domingo, 29 de septiembre de 2019

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 29 DE SEPTIEMBRE DE 2019


Lecturas de hoy Domingo 26º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Hoy, domingo, 29 de septiembre de 2019


Primera lectura
Lectura de la profecía de Amós (6,1a.4-7):

Esto dice el Señor omnipotente:
«¡Ay de aquellos que se sienten seguros en Sion,
confiados en la montaña de Samaría!
Se acuestan en lechos de marfil,
se arrellanan en sus divanes,
comen corderos del rebaño y terneros del establo;
tartamudean como insensatos
e inventan como David instrumentos musicales;
beben el vino en elegantes copas,
se ungen con el mejor de los aceites
pero no se conmueven para nada por la ruina de la casa de José.
Por eso irán al destierro,
a la cabeza de los deportados,
y se acabará la orgía de los disolutos».
Palabra de Dios


Salmo
Sal 145,7.8-9a.9bc-10

R/.Aleluya

V/. El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R/.

V/. El Señor abre los ojos al ciego,
Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R/.

V/. Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad R/.


Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo 
(6,11-16):

Hombre de Dios, busca la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
Combate el buen combate de la fe, conquista la vida eterna, a la que fuiste llamado y que tú profesaste noblemente delante de muchos testigos.
Delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Cristo Jesús, que proclamó tan noble profesión de fe ante Poncio Pilato, te ordeno que guardes el mandamiento sin mancha ni reproche hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, que, en el tiempo apropiado, mostrará el bienaventurado y único Soberano, Rey de los reyes y Señor de los señores, el único que posee la inmortalidad, que habita una luz inaccesible, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver.
A él honor y poder eterno. Amén.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,19-31):


En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos:
«Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba cada día.
Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que caía de la mesa del rico.
Y hasta los perros venían y le lamían las llagas.
Sucedió que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abrahán.
Murió también el rico y fue enterrado. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantó los ojos y vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritando, dijo:
“Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas”.
Pero Abrahán le dijo:
«Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro, a su vez, males: por eso ahora él es aquí consolado, mientras que tú eres atormentado.
Y, además, entre nosotros y vosotros se abre un abismo inmenso, para que los que quieran cruzar desde aquí hacia vosotros no puedan hacerlo, ni tampoco pasar de ahí hasta nosotros”.
Él dijo:
“Te ruego, entonces, padre, que le mandes a casa de mi padre, pues tengo cinco hermanos: que les dé testimonio de estas cosas, no sea que también ellos vengan a este lugar de tormento”.
Abrahán le dice:
“Tienen a Moisés y a los profetas: que los escuchen”. Pero él le dijo:
“No, padre Abrahán. Pero si un muerto va a ellos, se arrepentirán”.
Abrahán le dijo:
«Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no se convencerán ni aunque resucite un muerto”».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 
29 de septiembre de 2019

Fernando Torres cmf


¿Qué hacemos con Lázaro?

      La parábola del evangelio de hoy es una de las más conocidas. Tanto que forma parte de la cultura popular el recuerdo de aquel personaje andrajoso que solicitaba limosna a las puertas de la casa del rico. Hoy sigue habiendo muchos Lázaros que piden limosna a las puertas de nuestras casas opulentas, ricas y bien guardadas. Son los inmigrantes que vienen de países pobres en busca de un salario que les permita vivir dignamente. Son los que piden por la calle o a las puertas de nuestras iglesias. Son las muchas personas que acuden a los servicios sociales del Estado, del ayuntamiento o de la misma Iglesia en busca de ayuda para pagar el recibo de la luz o para comprar los alimentos necesarios. 

      También, ¡cómo no!, sigue habiendo muchos ricos que banquetean sin pensar en lo que sucede más allá de las puertas de sus palacios, de sus casas. Es más. La mayoría se ha provisto de un buen servicio de seguridad que no permite a los indeseables –entre los que se incluyen a los pobres naturalmente– traspasar los límites de sus hermosas viviendas. Hay gente que dispone de unos recursos difícilmente imaginables para la mayoría de las personas. 

      Posiblemente la mayoría de nosotros no pertenecemos ni a uno ni a otro grupo. No estamos entre los “Lázaros” de este mundo. Podemos disponer de lo mínimo y un poco más, a veces hasta bastante más. Pero tampoco nos parecemos al rico de que habla la parábola ni a esos ricos de nuestro mundo que frecuentan unos ambientes donde nosotros mismos seríamos vistos como “andrajosos Lázaros”. A partir de ahí podemos pensar que la parábola no tiene nada que decirnos. Sencillamente no se dirige a nosotros. En todo caso, hasta nos sentiríamos más cerca del sufrido Lázaro. Nos ha tocado trabajar mucho y hemos sacado poco. Esperamos que en el otro lado nos toque una buena vida. Pensamos que más bien nos tocará estar con Lázaro en el seno de Abrahán. 

