jueves, 11 de junio de 2020

HOY ES JUEVES DE CORPUS CHRISTI


Jueves de Corpus Christi
Fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.


Por: Tere Vallés | Fuente: Catholic.net




Explicación de la fiesta

Corpus Christi es la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, de la presencia de Jesucristo en la Eucaristía.

Este día recordamos la institución de la Eucaristía que se llevó a cabo el Jueves Santo durante la Última Cena, al convertir Jesús el pan y el vino en su Cuerpo y en su Sangre.

Es una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios nos ha hecho, movido por su querer quedarse con nosotros después de la Ascensión.

Origen de la fiesta:

Dios utilizó a santa Juliana de Mont Cornillon para propiciar esta fiesta. La santa nace en Retines cerca de Liège, Bélgica en 1193. Quedó huérfana muy pequeña y fue educada por las monjas Agustinas en Mont Cornillon. Cuando creció, hizo su profesión religiosa y más tarde fue superiora de su comunidad. Por diferentes intrigas tuvo que irse del convento. Murió el 5 de abril de 1258, en la casa de las monjas Cistercienses en Fosses y fue enterrada en Villiers.

Juliana, desde joven, tuvo una gran veneración al Santísimo Sacramento. Y siempre añoraba que se tuviera una fiesta especial en su honor. Este deseo se dice haberse intensificado por una visión que ella tuvo de la Iglesia bajo la apariencia de luna llena con una mancha negra, que significaba la ausencia de esta solemnidad.

Ella le hizo conocer sus ideas a Roberto de Thorete, el entonces obispos de Liège, también al docto Dominico Hugh, más tarde cardenal legado de los Países Bajos; a Jacques Pantaleón, en ese tiempo archidiácono de Liège, después obispo de Verdun, Patriarca de Jerusalén y finalmente al Papa Urbano IV. El obispo Roberto se impresionó favorablemente y como en ese tiempo los obispos tenían el derecho de ordenar fiestas para sus diócesis, invocó un sínodo en 1246 y ordenó que la celebración se tuviera el año entrante; también el Papa ordenó, que un monje de nombre Juan debía escribir el oficio para esa ocasión. El decreto está preservado en Binterim (Denkwürdigkeiten, V.I. 276), junto con algunas partes del oficio.

El obispo Roberto no vivió para ver la realización de su orden, ya que murió el 16 de octubre de 1246, pero la fiesta se celebró por primera vez por los cánones de San Martín en Liège. Jacques Pantaleón llegó a ser Papa el 29 de agosto de 1261. La ermitaña Eva, con quien Juliana había pasado un tiempo y quien también era ferviente adoradora de la Santa Eucaristía, le insistió a Enrique de Guelders, obispo de Liège, que pidiera al Papa que extendiera la celebración al mundo entero.

Urbano IV, siempre siendo admirador de esta fiesta, publicó la bula “Transiturus” el 8 de septiembre de 1264, en la cual, después de haber ensalzado el amor de nuestro Salvador expresado en la Santa Eucaristía, ordenó que se celebrara la solemnidad de “Corpus Christi” en el día jueves después del domingo de la Santísima Trinidad, al mismo tiempo otorgando muchas indulgencias a todos los fieles que asistieran a la santa misa y al oficio. Este oficio, compuesto por el doctor angélico, Santo Tomás de Aquino, por petición del Papa, es uno de los más hermosos en el breviario Romano y ha sido admirado aun por Protestantes.


La muerte del Papa Urbano IV (el 2 de octubre de 1264), un poco después de la publicación del decreto, obstaculizó que se difundiera la fiesta. Pero el Papa Clemente V tomó el asunto en sus manos y en el concilio general de Viena (1311), ordenó una vez más la adopción de esta fiesta. Publicó un nuevo decreto incorporando el de Urbano IV. Juan XXII, sucesor de Clemente V, instó su observancia.

Ninguno de los decretos habla de la procesión con el Santísimo como un aspecto de la celebración. Sin embargo estas procesiones fueron dotadas de indulgencias por los Papas Martín V y Eugenio IV y se hicieron bastante comunes en a partir del siglo XIV.

La fiesta fue aceptada en Cologne en 1306; en Worms la adoptaron en 1315; en Strasburg en 1316. En Inglaterra fue introducida de Bélgica entre 1320 y 1325. En los Estados Unidos y en otros países la solemnidad se celebra el domingo después del domingo de la Santísima Trinidad.

En la Iglesia griega la fiesta de Corpus Christi es conocida en los calendarios de los sirios, armenios, coptos, melquitas y los rutinios de Galicia, Calabria y Sicilia.

El Concilio de Trento declara que muy piadosa y religiosamente fue introducida en la Iglesia de Dios la costumbre, que todos los años, determinado día festivo, se celebre este excelso y venerable sacramento con singular veneración y solemnidad, y reverente y honoríficamente sea llevado en procesión por las calles y lugares públicos. En esto los cristianos atestiguan su gratitud y recuerdo por tan inefable y verdaderamente divino beneficio, por el que se hace nuevamente presente la victoria y triunfo de la muerte y resurección de Nuestro Señor Jesucristo.

Fuente: www.corazones.org


El milagro de Bolsena

En el siglo XIII, el sacerdote alemán, Pedro de Praga, se detuvo en la ciudad italiana de Bolsena, mientras realizaba una peregrinación a Roma. Era un sacerdote piadoso, pero dudaba en ese momento de la presencia real de Cristo en la Hostia consagrada. Cuando estaba celebrando la Misa junto a la tumba de Santa Cristina, al pronunciar las palabras de la Consagración, comenzó a salir sangre de la Hostia consagrada y salpicó sus manos, el altar y el corporal.

El sacerdote estaba confundido. Quiso esconder la sangre, pero no pudo. Interrumpió la Misa y fue a Orvieto, lugar donde residía el Papa Urbano IV.
El Papa escuchó al sacerdote y mandó a unos emisarios a hacer una investigación. Ante la certeza del acontecimiento, el Papa ordenó al obispo de la diócesis llevar a Orvieto la Hostia y el corporal con las gotas de sangre.

