domingo, 6 de octubre de 2013

ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO


Oración a Nuestra Señora del Rosario

Nuestra Señora del Rosario:
En el silencio de este día
vengo a pedirte la paz, la sabiduría, la fortaleza.
Quiero mirar al mundo con ojos llenos de paz,
para ser paciente, comprensiva, dulce y buena.
Ver a tus hijos mas allá de las apariencias
como tu misma los ves.

Cierra mis oídos a toda calumnia
guarda mi lengua de toda maledicencia;
que solo los pensamientos que bendicen,
moren en mi espíritu.

Que sea tan benevolente y tan alegre,
que todos aquellos que se me aproximen,
sientan tu presencia.
Revísteme Madre Mía de tu belleza,
y que a lo largo de este día yo te revele.
Amén

NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO, ADVOCACIÓN MARIANA, 7 DE OCTUBRE

Autor: . | Fuente: Archidiócesis de Madrid
Nuestra Señora del Rosario
Advocación mariana, 7 de octubre
 
Nuestra Señora del Rosario
Fiesta



Martirologio Romano: Memoria de la santísima Virgen María del Rosario. En este día se pide la ayuda de la santa Madre de Dios por medio del Rosario o corona mariana, meditando los misterios de Cristo bajo la guía de aquélla que estuvo especialmente unida a la encarnación, pasión y resurrección del Hijo de Dios.

Cuenta la leyenda que la Virgen se apareció en 1208 a Santo Domingo de Guzmán en una capilla del monasterio de Prouilhe (Francia) con un rosario en las manos, le enseñó a rezarlo y le dijo que lo predicara entre los hombres; además, le ofreció diferentes promesas referentes al rosario. El santo se lo enseñó a los soldados liderados por su amigo Simón IV de Montfort antes de la Batalla de Muret, cuya victoria se atribuyó a la Virgen. Por ello, Montfort erigió la primera capilla dedicada a la imagen.

En el siglo XV su devoción había decaído, por lo que nuevamente la imagen se apareció al beato Alano de la Rupe, le pidió que la reviviera, que recogiera en un libro todos los milagros llevados a cabo por el rosario y le recordó las promesas que siglos atrás dio a Santo Domingo.

El rezo del Santo Rosario es una de las devociones más firmemente arraigada en el pueblo cristiano. Popularizó y extendió esta devoción el papa san Pío V en el día aniversario de la victoria obtenida por los cristianos en la batalla de Lepanto (1571), victoria atribuída a la Madre de Dios, invocada por la oración del Rosario. Más hoy la Iglesia no nos invita tanto a rememorar un suceso lejano cuanto a descubrir la importancia de María dentro del misterio de la salvación y a saludarla como Madre de Dios, repitiendo sin cesar: Ave María. La celebración de este día es una invitación a meditar los misterios de Cristo, en compañía de la Virgen María, que estuvo asociada de un modo especialísimo a la encarnación, la pasión y la gloria de la resurrección del Hijo de Dios. 

EL ÁNGELUS


EL ÁNGELUS

Esta oración, que en su forma actual ya se conocía en el s. XVI, nos recuerda el gran misterio de la Encarnación, por el cual María fue elevada a la excelsa dignidad de Madre de Dios.
Se reza tres veces al día: al amanecer, al mediodía y al atardecer.
Se debe rezar de rodillas, excepto el Sábado por la tarde y el Domingo, que se reza de pie, en recuerdo de la resurrección de Jesús.

V. El Ángel del Señor Anunció a María.
R. Y concibió por obra del Espíritu Santo.
Dios te salve, María...
V. He aquí la esclava del Señor.
R. Hágase en mí según tu palabra.
Dios te salve, María...
V. Y el Verbo se hizo carne.
R. Y habitó entre nosotros.
Dios te salve, María...
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

Oremos: 
Infunde, Señor, tu gracia en nuestras almas, a fin de que habiendo conocido por la voz del Ángel el Misterio de la Encarnación de tu divino Hijo, podamos, por los méritos de su Pasión y de su Cruz, alcanzar la gloria de la Resurrección. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.

