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lunes, 25 de mayo de 2020
domingo, 24 de mayo de 2020
NUESTRO AMOR POR MARÍA
Nuestro amor por María
La amamos porque ella es también nuestra Madre, como nos la dio el mismo Jesús al pie de la Cruz aquel Viernes por la tarde en Jerusalén
Por: ReinaDelCielo.org | Fuente: ReinaDelCielo.org
Muchísimas cosas hermosas se pueden decir de nuestra Madre del Cielo, empezando por reconocerla como la criatura más extraordinaria que jamás creó Dios. Ella ha sido colocada sólo por debajo de La Santísima Trinidad, por encima de ángeles y hombres. Por algo es Ella la Reina del Cielo y de la Tierra, Reina de los ángeles, Reina del Purgatorio, Reina nuestra. ¡Madre de Dios mismo! ¿Acaso se puede pensar a una persona como nosotros teniendo el privilegio de ser elegida como Madre de Aquel que ha creado el universo y todo lo que allí habita?
¡Ella es también nuestra Madre, como nos la dio el mismo Jesús al pie de la Cruz aquel Viernes por la tarde en Jerusalén! Y nosotros, inspirados por el Espíritu Santo, Aquel de quien nuestra Madre está llena, la amamos y la buscamos como Puerta del Cielo, como Escalera Santa que nos eleva hasta los portales de la Casa con muchas habitaciones que Dios Padre nos prepara en el Reino prometido.
La Virgen MaríaPero porque somos débiles y reconocemos nuestra necesidad, también vemos en Ella a nuestra Abogada, la que nos defenderá ante el Justo Juez cuando nos toque el día de rendir cuentas. Jesús, el Rey del Universo, será quien decida nuestro destino aquel día, ante las acusaciones del maligno y del testimonio de nuestra propia vida rodeados de pecado. María, nuestra Abogada, será quien tenga la misión de convencer a Jesús de que tenemos los méritos necesarios para alcanzar la Vida Eterna. Y Ella tiene, en ese rol de Abogada, la capacidad de cambiar la opinión de Jesús, el Juez.
Si, mis hermanos, María como nuestra Abogada puede modificar la Voluntad de Dios mismo por medio de sus argumentaciones de Madre enamorada de sus hijos. Pero la pregunta que nos debemos hacer es, ¿Cómo es que Nuestra Madre Celestial es capaz de hacer que el mismo Dios modifique Su opinión, y cambie Su Voluntad respecto de una decisión que afecta nuestra vida?
Para responder esta pregunta debemos transportarnos a ese maravilloso momento en que Jesús, en los inicios de Su vida pública, transforma el agua en vino ante la solicitud de Su Madre. Está claro en el texto Evangélico que Jesús, en un inicio, no tenía intención de intervenir, e incluso Su reacción ante el pedido no es exactamente la de alguien que dice “por supuesto Madre, ya lo estaba por hacer de todos modos”. Sin embargo Ella, sin perder tiempo en argumentaciones, solicita a los sirvientes que se limiten a hacer lo que Jesús les diga. Jesús, puestas así las cosas, se dirige a las ánforas con agua, y hace el milagro que ya todos conocemos, allá en Caná de Galilea.
¿Cómo es la relación entre esta pequeña mujer y el mismo Dios, que con pedido semejante arranca del Cielo un milagro orientado simplemente a no producir una incomodidad o un mal momento en la boda de un pariente? Lo primero que debemos comprender es el toque maternal de este milagro. No es la curación de un ciego, ni la liberación de un poseso. Es una ayuda doméstica para que la unión matrimonial que inicia una nueva familia no se vea afectada por infortunio alguno. ¿Comprendes el toque materno y del todo humano de este milagro? Las bodas de Caná pueden definirse como el milagro mariano por excelencia, porque Dios lo realiza por intercesión de María, la Niña de Nazaret Madre del mismísimo Verbo Encarnado. Un milagro pensado por una Madre preocupada hasta en los más mínimos detalles que hacen a la vida de sus hijos.
