domingo, 30 de marzo de 2014

UNA PEQUEÑA ROSA ROJA


Una pequeña rosa roja


Caminaba un día por la calle, cuando observé  como unas nubes oscuras se juntaban en el cielo, y vi luego como la lluvia empezó a caer,  rápidamente busqué refugio, al mismo tiempo que la suave lluvia se convertía poco a poco en tormenta.Encontré refugio bajo una cornisa,  a la entrada de una casa, en el momento en que la tormenta caía con más fuerza y estruendo.

Vi entonces una pequeña rosa roja, golpeada y encorvada
por las grandes gotas de agua que constantemente le azotaban;
y a pesar de esto no se rompía, sino que soportaba con increíble resistencia el gran embate de la lluvia y cada uno de sus golpes;
manifestado en grandes y pesadas gotas de agua.

Me sorprendí al ver como a pesar del viento y lluvia,
la pequeña rosa roja soportaba el gran castigo, sin ceder ni un ápice.
En muchos momentos, pensé verla caer, derrotada por la furia del agua, mas sin embargo, volvía a enderezar su ya doblado tallo por la lluvia.

Al pasar la lluvia, y ver como el sol salía de entre las oscuras nubes,
noté con asombro como la pequeña y frágil rosa roja, estaba aún en su lugar, con su tallo erguido hacia el cielo, mostrando con orgullo sus bellos pétalos rojos, en señal de su victoria ante las fuerzas de la misma naturaleza, a la cuál pertenece.

Esto me hizo reflexionar acerca de mi vida;
pues al recordar como la indefensa rosa luchaba por seguir en pié ante la tempestad,  y después de observar cuán dura había sido su lucha,  me recordó las dificultades que había tenido en mi vida,
y de como muchas veces, había sentido que ya no podía más,
pero al ver la rosa roja, en pié y victoriosa,recordé aquel pasaje de la Biblia, donde Jesús nos dice que nosotros valemos más que las flores del campo y los pajarillos del cielo, y pensé:

"Si Jesús dio fuerza a esa pequeña rosa roja para pasar la tempestad;
¿por qué he yo de temer a las adversidades? Pues si Jesús no dejó que esa rosa que no ama, no camina y no tiene razón soportara la tormenta, ¿cuánto más cuidará de mí, hijo de Dios y heredero de la vida eterna?”.

Desde entonces no dejo que nada me asuste,atemorice o desanime,
y cada vez que siento desfallecer; recuerdo aquella pequeña rosa roja, la cuál me mostró cuánto valgo y lo duro que he de pelear en este mundo,pero también recuerdo el amor que me tiene Aquel que dio fuerza a la rosa, para que pudiera resistir.

sábado, 29 de marzo de 2014

HUELLAS EN LA ARENA

Huellas en la Arena

        Una noche tuve un sueño... soñé que estaba caminando por la playa con el Señor y, a través del cielo, pasaban escenas de mi vida.

        Por cada escena que pasaba, percibí que quedaban dos pares de pisadas en la arena: unas eran las mías y las otras del Señor.

        Cuando la última escena pasó delante nuestro, miré hacia atrás, hacia las pisadas en la arena y noté que muchas veces en el camino de mi vida quedaban sólo un par de pisadas en la arena.

        Noté también que eso sucedía en los momentos más difíciles de mi vida. Eso realmente me perturbó y pregunté entonces al Señor: "Señor, Tu me dijiste, cuando resolví seguirte, que andarías conmigo, a lo largo del camino, pero durante los peores momentos de mi vida, había en la arena sólo un par de pisadas.

        No comprendo porque Tu me dejaste en las horas en que yo más te necesitaba". Entonces, El, clavando en mi su mirada infinita me contestó: "Mi querido hijo.

        Yo te he amado y jamás te abandonaría en los momentos más difíciles. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas fue justamente allí donde te cargué en mis brazos".


LAS SIETE PRENDAS DE LA VIRGEN MARÍA


LAS SIETE PRENDAS DE LA VIRGEN

La vestimenta de la Santísima Virgen, en su aparición en Sabana Grande, es todo un meditar sobre el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo de forma sencilla y elocuente. Su corona tiene siete estrellas que simbolizan el tesoro de nuestra Iglesia Católica, que son los siete Sacramentos y las siete virtudes (Humildad, Generosidad, Castidad, Paciencia, Templanza, Caridad y Diligencia), que nos invita a vivir y que se contraponen a los siete pecados capitales.
Su manto azul representa la protección maternal de la Virgen a todos sus hijos. Su túnica blanca simboliza nuestro apostolado y la pureza y limpieza que debemos mantener en el alma para alcanzar el Reino de Dios. Su rosario simboliza la oración y el sacrificio al que estamos llamados todos, para conseguir nuestra conversión interna en una búsqueda genuina de Dios y la transformación de la humanidad, que cada vez se aleja más de Él. Su broche, simboliza el pequeño reinado de María sobre hombres y mujeres que, saliendo de la indiferencia, deciden ayudar a nuestra Madre Santísima para que las almas regresen a Dios.

Su cinturón, simboliza la obediencia que debemos a la Iglesia Verdadera. Su sandalia, simboliza la diligencia con la que debemos obrar, para que el propósito de su aparición se cumpla.

1 CORONA DE SIETE ESTRELLAS

Su corona de siete estrellas, una grande al frente, tres a la derecha y tres a la izquierda simboliza los siete Sacramentos de nuestra Iglesia. La primera estrella simboliza el sacramento del Bautismo; la segunda la Confirmación; la tercera la Penitencia; la cuarta y más grande la Eucaristía; la quinta la Unción de Enfermos; la sexta el Orden Sacerdotal; la séptima el Matrimonio. La Santísima Virgen, como formadora perfecta, nos recalca la importancia del sacramento de la Eucaristía, el Cuerpo y la Sangre de su Amadísimo Hijo en la más reluciente y hermosa de todas, la cuarta estrella.

En cada una de las estrellas de su corona también se encuentran simbolizadas las virtudes de la Santísima Virgen: humildad, generosidad, castidad, paciencia, templanza, caridad y diligencia. Diferente a otras apariciones, en la aparición de Sabana Grande la Santísima Virgen se presenta con su hermosa corona de forma horizontal la forma en que se coronan los reyes de la tierra porque Ella viene en este tiempo como Reina de todos los hombres, Reina de toda la humanidad. Es necesario participar de su reinado, convirtiéndonos en sus súbditos y esclavos, en perfectos apóstoles de estos tiempos.
La Santísima Virgen, como Madre perfecta, quiere mostrarnos el Verdadero Camino y nos deja su corona de siete estrellas visibles que continuamente nos recuerdan que debemos frecuentar los Sacramentos, fuente de gracia que nos mantendrá cerca de su Hijo Jesús. Por la recepción frecuente de los Sacramentos e imitando a Nuestra Madre en sus virtudes se logrará alcanzar el crecimiento espiritual que Ella pide a sus hijos nuevos, la nueva estirpe que con su ejemplo y santidad transformará la humanidad.

