Las almas del purgatorio
Por medio de la Comunión de los Santos estamos muy unidos a las almas que se purifican en el Purgatorio. Y ellas pueden hacer mucho por nosotros pero, nosotros, al no tenerlas en cuenta ni solicitarles su ayuda, desaprovechamos un mar de gracias y favores de todo género.
Es tiempo de que pensemos más en las almas del Purgatorio, ofreciendo por ellas todo lo que vamos haciendo en el día, y entonces veremos cómo nos auxilian y protegen de manera admirable.
También tenemos que encomendarnos a ellas cuando realizamos un viaje, o también encomendar a nuestros seres queridos que viajan, pues los accidentes los causa el demonio, y las Benditas Almas protegen a las personas de accidentes.
Si supiéramos todo lo que las almas purgantes pueden y quieren hacer por nosotros, no seríamos tan tibios en socorrerlas con nuestras oraciones, haciendo celebrar misas por ellas y también oyendo misas en su favor, y aliviándolas con el ofrecimiento, no sólo de pequeños sacrificios, sino haciendo las más pequeñas cosas de todos los días en su favor, para aliviarlas.
Tenemos un tesoro inagotable por descubrir: Las Almas del Purgatorio. Si nos encomendamos a ellas y encomendamos también a quienes amamos, a nuestro país y al mundo entero, entonces veremos lo que son milagros.
Pero no sólo ellas ayudan en lo espiritual, sino que prodigan favores en lo material, de modo que quedaremos pasmados de lo que pueden y quieren hacer ellas por sus benefactores.
No perdamos más tiempo, y ya que tenemos tantas necesidades de todo tipo, no dejemos pasar esta oportunidad de comenzar, a partir de ahora mismo, a ofrecer todo para el alivio de las Benditas Almas del Purgatorio.
Si tenemos que salir de casa, dejemos a las Benditas Almas el encargo de que cuide de ella. Si tenemos que hacer un viaje o tarea riesgosa, pongámoslo bajo el patrocinio de las almas purgantes. Y en todo peligro o apretura en que nos encontremos, no nos olvidemos de que las Almas del Purgatorio nos pueden ayudar y mucho. Ofrezcamos el Rosario por ellas, y cuando queramos alguna gracia, hagamos como hacía la Madre Teresa de Calcuta: ofrecía el Rosario a las Benditas Almas y ellas se encargaban de obtenerle todo.
Ellas sufren muchísimo y son infinitamente agradecidas para quienes las alivian. Y si por nuestras oraciones y sacrificios, alguna de ellas logra salir del Purgatorio y alcanzar el Cielo, tendremos un alma santa que desde el Cielo nos protegerá incondicionalmente durante toda nuestra vida, y protegerá también a quienes amamos.
Rezar por las Benditas Almas y aliviarlas es un “negocio redondo”, porque saldremos ganando y los bienes de todo tipo no se harán esperar en nuestras vidas y en las de nuestros seres queridos.
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