miércoles, 13 de mayo de 2020

ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA


*CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA*



Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, a vuestro Corazón Inmaculado nos consagramos, en acto de entrega total al Señor, Por Vos seremos llevados a Cristo, y por Él y con Él seremos llevados a Dios Padre. Caminaremos a la luz de la fe, y haremos todo para que el mundo crea que Jesucristo es el Enviado del Padre. Con Él queremos llevar el Amor y la Salvación hasta los confines del mundo. Bajo la maternal protección de vuestro Corazón Inmaculado, seremos Un solo pueblo con Cristo. Seremos testimonio de su Resurrección. Por El seremos llevados al Padre, para gloria de la Santísima Trinidad, a quien adoramos, alabamos y bendecimos. Amén.

*_Finalizada la Consagración le pedimos la bendición a la Santisima Virgen:_*

Dulce Madre no te alejes: tu vista de nosotros no apartes; Ven con nosotros a todas partes y solos nunca nos dejes: y ya que nos amas tanto como verdadera Madre que eres, haz que nos bendiga El Padre, El Hijo y El Espiritu Santo. Amen

IMÁGENES VARIADAS DE LA VIRGEN DE FÁTIMA










LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 13 DE MAYO, VIRGEN DE FÁTIMA


Los cinco minutos de María
Mayo 13



La imagen de María se nos sugiere siempre con los ojos entrecerrados y las manos recogidas en el pecho, guardando la intimidad que con Dios tiene en su Inmaculado Corazón. Pero también podemos pensar en María elevando sus ojos al cielo, como desprendiéndose de la tierra y aspirando a las cosas de las celestiales alturas.

Esa es la doble dimensión o vertiente que debe regir toda nuestra vida: la intimidad personal por la que gozamos de la presencia del Dios Uno y Trino en lo más recóndito de nuestro espíritu y la elevación sobre la oquedad de la tierra, anhelando siempre el azul de los cielos, la morada de Dios, el reino de María Inmaculada.
Madre, que nos diste al Esperado de los tiempos, guíanos en la búsqueda de un nuevo amanecer para la tierra.


* P. Alfonso Milagro

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY MIÉRCOLES 13 DE MAYO DE 2020

Lecturas de hoy Miércoles de la 5ª semana de Pascua
Hoy, miércoles, 13 de mayo de 2020



Primera lectura
Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles (15,1-6):

EN aquellos días, unos que bajaron de Judea se pusieron a enseñar a los hermanos que, si no se circuncidaban conforme al uso de Moisés, no podían salvarse. Esto provocó un altercado y una violenta discusión con Pablo y Bernabé; y se decidió que Pablo, Bernabé y algunos más de entre ellos subieran a Jerusalén a consultar a los apóstoles y presbíteros sobre esta controversia. Ellos, pues, enviados por la Iglesia provistos de lo necesario, atravesaron Fenicia y Samaría, contando cómo se convertían los gentiles, con lo que causaron gran alegría a todos los hermanos. Al llegar a Jerusalén, fueron acogidos por la Iglesia, los apóstoles y los presbíteros; ellos contaron lo que Dios había hecho con ellos.
Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían abrazado la fe, se levantaron, diciendo:
«Es necesario circuncidarlos y ordenarles que guarden la ley de Moisés».
Los apóstoles y los presbíteros se reunieron a examinar el asunto.


Palabra de Dios


Salmo
Sal 121,1-2.4-5

R/. Vamos alegres a la casa del Señor

¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»!
Ya están pisando nuestro pies
tus umbrales, Jerusalén. R/.

Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor. R/.

Según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Juan (15,1-8):

EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.
Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».

Palabra del Señor



Comentario al Evangelio de hoy miércoles, 13 de mayo de 2020
Juan Carlos Martos, cmf



No podemos olvidar de que hoy es el día de Nuestra Señora de Fátima. En muchos lugares se venera y se honra a nuestra Madre bajo esa querida y famosa advocación. Tengamos hoy también nosotros un recuerdo emocionado y agradecido a nuestra Madre que, inquieta por la salvación del mundo, nos repite constantemente: “Haced lo que Él os diga”. Bajo su presencia y amparo acogemos la Palabra que el evangelio nos ofrece en el día de hoy.

El evangelio presenta una parábola de Jesús, bellísima y de fácil comprensión. Aunque presenta a tres personajes: Él mismo (que es la vid); el Padre (que es el labrador) y nosotros (que somos os sarmientos); sin embargo, se centra en dos: lo que hace Dios y en lo que debemos hacer nosotros.

