Reserva de María
Rafael Ángel Marañón
La Virgen llora en su casa
Temerosa de la gente,
Que malvada y juzgadora
Conjetura algo indecente.
¿Como podría María,
A las gentes de su pueblo,
Explicarles sabiamente
Lo profundo del misterio?
Y a su esposo que la ama
¿Cómo le explica su caso?
Si la gente pervertida,
Le vigila cada paso.
Pero el Padre, que es clemente,
Ya le da la solución,
Y San José les explica
Que les trae la salvación.
Y perseguida de Herodes
A Egipto va diligente,
En su pobre borriquilla,
Huyendo del rey demente.
¡Que revuelta ve su vida
La virgen madre inocente!
Pero en ella se origina
La salvación de la gente.
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