lunes, 22 de junio de 2020

A MARÍA POR JESÚS


A María por Jesús



El título de esta reflexión no es un error de escritura, sino la pura verdad. Porque estamos acostumbrados a oír decir: “A Jesús por María”, y es una gran verdad también, porque por María se va a Jesús, y por Jesús se va al Padre eterno.

Pero queremos demostrar que el reverso de la moneda también se cumple, es decir, que por Jesús se va a María. ¿Acaso Jesús no confió su Madre al apóstol más amado? Efectivamente quien tiene mucho amor y devoción a la Virgen es porque Jesús se lo ha sugerido, se lo ha infundido en el alma, y porque es un alma muy amada de Jesús quien tiene gran devoción a María.

Decimos que cuando pedimos algo a Jesús, se lo podemos pedir por María. Y es cierto también que si queremos obtener algo de la Virgen, que es la Omnipotencia suplicante, se lo debemos pedir por Jesús, en atención a su Jesús, que Ella ama tan profundamente y, diríase casi infinitamente.

Así que si queremos obtener infaliblemente algo de la Santísima Virgen, debemos pedírselo por Jesús, a quien Ella ama tanto, y lo conseguiremos.

Si tenemos mucho amor a María, agradezcamos a Jesús que nos ha regalado ese amor, pues fue Él quien nos ha implantado en el corazón esa devoción mariana.

En esta imagen que acompaña este artículo, podemos ver a Nuestra Señora de la Confianza, que ilustra esta verdad que queremos demostrar. Efectivamente vemos en este cuadro al Divino Niño Jesús en brazos de María, y señalando con su dedito divino a la Virgen. Con esto sobran las palabras, pues es el mismo Hijo de Dios quien nos indica a la Virgen y nos lleva hacia Ella.

Los hijos más amados del Señor, los predilectos de Él, son también muy amantes de la Virgen, pues es Jesús mismo quien los ha llevado a María.

¡Ave María purísima! ¡Sin pecado concebida!



* Sitio Santísima Virgen

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 22 DE JUNIO DE 2020


Lunes de la duodécima semana del Tiempo Ordinario
Lunes 22 de junio de 2020




Segundo Libro de los Reyes 17,5-8.13-15a.18.

Salmanasar, rey de Asiria, invadió todo el país, subió contra Samaría y la sitió durante tres años.
En el noveno año de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaría y deportó a los israelitas a Asiria. Los estableció en Jalaj y sobre el Jabor, río de Gozán, y en las ciudades de Media.
Esto sucedió porque los israelitas pecaron contra el Señor, su Dios, que los había hecho subir del país de Egipto, librándolos del poder del Faraón, rey de Egipto, y porque habían venerado a otros dioses.
Ellos imitaron las costumbres de las naciones que el Señor había desposeído delante de los israelitas, y las que habían introducido los reyes de Israel.
El Señor había advertido solemnemente a Israel y a Judá por medio de todos los profetas y videntes, diciendo: "Vuelvan de su mala conducta y observen mis mandamientos y mis preceptos, conforme a toda la Ley que prescribí a sus padres y que transmití por medio de mis servidores los profetas".
Pero ellos no escucharon, y se obstinaron como sus padres, que no creyeron en el Señor, su Dios.
Rechazaron sus preceptos y la alianza que el Señor había hecho con sus padres, sin tener en cuenta sus advertencias.
El Señor se irritó tanto contra Israel, que lo arrojó lejos de su presencia. Sólo quedó la tribu de Judá.



Salmo 60(59),3.4-5.12-13.
R/. Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.


¡Tú nos has rechazado, Señor, nos has deshecho!
Estabas irritado: ¡vuélvete a nosotros!

Hiciste temblar la tierra, la agrietaste:
repara sus grietas, porque se desmorona.

Impusiste a tu pueblo una dura prueba,
nos hiciste beber un vino embriagador.
Tú, Señor, nos has rechazado
y ya no sales con nuestro ejército.

Danos tu ayuda contra el adversario,
porque es inútil el auxilio de los hombres.


Evangelio según San Mateo 7,1-5.

Jesús dijo a sus discípulos:
No juzguen, para no ser juzgados.
Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes.
¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo?
¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Deja que te saque la paja de tu ojo', si hay una viga en el tuyo?
Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.




Santa Teresa de Calcuta (1910-1997)
fundadora de las Hermanas Misioneras de la Caridad

No Greater Joy (Nadie tiene amor más grande)
“Os medirá con la medida con que hayáis medido a los demás.”
Para cada enfermedad existen varios medicamentos y varios tratamientos. Pero mientras que no se ofrezca una mano llena de ternura y un corazón generoso, dispuestos a amar con cariño, no creo que se pueda curar nadie de esa terrible enfermedad que es la falta de amor.