      Pero las parábolas siempre exageran un poco la realidad. Y la exageran para que la entendamos mejor. En la oposición entre el rico y Lázaro comprendemos mejor que no podemos vivir una vida en la que miremos apenas a “mis” propios intereses y preocupaciones. Lázaro son los pobres andrajosos que a veces vemos por las calles. Pero Lázaro es cualquier persona que cerca de nosotros está necesitada de cariño y atención. En muchas ocasiones no se trata de dar dinero sino de ofrecer nuestro tiempo, nuestra compañía, una palabra de aliento, de comprensión. Vivir en cristiano significa abrir los ojos para ver allá de mis intereses y deseos, de lo que me gusta. Vivir en cristiano es interesarme por mi hermano hasta dar la vida por él. Exactamente como Jesús hizo.



Para la reflexión

      ¿Procuro informarme de lo que les sucede a mis hermanos y hermanas, tanto cercanos como lejanos? ¿Cómo me solidarizo con ellos? ¿Qué hago para ayudarlos?

BUENOS DÍAS




martes, 24 de septiembre de 2019

NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED - PATRONA DE PERÚ - 24 DE SEPTIEMBRE


Nuestra Señora de la Merced - Patrona de Perú



La devoción a Nuestra Señora de las Mercedes en el Perú se remonta a los tiempos de la fundación de Lima. Consta que los Padres Mercedarios, que llegaron al Perú junto con los conquistadores, habían edificado ya su primitiva iglesia conventual hacia 1535, templo que sirvió como la primera parroquia de Lima hasta la construcción de la Iglesia Mayor en 1540.

Los Mercedarios no sólo evangelizaron a la región sino que fueron gestores del desarrollo de la ciudad al edificar los hermosos templos que hoy se conservan como valioso patrimonio histórico, cultural y religioso.

Junto con estos frailes llegó su celestial patrona, la Virgen de la Merced, advocación mariana del siglo XIII.

Esta Orden de la Merced, aprobada en 1235 como orden militar por el Papa Gregorio IX, logró liberar a miles de cristianos prisioneros, convirtiéndose posteriormente en una dedicada a las misiones, la enseñanza y a las labores en el campo social. Los frailes mercedarios tomaron su hábito de las vestiduras que llevaba la Virgen en la aparición al fundador de la orden.

La imagen de la Virgen de la Merced viste totalmente de blanco; sobre su larga túnica lleva un escapulario en el que está impreso, a la altura del pecho, el escudo de la orden. Un manto blanco cubre sus hombros y su larga cabellera aparece velada por una fina mantilla de encajes. En unas imágenes se la representa de pie y en otras, sentada; unas veces se muestra con el Niño en los brazos y otras los tiene extendidos mostrando un cetro real en la mano derecha y en la otra unas cadenas abiertas, símbolo de liberación. Esta es la apariencia de la hermosa imagen que se venera en la Basílica de la Merced, en la capital limeña, que fue entronizada a comienzos del siglo XVII y que ha sido considerada como patrona de la capital.

Fue proclamada el 20 de septiembre de 1730 "Patrona de los Campos del Perú"; "Patrona de las Armas de la República" el 22 de septiembre 1823; y al cumplirse el primer centenario de la independencia de la nación, la imagen fue solemnemente coronada y recibió el título de "Gran Mariscala del Perú" el día 24 de septiembre de 1921, solemnidad de Nuestra Señora de la Merced, desde entonces declarado fiesta nacional, ocasión en que cada año el ejército le rinde honores a su alta jerarquía militar de "Mariscala del Ejército del Perú" nombrada el día  22 de setiembre de 1923. La imagen porta numerosas condecoraciones otorgadas por la república de Perú y sus gobernantes e instituciones nacionales. El 09 de diciembre de 1954 el Presidente de la República Manuel A. Odría impone la condecoración: Gran Cruz de la Orden Militar de Ayacucho a la imagen de la Virgen de las Mercedes y el 23 de Setiembre de 1969 el Gobierno oficializa el Título honorifico de Gran Mariscala del Perú de la Virgen de las Mercedes

En 1970 el cabildo de Lima le otorgó las "Llaves de la ciudad" y en 1971 el presidente de la República le impuso la Gran Cruz Peruana al Mérito Naval, gestos que demuestran el cariño y la devoción del Perú a esta advocación considerada por muchos como su Patrona Nacional.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MARTES 24 DE SEPTIEMBRE DE 2019


Lecturas de hoy Martes de la 25ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, martes, 24 de septiembre de 2019


Primera lectura
Lectura del libro de Esdras (6,7-8.12b.14-20):

En aquellos días, el rey Darío escribió a los gobernantes de Transeufratina: «Permitid al gobernador y al senado de Judá que trabajen reconstruyendo el templo de Dios en su antiguo sitio. En cuanto al senado de Judá y a la construcción del templo de Dios, os ordeno que se paguen a esos hombres todos los gastos puntualmente y sin interrupción, utilizando los fondos reales de los impuestos de Transeufratina. La orden es mía, y quiero que se cumpla a la letra. Darío.»
De este modo, el senado de Judá adelantó mucho la construcción, cumpliendo las instrucciones de los profetas Ageo y Zacarías, hijo de Idó, hasta que por fin la terminaron, conforme a lo mandado por el Dios de Israel y por Ciro, Darío y Artajerjes, reyes de Persia. El templo se terminó el día tres del mes de Adar, el año sexto del reinado de Darío. Los israelitas, sacerdotes, levitas y resto de los deportados, celebraron con júbilo la dedicación del templo, ofreciendo con este motivo cien toros, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y doce machos cabríos, uno por tribu, como sacrificio expiatorio por todo Israel. El culto del templo de Jerusalén se lo encomendaron a los sacerdotes, por grupos, y a los levitas, por clases, como manda la ley de Moisés. Los deportados celebraron la Pascua el día catorce del mes primero; como los levitas se habían purificado, junto con los sacerdotes, estaban puros e inmolaron la víctima pascual para todos los deportados, para los sacerdotes, sus hermanos, y para ellos mismos.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 121,1-2.3-4a.4b-5

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. R/.

Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.

Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (8,19-21):

En aquel tiempo, vinieron a ver a Jesús su madre y sus hermanos, pero con el gentío no lograban llegar hasta él.
Entonces lo avisaron: «Tu madre y tus hermanos están fuera y quieren verte.»
Él les contestó: «Mi madre y mis hermanos son éstos: los que escuchan la palabra de Dios y la ponen por obra.»

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy martes, 24 de septiembre de 2019
CR


Queridos hermanos:

Estaba Jesús hablando cuando se presentó alguien con la noticia de que si familia estaba afuera esperándole, porque el gentío era tan grande que no podían llegar hasta él. Jesús, no sólo no sale sino que responde:  "Mi madre y mis hermanosson los que escuchan la palabra de Dios y la cumplen".

La frase de Jesús reafirma su pensamiento sobre la Palabra: que hay que escucharla, asumirla, irradiarla y hacerla vida.

Podría parecer que la frase de Jesús es un desprecio hacia su familia, pero por duro que parezca, para Jesús, ante el Reino, todo pasaba a un segundo plano: no estaba dispuesto a que nadie le domesticara, ni los jefes religiosos ni su propia familia.

La verdadera familia de Jesús no estaba constituida por los lazos de la sangre, sino por la obediencia a la Palabra de Dios. Nos hacemos hermanos de Jesús y miembros de su nueva familia por el compromiso que asumimos como su proyecto, es decir si nos comprometemos en la construcción del Reino de Dios con una actitud profética que proclame a los cuatro vientos la novedad radical que Jesús nos trae, Palabra Encarnada, Palabra entregada para dar vida al mundo.

PAPA FRANCISCO: EL VATICANO DEBE COMUNICAR COMO TESTIGO DE CRISTO


Papa Francisco: El Vaticano debe comunicar como testigo de Cristo
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco pidió a quienes trabajan en la comunicación del Vaticano “aprender el lenguaje de los mártires” para comunicar “con el testimonio” es decir, como “testigos de Cristo”.

Así lo dijo el Santo Padre este 23 de septiembre al recibir a la plenaria del Dicasterio para la Comunicación en la Sala Regia del Vaticano.

“Comunicar con el testimonio, comunicar implicándose en la comunicación, comunicar con los sustantivos de las cosas, comunicar como mártires, es decir, como testigos de Cristo, como mártires”, pidió el Papa en un discurso improvisado.

En esta línea, Francisco pidió al numeroso grupo de casi 500 personas “aprender el lenguaje de los mártires, que es el lenguaje de los Apóstoles” y animó a leer el Libro de los Hechos de los Apóstoles para ver “cómo se comunicaba en aquel tiempo y cómo es la comunicación cristiana”.

Tras el saludo del Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, el Pontífice bromeó que el discurso escrito preparado era largo -de siete páginas- por lo que dijo “estoy seguro de que después de la primera la mayoría se dormirá, y no podré comunicar... Por esta razón, doy este discurso al Dr. Ruffini, a quien agradezco las palabras que me ha dirigido, para que se lo dé a todos”.


Por eso, el Santo Padre dijo que hablaría espontáneamente “para decir lo que tengo en mi corazón sobre la comunicación. Al menos creo que no habrá muchos que se queden dormidos, ¡y podemos comunicarnos mejor!”.

La comunicación vaticana no es publicidad
El Papa Francisco expresó que “el comienzo de la comunicación no es un trabajo de oficina, como la publicidad, por ejemplo”.

“Comunicar es precisamente tomar del Ser de Dios y tener la misma actitud; no poder permanecer solo: la necesidad de comunicar lo que tengo y creo que es lo verdadero, lo justo, lo bueno y lo bello. Comunicarse. Y ustedes son especialistas de comunicación, son técnicos de comunicación. No debemos olvidar esto. Se comunica con el alma y el cuerpo; se comunica con la mente, el corazón, las manos; se comunica con todo”.

En este sentido, el Papa señaló que “el verdadero comunicador lo da todo, se entrega totalmente. Como decimos en mi tierra: ‘Pone toda la carne en el asador’, todo, no escatima para sí mismo. Y es verdad que la mayor comunicación es el amor. En el amor está la plenitud de la comunicación: el amor a Dios y entre nosotros”.

De este modo, el Pontífice dijo que la comunicación no debe ser “publicidad, solo publicidad. No deben hacer como las empresas humanas que intentan tener más gente... En una palabra técnica: no tienen que hacer proselitismo”.

