CADA DÍA...
Cada día, cuando suene el despertador, respira profundamente, sonríe con ganas y date un aplauso. Eres una persona privilegiada. Estás vivo. El tiempo se te regala a cambio de nada. Tienes por delante la posibilidad de ser feliz. El tiempo no es una condena, es la posibilidad del amor, del gozo, de la felicidad.
Mírate al espejo y ríete un poco de ti mismo. Verás que tienes el corazón despeinado, date una buena ducha de optimismo y verás un buen día.
Por el contrario, si promueves negatividad, ¿adivina qué obtendrás? Por supuesto: Negatividad.
Conozco a muchos que viven una vida de salud, riqueza y felicidad. Ninguno de ellos promueve negatividad en su vida.
Seguramente puedes deslizarte por aquí y por allá, y aún al resbalar y caer, hay una oportunidad: te puedes poner de pie nuevamente.
Ponerse de pie nuevamente significa elegir lo que va a apoyar tu prosperidad positiva, en lugar de entregarte a la tentación negativa de la limitación.
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