Se organizó una procesión con los arzobispos, cardenales y algunas autoridades de la Iglesia. A esta procesión, se unió el Papa y puso la Hostia en la Catedral. Actualmente, el corporal con las manchas de sangre se exhibe con reverencia en la Catedral de Orvieto.

A partir de entonces, miles de peregrinos y turistas visitan la Iglesia de Santa Cristina para conocer donde ocurrió el milagro.

En Agosto de 1964, setecientos años después de la institución de la fiesta de Corpus Christi, el Papa Paulo VI celebró Misa en el altar de la Catedral de Orvieto. Doce años después, el mismo Papa visitó Bolsena y habló en televisión para el Congreso Eucarístico Internacional. Dijo que la Eucaristía era “un maravilloso e inacabable misterio”.



Tradiciones mexicanas de Corpus Christi

Esta fiesta tradicional data del año 1526. Se acostumbra rendir culto al Santísimo Sacramento en la Catedral de México. El centro de la festividad era la celebración solemne de la Misa, seguida de una imponente procesión que partía del Zócalo, en la que la Sagrada Eucaristía, portada por el arzobispo bajo palio, era escoltada por autoridades virreinales, cabildo, cofradías, ejército, clero y pueblo. Había también representaciones teatrales alusivas, música y vendimia especial.

Los campesinos traían en sus mulas algunos frutos de sus cosechas para ofrecérselas a Dios como señal de agradecimiento. Esto dio origen a una gran feria que congregaba artesanos y comerciantes de distintos rumbos del país, que traían mercancías a lomo de mula (frutos de la temporada y artesanías que transportaban en guacales).

Cuentan que un hombre, llamado Ignacio, tenía dudas acerca de su vocación sacerdotal y un jueves de Corpus le pidió a Jesucristo que le enviara una señal. Al Pasar el Santísimo Sacramento frente a Ignacio en la procesión, Ignacio pensó: "Si ahí estuviera presente Dios, hasta las mulas se arrodillarían" y, en ese mismo instante, la mula del hombre se arrodilló. Ignacio interpretó esto como señal y entregó su vida a Dios en el sacerdocio y se dedicó para siempre a transmitir a los demás las riquezas de la Eucaristía.

Así fue como surgieron las mulitas elaboradas con hojas de plátano secas con pequeños guacales de dulces de coco o de frutas, de diversos tamaños.
Ponerse una mulita en la solapa o comprar una mulita para adornar la casa, significa que, al igual que la mula de Ignacio, nos arrodillamos ante la Eucaristía, reconociendo en ella la presencia de Dios.

Esta fiesta se celebra cada año el jueves después de la Santísima Trinidad. Se lleva a cabo en la Catedral y los niños se visten de inditos para agradecer la infinita ternura de Jesús. Se venden mulitas con gran colorido.



Diversas maneras de celebrar esta fiesta

Participar en la procesión con el Santísimo

La procesión con el Santísimo consiste en hacer un homenaje agradecido, público y multitudinario de la presencia real de Cristo en la Eucaristía. Se acostumbra sacar en procesión al Santísimo Sacramento por las calles y las plazas o dentro de la parroquia o Iglesia, para afirmar el misterio del Dios con nosotros en la Eucaristía.
Esta costumbre ayuda a que los valores fundamentales de la fe católica se acentúen con la presencia real y personal de Cristo en la Eucaristía.


La Hora Santa

Es una manera práctica y muy bella de adorar a Jesús Sacramentado. El Papa Juan Pablo II la celebra, al igual que la mayoría de las Parroquias de todo el mundo, los jueves al anochecer, para demostrar a Cristo Eucaristía amor y agradecimiento y reparar las actitudes de indiferencia y las faltas de respeto que recibe de uno mismo y de los demás hombres.

Consiste en realizar una pequeña reflexión evangélica, en presencia de Jesús Sacramentado y, al final, se rezan unas letanías especiales para demostrarle a Jesús nuestro amor.

Se puede celebrar de manera formal con el Santísimo Sacramento solemnemente expuesto en la custodia, con incienso y con cantos, o de manera informal con la Hostia dentro del Sagrario. Cualquiera de las dos maneras agrada a Jesús.
Se inicia con la exposición del Santísimo Sacramento o, en su defecto, con una oración inicial a Jesucristo estando todos arrodillados frente al Sagrario.

A continuación, se procede a la lectura de un pasaje del Evangelio y al comentario del mismo por parte de alguno de los participantes.
Luego, se reflexiona adorando a Jesús, Rey del Universo, en la Eucaristía.

Se termina con las invocaciones y las letanías correspondientes y, en el caso de que la Hora Eucarística se haya hecho delante del Santísimo solemnemente expuesto, el sacerdote da la bendición con el Santísimo; en caso contrario, se finaliza la Hora Santa con una plegaria conocida de agradecimiento.


Recordar en familia lo que es la Eucaristía

¿Qué es la Eucaristía?
La Eucaristía es uno de los siete Sacramentos. Nos recuerda el momento en el que el pan y el vino se convierten en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. Éste es el alimento del alma. Así como nuestro cuerpo necesita comer para vivir, nuestra alma necesita comulgar para estar sana. Cristo dijo: "El que come mi Carne y bebe mi Sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré el último día."

¿En qué nos ayuda la Eucaristía?
Todos queremos ser buenos, ser santos y nos damos cuenta de que el camino de la santidad no es fácil, que no bastan nuestras fuerzas humanas para lograrlo. Necesitamos fuerza divina, de Jesús. Esto sólo será posible con la Eucaristía. Al comulgar, nos podemos sentir otros, ya que Cristo va a vivir en nosotros. Podremos decir, con San Pablo: "Vivo yo, pero ya no soy yo, sino Cristo quien vive en mí."



¿En qué parte de la Misa se realiza la Eucaristía?
Después de rezar el Credo, se llevan a cabo: el ofertorio, la consagración y la comunión.