    Nadie de entre nosotros tiene el derecho de condenar a nadie, sea quien sea. Y esto es verdad, aunque veamos gentes hundirse por el motivo que fuera. ¿No nos invita Jesús mismo a no juzgar a nadie? A lo mejor somos responsables de que esta gente esté donde esté. Debemos comprender que son hermanos y hermanas nuestras. Este leproso, este borracho, este enfermo son hermanos nuestros porque ellos también han sido creados para un amor más grande. ¡No lo olvidemos nunca! Jesucristo se identifica con ellos cuando dice: “...cuando lo hicisteis con uno de esos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicisteis.” (Mt 25,40) Tal vez esta gente se encuentra en la calle, sin amor alguno y sin atención de ninguna clase porque nosotros les hemos negado nuestra ayuda, nuestro cariño. Sé cariñoso, infinitamente cariñoso con el pobre que sufre. No sabemos nada de sus sufrimientos. Lo más duro es saber que uno no es aceptado.

¡FELIZ SEMANA!





domingo, 21 de junio de 2020

¿POR QUÉ JESÚS PERMITIÓ QUE TRASPASARAN SU SAGRADO CORAZÓN EN LA CRUZ?


¿Por qué Jesús permitió que traspasaran su Sagrado Corazón en la cruz?
El Señor le reveló a Santa Catalina de Siena el mensaje que encierra este hecho


Por: n/a | Fuente: ACI Prensa




En las Sagradas Escrituras se narra que Jesús, muerto en la cruz, recibió una lanza que le traspasó el corazón. Siglos después, el Señor le reveló a Santa Catalina de Siena, laica italiana y doctora de la Iglesia, el mensaje que encierra este hecho.

La Santa le preguntó al Señor: “Dulce Cordero sin mancha, tú estabas muerto cuando tu costado fue abierto. ¿Para qué, entonces, permitiste que tu Corazón fuese de tal forma herido y abierto a la fuerza?”

Jesús le contestó:

"Por varias razones, de las que te diré la principal. Mis deseos hacia la raza humana eran infinitos y el tiempo actual de sufrimiento y tortura estaban al terminar”.

“Ya que mi amor es infinito, yo no podía por este sufrimiento manifestarte cuanto te amo. Es por eso que yo quise revelarte el secreto de mi corazón, permitiéndote verlo abierto, para que puedas entender que te amé mucho más de lo que te podía probar por un sufrimiento que ha terminado".

Posteriormente, en el siglo XVII, a Santa Margarita María de Alacoque se le aparece Jesucristo y mostrándole su corazón, le dice:

“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor. Y, en compensación, sólo recibe, de la mayoría de ellos, ingratitudes por medio de sus irreverencias y sacrilegios, así como por las frialdades y menosprecios que tienen para conmigo en este Sacramento de amor. Pero lo que más me duele es que se porten así los corazones que se me han consagrado”.

“Por eso te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares. También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute".

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY DOMINGO 21 DE JUNIO DE 2020


XII Domingo Ordinario
21 de junio de 2020

Santos:
San Luis Gonzaga, Religioso (1568-1591)


Lecturas del día:

Primera lectura
Jeremías 20:10-13
10 Escuchaba las calumnias de la turba: «¡Terror por doquier!, ¡denunciadle!, ¡denunciémosle!» Todos aquellos con quienes me saludaba estaban acechando un traspiés mío: «¡A ver si se distrae, y le podremos, y tomaremos venganza de él!»
11 Pero Yahveh está conmigo, cual campeón poderoso. Y así mis perseguidores tropezarán impotentes; se avergonzarán mucho de su imprudencia: confusión eterna, inolvidable.
12 ¡Oh Yahveh Sebaot, juez de lo justo, que escrutas los riñones y el corazón!, vea yo tu venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.
13 Cantad a Yahveh, alabad a Yahveh, porque ha salvado la vida de un pobrecillo de manos de malhechores.



Salmo responsorial
Salmo 69:8-10, 14, 17, 33-35
8 Pues por ti sufro el insulto, y la vergüenza cubre mi semblante;
9 para mis hermanos soy un extranjero, un desconocido para los hijos de mi madre;
10 pues me devora el celo de tu casa, y caen sobre mí los insultos de los que te insultan.
14 Mas mi oración hacia ti, Yahveh, en el tiempo propicio: por tu gran amor, oh Dios, respóndeme, por la verdad de tu salvación.
17 ¡Respóndeme, Yahveh, pues tu amor es bondad; en tu inmensa ternura vuelve a mí tus ojos;
33 Lo han visto los humildes y se alegran; ¡viva vuestro corazón, los que buscáis a Dios!
34 Porque Yahveh escucha a los pobres, no desprecia a sus cautivos.
35 ¡Alábenle los cielos y la tierra, el mar y cuanto bulle en él!


