jueves, 3 de octubre de 2013

AMA A LOS HOMBRES - MEDITACIÓN 03 DE OCTUBRE



MEDITACIÓN 03 DE OCTUBRE
AMA A LOS HOMBRES
3 de octubre  


Autor: Phil Bosmans

A las cosas puedes tratarlas sin amor. Puedes derribar un árbol, arrancar una mata. Puedes romper un vaso, tumbar una silla...
A las cosas puedes tratarlas de cualquier forma, aunque no te sea del todo indiferente ver pisotear una flor.
A los hombres puedes "manejarlos" solamente con amor.
Si no eres capaz de amar a los hombres, quédate sentado en tu rincón y ocúpate de ti mismo o de cosas fútiles y sin vida.
Pero deja en paz a la gente.
Quizás trabajas en la administración, ves únicamente papeles, formularios o números y nunca se te ocurre pensar en el ser humano que tienes delante. Trabajas en una oficina, en una escuela, en una fábrica o en una tienda y en todo el día no encuentras hombres, sólo máquinas parlantes.
Detrás de cada rostro busca al hombre.
Ama al hombre, sea alto o bajo, guapo o feo, alegre o serio, amable o antipático, feliz o desgraciado.
Tu amor le hará bien.
Tú también sabes reconocer si alguien se interesa en ti 
por amor o por otras razones.
Si uno te aprecia, es atento y afectuoso.
Te hace pasar un momento agradable.
Lo mismo sucede con las personas con las que tú tienes que tratar.

¿Quién necesita de nuestro afecto y de nuestra simpatía?
¿Quién es maltratado desde nuestras actitudes?

Un Ave María para que seamos más comprensivos los unos con los otros

NO HE VENIDO A SER SERVIDA SINO A SERVIR

Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
No he venido a ser servida sino a servir
Meditaciones del Rosario. Segundo Misterio de Gozo. La Visita de la Virgen a su prima Isabel.
 
No he venido a ser servida sino a servir
Estamos en Octubre, mes dedicado al Rosario, una hermosa oración que, acompañados de la Virgen, recorremos el camino de Jesús.
Durante este mes, como cada año, publicaremos estas sencillas meditaciones de cada misterio del rosario, para profundizar y rezarlo con más alegría.


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De tal palo tal astilla, o de tal astilla tal palo. El hijo y la madre tan parecidos, no sólo en la cara sino en la vida. Dos vidas paralelas.

Dos personas que vinieron a inaugurar una nueva forma de vivir: No la del egoísmo, sino la de la generosidad y la entrega. El que no vive para servir, no sirve para vivir.

María es un sí a Dios, un sí a Jesús y un sí a los hombres.

Un sí a Dios: Hágase en mí según tu palabra. Pero no una vez o por un rato, sino en todas las oportunidades y siempre. María el encanto de Dios. Mirarla es sonreír. La única criatura que ha agradado a en todo y siempre a Dios. Hermana nuestra, intercesora, pararrayos. Nuestra raza ha producido monstruos horrendos. Pero la figura de María le cura a Dios de todas las heridas que le provocan los hombres.

Un sí a Jesús: Soy tu madre, tu compañera, tu sostén hasta la muerte. Lo tuvo en brazos cuando era un bebé desvalido, lo defendió de la espada de Herodes, lo acompañó en su vida pública con su oración y fortaleza: Jesús hombre, el Siervo de Yahvé incomprendido se cobijó a la sombra reconfortante de María, encontrando el único alivio en la tierra, porque su padre lo “abandonó en la tierra”. “Dios mío, Dios Mío, ¿por qué me has abandonado?”

María cuidó de un hijo de Dios “abandonado” por el Padre y perseguido por los hombres. Es difícil imaginar hasta qué punto María ayudó a Jesús hombre en su dura travesía por la tierra. Le acompañó en la cuesta más dura, en el último trecho hacia el Calvario. María supo sostener con su oración y su presencia y con todo el amor de una madre a un dios semiagonizante que sudaba sangre en Gethsemaní. Y dio aliento a su hijo Dios crucificado para que terminara de entregar su vida por os hombres. En el templo lo entregó de niño en sus brazos. En el Calvario lo entrego de hombre en sus mismos brazos. “Padre, te ofrezco lo que queda de mi hijo en altar destruido de mi corazón de madre”.

Jesús murió en el lecho duro de la cruz. Pero cobijado por el amor y el abrazo heroico de María. Retuvo en sus ojos un mar de llanto con la compuerta de su fortaleza, para no herir más al herido de muerte.

Cuando Jesús expiró, se rompieron los diques y María se convirtió en un mar de lágrimas. Jesús da gracias a María por haberlo ayudado a subir al Gólgota, por haberlo ayudado a morir como un crucificado. En la cruz no quedaba nada de la omnipotencia de Dios y nada de la dignidad del hombre. Era la aniquilación total. Jesús no hubiera podido sólo. Quiso necesitar la ayuda de María no sólo para nacer, sino para morir. Fue corredentora porque ayudo al Redentor a redimirnos.

Un sí a los hombres: No sabemos lo que le debemos a Dios. Ni sabemos lo que le debemos a María. Somos muy desagradecidos por ser muy ignorantes de tanto amor. “Ahí tienes a tu hijo, a tus hijos. No te dé pena de cómo son. Ámalos y cuídalos, como si fuera yo mismos”. María ha tomado en serio como al mismo Dios el cuidar de ti y de mí. No cabe duda que uno de los momentos en que Dios me ha amado más es cuando me dijo: Ahí tienes a tu madre. Desde entonces hay un amor en mi vida, el más puro, el menos merecido el de la madre más maravillosa. El corazón que amó a Dios me a mí como madre. ¡Bendito el momento en que esto empezó a suceder!. La madre de Dios es mi madre.

Ella me sostiene con su oración y amor a lo largo de mi vida, en mis problemas y sufrimientos y en la hora de mi muerte
Si servir hace felices, María fue la mujer más feliz, porque fue la mejor servidora. El método ha funcionado siempre, igual que el del egoísmo jamás ha funcionado ni funcionará. El de servir al prójimo crea hombres y mujeres felices. Se sirve rezando por los infelices; se sirve sufriendo por los pecadores; se sirve dedicando tiempo, mi tiempo, al apostolado; se sirve dando algo mío, y se sirve, sobre todo, dándose a sí mismo con amor al prójimo.