Ofertorio: Es el momento en que el sacerdote ofrece a Dios el pan y el vino que serán convertidos en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Nosotros podemos ofrecer, con mucho amor, toda nuestra vida a Dios en esta parte de la Misa.

Consagración: Es el momento de la Misa en que Dios, a través del sacerdote, convierte el pan y el vino en el Cuerpo y en la Sangre de Cristo. En este momento nos arrodillamos como señal de amor y adoración a Jesús, Dios hecho hombre, que se hace presente en la Eucaristía.

Comunión: Es recibir a Cristo Eucaristía en nuestra alma, lo que produce ciertos efectos en nosotros:

nos une a Cristo y a su Iglesia, une a los cristianos entre sí, alimenta nuestra alma, aumenta en nosotros la vida de gracia y la amistad con Dios, perdona los pecados veniales, nos fortalece para resistir la tentación y no cometer pecado mortal.


 ¿Qué condiciones pone la Iglesia para poder comulgar? 
La Iglesia nos pide dos condiciones para recibir la comunión:

Estar en gracia, con nuestra alma limpia todo pecado mortal.
Cumplir el ayuno eucarístico: no comer nada una hora antes de comulgar.


¿Cada cuánto puedo recibir la Comunión Sacramental?
La Iglesia recomienda recibir la Comunión siempre que vayamos a Misa. Es obligación recibir la Comunión, al menos, una vez al año en el tiempo de Pascua, que son los 50 días comprendidos entre el Domingo de Resurrección y el Domingo de Pentecostés.

¿Qué hacer después de comulgar?
Se recomienda aprovechar la oportunidad para platicarle a Dios, nuestro Señor, todo lo que queramos: lo que nos alegra, lo que nos preocupa; darle gracias por todo lo bueno que nos ha dado; decirle lo mucho que lo amamos y que queremos cumplir con su voluntad; pedirle que nos ayude a nosotros y a todos los hombres; ofrecerle cada acto que hagamos en nuestra vida.

¿Qué hacer cuando no se puede ir a comulgar?

Se puede llevar a cabo una comunión espiritual. Esto es recibir a Jesús en tu alma, rezando la siguiente oración:

"Creo, Jesús mío, que estás realmente presente en el Santísimo Sacramento del altar. Te amo sobre todas las cosas y deseo ardientemente recibirte dentro de mi alma,
pero no pudiendo hacerlo sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Quédate conmigo y no permitas que me separe de ti.
Amén"

HOY CELEBRAMOS LA SOLEMNIDAD DE CORPUS CHRISTI


Hoy celebramos la Solemnidad del Corpus Christi
Redacción ACI Prensa






Un milagro eucarístico del siglo XIII fue el origen de la Fiesta del Corpus Christi, que la Iglesia celebra el jueves siguiente a la Solemnidad de la Santísima Trinidad; aunque en algunos países las Iglesias locales deciden trasladarla para el domingo por una cuestión pastoral.

En esta solemnidad la Iglesia tributa a la Eucaristía un culto público y solemne de adoración, gratitud y amor, siendo la procesión del Corpus Christi una de las más importantes en toda la Iglesia Universal.


A mediados del siglo XIII el P. Pedro de Praga dudaba sobre la presencia de Cristo en la Eucaristía y realizó una peregrinación a Roma para rogar sobre la tumba de San Pedro una gracia de fe. Al retornar, mientras celebraba la Santa Misa en Bolsena, en la Cripta de Santa Cristina, la Sagrada Hostia sangró manchando el corporal.

La noticia llegó rápidamente al Papa Urbano IV, que se encontraba muy cerca en Orvieto, y mandó que se le lleve el corporal. Más adelante el Pontífice publicó la bula “Transiturus”, con la que ordenó que se celebrara la Solemnidad del Corpus Christi en toda la Iglesia el jueves después del domingo de la Santísima Trinidad.

El Santo Padre encomendó a Santo Tomás de Aquino la preparación de un oficio litúrgico para la fiesta y la composición de himnos, que se entonan hasta el día de hoy: Tantum Ergo, Lauda Sion.

El Papa Clemente V en el Concilio general de Viena (1311) ordenó una vez más esta fiesta y publicó un nuevo decreto en el que incorporó el de Urbano IV. Posteriormente Juan XII instó su observancia.

FELIZ CORPUS CHRISTI!!!





miércoles, 10 de junio de 2020

LOS DESEOS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE



Los deseos del Corazón de Jesús
Escritos de Santa Margarita María de Alacoque


1° La Comunión Reparadora
Mi Divino Salvador, dice la Santa, me mandó comulgar todos los primeros viernes de mes, para resarciren lo posible las ofensas recibidas durante el mes en el Santísimo Sacramento.

Un Viernes, escribe más abajo, durante la sagrada Comunión, dijo estas palabras a su indigna esclava, si ella no se engaña: Yo te prometo, por el exceso de la misericordiade mi Corazón, que su amor todopoderoso concederá a todos aquellos que comulguen los primeros viernes nueve meses seguidos, la gracia de la penitencia final; que no morirán en mi enemistad, ni sin recibir los Sacramentos, y que mi Corazón les será asilo seguro en su hora postrera.

La Santa expremiento por sí misma hartas veces la virtuddela Comunión reparadora para aplacar al Sagrado Corazón de Jesús."Un día,dice, disponiéndome a comulgar, oí una voz que me dijo: Mira, hija, el tratamiento que recibo de esa alma que acaba de recibirme. Ha renovado todos los doloresde mi pasión. Arrojéme a sus adorables pies, sobrecogida de espanto y dolor, para regarlos con mis lágrimas, sin podermeir alamano, y le dije: ¡Señor mío y Dios mío, simivida vale algo para reparar esas injurias,aunquelas que recibís de mí son mil veces mayores, aquí me tenéis! Esclava vuestra soy, haced de mí lo que os agrade.- Quiero, respondió,que cuando Yo te muestre los malos tratamientos que recibo de esa alma, te postres a mis pies despues de comulgar y hagas un acto de desagravio a mi Corazón, ofreciendo a mi Padre, por este fin, el sacrificio cruento de la Cruz y juntamente todo tu ser, para rendir homenaje al mío y para resarcir ingratitudes que me viene de ese corazón. 

