jueves, 12 de diciembre de 2019

IMÁGENES DE LA VIRGEN DE GUADALUPE




















ALÉGRATE, LLENA DE GRACIA; EL SEÑOR ESTÁ CONTIGO

Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo
De los sermones de san Sofronio, obispo, patriarca de Jerusalén


Por: San Sofronio de Jerusalén | Fuente: Schola Veritatis




En la solemnidad litúrgica de la Inmaculada Concepción de Santa María Virgen, no falte la enamorada alabanza de la comunidad Schola veritatis a la Santa Madre de Dios. Pero como no hallamos palabras que expresen su gloria y belleza con una elocuencia suficiente, recurrimos a un sermón del Obispo San Sofronio. Nació en Damasco, Siria (560-638), desde su juventud fue monje y en 634 fue nombrado patriarca de Jerusalén. Hagamos nuestro su canto a la Llena-de-gracia.



De los sermones de San Sofronio, obispo, patriarca de Jerusalén

Sermón 2, en la Anunciación de la Santísima Virgen

Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. ¿Y qué puede ser más sublime que este gozo, oh Virgen Madre? ¿O qué cosa puede ser más excelente que esta gracia, que, viniendo de Dios, tú sólo has obtenido? ¿Acaso se puede imaginar una gracia más agradable o más espléndida? Todas las demás no se pueden comparar a las maravillas que se realizan en ti. Todas las demás son inferiores a tu gracia; todas, incluso las más excelsas, son secundarias y gozan de una claridad muy inferior.


El Señor está contigo. ¿Y quién es el que puede competir contigo? Dios proviene de ti; ¿quién no te cederá el paso, quién habrá que no te conceda con gozo la primacía y la precedencia? Por todo ello, contemplando tus excelsas prerrogativas, que destacan sobre las de todas las creaturas, te aclamo con el máximo entusiasmo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Pues tú eres la fuente del gozo no sólo para los hombres, sino también, para los ángeles del cielo.

Verdaderamente, bendita tú entre las mujeres, pues has cambiado la maldición de Eva en bendición; pues has hecho que Adán, que yacía postrado por una maldición, fuera bendecido por medio de ti.

Verdaderamente, bendita tú entre las mujeres, pues por medio de ti la bendición del Padre ha brillado para los hombres y los ha liberado de la antigua maldición.

Verdaderamente, bendita tú entre las mujeres, pues por medio de ti encuentran la salvación tus progenitores; pues tú has engendrado al Salvador, que les concederá la salvación eterna.

Verdaderamente, bendita tú entre las mujeres, pues sin concurso de varón has dado a luz aquel fruto que e bendición para todo el mundo, al que ha redimido de 1a maldición que no producía sino espinas.

Verdaderamente, bendita tú entre las mujeres, pues a pesar de ser una mujer, creatura de Dios como todas la demás, has llegado a ser, de verdad, Madre de Dios. Pues lo que nacerá de ti es, con toda verdad, el Dios hecho hombre, y, por lo tanto, con toda justicia y con toda razón, te llamas Madre de Dios, pues de verdad das a luz a Dios.

Tú tienes en tu seno al mismo Dios, hecho hombre en tus entrañas, quien, como un esposo, saldrá de ti para conceder a todos los hombres el gozo y la luz divina.

Dios ha puesto en ti, oh Virgen, su tienda como en un cielo puro y resplandeciente. Saldrá de ti como el esposo de su alcoba e, imitando el recorrido del sol, recorrerá n su vida el camino de la futura salvación para todos los vivientes, y, extendiéndose de un extremo a otro del cielo, llenará con calor divino y vivificante todas las cosas.

EN ESTE MILAGRO INTERVINO LA ÚNICA RELIQUIA DE LA VIRGEN DE GUADALUPE FUERA DE MÉXICO


En este milagro intervino la única reliquia de la Virgen de Guadalupe fuera de México
Redacción ACI Prensa
 Crédito: Unsplash.



La directora del Colegio St. Therese en Alhambra (Estados Unidos), Alma Cornejo, presenció en carne propia uno de los milagros en los que intervino la única reliquia de la Virgen de Guadalupe fuera de México, cuando milagrosamente su esposo se recuperó de un aneurisma cerebral que lo tenía al borde de la muerte.

Esta reliquia es un pequeño corte de media pulgada de la tilma donde apareció la imagen de la Virgen de Guadalupe. Fue obsequiada en 1941 al Arzobispo de Los Ángeles, Mons. John Joseph Cantwell.

Alma conoció la existencia de la reliquia cuando participaba en una novena en honor a la Virgen de Guadalupe en la iglesia St. Finbar en Burbank. En esa época, el sacerdote asociado P. Peter Irving, señaló que la reliquia se guardaba en la Misión de San Fernando en Los Ángeles.

