Mayo 14
La felicidad del hijo reside en saber que su madre es plenamente feliz.
El cristiano sabe que su Madre del cielo, la dulce Virgen María, es inmensamente feliz y que es tal la felicidad que ella goza, que le alcanza para comunicarla a sus fieles hijos y sinceros devotos.
Como buena Madre, María se alegra cuando ve a sus hijos felices de sentirse hijos de Dios, amados por Dios, protegidos y paternalmente cuidados por su divina providencia. Y se entristece cuando ve que sus hijos sufren y, más aún, cuando ve que ellos se agobian en su sufrimiento.
Madre del Anunciado por los profetas, quédate con nosotros mientras trabajamos cada día para “que venga su reino”.
* P. Alfonso Milagro
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