jueves, 22 de julio de 2021

HOY ES LA FIESTA DE SANTA MARÍA MAGDALENA, 22 DE JULIO

 





María Magdalena, Santa

Memoria Litúrgica, 22 de julio

Por: Alejandro E. Pomar | Fuente: La Biblia Online



Discípula del Señor

Martirologio Romano: Memoria de santa María Magdalena, que, liberada por el Señor de siete demonios y convertida en su discípula, le siguió hasta el monte Calvario y mereció ser la primera que vio al Señor resucitado en la mañana de Pascua y la que se lo comunicó a los demás discípulos (s. I).


Breve Biografía

Hoy celebramos a Santa María Magdalena, debemos referirnos a tres personajes bíblicos, que algunos identifican en una sola persona: María Magdalena, María la hermana de Lázaro y Marta, y la pecadora anónima que unge los pies de Jesús.


Tres personajes para una historia

María Magdalena, así, con su nombre completo, aparece en varias escenas evangélicas. Ocupa el primer lugar entre las mujeres que acompañan a Jesús (Mt 27, 56; Mc 15, 47; Lc 8, 2); está presente durante la Pasión (Mc 15, 40) y al pie de la cruz con la Madre de Jesús (Jn 19, 25); observa cómo sepultan al Señor (Mc 15, 47); llega antes que Pedro y que Juan al sepulcro, en la mañana de la Pascua (Jn 20, 1-2); es la primera a quien se aparece Jesús resucitado (Mt 28, 1-10; Mc 16, 9; Jn 20, 14), aunque no lo reconoce y lo confunde con el hortelano (Jn 20, 15); es enviada a ser apóstol de los apóstoles (Jn 20, 18). Tanto Marcos como Lucas nos informan que Jesús había expulsado de ella «siete demonios». (Lc 8, 2; Mc 16, 9)

María de Betania es la hermana de Marta y de Lázaro; aparece en el episodio de la resurrección de su hermano (Jn 11); derrama perfume sobre el Señor y le seca los pies con sus cabellos (Jn 11, 1; 12, 3); escucha al Señor sentada a sus pies y se lleva «la mejor parte» (Lc 10, 38-42) mientras su hermana trabaja.

Finalmente, hay un tercer personaje, la pecadora anónima que unge los pies de Jesús (Lc 7, 36-50) en casa de Simón el Fariseo.


Dos en una, tres en una

No era difícil, leyendo todos estos fragmentos, establecer una relación entre la unción de la pecadora y la de María de Betania, es decir, suponer que se trata de una misma unción (aunque las circunstancias difieren), y por lo tanto de una misma persona.

Por otra parte, los «siete demonios» de Magdalena podían significar un grave pecado del que Jesús la habría liberado. No hay que olvidar que Lucas presenta a María Magdalena (Lc 8, 1-2) a renglón seguido del relato de la pecadora arrepentida y perdonada (Lc 7, 36-50).

San Juan, al presentar a los tres hermanos de Betania (Marta, María y Lázaro), dice que «María era la que ungió al Señor con perfumes y le secó los pies con sus cabellos». El lector atento piensa: "Conozco a este personaje: es la pecadora de Lucas 7". Además, en el mismo evangelio de Lucas, inmediatamente después del episodio de la unción, se nos presenta a María Magdalena, de la que habían salido «siete demonios». El lector ratifica su impresión: "María Magdalena es la pecadora que ungió a Jesús". Y por último, en el mismo evangelio de San Lucas, pocos capítulos después (Lc 10), María, hermana de Marta, aparece escuchando al Señor sentada a sus pies. El lector concluye: "María Magdalena y esta María son una misma persona, la pecadora penitente y perdonada, que Juan también menciona por su nombre aclarándonos que vivía en Betania".


