domingo, 26 de diciembre de 2021

CARTA PARA JESÚS - MEDITACIÓN



 Carta para Jesús


Miren la carta que le he escrito a Jesús de Nazaret:

Querido Jesús, mi hermano y mi amigo: ya estás en Nazaret, al calorcito del hogar humilde de tus padres. Pero, ¿sabes cómo naciste? Era de noche, casi las 24 horas. Las estrellas brillaban en el cielo, como lágrimas de plata. La luna estaba allí también blanca, redonda, pura. Allí estaban las estrellas y la luna, como testigos de tu llegada; hacía mucho frío, pues en aquella región donde Tú naciste, el período en el que naciste es el más crudo del invierno.


Pero... ¿sabes dónde naciste? Naciste en un establo, en una cueva de animales. Sí, no hagas gestos de extrañeza. Tu mamá María tuvo que pasar la noche allí, porque nadie le quiso dar albergue. Ya ves, son cosas de la vida y te tocó a Ti.


Y eso que te pasó a Ti, está pasando ahora mismo a muchos que tampoco tienen ni siquiera dónde nacer, porque sus papás son muy pobres.


Tú temblabas de frío, como hoy muchos otros tiemblan. Pero al rato, yo no sé cómo ni de dónde, unos cuantos pastores estuvieron a tu lado. Llevaban un sencillo obsequio para mamá María y para Ti. Mientras tanto Tú llorabas; es que debían hacer daño las pajas punzantes del pesebre en el que reposabas.


Además tenías frío. Gracias a que un buey y una mula, mirándote sin comprender tus gemidos, te daban calor húmedo con su aliento cariñoso.


Así pasaste la noche; entre gemidos y lágrimas; hasta el amanecer, que no sé qué hizo entonces mamá María, seguro que te buscó una casa entre los parientes, para que pudieras descansar algo menos molesto.


Bueno, ya te dije cómo viniste a este mundo, cómo naciste, ahora te dejo con tu mamá María, al calor de tu hogar; pero te pido, Señor, que no te olvides de los que no tienen ni hogar, ni calor, ni mamás; porque eso... debe ser muy triste.


Esta es la carta que le escribí al recién nacido. Si quieren saber qué me contestó, mañana les escribiré su respuesta.


Alfonso Milagro




Contestación de Jesús


Mis buenos amigos: ¿Recuerdan la carta que escribí al recién nacido Jesús de Nazaret? ¿Qué me contestó?

Pues sencillamente... esa carta me la devolvió el correo, poniendo en el sobre: "al remitente".

Sí, fíjense que en el sobre, parece que el mismo Jesús puso esa notita que decía: “no soy yo, sino ustedes los cristianos los que deben procurar que nadie sienta frío, ni ausencia de hogar; vuélvase al remitente, para que tome nota".

Por eso, porque Jesús de Nazaret me devolvió la carta que le escribí, me tomé la libertad de enviárselas a ustedes ayer, cerca del nuevo aniversario de su nacimiento, para que todos tomemos conciencia de nuestra responsabilidad: que todos lleguemos de una vez a comprender que Jesús sigue naciendo en cada niño que llora, y sigue naciendo en cada niño que viene a este mundo, y sigue llorando en cada niño que llora, y sigue teniendo frío en cada niño desprovisto de ropa y sigue teniendo hambre en cada uno de los hambrientos.

Es Jesús de Nazaret el que vive hoy en la carne de cada uno de los pobres, y es en esos necesitados en los que nosotros, los cristianos, porque creemos en Jesús, debemos demostrar nuestro amor a Él.

Luego, en el Evangelio nos lo dejará escrito Él mismo cuando diga: "lo que hagan con cada uno de estos mis pequeños hermanos, lo hacen conmigo".

Así que los dejo por hoy, mis buenos amigos cristianos. ¿Quieren escribirle al Niño Jesús? ¿Quieren ayudarlo? Manden la ayuda a cualquier lugar de beneficencia, para que la hagan llegar a los nuevos Niños Jesús, que son los niños pobres, los niños que sufren, los niños que lloran, los niños que tienen hambre.

En nombre de esos niños: GRACIAS.

¡Ah! Me olvidaba: y sobre todo, en nombre del Niño Jesús: ¡MUCHAS GRACIAS!

