LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
3 de Diciembre
La mano de Dios, símbolo de poder y protección, estaba con Juan; es decir, lo protegía en todo momento a fin de que Juan nada hiciera que no se acomodara al plan de Dios, ya que su destino había sido determinado por Dios; el niño estaba marcado, señalado antes de nacer; su destino era ser la voz del que grita en el desierto (Lc 3,4).
Si te detienes a reflexionar un momento con seriedad, llegará a la conclusión de que Dios también está congo, que Dios te bendice y te protege, que Dios te conduce con cuidado paternal, para que no tropieces y no caigas. La mano de Dios está contigo cada día en los momentos más cruciales y en los momentos más comunes y sencillos; Dios ejerce su poder sobre ti protegiéndote; por eso tú y todos tenemos tantos motivos para alabar y bendecir al Señor.
P. Alfonso Milagro
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