“Me gustaría que nuestra comunicación fuera cristiana y no un factor de proselitismo. No es cristiano hacer proselitismo. Benedicto XVI lo dijo muy claramente: ‘La Iglesia no crece por proselitismo, sino por atracción’, es decir, por el testimonio”, pidió el Papa.

Por ello, Francisco reiteró que la comunicación vaticana “debe ser testimonio. Si quieren comunicar más o menos una verdad, sin la bondad ni la belleza, deténganse, no lo hagan. Si quieren comunicar una verdad más o menos, pero sin involucrarse, sin dar testimonio de esa verdad con su propia vida, con su propia carne, paren, no lo hagan”.


Asimismo, el Papa alertó sobre “la tentación de la resignación”, y explicó que “somos pocos, pero no pocos como los que se defienden porque somos pocos y el enemigo es mayor; pocos como la levadura, pocos como la sal: ¡ésta es la vocación cristiana! No debemos avergonzarnos de ser pocos; y no debemos pensar: ‘No, la Iglesia del futuro será una Iglesia de los elegidos’. Caeremos de nuevo en la herejía de los esenios. Y así se pierde la autenticidad cristiana. Somos una Iglesia de unos pocos, pero como levadura. Jesús lo dijo. Como la sal. La resignación a la derrota cultural -permítanme llamarlo así- viene del mal espíritu, no de Dios”, dijo.

“No tengan miedo. ¿Somos pocos? Sí, pero con el deseo de ‘misionar’, de mostrar a los demás quiénes somos. Con el testimonio. Una vez más repito esta frase de San Francisco a sus hermanos, cuando los envía a predicar: ‘Prediquen el Evangelio, y si es necesario, también con palabras’. Es decir, con el testimonio en primer lugar”.

Por último, el Santo Padre pidió pasar “de la cultura del adjetivo a la teología del sustantivo. Y ustedes deben comunicar de esta manera. ¿Cómo, conoces a esa persona? 'Ah, esa persona es así, así…': inmediatamente el adjetivo. Primero el adjetivo, quizás, luego, después, cómo es la persona… Esta cultura del adjetivo ha entrado en la Iglesia y nosotros, todos los hermanos, nos olvidamos de ser hermanos para decir que esto es ‘tan’ hermano, es decir, ‘en el otro sentido’ hermano: primero el adjetivo”.

“Su comunicación debe ser austera pero bella: ¡la belleza no es arte rococó, la belleza no necesita estas cosas rococó; la belleza se manifiesta desde el mismo sustantivo, sin fresas en el pastel! Creo que tenemos que aprender esto”, invitó el Papa.

Finalmente, el Pontífice agradeció por el trabajo que realizan y los animó a seguir con alegría. “Comunicar la alegría del Evangelio: esto es lo que el Señor nos pide hoy. Y gracias, gracias por su servicio y gracias por ser el primer dicasterio encabezado por un laico en mente. ¡Sigan así! Gracias”.

SAN PÍO DE PIETRELCINA, 23 DE SEPTIEMBRE

SAN PÍO DE PIETRELCINA
Datos Generales



El padre Francesco Forgione nació en Pietrelcina, provincia de Benevento, el 25 de mayo de 1887. Sus padres fueron Horacio Forgione y María Giuseppa. Creció dentro de una familia humilde, pero como un día él mismo dijo, nunca careció de nada.

Fue un niño muy sensible y espiritual. En la Iglesia Santa María de los Ángeles, la cual se podría decir fue como su hogar, fue bautizado, hizo la Primera Comunión y la Confirmación. También en esta misma Iglesia fue donde a los cinco años se le apareció el Sagrado Corazón de Jesús. Más adelante empieza a tener apariciones de la Virgen María que durarían por el resto de su vida.

Ingresó a la Orden de los Frailes Menores Capuchinos en Morcone en enero de 1903. El día anterior de entrar al Seminario, Francisco tuvo una visión de Jesús con su Santísima Madre. En esta visión Jesús puso su mano en el hombro de Francisco, dándole coraje y fortaleza para seguir adelante. La Virgen María, por su parte, le habló suave, sutil y maternalmente penetrando en lo más profundo de su alma.

Fue ordenado sacerdote el 10 de agosto de 1910 en la Catedral de Beneveto, y en febrero de ese año se estableció en San Giovanni Rotondo, donde permaneció hasta su muerte, el 23 de setiembre de 1968.




Homilía del Papa San Juan Pablo II en la Ceremonia de Canonización del Padre Pío de Pietrelcina



1. «Mi yugo es suave y mi carga ligera» (Mateo 11, 30).

Las palabras de Jesús a los discípulos, que acabamos de escuchar, nos ayudan a comprender el mensaje más importante de esta celebración. Podemos, de hecho, considerarlas en un cierto sentido como una magnífica síntesis de toda la existencia del padre Pío de Pietrelcina, hoy proclamado santo.