Un tiempo después, este dato sería de suma importancia para la mujer.

El viernes 3 de mayo de 2002, el esposo de Alma, Vicente Cornejo, sufrió la ruptura de un aneurisma cerebral e inmediatamente cayó en coma. Con 42 años, solo le daban 5% de posibilidades de sobrevivir. 

“Cuando llegamos al hospital, fuimos recibidos por un equipo médico que nos llevó a una oficina privada y nos explicó que estaba gravemente enfermo y que probablemente no pasaría la noche”, señala Alma en su columna para Ángelus News. 

“Cientos de personas comenzaron a rezar por su recuperación. Lo que siguió fue una serie de milagro tras otro”, señaló.

El sábado 4 de mayo sucedió el primero de la lista, cuando el pequeño de diez años y amigo de la familia, Ian, recibió su Primera Comunión. En ese mismo instante, Vicente despertó del coma.

A través de lo que Alma considera una intervención divina, Vicente fue transferido al Hospital Keck de la Universidad del Sur de California, donde lograron sellar el aneurisma sin tener que realizar una intervención quirúrgica de riesgo.

“Él pasó las siguientes cuatro semanas en cuidados intensivos. No reconocía a nadie, ni siquiera a mí, su esposa”, comenta Alma. La situación se complicaba, y los doctores lo querían estabilizar antes de colocar un shunt cerebral, una válvula unidireccional para drenar el exceso de líquido cefalorraquídeo del lado afectado del cerebro a otras partes del cuerpo.

La familia pedía mucho por su recuperación, un sacerdote norbertino realizaba Misa diaria en la habitación de Vicente, un sacerdote del Opus Dei lo visitaba a diario, y su habitación estaba decorada con estampas de santos.

El 12 de mayo, el doctor avisó a Alma que su esposo había empeorado, había desarrollado una meningitis. “Para empeorar todo, él no respondía a los antibióticos”, recuerda Alma. “Nada parecía bajar la fiebre, por lo que lo colocaron sobre una manta de hielo en un esfuerzo por reducir su temperatura”, añadió.

Alma preguntó a los médicos sobre el pronóstico de su esposo. Ellos “tenían claro que probablemente nunca caminaría ni reconocería a las personas”.

Es ahí cuando Alma recordó la reliquia de la Virgen. Su familia siempre iba a Misa en la Misión de San Fernando y Vicente era ministro eucarístico. “Así que pregunté a Mons. Francis J. Weber si podría traer la reliquia”.

Mons. Weber llegó al hospital el 15 de mayo y bendijo a Vicente con la reliquia de la Virgen de Guadalupe.

Y el milagro sucedió, Vicente dejó de drenar líquido cerebral en tres días, “el neurocirujano principal dijo que no tenía una explicación médica para la curación”, indica Alma.

“Señora Cornejo, no sé a quién le ha rezado, pero si alguna vez necesito un milagro, la llamaré”, le comentó el doctor.

El 6 de junio, Vicente estaba de vuelta en casa, y aunque ya no puede regresar al trabajo, diecisiete años después, Vicente es un esposo amoroso y un padre alegre con cinco hijos, un feligrés devoto en “Guardian Angel” en Pacoima y aún un músico apasionado.

Alma decidió contar su historia porque “ser bendecida de una manera especial por esta reliquia todavía es posible en esta gran ‘Ciudad de los Ángeles’, y así puedo decirle a los demás con confianza: Lleva tus necesidades a ella, ella siempre será Nuestra Madre”.

PAPA FRANCISCO: EN LA VIRGEN DE GUADALUPE, MARÍA SE MESTIZÓ PARA SER MADRE DE TODOS


Papa Francisco: En la Virgen de Guadalupe, María se mestizó para ser Madre de todos
Redacción ACI Prensa





El Papa Francisco celebró este 12 de diciembre en la Basílica de San Pedro la Misa por la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, en la que destacó el carácter mestizo de esta aparición con la que María se hizo madre de toda la humanidad.

En una homilía improvisada en español, el Pontífice afirmó que si bien los hombres dan diferentes títulos a la Virgen como parte de su amor filial, estos “no tocaban en nada ese ser mujer discípula” de María, que además es madre y mestiza.

“San Bernardo nos decía que cuando hablamos de María nunca es suficiente la alabanza, los títulos de alabanza, pero no tocaban para nada ese humilde discipulado de ella. Discípula, fiel a su Maestro que es su Hijo, el único Redentor. Jamás quiso para sí tomar algo de su Hijo, jamás se presentó como co-redentora. Discípula”, expresó.

María, reiteró, “nunca robó para sí nada de su Hijo. Lo sirvió porque es Madre. Da la vida, en la plenitud de los tiempos, como escuchamos, a ese Hijo nacido de mujer”.

