Autor: corazones.org | Fuente: www.corazones.org A María se le da el título de Reina | |||
En el mismo período en que el Concilio de Efeso proclama a la Virgen "Madre de Dios", se comienza a atribuir a María el título de Reina. | |||
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martes, 20 de agosto de 2013
A MARÍA SE LE DA EL TÍTULO DE REINA
domingo, 18 de agosto de 2013
REDESCUBRIR A MARÍA
Redescubrir a María
Padre Tomás Rodríguez Carbajo
De unos años a esta parte ha habido un claro bajón en manifestaciones de amor a María: Será tal vez la disminución de prácticas piadosas en honor de Nuestra Señora, la escasez ornamental en templos donde ha desaparecido o al menos disminuido las imágenes de la Virgen, la inadaptación de algunas devociones a la mentalidad del hombre de hoy.
Muchas causas pueden haber influido en ese empolvoramiento del amor a María; pero hay que reconocer que en el fondo del corazón de todo cristiano, y por 10 tanto hijo de María, hay alguna chispa de amor a la Madre, conviene quitar las cenizas que cubren ese rescoldo en el interior de cada uno de los cristianos.
Bajo el viento de la reflexión se separarán aquellas devociones románticas, para que nos quede la devoción tierna sÍ, pero racional, según la manera de ser de cada persona.
Bajo el prisma de la razón contemplaremos 10 hondo que está en el corazón del hombre esa presencia alentadora de María, quien después de tal vez un largo período de. Abandono llega a la paz y sosiego de su alma, cuando aviva en su interior aquel amor que tuvo de niño y que ahora después del bregar de los años le reconforta el poder sintonizar con la ternura y cariño de la Madre.
Tal vez tenemos en la trastera de nuestro corazón un recuerdo imborrable de 10 que ha sido para nosotros María.
Es hora de desempolvar nuestra apatía, nuestra frialdad, nuestra comodidad para que se avive en nuestro interior aquello que nunca desapareció, pero que sí estuvo mucho tiempo como si no estuviera: El amor a la Virgen.
Redescubramos los sentimientos de amor filial hacia Nuestra Señora, el puesto que le corresponde ocupar junto al de su Hijo en el altar de nuestro corazón.
El hombre-cristiano busca nuevas sensaciones, que le proporciona el mundo que le rodea, y aún no se ha atrevido a bucear en el interior de su corazón para redescubrir el amor a María, quien le dará paz, sosiego.
PENSAMIENTO MARIANO 10
PENSAMIENTO MARIANO
Entre todos los homenajes que se deben a la Madre de Dios no conozco ninguno más agradable que el Rosario.
San Alfonso María Ligorio.
sábado, 17 de agosto de 2013
CONSAGRACIÓN DE LA FAMILIA AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA
Consagración de la familia al Corazón Inmaculado de María
Madre Adela Galindo S.C.T.J.M.
( cabeza del hogar)
"Oh, Corazón Inmaculado de María, refugio seguro de nosotros pecadores y ancla firme de salvación, a Ti queremos hoy consagrar esta familia. En estos tiempos de gran batalla espiritual, de la lucha entre la oscuridad y la luz, entre la verdad y la mentira, entre los valores familiares auténticos y la permisividad destructiva, te pedimos les recibas en tu Corazón, les refugies en tu manto virginal, les defiendas con tus brazos maternales y les lleves por el camino seguro hacia el Corazón de tu Hijo, Jesús.
Madre Santísima, al consagrar esta familia a tu Corazón Inmaculado ellos te reconocen como Madre y Maestra. Desean abrir sus corazones a ti, para que el fruto de esta consagración sea alcanzar plenitud de comunión con el Corazón de Cristo.
Oh Madre, a través de su consagración, esta familia, te reciben en su casa, en sus corazones, en su hogar. Te hacen partícipes de sus vidas, de sus alegrías y sus luchas. Se encomiendan a tu cuidado maternal, a tu intercesión, y a tu guía, para que seas la Estrella que les lleva en camino seguro y perfecto, al Corazón de Cristo. Por lo tanto, con confianza en tu promesa, de que al final tu Inmaculado Corazón triunfara, esta familia, se consagra a Tu Corazón como medio seguro para estar consagrados al Corazón de Jesús.
