LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
14 septiembre
Es verdad que Jesús es verdaderamente Hijos de Dios; pero también es verdaderamente Hijo del hombre, es decir: verdadero y perfecto hombre, en todo igual a nosotros, menos en el pecado
(cf Heb 4,15).
Como hombre, Jesús emanaba una atracción irresistible:
- comúnmente era muy respetado (cf Lc 2,52);
- a menudo, la gente, al oírlo, quedaba fuera de sí, asombrada de la extraordinaria gracia que emanaba de sus palabras (cf Lc 4, 22);
- los policías, enviados por los fariseos para tomar preso a Jesús, volvían cautivados ellos mismos, por uno que hablaba como jamás nadie habló (cf Jn 7,32);
- las mujeres y los niños se acercaban confiadamente a él, rompiendo las barreras de los severos ojos y palabras intimidatorias de los discípulos (cf Mc 10, 13-15).
P. Alfonso Milagro
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