Pero esta conclusión no es necesaria porque:

no hay por qué relacionar a Juan con Lucas; los relatos difieren en varios detalles. Así, por ejemplo, la unción, según Lucas, tiene lugar en casa de Simón el Fariseo; su relato hace explícita referencia a los pecados de la mujer que unge a Jesús. Pero Mateo, Marcos y Juan, por su parte, hablan de la unción en Betania en casa de un tal Simón (Juan no aclara el nombre del dueño de casa, sólo señala que Marta servía y que Lázaro estaba presente), y mencionan el gesto hipócrita de Judas en relación con el precio del perfume, sin sugerir que la mujer fuese una pecadora. Sólo Juan nos ofrece el nombre de la mujer, que los demás no mencionan.

los «siete demonios» no significan un gran número de pecados, sino -como lo aclara allí mismo Lucas- «espíritus malignos y enfermedades»; este significado es más conforme con el uso habitual en los evangelios.


Dos teorías

Los argumentos a favor de la identificación de los tres personajes, como vemos, son débiles. Sin embargo, tal identificación cuenta a su favor con una larga tradición, como se ha mencionado. Hay que decir también que los argumentos a favor de la distinción entre las tres mujeres tampoco son totalmente concluyentes. Es decir que ambas teorías cuentan con razones a favor y en contra, y de hecho, a lo largo de la historia, ambas interpretaciones han sido sostenidas por los exégetas: así, por ejemplo, los latinos estuvieron siempre más de acuerdo en identificar a las tres mujeres, y los griegos en distinguirlas.


Una respuesta "oficial"

A pesar de que ambas posturas cuentan con argumentos, hoy en día la Iglesia Católica se ha inclinado claramente por la distinción entre las tres mujeres. Concretamente, en los textos litúrgicos, ya no se hace ninguna referencia -como sí ocurría antes del Concilio- a los pecados de María Magdalena o a su condición de "penitente", ni a las demás características que le provendrían de ser también María de Betania, hermana de Lázaro y de Marta. En efecto, la Iglesia ha considerado oportuno atenerse sólo a los datos seguros que ofrece el evangelio.

Por ello, actualmente se considera que la identificación entre Magdalena, la pecadora y María es más bien una confusión "sin ningún fundamento", como dice la nota al pie en Lc 7, 37 de "El Libro del Pueblo de Dios". No hay dudas de que la Iglesia, a través de su Liturgia, ha optado por la distinción entre la Magdalena, María de Betania y la pecadora, de modo que hoy podemos asegurar que María Magdalena, por lo que nos cuenta la Escritura y por lo que nos afirma la Liturgia, no fue "pecadora pública", "adúltera" ni "prostituta", sino sólo seguidora de Cristo, de cuyo amor ardiente fue contagiada, para anunciar el gozo pascual a los mismos Apóstoles.


La liturgia de su fiesta

Los textos bíblicos que se proclaman en su Memoria (que se celebra el 22 de julio) hablan de la búsqueda del «amado de mi alma» (Cant 3, 1-4a) o de la muerte y resurrección de Jesús como misterio de amor que nos apremia a vivir para «Aquel que murió y resucitó» por nosotros (2 Cor 5, 14-17). Ell evangelio que se proclama en la Misa es Jn 20, 1-2.11-18, es decir, el relato pascual en que Magdalena aparece como primera testigo de la Resurrección de Jesús, lo proclama «¡Maestro!» y va a anunciar a todos que ha visto al Señor. Como se ve, ninguna alusión a sus pecados ni a su supuesta identificación con María de Betania. Sólo pervive de esta supuesta identificación el hecho de que la Memoria litúrgica de Santa Marta se celebra justamente en la Octava de Santa Magdalena, es decir, una semana después, el 29 de julio. Santa María de Betania aun no tiene fiesta propia en el Calendario Litúrgico oficial.

Los textos eucológicos de la Misa de la Memoria de Santa María Magdalena nos dicen, por su parte, que a ella el Hijo de Dios le «confió, antes que a nadie... la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual» (Oración Colecta). Magdalena es aquella «cuya ofrenda de amor aceptó con tanta misericordia tu Hijo Jesucristo» (Oración sobre las Ofrendas) y es modelo de «aquel amor que [la] impulsó a entregarse por siempre a Cristo» (Oración Postcomunión).

