lunes, 3 de febrero de 2020

REINA Y MADRE, VIRGEN MARÍA


Reina y Madre
Padre Tomás Rodríguez Carbajo  


- Estos dos títulos que atribuimos a María, no se contradicen en su persona, sino que se complementan. Es Reina, porque es Madre.

- Cuando estos dos apelativos se lo aplicamos, primero solemos llamarla "Reina", realidad que confesamos no para vernos distante de Ella, sino para reconocer su magnificencia, a pesar de que su conducta siempre estuvo marcada por la sencillez y humildad.

- La grandeza, que profesamos de María, la vemos muy cercana a nosotros, cuando a continuación la invocamos como Madre. Sea cual sea la categoría de la madre, siempre está muy asequible a sus hijos.

- La maternidad divina de María es la base de la realeza, si la invocamos como Reina es que profesamos que es nuestra Madre, así lo manifestamos en el rezo de la Salve: "Dios te salve, Reina y Madre de misericordia..." Cuántas veces se le invoca a María como Reina y Madre!:
En la soledad de una ermita por la persona devota, que se acerca a aquel lugar como un refugio para su inquieta o ajetreada vida.
En las aglomeraciones de cristianos como despedida.
Es el "buenas noches" de monjes y monjas al retirarse a sus celdas después de la intensa vida diaria de trabajo y oración.


- Muchas son las imágenes que representan estos dos apelativos, que le corresponden a María, las que llevan en sus sienes una corona, un cetro en una mano y en la otra a su Hijo; algunas de estas imágenes ocupan el centro de atención de Santuarios o de retablos parroquiales.

- Qué sentido tiene la coronación de imágenes de María?. La fe y el amor de muchos devotos quieren manifestarlo, coronando a imágenes de su devoción con ricas coronas, conscientes de que con ello no añaden nada a las prerrogativas de las que goza María, pero al coronar sus imágenes materialmente con ello se quiere reconocer la realeza de la Madre y del Hijo, con la inseparable protección, que emana de su maternidad.

- Al coronarla, la queremos distinguir de entre todas las demás criaturas como bellamente nos lo manifestó el agustino palentino de nuestro siglo R. del Valle Ruiz en una cantiga en loor a María:
Virgen pura, entre todas elegida,
Reina del Cielo y gloria del Señor! 
Oh Madre del amor que da la vida!
Llévanos a la vida del amor.

- Muchísimas imágenes, sobre todo las patronas, ciñen sus sienes coronas más o menos ricas, pero todas ellas signo del amor de sus devotos, quienes se la obsequian a la Madre, no se olvidan de los hijos, tenemos el caso aleccionador de "La Corona de los Andes", tal vez la más valiosa de las que se posaron sobre una imagen mariana, cuenta con 450 esmeraldas colombianas, entre las que se encuentra la famosa "Atahualpa", que dice la leyenda perteneció al collar que llevaba el último rey de los incas, cuando fue capturado por Pizarro. Esta corona ceñía las sienes de la imagen de Ntra. Señora de la Asunción de la catedral de Popayán (Colombia), con permiso de Pio X en 1909 se vendió para con el dinero construir hospitales y orfelinatos.

- A las imágenes de María con corona o sin ella siempre se las venera, porque representan a la Madre.

- En el calendario litúrgico celebramos la fiesta de María, Madre de Dios el 1 de Enero, que es el origen de la maternidad espiritual para con nosotros, y la de María Reina el 22 de Agosto, que es la octava de la Asunción de María en cuerpo y alma al cielo.

PAPA FRANCISCO: LA VIDA CONSAGRADA ES EL GRAN TESORO DE LA IGLESIA


Papa Francisco: La vida consagrada es el gran tesoro de la Iglesia
Redacción ACI Prensa
 Foto: Vatican Media




El Papa Francisco señaló que la Jornada de la vida consagrada “recuerda el gran tesoro en la Iglesia de aquellos que siguen de cerca al Señor al profesar los consejos evangélicos” que son la pobreza, la castidad y la obediencia.

Así lo indicó el Santo Padre antes del rezo del Ángelus de este domingo 2 de febrero en que la Iglesia Universal celebra la Fiesta de la Presentación del Señor “cuando Jesús recién nacido fue presentado al templo por la Virgen María y San José.”, fecha en la que también es la Jornada Mundial de la Vida Consagrada.

Ante miles de fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, el Pontífice recordó que “cada persona bautizada ha recibido la vocación al anuncio -anunciar algo, anunciar a Jesús-, la vocación a la misión evangelizadora: ¡anunciar a Jesús”.

