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domingo, 23 de agosto de 2020

MARÍA REINA, LA QUE COMPARTE LA VIDA Y EL AMOR DE CRISTO REY



 María Reina, la que comparte la vida y el amor de Cristo Rey
Redacción ACI Prensa





“La devoción popular invoca a María como Reina. El Concilio, después de recordar la asunción de la Virgen «en cuerpo y alma a la gloria del cielo», explica que fue «elevada (...) por el Señor como Reina del universo, para ser conformada más plenamente a su Hijo, Señor de los señores (cf. Ap 19, 16) y vencedor del pecado y de la muerte» (Lumen gentium, 59)”. Estas fueron las palabras con las que San Juan Pablo II recordaba el sentido de esta celebración en 1997.

La Fiesta de María Reina fue instituida por el Papa San Pío XII en 1954. Se celebra el sábado siguiente a la Solemnidad de la Asunción. En la encíclica “Ad Caeli Reginam” (A la Reina del Cielo, n. 15), sobre la dignidad y realeza de María, Pío XII señalaba los siguiente: “Cristo, el nuevo Adán, es nuestro Rey no sólo por ser Hijo de Dios, sino también por ser nuestro Redentor”. “Así, según una cierta analogía, puede igualmente afirmarse que la Beatísima Virgen es Reina, no sólo por ser Madre de Dios, sino también por haber sido asociada cual nueva Eva al nuevo Adán”.

Por su parte, el Papa Benedicto XVI en el día de la celebración de esta Fiesta en 2012 dijo que María “es Reina precisamente amándonos y ayudándonos en todas nuestras necesidades, es nuestra hermana y sierva humilde".

Hace unos días, el Papa Francisco, a través de su cuenta de Twitter, decía: “¡Con Dios nada se pierde! En María se alcanza la meta y tenemos ante nuestros ojos la razón por la que caminamos: no para conquistar las cosas de aquí abajo, que se desvanecen, sino la patria allá arriba, que es para siempre”.




María es reina de los ángeles y de todos los hombres



En 1954 el Papa Pío XII, instituyó la fiesta Litúrgica del Reinado de María al coronar a la Virgen en Santa María la Mayor, Roma. En esta ocasión el Papa también promulgó el documento principal del Magisterio acerca de la dignidad y realeza de Maria, la Encíclica Ad coeli Reginam (Oct 11, 1954).

El pueblo cristiano siempre ha reconocido a María Reina por ser madre del Rey de reyes y Señor de Señores. Su poder y sus atributos los recibe del Todopoderoso: Su Hijo, Jesucristo. Es El quien la constituye Reina y Señora de todo lo creado, de los hombres y aún de los ángeles.

Juan Pablo II, el 23 de julio del 1997, habló sobre la Virgen como Reina del universo. Recordó que "a partir del siglo V, casi en el mismo período en que el Concilio de Efeso proclama a la Virgen 'Madre de Dios', se comienza a atribuir a María el título de Reina. El pueblo cristiano, con este ulterior reconocimiento de su dignidad excelsa, quiere situarla por encima de todas las criaturas, exaltando su papel y su importancia en la vida de cada persona y del mundo entero".

El Santo Padre explicó que "el título de Reina no sustituye al de Madre: su realeza sigue siendo un corolario de su peculiar misión materna, y expresa simplemente el poder que le ha sido conferido para llevar a cabo esta misión. (...) Los cristianos miran con confianza a María Reina, y esto aumenta su abandono filial en Aquella que es madre en el orden de la gracia".

"La Asunción favorece la plena comunión de María no sólo con Cristo, sino con cada uno de nosotros. Ella está junto a nosotros porque su estado glorioso le permite seguirnos en nuestro cotidiano itinerario terreno. (...). Ella conoce todo lo que sucede en nuestra existencia y nos sostiene con amor materno en las pruebas de la vida".



Fundamento Teológico de la Realeza de María



La razón por la que la Santísima Virgen María es Reina se fundamenta teológicamente en su divina Maternidad y en su función de ser coloborar en la obra de la redención del género humano.

a) Por su divina Maternidad: Es el fundamento principal, pues la eleva a un grado altísimo de intimidad con el Padre celestial y la une a su divino Hijo, que es Rey universal por derecho propio.