La imagen evangélica del «yugo» evoca las muchas pruebas que el humilde capuchino de San Giovanni Rotondo tuvo que afrontar. Hoy contemplamos en él cuán dulce es el «yugo» de Cristo y cuán ligera es su carga, cuando se lleva con amor fiel. La vida y la misión del padre Pío testimonian que las dificultades y los dolores, si se aceptan por amor, se transforman en un camino privilegiado de santidad, que se adentra en perspectivas de un bien más grande, solamente conocido por el Señor.

2. «En cuanto a mí... ¡Dios me libre gloriarme si nos es en la cruz de nuestro Señor Jesucristo» (Gálatas 6, 14).

¿No es quizá precisamente la «gloria de la Cruz» la que más resplandece en el padre Pío? ¡Qué actual es la espiritualidad de la Cruz vivida por el humilde capuchino de Pietrelcina! Nuestro tiempo necesita redescubrir su valor para abrir el corazón a la esperanza. En toda su existencia, buscó siempre una mayor conformidad con el Crucificado, teniendo una conciencia muy clara de haber sido llamado a colaborar de manera peculiar con la obra de la redención. Sin esta referencia constante a la Cruz, no se puede comprender su santidad.

En el plan de Dios, la Cruz constituye el auténtico instrumento de salvación para toda la humanidad y el camino explícitamente propuesto por el Señor a cuantos quieren seguirle (Cf. Marcos 16, 24). Lo comprendió bien el santo fraile de Gargano, quien, en la fiesta de la Asunción de 1914, escribía: «Para alcanzar nuestro último fin hay que seguir al divino Jefe, quien quiere llevar al alma elegida por un solo camino, el camino que él siguió, el de la abnegación y la Cruz» («Epistolario» II, p. 155).

3. «Yo soy el Señor que actúa con misericordia» (Jeremías 9, 23).

El padre Pío ha sido generoso dispensador de la misericordia divina, ofreciendo su disponibilidad a todos, a través de la acogida, la dirección espiritual, y especialmente a través de la administración del sacramento de la Penitencia. El ministerio del confesionario, que constituye uno de los rasgos característicos de su apostolado, atraía innumerables muchedumbres de fieles al Convento de San Giovanni Rotondo. Incluso cuando el singular confesor trataba a los peregrinos con aparente dureza, éstos, una vez tomada conciencia de la gravedad del pecado, y sinceramente arrepentidos, casi siempre regresaban para recibir el abrazo pacificador del perdón sacramental.

Que su ejemplo anime a los sacerdotes a cumplir con alegría y asiduidad este ministerio, tan importante hoy, como he querido confirmar en la Carta a los Sacerdotes con motivo del pasado Jueves Santo.

4. «Tú eres, Señor, mi único bien».

Es lo que hemos cantado en el Salmo Responsorial. Con estas palabras, el nuevo santo nos invita a poner a Dios por encima de todo, a considerarlo como nuestro sumo y único bien.

En efecto, la razón última de la eficacia apostólica del padre Pío, la raíz profunda de tanta fecundidad espiritual, se encuentra en esa íntima y constante unión con Dios que testimoniaban elocuentemente las largas horas transcurridas en oración. Le gustaba repetir: «Soy un pobre fraile que reza», convencido de que «la oración es la mejor arma que tenemos, una llave que abre el Corazón de Dios». Esta característica fundamental de su espiritualidad continua en los «Grupos de Oración» que él fundo, y que ofrecen a la Iglesia y a la sociedad la formidable contribución de una oración incesante y confiada. El padre Pío unía a la oración una intensa actividad caritativa de la que es expresión extraordinaria la «Casa de Alivio del Sufrimiento». Oración y caridad, esta es una síntesis sumamente concreta de la enseñanza del padre Pío, que hoy vuelve a proponerse a todos.

5. «Te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque... estas cosas... las has revelado a los pequeños» (Mateo 11, 25).

Qué apropiadas parecen estas palabras de Jesús, cuando se te aplican a ti, humilde y amado, padre Pío.

Enséñanos también a nosotros, te pedimos, la humildad del corazón para formar parte de los pequeños del Evangelio, a quienes el Padre les ha prometido revelar los misterios de su Reino.

Ayúdanos a rezar sin cansarnos nunca, seguros de que Dios conoce lo que necesitamos, antes de que se lo pidamos.

Danos una mirada de fe capaz de capaz de reconocer con prontitud en los pobres y en los que sufren el rostro mismo de Jesús.

Apóyanos en la hora del combate y de la prueba y, si caemos, haz que experimentemos la alegría del sacramento del perdón.

Transmítenos tu tierna devoción a María, Madre de Jesús y nuestra.

Acompáñanos en la peregrinación terrena hacia la patria bienaventurada, donde esperamos llegar también nosotros para contemplar para siempre la Gloria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

¡Amén!

BUENOS DÍAS





domingo, 22 de septiembre de 2019

JESÚS, YO CONFÍO EN TI


Jesús, Yo confío en Ti



Por qué te agitas y confundes por los problemas que te trae la vida? Déjame controlar todas tus cosas e irán tornándose mejores. Cuando te entregues totalmente a mí, todas las cosas serán resueltas con tranquilidad, de acuerdo con mis planes.

