Los cinco minutos de María - por Alfonso Milagro
23 de abril
Si Jesús nos manda amar al prójimo como Él nos ha amado, el devoto de la Virgen deberá también amar a su prójimo como María lo ha amado.
No bastará, pues, cumplir el precepto amando simplemente; es preciso llegar a amar como nos amó y nos ama la Santísima Virgen María, con la misma pureza de sentimientos, con la misma sinceridad de afectos, con la misma ternura de su amor.
¡Cómo cambiaría el mundo si obráramos así! ¡Cómo ayudaríamos nosotros a que ese cambio se realizara por María! Nuestra es la responsabilidad, nuestra la obligación. María no obrará ella sola sino a través de nosotros; seamos dóciles instrumentos en sus manos, transmisores del espíritu mariano.
Madre del buen consejo, guíanos en la vida y danos a conocer la voluntad de Dios.
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