2 MANTO AZUL

El manto de la Santísima Virgen siempre significa confianza, protección. Es esa protección especial que Ella nos promete y nos recuerda en cada unos de sus tres primeros mensajes. María nos promete en su primer mensaje, “Las gracias necesarias para la salvación”; en su segundo mensaje nos dice “protéjanse debajo de mi manto y vivan en mis virtudes”; en su tercer mensaje, “prometo mi protección maternal cubriendo con mi manto…” y nos repite “protéjanse debajo de mi manto….” Ella nos conseguirá todas las gracias necesarias…todo cuanto le pidamos y sea para beneficio de nosotros. De su manto recibiremos toda la protección y guía necesaria para alcanzar la plenitud pedida por su Amadísimo Hijo Jesús.

Cierto es, que aunque en nuestro caminar habrá muchos tropiezos, estos fortalecerán nuestro espíritu. Aún en momentos en que nos sintamos perdidos y en la oscuridad, Ella estará muy cerca de nosotros, su protección no nos ha de faltar. Lo importante es confiar, entregarnos y caminar sabiendo que Ella camina a nuestro lado y nos cubre con su manto guiándonos de su mano.

Cuando una Madre está enseñando a su bebe a caminar, se mantiene cerca del bebe. Al principio le toma de las manitas y le ayuda, le enseña como se dan los primeros pasos; luego le suelta una mano y ya el bebe dará sus primeros pasitos solo, pero cuando tropieza y cae, inmediatamente puede sentir las manos de su madre que le levanta y conforta. El niño sabe que si se cae, mamá le levantará. Aún cuando cae y no ve a mamá, sabe que ella está cerca, que llamándola acudirá en su ayuda, Así es la Virgen María con nosotros, una Madre llena de amor, que siempre se mantiene a nuestro lado; que con sólo llamarla acudirá a nuestro auxilio. La Santísima Virgen María, con su manto azul, nos promete la protección que brindará a todo aquel que promulgue su nombre como Madre del Verdadero Camino hacia el Padre.

3 TÚNICA BLANCA

Su túnica blanca simboliza el apostolado. Ese apostolado constante que es un deber de todo cristiano no importa sexo, condición social, si se está casado o soltero con o sin hijos.
Los laicos estamos llamados a ponernos a disposición de nuestros sacerdotes, ayudarlos y asumir la responsabilidad del apostolado en nuestra comunidad. La Santísima Virgen, en su segundo mensaje, nos invita a ser cristianos dinámicos, como lo fue su Amadísimo Hijo. Jesús caminó y cumplió con su misión, con la voluntad del Padre, aún a costa de su propia Sangre. Nuestra Iglesia nos pide un apostolado activo y constante. En el concilio Vaticano II se nos exhorta a ello.
Como hijos fieles de la Madre Iglesia tenemos que vestirnos con la túnica blanca y convertirnos en los apóstoles de estos tiempos.

BROCHE, ROSARIO, CORREA Y SANDALIA

Estas cuatro prendas de vestir color café o tierra son símbolo de la participación activa del hombre. Según el pedido que le hizo su Hijo, la Santísima Virgen por medio de estas cuatro prendas nos invita a actuar para alcanzar la plenitud.

4 BROCHE

El broche simboliza el pequeño reinado de María, una nueva generación de cristianos que proclamen sin miedo a María como Madre del Verdadero Camino hacia el Padre.
Este reinado de María es el resultado de la misión a la que fue predestinada: La misión de Madre del Creador y de todas las criaturas y mediadora e intercesora ante su Hijo Jesús.
Por esto, entre otras cosas, llamamos a la Santísima Virgen:

-Reina de la belleza, por su singular hermosura.
-Reina de la Santidad, por la plenitud de su Gracia, principio de virtudes y de méritos Incalculables.
-Reina de todos los Santos, porque a todos superó en santidad.
-Reina de los Ángeles, porque supera a todos en la agudeza del entendimiento.
-Reina de los Patriarcas, porque a todos supera en el Don de la Profecía.
-Reina de los apóstoles, porque los supera en el cielo.
-Reina de los Mártires, porque supera a todos en fortaleza.
-Reina de los confesores, porque supera a todos en la confesión de fe.

María Santísima empezó a ser Reina en el momento mismo en que concibió, por obra del Espíritu Santo, a Jesucristo Rey.

Reafirmó su realeza por derecho, al pie de la cruz de Jesús; ejerció su reinado sobre la Iglesia primitiva, sobre los Apóstoles y primeros discípulos del Señor y sigue y seguirá, ejerciéndolo eternamente en el Cielo sobre todos los seres creados.

Este reinado de María no es uno temporal y terreno, sino más bien un reinado eterno y universal: Reina de la Verdad, de Vida, de Santidad. De Gracia. De Justicia. De Amor y de Paz.
Este reinado lo componen cristianos que se dediquen a la oración, al sacrificio y al apostolado. Está al alcance de nuestras manos. Este reino es uno sobrenatural, el fin último del mismo es la salvación eterna. Por lo tanto, la ley en este reino espiritual es la gracia para la salvación eterna. La gracia es la mueve a los súbditos de este reino a aceptar la Voluntad del Padre.

Ella es la dispensadora de todas las gracias y nos promete, en su primer mensaje dejado en Sabana Grande, unas gracias especiales para la salvación, gracias que nos ayudarán a formar parte de este reinado de María simbolizado con su broche.

Como Madre perfecta, nos muestra las herramientas, los medios para lograr el pedido de formar esta nueva generación que son: sus virtudes, los Sacramentos de la Verdadera Iglesia, el rosario como arma infalible, y la oración, el sacrificio y la penitencia.

5 EL ROSARIO


La Santísima Virgen traía entre sus manos un rosario color café. Color que como ya hemos dicho, nos recuerda la participación activa del hombre en este mensaje.
En todas sus visitas al mundo del hombre, la Madre de Dios ha pedido sin cesar, el rezo del Santo Rosario. Sabana Grande no es una excepción. En su visita a tierra puertorriqueña la Santísima Virgen nos trae el rosario como prenda segura de salvación. Muchos Santos le han llamado, y con razón…”la oración más perfecta después de la Santa Misa”.
El Santo Padre continuamente nos exhorta al rezo del Santo Rosario y nos recuerda su importancia.
Con el rezo del Santo Rosario meditamos continuamente sobre los hechos más importantes de la obra salvífica de Nuestro Señor Jesucristo y de la participación corredentora de nuestra Santísima Madre, desde la Anunciación hasta la Resurrección.

