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martes, 12 de mayo de 2020
lunes, 11 de mayo de 2020
CONOCE LA HISTORIA DE CONVERSIÓN TRAS ESTA CANCIÓN A LA VIRGEN CANTADA POR ELVIS PRESLEY
Conoce la historia de conversión tras esta canción a la Virgen cantada por Elvis Presley
Redacción ACI Prensa
Crédito: Santuario de Fátima y Wikimedia Commons
Aunque pocos lo sepan, Elvis Presley, uno de los cantantes más populares del siglo XX y considerado un ícono cultural, interpretó una canción dedicada a la Virgen de Fátima y el Rosario, que además tiene una bonita historia de conversión detrás.
Aunque fue criado en la Iglesia Evangélica de la Asamblea de Dios, Elvis Presley grabó “El milagro del Rosario” el 15 de mayo de 1971. Sin embargo, no es su canción, sino de su amigo Lee Denson, quien perteneció a la Iglesia Bautista, pero se convirtió al catolicismo después de casarse con una católica.
La familia de Lee Denson ayudó a los padres de Elvis cuando se mudaron de Tupelo a Memphis en 1947. Lee fue el primer maestro de guitarra de Presley.
La historia de la canción “El milagro del Rosario” fue escrita en 1960 cuando Lee se acercó al catolicismo. Su esposa Mary era católica y devota de la Virgen de Fátima. Todos los días rezaba el Rosario como la Madre de Dios había pedido a los tres pastores en Cova da Iria.
Sin embargo, debido agitada carrera de músico profesional de su esposo, ella comenzó a descuidar su fe. Un día, el Rosario que un amigo le había traído de Fátima desapareció. Ella buscó en toda su casa, pero no la encontró.
Fue en la noche del 13 de octubre de 1960 que, tras llegar a su hogar, encontró el Rosario en su estuche, sobre una almohada en la cama. Mary y su esposo estaban sorprendidos. Más tarde, mientras dormían, se despertaron de repente: Ella después de sentir un suave toque en sus labios y él por haber escuchado un sonido similar a una campana.
A la mañana siguiente, decidieron ir a Misa y luego revelaron haber escuchado al sacerdote decir que Nuestra Señora de Fátima hace milagros en la vida todos los días y que pocas personas le agradecen o se detienen a pensar en lo que les sucedió.
Lee y su esposa dijeron que fueron los únicos en escuchar esas palabras. Perplejo, el músico no volvió a dormir bien, hasta que decidió componer una canción para Nuestra Señora de Fátima.
Pensando en un artista que pudiera grabarlo para dar una gran proyección a los milagros de Fátima, pronto recordó a su amigo Elvis Presley. Sin embargo, decidió esperar hasta 1967, cuando se celebró el 50 aniversario de las apariciones de la Virgen en Cova da Iria. Sin embargo, Elvis no pudo grabar ese año, pero se hizo realidad en 1971.
Lee Denson abandonó su carrera artística para dedicarse a la iglesia en Memphis. En una ocasión, en 1978, cantó “El milagro del Rosario” en la Misa y, según los informes, la Iglesia estaba llena del aroma de las rosas. Entre los fieles, estaba el arzobispo panameño mOTomás Clavel, quien lo consideró un signo “milagroso”.
Más tarde, el Papa Pablo VI bendijo la canción “El milagro del Rosario". En la década de 1980, Lee Denson la cantó en el Santuario de Fátima y en Carmelo de Coimbra, en presencia de la hermana Lúcia, una de las visionarias de Fátima.
Mira la traducción de esta canción a continuación:
Oh, Bendita Madre, te rogamos
Gracias por el milagro de Tu Rosario
Solo Tú puedes sostener
la bendita mano de Tu Hijo el
tiempo suficiente para que el mundo entienda
Dios te salve María, llena eres de gracia
Que el Señor esté contigo
Bendita seas entre las mujeres
Y bendito sea el fruto de Tu vientre, Jesús
Oh, Santa María, querida Madre de Dios
Por favor ruega por nosotros pecadores
Ahora y en la hora de nuestra muerte
Y te agradezco nuevamente
por el milagro de tu Rosario.
PAPA FRANCISCO: EL ESPÍRITU SANTO EVITA QUE LA DOCTRINA SE EQUIVOQUE
Papa Francisco: “El Espíritu Santo evita que la doctrina se equivoque”
Redacción ACI Prensa
Foto: Vatican Media
El Papa Francisco explicó, durante la Misa celebrada este lunes 11 de mayo en Casa Santa Marta, que “el Espíritu Santo evita que la doctrina se equivoque, y evita que permanezca parada allí sin crecer en nosotros”.
En su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre la promesa de Jesús, realizada en la Última Cena, de mandar a los apóstoles el Espíritu Santo: “Os he dicho estas cosas estando entre vosotros. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho”.