PETICIÓN A LA VIRGEN MARÍA


PETICIÓN A LA VIRGEN MARÍA

Virgen María:
Te consagramos nuestras fuerzas
y nuestra disponibilidad
para servir al designio de salvación
realizado por tu Hijo.

!Te pedimos que,
por medio del Espíritu Santo,
la fe arraigue y se afirme
en todo el pueblo cristiano,
y que la comunión prevalezca
sobre los gérmenes de la división,
que la esperanza se reavive
en los que están desalentados!...

Te pedimos por los que sufren
por un dolor particular, físico o moral,
por los que conocen la tentación de la infidelidad,
por los que están sacudidos por la duda
en un clima de incredulidad,
también por aquellos que sufren persecuciones a causa de su fe.

Te confiamos el apostolado de los laicos,
el ministerio de los sacerdotes,
el testimonio de los religiosos.

Te pedimos que la llamada
a la vocación sacerdotal y religiosa
sea ampliamente escuchada y seguida,
por la gloria de Dios
y la vitalidad de la Iglesia.

Amén.

ENSÉÑANOS, MARÍA A ACEPTAR SIN PREGUNTAR

Autor: P Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
Enséñanos, María a aceptar sin preguntar
Meditaciones del Rosario. Quinto Misterio de Gozo. Jesús perdido y hallado en el templo.
 
Enséñanos, María a aceptar sin preguntar

¡Qué prueba tan dolorosa! Prepárate, Madre, para la hora del Calvario. Ahí lo perdiste por tres días terribles; pero lo recuperaste entero. Allí te lo matarán a mordiscos todos los pecados de los hombres, como rabiosos lobos. Al final, cuando pudiste recoger lo que quedaba de tu Hijo; era un muerto y un cadáver destruido desde la cabeza a los pies; la cabeza rota por las hondas espinas; la cara desfigurada por las bofetadas; el pecho y la espalada aradas por los latigazos; las manos y pies horadados por los clavos: el corazón partido por una lanza.

Perdido y hallado. Perdido y no encontrado en el callejón lóbrego de la muerte. Perdido y hallado vivo. Perdido y hallado muerto, destinado solo para el sepulcro. Y ahí terminó la muerte; en un sepulcro pétreo que impedirá acercarse a los restos del amado hijo,

Prepararnos a las separaciones. Vivir un cierto tiempo es separarse de algunas personas. Vivir un trecho más es separarse de más seres. Durar más tiempo es separarse uno de los que me sobreviven. Cada separación es un desgarrón. Uno muere al final desgarrado y desgarrando a alguien más.

¿Por qué me buscabais? La pregunta que toca la herida abierta, haciéndola sangrar. María sangraba por aquella herida de su corazón. El doloroso por qué de María quedó acallado con el misterioso por qué del Hijo. María sabía que aquel hijo sería cada vez menos de Ella y más del Padre y de todos. María aceptó del desgarrón del hijo que se va de la casa, por ley de la vida, en este caso por ley divina. Pero aceptó sangrando.

María conservaba todas estas cosas en su corazón.
Su corazón sangraba. Con oración y obediencia la curaba pero al mismo tiempo la abría,, porque esa herida nunca se cerró. Y de pronto un día, en el Calvario se abrió completamente y sangró a torrentes. Sólo en el cielo se ha cerrado del todo aquella herida, María ya no pregunta más; ha recibido todas las respuestas y una corona eterna por no haber preguntado indiscretamente sobre los misterios que le rodeaban.

Enséñanos, María a aceptar sin preguntar, hasta que Dios quiera ofrecernos su respuesta. Al final, todos diremos que Dios tuvo la razón, para que nuestra fe fuera meritoria.



