domingo, 10 de junio de 2018

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 10 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
10 junio



Mi yugo es suave y mi carga liviana. Jesús nos invita a tomar su yugo y en realidad nadie puede ir a Jesucristo, ni seguirlo como discípulo suyo, si no acepta y cumple sus mandamientos, si no obedece a sus palabras.

El dogma y la moral, la doctrina y los mandamientos son inseparables; no basta creer, para salvarse: es preciso cumplir la voluntad del Padre celestial expresada en sus mandamientos.

En repetidas ocasiones Jesús manifestó que el camino del cielo era difícil, de renunciamientos, que la vida del hombre es una continua lucha y que la puerta del cielo es angosta; en cambio ahora nos advierte que todo eso se puede convertir en algo suave y fácil, siempre que lo hagamos con él, ayudados por él.


P. Alfonso Milagro

LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS, 9 JUNIO


LOS CINCO MINUTOS DE JESÚS
9 junio




El Señor ofrece paz y sosiego a cuantos se hallan oprimidos por las angustias de la vida. El pecado ha sido la causa de todas las aflicciones, de todas las tristezas y de todas las lágrimas.

Si te examinas con detención, llegarás a constatar que siempre que te has visto agobiado por el dolor y la amargura, ello obedecía a algún pecado previamente cometido.

El Corazón compasivo de Jesucristo te ofrece el descanso para todas tus penas. Aquellas palabras de Jesús -Vengan a mí- van dirigidas a todos sin excepción, a todos los que sufren, y son las palabras que prometen el más real consuelo para nuestras penas y el alivio más eficaz para nuestros trabajos.


P. Alfonso Milagro

IMÁGENES DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA







FIESTA DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA, 9 JUNIO



Inmaculado Corazón de María




María, Madre de Jesús y nuestra, nos señala hoy su Inmaculado Corazón. Un corazón que arde de amor divino, que rodeado de rosas blancas nos muestra su pureza total y que atravesado por una espada nos invita a vivir el sendero del dolor-alegría.

La Fiesta de su Inmaculado Corazón nos remite de manera directa y misteriosa al Sagrado Corazón de Jesús. Y es que en María todo nos dirige a su Hijo. Los Corazones de Jesús y María están maravillosamente unidos en el tiempo y la eternidad...

La Iglesia nos enseña que el modo más seguro de llegar a Jesús es por medio de su Madre.

Por ello, nos consagramos al Corazón de Jesús por medio del Corazón de María. Esto se hace evidente en la liturgia, al celebrar ambas fiestas de manera consecutiva, viernes y sábado respectivamente, en la semana siguiente al domingo del Corpus Christi.

Santa María, Mediadora de todas las gracias, nos invita a confiar en su amor maternal, a dirigir nuestras plegarias pidiéndole a su Inmaculado Corazón que nos ayude a conformarnos con su Hijo Jesús.

Venerar su Inmaculado Corazón significa, pues, no sólo reverenciar el corazón físico sino también su persona como fuente y fundamento de todas sus virtudes. Veneramos expresamente su Corazón como símbolo de su amor a Dios y a los demás.

El Corazón de Nuestra Madre nos muestra claramente la respuesta a los impulsos de sus dinamismos fundamentales, percibidos, por su profunda pureza, en el auténtico sentido. Al escoger los caminos concretos entre la variedad de las posibilidades, que como a toda persona se le ofrece, María, preservada de toda mancha por la gracia, responde ejemplar y rectamente a la dirección de tales dinamismos, precisamente según la orientación en ellos impresa por el Plan de Dios.

Ella, quien atesoraba y meditaba todos los signos de Dios en su Corazón, nos llama a esforzarnos por conocer nuestro propio corazón, es decir la realidad profunda de nuestro ser, aquel misterioso núcleo donde encontramos la huella divina que exige el encuentro pleno con Dios Amor.

ACTO DE CONSAGRACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


Acto de Consagración al Inmaculado Corazón de María



"Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía,
yo me ofrezco enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma,
mis pensamientos y mis acciones.

Quiero ser como tu quieres que sea,
hacer lo que tu quieres que haga.
No temo, pues siempre estas conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús,
con todo mi corazón y sobre todas las cosas.

Pon mi mano en la tuya para que este siempre contigo."

Amén

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 10 JUNIO


Nardo del 10 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, modelo de virtudes sos!