"Al oír esto, sentí intensa pena, eimploraba sin parar la clemencia de Nuestro Señor, el cual un día de Pascua, habiendo comulgado, me dijo: He oído tus gemidos y he otorgado mi misericordia a esa alma. Grande fué el consuelo quecon esto recibí."  



2° La Hora Santa

Nuestro Señor, al pedir a Santa Margarita María de Alacoque la Comunión reparadora del primer viernes de mes, le había mando que vacase a la oración por una hora en la noche del jueves al viernes, para honrar la agonía de su Corazón Sagrado.

Las palabras de Nuestro Señor fueron éstas: "Comulgarás todos los primeros viernes de cada mes, y todas las noches del jueves al viernes te haré participante de aquella mortal tristeza que quise padecer en el Huerto de los Olivos, la cual te reducirá, sin que tú lo puedas alcanzar, a una especie de agonía más incomportable que la muerte. Y para acompañarme en aquella humilde oración que entonces presenté a mi Padre, te levantarás entre once y doce de la noche, y te postrarás rostro por tierra para aplacar la cólera divina, pidiendo misericordia porlos pecadores, como para mitigar de algún modo la amargura que me causó la desidia de mis discípulos, viéndome forzado a echarles en cara el no haber podido velar una hora conmigo, y en esa hora harás lo que Yo te enseño".

Tal fué la primera revelación de la Hora Santa, que consiste, como se ve, en un ejercicio de oración mental o vocal, acompañando al Sagrado Corazón de Jesús en la suma congoja que padeció la noche de su Pasión.

Las palabras siguientes son muy para considerar las y abren materia de meditación a las almas devotas de esta Hora.

"Como considerase yo un día a mi único amor en el Huerto de los Olivos, agobiado por un dolor rigurosamente amoroso, y como me sintiese vivamente deseosa de participarde sus angustias y dolores, me dijo - Aquí fué donde Yo sufrí en mi interior más que en todo lo  restante de la Pasión, viéndome en un abandono general del cielo y de la tierra, cargado con los pecados de los hombres. Entonces parecí ante la santidad de Dios, quien sin tener consideración a mi inocencia, me quebrantó con su espantosa ira, haciéndome beber el cáliz lleno de la hiel de su justa indignación, como si hubiese olvidado el nombre de Padre, para sacrificarme a su justa venganza de los tormentos que entonces padecí; y tal como éste es el dolor que siente el alma culpable al presentarse en el tribunal de la divina Santidad, que cayendo sobre ella, la aprieta, abruma y consume enla justicia de su justo enojo".




3° Otras varias prácticas pedidas por Nuestro Señor, a honra de un Sagrado Corazón.

Leemos en la Vida de la Santa, que había introducido entre sus novicias una devota costumbre, que puede llamarse el origen de la ASOCIACIÓN DE LA GUARDIA DE HONOR AL SAGRADO CORAZÓN. Las encomendaba que fuesen puntuales en acordarse, al dar el reloj la hora, del instante y hora afortunada en que este adorable Corazón fué formado por obra del Espíritu Santo en el seno purísimo de María, añadiendo algunas palabras con que diesen las gracias a este amable Corazón por su caridad infinita con todos los hombres. 

Nuestro Señor había también encargado a la Santa que propagase los ESCAPULARIOS DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

. Escribió a una Superiora: "Siéntome movida a ceros queparte de nuestro buen Maestro, que desea mandéis hacer una lámina con la imagen de este Sagrado Corazón, a fin de que todos los que quieran hacerle algunas devociones particulares tengan en su casa imagen y otras pequeñas que puedan llevar consigo".

Él lehabía declarado también, cuán gran deseo tenía de ver entablados a honra de su Sagrado Corazóndiversos oficios, tales como  el de mediadora y reparadora.

"Sor N., escribía, estaba en pena por no poder ser útil al Sagrado Corazón, pero Él le ha dado su oficio, haciéndola su mediadora para pedir al Padre Eterno que publique las grandezas de este Sagrado Corazón; al Espíritu Santo que propague su amor, y a la Santísima Virgen que interponga su valimiento, a fin de que su divino Hijo haga que sientan los efectos de su poder todos aquellos que a Él acudieren. Desea el Señor que en vuestra Comunidad haya una Hermana que le haga igual servicio, pero quiere que se saque por suerte, añadiendo que será dichosa aquella a quien quepa tal suerte, porque Él será en retorno su Mediador. Podeís mudarla cada año.

"Pide también una reparación, que pida humildemente perdón a Dios de todas las injurias que se le hacen en el Santísimo Sacramento del Altar, podrá prometerse humildemente que Él le alcanzará a ella gracia y perdón y mudarla también como a la anterior.

"Respecto de vos, vuestro oficio será ofrecer a este amable Corazón cuanto bueno se haga en honor suyo y según sus designios".




ACTO DE CONTRICCIÓN AMOROSA
AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

"¡Oh Sacratísimo Corazón de Jesús, veisme humildemente postrado ante Vos, con corazón contrito y penetrado de vivo dolor, por haberos amado tan poco e injuriado con mis desvíos e ingratitudes y otras infidelidades que me han hecho indigno de vuestra misericordia y de todas las gracias y favores de vuestro puro amor! ¡Oh Corazón de Jesús, Salvador mío! Ejercitad conmigo el oficio que os cuesta tan caro, y no se pierda el fruto de tantas penas y muerte tan dolorosa: honradla con mi salvación, para que mi corazón pueda amaros, alabaros y glorificaros eternamente... Si vuestra justicia me condena como indigno de perdón, apelaré al tribunal de vuestro amor dispuesta mi alma a sufrir todos los rigores antes que verse privada un instante de amaros. Cortad, quemad, sajad, no perdonéis ni cuerpo ni vida, si se interesa vuestra gloria. Todo vuestro soy, ¡Oh divino y adorable Corazón! Salvadme, os suplico, y no me entreguéis a mí propio, en castigo de mis pecados, permitiendo que vuelva a recaer en ellos.

