viernes, 7 de marzo de 2014

LA DULCE PAZ

La dulce paz

En este mundo hay tantas personas llenas de amarguras y frustaciones que hacen sentir mal a todo el que tenga el infortunio de pasar por su lado.

No permitas que a ti te roben la paz, esa dulce quietud que concede Dios a los suyos y que tanto envidia el enemigo de las almas. Ninguna tormenta de ira satánica puede perturbar la calma del que está a cuentas con Dios.

Los impíos no pueden tener paz, las pasiones del corazón del hombre sin Dios son como furiosas tormentas, pero no importa cuán feroz sea la tempestad, quien se vuelve a Jesús clamando: "¡Señor, sálvame!" encuentra quietud, una gracia maravillosa que aquieta las contiendas de la pasión humana y amor abundante en el que el corazón encuentra descanso.

¡Cuántas veces hemos acudido a nuestro Salvador en medio de una
tempestad abrumadora, y hemos sentido que nos ha tomado en sus brazos inundándonos de Su bendita paz! Una experiencia gloriosa que da testimonio de la verdad de Sus promesas: "Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en tí persevera". Isa. 26:3. Tomás de Kempis decía: "El que sabe mejor padecer tendrá mayor paz. Este es el vencedor de sí mismo y señor del mundo, amigo de Cristo y heredero del cielo".

"Reemplazaremos la violencia y la guerra con las armas más poderosas: El Amor y la Paz"

IRRADIAR A CRISTO


Irradiar a Cristo
Autor: Madre Teresa de Calcuta


¡Oh Jesús!,
Ayúdame a esparcir tu fragancia donde quiera que vaya. Inunda mi alma de tu espíritu y vida. Penétrame y aduéñate tan por completo de mí, que toda mi vida sea una irradiación de la tuya. Ilumina por mi medio y de tal manera toma posesión de mí, que cada alma con la que yo entre en contacto pueda sentir tu presencia en mi alma. Que al verme no me vea a mí sino a Ti en mí. Permanece en mí. Así resplandeceré con tu mismo resplandor, y que mi resplandor sirva de luz para los demás, Mi luz toda de Ti vendrá, Jesús; ni el más leve rayo será mío. Serás Tú el que iluminarás a otros por mi medio.

Sugiéreme la alabanza que más te agradara, iluminando a otros a mi alrededor. Que no lo pregone con palabras sino con mi ejemplo, con el influjo de lo que yo lleve a cabo, con el destello visible del amor que mi corazón saca de Ti.

Amén.

DIOS TE SALVE, REINA Y MADRE


ACORDAOS.. OH VIRGEN MARÍA


JESÚS ES EL TIMÓN DE TU VIDA


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