Y es justamente aquí donde debemos detenernos para analizar la forma particular que tiene María para interceder ante Dios con los pedidos que nosotros le hacemos. Jesús, el Hombre-Dios, tiene dos naturalezas bien diferenciadas, pero indisolublemente unidas por otra parte. El es Hombre, y también es Dios. De tal modo que por un momento debemos concentrarnos en Su lado humano, Su Naturaleza humana que lo hace persona como nosotros salvo en el hecho de que El nunca pecó. Y pensemos en la relación que nosotros, como personas, tenemos con nuestra mamá terrenal.
Virgen MaríaNuestra mamá terrenal ha sido quien más se ha preocupado de nosotros desde que nacimos, desde que tenemos memoria. Ella nos cuida, nos protege y muchas veces nos sobreprotege. Ella no duerme por las noches cuando nos amenaza un problema, un dolor o una necesidad. Pero por sobre todas las cosas, Ella sabe cómo pedirnos algo. Porque, como bien sabemos, ¿quién se atreve a decirle que no al pedido de nuestra mamá? Ella nos mira a los ojos, nos abraza y nos besa, y nos pide cosas que sabemos son por nuestro bien, aunque no queramos hacerlas. Nos incomoda, pero al fin de cuentas sabemos que es mamá, que ella va a estar siempre haciéndonos esos planteos, esos pedidos para evitar que arriesguemos nuestra salud, nuestra vida, o nuestro futuro.
Jesús, ayer, hoy y siempre, sigue siendo aquel Joven de Galilea sujeto a una relación con Su Madre, exactamente igual a la de todos nosotros con nuestra mamá. Jesús Hombre no puede decirle que no a los pedidos de Su Mamá, como te ocurriría a ti o a mi frente a los pedidos de nuestra propia mamá. La diferencia, es que Jesús es también Dios, además del Joven Hijo de aquella hermosa mujer de Nazaret.
Cuando María le pide algo a Jesús, El, en Su naturaleza humana ve a esta Mujer como Su Mamá terrenal que le hace pedidos irresistibles, transportándolo nuevamente a recuerdos de Su infancia en Nazaret. Y como Hombre, no puede decir que no a los pedidos de Su Mamá, como le ocurrió aquel día en Caná de Galilea. Jesús, Resucitado y Glorificado, aún sigue siendo aquel Joven educado y formado por esta Madre ejemplar. Nosotros tendemos a verlo distante allá en el Cielo, pero la verdad es que El sigue siendo también tan cercano y similar a nosotros como cuando caminaba por la tierra.
Pero Jesús es también Dios, por lo que los pedidos de Su amorosa Madre llegan de inmediato a la Santísima Trinidad. Y allí es donde ocurre la maravilla: Jesús les comunica los pedidos de Su Mamá al Espíritu Santo y a Su Padre Creador. Y ocurre que ninguno de Ellos se resiste a los pedidos de María, porque es que de los Tres surgió ese enamoramiento de la fidelidad, pureza y perfección en todas las virtudes humanas posibles que Ella demostró durante su vida, que hizo que juntos como Trinidad decidieran hacerla Reina de todo lo Creado. Los Tres se derriten por Ella, porque encuentran a María como la más maravillosa evidencia de la perfección en el Amor, del poder del Amor. ¡No existen palabras para expresar el amor que María despierta en la Santísima Trinidad, en Dios Uno y Trino!
Puestas así las cosas, mi amigo, lo único que tenemos que hacer es orar fervorosamente a nuestra Madre Celestial, para convencerla de que eleve a Su Hijo nuestros pedidos. Ella nos escuchará, y decidirá cuales ruegos son dignos de semejante tratamiento excepcional. Pero sepamos de antemano que cuando la convencemos, Jesús responde igual que aquel día en la boda en Caná de Galilea. Nosotros, mientras tanto, sigamos el consejo que Ella nos da, igual que lo hizo en Caná: “Sólo hagan lo que Jesús les diga”.
LECTURAS BÍBLICAS DE HOY ASCENSIÓN DEL SEÑOR - DOMINGO 24 DE MAYO DE 2020
Lecturas de hoy Ascensión del Señor - Ciclo A -
(Domingo VII de Pascua)
Hoy, domingo, 24 de mayo de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (1,1-11):
EN mi primer libro, Teófilo, escribí de todo lo que Jesús hizo y enseno desde el comienzo hasta el día en que fue llevado al cielo, después de haber dado instrucciones a los apóstoles que había escogido, movido por el Espíritu Santo. Se les presentó él mismo después de su pasión, dándoles numerosas pruebas de que estaba vivo, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios.