Donde está María las personas y las cosas cambian

Nazareth es un pueblo bendito por Ella y por Jesús y José. ¡Qué trilogía! Nunca tan pocos han hecho tanto por toda la humanidad. La casa de Zacarías no fue la misma desde que en ella se hospedó María. El nivel de gozo y serenidad subió al máximo. La boda de Caná, que hubiera acabado en un naufragio por escasez de vino, terminó siendo la boda más feliz, donde se sirvió el vino mejor del mundo. Por Ella. La vida de Jesús en este mundo hubiera sido insoportable sin Ella. Pero la vida de Jesús, la dura vida terrena del Hijo de Dios fue maravillosamente soportable por aquella flor de Nazareth.

La vida de un cristiano, la tuya, la mía es muy diferente: amable, dulce, llevadera, cuando María convierte nuestra pobre agua en dulce vino. María es la alegría de vivir para quien la toma simplemente en serio. Invito desde aquí a todos los tristes, pesimistas, amargados a que toquen a la puerta de María. Verán renacer la esperanza.

Y amar a María es la cosa más sencilla, más dulce, más inefable. El primer mandamiento de “amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón...” podríamos adaptarlo así:”Amarás a María, tu Madre, una milésima menos de la que amas a Dios”.

Bendita tú que has creído...

Tu fe gigantesca borra la incredulidad aterradora de millones de ateos e incrédulos. Y Dios lo sabe, lo mide. Bendita por ti y bendita por nosotros, que tanto tenemos la cerrazón de Tomás. Tú dijiste, antes que él, sin pedir tocar ni ver:”Señor mío y Dios mío”, cuando aquel Dios era sólo un puñadito de células en tu seno.

Jesús diría a Tomás y a todos los incrédulos: “Dichosos los que sin ver creyeron”. En aquel momento la alabanza era para ti y para Juan. Después sería para todos los creyentes. Dichoso el que sigue creyendo en la Eucaristía, en la Iglesia, en Jesús, en María.

Creer es un acto de amor y confianza en el amado; no en lo que yo veo o palpo o discurro, sino en su palabra. Creer es fiarse, es amar, es entregarse sin agarraderas. La fe fue toda tu vida la estrella polar. La fe te salvó de la desesperanza y del orgullo; de la rutina y del cansancio. La fe es la victoria que vence al mundo. Tú eres la mujer vencedora por excelencia.


Mi alma glorifica al Señor...

Debías cantar muy bellamente. Me gustaría oírte cantar uno de tus canciones favoritas, el Magnificat con el alma encendida de amor y gratitud a tu Creador. Sabías agradecer: Te nacía del alma como fuente a flor de corazón. Sabías ser humilde: Eras la humildad encarnada y transparente. Conocías tu grandeza, pero sabías que era regalo, y así lo proclamas: “Soy grande, andaré boca de todas las generaciones, porque Él es bueno y grande”. Yo sé que das las gracias a quien te reza un avemaría.

Te llamas esclava, palabra sublime de amor. Ser esclavo del amado representa la plena disponibilidad, el sí total; por eso al llamarte esclava te declarabas totalmente a las órdenes de tu amado, Dios.

Del amor hiciste tu identidad. Te podemos llamar Amor como san Juan llamaba a Dios. De amor llenaste la vida, y, así, esa vida se tornó maravillosa como todo lo que toca el amor. De amor viviste , y de amor moriste. Y de amor vivirás eternamente en el cielo; enamorada para siempre de tu Dios y enamorada de tus pequeños. Enséñanos a amar, a vivir de amor como tú.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC 

    IMAGENES DEL SAGRADO CORAZÓN DE MARÍA











    miércoles, 2 de octubre de 2013

    IMAGENES DEL SAGRADO CORAZÓN DE MARÍA






    IMAGENES DE LA VIRGEN DE FÁTIMA

















    ABANDONARSE EN DIOS, MEDITACIÓN 2 DE OCTUBRE


    Meditaciones del Mes de Octubre, Mes del Santo Rosario
    ABANDONARSE EN DIOS
    2 de octubre  



    Yo me abandono ¡oh Dios! en tus manos.
    Toma este barro y trabájalo como arcilla
    entre las manos del alfarero
    dale una forma y después, rómpela,
    si quieres como es despedazada la vida de tantos hermanos.
    Pide, ordena ¿Qué quieres que haga?
    ¿Qué quieres que no haga?
    Ensalzado o humillado, perseguido,
    incomprendido, calumniado,
    alegre o triste, o inútil para todo,
    sólo diré, a ejemplo de tu Madre:
    “Hágase en mí según tu palabra”.
    Dame el amor por excelencia,
    el amor de la cruz.
    Pero no de las cruces heroicas
    que podrían nutrir mi vanidad,
    sino de las cruces vulgares que, sin embargo,
    llevo con repugnancia.
    De esas que se encuentran cada día en la contradicción,
    en el olvido, en los juicios falsos,
    en la frialdad del alma,
    en los desaires y desprecios de los demás;
    en el malestar y defectos del cuerpo,
    en la oscuridad de la mente y en el silencio y aridez del corazón.
    Entonces sólo Tú sabrás que te amo,
    aunque ni yo lo sepa, con eso me basta.

    ¿En qué me resisto a Dios?
    Un Ave María para que nos dejemos conducir por el Señor

    ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE


    ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA  FIEL, PODEROSA Y CLEMENTE

    ¡Oh Virgen naciente, esperanza y aurora de la salvación para todo el mundo!, vuelve benigna tu mirada maternal hacia todos nosotros, reunidos aquí para celebrar y proclamar tus glorias.

    ¡ Oh Virgen fiel, que fuiste siempre solícita y dispuesta a recibir, conservar y meditar la Palabra de Dios!, haz que también nosotros, en medio de las dramáticas vicisitudes de la historia, sepamos mantener siempre intacta nuestra fe cristiana, tesoro preciado transmitido por nuestros padres.

    ¡Oh Virgen poderosa, que con tu pie aplastas la cabeza de la serpiente tentadora!, haz que cumplamos, día tras día, nuestras promesas bautismales, con las que hemos renunciado a Satanás, a sus obras y seducciones, y sepamos dar al mundo un gozoso testimonio de esperanza cristiana.