No te frustres, no ores como apresurándome, como si quisieras forzarme a realizar tus planes.  En lugar de eso, cierra los ojos de tu alma y con paz dime: "JESÚS, YO CONFIÓ EN TI".

Trata de evitar esos pensamientos que te angustian al querer comprender las cosas que te pasan. No arruines mis planes tratando de imponer tus ideas, déjame ser tu Dios y actuar libremente en tu vida.

Entrégate a mí con completa confianza y deja tu futuro en mis manos. Dime frecuentemente: "JESÚS, YO CONFIÓ EN TI".

Lo que más te lastima es cuando tratas de razonarlo todo de acuerdo con tus pensamientos e intentas resolver tus problemas a tu manera. Cuando me digas "JESÚS, YO CONFÍO EN TI", no seas como el impaciente que le dice al Doctor "cúreme", pero le sugiere la "mejor" forma de hacerlo.

Déjate curar por mis brazos divinos, no tengas miedo, Yo te amo. Si ves que las cosas se vuelven peores o más complicadas, aun cuando estés orando, mantente confiado en mí, cierra los ojos de tu
alma, y continúa diciendo a cada hora: "JESÚS, YO CONFIÓ EN TI".

Necesito mis manos libres para poder manifestarte mis bendiciones. No ates mis manos con tus absurdas preocupaciones. Satanás quiere que te frustres, hacerte sentir triste, quitarte la paz.

Confía en mí, descansa en mí, entrégate a mí. Yo hago milagros en la medida en que tú te abandonas a mí y de acuerdo con la fe que me tienes. Así que no te preocupes, dame todas tus frustraciones y duerme en paz, y siempre dime: "JESÚS, YO CONFIÓ EN TI", y verás grandes milagros.

Te lo prometo con todo mi amor.

Jesús

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 22 DE SEPTIEMBRE DE 2019


Lecturas de hoy Domingo 25º del Tiempo Ordinario - Ciclo C
Hoy, domingo, 22 de septiembre de 2019


Primera lectura
Lectura de la profecía de Amos (8,4-7):

Escuchad esto, los que pisoteáis, al pobre
y elimináis a los humildes del país,
diciendo: «Cuándo pasará la luna nueva,
para vender el grano,
y el sábado, para abrir los sacos de cereal
—reduciendo el peso y aumentando el precio,
y modificando las balanzas con engaño—
para comprar al indigente por plata
y al pobre por un par de sandalias,
para vender hasta el salvado del grano?».
El Señor lo ha jurado por la Gloria de Jacob:
«No olvidaré jamás ninguna de sus acciones».

Palabra de Dios


Salmo
Sal 112,1-2.4-6.7-8

R/. Alabad al Señor, que alza al pobre.

V/. Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. R/.

V/. El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que habita en las alturas
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? R/.

V/. Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo. R/.

Segunda lectura
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a Timoteo (2,1-8):

QUERIDO hermano:
Ruego, lo primero de todo, que se hagan súplicas, oraciones, peticiones, acciones de gracias, por toda la humanidad, por los reyes y por todos los constituidos en autoridad, para que podamos llevar una vida tranquila y sosegada, con toda piedad y respeto.
Esto es bueno y agradable a los ojos de Dios, nuestro Salvador, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.
Pues Dios es uno, y único también el mediador entre Dios y los hombres: el hombre Cristo Jesús, que se entregó en rescate por todos; este es un testimonio dado a su debido tiempo y para el que fui constituido heraldo y apóstol —digo la verdad, no miento—, maestro de las naciones en la fe y en la verdad.
Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, alzando unas manos limpias, sin ira ni divisiones.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (16,1-13):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Un hombre rico tenía un administrador, a quien acusaron ante él de derrochar sus bienes.
Entonces lo llamó y le dijo:
“¿Qué es eso que estoy oyendo de ti? Dame cuenta de tu administración, porque en adelante no podrás seguir administrando».
El administrador se puso a decir para sí:
“¿Qué voy a hacer, pues mi señor me quita la administración? Para cavar no tengo fuerzas; mendigar me da vergüenza. Ya sé lo que voy a hacer para que, cuando me echen de la administración, encuentre quien me reciba en su casa”.
Fue llamando uno a uno a los deudores de su amo y dijo al primero:
“¿Cuánto debes a mi amo?”.
Este respondió:
“Cien barriles de aceite”.
Él le dijo:
“Toma tu recibo; aprisa, siéntate y escribe cincuenta”.
Luego dijo a otro:
“Y tú, ¿cuánto debes?”.
Él contestó:
“Cien fanegas de trigo”.
Le dice:
“Toma tu recibo y escribe ochenta”.
Y el amo alabó al administrador injusto, porque había actuado con astucia. Ciertamente, los hijos de este mundo son más astutos con su propia gente que los hijos de la luz.
Y yo os digo: ganaos amigos con el dinero de iniquidad, para que, cuando os falte, os reciban en las moradas eternas.
El que es fiel en lo poco, también en lo mucho es fiel; el que es injusto en lo poco, también en lo mucho es injusto.
Pues, si no fuisteis fieles en la riqueza injusta, ¿quién os confiará la verdadera? Si no fuisteis fieles en lo ajeno, ¿lo vuestro, quién os lo dará?
Ningún siervo puede servir a dos señores, porque, o bien aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy domingo, 
22 de septiembre de 2019
Fernando Torres cmf


¿Para qué queremos el dinero?