En la Liturgia de las Horas ocurre otro tanto, ya que los nuevos himnos compuestos después de la reforma litúrgica (Aurora surgit lúcida para Laudes y Mágdalæ sidus para Vísperas) hacen hincapié en los mismos aspectos: María Magdalena como testigo privilegiado de la Resurrección, primera en anunciar a Cristo resucitado, y fiel e intrépida seguidora de su Maestro. Algo similar se verifica en los demás elementos del Oficio Divino, en los que -nuevamente- no hay alusión ninguna a los supuestos pecados de la Magdalena ni a su condición de hermana de Marta y Lázaro.

Como claro contraste, cabe señalar que en la liturgia previa al Concilio, la Memoria del 22 de julio se llamaba «Santa María Magdalena, penitente», y abundaban las referencias a su pecado perdonado por Jesús y a su condición de hermana de Lázaro. El evangelio que se proclamaba era justamente Lc 7, 36-50, es decir, la unción de Jesús a cargo de «una mujer pecadora que había en la ciudad»: "in civitate peccatrix".

Finalmente, mencionemos que el culto a Santa María Magdalena es muy antiguo, ya que la Iglesia siempre veneró de modo especial a los personajes evangélicos más cercanos a Jesús. La fecha del 22 de julio como su fiesta ya existía antes del siglo X en Oriente, pero en Occidente su culto no se difundió hasta el siglo XII, reuniendo en una sola persona a las tres mujeres que los Orientales consideraban distintas y veneraban en diversas fechas. A partir de la Contrarreforma, el culto a María Magdalena, "pecadora perdonada", adquiere aun más fuerza.

La leyenda oriental señala que después de la Ascensión habría vivido en Éfeso, con María y San Juan; allí habría muerto y sus reliquias habrían sido trasladadas a Constantinopla a fines del siglo IX y depositadas en el monasterio de San Lázaro.

Otra tradición -que prevalece en Occidente- cuenta que los tres "hermanos" (Marta, María "Magdalena" y Lázaro) viajaron a Marsella (en un barco sin velas y sin timón). Allí, en la Provenza, los tres convirtieron a una multitud; luego Magdalena se retiró por treinta años a una gruta (del "Santo Bálsamo") a hacer penitencia. Magdalena muere en Aix-en-Provence, adonde los ángeles la habían llevado para su última comunión, que le da San Máximo. Diversos avatares sufren sus reliquias y su sepulcro a lo largo de los siglos.

Estas leyendas, naturalmente, no tienen ningún fundamento histórico y, como otras tantas, fueron forjadas en la Edad Media para explicar y autentificar la presencia, en una iglesia del lugar, de las supuestas reliquias de Magdalena, meta de innumerables peregrinajes.

Finalmente, cabe consignar que el apelativo "Magdalena" significa "de Magdala", ciudad que ha sido identificada con la actual Taricheai, al norte de Tiberíades, junto al lago de Galilea.


Oración

María Magdalena, te pido me ayudes a reconocer a Cristo en mi vida evitando las ocasiones de pecado. Ayúdame a lograr una verdadera conversión de corazón para que pueda demostrar con obras, mi amor a Dios.

Amén.

FELIZ JUEVES

  




martes, 20 de julio de 2021

EL EVANGELIO DE HOY MARTES 20 DE JULIO DE 2021

 



 Lecturas de hoy Martes de la 16ª semana del Tiempo Ordinario

Hoy, martes, 20 de julio de 2021


Primera lectura

Lectura del libro del Éxodo (14,21–15,1):

En aquellos días, Moisés extendió su mano sobre el mar, y el Señor hizo soplar durante toda la noche un fuerte viento del este, que secó el mar, y se dividieron las aguas. Los israelitas entraron en medio del mar a pie enjuto, mientras que las aguas formaban muralla a derecha e izquierda. Los egipcios se lanzaron en su persecución, entrando tras ellos, en medio del mar, todos los caballos del Faraón y los carros con sus guerreros. Mientras velaban al amanecer, miró el Señor al campamento egipcio, desde la columna de fuego y nube, y sembró el pánico en el campamento egipcio. Trabó las ruedas de sus carros y las hizo avanzar pesadamente.

Y dijo Egipto: «Huyamos de Israel, porque el Señor lucha en su favor contra Egipto.»

Dijo el Señor a Moisés: «Extiende tu mano sobre el mar, y vuelvan las aguas sobre los egipcios, sus carros y sus jinetes.»