  • Preguntas o comentarios al autor
  • P. Mariano de Blas LC 

    sábado, 5 de octubre de 2013

    IMAGENES DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA








































    PLEGARIA DE CONFIANZA al INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


    PLEGARIA DE CONFIANZA
     al INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA 

    ¡Oh Corazón de María!, el más amable y compasivo de los corazones después del de Jesús, Trono de las misericordias divinas en favor de los miserables pecadores; yo, reconociéndome sumamente necesitado, acudo a Vos a quien el Señor ha puesto todo el tesoro de sus bondades con plenísima seguridad de ser por Vos socorrido. Vos sois mi refugio. mi amparo, mi esperanza; por esto os digo y os diré en todos mis apuros y peligros: ¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

    Cuando la enfermedad me aflija, o me oprima la tristeza, o la espina de la tribulación llegue a mi alma, ¡Oh Corazón de María, sed la salvación mía!

    Cuando el mundo, el demonio y mis propias pasiones coaligadas para mi eterna perdición me persigan con sus tentaciones y quieran hacerme perder el tesoro de la divina gracia, ¡Oh Corazón de María, sed la salvación mía!

    En la hora de mi muerte, en aquel momento espantoso de que depende mi eternidad, cuando se aumenten las angustias de mi alma y los ataques de mis enemigos, ¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía.

    Y cuando mi alma pecadora se presente ante el tribunal de Jesucristo para rendirle cuenta de toda su vida, venid Vos a defenderla y a ampararla. y entonces; ahora y siempre, ¡Oh dulce Corazón de María, sed la salvación mía!

    Estas gracias espero alcanzar de Vos, Oh Corazón amantísimo de mi Madre a fin de que pueda veros y gozar de Dios en Vuestra compañía por toda la eternidad en el cielo. Amén.

    ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA


    ORACIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

    ¡Oh Corazón de María!

    ¡Oh Corazón de María,
    Madre de Dios y Madre nuestra!
    ¡Corazón amabilísimo,
    objeto de las complacencias
    de la adorable Trinidad,
    y digno de la veneración
    y ternura de los ángeles
    y de los hombres!
    ¡Corazón el más semejante
    al de Jesús, cuya imagen más perfecta eres!
    Corazón lleno de bondad
    y en gran manera compasivo
    de nuestras miserias!
    ¡Ah! Hacednos sentir ahora,
    ¡oh Virgen piadosísima!,
    la dulzura de vuestro corazón maternal
    y la fuerza de vuestra intercesión
    ante el de Jesús. Amén

    jueves, 3 de octubre de 2013

    ¿QUÉ ES EL SANTO ROSARIO?


    ¿Qué es el Santo Rosario?

    Hasta ahora se ha considerado como la mejor definición del Rosario, la que dio el Sumo Pontífice San Pío V en su "Bula" de 1569: "El Rosario o salterio de la Sma. Virgen, es un modo piadosísimo de oración, al alcance de todos, que consiste en ir repitiendo el saludo que el ángel le dio a María; interponiendo un Padrenuestro entre cada diez Avemarías y tratando de ir meditando mientras tanto en la Vida de Nuestro Señor". El Rosario constaba de 15 Padrenuestros y 150 Avemarías, en recuerdo de los 150 Salmos. Ahora son 20 Padrenuestros y 200 Avemarías, al incluir los misterios de la luz. 

    La palabra Rosario significa "Corona de Rosas". Nuestra Señora ha revelado a varias personas que cada vez que dicen el Ave María le estan dando a Ella una hermosa rosa y que cada Rosario completo le hace una corona de rosas. La rosa es la reina de las flores, y así el Rosario es la rosa de todas las devociones, y por ello la mas importante de todas. 

    El Rosario esta compuesto de dos elementos: oración mental y oración verbal. 

    En el Santo Rosario la oración mental no es otra cosa que la meditación sobre los principales misterios o hechos de la vida, muerte y gloria de Jesucristo y de su Santísima Madre. Estos veinte misterios se han dividido en cuatro grupos: Gozosos, Luminosos, Dolorosos y Gloriosos. 

    La oración verbal consiste en recitar quince decenas (Rosario completo) o cinco decenas del Ave María, cada decena encabezada por un Padre Nuestro, mientras meditamos sobre los misterios del Rosario. 