Una vez que comían juntos, les ordenó que no se alejaran de Jerusalén, sino: «aguardad que se cumpla la promesa del Padre, de la que me habéis oído hablar, porque Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con Espíritu Santo dentro de no muchos días».
Los que se habían reunido, le preguntaron, diciendo:
«Señor, ¿es ahora cuando vas a restaurar el reino a Israel?».
Les dijo:
«No os toca a vosotros conocer los tiempos o momentos que el Padre ha establecido con su propia autoridad; en cambio, recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que va a venir sobre vosotros y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría y “hasta el confín de la tierra”».
Dicho esto, a la vista de ellos, fue elevado al cielo, hasta que una nube se lo quitó de la vista. Cuando miraban fijos al cielo, mientras él se iba marchando, se les presentaron dos hombres vestidos de blanco, que les dijeron:
«Galileos, ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? El mismo Jesús que ha sido tomado de entre vosotros y llevado al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse al cielo».
Palabra de Dios
Salmo
Sal 46,2-3.6-7.8-9
R/. Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor altísimo es terrible,
emperador de toda la tierra. R/.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad;
tocad para nuestro Rey, tocad. R/.
Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado. R/.
Segunda lectura
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios (1,17-23):
HERMANOS:
El Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de la gloria, os dé espíritu de sabiduría y revelación para conocerlo, e ilumine los ojos de vuestro corazón para que comprendáis cuál es la esperanza a la que os llama, cuál la riqueza de gloria que da en herencia a los santos, y cuál la extraordinaria grandeza de su poder en favor de nosotros, los creyentes, según la eficacia de su fuerza poderosa, que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, poder, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no solo en este mundo, sino en el futuro.
Y «todo lo puso bajo sus pies», y lo dio a la Iglesia, como Cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que llena todo en todos.
Palabra de Dios
Evangelio de hoy
Conclusión del santo evangelio según san Mateo (28,16-20):
EN aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Al verlo, ellos se postraron, pero algunos dudaron.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo:
«Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado.
Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy domingo, 24 de mayo de 2020
Fernando Torres cmf
El último encuentro con Jesús
Con esta fiesta de la Ascensión termina prácticamente la Pascua. Es el último encuentro de Jesús resucitado con los discípulos. Y se repiten en él dos constantes que han estado presentes a lo largo de los cuatro evangelios. Por una parte, la confianza que Jesús pone en los discípulos. Les dice que ellos van a ser los encargados de continuar su obra. Las palabras de Jesús no pueden ser más claras: “Id y haced discípulos de todos los pueblos”. En sus manos ha puesto Jesús el tesoro del evangelio, del anuncio de la buena nueva de la salvación para la humanidad.
Pero, por otra parte, el autor de los Hechos de los Apóstoles no renuncia a dejar en claro incluso en este último momento la incomprensión de los discípulos. Después de haber seguido a Jesús por los caminos de Galilea y en su viaje hacia Jerusalén, después de haber sido testigos directos de sus palabras y sus milagros, de su cercanía a los pobres y su llamada a la conversión porque “el Reino de Dios está cerca”, después de haber visto como el maestro era detenido, juzgado y condenado a muerte en cruz, después de haber experimentado la resurrección, todavía los discípulos siguen sin comprender del todo la misión de Jesús –y, por tanto, su misma misión como continuadores de aquella–. Al final de todo no se les ocurre más que preguntar si “¿es ahora cuando vas a restaurar la soberanía de Israel?” No se habían enterado.
Sólo la promesa del Espíritu Santo mantiene la esperanza de que los discípulos lleguen a comprender del todo la misión de Jesús y su propia misión. Ese periodo tan especial que va desde el día de la Pascua, el de la resurrección de Jesús, hasta su ascensión termina con la fiesta de hoy. Pero el periodo de aprendizaje de los discípulos no ha terminado. Necesitan recibir el Espíritu Santo que será el que les haga conocer de verdad el significado de las palabras y de la vida de Jesús. De alguna manera, es necesario que Jesús desaparezca de sus vidas para que abran su corazón a una comprensión más profunda y verdadera de su figura. Hasta comprender que hay otra forma de presencia de Jesús en medio de la comunidad, una presencia que será constante y firme hasta el final de los tiempos.