En la Sagrada Escritura se dice del Hijo que la Virgen concebi­rá: "Hijo del Altísimo será llamado Y a El le dará el Señor Dios el trono de David su padre y en la casa de Jacob reinará eter­namente y su reinado no tendrá fin" (Lc. 1,32-33). Y a María se le llama "Madre del Señor" (Lc. 1,43); de donde fácilmente se deduce que Ella es también Reina, pues engendró un Hijo que era Rey y Señor de todas las cosas. Así, con razón, pudo escribir San Juan Damasceno: "Verdaderamente fue Señora de to­das las criaturas cuando fue Madre del Creador" (cit. en la Enc. Ad coeli Reginam, de Pío XII, 11-X-1954).

b) Por ser colaboradora en la obra de la redención del género humano: La Virgen María, por voluntad expresa de Dios, tuvo parte excelentísi­ma en la obra de nuestra Redención. Por ello, puede afir­marse que el género humano sujeto a la muerte por causa de una virgen (Eva), se salva también por medio de una Virgen (María). En consecuencia, así como Cristo es Rey por título de conquista, al precio de su Sangre, también María es Reina al precio de su Compasión dolorosa junto a la Cruz.

"La Beatísima María debe ser llamada Reina, no sólo por ra­zón de su Maternidad divina, sino también porque cooperó íntimamente a nuestra salvación. Así como Cristo, nuevo Adán, es Rey nuestro no sólo por ser Hijo de Dios sino tam­bién nuestro Redentor, con cierta analogía, se puede afirmar que María es Reina, no sólo por ser Madre de Dios sino tam­bién, como nueva Eva, porque fue asociada al nuevo Adán" (cfr. Pío XII, Enc, Ad coeli Reginam).



Naturaleza del Reino de María



El reino de Santa María, a semejanza y en perfecta coincidencia con el reino de Jesucristo, no es un reino temporal y terreno, sino más bien un reino eterno y universal: -"Reino de verdad y de vida, de santidad, de gracia, de amor y de paz" (cfr. Prefacio de la Misa de Cristo Rey).

a) Es un reino eterno porque existirá siempre y no tendrá fin (cfr. Lc. 1,33) y, es universal porque se extiende al Cielo, a la tierra y a los abismos (cfr. Fil. 2,10-11).

b) Es un reino de verdad y de vida. Para esto vino Jesús al mundo, para dar testimonio de la verdad (cfr. Jn. 18,37) y para dar la vida sobrenatural a los hombres.

c) Es un reino de santidad y justicia porque María, la llena de gracia, nos alcanza las gracias de su Hijo para que seamos santos (cfr. Jn. 1,12-14); y de justicia porque premia las buenas obras de todos (cfr. Rom. 2,5-6).

d) Es un reino de amor porque de su eximia caridad nos ama con corazón maternal como hijos suyos y hermanos de su Hijo (cfr. 1 Cor. 13,8).

e) Es un reino de paz, nunca de odios y rencores; de la paz con que se llenan los corazones que reciben las gracias de Dios (cfr. Is. 9,6).

Santa María como Reina y Madre del Rey es coronada en sus imágenes -según costumbre de la Iglesia- para simbo­lizar por este modo el dominio y poder que tiene sobre todos los súbditos de su reino.

La oración Colecta de la Memoria de Santa María Reina dice: "Oh Dios, que nos han dado como Madre y como Reina, a la Madre de tu Unigénito; concédenos, por su intercesión, el po­der llegar a participar en el Reino celestial de la gloria reserva­da a tus hijos".

miércoles, 23 de agosto de 2017

MARÍA, REINA DEL CIELO


María, Reina del Cielo
Sé mi guía, sé mi senda de llegada al Reino. Toca con tu suave mirada mi duro corazón.


Por: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org 




Jesús, elevado en la Cruz, nos regaló una Madre para toda la eternidad. Juan, el Discípulo amado, nos representó a todos nosotros en ese momento y luego se llevó a María con él, para cuidarla por los años que restaron hasta su Asunción al Cielo.

María se transformó así no sólo en tu Madre, sino también en la Madre de nuestra propia madre terrenal, de nuestro padre, hijos, de nuestros hermanos, amigos, enemigos, ¡de todos!.

Una Madre perfecta, colocada por Dios en un sitial muchísimo más alto que el de cualquier otro fruto de la Creación. María es la mayor joya colocada en el alhajero de la Santísima Trinidad, la esperanza puesta en nosotros como punto máximo de la Creación. La criatura perfecta que se eleva sobre todas nuestras debilidades y tendencias mundanas. ¡Por eso es nuestra Madre!.

La Reina del Cielo es también el punto de unión entre la Divinidad de Dios y nuestra herencia de realeza. Nuestro legado proviene del primer paraíso, cuando como hijos auténticos del Rey Creador poseíamos pleno derecho a reinar sobre el fruto de la creación, la cual nos obedecía. Perdido ese derecho por la culpa original, obtuvimos como Embajadora a una criatura como nosotros, elevada al sitial de ser la Madre del propio Hijo de Dios.