Alfonso Milagro 

A LA VIRGEN DE NAVIDAD - POESÍA

 



Poesía

A la Virgen de Navidad



La olvidada campana de la estrella

toca la hora del Amor, y el viento

dispersa en las tinieblas el lamento

de los cautivos y la Paz lo sella.


Porque eres Madre, siendo aún Doncella,

y el río de tu leche es ya sustento;

porque duerme el Señor bajo tu aliento,

heno de tu campiña en la gamella:


En la Noche del Tiempo renacido,

incapaz de decir tu dulce nombre

la Palabra del Padre hecha vagido;


capullo de las fajas y del sueño,

tembloroso y mortal capullo de hombre

¡nuestro hermano mayor y el más pequeño!


Pedro María Casaldáliga

 

LA HERMOSA ORACIÓN A LA SAGRADA FAMILIA QUE PROPONE EL PAPA FRANCISCO



La hermosa oración a la Sagrada Familia que propone el Papa Francisco

Redacción ACI Prensa




En la exhortación apostólica postsinodal Amoris Laetitia, publicada en abril de 2016, el Papa Francisco incluyó una hermosa oración dirigida a la Sagrada Familia, cuya fiesta la Iglesia celebra este domingo 26 de diciembre. 


Este es el texto completo de la plegaria del Santo Padre:


Jesús, María y José

en vosotros contemplamos

el esplendor del verdadero amor,

a vosotros, confiados, nos dirigimos.


Santa Familia de Nazaret,

haz también de nuestras familias

lugar de comunión y cenáculo de oración,

auténticas escuelas del Evangelio

y pequeñas iglesias domésticas.


Santa Familia de Nazaret,

que nunca más haya en las familias episodios

de violencia, de cerrazón y división;

que quien haya sido herido o escandalizado

sea pronto consolado y curado.


Santa Familia de Nazaret,

haz tomar conciencia a todos

del carácter sagrado e inviolable de la familia,

de su belleza en el proyecto de Dios.


Jesús, María y José,

escuchad, acoged nuestra súplica.

Amén.  

IMÁGENES DEL SIGNIFICADO DE LAS FIGURAS DEL NACIMIENTO O PESEBRE NAVIDEÑO EXPLICADO POR EL PAPA FRANCISCO

 










 

IMÁGENES Y GIFS DE LA SAGRADA FAMILIA

 






















 

viernes, 24 de diciembre de 2021

MEDITACIÓN DE NAVIDAD: NAVIDAD EN TU INTERIOR - GIFS DE FELIZ NAVIDAD







 

Navidad en tu interior


Navidad significa nacimiento, y el símbolo de la Navidad es una estrella, una luz en la obscuridad que sirvió de guía para encontrar al salvador. No veamos más esta estrella fuera de nosotros, sino brillando en nuestro cielo interno y aceptémosla como símbolo de que ha llegado el tiempo del Cristo; el tiempo de reconocer nuestra verdadera identidad.

Dentro de cada uno de nosotros existe un Salvador que conoce nuestra totalidad, nuestra esencia. Es una sabiduría innata que, si la utilizamos como una guía, nos conducirá siempre a experiencias de paz, armonía y amor. Es algo muy especial que está en todos y es para todos. Si no sacamos el mayor provecho de ella es sólo porque no la podemos entender y mucho menos aceptar.

Esta esencia en nosotros es la que conoce nuestra totalidad o nuestra santidad. 

Pero como un amigo fiel, no llegará a donde no se ha le ha invitado. Por lo tanto, vamos a comenzar nuestras fiestas navideñas abriéndole la puerta a este invitado tan especial. 

No temamos abrirle la puerta y recibámosle sin expectativas. El sabrá orientarnos, sin equivocarse y nos traerá regalos que no podremos encontrar en ningún lugar del mundo.

Tan pronto recibamos ese invitado tan especial, estaremos listos para preparar la gran fiesta. Pero, ¿cómo va a ser esta fiesta de Navidad?

Nuestro amigo no pide nada. No exige sacrificios de ningún tipo. Por lo tanto, en esta Navidad, cerremos las puertas a todo sacrificio estéril, a la culpa, al miedo a la escasez y demos paso a lo único que tiene sentido en nuestras vidas, a ese regalo del cual derivan su existencia todas las cosas: el amor.