      Una vez dijo alguien que “es imposible amasar una fortuna sin antes hacer harina a los demás”. Posiblemente sea una exageración pero, como todas las exageraciones, tiene algo-mucho de verdad. La realidad es que la prosperidad que se experimenta hoy en los países desarrollados se debe mucho al trabajo y la industria de sus ciudadanos pero también, seamos realistas, a todo lo que en el pasado y hoy de diversas maneras, se ha sacado de los pueblos más pobres. No es cuestión de entrar aquí a discutir cuestiones económicas ni históricas. Pero sin llegar tan lejos no es difícil comprender que el sistema económico en el que vivimos no es precisamente evangélico. 

      En el evangelio de hoy Jesús nos cuenta la historia del administrador injusto. Sabe que va a ser despedido y procura utilizar todos los recursos de que dispone para hacerse con amigos que le garanticen su futuro. Ya se sabe, “hoy por ti y mañana por mí”. Jesús no pretendía hablar de economía. Simplemente planteaba la situación de un hombre que se encuentra en una situación límite y que es capaz de discurrir lo suficiente como para sacar partido de ella en orden a cubrirse el futuro. Pero a nosotros nos vale la comparación y no es difícil aplicarla al mundo de la economía que tan importante es en nuestra sociedad. 

      En primer lugar, ¿quién no está a punto de ser despedido? Ciertamente hoy se vive una situación de precariedad laboral. Pero es que además, nuestra estancia en este mundo es limitada, nuestra vida aquí tiene fecha de caducidad, aunque no esté escrita en la etiqueta como en los productos del supermercado. No sabemos de cuanto tiempo disponemos. En segundo lugar, ¿no es injusto el dinero que tenemos? ¿Podemos decir que es “mío”? Los recursos de este mundo son para todos y en la fraternidad todo se comparte. Así que lo mejor que podemos hacer es compartir aquello de lo que nos hemos apropiado. Y, tercero, que mejor que compartirlo haciendo amigos, creando fraternidad, estableciendo lazos de solidaridad. De esa manera lo que en nuestra sociedad nos separa –lo mío y lo tuyo, mi dinero, mi casa...–, se convierte en instrumento de fraternidad. Y, de paso, nos encontramos con la llave que nos abre la puerta a una vida mejor, a una vida más plena en la que ya aquí podemos saborear la vida del Reino: la fraternidad de los hijos de Dios. 

      Al final, los que se dedican exclusivamente a cuidar lo “suyo” convierten el dinero, lo que poseen, en un ídolo, en otro dios al que sirven con pasión y devoción. Pero se equivocan porque Dios sólo hay uno. Y los bienes de este mundo no son más que instrumentos al servicio del Reino. 



Para la reflexión

      ¿Utilizo bien los recursos de que dispongo o los despilfarro en gastos inútiles que no me benefician ni a mí ni a mi familia? ¿Cómo los debería usar? ¿Cómo contribuyo a crear fraternidad con mis bienes?

JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y REFUGIADO 2019 - DOMINGO 29 DE SEPTIEMBRE


El Papa invita a participar a la Misa de la Jornada Mundial del Migrante y Refugiado 2019
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco invitó a participar a la Santa Misa que celebrará en la plaza de San Pedro del Vaticano el próximo domingo 29 de septiembre con ocasión de la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado.

Así lo anunció el mismo Santo Padre al concluir la oración mariana del Angelus de este domingo, quien además destacó que es una forma concreta de mostrar cercanía, a través de la oración, a los migrantes del mundo.

“Los invito a participar a esta celebración para expresar también con la oración nuestra cercanía a los migrantes y a los refugiados del mundo entero”, dijo el Pontífice ante miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro del Vaticano.


El tema de la próxima Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que se celebrará el domingo 29 de septiembre de 2019 es: “No se trata solo de migrantes”.

Con este lema, el Papa Francisco quiere “subrayar que sus reiterados llamados a favor de los migrantes y refugiados, de los desplazados y de las víctimas de trata deben ser comprendidos al interior de su profunda preocupación por todos los habitantes de las periferias existenciales”, explicó anteriormente una nota vaticana.

El pasado 8 de julio, el Santo Padre presidió una Misa dentro de la Basílica de San Pedro en el sexto aniversario de su histórica visita a Lampedusa. Durante su homilía, el Pontífice explicó que los fieles católicos estamos llamados a “consolar en sus aflicciones y a ofrecer misericordia” a los migrantes.

“¡Son personas, no se trata solo de cuestiones sociales o migratorias! “No se trata solo de migrantes”, en el doble sentido de que los migrantes son antes que nada seres humanos, y que hoy son el símbolo de todos los descartados de la sociedad globalizada”, afirmó.

Además, el 15 de febrero de 2019 el Papa celebró una Misa ante más de 600 personas que trabajan en Italia con migrantes y animó a “superar el miedo para abrirnos al encuentro” con el otro que es también “un encuentro con Cristo”, porque Jesús “llama a nuestra puerta hambriento, sediento, extranjero, desnudo, enfermo y encarcelado, pidiendo ser recibido y asistido”.