El Santo Rosario no es solo oración sino también sacrificio, especialmente si lo rezamos de rodillas. No podemos olvidar que la Santísima Virgen nos dice en su segundo mensaje que….”la oración y el sacrificio serán mandatorios”. Y en su tercer mensaje nuestra Santísima Madre promete una protección muy especial a todo aquel que rece diariamente cinco misterios del Santo Rosario. Confiados en nuestra Madre Celestial cumplamos con este importante pedido.

6 CINTURÓN O CORREA

¿Cómo vamos a caminar hacia un mayor crecimiento espiritual? La Santísima Virgen nos lo indica por medio del cinturón que simboliza la obediencia. Caminaremos en obediencia a Pedro y a sus sucesores, es decir, al Santo Padre. Tenemos que ser obedientes a los dogmas y doctrinas de la verdadera Iglesia. Tosa la vida de nuestra Señora es un ejemplo vivo de obediencia.
Todos sabemos que por la desobediencia de Eva entró el pecado en el mundo y con el pecado las tinieblas y la muerte. Todos heredamos de nuestros primeros padres, Adán y Eva, esta tendencia al mal, a la desobediencia. Y es por la obediencia de una mujer, la Santísima Virgen María, que llega el Salvador.

Los apóstoles pertenecientes al reinado de la Virgen María viven sumisos y obedientes a Ella, a ejemplo de Jesucristo, quien, de sus 33 años de vida empleó 30 años en entera sumisión a su Madre. “El que honra a su madre se parece a un hombre que atesora.” 1 Como la Santísima Virgen es Madre de la Iglesia, todos tenemos que ser obedientes a Nuestra Señora y a la Iglesia. Siendo obedientes, esto es ciñéndonos el cinturón, perteneceremos a su reinado.
La obediencia de la Santísima Virgen fue continua, pronta y total. Continua es sin interrupción; pronta es sin titubeos; total es sin restricciones de ningún tipo, Así debe ser nuestra obediencia. Veamos un ejemplo de obediencia que nos relata Santa Gema Galgani:

Dados los muchos regalos espirituales que esta Santa obtenía durante su vida, inclusive el que el mismo Jesús le prestara su corona de espinas, recibió órdenes de su director espiritual de acostarse a dormir a cierta hora de la noche. Una noche se le aparece su Ángel de la guarda para comunicarle que la Santísima Virgen vendría a visitarla. Y la santa, que conoce lo importante de la obediencia, le pide al Ángel que le diga a la Santísima Virgen María que vuelva al día siguiente más temprano, porque a esa hora ya no podría recibir más visitas por obediencia. El Ángel sonrió complacido y se marchó.

Jesús le repetía a Santa Gema: “obedece, hija mía, obedece prontamente y alegremente y, para mejor lograrlo y salir victoriosamente es esta hermosa virtud, pídeselo a mi Madre, que tanto te quiere.”
Aprendamos de María, siempre obediente a los deseos del Padre. Es la obediencia lo que distingue y caracteriza el Espíritu de Cristo, por ende, a los cristianos.

7 SANDALIA


La sandalia que calzaba la Santísima Virgen en el pie derecho es símbolo de nuestro peregrinar hacia la Patria Celestial. Es ese primer paso de nuestra entrega a Cristo. Por eso se reconoce en su primer mensaje como Madre del Verdadero Camino hacia el Padre.

Al calzar esta sandalia la Santísima Virgen nos invita a ser diligentes, a actuar con prontitud y alegría. Toda su vida Ella nos demuestra diligencia. La vemos en su visita a su prima Santa Isabel….en su huida a Egipto…Y en las bodas de Cana.

Nuestra Santísima Madre es caminante. Aún hoy sigue su camino por diversas partes del mundo. Sigue estimulando a sus hijos a caminar hacia el Padre. Sin miedo y con diligencia debemos comenzar a peregrinar por este mundo sabiendo siempre que “De la mano de María el camino hemos de recorrer, que por la enseñanzas de Jesucristo su Hijo, al Padre hemos de ver”.

ORACIÓN DEL ABANDONO - SAN IGNACIO DE LOYOLA

EN ELSILENCIO


EN EL SILENCIO...

Cuantas veces he deseado rendirme y dejarte mi Dios,
cuantas veces el silencio no es favorable para mi;
pienso que no estas, que no me oyes,
que ya Tu presencia se ha marchado
y no puedo sentirla, muchas veces se va la alegría,
se pierde la fe por instantes,  que parecen siglos.

Me hago a la idea que no pasa nada,
que estoy sola y me invade la tristeza
y es ahí cuando tu zumbido se hace eco en mis oídos y llega al corazón, dejándome ver que es en el silencio donde las grandes cosas crecen
y TÚ eres muy grande en mi vida.

Termino agradeciéndote por lo que estas haciendo en mis silencios.
Gracias mi Padre,porque me miras en el silencio,
me acaricias en el silencio y me recuerdas en todo momento.///Te amo MI DIOS///

BENDICIÓN CATÓLICA PARA LA CASA


BENDICIÓN CATÓLICA PARA LA CASA.

Que la bendición de Dios descienda sobre esta casa y sobre todos los que en ella viven.  
Que la gracia del Espíritu Santo los santifique a todos!
Que el nombre en el que esta toda la salvación,
el Santísimo y dulce nombre de Jesús,
derrame en rica medida salvación
y bendición sobre esta casa
y sobretodo lo que existe en ella.
 
La Virgen santísima y Madre de Dios, María,
 cele con cuidado maternal por todos
 y los preserve de todo mal
del cuerpo y del alma.
 
Que la intercesión poderosa del glorioso San José
conceda a nuestros trabajos feliz prosperidad
y muchas compensaciones por nuestros sufrimientos.
 
Que los santos ángeles de la guarda quieran proteger a todos en esta casa contra las celadas del enemigo maligno y que eleven con seguridad a todos a la patria celestial.
 
Que la bendición de Dios omnipotente,
 Padre, Hijo y Espíritu Santo,
descienda sobre nosotros y
permanezca para siempre con nosotros.
 
Amen.

viernes, 28 de marzo de 2014

NO TE RINDAS

 No te rindas

No te rindas, aún estás a tiempo
de abrazar la vida y comenzar de nuevo,
aceptar tu sombra,
liberar el lastre y retomar el vuelo.