"Oh mil veces morir, antes que ofenderos a Vos, a quien amo cien mil veces más que a mi propia vida". Amén



LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 10 DE JUNIO DE 2020



Lecturas de hoy Miércoles de la 10ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, miércoles, 10 de junio de 2020



Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (18,20-39):

En aquellos días, el rey Ajab despachó órdenes a todo Israel, y los profetas de Baal se reunieron en el monte Carmelo. Elías se acercó a la gente y dijo: «¿Hasta cuándo vais a caminar con muletas? Si el Señor es el verdadero Dios, seguidlo; si lo es Baal, seguid a Baal.»
La gente no respondió una palabra. Entonces Elías les dijo: «He quedado yo solo como profeta del Señor, mientras que los profetas de Baal son cuatrocientos cincuenta. Que nos den dos novillos: vosotros elegid uno; que lo descuarticen y lo pongan sobre la leña, sin prenderle fuego; yo prepararé el otro novillo y lo pondré sobre la leña, sin prenderle fuego. Vosotros invocaréis a vuestro dios, y yo invocaré al Señor; y el dios que responda enviando fuego, ése es el Dios verdadero.»
Toda la gente asintió: «¡Buena idea!»
Elías dijo a los profetas de Baal: «Elegid un novillo y preparadlo vosotros primero, porque sois más. Luego invocad a vuestro dios, pero sin encender el fuego.»
Cogieron el novillo que les dieron, lo prepararon y estuvieron invocando a Baal desde la mañana hasta mediodía: «¡Baal, respóndenos!»
Pero no se oía una voz ni una respuesta, mientras brincaban alrededor del altar que habían hecho.
Al mediodía, Elías empezó a reírse de ellos: «¡Gritad más fuerte! Baal es dios, pero estará meditando, o bien ocupado, o estará de viaje; ¡a lo mejor está durmiendo y se despierta!»
Entonces gritaron más fuerte; y se hicieron cortaduras, según su costumbre, con cuchillos y punzones, hasta chorrear sangre por todo el cuerpo. Pasado el mediodía, entraron en trance, y así estuvieron hasta la hora de la ofrenda. Pero no se oía una voz, ni una palabra, ni una respuesta.
Entonces Elías dijo a la gente: «¡Acercaos!»
Se acercaron todos, y él reconstruyó el altar del Señor, que estaba demolido: cogió doce piedras, una por cada tribu de Jacob, a quien el Señor había dicho: «Te llamarás Israel»; con las piedras levantó un altar en honor del Señor, hizo una zanja alrededor del altar, como para sembrar dos fanegas; apiló la leña, descuartizó el novillo, lo puso sobre la leña y dijo: «Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre la víctima y la leña.» Luego dijo: «¡Otra vez!» Y lo hicieron otra vez. Añadió: «¡Otra vez!» Y lo repitieron por tercera vez. El agua corrió alrededor del altar, e incluso la zanja se llenó de agua.
Llegada la hora de la ofrenda, el profeta Elías se acercó y oró: «¡Señor, Dios de Abrahán, Isaac e Israel! Que se vea hoy que tú eres el Dios de Israel, y yo tu siervo, que he hecho esto por orden tuya.
Respóndeme, Señor, respóndeme, para que sepa este pueblo que tú, Señor, eres el Dios verdadero, y que eres tú quien les cambiará el corazón.»
Entonces el Señor envió un rayo que abrasó la víctima, la leña, las piedras y el polvo, y secó el agua de la zanja. Al verlo, cayeron todos sobre su rostro, exclamando: «¡El Señor es el Dios verdadero! ¡El Señor es el Dios verdadero!»

Palabra de Dios


Salmo
Sal 15

R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti

Protégeme, Dios mío,
que me refugio en ti;
yo digo al Señor:
«Tú eres mi bien.» R/.

Multiplican las estatuas de dioses extraños;
no derramaré sus libaciones con mis manos,
ni tomaré sus nombres en mis labios. R/.

El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R/.

Me enseñarás el sendero de la vida,
me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-19):

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los cielos.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 
10 de junio de 2020
 ImprimirJuan Carlos Martos, cmf



Los que dicen muchos, o acaso algunos… Es frecuente encontrarse con quienes, sin conocerlo bien, desdeñan el Antiguo Testamento al considerar que sus libros presentan una imagen de Dios muy lejana al Dios de Jesucristo. Además de contraria, tal imagen es asfixiante y hasta perversa. También es frecuente escuchar a otros que rechazan todo tipo de ley o de norma porque entiende que constriñe la libertad; ellos apuestan exclusivamente por el amor, dando por supuesto que la ley es un obstáculo para amar en libertad. También hay quien dice que nuestra fe no debe ceñirse a conservar piezas de un museo que guarda cuidadosamente antiguos textos escritos o costumbres trasnochadas; aducen que la vida, también la fe, es cambio, desarrollo, progreso… todo se muda. Como eso es así, hay que sacar del congelador, de una vez por todas, ese helado Antiguo Testamento.

Lo que dice Jesús… Las palabras de Jesús apuntan en otra dirección. En efecto, Él no repite sin más la sabiduría recogida en el Antiguo Testamento. La asume, pero la complementa, la perfecciona y la lleva a su plenitud. Por eso, en su comunidad seguimos leyendo, estudiando, orando, enseñando y predicando el Antiguo Testamento. Pero desde una clave: la que Jesús con sus palabras, con su vida, con sus hechos y, sobre todo con su Pascua, nos transmitió. ¿Qué aporta de nuevo Jesucristo a lo antiguo?... Transparencia, plenitud, coherencia y actualidad.