HOY SE INICIA LA NOVENA A SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS, DEL 22 AL 30 DE SEPTIEMBRE


Novena a Santa Teresita del Niño Jesús
Oraciones para cada día de la novena, la puedes hacer tantas veces desees, de manera especial los días previos a la festividad 
(22 al 30 de septiembre)


Por: n/a | Fuente: devocionario.com




ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Santa Teresita! Vengo a tus plantas lleno de confianza a pedirte favores. La cruz de la vida me pesa mucho, y no encuentro más que espinas entre sus brazos. ¡Florecita de Jesús! envía sobre mi alma una lluvia de flores de gracia y de virtud para que pueda subir el Calvario de la vida embriagado en sus perfumes. Mándame una sonrisa de tus labios de cielo y una mirada de tus hermosos ojos... Que valen más tus caricias que todas las alegrías que el mundo encierra. ¡Dios mío! Por intercesión de Santa Teresita dadme fuerza para cumplir exactamente con mi deber, y concededme la gracia que en esta novena le pido. Amén.


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Jaculatoria. ¡Oh santita sin igual! Enséñanos el "caminito" de tu infancia espiritual.

Oración. ¡Gloriosa santita mía! Espero confiadamente me alcanzarás de Dios la gracia especial que en esta novena te pido. Yo en cambio, prometo imitar, con todas mis fuerzas, tus heroicos ejemplos, y apropiarme de las páginas de tu vida encantadora para que tenga la dicha de gozar de Dios en tu compañía en la patria de los santos. En tanto, quiero, cual tu, oh Florecita de Jesús, "deshojar" en la tierra las flores de mis caricias a los pies del Amor de los Amores y cantar a lo divino tus encantadoras armonías:

"Por solo tus amores,
Jesús mi bien amado,
En ti mi vida puse,
mi gloria y porvenir;
Y ya que para el mundo
soy una flor marchita,
No tengo más anhelo
que amándote, morir…"


DÍA PRIMERO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel volcán de amores que inflamó tu corazón, cuyos divinos ardimientos fueron el dulce martirio que consumió tu vida "con ansias de amores inflamada", haz que también yo, ¡oh santa Teresita! a solo Dios entregue totalmente mi corazón con todas sus esperanzas y con todos sus ensueños, para que le transforme y le resucite y le salve. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA SEGUNDO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los perfumes de santidad que exhalaste durante tu vida, escondida cual humilde violeta en el jardín del Carmelo, haz que pueda también mi alma, libre de los malos olores del pecado, agradar a Dios con el suave olor de las virtudes cristianas. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA TERCERO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por los pasos de inocencia y de candor que diste en la florida senda de tu caminito, que fue camino de infancia espiritual, haz que los pasos de mi vida no corran por los derroteros de la perdición; sino que, pasito a paso, suba la senda -cuesta arriba- que conduce a la gloria. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA CUARTO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la celestial pureza que adornó tu corazón cual los lirios a los valles y la "nieve" a las alturas alcánzame, azucena del Carmelo, la pureza en pensamientos, palabras y obras. Defiéndeme en la tentación, y cubre con las azucenas de tu pureza la fealdad de éste pobre corazón mío inquieto y apasionado. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA QUINTO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el empeño grande que pusiste en "pasar por la Tierra haciendo bien", y en esparcir en los corazones el amor y la esperanza, haz que también yo pase mi vida sembrando bondades para recibir allá arriba el galardón seguro del ciento por uno con la vida perdurable y feliz. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA SEXTO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquella continua tendencia de "empequeñecerse" que fue el tema de tu santa vida, haz sepa también yo ser un "alma tan pequeñita" que encuentre la verdadera grandeza en los brazos del sacrificio y de la Cruz; y aprenda a ser grande en lo pequeño y amar la humildad... la "pequeñez", para entrar más fácilmente por las puertas de la gloria al gozo eterno. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA SÉPTIMO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por aquel martirio tan continuado que sufrió tu espíritu en la incesante negación de la naturaleza, haz que aprenda a negar mis caprichos y veleidades y a pagar, cual tú, los desprecios del prójimo con una sonrisa heroica y celestial. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA OCTAVO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por la paciencia admirable con que supiste disimular y sufrir las enfermedades que en la Cruz te pusieron, ¡oh! que pueda yo también, santita mía, llevar si no con alegría, a lo menos en conformidad con la voluntad de Dios los achaques y miserias de este cuerpo de barro para que un día resulte embellecido en la gloria. Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


DÍA NOVENO

Oración. ¡Florecita de Jesús! Por el heroico valor con que apuraste el cáliz hasta las "heces" en el trance amargo de tu agonía; y por la dulce calma con que esperaste la fría llamada de la muerte, pueda yo también cerrar los ojos a esta vida mortal repitiendo las hermosas palabras que al morir pronunciaste: "Oh... ¡Le amo!.. . ¡Dios mío... os...amo!". Amén.

Petición. Tres Avemarías, jaculatoria y oración final de todos los días.


BUENOS DÍAS




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