No te rindas, que la vida es eso,
continuar el viaje, perseguir tus sueños,
abrir las esclusas, destrabar el tiempo,
correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor, no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se acalle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,
porque lo has querido y porque yo te quiero,
porque existe el vino y el amor es cierto,
porque no hay herida que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, quitar los cerrojos,
bajar el puente y cruzar el foso,
abandonar las murallas que te protegieron,
volver a la vida y aceptar el reto.

Recuperar la risa, ensayar un canto,
bajar la guardia y extender las manos,
desplegar las alas e intentar de nuevo,
celebrar la vida, remontar los cielos.

No te rindas, por favor, no cedas,
aunque el frío queme, aunque el miedo muerda,
aunque el sol se ponga y se acalle el viento,
aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.

Porque cada día es un comienzo nuevo,
porque ésta es la hora y el mejor momento,
porque tienes alas y puedes hacerlo,
porque no estás solo y porque yo te quiero.

LLAMADOS A REMAR MAR ADENTRO


Autor: SS Juan Pablo II | Fuente: Catholic.net
Llamados a remar mar adentro
Confía en Él, escucha sus enseñanzas, mira su rostro, escucha su Palabra. Deja que sea Él quien oriente tus búsquedas, aspiraciones, ideales y anhelos de tu corazón.
 
Llamados a remar mar adentro
Mensaje de SS Juan Pablo II. Enero del 2005.


Queridos Hermanos y Hermanas:

«Duc in altum!» Al comienzo de la carta apostólica «Novo millennio ineunte» cité las palabras con las que Jesús anima a los primeros discípulos a echar las redes para una pesca que sería milagrosa. Dice a Pedro: «Duc in altum – Remar mar adentro» (Lucas 5, 4). «Pedro y los primeros compañeros se fiaron de las palabras de Cristo, y echaron las redes» («Novo millennio ineunte», 1).


«Duc in altum!» La llamada de Cristo resulta especialmente actual en nuestro tiempo, en el que una difusa manera de pensar propicia la falta de esfuerzo personal ante las dificultades.

La primera condición para «remar mar adentro» requiere cultivar un profundo espíritu de oración, alimentado por la escucha diaria de la Palabra de Dios. La auténtica vida cristiana se mide por la hondura en la oración, arte que se aprende humildemente «de los mismos labios del divino Maestro», implorando casi, «como los primeros discípulos: "¡Señor, enséñanos a orar!" (Lucas 11, 1). En la plegaria se desarrolla ese diálogo con Cristo que nos convierte en sus íntimos: "Permaneced en mí, como yo en vosotros" (Juan 15, 4)» («Novo millennio ineunte», 32).

La orante unión con Cristo nos ayuda a descubrir su presencia incluso en momentos de aparente desilusión, cuando la fatiga parece inútil, como les sucedía a los mismos apóstoles que después de haber faenado toda la noche exclamaron: «Maestro, no hemos pescado nada» (Lucas 5, 5). Frecuentemente en momentos así es cuando hay que abrir el corazón a la onda de la gracia y dejar que la palabra del Redentor actúe con toda su fuerza: «Duc in altum!» (Cf. «Novo millennio ineunte», 38).

Quien abra el corazón a Cristo no sólo comprende el misterio de la propia existencia, sino también el de la propia vocación, y recoge espléndidos frutos de gracia. Primero, creciendo en santidad por un camino espiritual que, comenzando con el don del Bautismo, prosigue hasta alcanzar la perfecta caridad (Cf. ibid, 30). Viviendo el Evangelio «sine glossa», el cristiano se hace cada vez más capaz de amar como Cristo, a tenor de la exhortación: «Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto» (Mateo 5, 48). Se esfuerza en perseverar en la unidad con los hermanos dentro de la comunión de la Iglesia, y se pone al servicio de la nueva evangelización para proclamar y ser testigo de la impresionante realidad del amor salvífico de Dios.

Particularmente a vosotros, queridos adolescentes y jóvenes, os repito la invitación de Cristo a «remar mar adentro». Os encontráis en un momento en que tenéis que tomar una decisión importante para vuestro futuro. Guardo en mi corazón el recuerdo de numerosos encuentros en años pasados con jóvenes, convertidos hoy en adultos, tal vez en padres de algunos de vosotros, en sacerdotes, religiosos, religiosas, vuestros educadores en la fe. Los vi alegres, como deben ser los jóvenes, pero también reflexivos, por el empeño en dar un «sentido» pleno a su existencia. Cada vez estoy más convencido de que, en el ánimo de las nuevas generaciones es mayor la atracción hacia los valores del espíritu, mayor el ansia de santidad. Los jóvenes necesitan de Cristo, pero saben también que Cristo quiere contar con ellos. 

Queridos hermanos y hermanas, confiad en Él, escuchad sus enseñanzas, mirad su rostro, perseverad en la escucha de su Palabra. Dejad que sea Él quien oriente vuestras búsquedas y aspiraciones, vuestros ideales y los anhelos de vuestro corazón. 
A ustedes queridos padres y educadores cristianos, a los amados sacerdotes, consagrados y catequistas. Dios os ha confiado el quehacer peculiar de guiar a la juventud por el camino de la santidad. Sed para ellos ejemplo de generosa fidelidad a Cristo. Animadles a no dudar en «remar mar adentro», respondiendo sin tardanza a la invitación del Señor. Él llama a unos a la vida familiar, a otros a la vida consagrada o al ministerio sacerdotal. Ayudadles para que sepan discernir cuál es su camino, y lleguen a ser verdaderos amigos de Cristo y sus auténticos discípulos. Cuando los adultos creyentes hacen visible el rostro de Cristo con la palabra y con el ejemplo, los jóvenes están dispuestos más fácilmente a acoger su exigente mensaje marcado por el misterio de la Cruz. 

¡No olvidéis, además, que hoy también se necesitan sacerdotes santos, personas totalmente consagradas al servicio de Dios! Por eso querría repetir una vez más: «Es necesario y urgente enfocar una vasta y capilar pastoral de las vocaciones que llegue a las parroquias, los centros educativos, a las familias, suscitando una reflexión más atenta a los valores esenciales de la vida, los cuales se resumen claramente en la respuesta que cada uno está invitado a dar a la llamada de Dios, especialmente cuando pide la entrega total de sí y de las propias fuerzas para la causa del Reino» («Novo millennio ineunte», 46). 

A los jóvenes les vuelvo a decir las palabras de Jesús: «Duc in altum!» Al repetir de nuevo esta exhortación, pienso también en las palabras dirigidas por María, su Madre, a los servidores en Caná de Galilea: «Haced lo que Él os diga» (Juan 2, 5). Cristo, queridos jóvenes, os pide «remar mar adentro» y la Virgen os anima a no dudar en seguirle. 