    ¡ Oh Virgen clemente, que siempre has abierto tu corazón maternal a las invocaciones de la humanidad, a veces lacerada por el desamor y hasta, desgraciadamente, por el odio y la guerra! enséñanos a crecer, todos juntos, según las enseñanzas de tu Hijo, en la unidad y en la paz, para ser dignos hijos del único Padre celestial. Amén.

    martes, 1 de octubre de 2013

    ABECEDARIO CRISTIANO - MEDITACIÓN 1 DE OCTUBRE


    Meditaciones del Mes de Octubre, Mes del Santo Rosario
    ABECEDARIO CRISTIANO
    1 De octubre  


    A-laba a Dios en cada circunstancia de la vida 
    B-usca la excelencia, no la perfección. 
    C-uenta tus bendiciones en vez de sumar tus penas. 
    D-evuelve todo lo que tomes prestado. 
    E-ncomienda a tres personas cada día 
    F-iate de Dios de todo corazón y no confíes en tu propia inteligencia 
    G-ózate con los que se gozan y llora con los que lloran. 
    H-az nuevos amigos pero aprecia a los que ya tienes. 
    I-nvita a Cristo a ser tu Señor y Salvador. 
    J-amas pierdas una oportunidad de expresar amor. 
    L-ee tu Biblia y ora cada día. 
    M-antente alerta a las necesidades de tu prójimo. 
    N-o culpes a los demás por tus infortunios. 
    O-lvida las ofensas y perdona así como Dios te perdona . 
    P-romete todo lo que quieras; pero cumple todo lo que prometes. 
    Q-ue se te conozca como una persona en quien se puede confiar. 
    R-econoce que no eres infalible y discúlpate por tus errores. 
    S-é la persona más amable y entusiasta que conoces. 
    T-rata a todos como quisieras que te traten. 
    U-nete al ejército de los agradecidos. 
    V-ístete de misericordia, humildad y paciencia. 
    Y- no te olvides de soportar a los demás como a ti te soportan. 
    Z-áfate de las garras seductoras de Satanás.

    ¿Qué letra del abecedario cristiano, me sobra o me hace falta?

    Un Ave María a la Virgen por los que han olvidado que, como todo ser humano, son limitados y débiles.

    lunes, 30 de septiembre de 2013

    ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA POR LA SALUD DE LOS ENFERMOS


    ORACIÓN NUESTRA SEÑORA,
     SALUD DE LOS ENFERMOS 

    María, Madre amadísima, te invoco confiadamente como salud de los enfermos. Eres Madre de bondad, especialmente para quienes están bendecidos con la Cruz, en particular la enfermedad.

     Humildemente te pido esta gracia (Mencione el favor que desea). Madre del Perpetuo Socorro, te ruego que presentes mi petición a tu Divino Hijo. No será rechazada si te dignas rogar por mí, porque tu intercesión es poderosa ante Dios. Con la confianza de un niño, me abandono a la santa voluntad de Dios. El cuidará de mis deseos. Madre de Misericordia, yo te amo; en ti pongo mi confianza. Por tus manos ofrezco a Dios todos los sacrificios que haya de soportar con todo el amor de mi corazón. Que todas mis penas se conviertan en un acto de amor a Dios, de reparación por mis pecados, y mérito por la salvación de las almas, en particular la mía. Enséñame a tener paciencia y conformidad con la voluntad de Dios, imitándote a ti,

     Madre Dolorosa. V. Ruega por nosotros, 
    Señora Nuestra, salud de los enfermos. R. Para que seamos dignos de las promesas de Cristo.

     0remos: Te rogamos, Señor Dios nuestro, que nos bendigas a nosotros tus siervos, con salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada Virgen María, Salud de los enfermos, seamos libres de las tristezas presentes y disfrutemos de las alegrías eternas. Te lo pedimos por Cristo, Nuestro Señor. Amén.

    CAMBIA DE ESTRATEGIA


    CAMBIA DE ESTRATEGIA (Reflexión)

    Había una vez un ciego que pedía limosna en una calle transitada, con una gorra a sus pies y un cartel en el que, escrito con tiza blanca, decía: "POR FAVOR AYÚDEME, SOY CIEGO".

    Un creativo de publicidad que pasaba frente a él, se detuvo y observó unas pocas monedas en la gorra. Sin pedirle permiso tomó el cartel, le dio la vuelta, tomó una tiza y escribió otro anuncio. Volvió a poner el pedazo de madera sobre los pies del ciego y se fue.

    Por la tarde el creativo volvió a pasar frente al ciego que pedía limosna. Ahora su gorra estaba llena de billetes y monedas.

    El ciego, reconociendo sus pasos, le preguntó si había sido él quien había reescrito su cartel y sobre todo, qué que era lo que había escrito allí.

    El publicista le contestó: -"Nada que no sea tan cierto como tu anuncio, pero con otras palabras". Escribí "ESTAMOS EN PRIMAVERA, Y... YO NO PUEDO VERLA"

    El ciego agradeció su ayuda al publicista y este sonrió mientras se alejaba. También agradeció a Dios que pasara por allí este creativo, que le había ayudado a incrementar sus ingresos.

    Moraleja: Cambia de estrategia cuando algo no te salga, en vez de lamentarte. Así verás que puede que resulte mejor de esa manera. Y no te olvides de pedirle a Dios ayuda y agradecerle mucho su permanente escucha.

    domingo, 29 de septiembre de 2013

    MEDITACIÓN DEL AVE MARÍA

    Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
    Para meditar las palabras del Ave María
    Dios te salve, Bendita. Y bendícenos a nosotros. Dios te salve, María, llena eres de gracia.
     
    Para meditar las palabras del Ave María
    Para meditar las palabras del Ave María
    Vamos a meditar las palabras del Ave María, para que al repetirlas disfrutemos mas el Rosario


    Dios te salve

    Te saludo con todo mi amor
    y con toda la alegría de mi corazón.´
    Dios te salve, Bendita.
    Y bendícenos a nosotros,
    los hijos de la Bendita entre todas las mujeres.
    Todos tus hijos del mundo,
    en las ciudades populosas, en los valles y montañas de los cinco continentes
    te saludan a diario cuando rezan el avemaría.
    Yo me uno a ese coro de hijos amantes y felices,
    Oh Madre bendita.
    Sí, bendita mil veces, bendita para siempre.
    Dios te salve…


    María

    Me encanta pronunciar tu nombre porque es el tuyo: María, Virgen María, Santa María de Guadalupe.
    Tu nombre ha poblado de bellas iglesias
    las ciudades y las montañas.
    Lo pronuncian con grandísimo amor y ternura
    los jóvenes, los adultos y los niños,
    Tu nombre lo llevan con orgullo santo
    millones de mujeres del mundo cristiano.
    Porque te aman y porque quieren parecerse a Ti.
    Necesitamos de verdad en nuestro mundo
    muchas Marías que tengan un corazón
    parecido al tuyo.
    María bendita, míranos con tus ojos de cristal,
    con tus ojos purísimos de paloma,
    y llénanos de tu perfumada presencia,
    de tu ternura inmensa, de tu fe y de tu amor.
    Dios te salve, María…