Asimismo, Francisco abordó el carácter femenino de la Iglesia. “Algún santo padre dice que lo que se dice de María se puede decir a su manera de la Iglesia y a su manera del alma nuestra, porque la Iglesia es femenina, y nuestra alma tiene esa capacidad de recibir de Dios la gracia, y en cierto sentido los padres la veían como femenina. No podemos pensar la Iglesia sin este principio mariano que se extiende”.

Indicó que “cuando buscamos el papel de la mujer en la Iglesia, podemos ir por la vía de la funcionalidad, porque la mujer tiene funciones que cumplir en la Iglesia, pero eso nos deja a mitad de camino. La mujer en la Iglesia va más allá, con ese principio mariano que maternaliza a la Iglesia y la transforma en la Santa Madre Iglesia”.

“María mujer, María madre, sin otro título esencial, los otros títulos, pensemos en la letanía lauretana, son títulos de hijos enamorados que le cantan a la Madre, pero no tocan la esencialidad del ser de María: mujer y madre; y el tercer adjetivo que yo le diría, mirándola, se nos quiso mestiza. Se mestizó”.

Sin embargo, precisó que se mestizó “no solo con el Juan Dieguito, con el pueblo. Se mestizó para ser madre de todos, se mestizó con la humanidad. ¿Por qué? Porque ella mestizó a Dios. Y ese es el gran misterio: María madre mestiza a Dios, verdadero Dios y verdadero hombre en su Hijo”.

“María es mujer, es nuestra Señora; María es madre de su Hijo y de la Santa Madre Iglesia jerárquica; María es mestiza, mujer de nuestros pueblos pero que mestizó a Dios”.

En ese sentido, el Papa Francisco le pidió a la Virgen María, “que nos hable como le habló a Juan Diego desde estos tres títulos, con ternura, con calidez femenina y con la cercanía del mestizaje”.

Antes de la bendición final, el Cardenal Marc Ouellet, presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, saludó al Santo Padre por los 50 años de sacerdocio que cumplirá mañana 13 de diciembre.

El Purpurado agradeció a Dios por el Papa Francisco, cuyo ministerio sacerdotal y petrino lo ejerce “en espíritu de humildad y misericordia, en espíritu de reforma y santidad, dando prioridad y sumo cariño a los más necesitados de caridad y esperanza, y en especial a los pobres”.

El Cardenal Ouellet dijo que “no todos logran entender plenamente el alcance de sus gestos, palabras y decisiones, pero le puedo asegurar que el pueblo de Dios que camina en la fe se siente animado y consolado por su ejemplo y magisterio”.

“Le renovamos con gozo nuestra adhesión filial y compartimos las ofrendas de oración alegre y agradecida que, hoy suben al Cielo, desde todos los rincones del planeta por la excelencia de su ministerio sacerdotal y petrino que tanto bien hacen a la Iglesia”, expresó.

Antes de retirarse de la Basílica de San Pedro, el Pontífice tuvo un momento de oración frente a la imagen de la Virgen de Guadalupe. Como se recuerda, en su viaje a México en febrero de 2016, Francisco rezó frente a la tilma de San Juan Diego donde se plasmó la imagen mariana.


LECTURAS BÍBLICAS DE HOY JUEVES 2°SEMANA DE ADVIENTO,12 DE DICIEMBRE DE 2019


Lecturas de hoy Jueves de la 2ª semana de Adviento
Hoy, jueves, 12 de diciembre de 2019


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (41,13-20):

YO, el Señor, tu Dios,
te tomo por la diestra y te digo:
«No temas, yo mismo te auxilio».
No temas, gusanillo de Jacob,
oruga de Israel,
yo mismo te auxilio
-oráculo del Señor-,
tu libertador es el Santo de Israel.
Mira, te convierto en trillo nuevo,
aguzado, de doble filo:
trillarás los montes hasta molerlos;
reducirás a paja las colinas;
los aventarás y el viento se los llevará,
el vendaval los dispersará.
Pero tú te alegrarás en el Señor,
te gloriarás en el Santo de Israel.
Los pobres y los indigentes
buscan agua, y no la encuentran;
su lengua está reseca por la sed.
Yo, el Señor, les responderé;
yo, el Dios de Israel, no los abandonaré.
Haré brotar ríos en cumbres desoladas,
en medio de los valles, manantiales;
transformaré el desierto en marisma
y el yermo en fuentes de agua.
Pondré en el desierto cedros,
acacias, mirtos, y olivares;
plantaré en la estepa cipreses,
junto con olmos y alerces,
para que vean y sepan,
reflexionen y aprendan de una vez,
que la mano del Señor lo ha hecho,
que el Santo de Israel lo ha creado.

Palabra de Dios

Salmo
Sal 144,1.9.10-11.12-13ab

R/. El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad.

