miércoles, 14 de mayo de 2014

LA VIDA DE LA VIRGEN MARÍA



LA VIDA DE LA VIRGEN MARÍA

- Los padres de la Virgen María se llamaban Joaquín y Ana. Eran de la Tribu de Judá y eran descendientes del Rey David.

- La Virgen era una muchacha humilde, bondadosa y sobretodo vivía muy cerca de Dios.
Dedicaba mucho tiempo a orar, y había prometido a Dios servirlo y amarlo a El durante toda su vida.

- Un día, María conoció a José, que era un hombre muy bueno y muy piadoso también. José pidió a María que se casaran.

Cuando estaban ya comprometidos, pero todavía no se casaban ni vivían juntos, un día mientras María estaba rezando, se le apareció un ángel, el Arcángel Gabriel, y le dijo :¨Dios te salve, llena de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres. No temas, María has hallado gracia delante de Dios y concebirás en tu seno y darás a luz un hijo, a quién pondrás por nombre Jesús. ¨



- Y te preguntarás: ¿Qué hizo María? Pues con toda humildad dijo que SI al ángel con estas palabras:
¨He aquí la esclava del Señor, hágase en mi según tu palabra. ¨

- ¡ Qué grande y qué hermoso fue este momento para la humanidad ! Imagínate, Dios que todo lo puede, respetó la libertad de María, le mandó ¨preguntar¨ si quería ser la madre de Jesucristo, el Dios que se iba a hacer hombre para salvarnos.

- Y la Virgen María no pensó si ésto iba a ser muy difícil o le iba a traer mucho sufrimiento, sólo dijo un SÍ GENEROSO a Dios.

- Así deberiamos nosotros de responder a Dios cuando sentimos que nos pide algo, en vez de darle tantas vueltas y poner excusas.


- Luego María no sabía como contarle lo sucedido a José, ¿Cómo ella embarazada antes de casarse con él? Entonces un ángel le dijo a José en sueños que no dudara en recibir a María como esposa, que el hijo concebido en ella era obra del Espíritu Santo.



- Entonces José, que como te dijimos, era un hombre bueno y justo, recibió a María, se casaron y decidió guardar ésto en secreto. Después la Vírgen y San José ofrecieron a Dios guardar CASTIDAD toda su vida. Por eso la Virgen no tuvo ningún otro hijo.
- Aquí queremos explicarte que hay algunas sectas, o personas de otras religiones, que dicen que la Virgen tuvo más hijos. Esto no es cierto por lo siguiente:

- Ellos dicen que en la Biblia está escrito ¨los hermanos¨ de Jesús y ahí se apoyan para decir ésto. Pero fíjate que en la Biblia se habla de ¨los hermanos¨ de Jesús, porque en el idioma hebreo, arameo y árabe, se les llamaba ¨hermanos¨ a los primos hermanos y a los parientes. Y claro que Jesús tenía parientes, pero no hermanos, porque María permaneció vírgen siempre. ¡No te dejes confundir!

- La Vírgen vivió en un pueblo llamado NAZARET con José y con Jesús.


¿Cómo era la vida de la Virgen María?

Ella, como cualquier madre, trabajaba en su hogar, pero de una manera especial; sería imposible decir todas las VIRTUDES , o sea las cosas buenas que tenía la Vírgen. Por mencionar algunas, María era una mujer HUMILDE, es decir sencilla; GENEROSA, que se olvidaba de si misma por los demás; CON UNA GRAN CARIDAD, amaba y ayudaba a todos por igual y una mujer que SERVÍA a José y a Jesús , su familia, con un gran AMOR y una gran ALEGRÍA. La Vírgen era PACIENTE y quizá lo más hermoso que tenía era que ACEPTABA CONTENTA TODO LO QUE DIOS LE PEDÍA EN LA VIDA.

- ¡ Cuánto podríamos aprender todos de la Virgen! Si María fue santa en el hogar, en el trabajo diario, podríamos todos tratar de imitar sus VIRTUDES para santificarnos día tras día nosotros también.