Y extendió Moisés su mano sobre el mar; y al amanecer volvía el mar a su curso de siempre. Los egipcios, huyendo, iban a su encuentro, y el Señor derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas y cubrieron los carros, los jinetes y todo el ejército del Faraón, que lo había seguido por el mar. Ni uno solo se salvó. Pero los hijos de Israel caminaban por lo seco en medio del mar; las aguas les hacían de muralla a derecha e izquierda. Aquel día salvó el Señor a Israel de las manos de Egipto. Israel vio a los egipcios muertos, en la orilla del mar. Israel vio la mano grande del Señor obrando contra los egipcios, y el pueblo temió al Señor, y creyó en el Señor y en Moisés, su siervo.

Entonces Moisés y los hijos de Israel cantaron un cántico al Señor.


Palabra de Dios.

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Salmo

Ex 15,8-9.10.12.17


R/. Cantaré al Señor, sublime es su victoria


Al soplo de tu nariz, se amontonaron las aguas,

las corrientes se alzaron como un dique,

las olas se cuajaron en el mar.

Decía el enemigo: «Los perseguiré y alcanzaré,

repartiré el botín, se saciará mi codicia,

empuñaré la espada, los agarrará mi mano.» R/.


Pero sopló tu aliento, y los cubrió el mar,

se hundieron como plomo en las aguas formidables.

Extendiste tu diestra: se los tragó la tierra. R/.


Introduces a tu pueblo

y lo plantas en el monte de tu heredad,

lugar del que hiciste tu trono, Señor;

santuario, Señor, que fundaron tus manos. R/.

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Evangelio de hoy

Lectura del santo evangelio según san Mateo (12,46-50):

En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él.

Uno se lo avisó: «Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo.»

Pero él contestó al que le avisaba: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?»

Y, señalando con la mano a los discípulos, dijo: «Éstos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano, y mi hermana, y mi madre.»


Palabra del Señor

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Comentario al Evangelio de hoy martes, 20 de julio de 2021

CR

Queridos amigos y amigas:

El texto del Evangelio de hoy debería ocupar un lugar más importante. Es una de las claves que nos permiten comprender lo que es el Reino de Dios. Es una clave que apunta a una radicalidad total. El Reino rompe con todo lo que estamos acostumbrados. Con la forma como se ha estructurado la sociedad humana desde el principio de nuestra historia. La persona humana, desde siempre, nace y se desarrolla en el marco de una serie de relaciones: las relaciones de familia, las de amistad, las culturales, las de pertenecer a la misma nación, las de hablar la misma lengua. Todas esas relaciones son las que conforman la red humana a que pertenecemos, la red que nos permite sentirnos seguros. Sin esa red nos sentimos perdidos. 

Pero esa red de relaciones tiene, al lado de muchos aspectos positivos, otros negativos. El más señalado entre ellos es que marca fronteras y diferencias. Es decir, lo mismo que nos pone en relación con los cercanos (familia, amigos, gente de nuestro pueblo, lengua, religión o cultura) señala también fronteras más allá de las cuales perdemos ese sentimiento de seguridad. El encuentro con el otro, el diferente, nos asusta, nos aterroriza. Y ahí surge la violencia. Así lo que por una parte nos protege también puede ser causa de nuestra perdición. 

Jesús nos invita a dar un paso adelante. La verdadera relación, lo que efectivamente nos une, no es la sangre, ni la cultura, ni la religión, ni el pasaporte. Lo que nos une de verdad es el hecho de ser hijos del mismo Padre y cumplir su voluntad. Ese hecho crea una relación que es más fuerte que todas las demás relaciones que hayamos podido crear con nuestra iniciativa e inteligencia. Jesús nos invita a romper las fronteras, a saltar los muros y a reconocer la auténtica fraternidad que hermana. ¿Qué tal si meditamos desde esta Evangelio nuestra relación, por ejemplo, con los inmigrantes?