V/. Te ensalzaré, Dios mío, mi rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
El Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas. R/.

V/. Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles.
Que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas. R/.

V/. Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad. R/.



Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,11-15):

EN aquel tiempo, dijo Jesús al gentío:
«En verdad os digo que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.
Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Los Profetas y la Ley han profetizado hasta que vino Juan; él es Elías, el que tenía que venir, con tal que queráis admitirlo.
El que tenga oídos, que oiga».

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy jueves, 12 de diciembre de 2019
Juan Lozano, cmf


Querido amigo/a:

No sé si alguna vez te han llamado “gusanito” o “oruga”, pero aunque no lo parezca, en el profeta Isaías se trata de un piropo; es algo así como decir “mi chiquitín”, “mi vida”. Es la consolación que Dios hace a través del profeta, con la que nos quiere consolar, hacer fuertes -te convierto en trillo aguzado-, y fructificar toda esterilidad en nosotros -transformaré el desierto en estanque-.

Si alguien fue piropeada por Dios, fue la Virgen María, otra de las protagonistas del Adviento, como no podía ser menos. Especialmente toda América Latina la venera hoy bajo la advocación de Ntra. Sra. de Guadalupe.  Hoy miramos su disponibilidad a Dios, su sí a Él, y la puerta que esta aceptación y entrega supone para todos los creyentes: nada más y nada menos que el nacimiento de nuestro Salvador, que dentro de poco celebraremos.

Dos ideas por si te ayudan a vivir esta jornada de la mano de María.

1ª Si el cristianismo fuera una ideología, una ideología no necesita de una madre. Pero como el cristianismo es fundamentalmente el encuentro con la persona de Jesucristo, para dicho encuentro sí necesitamos de la Madre de “ese” con quien nos queremos encontrar, porque ella nos lleva a su encuentro. Por eso, cada vez que oramos a Dios con María, le estamos diciendo: “María, muéstranos a tu Hijo”. Pídeselo hoy. Pídele a nuestra Madre que te ayude a conocer más a Jesús, para amarlo más y seguirle mejor.

2º. Celebrar a María es recordarnos que tenemos una Madre en el camino del seguimiento de Jesús, que no estamos solos. Es recordarnos que la fe es un camino de alegría, porque el Señor está con nosotros. Y cuando lo olvidemos, basta con mirar a la Madre, cómo ella lo vivió; su sí fue plenificado, su confianza no quedó defraudada. Ella nos recuerda que este camino, que esta apuesta es, incluso cuando todo parece perdido en medio de la noche, de ganadores.

El Evangelio de hoy nos presenta la persona de Juan el Bautista, encarcelado por anunciar a Jesús.

Siempre se ha hecho violencia contra el Reino de Dios, como nos recuerda hoy el Señor: desde los días de Juan, el Bautista, hasta ahora se hace violencia contra el reino de Dios, y gente violenta quiere arrebatárselo. Por eso necesitamos de la fortaleza que la Virgen María tuvo para mantenerse con esperanza en el camino de la fe frente a todas las adversidades.

¡Ntra. Sra. de Guadalupe, ruega por nosotros!

Vuestro hermano en la fe: 


Juan Lozano, cmf.

LECTURAS BÍBLICAS DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE, 12 DE DICIEMBRE


12 De Diciembre 2019 
Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe



Primera lectura
Za 2, 14-17
“Canta de gozo y regocíjate, Jerusalén,
pues vengo a vivir en medio de ti, dice el Señor.
Muchas naciones se unirán al Señor en aquel día;
ellas también serán mi pueblo
y yo habitaré en medio de ti
y sabrás que el Señor de los ejércitos
me ha enviado a ti.
El Señor tomará nuevamente a Judá
como su propiedad personal en la tierra santa
y Jerusalén volverá a ser la ciudad elegida”.

¡Que todos guarden silencio ante el Señor,
pues él se levanta ya de su santa morada!

O bien:
Ap 11, 19; 12, 1-6. 10
Se abrió el templo de Dios en el cielo y dentro de él se vio el arca de la alianza. Apareció entonces en el cielo una figura prodigiosa: una mujer envuelta por el sol, con la luna bajo sus pies y con una corona de doce estrellas en la cabeza. Estaba encinta y a punto de dar a luz y gemía con los dolores del parto.

Pero apareció también en el cielo otra figura: un enorme dragón, color de fuego, con siete cabezas y diez cuernos, y una corona en cada una de sus siete cabezas. Con su cola barrió la tercera parte de las estrellas del cielo y las arrojó sobre la tierra. Después se detuvo delante de la mujer que iba a dar a luz, para devorar a su hijo, en cuanto éste naciera. La mujer dio a luz un hijo varón, destinado a gobernar todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue llevado hasta Dios y hasta su trono. Y la mujer huyó al desierto, a un lugar preparado por Dios.

