LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 11
Los niños merecen todo nuestro respeto y nuestro amor. No estará de más que examinemos si hemos faltado al respeto al niño; no solamente los niños pueden faltar el respeto a los mayores; la falta de respeto al niño, por parte de los adultos, es mucho más grave. Y examinemos si nuestro amor a los niños ha sido siempre sincero, grande y puro.
Y finalmente, analizar, con entera honestidad ante la propia conciencia, si la mirada de los niños, que todo lo descubre, pudo ver siempre en nosotros a Dios.
Los niños son como diamantes en bruto, que hay que trabajar y pulir; son una línea de puntos suspensivos, sin saber que encierran en su suspenso. Quizás de nosotros dependa el que algunos de esos puntos suspensivos se resuelvan en magníficas afirmaciones de fidelidad al deber, de generosidad y de entrega.
“El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. Pero si alguien escandaliza a uno de estos pequeños que creen en mí, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo hundieran en el fondo del mar” (Mt 18,5-6). Cuida de tus niños y cuida de los niños en general; su integridad es lo más hermoso que existe sobre la tierra.
* P. Alfonso Milagro
No hay comentarios:
Publicar un comentario