jueves, 7 de julio de 2016

PARA VIVIR MEJOR


Para vivir mejor


Escuchar experiencias de personas curtidas por la vida, es enriquecedor. Se aprende mucho sin necesidad de sufrirlo en la propia piel. Los clásicos decían, “de lo sucedido a uno solo, aprendan todos”. Son consejos que siempre tienes que confrontar con tus propias comprobaciones, darles el punto justo y aprovecharlos con sabiduría. He aquí algunos.

Planea tu día, pero deja siempre un buen espacio para cualquier imprevisto, consciente de que no todo depende de ti. Pide ayuda siempre que sea necesario, teniendo el buen sentido de pedírsela a las personas capaces. Separa los problemas reales de los imaginarios y trata de eliminar estos, porque son pérdida de tiempo y ocupan un espacio precioso para cosas más importantes. Concéntrate en una tarea a la vez. Por más ágil que seas, la dispersión cansa. Es necesario tener siempre alguien en quien poder confiar y con quien hablar abiertamente. Y recuerda que el amor no es sólo un sentimiento...es, fundamentalmente, una opción hecha actitud permanente.

También los sabios de Roma decían: “cometiendo errores, se aprende”. Es verdad. Pero es sin duda mejor aprender de los errores, ensayos, búsquedas, experiencias, reflexiones… de los que ya han transitado los caminos de la vida. Con razón afirmó Benjamín Franklin: “La experiencia es una excelente escuela, en la que lamentablemente no se inscriben los necios”.


* Enviado por el P. Natalio

ORACIÓN A LA VIRGEN DEL CARMEN - SÚPLICA EN TIEMPOS DIFÍCILES


Oración a la Virgen del Carmen
Súplica para tiempos difíciles



"Tengo mil dificultades:
ayúdame.
De los enemigos del alma:
sálvame.
En mis desaciertos:
ilumíname.
En mis dudas y penas:
confórtame.
En mis enfermedades:
fortaléceme.
Cuando me desprecien:
anímame.
En las tentaciones:
defiéndeme.
En horas difíciles:
consuélame.
Con tu corazón maternal:
ámame.
Con tu inmenso poder:
protégeme.
Y en tus brazos al expirar:
recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén."

LA VIRGEN DEL CARMEN Y EL ESCAPULARIO - EXPLICACIÓN


La Virgen del Carmen ...y el escapulario
El escapulario no salva por sí solo como si fuera algo mágico o de buena suerte, ni es una excusa para evadir las exigencias de la vida cristiana.


Por: Archidiócesis de Madrid | Fuente: Corazones.org 




El próximo 16 de Julio recordaremos a Nuestra Señora del Carmen. Reflexionemos hoy un poco sobre esta advocación y las grandes promesas de su escapulario.

Los carmelitas tienen, entre otros, el mérito de haber llevado esta advocación mariana a todos los estratos del pueblo cristiano.

En el siglo XII algunos eremitas se retiraron al Monte Carmelo, con San Simón Stock.

La Virgen Santísima prometió a este santo un auxilio especial en la hora de la muerte a los miembros de la orden carmelitana y a cuantos participaran de su patrocinio llevando su santo escapulario.

Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.

La estrella del Mar y los Carmelitas
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.

Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.

Los Carmelitas y la Virgen del Carmen se difunden por Europa
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos allí se venera. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.



¿Qué es el Escapulario carmelita?
Los seres humanos nos comunicamos por símbolos. Así como tenemos banderas, escudos y también uniformes que nos identifican. Las comunidades religiosas llevan su hábito como signo de su consagración a Dios.

Los laicos no pueden llevar hábito, pero los que desean asociarse a los religiosos en su búsqueda de la santidad pueden usar el escapulario. La Virgen dio a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los mas importantes sacramentales marianos.

Dice San Alfonso Ligorio, doctor de la Iglesia: "Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios."

El escapulario es un sacramental
Un sacramental es un objeto religioso que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción. Los sacramentales deben mover nuestros corazones a renunciar a todo pecado, incluso al venial.

El escapulario, al ser un sacramental, no nos comunica gracias como hacen los sacramentos. Las gracias nos vienen por nuestra respuesta de amor a Dios y de verdadera contrición del pecado, lo cual el sacramental debe motivar.

¿Cómo surgió el escapulario?
La palabra escapulario viene del Latín "scapulae" que significa "hombros". Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás.

La Virgen María entrega el escapulario el 16 de julio de 1251
En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la comunidad.

En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock y le da el escapulario para la orden con la siguiente promesa:

"Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno"

Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida mas comprometida con la espiritualidad carmelita y así se comenzó la cofradía del escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y al uso del escapulario. La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a los laicos.

Explicación de la Promesa
Muchos Papas, santos como San Alfonso Ligorio, San Juan Bosco, San Claudio de la Colombiere, y San Pedro Poveda, tenían una especial devoción a la Virgen del Carmen y llevaban el escapulario. Santos y teólogos católicos han explicado que, según esta promesa, quien tenga la devoción al escapulario y lo use, recibirá de María Santísima a la hora de la muerte, la gracia de la perseverancia en el estado de gracia (sin pecado mortal) o la gracia de la contrición (arrepentimiento). Por parte del devoto, el escapulario es una señal de su compromiso a vivir la vida cristiana siguiendo el ejemplo perfecto de la Virgen Santísima.


El escapulario tiene 3 significados

1. El amor y la protección maternal de María: El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos.

Envolver en su manto es una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre de la ignominia de nuestra desnudes espiritual.

Vemos en la Biblia:

-Dios cubrió con un manto a Adán y Eva después de que pecaron. (manto - signo de perdón)

-Jonás le dio su manto a David: símbolo de amistad -Elías dio su manto a Eliseo y lo llenó de su espíritu en su partida.

-S. Pablo: revístanse de Cristo: vestirnos con el manto de sus virtudes.


2. Pertenencia a María: Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María.

Consagración: ´pertenecer a María´ es reconocer su misión maternal sobre nosotros y entregarnos a ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su corazón. Así podremos ser usados por Ella para la extensión del Reino de su Hijo.