Familia:
Tu que eres la Madre de Cristo y que conoces perfectamente los rasgos de Su corazón, de su mente y su carácter, te pedimos nos moldees, nos formes y nos enseñes a ser como El, para así ser imágenes vivientes de Jesús en nuestra familia, en la Iglesia y en el mundo.
Tu que eres Virgen y Madre, derrama sobre esta familia el espíritu de pureza de corazón, de mente y de cuerpo. Que todos vivamos la virtud de la castidad según nuestro estado y que la modestia y el pudor, impidan que entre en este hogar toda impureza, irrespeto o manipulación del cuerpo.
Tu que eres nuestra Madre espiritual, ayúdanos a crecer en la vida de la gracia, a vivir plenamente injertados en la vida divina que recibimos en el Bautismo. Llévanos de la mano por caminos de santidad y no permitas que caigamos en pecado mortal o que desperdiciemos las gracias ganadas por Cristo en el sacrifico de la Cruz.
Tu que eres Maestra de las almas, enséñanos a ser dóciles como Tu, para acoger con obediencia y agradecimiento toda la Verdad que nos enseña tu Hijo a través de la Iglesia y su Magisterio.
Tu que eres Mediadora de las gracias, se el canal seguro por el cual nosotros recibamos las gracias de conversión, de luz, de discernimiento, de fidelidad, de sabiduría, de santidad y de unión, que provienen del Corazón de Cristo.
Tu que eres Intercesora ante tu Hijo, mantén tu mirada misericordiosa siempre puesta en cada uno de los miembros de esta familia, y aunque no percibamos nuestras propias necesidades, acércate siempre a tu Hijo, implorando como en Caná, por el milagro del vino que nos hace falta.
Tu que eres Corredentora, guarda a esta familia, en la fidelidad ante la Cruz. Que en los momentos de sufrimiento, no busquemos cada uno nuestro propio bienestar, sino el acompañar al que sufre. Que en los momentos de aridez y desolación, nos mantengamos fieles al compromiso adquirido ante Dios, y que los sacrificios y luchas sepamos vivirlos en unión a tu Hijo Crucificado.
( cabeza del hogar):
Por la unión del Inmaculado Corazón de María con el Sagrado Corazón de Jesús, pedimos que esta familia que hoy se ha consagrado a estos Dos Corazones, viva siempre en el amor, en la paz, generosidad, fidelidad, gozo y unidad. Que esta familia sea un santuario doméstico donde se ore juntos, se comuniquen con alegría y entusiasmo; donde los esposos se amen y respeten donde los niños y los jóvenes amen, respeten y obedezcan a sus padres. Que los padres asuman con responsabilidad su misión de amar, formar, cuidar y enseñar a sus hijos para que crezcan en gracia ante Dios y los hombres. Que los ancianos sean vistos con reverencia y respeto. Te pedimos en virtud de esta consagración, que esta familia sea protegida de todo mal espiritual, físico o material. Que tu Corazón Inmaculado reine en este hogar para que así Jesucristo sea amado, escuchado, consolado y obedecido en esta familia." Amen!
CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
" Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía,
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.
Quiero ser como tu quieres que sea,
hacer lo que tu quieres que haga.
No temo, pues siempre estas conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.
Pon mi mano en la tuya para que este siempre contigo."
AMÉN.