Segunda lectura
Romanos 5:12-15

12 Por tanto, como por un solo hombre entró el pecado en el mundo y por el pecado la muerte y así la muerte alcanzó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron;
13 - porque, hasta la ley, había pecado en el mundo, pero el pecado no se imputa no habiendo ley;
14 con todo, reinó la muerte desde Adán hasta Moisés aun sobre aquellos que no pecaron con una transgresión semejante a la de Adán, el cual es figura del que había de venir...
15 Pero con el don no sucede como con el delito. Si por el delito de uno solo murieron todos ¡cuánto más la gracia de Dios y el don otorgado por la gracia de un solo hombre Jesucristo, se han desbordado sobre todos!


Evangelio
Mateo 10:26-33

26 «No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse.
27 Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados.
28 «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
29 ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre.
30 En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
31 No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
32 «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos;
33 pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos.



Comentario al Evangelio de hoy domingo, 21 de junio de 2020
Fernando Torres cmf


¡No tengan miedo!

      Las personas y los pueblos a veces se sienten dominados por el miedo, por el temor. Sentimos miedo ante lo desconocido. Los otros se nos figuran como sombras amenazadoras. Su rostro, por desconocido, nos inquieta. Y de ahí es de donde surge la violencia la mayor parte de las veces. En el Evangelio de hoy Jesús nos invita a cambiar de actitud. Invitó a los apóstoles, que eran los que escucharon sus palabras en aquel momento, a que fuesen por los pueblos y ciudades de Palestina a anunciar el Reino de Dios sin miedo. ¿A quién podían temer? ¿Qué les podía suceder? Jesús les dijo muy claramente que podían morir incluso. Pero que no hay que tener miedo a los que pueden matar el cuerpo pero no el alma. Porque el Padre del cielo estaba de su parte.

      Nos puede parecer que es un mensaje duro y difícil de vivir en la práctica. Todos tenemos miedo a algo, pero quizá más que todo tenemos miedo a la muerte. Pero Jesús nos invita a situarnos en una perspectiva diferente. ¿Qué es la muerte sino el paso necesario para encontrarse con Dios, nuestro Padre? Él nos está esperando con los brazos abiertos. Además siendo él nuestro Padre, no dejará que nos suceda nada malo. Hasta los cabellos de nuestra cabeza están contados. 

      Al final, todos nos tendremos que enfrentar al momento de la muerte por mucho que no nos guste hablar de ello. Lo que Jesús nos invita es a vivir ese momento con la confianza puesta en Dios. Ese momento y toda nuestra vida. Porque así viviremos de un modo diverso. Con una actitud diferente. Sentiremos la alegría de vivir y disfrutar de este inmenso regalo que Dios nos ha hecho. Cada uno de sus minutos y segundos. Y comunicaremos a los que viven cerca de nosotros esa alegría y esa confianza. Tendremos fuerza para luchar con las dificultades que nos vayamos encontrando, porque Dios, estamos convencidos, está con nosotros. 

      Eso fue lo que Jesús dijo a los discípulos. No debían tener miedo porque Dios Padre estaba con ellos. Y porque difícilmente se puede anunciar un mensaje tan alegre como el del Reino si el que lo anuncia vive atemorizado. Hoy somos nosotros los portadores de ese mensaje. Y nadie nos creerá si no nos ve vivir con alegría y confianza. Porque sabemos que nuestra alegría y nuestra confianza se apoyan en Dios mismo. Esa es la verdadera alegría. Y la tristeza nace en el momento en que nos olvidamos de Dios. Entonces hasta las carcajadas se nos vuelven amargas. Pero no hay que permitir que eso suceda. La eucaristía de cada domingo nos recuerda que Dios está con nosotros, que no nos abandona y que se hace alimento para nuestra vida. Para que encontremos la verdadera alegría y perdamos el temor. 



Para la reflexión

¿Qué cosas o situaciones son las que te dan miedo y te hacen sentirte inseguro? ¿Crees que la fe te puede ayudar a vivir más alegre y confiado? ¿Por qué no lo intentas?

PAPA FRANCISCO ADVIERTE SOBRE 3 PELIGROS QUE PUEDEN ENFRENTAR LOS MISIONEROS DE CRISTO


Papa Francisco advierte sobre 3 peligros que pueden enfrentar los misioneros de Cristo
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Daniel Ibáñez / ACI Prensa



“¡No tengan miedo!”, pidió el Papa Francisco este Domingo 21 de junio en el rezo del Ángelus al citar las palabras de Jesús en la Biblia y al reconocer que los apóstoles, misioneros de Cristo hoy, enfrentan también diversos tipos de hostilidades, persecuciones, que incluso llegan a amenazas físicas.