En esta línea, el Papa explicó que “las parroquias y las diversas comunidades eclesiales están llamadas a fomentar el compromiso de los jóvenes, las familias y los ancianos, para que todos puedan tener una experiencia cristiana, viviendo la vida y la misión de la Iglesia como protagonistas”.


Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de este domingo de San Lucas que relata cuando los padres de Jesús llevaron al Niño Jesús a Jerusalén para consagrarlo a Dios, el Santo Padre destacó el modelo de acogida y de donación de la vida de María y José y de Simeón y Ana quienes “no eran iguales, eran distintos, pero todos buscaban a Dios y se dejaban guiar por el Señor”.

En concreto, el Papa destacó que estos cuatro personajes muestran una actitud de “movimiento” y de “asombro”.

Acerca el movimiento, el Pontífice señaló que los cuatro protagonistas del pasaje del Evangelio “nos muestran que la vida cristiana requiere dinamismo y exige voluntad de caminar, dejándose guiar por el Espíritu Santo”.

“El inmovilismo no es adecuado para el testimonio cristiano y la misión de la Iglesia. El mundo necesita cristianos que se dejen mover, que nunca se cansen de caminar por las calles de la vida, para llevar a todos la consoladora palabra de Jesús”, advirtió.

En cambio, sobre la actitud del asombro, el Papa destacó que “María y José estaban asombrados por las cosas que se decía sobre Jesús”, mientras que Simeón vio con sus ojos que en el Niño Jesús se realizaba “la salvación realizada por Dios en favor de su pueblo: esa salvación que había estado esperando por años”.


Además, el Pontífice dijo que “Ana se puso a alabar a Dios y fue a indicar a Jesús a la gente” y añadió que fue “una santa que hablaba sobre cosas buenas, no sobre cosas feas” al ir con otras mujeres y mostrarles a Jesús.

“La capacidad de asombrarnos por las cosas que nos rodean favorece la experiencia religiosa y hace que el encuentro con el Señor sea fructífero. Por el contrario, la incapacidad de sorprendernos nos hace indiferentes y amplía las distancias entre el camino de la fe y la vida cotidiana”, explicó el Papa quien alentó a estar “siempre en movimiento y dejándonos abiertos al asombro”.

Por último, el Santo Padre rezó para “que la Virgen María nos ayude a contemplar todos los días en Jesús el don de Dios para nosotros, y que nos deje envolver por Él en el movimiento del don, con gozoso asombro, para que toda nuestra vida se convierta en una alabanza a Dios al servicio de nuestros hermanos”.

LECTURAS BÍBLICAS DE HOY LUNES 3 DE FEBRERO DE 2020


Lecturas de hoy Lunes de la 4ª semana del Tiempo Ordinario
Hoy, lunes, 3 de febrero de 2020



Primera lectura
Lectura del segundo libro de Samuel (15,13-14.30;16,5-13a):

En aquellos días, uno llevó esta noticia a David: «Los israelitas se han puesto de parte de Absalón.»
Entonces David dijo a los cortesanos que estaban con él en Jerusalén: «¡Ea, huyamos! Que, si se presenta Absalón, no nos dejará escapar. Salgamos a toda prisa, no sea que él se adelante, nos alcance y precipite la ruina sobre nosotros, y pase a cuchillo la población.»
David subió la cuesta de los Olivos; la subió llorando, la cabeza cubierta y los pies descalzos. Y todos sus compañeros llevaban cubierta la cabeza, y subían llorando. Al llegar el rey David a Bajurín, salió de allí uno de la familia de Saúl, llamado Semeí, hijo de Guerá, insultándolo según venía.
Y empezó a tirar piedras a David y a sus cortesanos –toda la gente y los militares iban a derecha e izquierda del rey–, y le maldecía: «¡Vete, vete, asesino, canalla! El Señor te paga la matanza de la familia de Saúl, cuyo trono has usurpado. El Señor ha entregado el reino a tu hijo Absalón, mientras tú has caído en desgracia, porque eres un asesino.»
Abisay, hijo de Seruyá, dijo al rey: «Ese perro muerto ¿se pone a maldecir a mi señor? iDéjame ir allá, y le corto la cabeza!»
Pero el rey dijo: «¡No os metáis en mis asuntos, hijos de Seruyá! Déjale que maldiga, que, si el Señor le ha mandado que maldiga a David, ¿quién va a pedirle cuentas?»
Luego dijo David a Abisay y a todos sus cortesanos: «Ya veis. Un hijo mío, salido de mis entrañas, intenta matarme, ¡y os extraña ese benjaminita! Dejadlo que me maldiga, porque se lo ha mandado el Señor. Quizá el Señor se fije en mi humillación y me pague con bendiciones estas maldiciones de hoy.»
David y los suyos siguieron su camino.