DEJÉMONOS QUERER POR LA VIRGEN MARÍA

Dejémonos querer por María
Padre Tomás Rodríguez Carbajo

. Se nos propone como prototipo del amor, el de l madre, persona con la que primero tuvimos contacto sensible en esta vida y quien siempre llevaba ella la iniciativa en las muestras de amor, besos, caricias, abrazos, etc...

. De “pequeñines” nos dejábamos querer por la nuestra madre, después ya iba buscando que tuviéramos nosotros la iniciativa en las muestras de amor y cariño.

. En nuestros años infantiles nuestra piedad mariana venía arropada por el ambiente del hogar y de la escuela: Las Tres avemarías rituales al levantarnos y al acostarnos. En fechas señaladas como en Mayo se respiraba un ambiente mariano con el “ejercicio de las flores” ante el altar construido dentro del aula, en cuya parte más alta se había colocado una imagen o cuadro de la Virgen.

. Al llegar a la adolescencia se nos proponía a María como guía, modelo para nuestra vida de acercamiento a Cristo. Con el entusiasmo de la entrega le cantábamos: “Mientras mi vida alentare todo mi amor para Ti...”

. Los años pasaban y aquellos fervores se iban debilitando o apagando. Se seguía a falaces sirenas, que prometían una felicidad inmediata, pero que nunca llegaba a llenar plenamente nuestras ansias de felicidad. Fueron los años de alejarse de la mayoría de las prácticas religiosas, de la incoherencia entre lo que pedíamos a los otros y lo que nosotros nos exigíamos.

. Como hay tiempo para todo, cuando se llega a la adultez no sólo de los años, sino también del interior, uno echa una mirada retrospectiva para ver las cosas que han cambiado a nuestro alrededor con el paso de los años y también de lo que nosotros hemos cambiado.

. Descubrimos que siempre estuvo pendiente de nosotros María, nuestra Madre,, vamos recorriendo nuestra historia y le tenemos que decir con la canción:
¡ Cuántas veces siendo niño te recé, con mis besos te decía que te amaba! Poco a poco con el tiempo olvidándome de Ti por caminos que se alejan, me perdí
Hoy he vuelto, Madre, a recordar ¡cuántas cosas dije ante tu altar! y al rezarte puedo
comprender que una madre no se cansa de esperar.

. La tónica del comportamiento de María es la de estar siempre cerca de nosotros para llevarnos a su Hijo.. Ella nos ha contemplado con gozo y alegría, cuando de pequeños acudíamos a su regazo; nos ha mirado con tristeza al vernos que nos alejábamos. Ella siempre ha sido la Madre de la misericordia, siempre pronta a salir a nuestro encuentro para ayudarnos a levantarnos y a limpiarnos:
“Aunque el hijo se alejara del hogar, una madre siempre espera su regreso.

Que el regalo más hermoso, que a los hijos da el Señor,
es su Madre y el milagro de su amor”.
. Los años para una madre no cuentan, siempre seremos los hijos de María y mientras más niños nos sintamos, con mayor presteza y confianza acudiremos a su regazo. No es necesario que le contemos nuestros equívocos, errores, fallos, etc... sólo hace falta caer en sus brazos y dejarnos querer por Ella.

jueves, 27 de marzo de 2014

DOBLE CLICK EN TU VIDA

Doble Click en tu vida


En esta época de tecnología, esta es una forma en la que todos entenderemos los términos en los que se habla. Espero les guste y/o que interpreten los mensajes directos que cada una de las expresiones

Haga un DOBLE CLICK

ARRASTRA a Jesús para tu DIRECTORIO PRINCIPAL.

Guárdalo en todos tus ARCHIVOS PERSONALES.

SELECCIONALO como tu DOCUMENTO MAESTRO.

Que EL sea tu MODELO para FORMATEAR tu vida.

JUSTIFICALO y ALINEALO a la derecha y a la izquierda, sin INTERRUPCIONES en tu caminata.

Que JESUS no sea solamente un ICONO, un ACCESORIO, una HERRAMIENTA, un PIE DE PAGINA,

pero si el ENCABEZADO, la LETRA CAPITAL, la BARRA DE ARRASTRE de tu caminar.

Que EL sea la FUENTE de gracia para tu AREA DE TRABAJO, la BROCHA DE PINTURA para COLOREAR tu sonrisa, la CONFIGURACION de tu vida.

Que sea la NUEVA VENTANA para VISUALIZAR el TAMAÑO de su amor,

el PANEL DE CONTROL para impedir tus RETROCESOS,

compartir tus RECURSOS y

ACCESAR el corazón de tus amistades.

COPIA todo lo que es bueno, BORRA tus errores.

No dejes al MARGEN a nadie, abre los BORDES de tu corazón, saca de el, los VIRUS del egoísmo.

Antes de CERRAR, pon a JESÚS en tus FAVORITOS y tu vida sera el ATAJO para la felicidad.

Ahora, CLICK OK para ACTUALIZAR tus CONTENIDOS.




ORACIÓN A LA SANGRE DE CRISTO



Oración de la Sangre de Cristo


Señor Jesús, en tu nombre y con 
el Poder de tu Sangre Preciosa
sellamos toda persona, hechos o 
acontecimientos a través de los cuales 
el enemigo nos quiera hacer daño.

Con el Poder de la Sangre de Jesús 
sellamos toda potestad destructora en 
el aire, en la tierra, en el agua, en el fuego, 
debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas 
de la naturaleza, en los abismos del infierno, 
y en el mundo en el cual nos movemos hoy.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
rompemos toda interferencia y acción del maligno. 
Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares 
y lugares de trabajo a la Santísima Virgen 
acompañada de San Miguel, San Gabriel, 
San Rafael y toda su corte de Santos Ángeles.

Con el Poder de la Sangre de Jesús 
sellamos nuestra casa, todos los que la habitan 
(nombrar a cada una de ellas), 
las personas que el Señor enviará a ella, 
así como los alimentos y los bienes que 
Él generosamente nos envía
para nuestro sustento.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos tierra, puertas, ventanas, 
objetos, paredes,  pisos y el aire que respiramos,
y en fe colocamos un círculo de Su Sangre
alrededor de toda nuestra familia.

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos los lugares en donde vamos 
a estar este día, y las personas, empresas 
o instituciones con quienes vamos a tratar 
(nombrar a cada una de ellas).

Con el Poder de la Sangre de Jesús
sellamos nuestro trabajo material y espiritual, 
los negocios de toda nuestra familia, 
y los vehículos, las carreteras, los aires, 
las vías y cualquier medio de transporte 
que habremos de utilizar.

Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos,
las mentes y los corazones de todos los habitantes 
y dirigentes de nuestra Patria a fin de que 
Tu Paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.