¡Y Dios la hace Reina del Cielo, y de la tierra también!. Allí se esconde el misterio de María como la nueva Arca que nos llevará nuevamente al Palacio, a adorar el Trono del Dios Trino. María es el punto de unión entre Dios y nosotros. Por eso Ella es Embajadora, Abogada, Intercesora, Mediadora. ¿Quién mejor que Ella para comprendernos y pedir por nuestras almas a Su Hijo, el Justo Juez?. María es la prueba del infinito amor de Dios por nosotros: Dios la coloca a Ella para defendernos, sabiendo que de este modo tendremos muchas más oportunidades de salvarnos, contando con la Abogada más amorosa y misericordiosa que pueda jamás haber existido. ¿Somos realmente conscientes del regalo que nos hace Dios al darnos una Madre como Ella, que además es nuestra defensora ante Su Trono?.

Si tuvieras que elegir a alguien para que te defienda en una causa difícil, una causa en la que te va la vida. ¿A quien elegirías?.

Dios ya ha hecho la elección por ti, y vaya si ha elegido bien: tu propia Madre es Reina y Abogada, Mediadora e Intercesora.

¿Qué le pedirías a Ella, entonces?.

Reina del Cielo, sé mi guía, sé mi senda de llegada al Reino. Toca con tu suave mirada mi duro corazón, llena de esperanza mis días de oscuridad y permite que vea en ti el reflejo del fruto de tu vientre, Jesús. No dejes que Tus ojos se aparten de mi, y haz que los míos te busquen siempre a ti, ahora y en la hora de mi muerte.

lunes, 22 de agosto de 2016

ORACIÓN A MARÍA REINA


Oración a María Reina

Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Reina dignísima del mundo, María Virgen perpetua, intercede por nuestra paz y salud, tú que engendraste a Cristo Señor, Salvador de todos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

MARÍA, REINA DEL CIELO, FESTIVIDAD, 22 DE AGOSTO


María, Reina del Cielo
Sé mi guía, sé mi senda de llegada al Reino. Toca con tu suave mirada mi duro corazón.


Por: Oscar Schmidt | Fuente: www.reinadelcielo.org 




Jesús, elevado en la Cruz, nos regaló una Madre para toda la eternidad. Juan, el Discípulo amado, nos representó a todos nosotros en ese momento y luego se llevó a María con él, para cuidarla por los años que restaron hasta su Asunción al Cielo.

María se transformó así no sólo en tu Madre, sino también en la Madre de nuestra propia madre terrenal, de nuestro padre, hijos, de nuestros hermanos, amigos, enemigos, ¡de todos!.

Una Madre perfecta, colocada por Dios en un sitial muchísimo más alto que el de cualquier otro fruto de la Creación. María es la mayor joya colocada en el alhajero de la Santísima Trinidad, la esperanza puesta en nosotros como punto máximo de la Creación. La criatura perfecta que se eleva sobre todas nuestras debilidades y tendencias mundanas. ¡Por eso es nuestra Madre!.

La Reina del Cielo es también el punto de unión entre la Divinidad de Dios y nuestra herencia de realeza. Nuestro legado proviene del primer paraíso, cuando como hijos auténticos del Rey Creador poseíamos pleno derecho a reinar sobre el fruto de la creación, la cual nos obedecía. Perdido ese derecho por la culpa original, obtuvimos como Embajadora a una criatura como nosotros, elevada al sitial de ser la Madre del propio Hijo de Dios.

¡Y Dios la hace Reina del Cielo, y de la tierra también!. Allí se esconde el misterio de María como la nueva Arca que nos llevará nuevamente al Palacio, a adorar el Trono del Dios Trino. María es el punto de unión entre Dios y nosotros. Por eso Ella es Embajadora, Abogada, Intercesora, Mediadora. ¿Quién mejor que Ella para comprendernos y pedir por nuestras almas a Su Hijo, el Justo Juez?. María es la prueba del infinito amor de Dios por nosotros: Dios la coloca a Ella para defendernos, sabiendo que de este modo tendremos muchas más oportunidades de salvarnos, contando con la Abogada más amorosa y misericordiosa que pueda jamás haber existido. ¿Somos realmente conscientes del regalo que nos hace Dios al darnos una Madre como Ella, que además es nuestra defensora ante Su Trono?.

Si tuvieras que elegir a alguien para que te defienda en una causa difícil, una causa en la que te va la vida. ¿A quien elegirías?.

Dios ya ha hecho la elección por ti, y vaya si ha elegido bien: tu propia Madre es Reina y Abogada, Mediadora e Intercesora.

¿Qué le pedirías a Ella, entonces?.

Reina del Cielo, sé mi guía, sé mi senda de llegada al Reino. Toca con tu suave mirada mi duro corazón, llena de esperanza mis días de oscuridad y permite que vea en ti el reflejo del fruto de tu vientre, Jesús. No dejes que Tus ojos se aparten de mi, y haz que los míos te busquen siempre a ti, ahora y en la hora de mi muerte.

jueves, 21 de agosto de 2014

SANTA MARÍA REINA, 22 DE AGOSTO


SANTORAL
Santa María Virgen, Reina
22 DE AGOSTO

"La Virgen Inmaculada ... asunta en cuerpo y alma a la gloria celestial fue ensalzada por el Señor como Reina universal, con el fin de que  se asemejase de forma más plena a su Hijo, Señor de señores  y vencedor del pecado y de la muerte". 
(Conc. Vat. II, Const. dogm. Lumen gentium, n.59).