    Llena eres de gracia

    Cántaro que rebosa de la gracia, de la vida de Dios,
    de su amor inefable, de su santidad.
    Más santa y pura que todos los santos,
    más que los querubines y serafines.
    Por eso la belleza de tu alma y de tu rostro
    son el encanto de tu Dios.
    Y el encanto de nosotros también.
    Nos colma de tanta alegría
    saber que nuestra madre es tan santa,
    tan bella, tan pura y tan sencilla.
    Así te saludó el ángel: Llena de gracia,
    impresionado de tu alma.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia…


    El Señor es contigo

    Esta frase de la Biblia
    siempre va después del “No tengas miedo”.
    Desde que naciste Dios ha estado contigo,
    porque te cuidó como a su perla preciosa,
    a su rosa exquisita.
    Él te preparó desde muy niña con sus manos santas
    para que fueras después su Madre santa.
    Todo el amor infinito de Dios
    cuidando una flor llamada María.
    Estuvo contigo en tus años de infancia
    cuidando a la niña más bella,
    más santa, más querida.
    Te cuidó en la adolescencia preparando tu alma
    y tu cuerpo bendito y santísimo para la maternidad.
    El Señor está contigo: Te lo dijo un arcángel
    y él sabía lo que decía.
    Contigo estuvo en los años de tu embarazo,
    dentro de tu seno, haciéndose un niño
    por amor a nosotros.
    Toda tu vida terrena estuvo contigo.
    Y Tú estuviste con Él.
    Fuiste madre, nueva Eva, corredentora.
    Estuvo contigo en la cruz, muriendo junto a Ti.
    También estuviste Tú con Él,
    hasta que murió en el patíbulo
    y pasó de los brazos muertos de la cruz
    a los brazos vivos y amorosos de su madre.
    Estuvo contigo en los años de tu soledad,
    santificando a su madre amadísima,
    para que llegara al cielo resplandeciente como el sol y blanca como la luna.
    Contigo está y estará por toda la eternidad en el cielo.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    El Señor es contigo….


    Bendita Tú eres entre todas las mujeres

    ¿Qué es Eva comparada contigo?
    ¿Qué son las mujeres de la tierra junto a Ti?
    Tú eres la imagen perfecta, única
    de la mujer que quiso crear.
    Por eso, las mujeres, si no se llaman Marías,
    al menos deben serlo, parecerse a Ti
    que eres el modelo preciosísimo
    de la mujer cristiana.
    Querer llamarse como Tú es una buena elección.
    Pero parecerse a Ti debe ser su ideal.
    Modelo de niña y mujer,
    adorable modelo de madre y esposa.
    Porque Tú pasaste por todas las etapas
    del crecimiento de la mujer,
    enseñando cómo se puede ser una gran mujer,
    una mujer santa, un apóstol de Jesús,
    y, además, una mujer feliz...
    Con muy poco presupuesto, en una casita humilde,
    pero donde estaba Dios,
    y donde Dios está nada hace falta.
    La pobre casita de María rebosaba de amor,
    de santidad y de felicidad.
    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    El Señor es contigo.
    Bendita Tú eres entre todas las mujeres…


    Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús

    Bendita la flor, bendito también el fruto.
    Jesús, el amado del Padre
    ha nacido de Ti como la rosa del rosal.
    La rosa pertenece al rosal.
    Jesús te pertenece, es tuyo, hijo tuyo,
    fruto de tus purísimas entrañas.
    Y Tú eres de Jesús, toda de Jesús,
    pues Él, además de ser hijo tuyo,
    es tu Dios omnipotente,
    del que te consideras su esclava.
    Jesús y Tú sois, además, de nosotros.
    Jesús, porque Tú nos lo diste,
    en un gesto de amor único y lleno de misericordia…
    Y Tú nos perteneces porque Él te convirtió en Madre,
    en Madre nuestra.
    Entre las palabras que siempre meditas
    en tu corazón, están éstas:
    “Ahí tienes a tu hijo, ahí tienes a tu madre”.
    Para nosotros esta sola frase constituye
    todo un evangelio, una buena nueva.
    Si Jesús es nuestro, si María es nuestra,
    ¿qué dificultad nos podrá derrotar?
    ¡Qué poco felices nos atrevemos a ser
    cuando nos han dado la llave de la felicidad,
    de la felicidad completa y eterna!
    Dios te salve, María, llena eres de gracia,
    El Señor es contigo,
    Bendita Tú eres entre todas las mujeres
    Y bendito es el fruto de tu vientre Jesús.


    Santa María

    Si María es tu nombre,
    santa, santísima es tu sobrenombre,
    La cualidad que siempre va con tu nombre.
    Por eso tu nombre nos produce inmensa alegría
    y al mismo tiempo gran respeto.
    Santa María, dulce María, eres bellísimo jardín
    donde crecen las flores más bellas.
    Espiga dorada pletórica de fruto,
    mística rosa, perfumada y más pura
    que todas las rosas del mundo.
    Santa María, dulce Madre, Virgen pura,
    Reina bellísima y sencilla campesina
    de la entrañable campiña de Nazaret.


    Madre de Dios

    Te amamos como Madre nuestra
    y te veneramos como madre de Dios,
    grandeza incomparable que te ennoblece
    y nos llena de orgullo santo,
    porque nuestra madre es también madre de Dios.
    Para tan alto privilegio se requería
    una Madre virgen
    una virgen santa
    una mártir del alma
    una criatura llena de gracia
    y una humildísima esclava del Señor,
    que supiera decir: Hágase en Mí según tu palabra.
    ¿Cómo pudiste poseer al mismo tiempo
    la máxima grandeza
    y la más fina y profunda humildad?
    Dios te consideró digna madre suya.
    Aceptó ser Hijo de tus entrañas.
    Te hizo grande el que todo lo puede
    y tú te hiciste pequeña como una esclava
    al completo servicio de tu Señor.
    Madre y esclava del Señor.
    Como Madre de Dios
    me infundes un respeto inmenso.
    Como esclava del Señor una ternura infinita.