Te agradecemos Señor por Tu Sangre y 
por Tu Vida, ya que gracias a Ellas 
hemos sido salvados y somos preservados 
de todo lo malo. 

Amén.

PENSAMIENTO MARIANO 37

Pensamiento Mariano

Humillémonos diciendo como María: he aquí tu siervo, he aquí tu sierva, Señor, haz de mí lo que quieras. Humillémonos y la Sabiduría eterna bajará a habitar en nuestro corazón.
Miguel de Unamuno

OLVIDA EL PASADO


Olvida el pasado
Autor: Torres Pastorino

Desenterrar los muertos del pasado no aporta ningún beneficio al presente.

¿Por qué mirar hacia atrás si estamos caminando hacia adelante?

El pasado es el cimiento del presente, así como los muros del primer piso construido hoy, son la sustentación de la azotea del mañana.

Quien está en el primer piso busca subir a la azotea, y no escarbar los cimientos.

Sube a contemplar las estrellas que te llaman desde tu futuro camino.

No escarbes en el pasado que ya se fue y no volverá jamás.

Lo que pasó, acabó. La vida pasada trae experiencia y aprendizaje, aprovechémosla.

miércoles, 26 de marzo de 2014

NO TIRES LA PRIMERA PIEDRA


No tires la primera piedra


Si de tu padre siempre encontraste la mano,
si a tu madre nunca buscaste en vano;
si nunca padeciste hambre,
ni la miseria fue tu compañera..
No tires la primera piedra.

Si nunca sufriste la injusticia
de insultos, condenas y malicias;
si nunca fuiste humillado,
ni en soledad mil veces has llorado..
No tires la primera piedra.

Si nunca has conocida la locura,
ni estuviste sediento de ternura,
ni buscado en el fondo de un vaso
la forma de olvidarte de un fracaso...
No tires la primera piedra.

Si nunca has contenido un sollozo
tumbado en el rincón de un calabozo;
si nunca te tuviste que bajar
sin tan siquiera tener derecho a hablar...
No tires la primera piedra. 

MAMÁ, LA MEJOR CATEQUISTA


Mamá la mejor catequista


En una aldea cercana a Turín (Italia), una joven llamada María tuvo la desgracia de perder totalmente la vista. Deseando recobrarla, visitó a San Juan Bosco, que estaba construyendo con limosnas de la gente, la magnífica iglesia de María Auxiliadora.

Después de haber rezado ante la Virgen, la muchacha habló con San Juan Bosco. El le preguntó:
-¿Hace mucho tiempo que estás enferma?
-Sí, mucho, y llevo ya un año sin ver.
-¿Has consultado a los médicos?
-Ya no saben qué recetarme.
-¿Distingues los objetos grandes de los pequeños?
-No. Ya le he dicho que no veo ni poco ni mucho.
-¿Ves la luz que entra por esa ventana?
-No, nada.
-¿Quieres recobrar la vista?
-¡Claro Señor! Soy pobre y la necesito para ganarme la vida.
-¿Te servirás de la vista en provecho de tu alma y no en ofender a Dios?
-Lo prometo sinceramente.
-Confía pues en la Virgen.
Y con un tono solemne, exclamó Don Bosco.
-A gloria de Dios y de la Virgen María, di, ¿qué tengo ahora en la mano?
-Una medalla de la Santísima Virgen.
-¿Y al otro lado?
-Una estampa de un santo con la vara florida: es San José.
¡María Stardero había recobrado la vista! Ya puedes imaginarte la alegría de la joven y de sus padres.

HACIA LA PERFECCIÓN


Hacia la perfección


· Sólo podemos dar a los demás lo que tenemos dentro de nosotros.

· Asume el compromiso personal de hacer lo que quieras y de querer lo que hagas. ¡Hoy! 

· En cada uno de nosotros hay sitio para el amor. Sólo debemos dejarlo entrar.

· Nada es de tu propiedad, y cuanto antes te des cuenta de ello, más estarás en condiciones de conectar con el portentoso principio de la abundancia.

· Contempla cada obstáculo como si éste constituyera una oportunidad.

· Cuando aparezca un problema, abórdalo con serenidad y úsalo para aprender algo.

· El conocimiento es la aceptación silenciosa de lo que es.

· Perdonar es ejercer la facultad de dar amor en las circunstancias más difíciles.

· El acto de dar es la clave del perdón.

· Sólo recibimos aquello que permitimos que entre.

¡EMPUJA!


¡EMPUJA!

Cuentan que un muy buen hombre vivía en el campo pero tenía problemas físicos, cuando un día se le apareció Jesús y le dijo: "Necesito que vayas hacia aquella gran roca de la montaña, y te pido que la empujes día y noche durante 1 año". El hombre quedó perplejo cuando escuchó esas palabras, pero obedeció y se dirigió hacia la enorme roca de varias toneladas que Jesús le mostró.


Empezó a empujarla con todas sus fuerzas, día tras día, pero no conseguía moverla ni un milímetro. A las pocas semana llegó el diablo y le puso pensamientos en su mente: "¿Por qué sigues obedeciendo a Jesús? Yo no seguiría a alguien que me haga trabajar tanto y sin sentido. Debes alejarte, ya que es estúpido que sigas empujando esa roca, nunca la vas a mover". El hombre trataba de pedirle a Jesús que le ayudara para no dudar de su voluntad, y aunque no entendía se mantuvo en pie con su decisión de empujar.

Con los meses, desde que se ponía el sol hasta que se ocultaba aquel hombre empujaba la enorme roca sin poder moverla, mientras tanto su cuerpo se fortalecía, sus brazos y piernas se hicieron fuertes por el esfuerzo de todos los días. Cuando se cumplió el tiempo el hombre elevó una oración a Jesús y le dijo: "Ya he hecho lo que me pediste, pero he fracasado, no pude mover la piedra ni un centímetro" . Y se sentó a llorar amargamente pensando en su muy evidente fracaso. Jesús apareció en ese momento y le dijo: "¿Por qué lloras? ¿Acaso no te pedí que empujaras la roca? Yo nunca te pedí que la movieras, en cambio mírate, tu problema físico ha desaparecido. NO has fracasado, yo he conseguido mi meta, y tú fuiste parte de mi plan".

Muchas veces al igual que este hombre, vemos como ilógicas las situaciones, problemas y adversidades de la vida, y empezamos a buscarle lógica, nuestra lógica, a la voluntad de Dios y viene el enemigo y nos dice que no servimos, que somos inútiles o que no podemos seguir. El día de hoy es un llamado a "empujar" sin importar los múltiples pensamientos de duda que ponga el enemigo en nuestras mentes. Pongamos pues todo en las manos de Jesús, y Él por medio de su voluntad nunca nos hará perder el tiempo, más bien, nos hará ser mas fuertes!