El poeta Ezra Pound tenía razón cuando afirmaba: “En el principio existía la Palabra. Y la Palabra fue traicionada”. La tarea de Jesús no fue de ruptura con todo lo anterior. Él no anula, sino que rescata y desempolva; desvela la esencial pureza y claridad de la Palabra, desteñida por el pecado y la torpeza… Jesucristo aporta la inteligencia de la Palabra contenida en el Antiguo Testamento. Como indica ese sustantivo, inteligencia nos constriñe a «intus legere», a profundizar más allá de la superficie, a penetrar en el meollo de las cuestiones, a dejarnos herir por las preguntas de fondo sobre el verdadero sentido de la historia de salvación, a combinar y concertar lo que aparentemente parece opuesto y contradictorio en sus páginas. Cristo es el password que nos abre el acceso al misterio escondido de Dios, revelado en su persona.

PAPA FRANCISCO:DIOS NOS SORPRENDERÁ EN EL MOMENTO MÁS INESPERADO


Papa Francisco: “Dios nos sorprenderá en el momento más inesperado”
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco subrayó que Dios “nos sorprenderá en el momento en el que no lo esperamos, en el que nos encontremos verdaderamente solos”.

Así lo señaló el Pontífice en la Audiencia General de este miércoles 10 de junio, que presidió desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano.

El Santo Padre señaló que “todos nosotros tenemos una cita en la noche con Dios”. “Es esa misma noche, combatiendo con lo desconocido, tomaremos conciencia de ser únicamente pobres hombres”.

Pero, precisamente entonces, “no tendremos nada que temer, porque en ese momento Dios nos dará un nombre nuevo que contiene el sentido de toda nuestra vida. Nos dará la bendición reservada a quien se ha dejado cambiar por Él”.

En su catequesis, el Papa explicó que en la Biblia se pueden encontrar numerosos ejemplos en que Dios se presenta a los hombres en el momento más inesperado, y citó, en concreto, la historia del patriarca Jacob.


Como se narra en el libro del Génesis, Jacob, hijo de Isaac y nieto de Abraham, tenía una relación muy mala con su hermano mayor Esaú. Mediante un engaño, Jacob consigue que su padre, ya anciano y casi ciego, le bendiga y el conceda el don de la primogenitura que, en realidad, le correspondía a su hermano Esaú.

Para evitar la ira de Esaú, Jacob escapa de su patria y se refugia en el extranjero donde, gracias a su habilidad para los negocios, su capacidad de riesgo y su carácter, consigue convertirse en el propietario de un gran rebaño. Además, consigue casarse con la hija más bella de Labán.

Francisco describió a Jacob con la expresión moderna de “un hombre que se ha hecho a sí mismo, que con el ingenio consigue conquistar todo lo que desea”.

La vida de Jacob parece perfecta, pero un día “siente la llamada de su casa”, explicó el Santo Padre, la llamada “de su antigua patria, donde todavía vivía Esaú, el hermano con el que siempre había tenido una pésima relación”.

A pesar del riesgo, “Jacob parte y realiza un largo viaje en una caravana numerosa de personas y animales, hasta que llega a la última etapa: el torrente Jabbok”.

“Aquí, el libro del Génesis nos ofrece una página memorable. Se narra que el patriarca, después de haber hecho atravesar el torrente a toda su gente y a todo el rebaño, se queda sólo en la orilla extranjera”.

Jacob, sólo, medita “y piensa: ¿qué es lo que le espera en el mañana? ¿Qué actitud tendrá su hermano Esaú? La mente de Jacob es un torbellino de pensamientos y, mientras se hace la oscuridad, de forma imprevista un desconocido lo agarra y comienza a luchar con él”.

“Jacob luchó durante toda la noche sin dejarse derrotar por su adversario. Al final, fue derrotado, golpeado por su rival en el nervio ciático, y desde entonces quedó cojo toda su vida. Aquel misterioso contrincante le preguntó su nombre al patriarca y le dice: ‘Ya no te llamarás más Jacob, ahora serás Israel, porque has combatido con Dios y con los hombres y has vencido’”.


Entonces, “Jacob le preguntó a su vez: ‘Desvélame tu nombre’. Pero no se lo revela y, en cambio, lo bendice. En ese momento, Jacob entiende que se ha encontrado con Dios cara a cara”.

El Papa Francisco explicó que luchar con Dios “es una metáfora de la oración. En ocasiones anteriores, Jacob se había mostrado capaz de dialogar con Dios, de sentirlo como presencia amiga y cercana”.

Pero, en aquella noche, “por medio de aquella lucha que dura demasiado tiempo y que casi lo hace sucumbir, el patriarca sale cambiado”.

“Por una vez, no es dueño de la situación, no es el hombre estratega y calculador. Dios lo lleva hacia su verdad mortal que tiembla y que tiene miedo. Por una vez, Jacob no tiene nada más que presentar a Dios que no sea su fragilidad y su impotencia”.

Ese Jacob “es el que recibe de Dios la bendición con la cual entra cojeando a la tierra prometida: vulnerable, pero con el corazón nuevo. Primero era un hombre seguro de sí, confiaba en su propia astucia. Era un hombre impermeable a la gracia, reacio a la misericordia. Pero Dios salvó aquello que estaba perdido”.

La historia de Jacob, concluyó el Papa Francisco, “es una invitación a dejarse cambiar por Dios”.

HOY INICIAMOS LA NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - DÍA 1


Hoy se inicia la novena al Sagrado Corazón de Jesús
Redacción ACI Prensa





“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse y consumirse para testimoniarles su amor”, le dijo el Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita de Alacoque en junio de 1675.

En esa revelación, el Señor le encomendó a la santa una misión: “Por eso te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares”.

“También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute”, añadió Jesucristo.





Novena al Sagrado Corazón de Jesús - Primer día

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición

¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita, 
y porque os amo sobre todas las cosas, 
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podéis castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. 
Amén.