El Santo Padre presidió el rezo de esta oración mariana al medio día (hora de Roma) desde la ventana del Palacio Apostólico Vaticano ante cientos de fieles reunidos en la plaza de San Pedro. Sin embargo, debido a las medidas cautelares para evitar el contagio del coronavirus, COVID-19, quienes entran a la plaza Vaticana debe llevar mascarilla, y deben permanecer alejado de cada persona al menos por un metro de distancia.

Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de este Domingo, del libro de San Mateo (10,26-33) en el cual Jesús dice a sus discípulos “no tengan miedo” y los exhorta a ser fuertes y tener confianza “ante los desafíos de la vida advirtiéndoles de las adversidades que les esperan”, el Papa Francisco destacó que esta narración “forma parte del discurso misionero, con el cual el Maestro prepara a los apóstoles a la primera experiencia del anuncio del Reino de Dios”.

“El miedo es uno de los sentimientos más feos de nuestra vida cristiana y Jesús exhorta: ‘No tengan miedo, no tengan miedo’”, improvisó el Papa Francisco.


En esta línea, el Santo Padre describió tres situaciones concretas, tres "pruebas", que los apóstoles padecen en el seguimiento a Jesús: la hostilidad, la persecución -incluso la amenaza física- y el sentimiento de que Jesús los ha abandonado.

Sobre la primera prueba, la hostilidad, el Papa Francisco advirtió que es causada por los que “quieren silenciar la Palabra de Dios, edulcorándola o silenciando a los que la anuncian”.

“En este caso, Jesús anima a los apóstoles a difundir el mensaje de salvación que les ha confiado. Por el momento, Él lo ha transmitido con cautela, casi en secreto. Pero tendrán que llevar ‘a la luz’, es decir, abiertamente, y anunciar ‘desde las azoteas’, así dice Jesús, es decir, públicamente, su Evangelio”, afirmó el Papa.

En segundo lugar, el Santo Padre alertó sobre una dificultad concreta con la que se encuentran “los misioneros de Cristo” que es “la amenaza física en su contra, es decir, la persecución directa contra sus personas, incluso hasta el punto del asesinato”.

“Esta profecía de Jesús se ha cumplido en todo momento: es una realidad dolorosa, pero atestigua la fidelidad de los testigos. ¡Cuántos cristianos son perseguidos aún hoy en día en todo el mundo! Y podemos decir con seguridad que son más de los mártires de los primeros tiempos: tantos mártires solamente por ser cristianos”, lamentó el Papa Francisco.

En esta línea, el Pontífice señaló que “a estos discípulos de ayer y de hoy que sufren persecución, Jesús les recomienda: ‘no teman de quienes matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma’. No hay que dejarse asustar por los que intentan extinguir el poder de la evangelización mediante la arrogancia y la violencia” porque “no pueden hacer nada contra el alma, es decir, contra la comunión con Dios: nadie puede quitársela a los discípulos, porque es un regalo de Dios”. 

“El único temor que debe tener el discípulo es el de perder este don divino, renunciando a vivir según el Evangelio y procurándose así la muerte moral, que es el efecto del pecado”, añadió.


Finalmente, el tercer tipo de prueba que los apóstoles enfrentarán, y que Jesús indica que “algunos podrán experimentar” es el sentimiento de que “Jesús mismo los ha abandonado, permaneciendo lejano y silencioso” por lo que destacó que Jesús recomendó también en este caso a "no tener miedo, porque, aunque pasemos por estos y otros escollos, la vida de los discípulos está firmemente en manos de Dios, que nos ama y nos cuida”.

Son como las tres tentaciones: ‘endulcorar’ el Evangelio, la persecución y la sensación de que Dios nos ha dejado solos. Sobre la última, el Santo Padre explicó que "también Jesús sufrió esta prueba en el huerto de los olivos y en la Cruz: ‘Padre ¿por qué me has abandonado? dice Jesús’ y en ocasiones se siente esta aridez espiritual, no debemos tener miedo, el Padre nos cuida porque nuestro valor es grande a sus ojos”. 

“Lo importante es la franqueza del testimonio, del testimonio de fe: ‘reconocer a Jesús ante los hombres’ e ir hacia adelante haciendo el bien", exhortó el Papa Francisco quien rezó a la Virgen María Santísima "modelo de confianza y de abandono en Dios en la hora de la adversidad y del peligro" para que "nos ayude a no ceder nunca al desánimo, sino a confiar siempre en Él y en su Gracia, que la Gracia de Dios, es siempre más poderosa del mal”.


A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:

Mateo 10:26-33
26 «No les tengáis miedo. Pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse.
27 Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís al oído, proclamadlo desde los terrados.
28 «Y no temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a Aquel que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la gehenna.
29 ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre.
30 En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.
31 No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
32 «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos;
33 pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos.

