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lunes, 5 de octubre de 2020
7 DATOS QUE DEBES CONOCER SOBRE EL SENTIDO Y LOS EFECTOS DEL REZO DEL ROSARIO
EL EVANGELIO DE HOY LUNES 5 DE OCTUBRE DEL 2020 - LECTURAS DEL TÉMPORAS DE PETICIÓN Y ACCIÓN DE GRACIAS
Vigésimo séptima semana del Tiempo Ordinario
Lunes 5 de Octubre del 2020
Lecturas del día:
Primera lectura
Gálatas 1:6-12
6 Me maravillo de que abandonando al que os llamó por la gracia de Cristo, os paséis tan pronto a otro evangelio
7 - no que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren deformar el Evangelio de Cristo -.
8 Pero aun cuando nosotros mismos o un ángel del cielo os anunciara un evangelio distinto del que os hemos anunciado, ¡sea anatema!
9 Como lo tenemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os anuncia un evangelio distinto del que habéis recibido, ¡sea anatema!
10 Porque ¿busco yo ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O es que intento agradar a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo.
11 Porque os hago saber, hermanos, que el Evangelio anunciado por mí, no es de orden humano,
12 pues yo no lo recibí ni aprendí de hombre alguno, sino por revelación de Jesucristo.
Salmo responsorial
Salmo 111:1-2, 7-10
1 ¡Aleluya! Doy gracias a Yahveh de todo corazón, en el consejo de los justos y en la comunidad.
2 Grandes son las obras de Yahveh, meditadas por los que en ellas se complacen.
7 Verdad y justicia, las obras de sus manos, leales todas sus ordenanzas,
8 afirmadas para siempre jamás, ejecutadas con verdad y rectitud.
9 Ha enviado redención a su pueblo, ha fijado para siempre su alianza; santo y temible es su nombre.
10 Principio del saber, el temor de Yahveh; muy cuerdos todos los que lo practican. Su alabanza por siempre permanece.
Evangelio
Lucas 10:25-37
25 Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: «Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia vida eterna?»
26 El le dijo: «¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?»
27 Respondió: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.»
28 Díjole entonces: «Bien has respondido. Haz eso y vivirás.»
29 Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?»
30 Jesús respondió: «Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto.
31 Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo.
32 De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo.
33 Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión;
34 y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él.
35 Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: "Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva."
36 ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?»
37 El dijo: «El que practicó la misericordia con él.» Díjole Jesús: «Vete y haz tú lo mismo.»
«¿Qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?»
Rev. P. Ivan LEVYTSKYY CSsR
(Lviv, Ucrania)
Hoy, el mensaje evangélico señala el camino de la vida: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, (…) y a tu prójimo como a ti mismo» (Lc 10,27). Y porque Dios nos ha amado primero, nos lleva a la unión con Él. La beata Teresa de Calcuta dice: «Nosotros necesitamos esta unión íntima con Dios en nuestra vida cotidiana. ¿Y cómo podemos conseguirla? A través de la oración». Estando en unión con Dios empezamos a experimentar que todo es posible con Él, incluso el amar al prójimo.
Alguien decía que el cristiano entra en la iglesia para amar a Dios y sale para amar al prójimo. El Papa Benedicto subraya que el programa del cristiano —el programa del buen samaritano, el programa de Jesús— es «un corazón que ve». ¡Ver y parar! En la parábola, dos personas ven al necesitado, pero no paran. Por esto Cristo reprochaba a los fariseos diciendo: «Tenéis ojos y no veis» (Mc 8,18). Al contrario, el samaritano ve y para, tiene compasión y así salva la vida al necesitado y a sí mismo.
Cuando el famoso arquitecto catalán Antonio Gaudí fue atropellado por un tranvía, algunas personas que estaban de paso no pararon para ayudar a aquel anciano herido. No llevaba documento alguno y por su aspecto parecía un mendigo. Seguramente que si la gente hubiese sabido quién era aquel prójimo, hubiese hecho cola para auxiliarlo.