Entonces oí en el cielo una voz poderosa, que decía: “Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su reinado, y del poder de su Mesías”.


Salmo Responsorial
Jdt 13, 18bcde. 19

R. (15, 9d) Tú eres la honra de nuestro pueblo.
Que el Altísimo te bendiga,
más que a todas las mujeres de la tierra.
Bendito sea el Señor, creador de cielo y la tierra.
R. (15, 9d) Tú eres la honra de nuestro pueblo.
Hoy el Señor te ha engrandecido tanto,
que no dejarán de alabarte aquellos hombres
que se acuerdan en la tierra del poder de Dios.
R. (15, 9d) Tú eres la honra de nuestro pueblo.


Aclamación antes del Evangelio

R. Aleluya, aleluya.
Dichosa tú, santísima Virgen María,
y digna de toda alabanza,
porque de ti nació el sol de justicia,
Jesucristo, nuestro Dios.
R. Aleluya.

Evangelio
Lc 1, 26-38
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.

Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.

El ángel le dijo: "No temas, María, porque has hallado gracia ante Dios. Vas a concebir y a dar a luz un hijo y le pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, y él reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reinado no tendrá fin".

María le dijo entonces al ángel: "¿Cómo podrá ser esto, puesto que yo permanezco virgen?" El ángel le contestó: "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso, el Santo, que va a nacer de ti, será llamado Hijo de Dios. Ahí tienes a tu parienta Isabel, que a pesar de su vejez, ha concebido un hijo y ya va en el sexto mes la que llamaban estéril, porque no hay nada imposible para Dios". María contestó: "Yo soy la esclava del Señor; cúmplase en mí lo que me has dicho". Y el ángel se retiró de su presencia.


O bien:
Lc 1, 39-48
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea, y entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.

Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la Madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor".

Entonces dijo María: "Mi alma glorifica al Señor y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi Salvador, porque puso sus ojos en la humildad de su esclava".

domingo, 8 de diciembre de 2019

¿QUÉ SIGNIFICA INMACULADA CONCEPCIÓN?

¿Qué significa Inmaculada Concepción?
Este título se refiere a que desde el inicio de su existencia ella estuvo libre del pecado original


Por: ohn A. MacDowell, S.J. | Fuente: GaudiumPrress.org




El nombre de Concepción o María de la Concepción es dado a muchas niñas en honor a la inmaculada concepción de Nuestra Señora.

Concepción es el acto de ser concebido o engendrado en el seno de una mujer. Inmaculada significa: sin mancha. Muchos piensan que cuando la Iglesia usa estos términos está refiriéndose a la pureza inmaculada de la concepción de Jesús en el seno de María.

Es cierto que Jesús no nació de la relación de María con un hombre, sino por obra del Espíritu Santo. Es lo que afirmamos en el Credo diciendo: Nació de María virgen. Pero no es por causa de su virginidad que la Iglesia da a Nuestra Señora el título de "Inmaculada Concepción".

Este título se refiere a la concepción de la propia María en el seno de su madre. No significa, sin embargo, que su concepción fue virginal como la de Jesús. Ella nació, como las otras personas, de la relación conyugal de un hombre y una mujer, que la Iglesia llama de San Joaquín y Santa Ana. Pero la concepción inmaculada de María no tiene nada que ver con sus padres. Es un don de Dios a María. Significa que desde el inicio de su existencia ella estuvo libre del pecado original.

La fe nos enseña que toda la humanidad participa del pecado de los primeros seres humanos, que la Biblia denomina Adán y Eva. Es como una tara hereditaria que una persona transmite a todos sus descendientes.

El Privilegio

Todos nosotros experimentamos que somos pecadores. Si somos sinceros, debemos reconocer que no seguimos siempre a nuestra consciencia. La familia humana quedó marcada por esta mancha. Solo Jesucristo puede librarnos del pecado y sus consecuencias. Por la fe y el bautismo nos reconciliamos con Dios y volvemos a vivir como sus hijos e hijas.

Pero María tuvo un privilegio especialísimo. Porque en el plan de Dios estaba destinada a ser la madre de Jesucristo, el Salvador, ella fue liberada de la mancha del pecado desde su concepción. Jamás estuvo separada de Dios. Y al tornarse consciente de su existencia, confirmó con un "sí" su voluntad de pertenecer a Dios y obedecer sus mandamientos. Es esta santidad de María, llena de gracia, que la Iglesia proclama cuando habla de su inmaculada concepción.

¡¿Cómo?! ¿Jesucristo no es el Salvador de todos?

¿Cómo la Iglesia enseña que Nuestra Señora fue concebida sin pecado, si, según la Biblia, Jesús murió en la cruz para salvar a toda la humanidad del pecado?

