A mis hijos
Que sean tus pies y no el camino
los que te conduzcan a la verdad,
que tu palabra sea dócil y segura.
Que tu camino sea el amor
en el que encontrarás tu salvación.
Piensa que no muy lejos del mar
crece una flor pequeña y sencilla
llamada esperanza.
Piensa que en algún lugar del mundo
hay una boca llena de silencios que te llama.
Piensa que lo mejor que te puede pasar
es seguir viviendo en el recuerdo
por haber sido una buena persona.
Entonces sí serás rico, hijo mío.
Entonces sí, podrás volar
con la medida exacta de tus alas.
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