LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
19 julio
Jesús nos prohíbe el juicio temerario, que consiste en juzgar mal del prójimo sin el debido fundamento, porque sabe muy bien que somos naturalmente propensos a juzgar a los demás y a juzgarlos con excesiva severidad.
Juzgando severamente a nuestro prójimo, nos cerramos el camino de la misericordia de Dios.
Nunca tenemos derecho a juzgar mal a los demás, porque no conocemos su intimidad, su forma de pensar y sentir, sus motivaciones, ni su grado de responsabilidad en cada una de sus acciones; por otra parte es ridículo echar en cara a los demás sus faltas, cuando nosotros las tenemos quizá mayores.
Puede ser que veas que otros cometen faltas que tú no cometes; pero no por eso puedes enorgullecerte, ni te debes sentir autorizado para criticarlos y juzgarlos, ya que si no fuera por la gracia de Dios tú cometerías faltas peores.
El juicio de las intenciones humanas está reservado a Dios; el hombre no puede robarle a Dios lo que es exclusivo de la divinidad; por eso Jesús es tan taxativo: "No juzguen y no serán juzgados".
P. Alfonso Milagro
No hay comentarios:
Publicar un comentario