Oración preparatoria

¡Oh Corazón divinísimo de mi amado Jesús, en quien la Santísima Trinidad depositó tesoros inmensos de celestiales gracias! Concededme un corazón semejante a vos mismo, y la gracia que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, vuestro sagrado culto y bien de mi alma. Amén.

Oración del primer día: Corregir y desterrar la sequedad y tibieza de nuestros corazones

¡Oh Corazón sacratísimo y melifluo de Jesús, que, con ferventísimos deseos y ardentísimo amor, deseáis corregir y desterrar la sequedad y tibieza de nuestros corazones! Inflamad y consumid las maldades e imperfecciones del mío, para que se abrase en vuestro amor. Dadme la gracia de resarcir las injurias e ingratitudes hechas contra vos, ¡oh amantísimo Corazón!, y la que os pido en esta novena, si es para mayor gloria de Dios, culto vuestro y bien de mi alma.

Tres Padrenuestros, tres Avemarías, en reverencia de las tres insignias de la Pasión con que se mostró el divino Corazón a Santa Margarita de Alacoque.

Oraciones finales

¡Oh Padre Eterno! Por medio del Corazón de Jesús, mi vida, mi verdad y mi camino, llego a Vuestra Majestad; por medio de este adorable Corazón, os adoro por todos los hombres que no os adoran; os amo por todos los que no os aman; os conozco por todos los que, voluntariamente ciegos, no quieren conoceros. Por este divinísimo Corazón deseo satisfacer a Vuestra Majestad todas las obligaciones que os tienen todos los hombres; os ofrezco todas las almas redimidas con la preciosa sangre de vuestro divino Hijo, y os pido humildemente la conversión de todas por el mismo suavísimo Corazón. No permitáis que sea por más tiempo ignorado de ellas mi amado Jesús; haced que vivan por Jesús, que murió por todas. Presento también a Vuestra Majestad, sobre este santísimo Corazón, a vuestros siervos, mis amigos, y os pido los llenéis de su espíritu, para que, siendo su protector el mismo deífico Corazón, merezcan estar con vos eternamente. Amén.

Hacer aquí la petición que se desea obtener con esta novena

¡Oh Corazón divinísimo de Jesús, dignísimo de la adoración de los hombres y de los ángeles! ¡Oh Corazón inefable y verdaderamente amable, digno de ser adorado con infinitas alabanzas, por ser fuente de todos los bienes, por ser origen de todas las virtudes, por ser el objeto en quien más se agrada toda la Santísima Trinidad entre todas las criaturas! ¡Oh Corazón dulcísimo de Jesús! Yo profundísimamente os adoro con todos los espíritus de mi pobre corazón, yo os alabo, yo os ofrezco las alabanzas todas de los más amantes serafines y de toda vuestra corte celestial y todas las que os puede dar el Corazón de vuestra Madre Santísima. Amén.


BUENOS DÍAS!!!




lunes, 8 de junio de 2020

¿QUÉ HACER CUANDO PERDEMOS LA VOLUNTAD DE REZAR?


¿Qué hacer cuando perdemos la voluntad de rezar?
A veces, las cosas me envuelven de tal manera, que no siento deseos de rezar, pero porque sé que es preciso voy a Su encuentro a través de la oración


Por: n/a | Fuente: DiocesisdeCelayaMX.blogspot.com




Hay momentos en que no siento la menor voluntad de dialogar con algunas personas, pero, porque es necesario, acabo dejando de lado mi voluntad y voy a su encuentro, converso, trabajo, convivo y sigo frente a ellas. Con Dios no es diferente. A veces, las cosas me envuelven de tal manera, que no siento deseos de hablar con Él, es decir, de rezar, pero porque sé que es preciso, y además dependo de Su gracia, voy a Su encuentro a través de la oración.

Claro que ello exige compromiso y perseverancia porque, en realidad, la vida de oración es una conquista diaria; y como toda conquista no está exenta de luchas, es necesario luchar para ser orante.

En este sentido, santa Teresa de Jesús afirma, en su autobiografía, que oración y vida cómoda no combinan en nada; ella recuerda que una de las mayores victorias del demonio es convencer a alguien de que no es necesario rezar.

O sea, cuando se trata de la vida de oración es necesario tener conciencia de que se trata de una lucha espiritual, y para vencer el único camino es rezar con o sin voluntad. Si escojo guiarme sólo por mi querer, corro el riesgo de ser una persona vacía, sin sentido.

Sé que, con el paso del tiempo y el cúmulo de actividades, corremos el serio riesgo de, poco a poco, ir dejando la oración de lado o rezar de cualquier manera hasta llegar a un “desierto espiritual” y sentir una cierta apatía respecto a la oración. Pero es justamente en ese momento cuando necesitamos ir más allá de los sentimientos y considerar que el “desierto también es fecundo” cuando se vive en Dios, ¡y por su misericordia en nuestra vida todo es gracia!

Consolaciones y desolaciones, alegría y tristeza, pérdidas y ganancias, todo es fruto del amor de Dios, quien permite que vivamos las pruebas mientras nos llama a crecer y a fructificar en toda y cualquier circunstancia. Por tanto, en el punto en que te encuentras ahora, vuelve a fijar tu alma en Dios y permite que Él la devuelva a Sí mismo, por la fuerza de la oración.

Al absorber tanta agitación y estímulos en nuestros días, acabamos perdiendo el contacto con nuestra verdadera esencia, y quedamos tan distraídos y preocupados con todo lo que está pasando a nuestro alrededor, que acabamos fragmentados, confusos e inseguros, sin acordarnos de dónde venimos, dónde estamos y menos aún, a dónde vamos. Sólo Dios puede reorientarnos.

Jesús tenía conciencia de ello cuando dijo a sus discípulos: “Velen y oren para no caer en la tentación” (Mateo 26,41); yo diría, principalmente, la tentación de olvidar quién eres y cuál es tu papel en este mundo.

