lunes, 26 de agosto de 2013

PENSAMIENTO MARIANO 12


PENSAMIENTO MARIANO

Se ha dicho que su brillo eclipsa el de todos los santos, así como el sol, al aparecer la aurora, hace desaparecer las estrellas. ¡Dios mío, cuán extraño es esto! ¡Una Madre que ofusca la gloria de sus hijos! Yo pienso todo lo contrario; creo que aumentará, pero en mucho, el esplendor de los escogidos... ¡La Virgen María! ¡Cuán sencilla me parece debió ser su vida. 

Santa Teresa del Niño Jesús

IMITAR A MARÍA, IMITAR A JESUCRISTO


Imitar a María, imitar a Jesucristo


Jesucristo está con nosotros. No sólo se ha hecho nuestro modelo para enseñarnos el camino que lleva a la vida, sino que, además, se ha convertido en nuestro alimento, para comunicarnos su fuerza infinita a fin de que podamos caminar tras sus huellas. Además, está en nosotros por la fe, para orar y obrar con nosotros. Por otra parte, ha confiado especialmente a María, porque Ella es madre, la misión de dirigir nuestra educación cristiana, como le dirigió a Él durante su infancia, para elevarnos, así, a la altura de nuestra vocación.

María se esfuerza constantemente en revestirnos de la semejanza de Jesús, procurando que nos identifiquemos con sus pensamientos y sentimientos, para que sea una realidad en nosotros el nombre de cristiano, es decir, discípulo e imitador de Jesucristo. Para ello se sirve de dos medios.

El primer medio de que se sirve María es la voz dulce y poderosa de sus ejemplos. Su vida es una predicación sencilla, elocuente y al alcance de todos. Desde ese punto de vista, después de la santa humanidad del Salvador es el don más preciado que hemos recibido del cielo.

Todas las dificultades desaparecen en presencia de María. Retrato fiel de su hijo, ha reproducido exactamente todas sus virtudes y sentimientos. De esa manera vemos cómo alcanza la semejanza divina una simple criatura, hija de Adán como nosotros, exenta, eso sí, de la mancha original y de sus horribles consecuencias, pero que, aun siendo más privilegiada y perfecta, no es de naturaleza distinta de la nuestra. Así pues, si Ella, que es pura criatura, ha podido, en grado tan inefable y sublime, hacerse conforme a Jesucristo y modelo de todos los elegidos, también nosotros lo podremos, en una medida adecuada a nuestra debilidad, con tal de que queramos ser fieles.

Por tanto, María se nos presenta como la copia del divino modelo, copia que debemos reproducir en nosotros mismos. De ahí se deduce que el mejor medio de imitar a Jesús es esforzarse por imitar a María, y que sólo se parecerá al hijo el que se parezca a la madre. Por consiguiente, sólo se salvará quien haya imitado a María en la medida de la perfección querida por la justicia divina. Así se comprende lo fácil que resulta para el hombre de buena voluntad la imitación de Jesucristo. Efectivamente, caminando tras las huellas de María, realiza en sí mismo la semejanza con el Salvador.

El segundo medio que emplea María para llevarnos a la vida de Jesucristo conforme a la voluntad del Padre eterno es su mediación. La Iglesia, los Santos Padres y toda la tradición nos presentan a la augusta Virgen como nuestra abogada y mediadora. Siempre se ha aplicado a Jesús el ejemplo del gran Salomón cuando, en el esplendor de su gloria y sabiduría, confió a su afortunada madre el ejercicio de la autoridad real (1 Re 2,19 ss.). Por ello los cristianos de todos los tiempos han coincidido en considerar a María su reina, su auxilio, su vida y su esperanza. Pero hay un detalle que a veces pasa inadvertido y que, sin embargo, se debe subrayar, y es que esta mediación es necesaria para la salvación; no en el mismo grado ni el mismo rango que la de Jesucristo, pero sí de un modo real, porque la Providencia así lo ha dispuesto.

POR VENERARTE TANTO, VIRGEN MARÍA


Por venerarte tanto, Virgen María
Rafael Ángel Marañón


Por venerarte tanto soporto las censuras 
De gentes ignorantes. Con su reprobación
Me tachan de excesivo, me angustian de estrechuras
Desprecian mis esfuerzos, burlan mi devoción. 

Prefieren que el ingenio se gaste en las minucias 
De amores, que son solo falacia y sensación.
La fe para ellos nada supone en sus argucias, 
Ni captan en mi alma el gozo y la emoción. 

Pensando en la indulgencia que tu calor procura, 
Me gozo en ti, María, con toda la creación. 
Entiendo que tú fuiste ejemplo de criatura
Y madre insuperable en gozo y bendición. 

El halo que destilas se torna resplandor;
De tu aura inmaculada brota la luz divina 
Que Dios quiso donarte, para nimbo de honor 
Y hacia la luz de Cristo segura me encamina. 

Pensando en ti me siento pleno de amor y gozo.
Las fuentes cristalinas pierden su transparencia 
Si tú no las endulzas y enjugas mi sollozo 
Llevándome hasta Cristo con paz luz y paciencia.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...