MI HERMOSA NIÑA DE GALILEA
Autor: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org Mi hermosa Niña de Galilea | |
Dame las palabras para que pueda mostrar a mis hermanos lo buena y suave que eres conmigo. | |
María, así de simple. Es la forma de dirigirme y conversar con mi Madre del Cielo, llamándola simplemente María. Sé que mucha gente no la conoce, o tiene una imagen lejana de Ella, quizás demasiado formal, demasiado protocolar. ¿Cómo puede ser nuestra Mamá protocolar al presentarse a nosotros? No, Ella es sencilla, mi pequeña Niña de Galilea, así es para mí. Pero es también lógico que cada uno la vea del modo que su propio corazón indica, con la mirada del alma que todo lo convierte en la expresión del Espíritu Divino, si es que nosotros nos dejamos iluminar por dentro. Por un instante, déjenme narrarles cómo es que mi corazón ve a la Madrecita del Verbo Divino. De un modo muy particular, la veo de unos quince o dieciséis años, que es la edad en la que Ella se convirtió en Madre Divina, dándonos a Aquel que todo lo puede por amor. A tan temprana edad, mi María se presenta ante mi corazón como una hermosa Mujer, delicada en su mirar, en su caminar. Destaca su delicado cuello, largo y estilizado para dar cabida al más hermoso rostro que Dios jamás cinceló en criatura alguna. Ella es perfecta, no existe ni existirá mujer más hermosa que María, porque Dios la modeló en un acto sublime de Su Potencia Creadora. Y su belleza sólo es superada por su pureza, su inocencia y su férrea voluntad de no desagradar al Padre que tanto ama. Cuando veo las imágenes de las distintas presentaciones de María a lo largo de los siglos, me quedo con la convicción de que el hombre no ha podido ni podrá modelar jamás la belleza de María ni siquiera en un modo aproximado. Mi alma se esfuerza en descubrir la visión verdadera con que mi joven Reina se presentó como la Medalla Milagrosa, por ejemplo. Santa Catalina de Labouré sin dudas describió del modo más aproximado posible la celestial visión que se presentó ante ella, pero no pudo hacer que el artista cincele en la Medalla Milagrosa el verdadero rostro de la Reina de los ángeles. Esa sonrisa, esas manos siempre en posición de oración, esos ojos iluminados por la Fuente de todo el Amor. María, joven y sonriente, fulgurante estrella de la mañana. Se presenta en mi corazón como una Rosa que se abre derramando su fragancia y frescura, haciendo de mi un ovillo de hilo que se recoge sobre sí mismo, se envuelve pliegue sobre pliegue hasta quedar extasiado mirándola sonreír, llamándome, invitándome a acompañarla en este viaje. Ella nunca se presenta en vano en nuestro corazón, como una madre nunca se acerca a sus hijos sin un profundo deseo de cuidarlos y amarlos. María, hermosa Niña de Galilea, perfecto fruto de la Creación en cuerpo y alma. Sólo Ella pudo tener la Altísima Gracia de ser Madre del mismo Dios. El, ante el que el universo mismo se doblega, se hizo pequeñito y vivió nueve meses oculto dentro de ésta hermosa Joven Palestina. El, instante tras instante, fue tomando de su sangre todo aquello que necesitó para formar Su naturaleza humana, Su humanidad. Así, Ella es nuestra Niña de la Alta Gracia, porque ninguna Gracia puede ser tan elevada como la Maternidad Divina. Enamorarse de María es enamorarse de su Divina Maternidad, de su Inmaculado Corazón, y de su infinita belleza humana también. La siento tan cercana, tan vivamente presente en mi vida, que no puedo más que dirigirme a Ella como María, mi María. Ella es compasiva y paciente ante mis demoras en acudir a su mirada, Madre de la Misericordia. Juntos conversamos, compartimos mis pequeñas aventuras humanas, mis decepciones y dolores, mis esperanzas y sueños. Y María, con esa hermosa sonrisa que se funde en mis pupilas, me mira y me invita a levantar los ojos al Cielo con las manos unidas sobre mi pecho. Madre de la oración, Bella Dama del clamor y la plegaria, Omnipotencia Suplicante, Ella nos enseña a ver a través de los Ojos de Aquel que todo lo puede. Mi María, hermosa y joven Niña de Galilea, que enamoraste mi corazón porque sabías que era el modo de abrir la puerta al soplo del Amor Verdadero. Me siento tan feliz y orgulloso de ser tu hijo, y al mismo tiempo tan indigno de serlo, que no puedo más que pedirte me ayudes a seguirte en tus deseos, que no son otros que los deseos de Tu Hijo. Dame las palabras para que pueda mostrar a mis hermanos lo hermosa y pura que eres, y lo buena y suave que eres conmigo. Dales la luz que les permita enamorarse de ti como lo has hecho conmigo. Que puedan descubrirte como la más hermosa y pura Mujer que jamás existió, Inmaculada en cuerpo y alma, llena del Espíritu Santo, plena de humildad y fortaleza, escudo que protege y consejo que ilumina. Mi hermosa María, luz de mi vida. |
viernes, 16 de agosto de 2013
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