Dejo aquí algunas pistas que pueden servir para abrir camino en tu relación con Dios. Cuando encuentres tu propio camino, caminarás libremente y cada vez más experimentarás la alegría que se encuentra en la presencia de Dios por medio de la oración.

1- Escoge el horario y el tiempo que quieres dedicar a tu oración y procura ser fiel a ese propósito. Así como nos alimentamos diariamente, la oración tiene que ser el alimento diario del alma, pase lo que pase.


2- Fundamenta tu oración en la Palabra de Dios y en Su verdad. Habla con Él con confianza y sin reservas, como quien habla con un amigo. Así encontrarás la paz y la armonía interior que tanto buscas, pues, como enseña san Juan de la Cruz, “el conocimiento de uno mismo es fruto de la intimidad con Dios, y es el medio esencial para la libertad interior”.

3- Reza con humildad, deteniéndote siempre en la palabra “Hágase tu voluntad”. Acuérdate de que tu oración no puede estar motivada simplemente por gusto o exigencia, sino, por encima de todo, por gratuidad y confianza en la misericordia de Dios.

4- Practica lo que rezas y no desvincules tus obras de la oración, pues una cosa está totalmente relacionada con la otra. Caridad, perdón, alegría, confianza, fraternidad y paciencia son características de quien reza.

5- Ten tu propio ritmo de oración. La imitación y la comparación no ayudan en nada. La vida de los santos, por ejemplo, son flechas que apuntan al cielo pero eres tú quien debe dar tus propios pasos para llegar hasta él.

Deseo que en cada amanecer y también en las “noches oscuras” experimentes por la oración que el amor es la verdadera felicidad, y que esta consiste en amar y sentirse amado. Y nadie nos ama tanto como Dios. Si alguna vez pierdes la voluntad de rezar, ya sabes lo que tienes que hacer: ¡reza igual y sé feliz!

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 8 DE JUNIO DE 2020



Lecturas de hoy Lunes de la 10ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 8 de junio de 2020



Primera lectura
Lectura del primer libro de los Reyes (17,1-6):

En aquellos días, Elías, el tesbita, de Tisbé de Galaad, dijo a Ajab: «¡Vive el Señor, Dios de Israel, a quien sirvo! En estos años no caerá rocío ni lluvia si yo no lo mando.»
Luego el Señor le dirigió la palabra: «Vete de aquí hacia el oriente y escóndete junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Bebe del torrente y yo mandaré a los cuervos que te lleven allí la comida.»
Elías hizo lo que le mandó el Señor, y fue a vivir junto al torrente Carit, que queda cerca del Jordán. Los cuervos le llevaban pan por la mañana y carne por la tarde, y bebía del torrente.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 120

R/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R/.

No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel. R/.

El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche. R/.

El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,1-12):

En aquel tiempo, al ver Jesús el gentío, subió a la montaña, se sentó, y se acercaron sus discípulos; y él se puso a hablar, enseñándoles: «Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque ellos serán consolados. Dichosos los sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos quedarán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa. Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy lunes, 8 de junio de 2020
Juan Carlos Martos, cmf



A partir de hoy, la liturgia comienza a proponernos la lectura diaria del evangelio Mateo. La inicia con el sermón de la montaña, cuyo pórtico de entrada son las bienaventuranzas: un plato dulce para unos y ácido para otros. Curiosamente, también el salterio comienza con un anuncio parecido: “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos” (Sal 1,1). Se ha dicho a menudo que las bienaventuranzas son el evangelio, dentro del evangelio. Lo cual no deja de ser un poco extraño por diversas razones. Porque aluden a grupos humanos marginados, oprimidos, perseguidos, maltratados o, simplemente carentes de esperanza. Y, en particular, porque los presenta como modelos de discipulado. Los amigos de Jesús deben aspirar a ser así. Porque Jesús es también así.

¿Qué efectos pudo producir una declaración como ésta a los oyentes? Más aún, ¿qué reacción desencadena mí, al oírla de nuevo, imaginando que fuera la primera vez que la escucho?

¿Sorpresa? Eso mismo les produjo a los oprimidos, necesitados y descartados. Iban a salir de su penosa situación. Eso suponía una transformación muy, muy, muy radical del conjunto de la sociedad y de sus estructuras… Quienes han sufrido tanto, por fin van a ser consolados, compensados… y así, por las buenas. Si eso es cierto y se cumple, su alegría sería descomunal, apoteósica...
¿Perplejidad? Eso fue lo que produjo en los poderosos. Si el reino de Dios iba a pasar a manos de los últimos, ¿qué podría acarrear eso para quienes tenían el dinero y el poder? ¿Qué suerte les esperaría en el nuevo estado de cosas? Además, ¿sería posible una transformación tan radical sin violencia? ¿Con qué costos?
¿Incomodidad? Esas afirmaciones podían desatar también un frío silencio de incomodidad. Porque los colectivos que Jesús señala como dichosos hoy siguen siendo recusados: los pobres son considerados como vagos, maleantes, sospechosos, indeseables; ni siquiera la expresión “pobres de espíritu” se salva, porque no nos aclaramos sobre lo que Jesús intentaba proponer con esa fórmula; la mansedumbre es no es nada popular porque hoy lo que fascina es ser agresivos; una persona misericordiosa, si no humilla con su compasión, es injusta, porque ya se sabe: “el que la hace, la debe pagar”; trabajar por la paz es tarea de ilusos porque ¿de verdad que es posible crear la paz en una familia rota, en un lugar de trabajo o en un país dividido en partidos e ideologías…? Y alegrarse por meterse en persecuciones y complicaciones es de necios o de insensatos.

No es fácil entender estas propuestas. No lo es. Ni siquiera suponiendo una compensación futura para sus seguidores. Pero, Jesús mantiene su invitación a encarnar estas virtudes en el presente. Al hacerlo nos convertimos en las personas que él pretende que seamos, participamos en su reino y nos hacemos sus discípulos. Y así somos dichosos. Pero, no explica cómo sucederá eso. Solo pide confianza y probar.

FELIZ SEMANA





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