-En 1950 Papa Pío XII escribió acerca del escapulario: "que el escapulario sea tu signo de consagración al Inmaculado Corazón de María, lo cual estamos particularmente necesitando en estos tiempos tan peligrosos". Quien usa el escapulario debe ser consciente de su consagración a Dios y a la Virgen y ser consecuente en sus pensamientos, palabras y obras. Dice Jesús: "Cargad con mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera". (Mt 11:29). El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar, pero que María nos ayuda a llevar. El escapulario es un signo de nuestra identidad como cristianos, vinculados íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos pero adaptado a la propia vocación, lo que exige que seamos pobres, castos y obedientes por amor.

Al usar el escapulario constantemente estamos haciendo silenciosa petición de asistencia a la Madre, y ella nos enseña e intercede para conseguirnos las gracias para vivir como ella, abiertos de corazón al Señor, escuchando su Palabra, orando, descubriendo a Dios en la vida diaria y cercanos a las necesidades de nuestros hermanos, y nos está recordando que nuestra meta es el cielo y que todo lo de este mundo pasa. En la tentación, tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre. Kilian Lynch, antiguo general de la Orden dice: "No lleguemos a la conclusión de que el escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos...Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la omnipotencia suplicante de la Madre de la Misericordia."


3. El suave yugo de Cristo: "Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mi, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana". (Mt 11:29-30)

-El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar pero que María nos ayuda a llevar.

Quién lleva el escapulario debe identificarse como católico sin temor a los rechazos y dificultades que ese yugo le traiga.

Se debe vivir lo que significa
El escapulario es un signo de nuestra identidad como católicos, vinculados de íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente según nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos pero adaptado a la propia vocación. Esto requiere que seamos pobres (un estilo de vida sencillo sin apegos materiales), castos y obedientes por amor a Dios.

En momentos de tentación, tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre, resueltos a ser fieles al Señor.

Ella nos dirige hacia el Sagrado Corazón de su Hijo Divino y el demonio es forzado a retroceder vencido.

Imposición del Escapulario:
El primer escapulario debe ser bendecido por un sacerdote e impuesto por él mientras dice:

"Recibe este escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima que por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha de pecado y que te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna"

¿Puede darse el escapulario a quien no es católico?
Sí. El escapulario es signo de la Maternidad Espiritual de María y debemos recordar que ella es madre de todos. Muchos milagros de conversión se han realizado en favor de buenos no-católicos que se han decidido a practicar la devoción al escapulario.

Conversiones
Un anciano fue llevado al Hospital de San Simón Stock en la ciudad de Nueva York, inconsciente y moribundo. La enfermera al ver al paciente con el Escapulario Carmelita llamó a un sacerdote. Mientras rezada las oraciones por el moribundo, éste recobró el conocimiento y dijo: "Padre, yo no soy católico". "¿Entonces, ¿por qué está usando el Escapulario Carmelita?", preguntó el sacerdote. "He prometido a mis amigos usarlo", explicó el paciente. "Además rezo un Ave María diariamente." "Usted se está muriendo" replicó el sacerdote. "¿Quiere hacerse católico?" ´Toda mi vida lo he deseado", contestó el moribundo. Fue bautizado, recibió la Unción de los Enfermos antes de fallecer en paz.

Alerta contra abusos
El escapulario NO salva por sí solo como si fuera algo mágico o de buena suerte, ni es una excusa para evadir las exigencias de la vida cristiana. Mons. Kilian Lynch, antiguo general de la Orden Carmelita nos dice: "No lleguemos a la conclusión que el escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos... Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la ´omnipotencia suplicante´ de la madre de la misericordia."

Los Papas y Santos han muchas veces alertado acerca de no abusar de la promesa de nuestra madre como si nos pudiéramos salvar llevando el escapulario sin conversión. El Papa Pío XI nos advierte: "aunque es cierto que la Virgen María ama de manera especial a quienes son devotos de ella, aquellos que desean tenerla como auxilio a la hora de la muerte, deben en vida ganarse dicho privilegio con una vida de rechazo al pecado y viviendo para darle honor."

Vivir en pecado y usar el escapulario como ancla de salvación es cometer pecado de presunción ya que la fe y la fidelidad a los mandamientos es necesaria para todos los que buscan el amor y la protección de Nuestra Señora.

San Claude de la Colombiere advierte: "Tu preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis pecados?, yo te respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu escapulario."

HOY 7 DE JULIO SE INICIA LA NOVENA EN HONOR A LA VIRGEN DEL CARMEN


Novena a la Virgen del Carmen
Oraciones para cada día. Del 7 al 15 de julio


Por: Catholic.net | Fuente: Catholic.net 




Por la señal, etc.

ACTO DE CONTRICIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

Dios mío y Señor mío, postrado delante de vuestra Majestad Soberana, con todo mi ser, con toda mi alma y todo mi corazón te adoro, confieso, bendigo, alabo y glorifico. A ti te reconozco por mi Dios y mi Señor; en Ti creo, en Ti espero y en Ti confío. Me has de perdonar mis culpas y dar tu gracia y perseverancia en ella, y la gloria que tienes ofrecida a los que perseveran en tu amor. A Ti te amo sobre todas las cosas. A Ti confieso mi suma ingratitud y todas mis culpas y pecados, de todo lo cual me arrepiento y te pido me concedas benignamente el perdón. Pésame, Dios mío, de haberos ofendido, por ser Vos quien sois. Propongo firmemente, ayudado con vuestra divina gracia, nunca más pecar, apartarme de las ocasiones de ofenderos, confesarme, satisfacer por mis culpas y procurar en todo serviros y agradaros. Perdóname, Señor, para que con alma limpia y pura alabe a la santísima Virgen, Madre vuestra y Señora mía, y alcance por su poderosa intercesión la gracia especial que en este Novena pido, si ha de ser para mayor honra y gloria vuestra, y provecho de mi alma. Amén.