“Es la promesa del Espíritu Santo”, subrayó Francisco. “El Espíritu Santo que habita con nosotros y que el Padre y el Hijo envían. ‘El Pare lo enviará en mi nombre’, dice Jesús, para acompañarnos en la vida. Y lo llaman ‘Paráclito’, ese es el oficio del Espíritu Santo”.
El Papa recordó que “en griego, el ‘Paráclito’ es el que sostiene, el que te acompaña para no caer, el que te mantiene firme, el que es cercano a ti para sostenerte, y el Señor nos ha prometido este apoyo”.
Por lo tanto, “el oficio del Espíritu Santo es enseñar y recordar. Nos enseña el misterio de la fe. Nos enseña a entrar en el misterio, a comprender un poco mejor el misterio. Nos enseña la doctrina de Jesús, y nos enseña cómo desarrollar nuestra fe sin equivocarnos. Porque la doctrina crece, pero siempre en la misma dirección. Crece en la comprensión, y el Espíritu nos ayuda a crecer en la comprensión de la fe, a comprenderla más”.
“La fe no es una cosa estática. La doctrina no es una cosa estática. Crece. Crece como crecen los árboles. Siempre es el mismo, pero cada vez más grande, con más fruto. Pero siempre es el mismo y crece en la misma dirección”.
El Espíritu Santo “nos enseñará las cosas que Jesús nos ha enseñado. Desarrollará en nosotros la comprensión de aquello que Jesús nos ha enseñado. Hará crecer en nosotros, hasta la madurez, la doctrina del Señor”.
“Y otra cosa que dice Jesús que hace el Espíritu Santo es recordar: ‘Os recordará todo lo que yo os he dicho’. El Espíritu Santo es como la memoria. Nos despierta: ‘Acuérdate de aquello, acuérdate de lo otro’. Nos mantiene despiertos, siempre despiertos en las cosas del Señor, y también nos hace recordar la propia vida: ‘Piensa en aquel momento, piensa cuando has encontrado al Señor, piensa cuando dejaste al Señor’”.
El Pontífice señaló que un buen modo de rezar al Espíritu Santo es mirar al Señor y decir: “Soy el mismo. He caminado mucho, me he equivocado mucho, pero soy el mismo. Y tú me amas”. “La memoria del camino de la vida”.
“En esta memoria, el Espíritu Santo te guía. Te guía para discernir qué debo hacer ahora. Cuál es el camino bueno y cuál el equivocado. También en las pequeñas decisiones. Si nosotros pedimos la luz al Espíritu Santo, Él nos ayudará a discernir para tomar las buenas decisiones. Las pequeñas de cada día y las más grandes. Es quien nos acompaña, nos sostiene en el discernimiento”.
“Los Evangelios le dan otro nombre al Espíritu Santo. Sí, ‘Paráclito’ porque nos sostiene, pero les da otro nombre más bello: El don de Dios. El Espíritu es el don: ‘No os dejaré solos. Os enviaré un Paráclito que os sostendrá, y os ayudará a ir adelante, a recordar, a discernir y a crecer”.
El Papa finalizó la homilía invitando a “que el Señor nos ayude a custodiar este don que Él nos dio en el bautismo y que todos tenemos dentro”.
Evangelio comentado por el Papa Francisco:
Juan 14:21-26
21 El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ame, será amado de mi Padre; y yo le amaré y me manifestaré a él.»
22 Le dice Judas - no el Iscariote -: «Señor, ¿qué pasa para que te vayas a manifestar a nosotros y no al mundo?»
23 Jesús le respondió: «Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él.
24 El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me ha enviado.
25 Os he dicho estas cosas estando entre vosotros.
26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho.
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA,11 DE MAYO
Mayo 11
Todos los actos de la vida de la Virgen estuvieron orientados hacia Dios. Todo lo hacía por su Hijo y para su Hijo; pero como su Hijo era Dios, todo en su vida empezaba y terminaba en Dios.
¿Podemos decir nosotros que Dios es el móvil de nuestros actos? ¿Nuestros actos se dirigen a Dios?
Cuanto hagamos en esta vida debe tener su proyección en la vida eterna, ya que esta vida terrena no tiene sentido en sí misma sino en cuanto es preparación para la vida definitiva. Por tanto, sepamos que todo cuanto no hagamos por Dios, se pierde y no tiene mérito para la vida eterna.
Madre, cuyo ruego poderoso es gracia y bendición, ruega por nosotros.