¡FELIZ DÍA DEL PADRE!!!





sábado, 20 de junio de 2020

HOY SÁBADO SE REZAN LOS MISTERIOS GOZOSOS DEL SANTO ROSARIO

Misterios Gozosos
(Lunes y Sábado)


I. ORACIÓN INICIAL

El que dirige el rezo:
En el nombre del Padre, + y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
¡Oh Dios!, tú único Hijo nos ha conseguido con su muerte y resurrección los bienes de la salvación eterna: concédenos que, venerando estos misterios en el Santo Rosario de la Virgen María, imitemos aquello que contienen y obtengamos aquello que prometen.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.


II. MISTERIOS GOZOSOS

El que dirige el rezo:
Hoy contemplaremos los misterios gozosos. Ellos se caracterizan por el gozo que produce el acontecimiento de la encarnación. Meditar los misterios "gozosos" significa adentrarse en los motivos últimos de la alegría cristiana y en su sentido más profundo. Significa fijar la mirada sobre lo concreto del misterio de la Encarnación y sobre el preanuncio del misterio del dolor salvífico. (Ver "El Rosario de la Virgen María", N° 20).


El que dirige el rezo:
En el primer misterio gozoso se contempla la Anunciación.

"Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre, llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando donde ella estaba dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo...vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús"... Dijo María: "He aquí la sierva del Señor; hágase en mí según tu palabra"". (Lc 1, 26-28.31-38)

El que dirige el rezo:
Oh Dios, autor de la salvación, que enviaste a tu ángel Gabriel a Santa María para hacerla Madre del Redentor; aviva en nuestra mente la firme convicción de ser tus hijos y de querer vivir siempre en comunión con el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
Ofrecemos este misterio por la paz del mundo:
Para que los gobernantes de las naciones, responsables de promover el bien común y la concordia entre las naciones, establezcan entre los pueblos relaciones de justicia, de reconciliación y de paz.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.


El que dirige el rezo:
En el segundo misterio gozoso se contempla la Visitación de Nuestra Señora.

"En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludo a Isabel. Y en cuanto oyó Isabel el saludo de María...quedó llena del Espíritu Santo". (Lc 1, 39-41)

El que dirige el rezo:
Oh Señor, sabiduría y fuerza de los profetas, que inspiraste a la Madre del Verbo encarnado visitar a su distante y anciana prima, para que tu Hijo, que ella llevaba en su seno, santificase a Juan, el más grande profeta; concédenos obtener las gracias y las virtudes por la presencia operante de la Madre de la Iglesia.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
Ofrecemos este misterio por nuestro Arzobispo el Cardenal Juan Luis, y por todos los sacerdotes de nuestra Arquidiócesis:
Para que vivan su sacerdocio como servicio incansable y donación sin límites a Cristo y a la Iglesia.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.



El que dirige el rezo:
En el tercer misterio gozoso se contempla el nacimiento de Jesús.

"José y María salieron de Nazaret hacia Belén y, "mientras ellos estaban allí se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre"". (Lc 2, 6-7)

El que dirige el rezo:
Oh Señor del cielo y de la tierra, que te complaciste en poner en movimiento a las estrellas del cielo y encaminar a los humildes y doctos hacia la fría cueva en donde María dio a luz a tu Hijo divino; concédenos unirnos en la humildad y el amor a la vida del Verbo encarnado.
Por el mismo Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
Ofrecemos este misterio por todas nuestras familias:
Para que por medio del rezo constante del santo rosario, nuestros hogares vivan cimentados en el amor y en la paz de Cristo.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.



El que dirige el rezo:
En el cuarto misterio gozoso se contempla la purificación de la Virgen.

"Cuando, según la ley de Moisés, se cumplieron los días de la purificación, subieron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está prescrito en la Ley del Señor: "Todo varón primogénito será consagrado al Señor"". (Lc 2, 22-23)

El que dirige el rezo:
Oh Dios, libertador del pueblo elegido, que acogiste en el templo a tu Hijo divino con su Madre Virgen; concédenos por intercesión de la misma Madre de Dios ser presentados a ti en el Paraíso.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
Ofrecemos este misterio por los enfermos:
Para que el Señor Jesús y nuestra Madre Santa María, salud de los enfermos, los visiten con su amor misericordioso y les den la salud deseada.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.




El que dirige el rezo:
En el quinto misterio gozoso se contempla el Niño perdido y hallado en el templo.

"El niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres...Al cabo de tres días, lo encontraron en el templo sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles". (Lc 2, 43-46)

El que dirige el rezo:
Oh Padre del cielo, que consentiste que tu Hijo divino se entretuviera contigo, entre los doctores del templo, no obstante las grandes angustias de sus padres por el temor de haberlo perdido; haznos perseverantes en la oración para conseguir los frutos de la redención.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
Ofrecemos este misterio por el Rosario que estamos viviendo:
Para que Santa María nos eduque a contemplar el rostro de Jesús, su Hijo y así nuestra mirada no se aparte jamás de Él.