ORACIÓN INICIAL PARA TODOS LOS DÍAS

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en esta Novena, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo: (rezar tres avemarías)


ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Virgen santísima del Carmen; yo deseo que todos sin excepción se cobijen bajo la sombra protectora de tu santo Escapulario, que todos estén unidos a Ti, Madre mía, por los estrechos y amorosos lazos de esta tu querida Insignia. ¡Oh hermosura del Carmelo! Míranos postrados reverentes ante tu sagrada imagen, y concédenos benigna tu amorosa protección. Te recomiendo las necesidades de nuestro Santísimo Padre, el Papa, y las de la Iglesia Católica, nuestra Madre, así como las de mi nación y las de todo el mundo, las mías propias y las de mis parientes y amigos. Mira con ojos de compasión a tantos pobres pecadores, herejes y cismáticos, cómo ofenden a tu divino Hijo y a tantos infieles como gimen en las tinieblas del paganismo. Que todos se conviertan y te amen, Madre mía, como yo deseo amarte ahora y por toda la eternidad. Así sea.


DÍA PRIMERO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que fuiste figurada en aquella nubecilla que el gran Profeta de Dios, Elías, vio levantarse del Mar, y con su lluvia fecundó copiosamente la tierra, significando la purísima fecundidad con que diste al mundo a tu querido Hijo Jesús, para remedio universal de nuestras almas: te ruego, Señora, me alcances de su majestad copiosas lluvias de auxilios, para que mi alma lleve abundantes frutos de virtudes y buenas obras, a fin de que sirviéndole con perfección en esta, vida, merezca gozarle en la eterna. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA SEGUNDO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que por tu singular amor a los Carmelitas los favoreciste con tu familiar trato y dulces coloquios, alumbrándolos con las luces de tu enseñanza y ejemplo de que dichosamente gozaron. Te ruego, Señora, me asistas con especial protección, alcanzándome de tu bendito Hijo Jesús luz para conocer su infinita bondad y amarle con toda mi alma; para conocer mis culpas y llorarlas para saber como debo comportarme a fin de servirle con toda perfección; y para que mi trato y conversación sean siempre para su mayor honra y gloria y edificación de mis prójimos. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA TERCERO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que te dignaste admitir con singular amor el obsequio filial de los Carmelitas, que entre todos los mortales fueron los primeros que en tu honor edificaron un templo en el Monte Carmelo, donde concurrían fervorosos a darte culto y alabanza. Te ruego, Señora, me alcances sea mi alma templo vivo de la Majestad de Dios, adornado de todas las virtudes, donde El habite siempre amado, adorado y alabado por mi, sin que jamás le ocupen los afectos desordenados de lo temporal y terreno. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA CUARTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para mostrar tu especialísimo amor a los Carmelitas les honraste con el dulce nombre de hijos y hermanos tuyos, alentando con tan singular favor su confianza, para buscar en ti, como en amorosa Madre, el remedio, el consuelo y el amparo en todas sus necesidades y aflicciones, moviéndoles a la imitación de tus excelsas virtudes. Te ruego, Señora, me mires, como amorosa Madre y me alcances la gracia de imitarte, de modo que dignamente pueda yo ser llamado también hijo tuyo, y que mi nombre sea inscrito en el libro de la predestinación de los hijos de Dios y hermanos de mi Señor Jesucristo. Así Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA QUINTO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para defender a los Carmelitas, tus hijos, cuando se intentaba extinguir la sagrada Religión del Carmen, mostrando siempre el amor y singular predilección con que los amparas, mandaste al Sumo Pontífice, Honorio III, los recibiese benignamente y confirmase su instituto, dándole por señal de que esta era tu voluntad y la de tu divino Hijo, la repentina muerte de dos que especialmente la contradecían. Te ruego, Señora, me defiendas de todos mis enemigos de alma y cuerpo, para que con quietud y paz viva siempre en el santo servicio de Dios y tuyo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


SEXTO DÍA

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que para señalar a los Carmelitas por especiales hijos tuyos, los enriqueciste con la singular prenda del santo escapulario, vinculando en él tantas gracias y favores para con los que devotamente lo visten y cumpliendo con sus obligaciones, procuran vivir de manera que imitando tus virtudes, muestran que son tus hijos. Te ruego, Señora, me alcances la gracia de vivir siempre como verdadero cristiano y cofrade amante del santo escapulario, a fin de que merezca lograr los frutos de esta hermosa devoción. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA SÉPTIMO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que en tu santo Escapulario diste a los que devotamente lo visten, un firmísimo escudo para defenderse de todos los peligros de este mundo y de las asechanzas del demonio, acreditando esta verdad con tantos y tan singulares milagros. Te ruego, Señora, que seas mi defensa poderosa en esta vida mortal, para que en todas las tribulaciones y peligros encuentre la seguridad, y en las tentaciones salga con victoria, logrando siempre tu especial asistencia para conseguirlo. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA OCTAVO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que ejerces tu especial protección en la hora de la muerte para con los que devotamente visten tu santo escapulario, a fin de que logren por medio de la verdadera penitencia salir de esta vida en gracia de Dios y librarse de las penas del infierno. Te ruego, Señora, me asistas, ampares y consueles en la hora de mi muerte, y me alcances verdadera penitencia, perfecta contrición de todos mis pecados, encendido amor de Dios y ardiente deseo de verle y gozarle, para que mi alma no se pierda ni condene, sino que vaya segura a la felicidad eterna de la gloria. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.


DÍA NOVENO

Comenzar con el acto de contrición y la oración.
ORACIÓN. ¡Oh! Virgen del Carmen, María Santísima, que extendiendo tu amor hacia los Carmelitas, aún después de la muerte, como piadosísima Madre de los que visten tu santo escapulario consuelas sus almas, cuando están en el Purgatorio, y con tus ruegos consigues salgan cuanto antes de aquellas penas, para ir a gozar de Dios, nuestro Señor, en la gloria. Te ruego, Señora, me alcances de su divina Majestad cumpla yo con las obligaciones de cristiano y la devoción del santo escapulario, de modo que logre este singularísimo favor. Así, Señora, te lo suplico humildemente, diciendo: Dios te Salve, Reina y Madre de misericordia, etc.
Pedir la gracia particular que se desee conseguir en esta Novena. Terminar con la oración final.

