NOVENA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
1. ORACIÓN INICIAL
Oh Jesús, atraído hacia Ti por la fuerte irradiación de tu amor, vengo a tu Corazón Santísimo, formado en el seno virginal de María por obra del Espíritu Santo. Hijo del Padre, que con el Espíritu Santo constituyen la Augusta Trinidad, eres Tú asiento de todas las gracias, modelo de todas las virtudes, ideal de toda santidad y meta suprema para todo cristiano.
En estos días que anteceden a tu fiesta, quiero acercarme a Ti, con espíritu contrito y humillado, para clamarte me concedas esas ansias de santidad que esta obra de tu Amor, reclaman de mi entrega a ella.
Cómo anhelo, Divino Corazón, que aceleres el plazo y colmes los deseos de esta familia tuya nacida de tu amor, que tanto desea ver convertido en realidad su ideal y también el aumento de sus miembros y los medios para cumplir la misión que le ha sido confiada.
Mientras tanto, haz que vivamos en la plenitud de las virtudes teologales, firmes en la fe, apoyados en los hechos a lo largo de estos años, que confirman que Tú nos has entregado esta Obra que has previsto para la santificación de la Iglesia; alimentados con la esperanza de un bien tan necesario para responder al Vaticano II; y fuertemente enamorados de tu Divino Corazón, cuya devoción es nuestra roca, nuestro baluarte y el mejor instrumento para santificarnos nosotros y colaborar en la santificación de la Iglesia.
María, Tú que formaste en tu seno, por obra del Espíritu Santo, este Divino Corazón, intercede con la fuerza de tu mediación para que lleguemos a la realidad que anhelamos. Así sea. Amén.
2. DÍA PRIMERO
El Corazón traspasado de Cristo
El agua que Cristo prometió, brotaría de su Corazón, brotó en su muerte consumada al ser traspasado su Corazón por la lanza. La muerte de Nuestro Señor es nuestra salvación y nuestra vida. Con su muerte se instituye la Iglesia, los sacramentos, se nos comunica el Espíritu Santo, río de la gracia; pero es el mismo Cristo quien ha simbolizado en su Corazón traspasado su muerte redentora y la fuente de gracias, para darnos de nuevo a entender que el motivo de su muerte y de la gracia que nos hace Hijos de Dios, es el amor.
“Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo Único” (Jn. 3,16). “…como propiciación por nuestros pecados” (1Jn. 4,10). “Ved el amor de Dios, que nos ha concedido ser hijos suyos” (1Jn. 3,1). Y quiere Cristo que vayamos a Él y bebamos de esa fuente. ¿No es esto proponernos ya la espiritualidad de su Corazón, Corazón bueno y humilde (Mt. 11,29) del cual hemos de aprender? Después revelaría a Santa Margarita María: “Éste es el Corazón que tanto ha amado a los hombres”.
Por ello, dicen los Papas, hablando de la devoción al Corazón de Jesús: “Es un culto al amor con que Dios nos amó por medio de Jesús”. “Nadie llegará a sentir debidamente a Jesucristo crucificado, si no penetra en los más íntimos secretos de su Corazón”.
3. *ACTO DE DESAGRAVIO*
Acudamos a desagraviar al Sagrado Corazón de Jesús:
Por todas las blasfemias, sacrilegios, profanación de fiestas que se cometen contra el nombre de Dios en sus templos: PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.
Por los ataques a la Iglesia, persecuciones y propagandas de ateísmo: PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.
Por los apóstatas, los que desprecian el Magisterio de la Iglesia y todos los falsos profetas: PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.
Por las opresiones de los gobiernos, de esclavitud, de delincuencia, y todas las injusticias laborales, familiares y sociales: PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.
Por todos los actos inhumanos de violencia, asesinatos, torturas, malos tratos, robos, estafas, extorsiones: PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.
Por toda la inmoralidad y corrupción: en el trabajo profesional, en las relaciones sociales, espectáculos, diversiones, modas, lecturas, bebidas, drogas: PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.
Por los pecados de escándalo y de respeto humano: PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.
Por todos los pecados contra la santidad de la familia y contra el amor fraterno: PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.
Por los sacerdotes y religiosos indignos, por los políticos ambiciosos, por todos los abusos de autoridad: PERDÓN, SEÑOR, PERDÓN.
Cristo Jesús, le pedimos especialmente a tu Corazón que conceda gracias abundantes a los más necesitados; nunca permitas que nos apartemos de Ti, sino que aprendiendo de tu Corazón nuestros sentimientos y juicios, cada día nos parezcamos más a Ti.
4. ORACIÓN FINAL
Corazón Santísimo de Jesús, don tuyo es tu Corazón y con Él nos lo das todo. Nos lo diste al nacer en Belén, nos lo diste en la cruz al ser traspasado por la lanza y nos lo das todos los días al darnos tu propio cuerpo en la Sagrada Eucaristía.
¡Daos cuenta, nos dices, de lo que os doy! Pues, Señor, que el fruto de esta novena sea sobre todo, que nos abras el sentido de este don tuyo, compendio de todos tus dones. Danos el pleno conocimiento de este don; danos una segura esperanza que en tu Corazón lo tendremos todo; y sobre todo, danos tu amor desbordante para ese Corazón donde quisiéramos vivir en la tierra para santificarnos, donde tengamos la dicha de poseeros en el Cielo.
Así sea. Amén.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria.
Alabado sea el Corazón de Jesús en todo lugar y tiempo...
Con María, su Madre
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