Hoy en la Iglesia, en nuestra comunidad, en nuestro corazón, seguimos necesitando la presencia del Espíritu que nos ilumine para comprender cuál es la esperanza a la que nos llama Jesús, la riqueza de la gloria que es la herencia de los que creen en él, la grandeza de la misión de ser testigos del amor de Dios para todos, sin límites ni distinciones. Quizá nos convendría releer la segunda lectura y hacer con ella nuestra oración para pedir al Padre que nos envíe el Espíritu de Jesús, porque, aunque como a los apóstoles nos cuesta entender, queremos seguir su llamada a anunciar la buena nueva de la salvación a todos los hombres y mujeres.
Para la reflexión
¿Qué significa para mí anunciar el Evangelio a toda la creación? ¿Es un mandato que afecta sólo a las curas y a las monjas? ¿Qué tendría que hacer para anunciar el Evangelio a los que viven conmigo?
EL PAPA FRANCISCO BENDICE A LOS FIELES EN SAN PEDRO POR PRIMERA VEZ DESDE LAS MEDIDAS ANTI COVID19
El Papa bendice a fieles en San Pedro por primera vez desde las medidas anti COVID19
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media
Fue un momento breve, pero de gran carga espiritual y simbólica. Por primera vez, desde el decreto de medidas para evitar la propagación del coronavirus, el Santo Padre saludó desde la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano y bendijo y saludó a los fieles allí congregados para rezar el Regina Coeli.
La última vez que el Papa bendijo a los fieles en la Plaza fue el 1 de marzo. Después el gobierno italiano decretó el confinamiento de la población y otras medidas destinadas a evitar nuevos contagios de COVID 19 y el Estado de la Ciudad del Vaticano, en coordinación con las autoridades italianas, decretó el cierre de la Plaza de San Pedro.
Desde entonces, el Santo Padre presidió el rezo del Ángelus y de Regina Coeli, y la Audiencia General de los miércoles, desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, aunque al finalizar se asomaba a la ventana y bendecía una Plaza vacía de gente.
Sin embargo, desde el pasado 20 de mayo la Plaza de San Pedro se ha reabierto al público, por lo que algunos fieles se han reunido, manteniendo la distancia de seguridad, junto al Palacio Apostólico, para rezar con el sucesor de Pedro.
Aunque el Papa presidió el Regina desde la Biblioteca, como en estas últimas semanas, al finalizar se asomó a la ventana. En ese momento, los fieles congregados dieron muestras de gran alegría y las campanas de la Basílica de San Pedro comenzaron a sonar.
Francisco saludó a los presentes con la mano y los bendijo antes de regresar al interior de los apartamentos pontificios.
LA HISTORIA DE UN MILAGRO POCO CONOCIDO DE DON BOSCO Y MARÍA AUXILIADORA
La historia de un milagro poco conocido de Don Bosco y María Auxiliadora
Redacción ACI Prensa
Según los relatos del sacerdote salesiano P. Mauricio Verlezza, la presencia de Don Bosco en la ciudad italiana de Génova hace más de 100 años está ligada a muchas anécdotas, historias y también algunos milagros que tienen también como protagonista a María Auxiliadora.
El P. Verlezza, responsable de la Obra de Don Bosco en Sampierdarena (Génova), desde donde salieron las primeras expediciones misioneras hacia Argentina, contó a ACI Prensa que el Don Bosco celebró una Misa en 1872 en la que participaba una gran cantidad de benefactores.
Al final, y luego de escuchar su catequesis, todos pasaron por la sacristía de la Catedral de San Siro para recibir la bendición del fundador de los salesianos. A cada uno le obsequiaba una medallita de María Auxiliadora.
“Las medallitas que tenía en una pequeña bolsa eran muy pocas y el milagro fue que todos pudieron recibirla, pese a que la bolsita que el secretario le dio a Don Bosco realmente tenía poquísimas”.
Aquí, explicó también el sacerdote, “San Juan Bosco miraba sus sueños misioneros con un mapamundi que se conserva en el pequeño cuarto en el que reposaba durante su permanencia en Sampierdarena”.