Para muchas personas, las estampas de la Navidad traen sentimientos de gozo y alegría. Para otras, esta época puede ser difícil, solitaria, aumentando los sentimientos de culpa y depresión. Continuamente leemos artículos sobre cómo disfrutar las fiestas, sin embargo muchos no podemos imaginar cómo salir de ese estado de inmensa soledad en que algunos nos sumergimos. A veces podemos sentirnos atrapados entre lo que queremos hacer y lo que debemos hacer. Nos sentimos culpables porque deseamos quedarnos en casa en vez de salir a visitar familiares por compromiso.

También podemos sentirnos perdidos porque no tenemos la familia que quisiéramos tener. Muchos de nosotros, año tras año esperamos que la mágica Navidad nos regale una persona que pueda llenar el vacío del solitario corazón, causando honda desesperación cuando no sucede. Recuerda que no estás solo(a). Que hay muchas personas compartiendo tus mismos sentimientos.

 

LECTURAS BÍBLICAS DE LA MISA DE MEDIANOCHE, MISA DE NAVIDAD - VIERNES 24 DE DICIEMBRE

 



Navidad (Misa de Medianoche)

Viernes 24 de diciembre



 Ver 1ª Lectura y Salmo

1ª Lectura (Is 9,1-6): El pueblo que caminaba en tinieblas vio una gran luz; sobre los que vivían en tierra de sombras, una luz resplandeció. Engrandeciste a tu pueblo e hiciste grande su alegría. Se gozan en tu presencia como gozan al cosechar, como se alegran al repartirse el botín. Porque tú quebrantaste su pesado yugo, la barra que oprimía sus hombros y el cetro de su tirano, como en el día de Madián. Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; lleva sobre sus hombros el signo del imperio y su nombre será: “Consejero admirable”, “Dios poderoso”, “Padre sempiterno”, “Príncipe de la paz”; para extender el principado con una paz sin límites sobre el trono de David y sobre su reino; para establecerlo y consolidarlo con la justicia y el derecho, desde ahora y para siempre. El celo del Señor lo realizará.

Salmo responsorial: 95

R/. Hoy nos ha nacido el Salvador, que es Cristo nuestro Señor.

Cantemos al Señor un canto nuevo, que le cante al Señor toda la tierra; cantemos al Señor y bendigámoslo.


Proclamemos su amor día tras día, su grandeza anunciemos a los pueblos; de nación, sus maravillas.


Alégrense los cielos y la tierra, retumbe el mar y el mundo submarino. Salten de gozo el campo y cuanto encierra, manifiesten los bosques regocijo.


Regocíjese todo ante el Señor, porque ya viene a gobernar el orbe. Justicia y rectitud serán las normas con las que rija a todas las naciones.

2ª Lectura (Tit 2,11-14): Querido hermano: La gracia de Dios se ha manifestado para salvar a todos los hombres y nos ha enseñado a renunciar a la irreligiosidad y a los deseos mundanos, para que vivamos, ya desde ahora, de una manera sobria, justa y fiel a Dios, en espera de la gloriosa venida del gran Dios y Salvador, Cristo Jesús, nuestra esperanza. Él se entregó por nosotros para redimirnos de todo pecado y purificarnos, a fin de convertirnos en pueblo suyo, fervorosamente entregado a practicar el bien.

Versículo antes del Evangelio (Lc 2,10-11): Aleluya. Os anuncio una gran alegría: Hoy nos ha nacido el Salvador, que es Cristo, el Señor. Aleluya.

Texto del Evangelio (Lc 2,1-14): Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto ordenando que se empadronase todo el mundo. Este primer empadronamiento tuvo lugar siendo gobernador de Siria Quirino. Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad. Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de David, para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta. Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días del alumbramiento, y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.


Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El Ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre». Y de pronto se juntó con el Ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes Él se complace».





«Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor»


Rev. D. Ramon Octavi SÁNCHEZ i Valero

(Viladecans, Barcelona, España)

Hoy, nos ha nacido el Salvador. Ésta es la buena noticia de esta noche de Navidad. Como en cada Navidad, Jesús vuelve a nacer en el mundo, en cada casa, en nuestro corazón.