    La Santa Iglesia recibió el Rosario en su forma actual en el año 1214 de una forma milagrosa: cuando Nuestra Señora se apareciera a Santo Domingo y se lo entregara como un arma poderosa para la conversión de los herejes y otros pecadores de esos tiempos. Desde entonces su devoción se propagó rapidamente alrededor del mundo con increíbles y milagrosos resultados. 

    Entre las varias formas y modos de honrar a la Madre de Dios, optando por las que son mejores en si mismas y mas agradables a Ella, es el rezo del Santo Rosario la que ocupa el lugar preminente. Vale la pena recordar que entre las variadas apariciones de la Santisma Virgen, siempre Ella ha insistido en el Rezo del Rosario. Es asi como, por ejemplo, el 13 de Mayo de 1917 en un pueblo de Portugal llamado Cova de Iria, la Santisima Virgen insiste con vehemencia el rezo del Rosario a los tres pastorcitos, en una de sus muchas apariciones a estos tres videntes. 

    Siendo un sacramental, el Santo Rosario contiene los principales misterios de nuestra religion Catolica, que nutre y sostiene la fe, eleva la mente hasta las verdadades divinamente reveladas, nos invita a la conquista de la eterna patria, acrecienta la piedad de los fieles, promueve las virtudes y las robustece. El Rosario es alto en dignidad y eficacia, podria decirse que es la oracion mas facil para los sencillos y humildes de corazon, es la oracion mas especial que dirigimos a nuestra Madre para que interceda por nosotros ante el trono de Dios. 

    El Santo Rosario prolonga la vida liturgica de la Iglesia pero no la sustituye, al contrario enriquece y da vigor a la misma liturgia. Es por ello, que el Santo Rosario se enmarca como una plegaria dentro de la religiosidad popular que contiene un gran tesoro de volares que responde con sabiduria cristiana a los grandes interrogantes de la existencia. 

    El pueblo latinoamericano es profundamente Mariano, reconoce con una gran sabiduría popular católica, que llegamos a Jesús Salvador a través de Maria Santísima su Madre y desde los mismos tiempos del descubrimiento y de la conquista de América, se genero una gran devoción por la Virgen Maria; en Ella, nuestros pueblos siempre han mirado el rostro maternal de quien nos trajo la salvación y con la primera manifestación explicita de la Reina del Cielo en tierra americana, con rostro y figura de mujer mestiza, en México, se acrecentó aun mayor el amor y la devoción a ella en todos los países hispano parlantes, reconociéndola como nuestra propia Madre, llena de amor, de misericordia y de piedad para con sus hijos. Sentimiento que va en relación directa con el origen mismo de la Maternidad Divina: Maria es Madre de Dios Redentor es también verdaderamente la Madre de todos los miembros de Cristo, porque Ella colaboro con su amor a que nacieran en la Iglesia, los creyentes, miembros de aquella cabeza que es Cristo. 

    El paso del tiempo, las costumbres modernas, y la innovación de formas de oración, no pueden dejar a un lado el rezo del Santa Rosario. De hecho, los Santos Padres y los Santos han tenido una profunda devoción a este sacramental, nosotros como católicos y como amantes de la Reina del Cielo hemos de ser fervientes devotos del Rosario. Es digno de recordar que la familia que reza unida permanece unida, Que la recitación piadosa y consciente del Santo Rosario nos traiga la paz al alma y nos una mas estrechamente a Maria para vivir auténticamente nuestro cristianismo. 

    TAMBIÉN MADRE DESPUÉS DE LA MUERTE: VIRGEN MARÍA


    También Madre después de la muerte
    Padre Tomás Rodríguez Carbajo


    A María se le invoca de muchas maneras, según la necesidad en que nos encontremos. Su acción benéfica es sobre toda la Iglesia, en el cielo la proclaman Reina de todos los Santos: Los Apóstoles, los Mártires, los confesores, las Vírgenes, etc...; en la tierra ocupa un lugar destacado entre los cristianos, pues, a Ella se acude por su condición de Madre de Dios (por lo tanto poderosa), y de los hombres (de ahí que sea misericordiosa).