* P. Alfonso Milagro
EL EVANGELIO DE HOY LUNES 11 DE MAYO DE 2020
Lecturas de hoy Lunes de la 5ª semana de Pascua
Hoy, lunes, 11 de mayo de 2020
Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (14,5-18):
EN aquellos días, cuando en Iconio se produjeron conatos de violencia de parte de los gentiles y de los judíos, con sus autoridades, para maltratar a Pablo y a Bernabé y apedrearlos; al darse cuenta de la situación, huyeron a las ciudades de Licaonia, a Listra y Derbe y alrededores, donde se pusieron a predicar el Evangelio.
Había en Listra, sentado, un hombre impedido de pies; cojo desde el seno de su madre, nunca había podido andar. Estaba escuchando las palabras de Pablo, y este, fijando en él la vista y viendo que tenía una fe capaz de obtener la salud, le dijo en voz alta:
«Levántate, ponte derecho sobre tus pies».
El hombre dio un salto y echó a andar. Al ver lo que Pablo había hecho, el gentío exclamó en la lengua de Licaonia:
«Los dioses en figura de hombres han bajado a visitarnos».
A Bernabé lo llamaban Zeus, y a Pablo, Hermes, porque se encargaba de hablar. El sacerdote del templo de Zeus que estaba a la entrada de la ciudad trajo a las puertas toros y guirnaldas y, con la gente, quería ofrecerles un sacrificio.
Al oírlo los apóstoles Bernabé y Pablo, se rasgaron el manto e irrumpieron por medio del gentío, gritando y diciendo:
«Hombres, ¿qué hacéis? También nosotros somos humanos de vuestra misma condición; os anunciamos esta Buena Noticia: que dejéis los ídolos vanos y os convirtáis al Dios vivo “que hizo el cielo, la tierra y el mar y todo lo que contienen”. En las generaciones pasadas, permitió que cada pueblo anduviera su camino; aunque no ha dejado de dar testimonio de sí mismo con sus beneficios, mandándoos desde el cielo la lluvia y las cosechas a sus tiempos, dándoos comida y alegría en abundancia».
Con estas palabras, a dura penas disuadieron al gentío de que les ofrecieran un sacrificio.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 113B,1-2.3-4.15-16
R/. No a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre da la gloria
No a nosotros, Señor, no a nosotros,
sino a tu nombre da la gloria,
por tu bondad, por tu lealtad.
¿Por qué han de decir las naciones:
«Dónde está su Dios»? R/.
Nuestro Dios está en el cielo,
lo que quiere lo hace.
Sus ídolos, en cambio, son plata y oro,
hechura de manos humanas. R/.
Benditos seáis del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
El cielo pertenece al Señor,
la tierra se la ha dado a los hombres. R/.
Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (14,21-26):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama será amado mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».
Le dijo Judas, no el Iscariote:
«Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»
Respondió Jesús y le dijo:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio de hoy lunes, 11 de mayo de 2020
Juan Carlos Martos, cmf
En el evangelio de hoy, Jesús nos ofrece dos enseñanzas provechosas y prácticas para nuestra vida cristiana: Unas precisiones sobre el amor y una promesa.
Precisiones sobre el amor: Jesús declara que le ama verdaderamente solo quien conoce sus mandamientos y los cumple. El tipo de amor que promueve Jesús no se confunde con otros tipos de amores. Se centra en conocer y cumplir. Él no era pelagiano. Por eso, el amor no es mero activismo. No hay amor sin empatizar con Jesús y comprenderle, hasta descubrir que Él es la Verdad. Aunque a veces parezca misterioso, nunca es absurdo. Sin experiencia de encuentro, sin trato y contacto, sin escucha y acogida de su palabra… no hay amor. Pero Jesús no era tampoco gnóstico. No se rodeó de amigos movidos por mera admiración o por curiosidad; les exigió también el “hacer”. No basta estar informados. Hay que poner en práctica sus palabras y realizar lo que Él propone. A quien le conoce y le obedece, queda unido a él, en comunión, como el sarmiento “injertado” en la vid, pero no como el sarmiento simplemente “atado” a ella, yuxtapuesto.
Una promesa: Enviará al Espíritu Santo que “enseñará” y “recordará” todo lo que Él había dicho. Quien abre su corazón al Espíritu Santo no se convierte en Dios, sino en “templo de Dios”. Pero, atención, ser “templos” no es lo mismo que ser “sacristías” que no contienen la presencia viva del Señor, sino que solo almacenan objetos sacros. El Espíritu Santo mora en nuestro corazón en la medida en que su acción es visible en la vida. Su actividad es muy rica. Aparece descrita por los títulos que le dan las Escrituras. Hoy Jesús le llama “Defensor” porque nos defiende del mal -que además de mentiroso y dañino, siempre es más fuerte que nosotros- y también “Maestro interior” que nos hace inteligible lo que no podemos comprender y nos recuerda las palabras de Jesús que olvidamos tan frecuentemente o las cambiamos por otras.
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