    Ruega por nosotros, pecadores

    Somos tus hijos pecadores
    Somos hijos pródigos que hemos recorrido
    los senderos del pecado y del hastío.
    Fuimos hijos de una madre pecadora,
    antes de ser aceptados por una Madre Inmaculada.
    Ruega a tu Hijo omnipotente,
    Tú que eres la omnipotencia suplicante.
    Ruega siempre para que no nos engañe más
    el padre de la mentira.
    Dile a Jesús que no tenemos vino,
    que se nos ha terminado la alegría y el amor.
    Pide para nosotros el milagro de la resurrección
    cuando caemos muertos de cansancio y de dolor.
    El que dijo ser la resurrección y la vida es hijo tuyo.
    El que dijo ser la Verdad y la Vida, te llama Madre.
    Entonces, suplícale que nos otorgue
    la resurrección y la vida.
    Santa María, Madre de Dios,
    ruega por nosotros pecadores…


    Ahora…

    El día de hoy,
    El día de las oportunidades de santificarnos
    o de pecar.
    Hoy, el día al que le basta su afán.
    El único día que tenemos en las manos.
    Que lo llenemos de amor y de bondad.
    Ahora líbranos de caer en la tentación.
    Hoy que sepamos amar a nuestros prójimos,
    Hoy que no endurezcamos el corazón,
    Hoy que oigamos la voz del Espíritu Santo.
    Ahora, en este presente que se transforma
    constantemente en futuro.
    Hoy, que el día de hoy amemos, nos santifiquemos,
    Seamos instrumentos de la paz de Jesús.
    Hoy, en esta pequeña vida que es el día presente.


    Y en la hora de nuestra muerte. Amén.

    En ese momento en el que se juega
    nuestra salvación eterna.
    Ese último día que sepamos decir
    un último “Te amo en este mundo”
    para repetirlo en la otra vida por siempre.
    Ruega por los que en ese momento
    no están preparados,
    para que si no vivieron en gracia,
    mueran en gracia de Dios
    y no vayan al eterno dolor.
    Ruega por los niños cuyo primer día de vida
    coincide con el de su terrible muerte.
    Así como lograste que el buen ladrón
    se arrepintiera el día de su muerte,
    consigue esa misma gracia a los pecadores
    más rudos, a los que no aceptan a tu Hijo.
    Une a la misericordia de Dios, tu bondad maternal
    para salvarles de las garras de Satanás,
    de la eterna condenación.
    Ruega por nosotros pecadores,
    ahora y en la hora de nuestra muerte.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC



    Durante el mes de Octubre meditaremos los Misterios del Rosario y las Letanías. Meditando en cada uno de ellos, rezaremos con más alegría esta oración que tanto le gusta a María Nuestra Madre

    sábado, 28 de septiembre de 2013

    ¡ MADRE, DANOS TU MIRADA ¡

    Autor: SS Francisco | Fuente: Catholic.net
    ¡Madre, danos tu mirada!
    ¡Llevemos al corazón de Dios a través de María, toda nuestra vida, cada día!
     
    ¡Madre, danos tu mirada!



    Fragmento de la homilía del Papa Francisco en la Santa Misa en el Santuario de Nuestra Señora de Bonaria. 22 septiembre 2013 


    En (Cfr. Hc 1, 12-14) nos muestra a María en oración en el Cenáculo, junto a los Apóstoles, en espera de la efusión del Espíritu Santo (Cfr. Hc 1, 12-14). María reza, reza junto a la Comunidad de los Discípulos y nos enseña a tener plena confianza en Dios, en su misericordia. ¡La potencia de la Oración! No nos cansemos de llamar a la puerta de Dios. ¡Llevemos al corazón de Dios a través de María, toda nuestra vida, cada día!

    Jesús nos confía a la custodia materna de su Madre, en cambio, en el Evangelio, acogemos sobre todo la última mirada de Jesús hacia su Madre. Desde la cruz, Jesús mira a su Madre y a ella le confía el Apóstol Juan, diciendo: "Éste es tu Hijo". En Juan estamos todos, también nosotros, y la mirada de Amor de Jesús nos confía a la custodia materna de su Madre. María habrá recordado otra mirada de Amor, cuando era una jovencita: la mirada de Dios Padre, que había mirado su humildad, su pequeñez. María nos enseña que Dios no nos abandona, puede hacer grandes cosas también con nuestra debilidad. ¡Tengamos confianza en Él! Llamemos a la puerta de su corazón.

    Encontremos la mirada de María, porque allí está el reflejo de la mirada del Padre que la hace Madre de Dios, y la mirada del Hijo desde la cruz, que la hace Madre nuestra. Y con aquella mirada hoy María nos mira.

    Tenemos necesidad de su mirada de ternura, de su mirada materna que nos conoce mejor que cualquier otro, de su mirada llena de compasión y de cuidado. María, hoy queremos decirte: ¡Madre, danos tu mirada! Tu mirada nos lleva a Dios, tu mirada es un don del Padre bueno, que nos espera en cada encrucijada de nuestro camino. Es un don de Jesucristo en la cruz, que carga sobre sí nuestros sufrimientos, nuestras fatigas, nuestros pecados. Y para encontrar este Padre, lleno de amor, hoy le decimos: ¡Madre, danos tu mirada! Lo decimos todos juntos: ¡Madre, danos tu mirada!

    En el camino, muchas veces difícil, no estamos solos, somos tantos, somos un pueblo, y la mirada de la Virgen, nos ayuda a mirarnos entre nosotros de modo fraterno. ¡Mirémonos de un modo más fraterno! María nos enseña a tener esa mirada que busca acoger, acompañar, proteger. ¡Aprendamos a mirarnos, los unos a los otros, bajo la mirada materna de María! Hay personas que instintivamente no tenemos en cuenta, y que sin embargo tienen más necesidad: los más abandonados, los enfermos, aquellos que no tienen de qué vivir, aquellos que no conocen a Jesús, los jóvenes que están en dificultad, que no tienen trabajo. No tengamos miedo de salir y mirar a nuestros hermanos y hermanas con la mirada de la Virgen. Ella nos invita a ser verdaderos hermanos. Y no permitamos que alguna cosa o alguno se interponga entre nosotros y la mirada de la Virgen.

    ¡Madre, danos tu mirada! ¡Que ninguno nos esconda tu mirada! Nuestro corazón de hijos sepa defenderla de tantas palabras que prometen ilusiones; de aquellos que tienen una mirada ávida de vida fácil, de promesas que no se pueden cumplir. Que no nos roben la mirada de María, que está llena de ternura. Que nos da fuerza, que nos hace solidarios entre nosotros. Digamos todos: ¡Madre, danos tu mirada! 

    viernes, 27 de septiembre de 2013

    EXCELENCIA DEL SANTO ROSARIO


    Excelencia del Santo Rosario

    A lo largo de los siglos los Papas han fomentado la pía devoción del rezo del rosario y le han otorgado indulgencias.