Es verdad que Jesucristo es el Salvador de todos, incluso de las personas que vivieron antes de su nacimiento. Fue previendo la encarnación y muerte de su Hijo que Dios comunicó a Abraham y a todos los justos del Antiguo Testamento la gracia de la fe en su promesa de salvación. Como Hijo de Dios, hecho hombre, Jesús es el único que no precisa ser salvado del pecado, que afecta a toda la familia humana. María también fue salvada del pecado por la gracia que Cristo, su hijo, iría merecer con su pasión y muerte. Ella pertenece a la humanidad pecadora. No podría librarse de esa situación por sus propios méritos. No sería capaz de agradar a Dios, sin la fuerza del Espíritu Santo que Cristo ofrece a todos.

La diferencia

Pero, al mismo tiempo que afirma esta verdad, la Iglesia Católica, acogiendo la palabra de Dios en la Biblia, cree también que María, madre de Jesús, estuvo libre del pecado desde el primer instante de su existencia. En eso consiste su inmaculada concepción.


La gran diferencia entre María y nosotros, es que nosotros por la gracia de Cristo somos liberados del pecado, que ya existe en nosotros, tanto el pecado original como los pecados personales. María, al contrario, fue preservada de cualquier pecado desde que fue concebida, porque recibió en aquel instante al Espíritu Santo de Dios. Por eso, ella ya es "llena de gracia", como dice el mensajero del cielo, antes del momento de la encarnación. Este nuevo nombre dado a María significa que Dios la amó de un modo todo especial, no permitiendo que ella estuviese separada de él en ningún momento de su existencia.

Este privilegio de María se fundamenta en su elección para ser madre del propio Hijo de Dios. Para cumplir esta misión ella precisaba ser perfectamente santa, no oponiendo la mínima resistencia al plan de Dios. De hecho, María aceptó sin ninguna restricción la invitación de Dios, cuando dijo: "He aquí la sierva del Señor. Que él haga de mí lo que dicen tus palabras". Pero esta entrega incondicional de María a la voluntad de Dios no sería posible si en su vida hubiese habido cualquier sombra de pecado.

Por eso, la Iglesia alaba a María santísima como Isabel, que, llena del Espíritu Santo, exclamó: "¡Bendita eres tú entre las mujeres y bendito es el fruto de tu seno!".

LECTURAS BÍBLICAS DEL II DOMINGO DE ADVIENTO - 8 DE DICIEMBRE DE 2019


Segundo Domingo de Adviento
8 de Diciembre


Primera lectura
Lectura del libro de Isaías 11, 1-10

Aquel día:
Brotará un renuevo del tronco de Jesé,
y de su raíz florecerá un vástago.
Sobre él se posará el espíritu del Señor:
espíritu de prudencia y sabiduría,
espíritu de consejo y valentía,
espíritu de ciencia y temor del Señor.
Le inspirará el temor del Señor.
No juzgará por apariencias
ni sentenciará de oídas;
juzgará a los pobres con justicia,
con rectitud a los desamparados.
Herirá al violento con la vara de su boca,
y al malvado con el aliento de sus labios.
La justicia será cinturón de sus lomos,
y la lealtad, cinturón de sus caderas.
Habitará el lobo con el cordero,
la pantera se tumbará con el cabrito,
el novillo y el león pacerán juntos:
un muchacho pequeño los pastorea.
La vaca pastará con el oso,
sus crías se tumbarán juntas;
el león comerá paja con el buey.
El niño jugará en la hura del áspid,
la criatura meterá la mano
en el escondrijo de la serpiente.
No hará daño ni estrago
por todo mi monte santo:
porque está lleno el país
de ciencia del Señor,
como las aguas colman el mar.
Aquel día, la raíz de Jesé
se erguirá como enseña de los pueblos:
la buscarán los gentiles,
y será gloriosa su morada.

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Salmo responsorial 
Sal 71, 1-2. 7-8. 12-13. 17 (R.: cf. 7)

R. Que en sus días florezca la justicia,
y la paz abunde eternamente.
Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.
Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.
Él librará al pobre que clamaba,
al afligido que no tenía protector;
él se apiadará del pobre y del indigente,
y salvará la vida de los pobres. R.
Que su nombre sea eterno
y su fama dure como el sol:
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

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Segunda lectura
Lectura de la carta de apóstol san Pablo a los Romanos 15, 4-9

Hermanos:
Todas las antiguas Escrituras se escribieron para enseñanza nuestra, de modo que
entre nuestra paciencia y el consuelo que dan las Escrituras mantengamos la esperanza.
Que Dios, fuente de toda paciencia y consuelo, os conceda estar de acuerdo entre
vosotros, según Jesucristo, para que unánimes, a una voz, alabéis al Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo.
En una palabra, acogeos mutuamente, como Cristo os acogió para gloria de Dios.
Quiero decir con esto que Cristo se hizo servidor de los judíos para probar la fídelidad de
Dios, cumpliendo las promesas hechas a los patriarcas;y, por otra parte, acoge a los
gentiles para que alaben a Dios por su misericordia. Así, dice la Escritura:
«Te alabaré en medio de los gentiles
y cantaré a tu nombre.»

