificado, que retorcida cayó al suelo”.



El "Santo Cristo del Atentado", en la Basílica de Guadalupe de Ciudad de México. Foto: David Ramos / ACI Prensa.

En esos años la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, que apareció milagrosamente en la tilma del indio San Juan Diego en 1531, era venerada en la Antigua Basílica de Guadalupe. La construcción del nuevo templo concluyó en 1976.

El atentado era el preludio de lo que años después sería la persecución religiosa en México. Poco tiempo antes, en 1917, se promulgó la nueva Constitución que desconocía diversos derechos de la Iglesia y ponía restricciones fuertes al culto público.

Luego en 1926 se promulgó la “Ley Calles”, que prohibía las congregaciones religiosas y hasta que los sacerdotes usaran sotana. Este fue el detonante de la Guerra Cristera o Cristiada.



Fotografía tomada después del atentado en la que se ven los daños que causó la explosión, y que hoy se conserva en la Basílica de Guadalupe. Foto: David Ramos / ACI Prensa.

El relato recuerda que el cristal del cuadro que protegía la imagen de la Virgen de Guadalupe “ni siquiera se estrelló” tras la explosión.

La indignación del pueblo mexicano por el atentado fue grande, y el 17 de noviembre “el comercio de nuestra capital cerró durante 5 horas como protesta por este incalificable atentado”.

“Desde entonces, el pueblo fiel de México venera de un modo especial esta Imagen de Ntro. Sr. Jesucristo, que protegió a su Santa Madre de tan perverso atentado”, asegura el relato.
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