Cuando practicamos el bien, pensamos que lo hacemos por el prójimo, pero realmente también lo hacemos por Cristo: «Os aseguro que todo lo que hicisteis por uno de los más pequeños de estos mis hermanos, a mi lo hicisteis» (Mt 25,40). Y mi prójimo, dice Benedicto XVI, es cualquiera que tenga necesidad de mí y que yo pueda ayudar. Si cada uno, al ver al prójimo en necesidad, se detuviera y se compadeciera de él una vez al día o a la semana, la crisis disminuiría y el mundo devendría mejor. «Nada nos asemeja tanto a Dios como las obras buenas» (San Gregorio de Nisa).
«El que practicó la misericordia con él»
Hno. Lluís SERRA i Llançana
(Roma, Italia)
Hoy, un maestro de la Ley plantea a Jesús una pregunta que quizás nos hemos formulado más de una vez: «¿Qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?» (Lc 10,25). Era una pregunta que iba con segundas, pues quería poner a prueba a Jesús. El maestro responde sabiamente lo que dice la Ley, es decir, amar a Dios y al prójimo como a uno mismo (cf. Lc 10,27). La clave es amar. Si buscamos la vida eterna, sabemos que «la fe y la esperanza pasarán, mientras que el amor no pasará nunca» (cf. 1Cor 13,13). Cualquier proyecto de vida y cualquier espiritualidad cuyo centro no sea el amor nos aleja del sentido de la existencia. Un punto de referencia importante es el amor a uno mismo, a menudo olvidado. Solamente podemos amar a Dios y al prójimo desde nuestra propia identidad.
El maestro de la Ley va más lejos todavía y pregunta a Jesús: «Y ¿quién es mi prójimo?» (Lc 10,29). La respuesta llega a través de un cuento, de una parábola, de una historia corta, sin formulaciones teóricas complicadas, pero con un gran contenido. El modelo de prójimo es un samaritano, es decir, un marginado, un excluido del pueblo de Dios. Un sacerdote y un levita pasan de largo al ver al hombre apaleado y malherido. Los que parecen estar más cerca de Dios (el sacerdote y el levita) son los que están más lejos del prójimo. El maestro de la Ley evita pronunciar la palabra "samaritano" para indicar a quien se comportó como prójimo del hombre malherido y dice: «El que practicó la misericordia con él» (Lc 10,37).
La propuesta de Jesús es clara: «Vete y haz tú lo mismo». No es la conclusión teórica del debate, sino la invitación a vivir la realidad del amor, el cual es mucho más que un sentimiento etéreo, pues se trata de un comportamiento que vence las discriminaciones sociales y que brota del corazón de la persona. San Juan de la Cruz nos recuerda que «al atardecer de la vida te examinarán del amor».
Lecturas del Témporas de petición y acción de gracias
Lunes, 5 de octubre de 2020
Primera lectura
Lectura del libro del Deuteronomio (8,7-18):
Habló Moisés al pueblo, diciendo: «Cuando el Señor, tu Dios, te introduzca en la tierra buena, tierra de torrentes, de fuentes y veneros que manan en el monte y la llanura, tierra de trigo y cebada, de viñas, higueras y granados, tierra de olivares y de miel, tierra en que no comerás tasado el pan, en que no carecerás de nada, tierra que lleva hierro en sus rocas, y de cuyos montes sacarás cobre, entonces comerás hasta hartarte, y bendecirás al Señor, tu Dios, por la tierra buena que te ha dado. Pero cuidado, no te olvides del Señor, tu Dios, siendo infiel a los preceptos, mandatos y decretos que yo te mando hoy. No sea que, cuando comas hasta hartarte, cuando te edifiques casas hermosas y las habites, cuando críen tus reses y ovejas, aumenten tu plata y tu oro, y abundes de todo, te vuelvas engreído y te olvides del Señor, tu Dios, que te sacó de Egipto, de la esclavitud, que te hizo recorrer aquel desierto inmenso y terrible, con dragones y alacranes, un sequedal sin una gota de agua, que sacó agua para ti de una roca de pedernal; que te alimentó en el desierto con un maná que no conocían tus padres, para afligirte y probarte, y para hacerte el bien al final. Y no digas: "Por mi fuerza y el poder de mi brazo me he creado estas riquezas." Acuérdate del Señor, tu Dios: que es él quien te da la fuerza para crearte estas riquezas, y así mantiene la promesa que hizo a tus padres, como lo hace hoy.»