HOY SE CELEBRA AL DIVINO NIÑO JESÚS EN VARIOS PAÍSES DE LATINOAMÉRICA

 


 

Hoy se celebra al Divino Niño en varios países de Latinoamérica

Redacción ACI Prensa



La infancia de Jesús ha suscitado siempre el interés de los fieles a lo largo de la historia. Es posible rastrear dicho interés tanto en la fe del pueblo como en sus innumerables expresiones artísticas a lo largo de los siglos. Por otro lado, no son pocas las veces en que Jesús Niño se ha aparecido a santas y santos para brindarles compañía, consuelo y fortaleza.

En ese contexto, la devoción a Jesús Niño se ha consolidado y se ha extendido por todo el mundo cristiano; en particular en muchos países de Latinoamérica, en los que, gracias a un sacerdote salesiano y su gran amor por el Divino Niño, se ha fijado un día especial para celebrarlo: el 20 de julio.

La devoción a la infancia de Jesús fue difundida por grandes santos como San Cayetano o San Antonio de Padua, a quien en una ocasión se le apareció el Divino Niño para que lo acogiera entre sus brazos. Prueba de ello es que al Santo portugués se le suele representar llevando en brazos al Niño Jesús.

Otros santos que han contribuido a difundir la devoción al Niño Jesús son Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, quienes la extendieron entre los carmelitas.

Además, Jesús Niño ha suscitado distintas representaciones como el Niño Jesús de Praga, en Checoslovaquia; el Santo Niño de Atocha, en México; el Divino Niño de Arenzano, en Italia; y el milagroso Niño Jesús de Bogotá, en Colombia.

En 1935 el misionero y sacerdote salesiano Juan del Rizzo se encontraba en la tarea de propagar la devoción del Niño Jesús de Praga en tierras colombianas, específicamente en Bogotá. Lamentablemente se encontró con cierta oposición al ministerio que había asumido porque algunos devotos alegaron la “exclusividad” del título “de Praga” concedido a la advocación del Niño Jesús.

Mientras buscaba una solución al problema, el P. del Rizzo encontró en un taller de arte religioso una imagen del Niño Jesús parado sobre una nube con los brazos abiertos -a imitación de cómo los tendría en la cruz- y vestido con una túnica rosada. El P. del Rizzo la adquirió y la llevó a los campos de la obra juvenil salesiana en el barrio “Veinte de Julio” de Bogotá, donde años más tarde se construiría la parroquia Divino Niño Jesús.

Así, los fieles empezaron a venerar la imagen bajo la advocación del Divino Niño Jesús y desde entonces son muchos los que señalan que, al acoger esta advocación como devotos, han recibido favores, gracias y milagros, sin contar las numerosas conversiones.

La Fiesta del Divino Niño se celebra el 20 de julio de cada año en toda Colombia -día del Grito de la Independencia- pero también en otros países de Latinoamérica como Perú, Costa Rica y Nicaragua. Aunque la Iglesia también recuerda la infancia de Jesús el primer domingo de septiembre, al concluirse la tradicional novena de los 9 primeros domingos de cada mes, el 20 de julio ha devenido en una ocasión hermosa para los devotos de ese Jesús que se vuelve niño y toca nuestros corazones.

IMÁGENES Y GIFS DEL DIVINO NIÑO JESÚS DE COLOMBIA

 




















lunes, 19 de julio de 2021

EL EVANGELIO DE HOY LUNES 19 DE JULIO DE 2021



Lunes 16 del tiempo ordinario

Lunes 19 de julio de 2021


1ª Lectura (Éx 14,5-18): En aquellos días, cuando comunicaron al rey de Egipto que el pueblo había escapado, el Faraón y su corte cambiaron de parecer sobre el pueblo, y se dijeron: «¿Qué hemos hecho? Hemos dejado marchar a nuestros esclavos israelitas». Hizo preparar un carro y tomó consigo sus tropas: tomó seiscientos carros escogidos y los demás carros de Egipto con sus correspondientes oficiales. El Señor hizo que el Faraón se empeñase en perseguir a los israelitas, mientras éstos saltan triunfantes. Los egipcios los persiguieron con caballos, carros y jinetes, y les dieron alcance mientras acampaban en Fehirot, frente a Baal Safón.