FELIZ DÍA!!!


miércoles, 6 de julio de 2016

UN ADMINISTRADOR APOSTÓLICO ESPECIAL PARA MEDJUGORJE? VATICANO RESPONDE

¿Un Administrador Apostólico Especial para Medjugorje? Vaticano responde
Por Alvaro de Juana

ROMA, 04 Jul. 16 /  (ACI).- Según el periódico digital croata Total Croatia News, el Papa Francisco estaría pensando nombrar un Administrador Apostólico Especial de la Santa Sede para Medjugorje.

La Iglesia por el momento no reconoce las supuestas apariciones que comenzaron en este pueblo de la actual Bosnia Herzegovina en 1981 cuando seis niños dijeron haber visto a la Virgen María. 

Desde entonces, Medjugorje recibe miles de personas cada año que acuden a rezar al santuario allí construido, convirtiendo el pequeño pueblo en un lugar de peregrinación.


El Director de la Oficina de Prensa del Vaticano, P. Federico Lombardi, se refirió hoy a este tema ante los periodistas y dijo que “en los últimos días se han escuchado voces acerca del posible nombramiento de un Administrador Apostólico para el Santuario de Medjugorje, siendo gobernado directamente por la Santa Sede”.

El vocero del Vaticano explicó que “se trata de una hipótesis que está siendo estudiada, como algunas otras, pero no ha sido tomada todavía ninguna decisión al respecto. Es, por tanto, prematuro hablar de una orientación ya elegida o de una decisión inminente”.

En marzo de 2010 la Santa Sede creó una comisión internacional de investigación sobre Medjugorje, sujeta a la Congregación para la Doctrina de la Fe, compuesta por cardenales, obispos, peritos y expertos, que trabaja de manera reservada en el caso.

Puede conocer a los miembros de la comisión de investigación AQUÍ

Por otro lado, el Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe de la Santa Sede, Mons. Gerhard Müller, advirtió que las supuestas apariciones de la Virgen María a los videntes de Medjugorje no pueden ser asumidas como verdaderas.

NUESTRA SEÑORA DE AKITA, ADVOCACIÓN MARIANA


Akita, Nuestra Señora de
Otras Advocaciones


El 22 de abril de 1984, después de ocho años y consultado con la Santa Sede, los mensajes de Nuestra Señora de Akita fueron aprobados por el obispo de la diócesis de Niigata, Japón. 


Por: corazones.org | Fuente: corazones.org 




Nuestra Señora de Akita.
Japón. "Fátima de Oriente" (1973-1975)

La Virgen nos da urgentes mensajes
Aprobación del obispo para veneración: 1988

La Virgen nos implora con urgencia que retornemos a Su Hijo. Si no hay conversión el pecado conducirá al gran castigo.


Historia de Akita y aprobación eclesiástica.


El 12 de Junio de 1973 la hermana Agnes Sasagawa oraba en su convento en Akita, Japón cuando observó rayos brillantes que emanaban del tabernáculo. El mismo milagro se repitió los próximos dos días.

El 28 de Junio, una llaga en forma de cruz apareció en la palma de la mano izquierda de Sor Agnes. Sangraba profusamente y le causaba gran dolor.

El 6 de julio, mientras rezaba, Sor Agnes escuchó una voz procedente de la estatua de la Virgen María que está en la capilla. Era el primer mensaje.

El mismo día, algunas hermanas descubrieron gotas de sangre que fluían de la mano derecha de la estatua. Este flujo de sangre se repitió cuatro veces. La llaga en la mano de la estatua permaneció hasta el 29 de septiembre. Pero ese mismo día, la estatua comenzó a "sudar", especialmente por la frente y el cuello.

El 3 de agosto de 1973, Sor Agnes recibió un segundo mensaje y el 13 de octubre del mismo año, el tercero y último.

El 4 de enero de 1975, la estatua de la Virgen comenzó a llorar y continuó llorando en diferentes ocasiones por 6 años y 8 meses. La última vez fue el 15 de septiembre de 1981, fiesta de Nuestra Señora Dolorosa. Fueron un total de 101 lacrimaciones.

La hermana vidente se llama "Agnes" que significa cordero. Fue sanada de sordera, lo cual se verificó no tener explicación médica. Este milagro fue una señal de la autenticidad de las visitas de la Virgen


Aprobación eclesiástica de las lágrimas de la estatua y los mensajes.

El 22 de abril de 1984, después de ocho años de investigación y habiendo consultado con la Santa Sede, los mensajes de Nuestra Señora de Akita fueron aprobados por el obispo de la diócesis de Niigata, Japón, Monseñor John Shojiro Ito. El declaró que los eventos de Akita son de origen sobrenatural y autorizó en toda la diócesis la veneración de la Santa Madre de Akita. En la villa japonesa de Akita, una estatua de la Madonna ha derramado sangre, sudor y lágrimas, según el testimonio de mas de 500 Cristianos y no cristianos, incluyendo el alcalde budista del pueblo. Una monja, Agnes Katsuko Sasagawa ha recibido las estigmas y mensajes de Nuestra Señora.

En junio de 1988, Joseph Cardinal Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, impartió el juicio definitivo sobre los eventos y mensajes de Akita, juzgándolos confiables y dignos de fe. El cardenal observó que Akita es una continuación de los mensajes de Fátima.


MENSAJES DE NUESTRA SEÑORA DE AKITA:
Recibidos por la hermana Agnes, 3 en total.
Traducción del inglés, Padre Jordi Rivero.



6 de julio de 1973

"Mi hija, mi novicia, me has obedecido bien abandonándolo todo para seguirme. ¿Es dolorosa la enfermedad de tus oídos? Tu sordera será sanada, estate segura. ¿Te causa sufrimiento la herida de tu mano? Reza en reparación por los pecados de los hombres. Cada persona en esta comunidad es mi hija irremplazable. ¿Haces bien la oración de las Siervas de la Eucaristía? Entonces, oremos juntas.

Sacratísimo Corazón de Jesús, verdaderamente presente en la Santa Eucaristía, te consagro mi cuerpo y alma para ser enteramente una con Tu Corazón, sacrificado cada instante en todos los altares del mundo y dando alabanza al Padre, implorando por la venida de Su Reino.