    Dijo Nuestro Señor: "Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt 18:20). El rosario en familia es algo maravilloso. Es un modo práctico de fortalecer la unidad de la vida familiar. Es una oración al alcance de todos. Los Papas, especialmente los más recientes, han hecho gran énfasis sobre la importancia del rosario en familia.

    El Papa dominico, San Pío V (1566 - 1572) dio el encargo a su congregación de propagar el santo rosario.  Muchos Papas han sido grandes devotos del rosario y lo han propagado con profunda convicción y confianza.

    Su Santidad León XIII escribió doce encíclicas referentes al rosario.  Insistió en el rezo del rosario en familia, consagró el mes de octubre al rosario e insertó el título de "Reina del Santísimo Rosario" en la Letanía de la Virgen. Por todo esto mereció el título de "El Papa del Rosario"

    Todos los Papas del siglo XX han sido muy devotos del Santo Rosario.

    Su Santidad Juan Pablo II nos insiste en el rezo del Santo Rosario. Recen en familia, en grupos. Recen en privado. Inviten a todos a rezar. No tengan miedo de compartir la fe. Nada mas importante. El mundo está en crisis. Nuestras fuerzas humanas no son suficientes. La victoria vendrá una vez mas por la Virgen María. Es la victoria de su Hijo, el Señor Rey del Universo: Jesucristo.

    Un gran apóstol del rosario en familia es el Padre Patrick Peyton, quién llevó a cabo los primeros planes para que se hiciera una cruzada a nivel mundial del rosario en familia en el Holy Cross College, Washington D.C., en enero de 1942. Hizo esta cruzada en acción de gracias a María Santísima por la restauración de su salud. De una forma maravillosa la cruzada se propagó por todo el mundo con el lema: "La familia que reza unida, permanece unida".

    Recomendado por la Virgen en diversas apariciones
    A la Virgen María le encanta el rosario. Es la oración de los sencillos y de los grandes. Es tan simple, que está al alcance de todos; se puede rezar en cualquier parte y a cualquier hora. El rosario honra a Dios y a la Santísima Virgen de un modo especial. La Virgen llevaba un rosario en la mano cuando se le apareció a Bernardita en Lourdes. Cuando se les apareció a los tres pastorcitos en Fátima, también tenía un rosario. Fue en Fátima donde ella misma se identificó con el título de "La Señora del Rosario".

    LA VIRGEN DEL ROSARIO: ! VENCEDORA DE LAS BATALLAS ¡


    La Virgen del Rosario: ¡Vencedora de las batallas!

    Europa y con ella toda la cristiandad estaba en grave peligro de extinción. Sabemos, por las promesas de Jesucristo, que eso no puede ocurrir pero, humanamente, no había solución para la amenaza del Islam. Los Musulmanes se proponían hacer desaparecer, a punta de espada, el cristianismo. Ya habían tomado Tierra Santa, Constantinopla, Grecia, Albania, África del Norte y España. En esas extensas regiones el cristianismo era perseguido, y muchos mártires derramaron su sangre, muchas diócesis desaparecieron completamente. Después de 700 años de lucha por la reconquista, España y Portugal pudieron librarse del dominio musulmán. Esa lucha comenzó a los pies de la Virgen de Covadonga y culminó con la conquista de Granada, cuando los reyes católicos, Fernando e Isabel, pudieron definitivamente expulsar a los moros de la península en el 1492. ¡La importancia de esta victoria es incalculable ya que en ese mismo año ocurre el descubrimiento de América y la fe se comienza a propagar en el nuevo continente!

    La batalla de Lepanto >>>
    En la época del Papa Pío V (1566 - 1572), los musulmanes controlaban el Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro inminente. El Papa pidió ayuda pero se le hizo poco caso. El 17 de septiembre de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. Por fin en 1571 se estableció una liga para la defensa de Europa. El 7 de octubre de 1571se encontraron las flotas cristianas y musulmanas en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de Lepanto. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria, entró en batalla contra un enemigo muy superior en tamaño. Se jugaba el todo por el todo. Antes del ataque, las tropas cristianas rezaron el santo rosario con devoción. La batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los cristianos resultaron victoriosos.

    En Roma, el Papa se hallaba recitando el rosario en tanto se había logrado la decisiva y milagrosa victoria para los cristianos. El poder de los turcos en el mar se había disuelto para siempre. El Papa salió de su capilla y, guiado por una inspiración, anunció con mucha calma que la Santísima Virgen  había otorgado la victoria. Semanas mas tarde llegó el mensaje de la victoria de parte de Don Juan, quién. desde un principio, le atribuyó el triunfo de su flota a la poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario. Agradecido con Nuestra Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de "Auxilio de los Cristianos". Más adelante, el Papa Gregorio III cambió la fiesta a la Nuestra Señora del Rosario.

    Los turcos seguían siendo poderosos en tierra y, en el siglo siguiente, invadieron a Europa desde el Este y, después de tomar enormes territorios, sitiaron a Viena, capital de Austria. Una vez mas, las tropas enemigas eran muy superiores. Si conquistaban la ciudad toda Europa se hacia muy vulnerable. El emperador puso su esperanza en Nuestra Señora del Rosario.  Hubo gran lucha y derramamiento de sangre y la ciudad parecía perdida. El alivio llegó el día de la fiesta del Santo Nombre de María, 12 de septiembre, de 1683, cuando el rey de Polonia, conduciendo un ejército de rescate, derrotó a los turcos.

    La batalla de Temesvar
    El Príncipe Eugenio de Saboya derrotó en Temesvar (en la Rumania moderna) a un ejercito turco dos veces mas grande que el suyo, el 5 de agosto de 1716, que en aquel entonces era la fiesta de Nuestra Señora de las Nieves. El Papa Clemente XI atribuyó esta victoria a la devoción manifestada a Nuestra Señora del Rosario. En acción de gracias, mandó que la fiesta del Santo Rosario fuera celebrada por la Iglesia universal.

    NUESTRA SEÑORA DEL SANTO ROSARIO - 7 DE OCTUBRE


    NUESTRA SEÑORA DEL SANTO ROSARIO
    7 DE OCTUBRE 


    Su fiesta fue instituida por el Papa san Pío V el 7 de Octubre, aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la Batalla naval de Lepanto (1571), atribuida a la Madre de Dios, invocada por la oración del rosario. La celebración de este día es una invitación para todos a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios.