Se acercaba el Faraón, los israelitas alzaron la vista y vieron a los egipcios que avanzaban detrás de ellos y, muertos de miedo, gritaron al Señor. Y dijeron a Moisés: «¿No había sepulcros en Egipto?, nos has traído a morir en el desierto; ¿qué es lo que nos has hecho sacándonos de Egipto? ¿No te lo decíamos en Egipto: ‘Déjanos en paz, y serviremos a los egipcios; más nos vale servir a los egipcios que morir en el desierto’?». Moisés respondió al pueblo: «No tengáis miedo; estad firmes, y veréis la victoria que el Señor os va a conceder hoy: esos egipcios que estáis viendo hoy, no los volveréis a ver jamás. El Señor peleará por vosotros; vosotros esperad en silencio».

El Señor dijo a Moisés: «¿Por qué sigues clamando a mí? Di a los israelitas que se pongan en marcha. Y tú, alza tu cayado, extiende tu mano sobre el mar y divídelo, para que los israelitas entren en medio del mar a pie enjuto. Que yo voy a endurecer el corazón de los egipcios para que los persigan, y me cubriré de gloria a costa del Faraón y de todo su ejército, de sus carros y de los guerreros. Sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando me haya cubierto de gloria a costa del Faraón, de sus carros y de sus guerreros».

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Salmo responsorial: 15

R/. Cantaré al Señor, sublime es su victoria.

Cantaré al Señor, sublime es su victoria, caballos y carros ha arrojado en el mar. Mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación. Él es mi Dios: yo lo alabaré; el Dios de mis padres: yo lo ensalzaré.


El Señor es un guerrero, su nombre es «El Señor». Los carros del Faraón los lanzó al mar, ahogó en el mar Rojo a sus mejores capitanes.


Las olas los cubrieron, bajaron hasta el fondo como piedras. Tu diestra, Señor, es fuerte y terrible, tu diestra, Señor, tritura al enemigo.

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Versículo antes del Evangelio (Sal 94,8): Aleluya. Hoy no queráis endurecer vuestros corazones, sino oíd la voz del Señor. Aleluya.

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Texto del Evangelio (Mt 12,38-42): En aquel tiempo, le interpelaron algunos escribas y fariseos: «Maestro, queremos ver una señal hecha por ti». Mas Él les respondió: «¡Generación malvada y adúltera! Una señal pide, y no se le dará otra señal que la señal del profeta Jonás. Porque de la misma manera que Jonás estuvo en el vientre del cetáceo tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches. Los ninivitas se levantarán en el Juicio con esta generación y la condenarán; porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay algo más que Jonás. La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón».


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«Maestro, queremos ver una señal hecha por ti»

P. Joel PIRES Teixeira

(Faro, Portugal)


Hoy, Jesús es puesto a prueba por «algunos escribas y fariseos» (Mt 12,38; cf. Mc 10,12), que se sienten amenazados por la persona de Jesús, no por razones de fe, sino de poder. Con miedo a perder su poder, procuran desacreditar a Jesús, provocándolo. Estos “algunos” muchas veces somos nosotros mismos, cuando nos dejamos llevar por nuestros egoísmos e intereses individuales. O también cuando miramos a la Iglesia como una realidad meramente humana y no como un proyecto del amor de Dios hacia cada uno de nosotros.


La respuesta de Jesús es clara: «Ninguna señal les será dada» (cf. Mt 12,39), no por miedo, sino para enfatizar y recordar que las “señales” son la relación de comunicación y amor entre Dios y la humanidad; no se trata de una relación de intereses y poderes individuales. Jesús recuerda que hay muchas señales dadas por Dios; y que no es provocándole o chantajeándole como se consigue llegar a Él.


Jesús es la señal más grande. En este día la Palabra es una invitación para que cada uno de nosotros comprenda, con humildad, que sólo un corazón convertido, vuelto hacia Dios, puede acoger, interpretar y ver esta señal que es Jesús. La humildad es la realidad que nos acerca no solamente a Dios, sino también a la humanidad. Por la humildad reconocemos nuestras limitaciones y virtudes, pero sobre todo vemos a los otros como hermanos y a Dios como Padre.