Meditación: Jesús, que desde pequeño fuiste perfecto, que corrías y cantabas dando al mundo esperanza, pues ya se acercaba la Primera Santa Pascua. La Luz del Sol se ocultaba en Tu interior, cubierta con pétalos de humildad y obediencia al Creador. ¿Por qué no entendemos los hombres que tenemos que imitarte, que es un honor llevar Tu imagen, y que debemos dejarnos modelar por Tus Benditas Manos de Carpintero, para llegar a ser a semejanza de Nuestro Maestro?. ¡Qué honor el nuestro!. Pero qué bajo que caemos, pues cuan pocos son los que quieren ser como Cristo, Nuestro Rey Divino. Cambiemos nuestro pobre corazón por Su Sagrado Corazón, sabiendo que recibiremos todos los gozos, pues así el Señor habitará en nosotros, y tendremos la dicha de participar en la Santa Llaga, pues la humanidad hoy le clava nuevamente en Su Sagrado Corazón la lanza.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Leamos la Santa Palabra para conocer más profundamente cómo es Nuestro Señor, y así llegar a ser Su imitación.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

NARDOS AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, 9 JUNIO


Nardo del 9 de Junio
¡Oh Sagrado Corazón, fuente inagotable de amor!

Meditación: Jesús tanto nos amó que no sólo hasta Su última gota de Sangre derramó, obedeciendo la Voluntad del Padre que lo envió, sino que también desde la Cruz nos dejó a Su Santísima Madre, a la más Bella Mujer que jamás existiría, para que sea nuestra guía. En Pentecostés, Ella, confirmando su apostolado, está reunida con los discípulos esperando la venida del Paráclito, cumpliendo así con lo señalado por su Divino Hijo. Así la Criatura más Perfecta, la Inmaculada, la Llena de Gracia, se convierte en Madre de la Iglesia, participando del misterio de la Corredención. Ella ve con dolor y con amor todas las asechanzas, tropiezos y persecuciones que el enemigo prepara frente a nosotros, interponiéndose para nuestra protección como la Mujer Vestida de Sol, y señalando el camino del regreso de Cristo.

Jaculatoria: ¡Enamorándome de Ti, mi Amado Jesús!

¡Oh Amadísimo, Oh Piadosísimo Sagrado Corazón de Jesús!, dame Tu Luz, enciende en mí el ardor del Amor, que sos Vos, y haz que cada Latido sea guardado en el Sagrario, para que yo pueda rescatarlo al buscarlo en el Pan Sagrado, y de este modo vivas en mí y te pueda decir siempre si. Amén.

Florecilla: Recemos el Rosario a la Santísima Virgen, para que sea nuestra protectora y nuestra guía.

Oración: Diez Padre Nuestros, un Ave María y un Gloria.

EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO 10 DE JUNIO 2018


Lecturas de hoy Domingo X del Tiempo Ordinario - Ciclo B
Hoy, domingo, 10 de junio de 2018



Primera lectura
Lectura del libro del Génesis. [Gén 39-15]

CUANDO Adán comió del árbol, el Señor Dios lo llamó y le dijo:
«¿Dónde estás?».
Él contestó:
«Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo, y me escondí».
El Señor Dios le replicó:
«¿Quién te informó de que estabas desnudo?, ¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?».
Adán respondió:
«La mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí».
El Señor Dios dijo a la mujer:
«¿Qué has hecho?».
La mujer respondió:
«La serpiente me sedujo y comí».
El Señor Dios dijo a la serpiente:
«Por haber hecho eso, maldita tú
entre todo el ganado y todas las fieras del campo;
te arrastrarás sobre el vientre
y comerás polvo toda tu vida;
pongo hostilidad entre ti y la mujer,
entre tu descendencia y su descendencia;
esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón».

Palabra de Dios.


Salmo
Salmo responsorial: Sal 129, 1b-2. 3-4. 5-7ab. 7cd-8 (R/.: 7cd)

R/. Del Señor viene la misericordia, la redención copiosa.

V/. Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi Voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R/.

V/. Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes temor. R/.

V/. Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R/.

V/. Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R/.


Segunda lectura
Lectura de la segunda carta del apóstol san Pablo a los Corintios. 
[2 Cor 4, 13 — 5, 1]

HERMANOS:
Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: «Creí, por eso hablé», también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también nos resucitará a nosotros con Jesús y nos presentará con vosotros ante él.
Pues todo esto es para vuestro bien, a fin de que cuantos más reciban la gracia, mayor sea el agradecimiento, para gloria de Dios.
Por eso, no nos acobardamos, sino que, aun cuando nuestro hombre exterior se vaya desmoronando, nuestro hombre interior se va renovando día a día.
Pues la leve tribulación presente nos proporciona una inmensa e incalculable carga de gloria, ya que no nos fijamos en lo que se ve, sino en lo que no se ve; en efecto, lo que se ve es transitorio; lo que no se ve es eterno.
Porque sabemos que si se destruye esta nuestra morada terrena, tenemos un sólido edificio que viene de Dios, una morada que no ha sido construida por manos humanas, es eterna y está en los cielos.

Palabra de Dios.