NO AL ABORTO


martes, 25 de marzo de 2014

IMÁGENES DE LA ANUNCIACIÓN A LA VIRGEN MARÍA






ORACIÓN A LA VIDA



ORACIÓN POR LA VIDA

Padre, tú eres la fuente de toda vida. Por Jesucristo, tu Hijo, ofreces la vida eterna a todo el que la desea. Nosotros creemos en esa vida, Padre. Te damos gracias por ella y esperamos con gozo el día en que podamos compartirla contigo.

Pero hoy te pedimos por la vida humana creada a tu imagen; la vida de todas las personas del mundo entero. Por tu amor y tu misericordia, santifica y fortalece nuestros esfuerzos por lograr que se respete y dignifique el fundamento de toda vida humana, especialmente por los jóvenes de nuestro mundo. Que tu rostro brille sobre nosotros y que en ti, la humanidad entera encuentre la felicidad y el valor de vivir en ayuda mutua, haciendo de esta vida un anticipo de la vida futura que gozaremos eternamente. Amén.

LA ANUNCIACIÓN DE JESÚS - 25 DE MARZO

Autor: Andrés Pérez | Fuente: Catholic.net
La Anunciación de Jesús
Lucas 1, 26-38. Solemnidad de la Anunciación. La voluntad de María coincide con la voluntad del Hijo en el único proyecto de amor del Padre.
 
La Anunciación de Jesús
Del santo Evangelio según san Lucas 1, 26-38 

Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin. María respondió al ángel: ¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón? El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios. Dijo María: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y el ángel dejándola se fue. 

Oración introductoria

Oh María, qué gran regalo nos ha hecho Jesús desde su cruz: en Ti tenemos una verdadera Madre que nos acompaña en este peregrinar por el mundo y guía nuestros pasos hasta el cielo. Por eso celebramos con júbilo la Pascua y, en este momento, pido tu intercesión para que esta oración aumente mi fe y sepa decir siempre «sí» al Señor.

Petición

Señor, dame tu gracia para que se haga tu voluntad en mi vida con la perfección, delicadeza y amor de María.

Meditación del Papa Francisco

La Virgen Inmaculada intercede por nosotros en el Cielo como una buena madre que cuida de sus hijos. Que María nos enseñe con su vida qué significa ser discípulo misionero. Cada vez que rezamos el Angelus, recordamos el evento que ha cambiado para siempre la historia de los hombres. Cuando el ángel Gabriel anunció a María que iba a ser la Madre de Jesús, del Salvador, ella, aun sin comprender del todo el significado de aquella llamada, se fio de Dios y respondió: "Aquí la esclava del Señor, que se haga en mí según tu palabra".
Pero, ¿qué hizo inmediatamente después? Después de recibir la gracia de ser la Madre del Verbo encarnado, no se quedó con aquel regalo; se sintió responsable, y marchó, salió de su casa y se fue rápidamente a ayudar a su pariente Isabel, que tenía necesidad de ayuda; realizó un gesto de amor, de caridad y de servicio concreto, llevando a Jesús en su seno. Y este gesto lo hizo diligentemente. Queridos amigos, éste es nuestro modelo. La que ha recibido el don más precioso de parte de Dios, como primer gesto de respuesta se pone en camino para servir y llevar a Jesús. (S.S. Francisco, 28 de julio de 2013). .

Reflexión

Ante esta escena uno no sabría qué pensar, ¿cuál de los dos personajes se habrá maravillado más? Penetremos atrevidamente en los pensamientos del arcángel Gabriel para comprender desde otro punto de vista la enorme gracia concedida a la humanidad entera en este grandioso momento.

En efecto, estamos situados, -y es preciso decirlo despacio y como midiendo cada palabra -, en la plenitud de los tiempos. Parece que toda la creación dependía de este punto culminante. Y así es, sin ninguna exageración. En ese momento se encarna Dios Hombre en las entrañas de María. Y ante este misterio, ¿qué puede hacerse sino contemplar con nuestro corazón y sin palabras este misterio?

El arcángel, debía comunicar el sublime mensaje de la Encarnación del Verbo. Quizás habrá dicho: Voy a encontrar otra creatura de Dios, quiera o no, esclava del pecado de Adán y Eva. Era lógico. Todos los hombres nacían pecadores, nacían con el pecado original. Nada de común habría de encontrar en ella, salvo que habría de ser afortunadísima. Y hasta podríamos pensar que no conocía a fondo, con ser ángel, el misterio que comunicaría.

Y he aquí que cuando llega ante ella, ¡magnífico prodigio de la Mano Providente de Dios! Ni en el cielo había criatura tan brillante, tan pura, tan sublime como esa dulce mujer sencilla de pueblo. ¿Ella? Sí, Ella sería la Madre del Verbo. Qué bien ha hecho Dios todo se habrá dicho para sí, estremecido de su hermosura y pureza. Era la mejor Madre.

Probemos un poco también nosotros de este sobrecogimiento, de este estremecimiento ante el misterio, de verla tan pura y bendita, Ella, Nuestra Madre; y que sea Ella quien nos enseñe a amar a su Hijo, como la mejor de las madres.

Diálogo con Cristo

Señor, conocer lo que quieres y seguir tu voluntad es la alegría y el camino para dar plenitud a mi vida. Como María, no debo apegarme ciegamente a las propias ideas, sino que debo abrir el corazón para saber escucharte. Por el amor a tu santísima Madre, te suplico la gracia para serte fiel y perseverar en el cumplimiento de tu voluntad hasta el día de mi muerte.

Propósito

Rezar un rosario pidiendo a María su intercesión para crecer en mi fe y mi esperanza, a fin de aceptar con docilidad la voluntad de Dios.



La Anunciación del Ángel a la Virgen Máría. Fiesta de Jesús que se encarnó y fiesta de la Virgen, que fue la que dijo "Hágase en mí según tu palabra"
 

Y DIOS PIDIÓ PERMISO PARA ENTRAR



Autor: P. Fernando Pascual | Fuente: Catholic.net
Y Dios pidió permiso para entrar
Dios, cada día, vuelve a pedir permiso para entrar. En tu vida, en la mía, en la de cada historia humana.

La libertad humana es un don grande, muy grande. Tan grande que nos da algo de miedo. Tan grande que permite a Francisco de Asís el llegar a ser santo, y a Judas el traicionar al Maestro. Tan grande que Dios se detiene ante nuestra puerta, con respeto, cuando pide amor, cuando nos invita a la justicia, cuando nos enseña las bienaventuranzas, cuando nos recuerda los mandamientos. 

