El milagro de la vida
Una buena poesía es capaz de despertar en uno sentimientos y vivencias profundas. La rutina de todos los días desgasta esa capacidad de admirarnos que tienen los niños al abrirse al milagro de la creación y de la vida. Los poetas nos ayudan a recuperar esa mirada fresca capaz de brindar momentos de paz y contemplación. Disfruta este poema de Amado Nervo.
Cada rosa gentil ayer nacida, cada aurora que apunta entre sonrojos,
dejan mi alma en el éxtasis sumida, ¡nunca se cansan de mirar mis ojos
El perpetuo milagro de la vida!
Años ha que contemplo las estrellas en las diáfanas noches españolas
y las encuentro cada vez más bellas Años ha que en el mar conmigo a solas,
de las olas escucho sus querellas, ¡y aun me pasma el prodigio de las olas!
Cada vez hallo la naturaleza más sobrenatural, más pura y santa,
Para mí, en derredor, todo es belleza: y con la misma plenitud me encanta
la boca de la madre cuando reza que la boca del niño cuando canta.
El ritmo y la sonoridad del poema, la delicada selección de las palabras, las imágenes evocadas, todo contribuye a crear un ambiente de encanto que ilumina y transfigura lo cotidiano, permitiéndote gozar de esa magia sorprendente de lo maravilloso. La belleza de la naturaleza misma o bien su evocación en la poesía te ayudarán a recrear tu espíritu, para entregarte luego a tus tareas con nuevos bríos y renovada ilusión. Nos encontramos mañana.
Padre Natalio
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