Se reza seguidamente un Padrenuestro, diez Avemarías y un Gloria al Padre.
Canto.

III. CONCLUSIÓN.

El que dirige el rezo:
Concluimos el rezo del Santo Rosario dirigiéndole a Nuestra Madre, con amor filial, el rezo de la Salve: Dios te salve, Reina y Madre...

(También se pueden rezar las Letanías).

El que dirige el rezo:
Te pedimos, Señor, que nosotros, tus siervos, gocemos siempre de salud de cuerpo, mente y espíritu, y por la intercesión de Santa María, la Virgen, líbranos de las tristezas de este mundo y concédenos las alegrías del cielo.
Por Jesucristo nuestro Señor.

Todos:
Amén.

El que dirige el rezo:
En el nombre del Padre, + y del Hijo y del Espíritu Santo.

Todos:
Amén.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY: INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, 20 DE JUNIO


Lecturas de hoy: Inmaculado Corazón de María
Undécima Semana del Tiempo Ordinario - Año Par
Sábado 20 de junio de 2020


“ Se volvieron a Jerusalén buscándolo ”


Primera lectura
Lectura del segundo libro de las Crónicas 24, 17-25
Después de la muerte de Joadá, los jefes de Judá fueron a rendir homenaje al rey, que les hizo caso. Abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y sirvieron a los cipos y a los ídolos. Por este pecado la cólera estalló contra Judá y Jerusalén. Les envió profetas para convertirlos al Señor, pero no hicieron caso de sus amonestaciones.
Entonces el Espíritu de Dios vino sobre Zacarías, hijo del sacerdote Joadá, que, erguido ante el pueblo, les dijo:
«Así dice Dios: “¿Por qué quebrantáis los mandamientos del Señor? ¡No tendréis éxito! Por haber abandonado al Señor, él os abandonará”».
Pero conspiraron contra él y, por mandato del rey, lo apedrearon en el atrio del templo del Señor. El rey Joás, olvidándose del amor que le profesaba Joadá, mató al hijo de este, que murió diciendo:
«¡Que lo vea el Señor y lo demande!».
Al cabo de un año, un ejército de Siria se dirigió contra Joás, invadió Judá y Jerusalén, mató a todos los jefes del pueblo y envió todo el botín al rey de Damasco. El ejército de Siria contaba con poca gente, el Señor le entregó un ejército enorme, por haber abandonado al Señor, Dios de sus padres. Así se hizo justicia con Joás.
Al marcharse los sirios, dejándolo con múltiples dolencias, sus servidores conspiraron contra él para vengar al hijo del sacerdote Joadá.
Hirieron a Joás en la cama y murió.
Fue sepultado en la Ciudad de David, pero no en el panteón real.


Salmo
Sal 88, 4-5. 29-30. 31-32. 33-34 R. 

Le mantendré eternamente mi favor.

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades. R/.

Le mantendré eternamente mi favor,
y mi alianza con él será estable.
Le daré una posteridad perpetua
y un trono duradero como el cielo. R/.

Si sus hijos abandonan mi ley
y no siguen mis mandamientos,
si profanan mis preceptos
y no guardan mis mandatos. R/.

Castigaré con la vara sus pecados
y a latigazos sus culpas.
Pero no les retiraré mi favor
ni desmentiré mi fidelidad. R/.


Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 2, 41-51

Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén por la fiesta de Pascua.
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en Jerusalén, sin que lo supieran sus padres.
Estos, creyendo que estaba en la caravana, anduvieron el camino de un día y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén buscándolo.
Y sucedió que, a los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas. Todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre:
«Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Tu padre y yo te buscábamos angustiados».
Él les contestó:
«¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?».
Pero ellos no comprendieron lo que les dijo.
Él bajó con ellos y fue a Nazaret y estaba sujeto a ellos.
Su madre conservaba todo esto en su corazón.


Reflexión del Evangelio de hoy


Mandaré eternamente mi favor
Nos encontramos ante un pasaje difícil de comprender, pues asistimos a un momento de la historia del pueblo de Israel que le da la espalda a Dios. Mata a sus profetas, y no reconocen lo que el Señor ha hecho por su pueblo, se aparta de sus mandatos y reciben su castigo. El rey es un rey orgulloso y no ve los dones que ha recibido.

Esto nos lleva a recordar cuando en otro pasaje se nos dice que Dios envió a profetas y no lo escucharon, y por último nos mandó al Hijo, y tampoco lo escucharon… y también lo mataron.

Dios sigue mandando hoy profetas, sigue enviando a su Hijo, y hoy, como hace miles de años, seguimos sin reconocerlo, seguimos sin ver su rostro.