Evangelio de hoy


Lectura del santo Evangelio según san Marcos. [Mc 3, 20-35]

EN aquel tiempo, Jesús llegó a casa con sus discípulos y de nuevo se juntó tanta gente que no los dejaban ni comer. Al enterarse su familia, vinieron a llevárselo, porque se decía que estaba fuera de sí.
Y los escribas que habían bajado de Jerusalén decían:
«Tiene dentro a Belzebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios».
El los invitó a acercarse y les hablaba en parábolas:
«¿Cómo va a echar Satanás a Satanás? Un reino dividido internamente no puede subsistir; una familia dividida no puede subsistir. Si Satanás se rebela contra sí mismo, para hacerse la guerra, no puede subsistir, está perdido. Nadie puede meterse en casa de un hombre forzudo para arramblar con su ajuar, si primero no lo ata; entonces podrá arramblar con la casa.
En verdad os digo, todo se les podrá perdonar a los hombres: los pecados y cualquier blasfemia que digan; pero el que blasfeme contra el Espíritu Santo no tendrá perdón jamás, cargará con su pecado para siempre».
Se refería a los que decían que tenía dentro un espíritu inmundo.
Llegan su madre y sus hermanos y, desde fuera, lo mandaron llamar.
La gente que tenía sentada alrededor le dice:
«Mira, tu madre y tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan».
Él les pregunta:
«Quiénes son mi madre y mis hermanos?».
Y mirando a los que estaban sentados alrededor, dice:
«Estos son mi madre y mis hermanos. El que haga la voluntad de Dios, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre».

Palabra del Señor.



Comentario al Evangelio de hoy domingo, 10 de junio de 2018
Fernando Torres cmf


El Espíritu de la libertad

      Jesús es un hombre radicalmente libre. Lo manifestó paso a paso en su vida. Y también en la forma que tuvo de enfrentarse a su propia muerte. Hoy nuestro mundo tiene también sed de libertad. Los pueblos se quieren liberar de la opresión, la que viene de sus propios gobernantes y la que viene del dominio de otros pueblos. Los jóvenes quieren librarse de la autoridad de sus padres para poder hacer su voluntad. Cualquier forma de autoritarismo es socialmente mal vista. La consigna de la libertad es de las pocas que son todavía capaces de conseguir que gentes de todas clases e ideologías salgan a la calle y se manifiesten en defensa del derecho sagrado de la libertad. 

      Pero ser libre sigue siendo una aventura difícil, un camino arriesgado. Significa asumir la responsabilidad de tomar las riendas de la propia vida. Implica asumir también los errores sin buscar excusas, sin echar la culpa a los otros. Eso es difícil. Eso cuesta. La primera lectura es un ejemplo clarísimo de que no se nace libre sino que se aprende a ser libre con esfuerzo. Adán y Eva no supieron asumir su propia responsabilidad. Lo único que hacen es echar la culpa a otro. El castigo le tocó a la serpiente porque ya no tenía a nadie a quien echar la culpa. Por el contrario, el Evangelio pone de manifiesto la soberana libertad de Jesús. Para defender su propia opción no tiene miedo a enfrentarse no sólo a la sociedad sino a su propia familia. Se siente libre de los lazos sociales y de los lazos familiares. Hasta tal punto que declara que su familia no es la de la sangre sino la de los que obedecen la voluntad de Dios. Y Dios no tiene otra voluntad que nuestra salvación y nuestra libertad. Porque “para ser libres nos liberó el Señor” (Ga 5,1). Esa libertad le llevó a Jesús al enfrentamiento con la sociedad de su tiempo. Le llevó a la muerte. Pero no renunció a ella por la vida. Jesús dijo con su vida aquello de “antes muerto que arrodillado”. Le pudieron quitar la vida pero no la libertad. 

      El pecado mayor de que habla Jesús en el Evangelio no es otro que la renuncia a la libertad. La libertad es el don mayor que Dios nos ha regalado. Renunciar a él significa renunciar a ser hijos, renunciar a ser personas. Hoy el Evangelio nos invita a seguir nuestro camino. Seguir a Jesús no es otra cosa que vivir a fondo nuestra libertad y tomar nuestras decisiones conscientes de que no hay más que una realidad: que todos somos hermanos y hermanas, hijos del mismo Padre. Y asumir la responsabilidad de nuestras acciones que deben orientarse a construir fraternidad y no a destruirla. Porque la gloria de Dios no es sino el bien del hombre. Esa es la voluntad de Dios. Ese es el mensaje que Pablo predicó siempre: liberarnos de todas las opresiones para vivir en la libertad de los hijos. ¡Que nunca pequemos contra el Espíritu de la libertad!



Para la reflexión

      ¿Qué significa para mí la libertad? ¿Cuáles son las esclavitudes que me atan? ¿Asumo responsablemente las consecuencias de mis actos? ¿Pongo mi libertad al servicio de la fraternidad, de la libertad de los demás?

FELIZ DOMINGO




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