“Uno solo es mi deseo: que sean felices en el tiempo y en la eternidad”, dejó escrito a sus jóvenes Don Bosco, que San Juan Pablo II declaró “padre y maestro de la juventud”.
San Juan Bosco partió a la Casa del Padre un 31 de enero de 1888, después de haber hecho vida aquella frase que le dijo a su alumno Santo Domingo Savio: “aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres”.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva. Publicado originalmente en ACI Stampa
HOY 24 DE MAYO CELEBRAMOS A MARÍA AUXILIADORA
Hoy celebramos a María Auxiliadora, la que sostiene en tiempos difíciles
Redacción ACI Prensa
“En el cielo nos quedaremos gratamente sorprendidos al conocer todo lo que María Auxiliadora ha hecho por nosotros en la tierra”, decía San Juan Bosco, gran propagador del amor a esta advocación mariana que ha estado en la Iglesia y las familias cristianas desde antiguo ante los tiempos difíciles.
Los cristianos de los primeros siglos llamaban a la Virgen María con el nombre de Auxiliadora. Tanto así que los dos títulos que se leen en antiguos monumentos de oriente son: Madre de Dios (Teotokos) y Auxiliadora (Boetéia).
Santos como San Juan Crisóstomo, San Sabas y San Sofronio la nombraban también con esta advocación, siendo San Juan Damasceno el primero en propagar la jaculatoria: “María Auxiliadora, ruega por nosotros”.
"Oh María tú eres poderosa Auxiliadora de los pobres, valiente Auxiliadora contra los enemigos de la fe. Auxiliadora de los ejércitos para que defiendan la patria. Auxiliadora de los gobernantes para que nos consigan el bienestar, Auxiliadora del pueblo humilde que necesita de tu ayuda", proclamó tiempo después San Germán.
María Auxilio de los cristianos
En el siglo XVI, el Papa San Pío V, gran devoto de la Madre de Dios, después de la victoria del ejército cristiano sobre los musulmanes en la batalla de Lepanto, mandó que se invocara a María Auxilio de los cristianos en las letanías.
En la época de Napoleón, el Papa Pío VII estaba apresado por este emperador y el Pontífice prometió que si salía libre, decretaría una nueva fiesta mariana en la Iglesia. Napoleón cae, el Santo Padre retorna triunfante a su sede pontificia el 24 de mayo de 1814 y decreta que todos los 24 de ese mes se celebraría en Roma la Fiesta de María Auxiliadora.
Al año siguiente nació San Juan Bosco, a quien la Virgen se le apareció en sueños para que le construyera un templo con el título de Auxiliadora. Es así que el Santo inició dos monumentos: el físico que es la Basílica de María Auxiliadora de Turín y el “vivo” conformado por las Hijas de María Auxiliadora.
San Juan Bosco aseguraba a sus jóvenes que él y muchos fieles obtenían grandes favores del cielo con la novena a María Auxiliadora y la jaculatoria dada por San Juan Damasceno.
“Confiad siempre en Jesús Sacramentado y María Auxiliadora y veréis lo que son milagros”, afirmaba San Juan Bosco.
HOY CELEBRAMOS LA SOLEMNIDAD DE LA ASCENSIÓN DEL SEÑOR, 24 DE MAYO
Hoy celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor
Redacción ACI Prensa
Hoy celebramos la Solemnidad de la Ascensión del Señor
Hoy la Iglesia Universal celebra la Solemnidad de la Ascensión del Señor al cielo, a los cuarenta días de su resurrección.
San Juan Pablo II al meditar esta Solemnidad, en su homilía del 24 de mayo de 2001, señaló que “la contemplación cristiana no nos aleja del compromiso histórico. El ‘cielo’ al que Jesús ascendió no es lejanía, sino ocultamiento y custodia de una presencia que no nos abandona jamás, hasta que él vuelva en la gloria”.
“Mientras tanto -continúa el Santo- es la hora exigente del testimonio, para que en el nombre de Cristo ‘se predique la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos’”.
Uno de los pasajes bíblicos que narra este episodio de la vida del Señor está en el Evangelio de San Marcos 16,15-20:
“Conclusión del santo evangelio según san Marcos: En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo: ‘Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación. El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado. A los que crean, les acompañarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos’. Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios. Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban”.