Como nos recordaba el Papa Francisco, «¡El Señor es verdaderamente paciente con nosotros! No se cansa nunca de recomenzar desde el inicio cada vez que nosotros caemos». Por eso, a pesar de nuestras faltas y provocaciones, el Señor está con los brazos abiertos para acoger y recomenzar. Procuremos, por tanto, que nuestra vida, y hoy en particular, esta palabra se haga realidad en nosotros. La alegría del cristiano está en ser reconocido por el amor que se ve en su vida, amor que brota de Jesús. 

FELIZ SEMANA

 








 

domingo, 18 de julio de 2021

PAPA FRANCISCO ANIMA A APROVECHAR LAS VACACIONES PARA VOLVER A PONER EL CORAZÓN EN EL SEÑOR

 



 Papa Francisco anima a aprovechar las vacaciones para volver a poner el corazón en el Señor

POR BLANCA RUIZ | ACI Prensa

Crédito: Vatican News




Antes de dirigir el rezo del ángelus este domingo 18 de julio desde la ventana del palacio apostólico del Vaticano, el Papa Francisco recordó el valor del descanso y de la compasión. Alertó sobre el peligro del eficientismo, por eso animó a “apagar el teléfono móvil para mirar a los ojos de las personas” y aprovechar el tiempo de vacaciones para volver a poner el corazón en el Señor. 

En el comentario del Evangelio de este domingo, el Papa destacó que el activismo es “un peligro que está siempre al acecho, también para nosotros: dejarse llevar por el frenesí del hacer”, “en el que lo más importante son los resultados que obtenemos y el sentirnos protagonistas absolutos”. 

Algo que, según aseguró, “también sucede en la Iglesia”, “vamos deprisa, pensamos que todo depende de nosotros y al final corremos el riesgo de descuidar a Jesús”. 

Por eso animó a tener un descanso físico y “también del corazón”. “Es preciso regresar al corazón de las cosas: detenerse, estar en silencio, rezar para no pasar de las prisas del trabajo a las de las vacaciones”, destacó el Papa. 

Y recordó que “debería acompañarnos” la invitación de Jesús a los apóstoles en el Evangelio de hoy, en el que les dice “descansad un poco”. 

“Guardemonos del eficientismo, paremos la carrera frenética que dicta nuestras agendas. Aprendamos a detenernos, a apagar el teléfono móvil para mirar a los ojos de las personas, a cultivar el silencio, a contemplar la naturaleza, a regenerarnos en el diálogo con Dios”, aseguró el Papa. 

El Evangelio también narra que Jesús y los discípulos no pudieron descansar como deseaban porque una multitud acudió a ver a Jesús y “entonces el Señor se compadece”, “conmovido, Jesús se dedica a la gente y comienza a enseñar”. 

“Sólo el corazón que no se deja secuestrar por la prisa es capaz de conmoverse, es decir, de no dejarse llevar por sí mismo y por las cosas que tiene que hacer, y de darse cuenta de los demás de sus heridas de sus necesidades. La compasión nace de la contemplación”, destacó. 

Por eso animó a aprender a “descansar de verdad” y hacernos capaces de “compasión verdadera” para cultivar una mirada contemplativa que haga llevar adelante “nuestras actividades sin la actitud rapaz de quien quiere poseer y consumir todo”. 

También alentó a aprovechar el tiempo de vacaciones porque “si nos mantenemos en contacto con el Señor y no anestesiamos la parte más profunda de nuestro ser, las cosas que hemos de hacer no tendrán el poder de dejarnos sin aliento y devorarnos. Necesitamos una “ecología del corazón” compuesta de descanso, contemplación y compasión”.


A continuación el Evangelio de hoy comentado por el Papa Francisco: 

Evangelio según Marcos 6, 30-34

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le  contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco”, porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.

Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.

Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 18 DE JULIO DE 2021

 


 

Domingo 16 (B) del tiempo ordinario

Domingo 18 de julio



1ª Lectura (Jer 23,1-6): Ay de los pastores que dispersan y dejan perecer las ovejas de mi rebaño —oráculo del Señor. Por eso, así dice el Señor, Dios de Israel: «A los pastores que pastorean mi pueblo: Vosotros dispersasteis mis ovejas, las expulsasteis, no las guardasteis; pues yo os tomaré cuentas, por la maldad de vuestras acciones —oráculo del Señor. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas de todos los países adonde las expulsé, y las volveré a traer a sus dehesas, para que crezcan y se multipliquen. Les pondré pastores que las pastoreen; ya no temerán ni se espantarán, y ninguna se perderá —oráculo del Señor. Mirad que llegan días —oráculo del Señor— en que suscitaré a David un vástago legítimo: reinará como rey prudente, hará justicia y derecho en la tierra. En sus días se salvará Judá, Israel habitará seguro. Y lo llamarán con este nombre: El-Señor-nuestra-justicia».



Salmo responsorial: 22

R/. El Señor es mi pastor, nada me falta.

El Señor es mi pastor, nada me falta: en verdes praderas me hace recostar; me conduce hacia fuentes tranquilas y repara mis fuerzas.

Me guía por el sendero justo, por el honor de su nombre. Aunque camine por cañadas oscuras, nada temo, porque tú vas conmigo: tu vara y tu cayado me sosiegan.

Preparas una mesa ante mí, enfrente de mis enemigos; me unges la cabeza con perfume, y mi copa rebosa.

Tu bondad y tu misericordia me acompañan todos los días de mi vida, y habitaré en la casa del Señor por años sin término.

2ª Lectura (Ef 2,13-18): Hermanos: Ahora estáis en Cristo Jesús. Ahora, por la sangre de Cristo, estáis cerca los que antes estabais lejos. Él es nuestra paz. Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa, derribando con su carne el muro que los separaba: el odio. Él ha abolido la Ley con sus mandamientos y reglas, haciendo las paces, para crear con los dos, en él, un solo hombre nuevo. Reconcilió con Dios a los dos pueblos, uniéndolos en un solo cuerpo mediante la cruz, dando muerte, en él, al odio. Vino y trajo la noticia de la paz: paz a vosotros, los de lejos; paz también a los de cerca. Así, unos y otros, podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.

Versículo antes del Evangelio (Jn 10,27): Aleluya. Mis ovejas oyen mi voz, dice el Señor, y yo las conozco y me siguen. Aleluya.

Texto del Evangelio (Mc 6,30-34): En aquel tiempo, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él, entonces, les dice: «Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco». Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario. Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos. Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.



«Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco»

Rev. D. David AMADO i Fernández

(Barcelona, España)


Hoy, el Evangelio nos invita a descubrir la importancia de descansar en el Señor. Los Apóstoles regresaban de la misión que Jesús les había dado. Habían expulsado demonios, curado enfermos y predicado el Evangelio. Estaban cansados y Jesús les dice «venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco» (Mc 6,31).


Una de las tentaciones a las que puede sucumbir cualquier cristiano es la de querer hacer muchas cosas descuidando el trato con el Señor. El Catecismo recuerda que, a la hora de hacer oración, uno de los peligros más grandes es pensar que hay otras cosas más urgentes y, de esa forma, se acaba descuidando el trato con Dios. Por eso, Jesús, a sus Apóstoles, que han trabajado mucho, que están agotados y eufóricos porque todo les ha ido bien, les dice que tienen que descansar. Y, señala el Evangelio «se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario» (Mc 6,32). Para poder rezar bien se necesitan, al menos dos cosas: la primera es estar con Jesús, porque es la persona con la que vamos a hablar. Asegurarnos de que estamos con Él. Por eso todo rato de oración empieza, generalmente, y es lo más difícil, con un acto de presencia de Dios. Tomar conciencia de que estamos con Él. Y la segunda es la necesaria soledad. Si queremos hablar con alguien, tener una conversación íntima y profunda, escogemos la soledad.


San Pedro Julián Eymard recomendaba descansar en Jesús después de comulgar. Y advertía del peligro de llenar la acción de gracias con muchas palabras dichas de memoria. Decía, que después de recibir el Cuerpo de Cristo, lo mejor era estar un rato en silencio, para reponer fuerzas y dejando que Jesús nos hable en el silencio de nuestro corazón. A veces, mejor que explicarle a Él nuestros proyectos es conveniente que Jesús nos instruya y anime.

FELIZ FIN DE SEMANA





  

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