Los cinco minutos de María
Octubre 16
La Virgen María amó, y amó en tal grado, que ofreció su propio Hijo a la muerte, a fin de que no viviéramos alejados de Dios.
En la Virgen María no hubo nunca ninguna falsía, ningún doblez, fue siempre veraz, siempre auténtica, siempre fiel en todo y para todos. Por eso la invocamos como “la Virgen fiel”.
Nuestra Señora de la intimidad con el Espíritu Santo, enséñanos a relacionarnos con Dios en lo más íntimo de nuestro ser.
* P. Alfonso Milagro
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