Ruego que recibas esta humilde ofrenda de mi ser. Utilízame como quieras para la gloria del Padre y la salvación de las almas

Santísima Madre de Dios, no permitas que jamás me separe de tu Divino Hijo. Te ruego me defiendas y protejas como tu hijo especial. Amén.

Cuando la oración había terminado, la voz celestial dijo: "Reza mucho por el Papa, los obispos y los sacerdotes. Desde tu bautismo siempre has orado fielmente por ellos. Continúa orando mucho... mucho. Dile a tu superior todo lo ocurrido hoy y obedécele en todo lo que te diga. El ha pedido que ores con fervor".


3 de agosto de 1973

"Mi hija, mi novicia, ¿amas al Señor? Si amas al Señor, escucha lo que tengo que decirte".

"Es muy importante... se lo comunicarás a tu superior"

"Muchos hombres en este mundo afligen al Señor. Yo deseo almas que lo consuelen para suavizar la ira del Padre Celestial. Yo deseo, con mi hijo, almas que repararán con sus sufrimientos y pobreza por los pecadores e ingratos".

"Para que el mundo conozca su ira, el Padre Celestial está preparando para infligir un gran castigo sobre toda la humanidad. Con mi Hijo yo he intervenido tantas veces para apaciguar la cólera del Padre. Yo he prevenido la venida de calamidades ofreciéndole los sufrimientos del Hijo en la Cruz, Su Preciosa Sangre, y amadas almas que Le consuelan formando una corte de almas víctimas. Oración, penitencia y sacrificios valientes pueden suavizar la cólera del Padre. Yo deseo esto también de tu comunidad... que ame la pobreza, que se santifique y rece en reparación por la ingratitud y el ultraje de tantos hombres.

"Recita la oración de las Siervas de la Eucaristía con conciencia de su significado; ponla en práctica; ofrece en reparación (cualquier cosa que Dios envíe) por los pecados. Que cada uno se esfuerce, según su capacidad y posición, en ofrecerse enteramente al Señor".

"Aun en un instituto secular la oración es necesaria. Ya las almas que desean rezar están en camino de ser reunidas. Sin poner demasiada atención a la forma, se fiel y ferviente en la oración para consolar al Maestro."

Después de un silencio:

"¿Es verdad lo que piensas en tu corazón?, ¿Estás verdaderamente decidida a convertirte en piedra rechazada?. Mi novicia, deseas pertenecer sin reservas al Señor, ser la esposa digna del Esposo, hacer tus votos sabiendo que debes ser adherida a la Cruz con tres clavos. Estos clavos son: pobreza, castidad y obediencia. De los tres, la obediencia es el fundamento. En total abandono, déjate guiar por tu superior. El sabrá como entenderte y dirigirte."


13 de octubre de 1973

"Mi querida hija, escucha bien lo que tengo que decirte. Tu informarás a tu superior."

Después de un corto silencio:

"Como te dije, si los hombres no se arrepienten y se mejoran, el Padre infligirá un terrible castigo a toda la humanidad. Será un castigo mayor que el diluvio, tal como nunca se ha visto antes. Fuego caerá del cielo y eliminará a gran parte de la humanidad, tanto a los buenos como a los malos, sin hacer excepción de sacerdotes ni fieles. Los sobrevivientes se encontrarán tan desolados que envidiarán a los muertos. Las únicas armas que les quedarán serán el rosario y la señal dejada por mi Hijo. Cada día recita las oraciones del rosario. Con el rosario, reza por el Papa, los obispos y los sacerdotes."

"La obra del demonio infiltrará hasta dentro de la Iglesia de tal manera que se verán cardenales contra cardenales, obispos contra obispos. Los sacerdotes que me veneran serán despreciados y encontrarán oposición de sus compañeros... iglesias y altares saqueados; la Iglesia estará llena de aquellos que aceptan componendas y el demonio presionará a muchos sacerdotes y almas consagradas a dejar el servicio del Señor.

"El demonio será especialmente implacable contra las almas consagradas a Dios. Pensar en la pérdida de tantas almas es la causa de mi tristeza. Si los pecados aumentan en número y gravedad, no habrá ya perdón para ellos.

"Con valentía, habla con tu superior. El sabrá como dar a cada uno valor para rezar y lograr obras de reparación"

"Es el obispo Ito quien dirige vuestra comunidad."

Y Ella ser rió y entonces dijo:

"¿Todavía tienes algo que preguntar? Hoy es la última vez que yo te hablaré con voz viva. Desde ahora en adelante obedecerás al que que se te envía y a tu superior.

"Reza mucho las oraciones del Rosario. Solo yo puedo todavía salvarles de las calamidades que se acercan. Aquellos que ponen su confianza en mi se salvarán."


La estatua milagrosa fue tallada por Saburo Wakasa,budista japonés, inspirándose en una imagen de Nuestra Nuestra Señora de Todos los Pueblos y agregando rasgos japoneses al rostro. Tiene 3 pies de altura y fue esculpida de una sola pieza de madera de un árbol de Katsura.




Bibliografía:
-Apariciones de la Santísitma Virgen en: Akita, Potmain, Bearaing, Banneux y Finca Betania, José Luis de Urrutis, S.F.
-Akita: Mother of God as Coredemptrix Modern Miracles of Holy Eucharist; Francis Mutsuo Fukushima.
-La que llora en Japón; P. Joseph-Marie Jacq. Ediciones Paulinas.
-The Meaning of Akita. O.S.V.; Yasuda, Teiji.

RIQUEZA.... POBREZA


Riqueza… Pobreza



Estaba Dios sentado en su trono y decidió bajar a la tierra en forma de mendigo sucio y harapiento. Llegó entonces el Señor a la casa de un zapatero y tuvieron esta conversación:
-Mira que soy tan pobre que no tengo siquiera otras sandalias; y como ves están rotas e inservibles. ¿Podrías tú reparármelas por favor?, porque no tengo dinero.

El zapatero le contestó:
-¿Que acaso no ves mi pobreza? Estoy lleno de deudas y estoy en una situación muy pobre, y ¿así quieres que te repare sin costo tus sandalias?

Dios le dijo entonces:
-Te puedo dar lo que quieras si me las arreglas.