El Padre o corta o poda. Con dos verbos se expresan las dos maneras de actuar de Dios que, en el fondo, son consecuencias de nuestras decisiones. Quien no conecta con Jesús, quien no está injertado en Él y recibe una transfusión de vida en su organismo, se seca. Quien no recibe su misericordia medicinal que cura la ramita que se astilla, se marchita inútilmente. Por el contrario, quien se deja podar las partes estériles o enfermas, crece y da fruto. Dios Padre quiere ser viñador que poda, no leñador que tala. Esa poda quirúrgica es dolorosa pero eficaz. A esas podas las llamamos “pruebas”. Solamente recortando lo inútil se consigue que ese «trasvase» íntimo de vida desde la cepa proporcione el máximo vigor a los sarmientos para dar fruto.
Los sarmientos, para dar fruto, deber permanecer unidos a la vid. La expresión “permanecer” es muy querida por el Señor. La repetirá muchas veces. Especialmente, como aquí, en la última cena: Permaneced en el Señor. No dice: “Trabajad mucho, moveos, esforzaos”. Esto lo da por sentado, pero va a lo más importante y, también, lo que es más peligroso para la vida si no se hace: “Permaneced en mí para dar fruto abundante”. Solo los que permanecen unidos a Jesús dan fruto abundante. Sin estar unidos personalmente a Jesús, lo que hacemos con nuestras solas fuerzas es estéril. Puede que sirva para maquillar un poco la realidad en la que nos movemos, pero no para transformarla. La identidad cristiana no es un contrato de trabajo: no. Es apostolado. Tú, si permaneces en el Señor, en su Palabra y en su vida, del Señor, serás un apóstol. Si no te mantienes unido a Él, serás uno que simpatiza con su doctrina, si acaso que le valora y admira como un hombre muy bueno, que defiende los valores correctos, pero sin estar unidos y dar fruto no existe verdadera identidad cristiana.

HOY 13 DE MAYO CELEBRAMOS A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA

Hoy celebramos a Nuestra Señora de Fátima
Redacción ACI Prensa







Cada 13 de mayo se celebra en todo el mundo la Fiesta de la Virgen de Fátima, en memoria de su primera aparición en las colinas de Cova de Iría (Portugal) en 1917.

Este año el Papa Francisco viajó a Fátima por los 100 años de las apariciones y la canonización de los pastorcitos Francisco y Jacinta Marto.

“No tengáis miedo. No os hago daño”, dijo la Virgen María el día de la primera aparición a Lucía, Jacinta y Francisco, los niños pastores que contemplaban a una señora vestida de blanco, más brillante que el sol.



Después de decirles, entre otras cosas, que era del cielo y de pedirles que volvieran a ese lugar seis meses seguidos el día 13 a la misma hora, la Madre de Dios les preguntó:


“¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quisiera enviaros como reparación de los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?"

Los pequeños le respondieron que sí querían. A lo que la Virgen les advirtió que tendrían que sufrir mucho, pero que la gracia de Dios los fortalecería.

La Señora abrió sus manos y les comunicó una luz que los invadió. Cayeron de rodillas y repitieron humildemente: “Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento”.

La Virgen de Fátima finalmente les dijo: “Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz del mundo y el fin de la guerra”. Luego se elevó.

Los siguientes meses los niños acudieron las veces que la Virgen los llamaba, pero tuvieron que pasar por burlas, calumnias, amenazas y la cárcel por la incomprensión de la gente. Poco después Francisco y Jacinta fallecieron con dolorosas enfermedades.

Con el tiempo la Iglesia reconoció las apariciones milagrosas y la devoción a la Virgen de Fátima se expandió por todo el mundo.

San Juan Pablo II consagró Rusia al Inmaculado Corazón de María, tal como había sido el pedido de la Madre de Dios y beatificó a los videntes Jacinto y Francisca en el 2000 con la presencia de Sor Lucía, quien falleció en el 2005.


Oraciones que la Virgen de Fátima enseñó a los niños

Sor Lucía cuenta en la “cuarta memoria” que la Virgen, en la aparición del 13 de julio de 1917, les recomendó:

“Sacrificaos por los pecadores, y decid muchas veces, en especial cuando hagáis algún sacrificio: Oh Jesús, es por vuestro amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.

Luego María insistió:

“Cuando recéis el rosario decid, al final de cada misterio: Oh Jesús mío, perdonadnos, libradnos del fuego del infierno, llevad al Cielo a todas las almas, especialmente las más necesitadas de vuestra misericordia”.