    Además del Cielo y la Tierra la Iglesia tiene otro componente, que es el Purgatorio, hasta allí llega la acción benéfica de la intercesión de María, pues, es Madre de la Iglesia.
    El pueblo fiel ha vinculado la intercesión benéfica de María en favor de las ánimas del Purgatorio con al advocación de Ntra. Sra. del Carmen.

    Allí donde hay una necesidad, está presente María, y las ánimas del Purgatorio necesitan una pronta y eficaz intercesión, pues, en la medida en que uno se aproxima a su último fin, más ansias se tienen de disfrutar de aquello “/qué está al alcance de la mano". Los sufrimientos que padecen los que se purifican en el Purgatorio son horrorosos, ya que intuyen a Dios como Supremo Bien, sumamente deseado y aún no plenamente poseído.

    Para todo cristiano María es roca de refugio y escudo de protección, que nos ayuda a superar las dificultades, protegiéndonos de los peligros y también avivando los deseos de lucha contra todo lo que nos quiera separar del amor de Dios.
    El acudir a María como Abogada en favor de las ánimas del Purgatorio hace que nosotros de una manera más o menos consciente hagamos una profesión de fe en la Mediación Universal de María.

    Sería una ofensa a María el que no admitiésemos en Ella una singular protección sobre esa parcela del Reino de Dios, que sufre mucho más que cualquier necesitado de la tierra. María ama con un amor que es reflejo del que Dios nos tiene, por eso nos ama 10 indecible, y su maternidad espiritual se extiende a todos los hombres y no finaliza con la muerte, también es Madre después de la muerte.

    AMA A LOS HOMBRES - MEDITACIÓN 03 DE OCTUBRE



    MEDITACIÓN 03 DE OCTUBRE
    AMA A LOS HOMBRES
    3 de octubre  


    Autor: Phil Bosmans

    A las cosas puedes tratarlas sin amor. Puedes derribar un árbol, arrancar una mata. Puedes romper un vaso, tumbar una silla...
    A las cosas puedes tratarlas de cualquier forma, aunque no te sea del todo indiferente ver pisotear una flor.
    A los hombres puedes "manejarlos" solamente con amor.
    Si no eres capaz de amar a los hombres, quédate sentado en tu rincón y ocúpate de ti mismo o de cosas fútiles y sin vida.
    Pero deja en paz a la gente.
    Quizás trabajas en la administración, ves únicamente papeles, formularios o números y nunca se te ocurre pensar en el ser humano que tienes delante. Trabajas en una oficina, en una escuela, en una fábrica o en una tienda y en todo el día no encuentras hombres, sólo máquinas parlantes.
    Detrás de cada rostro busca al hombre.
    Ama al hombre, sea alto o bajo, guapo o feo, alegre o serio, amable o antipático, feliz o desgraciado.
    Tu amor le hará bien.
    Tú también sabes reconocer si alguien se interesa en ti 
    por amor o por otras razones.
    Si uno te aprecia, es atento y afectuoso.
    Te hace pasar un momento agradable.
    Lo mismo sucede con las personas con las que tú tienes que tratar.

    ¿Quién necesita de nuestro afecto y de nuestra simpatía?
    ¿Quién es maltratado desde nuestras actitudes?

    Un Ave María para que seamos más comprensivos los unos con los otros

    NO HE VENIDO A SER SERVIDA SINO A SERVIR

    Autor: P. Mariano de Blas LC | Fuente: Catholic.net
    No he venido a ser servida sino a servir
    Meditaciones del Rosario. Segundo Misterio de Gozo. La Visita de la Virgen a su prima Isabel.
     
    No he venido a ser servida sino a servir
    Estamos en Octubre, mes dedicado al Rosario, una hermosa oración que, acompañados de la Virgen, recorremos el camino de Jesús.
    Durante este mes, como cada año, publicaremos estas sencillas meditaciones de cada misterio del rosario, para profundizar y rezarlo con más alegría.