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 24 DE MAYO, MARÍA AUXILIADORA
Mayo 24
Invocar a María como “Auxilio de los cristianos” no es sino expresar con palabras lo que nuestra Madre celestial hace en nosotros.
En efecto, María es la gran auxiliadora del pueblo cristiano, que de ella recibe la protección contra las adversidades, el consuelo en sus penas, la fortaleza en las desgracias.
Si el hijo en todo momento de aflicción acude a su madre… ¡Cuánto más no hará el cristiano invocando a su Madre Santísima en el dolor! A esta celestial Señora nada le preocupa tanto como ayudar a sus hijos que a ella acuden con sencilla confianza y profundo amor.
“Madre, yo soy más feliz que tú, porque tú no tienes una madre que te ame como tú me amas” (Santa Teresita).
* P. Alfonso Milagro
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 23 DE MAYO
Los cinco minutos de María
Mayo 23
Cada uno tiene su propia personalidad y su propia misión personal e intransferible sobre la tierra. La Virgen María tuvo la suya. Toda su vida halla explicación en la misión maternal que Dios le confió.
El sentido de nuestra vida también reside en aquello para lo que Dios nos ha creado y para lo cual nos dotó de determinadas cualidades, nos puso en tales circunstancias, nos rodeó de tales personas, hizo que influyeran en nuestra vida tales acontecimientos.
San Pablo dice que “en todas las cosas interviene Dios para bien de los que lo aman” (Rom 8,28); hagamos nosotros todo para gloria del Dios a quien amamos.
Madre, que respondiendo a la misión encomendada nos diste a tu Hijo Jesús, aliéntanos y acompáñanos para que nosotros seamos fieles a la misión que Dios nos ha encomendado.
* P. Alfonso Milagro
viernes, 22 de mayo de 2020
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 22 DE MAYO
Mayo 22
Si miramos la vida de María con ojos humanos, no hallaremos en ella brillo ni cosas llamativas; ella se santificó no precisamente por las cosas que hizo, sino por el espíritu de amor con que las realizó.
Lo que ella hizo fue lo que todas las mujeres de Israel hacían en aquella época; muchos hicieron cosas de mayor relevancia a los ojos de los hombres; pero el espíritu de amor que ella puso en sus cosas no lo alcanzaron quienes convivieron con la Virgencita de Nazaret.
Pero si tú estás destinado a hacer cosas que llamen la atención de los que te rodean, no estás por ello eximido de la santidad, pues en todas las cosas has de poner amor, mucho amor, y solamente amor.
Madre de los Apóstoles, a quienes transmitiste el espíritu de tu Hijo, que todos perseveremos unánimes en la oración contigo.
* P. Alfonso Milagro
LECTURAS BÍBLICAS DE HOY VIERNES 22 DE MAYO DE 2020
Lecturas de hoy Viernes de la 6ª semana de Pascua
Hoy, viernes, 22 de mayo de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (18,9-18):
CUANDO estaba Pablo en Corinto, una noche le dijo el Señor en una visión:
«No temas, sigue hablando y no te calles, pues yo estoy contigo, y nadie te pondrá la mano encima para hacerte daño, porque tengo un pueblo numeroso en esta ciudad».
Se quedó, pues, allí un año y medio, enseñando entre ellos la palabra de Dios.
Pero, siendo Gallón procónsul de Acaya, los judíos se abalanzaron de común acuerdo contra Pablo y lo condujeron al tribunal diciendo:
«Este induce a la gente a dar a Dios un culto contrario a la ley».
Iba Pablo a tomar la palabra, cuando Gallón dijo a los judíos:
«Judíos, si se tratara de un crimen o de un delito grave, sería razón escucharos con paciencia; pero, si discutís de palabras, de nombres y de vuestra ley, vedlo vosotros. Yo no quiero ser juez de esos asuntos».
Y les ordenó despejar el tribunal.
Entonces agarraron a Sóstenes, jefe de la sinagoga, y le dieron una paliza delante del tribunal, sin que Galión se preocupara de ello.
