El Ángelus
Esta oración, que en su forma actual ya se conocía en el s. XVI, nos recuerda el gran misterio de la Encarnación, por el cual María fue elevada a la excelsa dignidad de Madre de Dios.
Se reza tres veces al día: al amanecer, al mediodía y al atardecer.
Se debe rezar de rodillas, excepto el Sábado por la tarde y el Domingo, que se reza de pie, en recuerdo de la resurrección de Jesús.
V. El Ángel del Señor Anunció a María.
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve, María...
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María...
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María...
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Oremos:
Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas, a fin de que habiendo conocido por la voz del Ángel el Misterio de la Encarnación de tu divino Hijo, podamos, por los méritos de su Pasión y de su Cruz, alcanzar la gloria de la Resurrección. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
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