El zapatero con mucha desconfianza dijo:
-¿Me puedes dar Tú el millón de dólares que necesito para ser feliz?

Dios le dijo:
-
Te puedo dar 100 millones de dólares. Pero a cambio me debes dar tus piernas...

El zapatero dijo:
-¿Y de que me sirven los 100 millones si no tengo piernas?

El Señor volvió a decir:
-Te puedo dar 500 millones de dólares, si me das tus brazos.

El zapatero respondió:
-¿Y qué puedo yo hacer con 500 millones si no podría siquiera comer yo solo?

El Señor habló de nuevo y dijo:
-Te puedo dar 1000 millones si me das tus ojos.

El zapatero sólo dijo:
-¿Y dime; que puedo hacer yo con tanto dinero si no podría ver el mundo, ni poder ver a mis hijos y a mi esposa para compartir con ellos?

Dios sonrió y le dijo:
-Ay hijo mío, como dices que eres pobre... ¡Si te he ofrecido ya 1600 millones de dólares y no los has cambiado por las partes sanas de tu cuerpo!  ¡Eres tan rico y no te has dado cuenta....!

Cuantas personas se quejan de su "pobreza", cuando realmente no saben apreciar lo muy ricas que son por naturaleza...

FELIZ DÍA!!!


lunes, 4 de julio de 2016

ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA ANTE LAS TENTACIONES


ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA
ANTE LAS TENTACIONES


Madre querida acógeme en tu regazo, cúbreme con tu manto protector y con ese dulce cariño que nos tienes a tus hijos aleja de mí las trampas del enemigo, e intercede intensamente para impedir que sus astucias me hagan caer. A Ti me confío y en tu intercesión espero. Amén.

UN NIÑO Y SU BARQUITO


Un niño y su barquito


A veces ocurren cosas en nuestra vida que parecen desagradables y sin sentido ni plan; pero, si esperamos un poco, nos daremos cuenta de que cada prueba, cada tribulación, es como una piedra arrojada sobre las quietas aguas de nuestra vida, y nos acercan más a Dios...

Un niño se hizo un barquito de madera y fue a probarlo en el lago, pero el botecito, impulsado por una brisa, se fue alejando. Apenado corrió a pedirle ayuda a un muchacho mayor que leía tranquilamente. Sin decir nada el joven empezó a recoger piedras y arrojarlas, al parecer en contra del barquito. El pequeño afligido pensó que perdería el bote y que el grandote se estaba burlando de él. Pero luego se dio cuenta que las piedras iban siempre un poco más allá del barquito. Esto generaba una pequeña ola que hacía retroceder el barco hasta la orilla. Cada piedra estaba certeramente calculada y así, por fin el juguete fue traído al alcance del niñito, que, contento y agradecido, volvió a tener en sus manos su pequeño tesoro.

Busca siempre la faz luminosa y positiva de todos los obstáculos y reveses que te presente cada día. No olvides que puedes desarrollar la escondida sabiduría de convertir un menos en más, un fracaso en victoria y una cruz en resurrección y vida. Que pases un día muy apacible. Hasta mañana.


* Enviado por el P. Natalio

16 EXCUSAS PARA NO CONFESARME


16 excusas para no confesarse
(Respondidas) 



Muchas veces por temor, vergüenza o por influencias del mundo que nos dice que no necesitamos a Dios, dejamos pasar o tratamos de no darle importancia a un sacramento tan bello y lleno de misericordia como es el de la Reconciliación. Este sacramento nos abre las puertas a ser partícipes del banquete de la Eucaristía y revestirnos de la santidad y gracia que Dios nos regala.
Les dejamos esta galería para que saquemos de nuestra vida estas excusas, vayamos corriendo al encuentro del Señor y ayudemos a otros a hacerlo.

1. Me da vergüenza que me miren en la fila de la confesión:
«Incluso la vergüenza es buena, es salud tener un poco de vergüenza, porque avergonzarse es saludable. Cuando una persona no tiene vergüenza, en mi país decimos que es un «sinvergüenza». Pero incluso la vergüenza hace bien, porque nos hace humildes, y el sacerdote recibe con amor y con ternura esta confesión, y en nombre de Dios perdona […] No tener miedo de la Confesión. Uno, cuando está en la fila para confesarse, siente todas estas cosas, incluso la vergüenza, pero después, cuando termina la Confesión sale libre, grande, hermoso, perdonado, blanco, feliz. ¡Esto es lo hermoso de la Confesión!»

2. No me siento perdonado cuando me confieso:
Hay una formula teológica en latín que suena complicada, pero en verdad es sencilla. Dice así: los sacramentos actúan “ex opere operato”. Si lo traduce literalmente la frase quedaría así, “los sacramentos actúan con el trabajo que se realiza”. Claro como el agua, ¿no? En otras palabras, si se realizan en “buena ley” la eficacia de los sacramentos no falla. Es decir, si se celebran correctamente, los sacramentos tienen una fuerza tal, que por gracia divina realizan aquello que dicen, independientemente del estado de ánimo o de gracia de la persona que lo realiza (no depende ni de la santidad del sacerdote ni de la mía, ni de cómo nos sentimos en ese momento). Claro está, que mientras mejor es mi disposición interior, mayor serán los efectos de aquella gracia recibida en mi vida.

3. Ese sacerdote siempre me reta, es muy exagerado:
El orgullo entre otras cosas genera una alta sensibilidad y susceptibilidad ante todo lo que tenga que ver con nuestra persona, especialmente en lo que se refiere a nuestros defectos y errores. En algunos casos incluso llega a crear una serie de complejos, delirios de persecución, y agresividad contra quienes nos cuestionan en dicho ámbito. Teniendo esto en cuenta, pregúntese con humildad ¿No será más bien que yo estoy siendo orgulloso y le echo la culpa al cura porque me duele aceptar mis pecados? Si no fuese este el caso, entonces pregúntese ¿Quizá Dios se vale de este curita gruñón para hacerme crecer en humildad? Si tampoco este es el caso, entonces busque un sacerdote más calmado, y rece mucho por aquel a quien no le tiene mucha estima.