Palabra de Dios
Salmo
1Cro 29,10.11abc.11d-12a.12bcd
R/. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder
Bendito eres, Señor,
Dios de nuestro padre Israel,
por los siglos de los siglos. R/.
Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder,
la gloria, el esplendor, la majestad,
porque tuyo es cuanto hay en cielo y tierra. R/.
Tú eres rey y soberano de todo.
De ti viene la riqueza y la gloria. R/.
Tú eres Señor del universo,
en tu mano está el poder y la fuerza,
tú engrandeces y confortas a todos. R/.
Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios (5,17-21):
El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado. Todo esto viene de Dios, que por medio de Cristo nos reconcilió consigo y nos encargó el ministerio de la reconciliación. Es decir, Dios mismo estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo, sin pedirle cuentas de sus pecados, y a nosotros nos ha confiado la palabra de la reconciliación. Por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es corno si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios.
Palabra de Dios
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (7,7-11):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden!»
Palabra del Señor
Acuérdate del Señor, tu Dios
Las témporas son días de acción de gracias y de petición que la comunidad cristiana ofrece a Dios terminadas las vacaciones y la recolección de las cosechas al reemprender la actividad habitual. Se celebrarán, al menos, el día 5 de octubre (o el 6 cuando el día 5 sea domingo) y se extenderán laudablemente a otros dos días de la misma semana, siempre que sea posible. (Texto del Misal Romano)
En este día predomina el agradecimiento y cantamos y salmodiamos para nuestro Dios, dando gracias por todos los beneficios que recibimos en nombre de su Hijo Jesucristo y junto al salmista decimos: “tuyos son señor la grandeza y el poder, la gloria, el esplendor, la majestad, el cielo, la tierra”.
Nos presenta la liturgia de este día el capítulo 8 del libro del Deuteronomio, afirmando que Dios da la fuerza para crearnos las riquezas. Los versículos que leemos en este día hablan de un diálogo de Dios con Moisés sobre las tentaciones de la tierra prometida. Dios Todopoderoso crea todo con su palabra, Dios da a los israelitas los mandamientos que salen de su boca y como su creador desea que no los olvidemos siendo infieles a sus preceptos, mandatos y decretos.
Es día de Acción de Gracias y el libro del Deuteronomio nos lo recuerda para no vanagloriarnos en nuestras fuerzas; porque nuestras riquezas no vienen de nosotros mismos nos pide el autor que nos acordemos del Señor, que nos da la fuerza para crearnos las riquezas y mantiene las promesas que hizo a nuestros antepasados y que sigue manteniéndolas ahora y siempre.
Y además nos presenta un extracto de la segunda carta del apóstol San Pablo a los Corintios que habla de la reconciliación con Dios; dice textualmente “que Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo”. Es un día también para recordar a quienes en la tierra nos reconcilian con Dios, porque San Pablo le dice a la comunidad de Corinto: “a nosotros se nos ha confiado el mensaje de la reconciliación, nosotros actuamos como enviados de Dios, por nosotros Dios mismo nos reconcilia con Él, nosotros somos enviados de Cristo, por nosotros se recibe la salvación de Dios”; un pensamiento para el ministerio del sacerdocio, un servicio del que nos beneficiamos nosotros cuando pecamos; cuando nos alejamos de Dios el mismo sacerdote actúa como enviado de Cristo y es Jesús mismo quién expía nuestros pecados y nosotros unidos a Él recibimos la salvación. Este extracto epistolar trata del ejercicio del ministerio apostólico, al tiempo que hace una comparación entre la nueva creación y las cosas antiguas, pues el hombre nuevo es creado por Cristo, para una vida nueva, una vida de justicia y de santidad. Nos exhorta el apóstol diciendo que somos criaturas nuevas.
