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viernes, 20 de octubre de 2017
QUIERES UNA FAMILIA UNIDAD Y SALUDABLE? 13 TRADICIONES CATÓLICAS QUE PUEDEN AYUDAR
¿Quieres una familia unida y saludable? Estas 13 tradiciones católicas pueden ayudar
(ACI/EWTN Noticias).- El Arzobispo de Nueva York (Estados Unidos), Cardenal Timothy Dolan, alentó a recuperar una serie de “ricas tradiciones” muchas veces olvidadas por los católicos, y que considera “poderosamente providenciales para mantener a las familias unidas, fuertes, saludables y santas”.
En una publicación en su blog, titulada “Nuestras bellas tradiciones católicas”, el Cardenal Dolan dijo que “nosotros en la Iglesia tenemos un tesoro de actos de oración y devoción, simples, caseros, probados que mantienen fuertes a los matrimonios y las familias, enamorados y cerca de Dios”.
El problema, advirtió, es que hemos olvidado y no ponemos en práctica muchas de estas tradiciones.
“Necesitamos toda la ayuda posible en estos días de tensión, confusión y desafío en la vida matrimonial y en la familia”, señaló.
Estas son las 13 tradiciones que recomienda recuperar el Arzobispo de Nueva York, aunque aseguró que “pueden ciertamente añadir (más) a la lista”:
1. Celebraciones alegres pero sencillas de bautismos, primeras comuniones, confirmaciones, matrimonios y aniversarios de matrimonio.
2. Adorar a Dios fielmente juntos como una familia en la Misa dominical, y preservar los regalos de tiempo de calidad y una comida juntos, al menos en el Día del Señor, si no se puede más a menudo durante la semana.
3. Tener agua bendita, crucifijo, Biblia e imágenes de Jesús, María y los santos en nuestras casas.
4. Una verdadera celebración del Adviento, mientras nos preparamos a celebrar el nacimiento de Jesús.
5. Una atención especial a la preparación del pesebre de Navidad en la casa.
6. El cumplimiento en familia de la Cuaresma, especialmente a través de prácticas penitenciales comunes, mayor compasión por los pobres, enfermos y necesitados, y acercamiento como familia al sacramento de la reconciliación.
7. Dar a los niños nombres bíblicos y cristianos.
8. Tomar con mucha seriedad los deberes de los padrinos en el bautismo y la confirmación.
9. Pedir a un sacerdote que bendiga un nuevo hogar.
10. Peregrinaciones familiares.
11. Reunirse en torno a familiares que están enfermos y moribundos, y unirse en la fe en el momento de la muerte y el entierro.
12. Recordar a los padres y a los miembros de la familia en la Misa, en el aniversario de su muerte.
13. Pedir la bendición de los padres expectantes y la intercesión especial para parejas que luchan por concebir un bebé.
SOMOS HIPÓCRITAS O SERVIDORES?
¿Somos hipócritas o servidores?
Este discurso de Jesús se dirige a los cristianos de todos los tiempos. Se dirige a las autoridades de la Iglesia y se dirige igualmente a cada uno de nosotros.
Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Retiros y homilías del Padre Nicolás Schwizer
En las Sagradas Escrituras, frecuentemente, Jesús ataca a los escribas y fariseos. Invita a los suyos a hacer y cumplir lo que enseñan, pero no imitarlos en su conducta. Son críticas duras que les hace a los dirigentes espirituales de su pueblo. En concreto les echa en cara lo siguiente:
1. No cumplen lo que enseñan
2. Imponen cargas pesadas a la gente, pero ellos ni las tocan
3. Quieren aparentar ante los demás
4. Buscan los primeros puestos y los saludos en las plazas
Ahora, uno podría pensar que estas actitudes fueron propias de esta gente y que con su muerte se acabaron. Lastimosamente no es así. Este discurso de Jesús se dirige, por eso, también a los cristianos de todos los tiempos. Se dirige a las autoridades de la Iglesia y se dirige igualmente a cada uno de nosotros.
Porque los fariseos no son una categoría de personas. Se trata, más bien, de una categoría del espíritu de una postura interior. Es un bacilo siempre dispuesto a infectar nuestra vida religiosa.
Todos somos fariseos:
a. Cuando reducimos la religión a una cuestión de prácticas espirituales, a un legalismo estéril;
b. Cuando pretendemos llegar a Dios dejando de lado al prójimo;
c. Cuando nos preocupamos más de “parecer” que de “ser”;
d. Cuando nos consideramos mejores que los demás.
Toda esta plaga tiene un único y solo nombre: hipocresía. Por eso, con toda justicia, fariseísmo se ha convertido para nosotros en sinónimo de hipocresía.
Los hipócritas tienen una “doble cara”, una vuelta hacia Dios y la otra hacia los demás. Y, sin duda, la cara que mira a Dios es horrible, espantosa.
Para Cristo, la ley no era un ídolo, sino que era un medio. Tenía la tarea de empujar al hombre hacia adelante, de ayudarle para crecer.
El desafío que hoy nos presenta Jesús es, entonces: amor o hipocresía. Porque amar significa servir. Quien ama realmente, sirve a los demás, se entrega a los hermanos.
Es la actitud de Cristo. Toda su vida en esta tierra no fue sino un servicio permanente a los demás. Y al final entrega hasta su vida por nosotros, para liberarnos y salvarnos.
Y es también la actitud de María. En la hora de la Anunciación se proclama la esclava del Señor. Nosotros muchas veces creemos que estamos sirviendo a Dios porque le rezamos una oración o cumplimos una promesa. Miremos a María: Ella le entrega toda su vida, para cumplir la tarea que Dios le encomienda por medio del ángel. Cambia en el acto todos sus planes y proyectos, se olvida completamente de sus propios intereses.
Lo mismo le pasa con Isabel. Sabe que su prima va a tener un hijo y parte en seguida, a pesar del largo camino de unos cien kilómetros. No busca pretextos por estar encinta y no poder arriesgar un viaje tan largo. Y se queda tres meses con ella, sirviéndola hasta el nacimiento de Juan Bautista.
Hace todo esto, porque sabe que en el Reino de Dios los primeros son los que saben convertirse en servidores de todos. Cuando el ángel le anuncia que Ella será Madre de Dios, entonces María comprende que esta vocación le exige convertirse en la primera servidora de Dios y de los hombres.
Pidamos a Jesús y a María que nos regalen ese espíritu de servicio desinteresado y generoso, que ellos han vivido tan ejemplarmente. Sólo con ese espíritu podremos enfrentar los desafíos del mundo de hoy. Sólo con ese espíritu podremos ser instrumentos aptos para construir un mundo nuevo.
Preguntas para la reflexión
1. ¿En qué grupo estoy, hipócritas o servidores?
2. ¿Cómo podemos servir a los demás?
3. ¿Qué actitud de María puedo adoptar?
LOS CINCO MINUTOS DE MARÍA, 20 OCTUBRE
Los cinco minutos de María
Octubre 20
Fíjate en la vida de la Virgen María; ella nunca se quejó de que su divino Hijo hubiera tenido que nacer en una cueva y ser acostado en un pesebre, ni de que ella tuviera que vivir como una de las más pobres mujeres de Israel. No se quejó por ver a su Hijo Jesús perseguido por las autoridades y aun condenado a muerte y crucificado para salvar a los hombres.
María aceptó plenamente el plan de Dios, aunque para ella fuera dolorosísimo y humillante. Aceptemos nosotros en todo la voluntad de Dios.
Madre y Señora nuestra, enséñanos a rezar de corazón: “hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”.
* P. Alfonso Milagro
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