Desde la libertad se construye la historia humana. Si le dejamos, si damos un sí generoso, Dios entra. Empieza entonces a caminar a nuestro lado, nos abre a horizontes de esperanza, nos salva. Sobre todo, nos enseña a amar, a trabajar por un mundo sin pecado, liberado de egoísmos y de injusticias. Pero sólo si le dejamos... 

Hubo un sí grande, sublime, único, que marcó la historia humana, que encendió esperanzas, que permitió que la Vida se hiciese Camino y Verdad para los hombres. Un ángel, de parte de Dios, pidió permiso a una joven nazarena. Dios esperaba, sin amenazas, sin temblores, sin gritos, una respuesta. María, la doncella, abrió su corazón antes de abrir sus labios. Dijo, simplemente, humildemente, "hágase". 

Ese "hágase" de la Virgen hizo que el mundo diese un vuelco. Los hombres, sin saberlo, comenzaron a vivir con un Dios humano. La Redención se hizo carne, llanto, pasos y palabra. La oveja perdida fue encontrada. El publicano y la prostituta encontraron a Alguien que les tendía una mano de consuelo. El enfermo, el ciego, el sordo, el mudo, tocaron el milagro. 

Todo fue posible gracias a un sí libre, gracias a la Virgen nazarena. En su libertad, en su corazón, pronunció el "sí" más grande de la historia humana. En su sencillez, en su pobreza, permitió que el mundo tuviese el cielo muy a la mano. En su generosidad, en su grandeza, empezó a ser "bendita entre las mujeres". 

Jesús, desde ese instante, puede ser nuestro. Gracias a Ella, a la Virgen, a María. Puede ser nuestro... si aprendemos a dar un sí, a decir "hágase". En la libertad, porque nadie nos obliga. Con amor, con confianza, con anhelos de justicia y de paz. Como lo hizo Ella, Virgen humilde, hermana nuestra, judía universal, Mujer que ha llegado a ser Madre de todos. 

Dios, cada día, vuelve a pedir permiso para entrar. En tu vida, en la mía, en la de cada historia humana. Nos ofrece perdón y misericordia, esperanza y alegría. Nos invita a amar. Basta repetir, sencillamente, humildemente, atrevidamente, las mismas palabras de María: "He aquí un simple esclavo del Señor. Que se haga en mí lo que Dios quiera...". 

IMÁGENES DE LA ANUNCIACIÓN A MARÍA






LA ANUNCIACIÓN DEL ÁNGEL A LA VIRGEN MARÍA, SOLEMNIDAD, 25 DE MARZO DEL 2014


Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid 
La Anunciación del Ángel a la Virgen María
Solemnidad, 25 de marzo de 2014



Martirologio Romano: Solemnidad de la Anunciación del Señor, cuando, en la ciudad de Nazaret, el ángel del Señor anunció a María: Concebirás y darás a luz un hijo, y se llamará Hijo del Altísimo. María contestó: He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra. Y así, llegada la plenitud de los tiempos, el que era antes de los siglos el Unigénito Hijo de Dios, por nosotros los hombres y por nuestra salvación, se encarnó por obra del Espíritu Santo de María, la Virgen, y se hizo hombre.

La última fase de toda la apoteosis salvadora comenzó en Nazaret. Hubo intervenciones angélicas y sencillez asombrosa. Era la virgen o pártenos del Isaías viejo la destinataria del mensaje. Todo acabó en consuelo esperanzador para la humanidad que seguía en sus despistes crónicos e incurables. Los anawin tuvieron razones para hacer fiesta y dejarse por un día de ayunos; se había entrado en la recta final.

La iconografía de la Anunciación es, por copiosa, innumerable: Tanto pintores del Renacimiento como el veneciano Pennacchi la ponen en silla de oro y vestida de seda y brocado, dejando al pueblo en difusa lontananza. Gabriel suele aparecer con alas extendidas y también con frecuencia está presente el búcaro con azucenas, símbolo de pureza. Devotas y finas quedaron las pinturas del Giotto y Fra Angélico, de Leonardo da Vinci, de fray Lippi, de Cosa, de Sandro Botticelli, de Ferrer Bassa, de Van Eyck, de Matthias Grünewald, y de tantos más.

Pero probablemente sólo había gallinas picoteando al sol y grito de chiquillos juguetones, estancia oscura o patio quizá con un brocal de pozo; quizá, ajenos a la escena, estaba un perro tumbado a la sombra o un gato disfrutaba con su aseo individual; sólo dice el texto bíblico que "el ángel entró donde ella estaba".

Debió narrar la escena la misma María a san Lucas, el evangelista que la refiere en momento de intimidad.

Así fue como lo dijo Gabriel: "Salve, llena de gracia, el Señor es contigo". Aquel doncel refulgente, hecho de claridad celeste, debió conmoverla; por eso intervino "No temas, María, porque has hallado gracia ante de Dios; concebirás en tu seno y darás a luz un Hijo a quien pon-drás por nombre Jesús. Éste será grande: se llamará Hijo del Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará 
La Anunciación del Ángel a la Virgen María
La Anunciación del Ángel a la Virgen María
por los siglos sobre la casa de Jacob y su reino no tendrá fin". La objeción la puso María con toda claridad: "¿Cómo será esto, pues no conozco varón?" No hacía falta que se entendiera todo; sólo era precisa la disposición interior. "El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el que nacerá será llamado santo, Hijo de Dios". 

Luego vino la comunicación del milagro operado en la anciana y estéril Isabel que gesta en su sexto mes, porque "para Dios ninguna cosa es imposible".

Fiesta de Jesús que se encarnó -que no es ponerse rojo, sino que tomó carne y alma de hombre-; el Verbo eterno entró en ese momento histórico y en ese lugar geográfico determinado, ocultando su inmensidad.

Fiesta de la Virgen, que fue la que dijo "Hágase en mí según tu palabra". El "sí" de Santa María al irrepetible prodigio trascendental que depende de su aceptación, porque Dios no quiere hacerse hombre sin que su madre humana acepte libremente la maternidad. 

Fiesta de los hombres por la solución del problema mayor. La humanidad, tan habituada a la larguísima serie de claudicaciones, cobardías, blasfemias, suciedad, idolatría, pecado y lodo donde se suelen revolcar los hombres, esperaba anhelante el aplastamiento de la cabeza de la serpiente.

Los retazos esperanzados de los profetas en la lenta y secular espera habían dejado de ser promesa y olían ya a cumplimiento al concebir del Espíritu Santo, justo nueve meses antes de la Navidad.

¡Cómo no! Cada uno puede poner imaginación en la escena narrada y contemplarla a su gusto; así lo hicieron los artistas que las plasmaron con arte, según les pareció.

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