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Aclamación del Evangelio
Aleluya Lc 3, 4. 6

Aleluya, aleluya.
Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos.
Todos verán la salvación de Dios.
Aleluya.
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Evangelio
 Lectura del santo Evangelio según San Mateo 3, 1-12

Por aquel tiempo, Juan Bautista se presentó en el desierto de Judea, predicando:
—«Convertíos, porque está cerca el reino de los cielos.»
Este es el que anunció el Profeta Isaías diciendo:
«Una voz grita en el desierto:
“Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos.”
Juan llevaba un vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se
alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
Y acudía a él toda la gente de Jerusalén, de Judea y del valle del Jordán;confesaban
sus pecados;y él los bautizaba en el Jordán.
Al ver que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo:
—«¡Camada de víboras!, ¿quién os ha enseñado a escapar del castigo inminente?
Dad el fruto que pide la conversión.
Y no os hagáis ilusiones, pensando: “Abrahán es nuestro padre”, pues os digo que
Dios es capaz de sacar hijos de Abrahán de estas piedras.
Ya toca el hacha la base de los árboles, y el árbol que no da buen fruto será talado y
echado al fuego.
Yo os bautizo con agua para que os convirtáis;pero el que viene detrás de mí puede
más que yo, y no merezco ni llevarle las sandalias.
El os bautizará con Espíritu Santo y fuego.
El tiene el bieldo en la mano: aventará su parva, reunirá su trigo en el granero y
quemará la paja en una hoguera que no se apaga.»





Comentario al Evangelio de hoy domingo, 
8 de diciembre de 2019
Fernando Torres cmf


Homilía para el 2º domingo de Adviento:


¿Habrá justicia en este mundo?

      A veces la experiencia de la vida nos dice que no hay justicia y que nunca la habrá. Podríamos hacer aquí multitud de preguntas para las que probablemente no tendríamos más respuesta que un movimiento de cabeza manifestando una cierta desesperanza. ¿Por qué tantos jóvenes terminan envueltos en la violencia, las drogas y la delincuencia? ¿Por qué las bandas existen en nuestras calles? ¿Por qué a veces la justicia no se aplica del mismo modo en los barrios de la gente bien que en los barrios pobres? ¿Por qué en unos casos la ley se aplica con toda su dureza y en otros con una enorme comprensión? ¿Por qué hay hombres que no saben tratar a las mujeres, incluso a la suya, con el respeto que se merecen? ¿Por qué a unos –muy pocos– les toca una ración tan grande en la tarta de este mundo, a otros una ración tan miserable y a otros muchos no les toca nada? ¿Por qué? ¿Por qué? Algunos nos hablarían de los problemas sociales y políticos, culturales y humanos que son la causa de todos esos problemas, nos envolverían con palabras y largos discursos. Pero al final nos quedaría todavía ese último “¿por qué?” rondando por la cabeza. 

 Justicia ciega     El Adviento, el tiempo que estamos celebrando ahora en la liturgia y que nos invita a prepararnos para la venida del Señor, nos ofrece una respuesta. De alguna forma, comienza reconociendo la situación. La primera lectura, del profeta Isaías, nos habla de uno que va a venir. Es una rama del tronco de Jesé, un descendiente de David. Tendrá el espíritu del Señor para gobernar conforme a sus preceptos. No juzgará por las apariencias sino que hará justicia a los débiles y dictará sentencias justas. Decir todo eso es reconocer claramente que la justicia que ahora hay en nuestra sociedad no es buena. No llega a todos por igual. Pero, la lectura del profeta Isaías, reconociendo que la situación actual no es buena, nos invita a vivir en la esperanza. Porque va a haber un día en que sí va a haber justicia para todos. Un día en que termine la violencia y todos nos volveremos hacia el que tiene el espíritu del Señor. En él encontraremos la justicia que necesitamos.

      Pero es necesario un paso intermedio. Juan Bautista en el Evangelio nos lo recuerda. Es necesaria la conversión. Si esperamos al Señor, hay que empezar a preparar los caminos para su venida. Es decir, hay que vivir ya, aquí y ahora, como si Él estuviera ya aquí. Esa es la mejor preparación. Juan Bautista nos lo dice claramente: “Cambien su vida y su corazón”. Porque estaría muy mal quejarse de que no hay justicia al tiempo que practicamos la injusticia entre nosotros. Si no empezamos ya ahora a practicar la justicia, quizá es que, ¡ay!, en el fondo no la deseamos. 