ORACIONES DE LA VIRGEN DE FÁTIMA


Oración a la Virgen de Fátima
Fuente: devocionario.com


Oh Virgen Santísima, Vos os aparecisteis repetidas veces a los niños; yo también quisiera veros, oír vuestra voz y deciros: Madre mía, llevadme al Cielo. Confiando en vuestro amor, os pido me alcancéis de vuestro Hijo Jesús una fe viva, inteligencia para conocerle y amarle, paciencia y gracia para servirle a Él a mis hermanos, y un día poder unirnos con Vos allí en el Cielo.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Madre mía también os pido por mis padres, para que vivan unidos en el amor; por mis hermanos, familiares y amigos, para que viviendo unidos en familia un día podamos gozar con Vos en la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria.

Os pido de un modo especial por la conversión de los pecadores y la paz del mundo; por los niños, para que nunca les falten los auxilios divinos y lo necesario para sus cuerpos, y un día conseguir la vida eterna.

Padre nuestro, Avemaría y Gloria

Oh Madre mía, sé que escucharás, y me conseguirás estas y cuantas gracias te pida, pues las pido por el amor que tienes de tu Hijo Jesús. Amén.

¡Madre mía, aquí tienes a tu hijo, sé tu mi Madre!
¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!


Oración enseñada por el Ángel



Santísima Trinidad, Padre,
Hijo y Espíritu Santo,
yo te adoro profundamente y te ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad
de nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los Sagrarios del mundo,
en reparación de los ultrajes con los que Él es ofendido.

Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús
y del Inmaculado Corazón de María,
te pido la conversión de los pecadores.

Amén


Oraciones enseñadas por nuestra Señora



¡Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados que tanto ofenden al Inmaculado Corazón de María!



¡Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas especialmente a las más necesitadas!

EL PAPA FRANCISCO REVELA CUÁL ES EL SECRETO DE LA VIDA CRISTIANA


El Papa Francisco revela cuál es el secreto de la vida cristiana
POR MERCEDES DE LA TORRE | ACI Prensa
 Foto: Vatican Media



El Papa Francisco señaló en qué consiste la vida cristiana y animó a los católicos a dar testimonio de la fe y del Evangelio para que crezca la Iglesia.

Así lo indicó el Santo Padre en la Misa que presidió este miércoles 13 de mayo, día en que la Iglesia celebra la fiesta de la Virgen de Fátima.

“Cuando en el Evangelio dice que nosotros somos luz, dice: brille la luz que hay en ustedes, para que los hombres vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre. Es decir, el testimonio es la necesidad que tiene Jesús de nosotros. Dar testimonio de su Nombre, porque la fe, el Evangelio, crece por el testimonio”.

En su homilía, el Papa comentó el pasaje del Evangelio de San Juan (15,1-8) en el que Jesús dice: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador”.


En concreto, el Pontífice reflexionó en la importancia de ‘permanecer’ con valentía cerca del Señor, y con paciencia como el viñador. Así como también invitó a dejar que Dios ‘permanezca’ recíprocamente en cada uno de nosotros.

“Este ‘permanecer’ no es un ‘permanecer’ pasivo, un adormecerse en el Señor: es un "permanecer" activo y también recíproco. Él también ‘permanece’ en nosotros. Es un misterio de la vida, un hermoso misterio”, reconoció el Santo Padre.

Luego, el Papa Francisco advirtió que “los sarmientos sin vida no pueden hacer nada porque necesitan la savia para crecer y dar fruto, pero la vid también tiene necesidad de los sarmientos: es una necesidad recíproca para dar fruto”.

“Esta es la vida cristiana: sí, es cumplir los mandamientos, vivir las bienaventuranzas y realizar las obras de misericordia, pero aún, es más: es este ‘permanecer’ recíproco. No podemos hacer nada sin Jesús”, afirmó el Pontífice.

En este sentido, el Santo Padre preguntó: "¿Cuál es la necesidad que tiene Jesús de nosotros? El testimonio. Cuando en el Evangelio dice que nosotros somos luz, dice: brille la luz que hay en ustedes, para que los hombres vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre. Es decir, el testimonio es la necesidad que tiene Jesús de nosotros. Dar testimonio de su Nombre, porque la fe, el Evangelio, crece por el testimonio”.

Jesús "necesita nuestro testimonio" para que "la Iglesia crezca". Y este es el misterio recíproco del "permanecer". Él y el Padre y el Espíritu permanecen en nosotros, y nosotros permanecemos en Jesús".


“Nos hará bien pensar y reflexionar sobre esto: permanecer en Jesús y Jesús permanece en nosotros. Permanecer en Jesús para tener la savia, la fuerza, tener la justificación, la gratuidad, para tener la fecundidad. Y Él permanece en nosotros para darnos la fuerza del fruto, para darnos la fuerza del testimonio con el que la Iglesia crece”.

A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco
San Juan 15, 1-8

“En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde.

Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos”.