    Historia del Rosario

    Desde el principio de la Iglesia, los cristianos rezan los salmos como lo hacen los judíos. 
    Mas tarde, en muchos de los monasterios se rezan los 150 salmos cada día. Los laicos devotos no podían rezar tanto pero querían según sus posibilidades imitar a los monjes. Ya en el siglo IX había en Irlanda la costumbre de hacer nudos en un cordel para contar, en vez de los salmos, las Ave Marias. Los misioneros de Irlanda mas tarde propagaron la costumbre en Europa y hubieron varios desarrollos con el tiempo.

    Santo Domingo busca las ovejas perdidas

    La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.

    Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense. Esta enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó todo lo espiritual. El malo, todo lo material. Como consecuencia, para los albingenses, todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es malo. Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.

    También negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios. Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y creencias. Durante años los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. También habían factores políticos envueltos.

    Domingo trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero, muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos se daban por vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando casi nada.

    La Virgen acude en ayuda de Santo Domingo de Guzmán

    La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo, prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes gracias.

    Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente, lo predicó, y con gran éxito por que muchos albingenses volvieron a la fe católica.

    Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo, hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora del Rosario.

    LAS PROMESAS DE LA VIRGEN MARÍA A LOS QUE RECEN EL SANTO ROSARIO


    Las promesas de la Virgen María  a los que 
    recen el Santo Rosario

    Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (mas conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.

    El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos. Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al rosario.

    Promesas de Nuestra Señora, Reina del Rosario, tomadas de los escritos del Beato Alano:

    1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
    2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que devotamente recen mi Rosario. 
    3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de los pecados y abate las herejías.
    4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
    5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
    6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y, en todo caso será admitido a la vida eterna.
    7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
    8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
    9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
    10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
    11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
    12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
    13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la corte celestial.
    14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi Unigénito Jesús. 
    15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación de gloria.

    jueves, 26 de septiembre de 2013

    OCTUBRE: MES DEL SANTO ROSARIO

     
    Autor: Tere Fernández | Fuente: Catholic.net
    Octubre: Mes del Rosario
    La Iglesia ha dedicado un mes, el de Octubre, para honrar a María con el rezo del Santo Rosario

    Octubre: Mes del Rosario
    Octubre: Mes del Rosario

    Origen e historia de esta devoción: 

    En la antigüedad, los romanos y los griegos solían coronar con rosas a las estatuas que representaban a sus dioses, como símbolo del ofrecimiento de sus corazones. La palabra “rosario” significa "corona de rosas". 

    Siguiendo esta tradición, las mujeres cristianas que eran llevadas al martirio por los romanos, marchaban por el Coliseo vestidas con sus ropas más vistosas y con sus cabezas adornadas de coronas de rosas, como símbolo de alegría y de la entrega de sus corazones al ir al encuentro de Dios. Por la noche, los cristianos recogían sus coronas y por cada rosa, recitaban una oración o un salmo por el eterno descanso del alma de las mártires.

    La Iglesia recomendó entonces rezar el rosario, el cual consistía en recitar los 150 salmos de David, pues era considerada una oración sumamente agradable a Dios y fuente de innumerables gracias para aquellos que la rezaran. Sin embargo, esta recomendación sólo la seguían las personas cultas y letradas pero no la mayoría de los cristianos. Por esto, la Iglesia sugirió que aquellos que no supieran leer, suplantaran los 150 salmos por 150 Avemarías, divididas en quince decenas. A este “rosario corto” se le llamó “el salterio de la Virgen”.

    Cuenta la Historia que un día, a finales del siglo XII,Santo Domingo de Guzmán quien sufría mucho al ver que la gravedad de los pecados de la gente estaba impidiendo la conversión de los albigenses, decidió ir al bosque a rezar. Estuvo en oración tres días y tres noches haciendo penitencia y flagelándose hasta perder el sentido. En este momento, se le apareció la Virgen con tres ángeles y le dijo que la mejor arma para convertir a las almas duras no era la flagelación, sino el rezo de su salterio.
    Santo Domingo se dirigió en ese mismo momento a la catedral de Toulouse, sonaron las campanas y la gente se reunió para escucharlo. Cuando iba a empezar a hablar, se soltó una tormenta con rayos y viento muy fuerte que hizo que la gente se asustara. Todos los presentes pudieron ver que la imagen de la Virgen que estaba en la catedral alzaba tres veces los brazos hacia el Cielo. Santo Domingo empezó a rezar el salterio de la Virgen y la tormenta se terminó.

    En otra ocasión, Santo Domingo tenía que dar un sermón en la Iglesia de Notre Dame en París con motivo de la fiesta de San Juan y, antes de hacerlo, rezó el Rosario. La Virgen se le apareció y le dijo que su sermón estaba bien, pero que mejor lo cambiara y le entregó un libro con imágenes, en el cual le explicaba lo mucho que gustaba a Dios el rosario de Avemarías porque le recordaba ciento cincuenta veces el momento en que la humanidad, representada por María, había aceptado a su Hijo como Salvador.
    Santo Domingo cambió su homilía y habló de la devoción del Rosario y la gente comenzó a rezarlo con devoción, a vivir cristianamente y a dejar atrás sus malos hábitos.
    Santo Domingo murió en 1221, después de una vida en la que se dedicó a predicar y hacer popular la devoción del Rosario entre las gentes de todas las clases sociales para el sufragio de las almas del Purgatorio, para el triunfo sobre el mal y prosperidad de la Santa Madre de la Iglesia.

    El rezo del Rosario mantuvo su fervor por cien años después de la muerte de Santo Domingo y empezó a ser olvidado.

    En 1349, hubo en Europa una terrible epidemia de peste a la que se le llamó ¨la muerte negra” en la que murieron muchísimas personas.
    Fue entonces cuando el fraile Alan de la Roche, superior de los dominicos en la misma provincia de Francia donde había comenzado la devoción al Rosario, tuvo una aparición, en la cual Jesús, la Virgen y Santo Domingo le pidieron que reviviera la antigua costumbre del rezo del Santo Rosario. El Padre Alan comenzó esta labor de propagación junto con todos los frailes dominicos en 1460. Ellos le dieron la forma que tiene actualmente, con la aprobación eclesiástica. A partir de entonces, esta devoción se extendió en toda la Iglesia.

    ¿Cuándo se instituyó formalmente esta fiesta?

    El 7 de octubre de 1571 se llevó a cabo la batalla naval de Lepanto en la cual los cristianos vencieron a los turcos. Los cristianos sabían que si perdían esta batalla su religión podía peligrar y por esta razón confiaron en la ayuda de Dios, a través de la intercesión de la Santísima Virgen. El Papa San Pío V pidió a los cristianos rezar el rosario por la flota. En Roma estaba el Papa despachando asuntos cuando de pronto se levantó y anunció que sabía que la flota cristiana había sido victoriosa. Ordenó el toque de campanas y una procesión. Días más tarde llegaron los mensajeros con la noticia oficial del triunfo cristiano. Posteriormente, instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias el 7 de octubre.