Esta lectura recuerda que somos débiles, que aunque tengamos otro reino, no somos frágiles, pero también nos recuerda que para Él somos todo, que nos seguirá enviando profetas y nos seguirá mandando a su Hijo, y que, como dice el salmista “no les retiraré mi favor/ ni desmentiré mi fidelidad”.

Se volvieron a Jerusalén buscándolo
Dentro ya del tiempo ordinario, celebramos la solemnidad del Inmaculado Corazón de María, y en este día, la Iglesia nos proclama esta lectura, este pasaje muy conocido, y que tal vez por eso, se nos escapan muchas de las cosas que nos dice.

María, junto a José y a su hijo, va a cumplir con lo que dictan las leyes de su pueblo.

Peregrinan a Jerusalén.

A la vuelta se dan cuenta de que su hijo no está, tienen que cambiar de sentido, volver a Jerusalén a buscarlo.

Y continúa con la conversación de Jesús y sus padres, en la que él mismo manifiesta quién es y para qué está ahí.

Y María guardaba todo en su corazón.

Peregrinar, cumplir, cambiar de sentido.

Estas acciones nos invitan a una conversión del corazón.

Cumplimos, sí, vamos a misa, estamos comprometidos en muchos apostolados, queremos a Dios, somos cristianos…, pero hoy debemos cambiar de sentido en nuestra peregrinación, debemos volver a Jerusalén, y preguntarnos qué Dios hay en nosotros, qué es lo que tenemos que cambiar. Volver a Jerusalén es volver a su Palabra, volver a la verdadera misión que Dios tiene para cada uno de nosotros.

Y allí, junto a Él, tendremos a María, a su Inmaculado Corazón que nos invita a depositar en ella todo lo que llevamos en el nuestro.


Dña. Rosa María García O.P. y D. José Llópez O.P.
Fraternidad Laical de Santo Domingo de Torrent, Valencia.

ORACIONES AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

Acto de Consagración al 
Inmaculado Corazón de María


"Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía,
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.

Quiero ser como tu quieres que sea,
hacer lo que tu quieres que haga.
No temo, pues siempre estas conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.

Pon mi mano en la tuya para que este siempre contigo."

Amén



Acto de Consagración al 
Inmaculado Corazón de María por el Papa 


¡Oh Reina del Santísimo Rosario, auxilio de los cristianos, refugio del género humano, vencedora de todas las batallas de Dios! Ante vuestro Trono nos postramos suplicantes, seguros de impetrar misericordia y de alcanzar gracia y oportuno auxilio y defensa en las presentes calamidades, no por nuestros méritos, de los que no presumimos, sino únicamente por la inmensa bondad de vuestro maternal Corazón.

En esta hora trágica de la historia humana, a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, nos entregamos y nos consagramos, no sólo en unión con la Santa Iglesia, cuerpo místico de vuestro Hijo Jesús, que sufre y sangra en tantas partes y de tantos modos atribulada, sino también con todo el Mundo dilacerado por atroces discordias, abrasado en un incendio de odio, víctima de sus propias iniquidades.

Que os conmuevan tantas ruinas materiales y morales, tantos dolores, tantas angustias de padres y madres, de esposos, de hermanos, de niños inocentes; tantas vidas cortadas en flor, tantos cuerpos despedazados en la horrenda carnicería, tantas almas torturadas y agonizantes, tantas en peligro de perderse eternamente.

Vos, oh Madre de misericordia, impetradnos de Dios la paz; y, ante todo, las gracias que pueden convertir en un momento los humanos corazones, las gracias que preparan, concilian y aseguran la paz. Reina de la paz, rogad por nosotros y dad al mundo en guerra la paz por que suspiran los pueblos, la paz en la verdad, en la justicia, en la caridad de Cristo. Dadle la paz de las armas y la paz de las almas, para que en la tranquilidad del orden se dilate el reino de Dios.

Conceded vuestra protección a los infieles y a cuantos yacen aún en las sombras de la muerte; concédeles la paz y haced que brille para ellos el sol de la verdad y puedan repetir con nosotros ante el único Salvador del mundo: Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad.

Dad la paz a los pueblos separados por el error o la discordia, especialmente a aquellos que os profesan singular devoción y en los cuales no había casa donde no se hallase honrada vuestra venerada imagen (hoy quizá oculta y retirada para mejores tiempos), y haced que retornen al único redil de Cristo bajo el único verdadero Pastor.

Obtened paz y libertad completa para la Iglesia Santa de Dios; contened el diluvio inundante del neopaganismo, fomentad en los fieles el amor a la pureza, la práctica de la vida cristiana y del celo apostólico, a fin de que aumente en méritos y en número el pueblo de los que sirven a Dios.