Pablo se quedó allí todavía bastantes días; luego se despidió de los hermanos y se embarco para Siria con Priscila y Aquila. En Cencreas se había hecho rapar la cabeza, porque había hecho un voto.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 46,2-3,4-5.6-7
R/. Dios es el rey del mundo
Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
porque el Señor altísimo es terrible,
emperador de toda la tierra. R/.
Él nos somete los pueblos
y nos sojuzga las naciones;
él nos escogió por heredad suya:
gloria de Jacob, su amado. R/.
Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
tocad para Dios, tocad;
tocad para nuestro Rey, tocad. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (16,20-23a):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría.
La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre.
También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría. Ese día no me preguntaréis nada».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy viernes, 22 de mayo de 2020
Carlos Latorre, cmf
Queridos hermanos:
¡Cuánto nos anima ver a hombres como San Pablo entregados a dar a conocer a Jesús! El camino de su conversión fue radical. Y el cambio total en su vida le llevó a convertirse de perseguidor de los cristianos a apóstol de Cristo llevando su nombre por los lugares más difíciles. Y su palabra resonó tanto en Atenas, el centro cultural más importante de la antigüedad, como en Roma, que era la capital del imperio romano.
En este peregrinar por distintas ciudades Pablo llegó a un puerto de mar muy famoso en Grecia, que se llamaba Corinto. Jesús mismo le hace entender que en la ciudad de Corinto tiene elegido un pueblo numeroso que le espera. Pero Jesús necesita de la voz de Pablo para tocar el corazón de tantas personas que le buscan, que le esperan, pero que no saben dónde está, porque nunca han oído hablar de Él. El imperio romano ya no será lo mismo desde que Pablo comenzó a anunciar el mensaje de Jesús en Corinto.
Hoy día evangelizar, dar a conocer la persona de Jesús, no ha pasado de moda ni es cosa de la antigüedad. Hoy hay una urgencia especial de dar a conocer el mensaje de Jesús. Los medios de comunicación se han multiplicado y están al alcance de todos. Las distancias entre las naciones y los continentes son más fáciles de recorrer. En todos los lugares del mundo hay que proclamar el mensaje de Jesús que nos enseña a llamar a Dios PADRE NUESTRO. Para Dios todos somos hijos suyos, a todos nos ama porque no hace diferencia de personas. A todos llama, a todos convida a formar parte de su familia. A esto nos invita hoy el Salmo: “Pueblos todos, batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; él nos escogió por heredad suya”.
Es muy cierto que no cree quien quiere, sino aquel a quien le ha sido concedido. La fe es un don de Dios, que llega a nuestros corazones gracias al Espíritu Santo. Es una luz que nos hace -como a Pablo- caer del caballo de nuestra autosuficiencia. No cree quien quiere, sino aquel a quien le ha sido concedido. Por eso nuestro único recurso es orar con humildad, pedir la venida del Espíritu para nosotros y para los demás.
Jesús en el evangelio de hoy nos dice: «En verdad, en verdad os digo: vosotros lloraréis y os lamentaréis, mientras el mundo estará alegre; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría”.
Y nos pone una comparación que todos podemos entender: “La mujer, cuando va a dar a luz, siente tristeza, porque ha llegado su hora; pero, en cuanto da a luz al niño, ni se acuerda del apuro, por la alegría de que al mundo le ha nacido un hombre”. No hay mayor felicidad para unos padres que el momento del nacimiento de sus hijos. Por eso Jesús insiste: “También vosotros ahora sentís tristeza; pero volveré a veros, y se alegrará vuestro corazón, y nadie os quitará vuestra alegría”.
Estamos en el mes de mayo que se distingue de otros meses por esa tradición mariana tan arraigada en nuestra tradición católica. Ella, María la Madre de Jesús, nos acompaña también a nosotros sus discípulos. El Santo Padre Francisco ha escrito una oración a la Santísima Virgen para este mes de mayo en la que le dice: “Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y hacer lo que Jesús nos diga. Él, que tomó nuestro sufrimiento sobre sí mismo y cargó nuestros dolores para guiarnos a través de la cruz a la alegría de la resurrección. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no desprecies nuestras súplicas en las necesidades, antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita”.
Vuestro hermano en la fe.
Carlos Latorre
carloslatorre@claretianos.es
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