Los cinco minutos de María
Agosto 4
La Virgen en toda su vida hizo siempre lo más perfecto, lo que más agradaba a Dios; correspondió siempre a todas las inspiraciones divinas.
La Virgen estaba diciendo continuamente en su Corazón: “Hágase en mí según tu voluntad”.
No podríamos encontrar nosotros mejor camino de santidad que imitar a la Virgen en esa disponibilidad, para que siempre y en todo se cumpla en nosotros la divina voluntad.
Virgen dichosa, por haber concebido a Dios en tu seno y en tu Corazón, tú eres nuestra sólida esperanza de salvación.
* P. Alfonso Milagro
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