Palabra de Dios


Salmo
Sal 3,2-3.4-5.6-7

R/. Levántate, Señor, sálvame

Señor, cuántos son mis enemigos,
cuántos se levantan contra mí;
cuántos dicen de mí:
«Ya no lo protege Dios.» R/.

Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria,
tú mantienes alta mi cabeza.
Si grito, invocando al Señor,
él me escucha desde su monte santo. R/.

Puedo acostarme y dormir y despertar:
el Señor me sostiene.
No temeré al pueblo innumerable
que acampa a mi alrededor. R/.


Evangelio de hoy
Lectura del santo evangelio según san Marcos (5,1-20):

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la orilla del lago, en la región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, desde el cementerio, donde vivía en los sepulcros, un hombre, poseído de espíritu inmundo; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para domarlo. Se pasaba el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras.
Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó a voz en cuello: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Por Dios te lo pido, no me atormentes.»
Porque Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo, sal de este hombre.»
Jesús le preguntó: «¿Cómo te llamas?»
Él respondió: «Me llamo Legión, porque somos muchos.»
Y le rogaba con insistencia que no los expulsara de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos hozando en la falda del monte.
Los espíritus le rogaron: «Déjanos ir y meternos en los cerdos.»
Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al lago y se ahogó en el lago. Los porquerizos echaron a correr y dieron la noticia en el pueblo y en los cortijos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Se quedaron espantados. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su país. Mientras se embarcaba, el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia.»
El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

Palabra del Señor




Comentario al Evangelio de hoy lunes, 3 de febrero de 2020
Carlos Latorre, cmf


Queridos amigos:

Tenemos delante un texto del evangelio difícil de entender, pero hay detalles a tener en cuenta. Jesús y sus discípulos están en los alrededores del lago de Genesaret, y consiguen desembarcar en territorio pagano para depositar también allí la semilla liberadora del reino de Dios, que quiere llegar a todos los pueblos y naciones.

El encuentro inmediato con un endemoniado furioso e indómito, cuya morada estaba entre las tumbas, revela la situación del mundo al que Jesús ahora se enfrenta. Es un mundo perdido y bajo el signo de la muerte. Es además un mundo impuro, como sugiere la presencia de una piara de cerdos, considerados animales impuros por los judíos. ¿Podrá hacer algo Jesús?

La situación es difícil, pero el poder del Hijo de Dios supera infinitamente al poder de las fuerzas del mal. Dice el texto del evangelio de hoy: “ Los espíritus le rogaron: «Déjanos ir y meternos en los cerdos.» Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos”, que se precipitaron en el abismo del mar. El hombre quedó curado, recobró la paz interior y su dignidad como ser humano.

Esta liberación realizada por Jesús suscita el estupor no sólo de los presentes, sino también de nosotros que leemos hoy este acontecimiento. Y lo más importante es que este hombre tan extraño se encuentra con un Jesús lleno de poder y de amor. No se nos dice cómo se llamaba este enfermo, porque de alguna forma él representa a tantas personas que en su vida también se pueden sentir sometidos a poderes extraños que arruinan su vida.

El Papa Francisco comentando este caso recordaba que: “Todos nosotros hemos tenido en nuestra vida algún encuentro con Jesús, un encuentro verdadero en el que yo sentía que Jesús me miraba. No es una experiencia sólo para santos. Y si no recordamos, será bonito hacer un poco de memoria y pedir al Señor que nos dé la memoria, porque Él se acuerda, Él recuerda el encuentro ”.

Los evangelios nos presentan experiencias que cambiaron la vida de muchas personas: la samaritana, Natanael, Andrés y Pedro, el leproso, la mujer enferma desde hacía dieciocho años…

El Señor nos busca hoy también para tener un encuentro con cada uno de nosotros. Quizá lo olvidamos, perdemos la memoria hasta el punto de preguntarnos: "Pero ¿cuándo yo me encontré con Jesús o cuándo Jesús me sanó?". Cuánto tengo que agradecer al Señor por no haberse olvidado de mí. De bien nacidos es ser agradecidos. Gracias, Señor Jesús, porque tú siempre me ayudas, son las palabras que cada día tenemos que repetir.

Vuestro hermano en la fe.

Carlos Latorre

FELIZ SEMANA!!!




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