- La Vírgen María estuvo presente en la pasión y muerte de Jesús; estuvo junto a la cruz, llena de dolor pero serena.

- ¿ Te imaginas qué dolor habrá pasado nuestra Señora al ver morir así a su hijo? La Virgen nos enseña a sufrir con paciencia y fortaleza las penas y los dolores de la vida. Muchas veces estos sufrimientos , aceptados y ofrecidos, nos ayudan a acercarnos a Dios y a ganar más facilmente la vida eterna.



LA VIRGEN MARÍA Y EL MES DE MAYO


La Virgen María:

En el mes de mayo, todo el mundo festejamos
a las mamás. Los católicos dedicamos este mes 
a Nuestra Madre del Cielo: la VIRGEN MARÍA. 
¿ Quién es la Virgen María ? Es la mujer que escogió Dios para ser la Madre de nuestro salvador Jesucristo y Madre nuestra. Dios pensó en la mujer más buena y hermosa que jamás haya existido : MARÍA.

ORACIÓN ALA VIRGEN DE FÁTIMA


ORACIÓN A LA VIRGEN DE FÁTIMA

RUEGA POR MI VIRGENCITA

Ruega por mí Virgencita
que no se por donde ir,
cógeme Tú de la mano
ayúdame siempre a vivir.

Sé que a Dios he ofendido
y sin Él no puedo estar,
dile que le amo y le quiero
aunque lo trate mal.

Madre ¡ayúdame, socórreme!
líbrame de todo mal,
guárdame, defiéndeme y llévame 
de tu mano al caminar.

Amén.

APRENDE A REZAR EL AVE MARÍA


LA CENA DE LA VIRGEN MARÍA


La cena de María
Pedro Sergio Antonio Donoso Brant



Había que recorrer todo el mercado, primero había que observar y luego comprar, María sabía bien lo que necesitaba,  alimentos frescos, la cena era para su Hijo y sus doce amigos, además la cena pascual era por tradición una preocupación de la madre de la familia, además había que dar de comer a todos los que ayudaran a que esta cena se hiciera tal como el Hijo la requería. 

Así es, María se encontraba por esos días en Jerusalén, y era el tiempo de la tradicional cena pascual, Jesucristo cenaría con sus doce más cercanos, ella como su buena madre estaba preocupada de que todo salga bien. 

Es que a María no se les escapaba ningún detalle, todos la admiraban por esto, siempre estaba en la memoria las bodas de Caná, cuando advirtió la falta de vino. 

Además el servir a Jesús, era para María un constante infaltable en todo, en efecto ella como madre siempre estuvo en los momentos mas importante de la vida de Jesús, desde su nacimiento en Belén, la presentación al templo, en su primera participación divina en público,  su muerte en la cruz, esto es en toda su vida, es así, como su rol de madre es total. 

Nada podía faltar, además le correspondía encender las luces, poner el mantel de la mesa, distribuir los asientos, darle calidez al recinto, entonces era necesario preocuparse de la leña, del agua, los botijos, la jofaina. 

Aún no habían llegado los comensales, pero estaba casi todo preparado, los platos, los utensilios para comer, bastante agua, y por supuesto el pan ácimo y el vino estaban en la mesa sobre un pequeño y especial mantel, el cordero había sido aderezado. 

Entonces antes que llegaran los invitados, María y las mujeres que le acompañaban, acomodaron los cojines, ordenaron el lugar, por alguna razón María presentía que esta era una cena distinta a las de los otros años, es que una madre siempre presiente las cosas de un hijo. 

María mira atentamente todo, nada parece faltar, ahora ha de ir a la cocina para verificar si esta todo preparado, se siente feliz por atender a su Hijo Jesús, abre el horno y deja otro leño, le toma la temperatura al agua, se seca las manos, ordena los alimentos, el cordero esta casi listo, todo esta a punto. 

Se siente voces y pasos, ahí vienen, pero no hay de que preocuparse, esta todo listo, es la hora de atender a su Hijo y sus amigos. 