    Un año más tarde, Gregorio XIII cambió el nombre de la fiesta por el de Nuestra Señora del Rosario y determinó que se celebrase el primer domingo de Octubre (día en que se había ganado la batalla). Actualmente se celebra la fiesta del Rosario el 7 de Octubre y algunos dominicos siguen celebrándola el primer domingo del mes.

    La fuerza del Rosario
    A lo largo de la historia se ha visto como el rezo del Santo Rosario pone al demonio fuera de la ruta del hombre y de la Iglesia. Llena de bendiciones a quienes lo rezan con devoción. Nuestra Madre del Cielo ha seguido promoviéndolo, principalmente en sus apariciones a los pastorcillos de Fátima.

    El Rosario es una verdadera fuente de gracias. María es medianera de las gracias de Dios. Dios ha querido que muchas gracias nos lleguen por su conducto, ya que fue por ella que nos llegó la salvación.

    Todo cristiano puede rezar el Rosario. Es una oración muy completa, ya que requiere del empleo simultáneo de tres potencias de la persona: física, vocal y espiritual. Las cuentas favorecen la concentración de la mente.

    Rezar el Rosario es como llevar diez flores a María en cada misterio. Es una manera de repetirle muchas veces lo mucho que la queremos. El amor y la piedad no se cansan nunca de repetir con frecuencia las mismas palabras, porque siempre contienen algo nuevo. Si lo rezamos todos los días, la Virgen nos llenará de gracias y nos ayudará a llegar al Cielo. María intercede por nosotros sus hijos y no nos deja de premiar con su ayuda. Al rezarlo, recordamos con la mente y el corazón los misterios de la vida de Jesús y los misterios de la conducta admirable de María: los gozosos, los dolorosos, los luminosos y los gloriosos. Nos metemos en las escenas evangélicas: Belén, Nazaret, Jerusalén, el huerto de los Olivos, el Calvario, María al pie de la cruz, Cristo resucitado, el Cielo, todo esto pasa por nuestra mente mientras nuestros labios oran.

    Las Letanías
    El Rosario no es una oración litúrgica, sino sólo un ejercicio piadoso. Las Letanías forman una parte oficial de la liturgia en cuanto que las invocaciones reciben permiso de la Santa Sede. Se cree que su origen fue, probablemente, antes del siglo XII.

    La forma actual en la que las rezamos se adoptó en el santuario mariano de Loreto, en Italia y por eso se llama Letanía lauretana. En 1587, el Papa Sixto V la aprobó para que la rezaran todos los cristianos. Todos los cristianos hemos recurrido a la Virgen en momentos de alegría llamándola “Causa de nuestra alegría”, en momentos de dolor diciéndole “Consoladora de los afligidos”, etc.
    Podemos rezar las Letanías con devoción, con amor filial, con gozo de tener una Madre con tantos títulos y perfecciones, recibidos de Dios por su Maternidad divina y por su absoluta fidelidad. Al rezarlas, tendremos la dicha de alabar a María, de invocar su protección y de ser ayudados siempre ya que la Virgen no nos deja desamparados.

    Cómo rezar el Rosario
    Como se trata de una oración, lo primero que hay que hacer es saludar, persignarnos y ponernos en presencia de Dios y de la Santísima Virgen.
    Luego, se enuncian los misterios del día que se van a rezar y comenzamos a meditar en el primero de estos cinco misterios. Durante la oración de cada misterio, trataremos de acompañar a Jesús y a María en aquellos momentos importantes de sus vidas. Aprovechamos de pedirles ayuda para imitar las virtudes y cualidades que ellos tuvieron en esos momentos. Al meditarlos frecuentemente, estas guías pasan a formar parte de nuestra conciencia, de nuestra vida. Podemos ofrecer cada misterio del rosario por una intención en particular y se puede leer una parte del Evangelio que nos hable acerca del misterio que estamos rezando.
    Cada misterio consta de un Padrenuestro seguido de diez Avemarías y un Gloria. Usamos nuestro rosario pasando una cuenta en cada Avemaría. Así seguimos hasta terminar con los cinco misterios.
    Al terminar de rezar los cinco misterios, se reza la Salve y se termina con las Letanías.

    Los Misterios
    Los veinte misterios que se rezan nos recuerdan la vida de Jesús y, dependiendo del día, se rezan de la siguiente forma:
    LUNES Y SÁBADO
    MISTERIOS GOZOSOS 
    VIRTUD (sugerida)
    1. La Anunciación del ángel a la Virgen. La obediencia.
    2. La Visita de la Virgen a su prima Isabel. Amor al prójimo.
    3. El Nacimiento del Hijo de Dios. Desprendimiento
    4. La Presentación del niño Jesús en el templo. Pureza de intención.
    5. El Niño Jesús perdido y hallado en el templo Sabiduría en cosas de Dios.
    MARTES Y VIERNES
    MISTERIOS DOLOROSOS 
    VIRTUD (sugerida)
    1. La Oración de Jesús en el huerto. Verdadero arrepentimiento de los pecados.
    2. La flagelación de nuestro Señor Jesucristo. Espíritu de sacrificio
    3. La coronación de espinas. Desapego a lo material
    4. Jesucristo es cargado con la Cruz. Paciencia por mi cruz.
    5. La crucifixión de nuestro Señor Jesucristo. Generosidad
    MIERCOLES Y DOMINGOS.
    MISTERIOS GLORIOSOS 
    VIRTUD (sugerida)
    1. La Resurrección de Jesucristo. Fe, Esperanza y Caridad
    2. La Ascensión del Señor a los Cielos. Deseo de ir al Cielo
    3. La venida del Espíritu Santo. Deseo de vivir en Gracia
    4. La Asunción de la Virgen a los Cielos. Amor a María
    5. La Coronación de la Virgen en los Cielos. Perseverancia
    JUEVES.
    MISTERIOS LUMINOSOS

    1. El Bautismo de Jesús en el Jordán 2 Co 5, 21; . Mt 3, 17.
    2. Las bodas de Caná; Jn 2, 1-12.
    3. El anuncio del Reino de Dios Mc 1, 15; Mc 2. 3-13; Lc 47-48.
    4. La Transfiguración; Lc 9, 35.
    5. La Institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual. Jn13, 1.







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