SANTUARIO DE LA VIRGEN DE FÁTIMA VACÍO POR COVID19 - REGRESAREMOS EN ACCIÓN DE GRACIAS


Santuario de la Virgen de Fátima vacío por Covid: “Regresaremos en acción de gracias”
Redacción ACI Prensa
 Crédito: ACI Prensa / Daniel Ibáñez



En un Santuario de Fátima totalmente vació, el Cardenal Antonio Marto, Obispo de Leiria-Fatima, celebró la festividad de la Virgen de Fátima este 13 de mayo recordando que cuando se supere la pandemia de coronavirus los peregrinos “volveremos” cuando “superemos esta amenaza que nos impide”, “es nuestra confianza y nuestro compromiso, hoy. Regresaremos aquí juntos, en acción de gracias”. 

El Cardenal Antonio Marto, Obispo de Leiria-Fátima (Portugal) celebró la solemnidad de la Virgen de Fátima en el Santuario de la Virgen cerrado a los peregrinos por motivos de seguridad por la pandemia de coronavirus que afecta a todo el mundo.

Según recordó el Cardenal “por primera vez en la historia, desde 1917, este gran 13 de mayo, su amada gente que viene de los rincones más diversos del mundo, no puede estar aquí hoy en una multitud”, “impedida por los riesgos de la salud pública”.

“De repente, algo que ni siquiera podíamos imaginar nos confina en nuestros hogares y nos priva de los momentos más afectuosos y deseados de la vida, como el que vivimos contigo cada año, oh tierna Madre”, aseguró.


El Cardenal explicó que habrá quienes consideren esta peregrinación como “triste” por la falta de grandes multitudes de peregrinos pero destacó que “todos sabemos por fe que ‘para los que aman a Dios, todo es para el bien’”.

Y por eso recordó que estos momentos pueden servirnos para aprender “cómo es una peregrinación en estado puro, la peregrinación con el corazón, la peregrinación interna en el viaje más íntimo de nuestra vida, con la compañía espiritual de la madre celestial, que lleva a cada uno a encontrarse con Dios santo y misericordioso”.

“Creemos, Señora, que el Dios de la misericordia la envió a este bendito lugar para estar con nosotros y acompañarnos en todas las situaciones de la vida. Desde nuestros hogares y desde nuestros corazones, con la simplicidad de los niños, nos atrevemos a expresar nuestras preocupaciones y miedos, nuestras heridas y lágrimas, nuestra confianza en Ti”, precisó.

“Con paciencia, querida madre, escucharás nuestras lamentaciones, llorarás con nosotros, sufrirás con nuestros sufrimientos y encontrarás en el Cielo, que es tu corazón, el consuelo oportuno para quienes ahora se sienten frágiles y en peligro y para quienes se van sin comodidad propia y sin poder despedirse de ellos”, destacó el Obispo de Leiria-Fatima.

También aseguró que la luz de la fe “nos ayuda a ver el lado positivo de las crisis, de las noches oscuras, porque nos dice que también hay estrellas de referencia en esas noches” porque “la fe nos ayuda a leer y comprender los signos de los tiempos actuales, con una mirada renovada y esperanzada”.

El Cardenal Marto recordó que esta “situación dramática y trágica, sin precedentes, que nos invita a reflexionar sobre la vida y, en primer lugar, a ir a lo esencial, que a menudo olvidamos cuando la vida va bien” ya que “revela la vulnerabilidad y fragilidad de nuestra condición humana” y “nos hace pensar sobre el significado de la vida, ¿para qué vivo? ¿Para quién vivo? Y sobre la posibilidad y la realidad de la muerte”.


Esta pandemia mundial, según el Cardenal, “nos obliga a repensar nuestros hábitos, nuestro estilo de vida, la escala de valores que guía nuestra vida. No se puede vivir solo para producir y consumir, para tener y para aparecer. Nos pone ante el gran misterio último de la vida y la humanidad que nosotros, los creyentes, llamamos a Dios, y nosotros los cristianos llamamos al Dios de Jesucristo”.

Y animó a realizar una reflexión espiritual interna y abrir los corazones a Dios “tan olvidado, ignorado, marginado”, es una “llamada a una conversión espiritual más profunda”.

El Cardenal Marto agradeció a la Virgen de Fátima “por esta peregrinación interior, la luz, la esperanza, el consuelo y la paz de Cristo que traes a nuestros hogares y a nuestros corazones”.

“Hoy marcas el camino a seguir. El camino de vuelta lo haremos nosotros cuando superemos esta amenaza que nos impide. ¡Volveremos, sí, volveremos! Es nuestra confianza y nuestro compromiso, hoy. Regresaremos aquí juntos, en acción de gracias”, destacó. 

NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA...RUEGA POR NOSOTROS






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