Motivos no faltan para dar gracias a nuestro Dios, a nuestro Padre del cielo, por su grandeza y su poder, por su reinado de misericordia, por su soberanía sobre todas las cosas, por su riqueza, por su gloria, por su fuerza. Gracias a quienes hacen presente a Jesús en la tierra, gracias a quienes engrandecen nuestra alma, a quienes nos confortan en todo momento, a quienes nos auxilian en cada circunstancia.
Pedid y recibiréis
El evangelista San Mateo se dirige a los judíos para explicarles la eficacia de la oración. Estos versículos hablan de petición, de donación, de búsqueda, de encuentro, de llamada, de apertura, de recibimiento. Cuando oramos hacemos peticiones y deseamos recibir lo que pedimos. El texto hace una ligera comparación entre la bondad y la maldad de los seres humanos para afirmar que Dios, que es bueno, da cosas buenas a sus hijos.
El Señor, lleno de amor, nos da una tierra fértil y nosotros con agradecimiento le pedimos que nos ayude a descubrir que con su ayuda somos capaces de crear nuestras propias riquezas. Llamados a ser tierra buena, tierra llena de alegría, de amor, de paz, en un mundo donde nos rodea la tierra mala, la tristeza, el desamor, la guerra; si respondemos a esta llamada y pedimos ayuda al Señor, nos concede lo que pedimos porque lo hacemos de corazón, y sobre todo porque Dios lleno de misericordia nos lo concede al pedirlo de corazón.
Monjas Dominicas Contemplativas
Monjas Dominicas Contemplativas
Monasterio Stma. Trinidad y Sta. Lucía (Orihuela)
ORACIÓN PARA PEDIR LA INTERCESIÓN DE SANTA FAUSTINA KOWALSKA
Oración para implorar la gracia de Dios por
intercesión de Santa Faustina Kowalska
Oh Jesús, que hiciste de santa Faustina
una gran devota de tu infinita misericordia,
concédeme por su intercesión,
si fuese esto conforme a tu santísima voluntad.
Yo, pecador, no soy digno de tu misericordia,
pero dígnate mirar el espíritu de entrega
y sacrificio de Sor Faustina
y recompensa sus virtudes atendiendo las súplicas
que a través de ella te presento confiando en Ti
Padre nuestro..., Ave María..., Gloria al Padre...
HOY CELEBRAMOS A SANTA FAUSTINA KOWALSKA, APÓSTOL DE LA DIVINA MISERICORDIA, 5 DE OCTUBRE
Faustina Kowalska, Santa
Apóstol de la Divina Misericordia, 5 de octubre
Por: Sinda Miranda | Fuente: Catholic.net
Apóstol de la Divina Misericordia
Martirologio Romano: En Cracovia, en Polonia, santa María Faustina (Elena) Kowalska, virgen de las Hermanas de la Bienaventurada Virgen María de la Misericordia, solícita de anunciar el misterio de la divina misericordia (1938).
Fecha de beatificación: 18 de abril de 1993 por S.S. Juan Pablo II
Fecha de canonización: 30 de abril de 2000 también por el Papa Juan Pablo II.