Finalmente, así como fueron consagrados al Corazón de vuestro Hijo Jesús la Iglesia y todo el género humano, para que, puestas en El todas las esperanzas, fuese para ellos señal y prenda de victoria y de salvación; de igual manera, oh Madre nuestra y Reina del Mundo, también nos consagramos para siempre a Vos, a vuestro Inmaculado Corazón, para que vuestro amor y patrocinio aceleren el triunfo del Reino de Dios, y todas las gentes, pacificadas entre sí y con Dios, os proclamen bienaventurada y entonen con Vos, de un extremo a Otro de la tierra, el eterno Magníficat de gloria, de amor, de reconocimiento al Corazón de Jesús, en sólo el cual pueden hallar la Verdad, la Vida y la Paz.


Oración al Inmaculado Corazón



"Acuérdate, Nuestra Señora del Sagrado Corazón,
de las maravillas que el Señor hizo en ti:
Te eligió por madre y te quiso junto a su cruz.

Hoy te hace compartir su gloria y escucha tus súplicas.
Ofrécele nuestras alabanzas y nuestra acción de gracias.
Preséntale nuestras peticiones.
(Aquí se pide la gracia que se desea obtener)

Haznos vivir, como tú, en el amor de tu Hijo,
para que venga a nosotros su reino.

Conduce a todos los hombres
a la fuente de agua viva que brota de su Corazón,
derramando sobre el mundo
la esperanza y la salvación, la justicia y la paz.

Mira nuestra confianza, atiende nuestra súplica
y muéstrate siempre Madre nuestra. Amén"

(Seguidamente rezáis un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria)


Letanías reparadoras al Inmaculado Corazón de María


¡Oh Madre nuestra dulcísima! Permite por piedad que nosotros tus devotos hijos, unidos en un solo pensamiento de veneración y amor, vengamos a reparar las horrendas ofensas que cometen contra Ti tantos desventurados que no conocen el paraíso de bondad y de misericordia de tu corazón maternal.

De las horribles ofensas que se cometen contra tu dulcísimo Jesús, te consolaremos oh María.

De la espada de dolor que hijos degenerados quieren nuevamente clavar en tu corazón maternal, 
te consolaremos oh María. 

De las blasfemias nefandas que se vomitan contra tu purísimo y santísimo nombre,
 te consolaremos oh María.

De las infames negaciones que se hacen de tus privilegios y de tus glorias más excelsas, 
te consolaremos oh María.

De los insultos que los protestantes y otros herejes lanzan contra tu culto dulcísimo, 
te consolaremos oh María.

De las sacrílegas afrentas que los impíos cometen contra tus carísimas imágenes,
 te consolaremos oh María.

De las profanaciones que se cometen en tus santuarios, 
te consolaremos oh María.

De las ofensas contra la virtud angelical que en Ti se personifica, 
te consolaremos oh María.

De los ultrajes que se cometen con las modas perversas, contra la dignidad de la mujer, por Ti reivindicada y santificada, 
te consolaremos oh María.

De los horrendos delitos con que se aparta a los inocentes de tu seno maternal, 
te consolaremos oh María.

De las incomprensiones de tus derechos divinamente maternales, por parte de tantas madres, 
te consolaremos oh María.

De las ingratitudes de tantos hijos a tus gracias bellas, 
te consolaremos oh María.

De la frialdad de tantos corazones frente a tus ternuras maternales, te consolaremos oh María.

Del desprecio de tus invitaciones de amor,
 te consolaremos oh María.

De la cruel indiferencia de tantos corazones, 
te consolaremos oh María.

De tus lágrimas maternales, 
te consolaremos oh María.

De las angustias de tu dulcísimo corazón, 
te consolaremos, oh María.

De las agonías de tu alma santísima en tantos Calvarios, 
te consolaremos oh María.

De tus suspiros de amor, 
te consolaremos oh María.

Del martirio que te ocasiona la pérdida de tantas almas redimidas por la sangre de tu Jesús y por tus lágrimas, 
te consolaremos oh María.

De los horrendos atentados que se cometen contra tu Jesús, que vive en su Vicario y en sus sacerdotes, 
te consolaremos oh María.

De la conjuración infernal contra la vida de tu Jesús en su Iglesia, te consolaremos oh María.

¡Oh Madre santa dulcísima, que en el heroísmo de tu amor maternal, al pie de la cruz, rogaste por aquellos crueles que martirizaban tan atrozmente a tu amado Hijo Jesús y desgarraban tu Corazón ternísimo! Ten piedad de todos los desventurados e indignos que te ofenden; haz que ellos también puedan ser acogidos en tu seno maternal, purificados por tus lágrimas benditas, y admitidos a gozar los frutos estupendos de tu maternal misericordia. Amén.

Jaculatoria: Santa María, líbranos de las penas del infierno.
 (preces 277).
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