    ____________________________

    De tal palo tal astilla, o de tal astilla tal palo. El hijo y la madre tan parecidos, no sólo en la cara sino en la vida. Dos vidas paralelas.

    Dos personas que vinieron a inaugurar una nueva forma de vivir: No la del egoísmo, sino la de la generosidad y la entrega. El que no vive para servir, no sirve para vivir.

    María es un sí a Dios, un sí a Jesús y un sí a los hombres.

    Un sí a Dios: Hágase en mí según tu palabra. Pero no una vez o por un rato, sino en todas las oportunidades y siempre. María el encanto de Dios. Mirarla es sonreír. La única criatura que ha agradado a en todo y siempre a Dios. Hermana nuestra, intercesora, pararrayos. Nuestra raza ha producido monstruos horrendos. Pero la figura de María le cura a Dios de todas las heridas que le provocan los hombres.

    Un sí a Jesús: Soy tu madre, tu compañera, tu sostén hasta la muerte. Lo tuvo en brazos cuando era un bebé desvalido, lo defendió de la espada de Herodes, lo acompañó en su vida pública con su oración y fortaleza: Jesús hombre, el Siervo de Yahvé incomprendido se cobijó a la sombra reconfortante de María, encontrando el único alivio en la tierra, porque su padre lo “abandonó en la tierra”. “Dios mío, Dios Mío, ¿por qué me has abandonado?”

    María cuidó de un hijo de Dios “abandonado” por el Padre y perseguido por los hombres. Es difícil imaginar hasta qué punto María ayudó a Jesús hombre en su dura travesía por la tierra. Le acompañó en la cuesta más dura, en el último trecho hacia el Calvario. María supo sostener con su oración y su presencia y con todo el amor de una madre a un dios semiagonizante que sudaba sangre en Gethsemaní. Y dio aliento a su hijo Dios crucificado para que terminara de entregar su vida por os hombres. En el templo lo entregó de niño en sus brazos. En el Calvario lo entrego de hombre en sus mismos brazos. “Padre, te ofrezco lo que queda de mi hijo en altar destruido de mi corazón de madre”.

    Jesús murió en el lecho duro de la cruz. Pero cobijado por el amor y el abrazo heroico de María. Retuvo en sus ojos un mar de llanto con la compuerta de su fortaleza, para no herir más al herido de muerte.

    Cuando Jesús expiró, se rompieron los diques y María se convirtió en un mar de lágrimas. Jesús da gracias a María por haberlo ayudado a subir al Gólgota, por haberlo ayudado a morir como un crucificado. En la cruz no quedaba nada de la omnipotencia de Dios y nada de la dignidad del hombre. Era la aniquilación total. Jesús no hubiera podido sólo. Quiso necesitar la ayuda de María no sólo para nacer, sino para morir. Fue corredentora porque ayudo al Redentor a redimirnos.

    Un sí a los hombres: No sabemos lo que le debemos a Dios. Ni sabemos lo que le debemos a María. Somos muy desagradecidos por ser muy ignorantes de tanto amor. “Ahí tienes a tu hijo, a tus hijos. No te dé pena de cómo son. Ámalos y cuídalos, como si fuera yo mismos”. María ha tomado en serio como al mismo Dios el cuidar de ti y de mí. No cabe duda que uno de los momentos en que Dios me ha amado más es cuando me dijo: Ahí tienes a tu madre. Desde entonces hay un amor en mi vida, el más puro, el menos merecido el de la madre más maravillosa. El corazón que amó a Dios me a mí como madre. ¡Bendito el momento en que esto empezó a suceder!. La madre de Dios es mi madre.

