Creciendo en la auténtica alegría
Este mes debe ser para ti, de modo particular, un tiempo de alegría, pues ése es el mensaje que nos trae el Niño que ha de nacer.
Pero, además, si observas con atención, descubrirás que siempre hay algo por lo cual estar gozosos. Para descubrirlo, es necesario mantener abiertos los ojos y especialmente el corazón.
De este modo, podrás disfrutar de los pequeños y de los grandes regalos que Dios quiere darte.
Si desarrollas la capacidad de beber de las pequeñas alegrías cotidianas, notarás un gran fortalecimiento interior y los motivos para vivir alegre se multiplicarán rápidamente.
La alegría es contagiosa, porque se irradia sin necesidad de las palabras.
Por medio de ella, esparces vida a tu alrededor, y para las próximas fiestas, será el mejor regalo que puedas darle a quienes amas.
Te alegrarás durante la fiesta, junto con tu hijo y tu hija, con tu esclavo y tu esclava, y con el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda que vivan en tu ciudad. Deuteronomio 16, 14.
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