LOS CINCO MINUTOS DE DIOS
Agosto 18
No sé si conoces a Mark Twain, escritor de chispeante pluma. Escribió esta sabia observación:
“Esforcémonos en vivir de manera que cuando lleguemos a la muerte hasta el director de la funeraria lo sienta”.
A quienes más se echa de menos cuando mueren es a aquellos que trataron sinceramente de hacer mejor al mundo durante su estancia en él, y no a aquellos que han tomado mucho de la vida y han dado poco.
Aquellos que han tratado de enriquecer al mundo en el servicio a los demás, y no tanto a los que se enriquecieron a sí mismos aun en desmedro de la misma comunidad.
Así, en esta vida los que aman a todos son amados por todos. Las personas desaparecen, pero su recuerdo grato e ingrato perdura mucho tiempo; y, sobre todo, perdurará para siempre en el corazón de Dios, que aprobará o reprobará.
“Padeciendo por nosotros, nos dio ejemplo para seguir sus pasos y además abrió el camino, con cuyo seguimiento la vida y la muerte se santifican y adquieren nuevo sentido” (GS 22). Ese nuevo sentido que se da a todas las cosas cuando se las mira desde el ángulo de Dios.
* P. Alfonso Milagro
No hay comentarios:
Publicar un comentario