4. No me gusta el sacerdote, no me escucha:
Hable con el sacerdote si puede, dígale lo que piensa con caridad, explíquele su situación. Si no, busque otro sacerdote. Y sobre todo rece mucho para Dios mande cada vez más sacerdotes atentos, pacientes… santos.

5. Yo me confieso directamente con Dios:
Si esto es verdad, entonces vaya a confesarse. Pues este sacramento es la vía más segura para confesarse directamente con Dios. Si no está convencido, revise que entiende usted por directo e indirecto. A mí al menos, cuando quiero hablar directamente con alguien, no me basta solo con entablar un diálogo interior y espiritual. Me gusta ir a ver a la persona y conversar cara a cara. Soy más como esos griegos que le dicen a Felipe: “Señor, queremos ver a Jesús”. Hay un impulso, un deseo profundo e irresistible que me arrastra a buscar el contacto; a querer ver, escuchar, tocar. Dios sabe perfectamente cuánto necesitamos esta certeza concreta y física. Por eso el Logos se hizo carne y habitó entre nosotros. Por eso también instituyó los sacramentos, como mediaciones visibles, concretas, tangibles, encarnadas… para acceder a las gracias invisibles. Esto son los verdaderos diálogos directos. Así es, es tiempo de revisar las definiciones.

6. Hay mucha fila, me da pereza esperar:
Respondo con un proverbio y una cita. Dice el Proverbio: «He pasado junto al campo de un perezoso, y junto a la viña de un hombre insensato, y estaba todo invadido de ortigas, los cardos cubrían el suelo, la cerca de piedras estaba derruida. Al verlo, medité en mi corazón, al contemplarlo aprendí la lección: Un poco dormir, otro poco dormitar, otro poco tumbarse con los brazos cruzados y llegará, como vagabundo, tu miseria y como un mendigo tu pobreza» (Pr 24,30-34). Dice la cita: «Si por pereza dejas de poner los medios necesarios para alcanzar la humildad, te sentirás pesaroso, inquieto, descontento, y harás la vida imposible a ti mismo y quizá también a los demás y, lo que más importa, correrás gran peligro de perderte eternamente» (J.Pecci –León XIII -, Práctica de la humildad, 49). Mejor haga la fila.

7. No he matado, no he robado, soy bueno:
Aquí se aplica el “efecto socrático”. Me explico: Sócrates cuando recibió el oráculo en el templo de Delfos que lo proclamaba el hombre más sabio de Atenas, no lo podría creer. Él no podía ser más sabio que los hombres más cultos de su época (que bien conocía). Entonces se paseó por la polis tratando de desmentir el oráculo de la Pitonisa. Lo paradójico fue que al aceptar su ignorancia y los límites de su sabiduría comenzó a formular una serie de preguntas tan incisivas que acabaron por convertirlo en el más sabio entre sus pares. Salvando las distancias del caso, a los santos les pasa algo semejante. A ellos les parece tan increíble que la gente los considere santos, que van por el mundo desmintiendo los oráculos. Han percibido con tal sensibilidad el amor de Dios, que se experimentan siempre en falta. Pero mientras más confiesan su pecado y los límites de su amor, más se abren a la misericordia de Dios, y así irónicamente más confirman y afianzan su santidad. Por el contrario, quien se cree bueno sufre del “efecto farisaico”, y comete el pecado más terrible: la soberbia de sentirse justificado. Si usted sufre de este efecto preocúpese, porque es inversamente proporcional.

8. Escuchar misa, eso sí es importante:
Dejo que Jesús le responda: «El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que comieron vuestros padres, y murieron: el que coma este pan vivirá para siempre» (Jn6 56-58). Usted replicará: «Está bien, entonces no solo escucharé la misa, comeré también del pan que da Vida Eterna». Dejo que San Pablo le responda: «Quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo» (I Cor 11, 27-29). Ya sabe entonces: no solo vaya a escuchar, es importante comulgar, y para comulgar, los pecados hay que confesar.

9. Lo haré cuando esté realmente arrepentido:
Esta afirmación es en parte correcta. La confesión requiere del arrepentimiento auténtico para que sea fructuosa. En todo caso sería bueno que se esfuerce y se proponga alcanzarlo lo antes posible. ¿Cómo? Rece más, lea la Biblia, medite más y haga un profundo examen de conciencia. ¿Por qué? Porque la vida pasa y todos necesitamos arrepentirnos para poder pedir con sinceridad perdón, y pedir perdón es fundamental para poder convertirnos; y convertirnos, para llegar al cielo. «No te desesperes – decía San Agustín- se te ha prometido el perdón -Gracias a Dios por estas promesas –respondía otro– a ellas me atengo. «Ahora, pues, vive bien –replicaba este– Mañana viviré bien- el otro contestó: Te ha prometido Dios el perdón, pero el día de mañana nadie te lo ha prometido» (San Agustín, Comentario sobre el salmo 101).

10. No tengo tiempo, mejor comulgo y luego me confieso:
Lo decíamos en otro punto. Si realmente no ha podido confesarse por motivos de fuerza mayor (no valen argumentos como “no alcancé porque estaba viendo el partido de fútbol”) y realiza una contrición perfecta, usted podría comulgar. Lo dice el Catecismo en el 1452. Ahora bien, obtiene el perdón de los pecados mortales con esta contrición, bajo una condición importante: «si comprende la firme resolución de recurrir tan pronto sea posible a la confesión sacramental (cf Concilio de Trento: DS 1677)». Esto quiere decir, que al final de la misa debe buscar al sacerdote para pedir la confesión (o lo antes posible). Si no es esta su intención, pone en cuestión la perfección de su contrición y por lo mismo el perdón de los pecados mortales cometidos. En todo no es muy aconsejable aprovecharse de esta posibilidad, pues es muy difícil tener la certeza de la perfección de la contrición. Vaya por lo seguro. Llegue a tiempo y confiésese con tranquilidad. No se arriesgue. Recuerde también de las palabras de San Pablo: «Quien coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será reo del Cuerpo y de la Sangre del Señor. Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba de la copa. Pues quien come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propio castigo» (I Cor 11, 27-29).