Para la reflexión

      ¿Creo que este mundo es injusto? ¿En dónde veo la injusticia? ¿Contribuyo de alguna manera con mis actitudes y mi comportamiento a que siga habiendo injusticia? ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué puedo hacer para promover la justicia en mi barrio, en mi familia, con mis amigos, en mi trabajo, en mi país?

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE MARÍA - 8 DE DICIEMBRE


Lecturas de hoy Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
Hoy, domingo, 8 de diciembre de 2019



Primera lectura
Lectura del libro del Génesis (3,9-15.20):

Después que Adán comió del árbol, el Señor llamó al hombre: «¿Dónde estás?»
Él contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí.»
El Señor le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo? ¿Es que has comido del árbol del que te prohibí comer?»
Adán respondió: «La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto, y comí.»
El Señor dijo a la mujer: «¿Qué es lo que has hecho?»
Ella respondió: «La serpiente me engañó, y comí.»
El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, serás maldita entre todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás polvo toda tu vida; establezco hostilidades entre ti y la mujer, entre tu estirpe y la suya; ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón.»
El hombre llamó a su mujer Eva, por ser la madre de todos los que viven.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 97,1.2-3ab.3c-4

R/. Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas

Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas:
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo. R/.

El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
se acordó de su misericordia y su fidelidad
en favor de la casa de Israel. R/.

Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera;
gritad, vitoread, tocad. R/.


Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios 
(1,3-6.11-12):

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales. Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Él nos ha destinado en la persona de Cristo, por pura iniciativa suya, a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia, que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya. Por su medio hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así, nosotros, los que ya esperábamos en Cristo, seremos alabanza de su gloria.

Palabra de Dios


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Lucas (1.26-38):

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: «¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy domingo, 
8 de diciembre de 2019
Fernando Torres cmf

Homilía para la solemnidad de la Inmaculada Concepción


De Eva a María

      La primera lectura y el Evangelio de esta fiesta ponen en relación a María con Adán y Eva, nuestros primeros padres, el símbolo primero de la humanidad. En ellos se ve cómo somos capaces de eludir la responsabilidad. Queremos ser libres pero no queremos rendir cuentas de lo que hacemos. Es como si prefiriésemos vivir toda la vida como niños o adolescentes inmaduros. Cuando en el relato del Génesis Dios pregunta a Adán y Eva qué ha sucedido, la respuesta de los dos es muy parecida. Los dos echan a la culpa a otro. “No sabían lo que hacían”, “fue la mujer que me diste por compañera” (y así, muy finamente, Adán le echa la culpa a Dios mismo de lo sucedido), “fue la serpiente”. Se trata de liberarse de la culpa. Y con la culpa se va la responsabilidad también. Y, de paso, la libertad. Porque la libertad es nada sin responsabilidad. 

      La actitud de María en el Evangelio de Lucas es muy diferente. Ante el saludo del ángel, María se siente perturbada. Pero eso no la lleva a decir que posiblemente el ángel estaba buscando a otra persona y que ella no era la elegida. María escucha, asume el desafío que la presencia del ángel presenta y responde (responder tiene mucho que ver con “responsabilidad” y, por tanto, con “libertad”) afirmativamente a su propuesta. En el momento del “sí” no es plenamente consciente de las consecuencias que comportará en el futuro su respuesta, pero el resto del Evangelio nos muestra a una mujer que sabe estar en los momentos más fundamentales de la vida de su hijo, que escucha su palabra y la guarda en el corazón, que le acompaña hasta en el momento de la cruz y que, más tarde, aparece, como una más, en medio de la comunidad cristiana. Todo un ejemplo de madurez, de responsabilidad, y, por tanto, de libertad. 

      María, al responder positivamente al anuncio del ángel, rompe una tendencia que todavía está presente en el corazón de muchos de nosotros: la de echar la culpa a otro, la de no querer asumir la responsabilidad que está inseparablemente unida al inmenso don que es la libertad. Al renunciar a la responsabilidad, renunciamos también a la libertad. Y nos quedamos reducidos a ser unos perpetuos niños.

      María representa a la nueva humanidad, hecha de hombres y mujeres libres y responsables, conscientes de que Dios ha puesto este mundo en nuestras manos y de que tenemos que cuidarlo y mejorarlo, que compartirlo con nuestros hermanos y hermanas. María es, así, fuente de esperanza. Es posible una humanidad nueva, es posible un mundo diferente, si acogemos, como ella lo hizo, el anuncio del Reino en nuestros corazones, si asumimos nuestra libertad con responsabilidad y madurez. 



Para la reflexión

      ¿Cómo vivo mi libertad? ¿Significa que puedo hacer lo que me dé la gana sin que me importen las consecuencias? ¿O asumo de forma responsable las consecuencias de mis decisiones? 
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