    Ella me sostiene con su oración y amor a lo largo de mi vida, en mis problemas y sufrimientos y en la hora de mi muerte
    Si servir hace felices, María fue la mujer más feliz, porque fue la mejor servidora. El método ha funcionado siempre, igual que el del egoísmo jamás ha funcionado ni funcionará. El de servir al prójimo crea hombres y mujeres felices. Se sirve rezando por los infelices; se sirve sufriendo por los pecadores; se sirve dedicando tiempo, mi tiempo, al apostolado; se sirve dando algo mío, y se sirve, sobre todo, dándose a sí mismo con amor al prójimo.

    Donde está María las personas y las cosas cambian

    Nazareth es un pueblo bendito por Ella y por Jesús y José. ¡Qué trilogía! Nunca tan pocos han hecho tanto por toda la humanidad. La casa de Zacarías no fue la misma desde que en ella se hospedó María. El nivel de gozo y serenidad subió al máximo. La boda de Caná, que hubiera acabado en un naufragio por escasez de vino, terminó siendo la boda más feliz, donde se sirvió el vino mejor del mundo. Por Ella. La vida de Jesús en este mundo hubiera sido insoportable sin Ella. Pero la vida de Jesús, la dura vida terrena del Hijo de Dios fue maravillosamente soportable por aquella flor de Nazareth.

    La vida de un cristiano, la tuya, la mía es muy diferente: amable, dulce, llevadera, cuando María convierte nuestra pobre agua en dulce vino. María es la alegría de vivir para quien la toma simplemente en serio. Invito desde aquí a todos los tristes, pesimistas, amargados a que toquen a la puerta de María. Verán renacer la esperanza.

    Y amar a María es la cosa más sencilla, más dulce, más inefable. El primer mandamiento de “amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón...” podríamos adaptarlo así:”Amarás a María, tu Madre, una milésima menos de la que amas a Dios”.

    Bendita tú que has creído...

    Tu fe gigantesca borra la incredulidad aterradora de millones de ateos e incrédulos. Y Dios lo sabe, lo mide. Bendita por ti y bendita por nosotros, que tanto tenemos la cerrazón de Tomás. Tú dijiste, antes que él, sin pedir tocar ni ver:”Señor mío y Dios mío”, cuando aquel Dios era sólo un puñadito de células en tu seno.

    Jesús diría a Tomás y a todos los incrédulos: “Dichosos los que sin ver creyeron”. En aquel momento la alabanza era para ti y para Juan. Después sería para todos los creyentes. Dichoso el que sigue creyendo en la Eucaristía, en la Iglesia, en Jesús, en María.

    Creer es un acto de amor y confianza en el amado; no en lo que yo veo o palpo o discurro, sino en su palabra. Creer es fiarse, es amar, es entregarse sin agarraderas. La fe fue toda tu vida la estrella polar. La fe te salvó de la desesperanza y del orgullo; de la rutina y del cansancio. La fe es la victoria que vence al mundo. Tú eres la mujer vencedora por excelencia.


    Mi alma glorifica al Señor...

    Debías cantar muy bellamente. Me gustaría oírte cantar uno de tus canciones favoritas, el Magnificat con el alma encendida de amor y gratitud a tu Creador. Sabías agradecer: Te nacía del alma como fuente a flor de corazón. Sabías ser humilde: Eras la humildad encarnada y transparente. Conocías tu grandeza, pero sabías que era regalo, y así lo proclamas: “Soy grande, andaré boca de todas las generaciones, porque Él es bueno y grande”. Yo sé que das las gracias a quien te reza un avemaría.

    Te llamas esclava, palabra sublime de amor. Ser esclavo del amado representa la plena disponibilidad, el sí total; por eso al llamarte esclava te declarabas totalmente a las órdenes de tu amado, Dios.

    Del amor hiciste tu identidad. Te podemos llamar Amor como san Juan llamaba a Dios. De amor llenaste la vida, y, así, esa vida se tornó maravillosa como todo lo que toca el amor. De amor viviste , y de amor moriste. Y de amor vivirás eternamente en el cielo; enamorada para siempre de tu Dios y enamorada de tus pequeños. Enséñanos a amar, a vivir de amor como tú.



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