Breve Biografía
Sor Faustina nació en el año 1905 en la aldea de Glogowiec, cerca de Lodz, como la tercera de diez hermanos en la familia de Kowalski. Desde pequeña se destacó por el amor a la oración, laboriosidad, obediencia y sensibilidad ante la pobreza humana. Su educación escolar duró apenas tres años. Al cumplir 16 años abandonó la casa familiar para trabajar de empleada doméstica en casas de familias acomodadas. A los 20 años entró en la Congregación de las Hermanas de la Madre de Dios de la Misericordia, donde como Sor María Faustina vivió 13 años cumpliendo los deberes de cocinera, jardinera y portera. Su vida, aparentemente ordinaria, monótona y gris, se caracterizó por la extraordinaria profundidad de su unión con Dios. Desde niña había deseado ser una gran santa y, en consecuencia, caminó hacia este fin colaborando con Jesús en la obra de salvar a las almas perdidas, hasta ofrecerse como sacrificio por los pecadores. Los años de su vida conventual estuvieron marcados, pues, por el estigma del sufrimiento y las extraordinarias gracias místicas.
La misión de sor Faustina consiste en 3 tareas:
Acercar y proclamar al mundo la verdad revelada en la Sagrada Escritura sobre el amor misericordioso de Dios a cada persona.
Alcanzar la misericordia de Dios para el mundo entero, y especialmente para los pecadores, por ejemplo a través de la práctica de las nuevas formas de culto a la Divina Misericordia, presentadas por el Señor Jesús: la imagen de la Divina Misericordia con la inscripción: Jesús, en ti confío, la fiesta de la Divina Misericordia, el primer domingo después de la Pascua de Resurrección, la coronilla a la Divina Misericordia y la oración a la hora de la Misericordia (las tres de la tarde). A estas formas de la devoción y a la propagación del culto a la Divina Misericordia el Señor Jesús vinculó grandes promesas bajo la condición de confiar en Dios y practicar el amor activo hacia el prójimo.
La tercera tarea es inspirar un movimiento apostólico de la Divina Misericordia que ha de proclamar y alcanzar la misericordia de Dios para el mundo y aspirar a la perfección cristiana siguiendo el camino trazado por la beata sor María Faustina. Este camino es la actitud de confianza de niño hacia Dios que se expresa en cumplir su voluntad y la postura de caridad hacia el prójimo. Actualmente este movimiento dentro de la Iglesia abarca a millones de personas en el mundo entero: congregaciones religiosas, institutos laicos, sacerdotes, hermandades, asociaciones, distintas comunidades de apóstoles de la Divina Misericordia y personas no congregadas que se comprometen a cumplir las tareas que el Señor Jesús transmitió por sor María Faustina.
Sor María Faustina manifestó su misión en el Diario que escribió por mandato del Señor Jesús y de los confesores. Registró en él con fidelidad todo lo que Jesús le pidió y describió todos los encuentros de su alma con Él. Secretaria de mi más profundo misterio ‹dijo el Señor Jesús a sor María Faustina‹ tu misión es la de escribir todo lo que te hago conocer sobre mi misericordia para el provecho de aquellos que leyendo estos escritos, encontrarán en sus almas consuelo y adquirirán valor para acercarse a mí (Diario 1693). Esta obra acerca de modo extraordinario el misterio de la misericordia Divina. Atrae no solamente a la gente sencilla sino también a científicos que descubren en ella un frente más para sus investigaciones. El Diario ha sido traducido a muchos idiomas,por citar algunos: inglés, alemán, italiano, español, francés, portugués, árabe, ruso, húngaro, checo y eslovaco.
El 18 de abril de 1993 el Papa Juan Pablo II beatificó a nuestra Sor Faustina Kowalska en la Basílica de San Pedro en Roma. Fue en el primer domingo de Pascua, en el cual, según el pedido expreso de Jesús a Sor Faustina, debía celebrarse la Fiesta de la Misericordia. Y la beatificó precisamente Juan Pablo II, quien siendo aún arzobispo de Cracovia, llevó adelante el proceso arquidiocesano como paso previo a los procesos romanos.
El 30 de abril de 2000, el Santo Padre Juan Pablo II, canonizó a Sor Faustina, en la Basílica de San Pedro, frente a 200.000 devotos de la Divina Misericordia.