El pueblo cristiano, movido de un certero instinto sobrenatural, siempre reconoció la regia dignidad de la Madre del "Rey de reyes y Señor de señores". Padre y Doctores, Papas y teólogos se hicieron eco de ese reconocimiento y la misma halla sublime expresión en los esplendores del arte y en la elocuente catequesis de la liturgia.

Al ser Madre de Dios, María vióse adornada por Él con todas las gracias, prescas y títulos más nobles. Fue constituida Reina y Señora de todo lo creado, de los hombres y aún de los ángeles. Es tan Reina poderosa como Madre cariñosa, asociada como se halla en la obra redentora y a la consiguiente mediación y distribución de las gracias. 

Quiere la Iglesia que oigamos la voz de María pregonando agradecida a Dios los singulares privilegios de que la colmó. El Evangelio anuncia el Reino de Cristo, de donde fluye también el reinado universal de María. 

Esta fiesta litúrgica fue instituida por Pío XII, y se celebra ahora en la octava de la Asunción, para manifestar claramente la conexión que existe entre la realeza de María y su asunción a los cielos. La piedad del medievo fue la que comenzó en Occidente a saludar con el título de Reina a la Santísima Virgen Madre de Dios, invocándola con las palabras: Salve, Reina caelorum; Reina caeli, laetare. Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

Salve

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A Tí llamamos los desterrados hijos de Eva; a Tí suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro múestranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!

V. Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor
Jesuscristo. Amén.

Himno
Reina y Madre, Virgen pura,
que sol y cielo pisáis,
a vos sola no alcanzó
la triste herencia de Adán.

¿Cómo en vos, Reina de todos,
si llena de gracia estáis,
pudo caber igual parte
de la culpa original?

De toda mancha estáis libre:
¿y quién pudo imaginar
que vino a faltar la gracia
en donde la gracia está?
Si los hijos de sus padres
Toman el fuero en que están,
¿cómo pudo ser cautiva
quien dio a luz la libertad? Amén.



ORACIÓN

Dios todopoderoso, que nos has dado como Madre y como Reina a la Madre de tu Unigénito, concédenos que, protegidos por su intercesión, alcancemos la gloria de tus hijos en el reino de los cielos.

Reina dignísima del mundo, María Virgen perpetua, intercede por nuestra paz y salud, tú que engendraste a Cristo Señor, Salvador de todos.

Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.

SANTA MARÍA REINA DE TODO LO CREADO - 22 DE AGOSTO


Autor: Tere Fernandez del Castillo | Fuente: Catholic.net
María Reina, Santa
Reina de todo lo creado
El 22 de agosto celebramos a la Santísima Virgen María como Reina. María es Reina por ser Madre de Jesús, Rey del Universo.


Un poco de historia

La fiesta de hoy fue instituida por el Papa Pío XII, en 1955 para venerar a María como Reina igual que se hace con su Hijo, Cristo Rey, al final del año litúrgico. A Ella le corresponde no sólo por naturaleza sino por mérito el título de Reina Madre.

María ha sido elevada sobre la gloria de todos los santos y coronada de estrellas por su divino Hijo. Está sentada junto a Él y es Reina y Señora del universo.

María fue elegida para ser Madre de Dios y ella, sin dudar un momento, aceptó con alegría. Por esta razón, alcanza tales alturas de gloria. Nadie se le puede comparar ni en virtud ni en méritos. A Ella le pertenece la corona del Cielo y de la Tierra.

María está sentada en el Cielo, coronada por toda la eternidad, en un trono junto a su Hijo. Tiene, entre todos los santos, el mayor poder de intercesión ante su Hijo por ser la que más cerca está de Él.

La Iglesia la proclama Señora y Reina de los ángeles y de los santos, de los patriarcas y de los profetas, de los apóstoles y de los mártires, de los confesores y de las vírgenes. Es Reina del Cielo y de la Tierra, gloriosa y digna Reina del Universo, a quien podemos invocar día y noche, no sólo con el dulce nombre de Madre, sino también con el de Reina, como la saludan en el cielo con alegría y amor los ángeles y todos los santos.

La realeza de María no es un dogma de fe, pero es una verdad del cristianismo. Esta fiesta se celebra, no para introducir novedad alguna, sino para que brille a los ojos del mundo una verdad capaz de traer remedio a sus males.

IMÁGENES DE SANTA MARÍA REINA - 22 DE AGOSTO















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