Pero, a diferencia de lo que celebra nuestra sociedad consumista, Jesús no nace en un ambiente de derroche, de compras, de comodidades, de caprichos y de grandes comidas. Jesús nace con la humildad de un portal y de un pesebre.


Y lo hace de esta manera porque es rechazado por los hombres: nadie había querido darles hospedaje, ni en las casas ni en las posadas. María y José, y el mismo Jesús recién nacido, sintieron lo que significa el rechazo, la falta de generosidad y de solidaridad.


Después, las cosas cambiarán y, con el anuncio del Ángel —«No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo» (Lc 2,10)— todos correrán hacia el portal para adorar al Hijo de Dios. Un poco como nuestra sociedad que margina y rechaza a muchas personas porque son pobres, extranjeros o sencillamente distintos a nosotros, y después celebra la Navidad hablando de paz, solidaridad y amor.


Hoy los cristianos estamos llenos de alegría, y con razón. Como afirma san León Magno: «Hoy no sienta bien que haya lugar para la tristeza en el momento en que ha nacido la vida». Pero no podemos olvidar que este nacimiento nos pide un compromiso: vivir la Navidad del modo más parecido posible a como lo vivió la Sagrada Familia. Es decir, sin ostentaciones, sin gastos innecesarios, sin lanzar la casa por la ventana. Celebrar y hacer fiesta es compatible con austeridad e, incluso, con la pobreza.


Por otro lado, si nosotros durante estos días no tenemos verdaderos sentimientos de solidaridad hacia los rechazados, forasteros, sin techo, es que en el fondo somos como los habitantes de Belén: no acogemos a nuestro Niño Jesús.

ORACIÓN FAMILIAR PARA PONER AL NIÑO JESÚS EN EL PESEBRE

 


 Oración familiar para poner al Niño en el pesebre

Redacción ACI Prensa




Antes de la medianoche del 24 de diciembre, cuando estés reunido con tu familia para colocar la imagen del Niño Dios en el pesebre, te invitamos a recitar esta breve oración para pedirle a Jesús que también nazca en tu corazón y en el de tus seres queridos.

 

TODOS:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Lector 1:

Querido Padre, Dios del cielo y de la tierra:

En esta noche santa te queremos dar gracias por tanto amor. Gracias por nuestra familia y por nuestro hogar. Gracias por nuestros amigos, vecinos y por las personas que trabajan con nosotros.

Bendícenos en este día tan especial en el que esperamos el nacimiento de tu Hijo. Ayúdanos a preparar nuestros corazones para recibir al Niño Jesús con amor, alegría y esperanza. Estamos aquí reunidos para adorarlo y darle gracias por haber venido al mundo a llenar nuestras vidas.

En esta noche hermosa, al contemplar el pesebre, recordamos de manera especial a las familias que no tienen techo, alimento y comodidad. Te pedimos por ellas para que la Virgen y San José les ayuden a encontrar un cálido hogar. También recordamos a quienes han sido llamados a tu presencia y que en esta noche gozan contemplando tu rostro en el cielo.   

 

Lector 2:

Padre bueno, te pedimos que el Niño Jesús nazca en nuestros corazones como nació en Belén, para que podamos regalarle a otros el amor que Tú nos muestras día a día. Ayúdanos a reflejar con nuestra vida tu abundante misericordia.

Que junto con tus Ángeles y Arcángeles vivamos siempre alabándote y glorificándote.

(En este momento alguien de la familia pone al Niño Jesús en el pesebre, o si ya está allí, se coloca un pequeño cirio o una velita delante de Él).

 

Lector 3:

Santísima Virgen María, gracias por aceptar ser la Madre de Jesús y Madre nuestra, gracias por tu amor y protección. Sabemos que día a día intercedes por nosotros y por nuestras intenciones, gracias Madre buena. 

Querido San José, gracias por ser padre y protector del Niño Jesús, te pedimos que ruegues a Dios por nosotros para que seamos una familia unida en el amor. Intercede por todas las familias del mundo para que en cada hogar haya calor, seguridad, paz y reconciliación. Amén.

Recemos ahora un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria. (Para finalizar se puede entonar algún villancico y todos se dan un abrazo de paz).

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