11. Con las oraciones que hago diario, los sacrificios, las obras de caridad, se me perdonan los pecados:
Esto es verdad. Lo dice la Biblia: «el amor cubre multitud de pecados» (1Pe 4,8). Y lo confirma el Catecismo en el número 1452: «La contrición cuando brota del amor de Dios amado sobre todas las cosas se llama “contrición perfecta” (contrición de caridad). Semejante contrición perdona las faltas». Sin embargo, la Biblia también dice: «Reciban el Espíritu Santo. A quienes perdonen los pecados, les quedarán perdonados y a quienes se los retengan, les quedarán retenidos» (Jn. 20, 22-23). Y el Catecismo continúa diciendo: «semejante contrición perdona las faltas veniales; obtiene también el perdón de los pecados mortales, si comprende la firme resolución de recurrir tan pronto sea posible a la confesión sacramental (cf Concilio de Trento: DS 1677).». No se debe oponer una verdad con la otra. Ambas deben ser integradas. La confesión no es una imposición externa o una cuestión opcional, es más bien el regalo que nos hace Dios para “concretar” con seguridad esa experiencia de misericordia que hemos recibido. Es muy difícil estar seguros de haber hecho una contrición perfecta, y por eso Dios nos regala maneras para confirmarla. Es poco aconsejable comulgar sin tener certeza del perdón. De hecho quien pudiéndolo confirmar a través de las mediaciones seguras, prefiriese no hacerlo, por considerarlas innecesarias, pone en cuestión al mismo Dios e ipso facto pone en cuestión la perfección de su contrición.

12. No me confieso con un pecador, él no puede perdonarme:
Cuando el sacerdote dice “Yo te absuelvo” ocurre un gran milagro. Sucede lo mismo que cuando dice: “este es mi Cuerpo”. No es el Cuerpo del sacerdote. Sépalo usted, allí quien habla ya no es solo el sacerdote. Ese “Yo” que usted escucha es la voz del mismo Cristo. Sí, es una voz que viene desde lo más alto de los cielos y desde las profundidades del corazón. Qué no la engañen sus sentidos. Ese “Yo” le pertenece a Cristo. Es difícil de creer, pero es la pura verdad. A usted quien lo perdona es Cristo, cierto, a través del sacerdote.

13. No lo necesito, soy consciente de mis errores y puedo corregirlos solo:
Habría que distinguir. Mejorar sus errores es una cosa, perdonar sus pecados es otra. Sobre lo primero tiene usted razón. Puede y debe mejorar sus errores. Eso sí, no diría solo, porque la gracia de Dios es siempre necesaria. Sobre lo segundo en cambio se equivoca. Si se trata de pecados, la confesión es imprescindible. Solo Dios perdona los pecados. Esta potente verdad fue uno de los motivos de la conversión de Chesterton, que decía con gran lucidez: «Cuando la gente me pregunta a mí o a cualquier otro ¿Por qué te uniste a la Iglesia de Roma?, la primera respuesta esencial, aunque sea en parte incompleta es: “para librarme de mis pecados”. Porque no hay ningún otro sistema religioso que declare verdaderamente que libra a la gente de los pecados. (…) El sacramento de la penitencia da una vida nueva, y reconcilia al hombre con todo lo que vive: pero no como lo hacen los optimistas y los predicadores paganos de la felicidad. El don viene dado a un precio y condicionado a la confesión. He encontrado una religión que osa descender conmigo a las profundidades de mí mismo”»

14. Dios no me va a perdonar:
Es cierto. Dios no lo va a poder perdonar si sigue creyendo que no lo va a perdonar. La misericordia de Dios llama con insistencia, pero jamás bota abajo la puerta. Pruebe usted mejor a cambiar de idea. Repita conmigo: “Dios sí que me va a perdonar. Dios quiere, puede y me va a perdonar. Dios es infinitamente misericordioso”. Es cierto. Dios ahora la va a perdonar, sin importar lo que haya hecho. Dios no se cansa de perdonarlo. Dios es siempre fiel y llama todo el tiempo a nuestra puerta. Somos nosotros los que por desconfianza, vergüenza, falsa autocompasión, etc. nos quedamos comiendo solos, encerrados en los pequeños y terribles rincones de nuestra pusilánime soledad.

15. Conozco al sacerdote, me da mucha vergüenza contarle lo que he hecho:
Dicen algunos que el pudor es la experiencia interior que nos lleva a reconocer el valor que debe ser protegido (ocultado muchas veces). Esto salva por ejemplo a la desnudez del mal gusto (lo sabemos es de mal gusto andar desnudos por la calle). La vergüenza en cambio, que en algo se le parece, es la experiencia interior del valor que ha sido transgredido, y nos lleva a protegernos (a ocultarnos también tantas veces). Esto nos salva de ser unos sinvergüenzas (lo sabemos es feo cometer un pecado grave y luego andar por la vida como si nada hubiese sucedido). Ahora bien, la vergüenza puede ser negativa si es que se repliega en sí misma. Decía el santo Cura de Ars que el demonio antes de pecar te quita la vergüenza y te la restituye cuando vas a confesarte. Pero por el contario, la sana vergüenza, puede ser muy positiva si es que nos lleva a una confesión más profunda y dolida, y evita que volvamos a caer muy seguido en los mismos pecados. Por eso usted tiene que aprovechar su mucha vergüenza como catalizador, para -después de entrar en su interior y replegarse- salir como el hijo pródigo decidido a la casa del Padre. Si le cuesta mucho, entonces busque a otro sacerdote o un confesionario con rejilla. Eso sí, no se olvide: evite quedarse oculto.

16. No tengo por qué contarle mis pecados a otro, es un asunto privado:
En este asunto San Juan es taxativo: «Si decimos que no pecamos, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros; pero si confesamos nuestros pecados, Dios nos perdonará. Él es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad.» (1Jn1, 8-10) Además «Uno puede decir: yo me confieso sólo con Dios. Sí, tú puedes decir a Dios «perdóname», y decir tus pecados, pero nuestros pecados son también contra los hermanos, contra la Iglesia. Por ello es necesario pedir perdón a la Iglesia, a los hermanos, en la persona del sacerdote


*Daniel Prieto - CatholicLink
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