Se abre la puerta y entró Juan, el discípulo amado saludando primero a Maria y luego a los demás,  Pedro entró en segundo lugar, como si quisiera verificar rápidamente si todo esta bien, sonríe, saluda, y el abre la puerta a su Maestro, María su madre corre hasta el a recibirlo, Felipe entra sonriendo y alabando la calidez existente, al entrar Mateo, pregunta si hubo suficiente dinero para comprar todo, Luego entró Santiago, hijo de Zebedeo y Salomé, junto con Santiago, hijo de Alfeo, quien aplaude todo lo que ve, Andrés como siempre tan cariñoso, mira a su hermano Pedro y saluda a Maria afectuosamente, Tomás entra junto a Judas Tadeo, finalmente Simón el Zelote, entra y se queda en el umbral de la puerta, esperando a Judas Iscariote, que se ha quedado atrás. 

Todos sonríen, y comienzan a tomar asiento, Maria enciende las luces, se frota las manos, luego se prepara ella y quienes le ayudan para atender a Jesús y su amigos, nuevamente está juntos para la cena pascual. 

La cena de pascua estaba lista, y María muy de cerca en la fracción del pan, María es una presencia viva y significativa en la eucaristía. 

LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA


Santísima Virgen María 
Padre Jorge Loring S.J.



29.- LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA ES LA MÁS SANTA DE TODAS LAS CRIATURAS, LLENA DE GRACIA Y VIRTUDES, CONCEBIDA SIN PECADO ORIGINAL, QUE ES MADRE DE DIOS Y MADRE NUESTRA, Y ESTÁ EN EL CIELO EN CUERPO Y ALMA.

30.- DECIMOS QUE LA VIRGEN MARÍA ES MADRE DE DIOS, PORQUE DE ELLA NACIÓ JESUCRISTO QUE ES VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE. 

30,1. María es la Madre de Jesucristo, pues ella le dio un cuerpo humano. Pero como Jesucristo, además de ser Hombre, es Dios, María Santísima es también Madre de Dios . María es madre de un hombre que tiene Persona Divina.

Ocurre lo mismo que si a uno le hacen alcalde. Su madre sería la madre del alcalde. Ella no le ha dado la alcaldía, pero por haberle dado el cuerpo es su madre; y al ser su madre es madre de todo lo que él es:
madre del alcalde.

Pero María Santísima es Madre de Dios todavía con más razón; porque Jesucristo es Dios desde el momento de su concepción, por lo tanto la Persona que nace de María es Dios, y por lo mismo María es Madre de Dios. Dice San Pablo: «Al llegar la plenitud de los tiempos envió Dios a su Hijo nacido de una mujer»(270).

Que María es Madre de Dios es dogma de fe. Fue definido por el Concilio de Éfeso en el año 431(271).

Jesús fue concebido, no por obra de varón, sino milagrosamente, por virtud del Espíritu Santo.
Dice San Mateo : «El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
desposada María con José , sin haber estado juntos, se halló que ella había concebido por obra del Espíritu Santo»(272).

Los desposorios entre los judíos equivalían a nuestra boda, aunque no eran nupcias definitivas. Si después de los desposorios ella era infiel a su marido se la consideraba adúltera, y si éste moría, a ella se la consideraba viuda .

Los desposorios judíos suponían un compromiso tan real que al prometido se llamaba "marido" .
Aunque María no vivía todavía con San José , ya era su legítima esposa . Por eso el ángel llama a María esposa: «José, no temas aceptar a María, tu esposa»(273).

San Lucas dice: «Lo que nacerá de ti se llamará Hijo de Dios»(274).

Jesús fue concebido, no por obra de varón, sino milagrosamente, por virtud del Espíritu Santo.
Dice San Mateo : El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera:
desposada María con José, sin haber estado juntos, se halló que ella había concebido por obra del Espíritu Santo .

El teólogo protestante de fama internacional Max Thurian dice que los que niegan la concepción virginal de Cristo no son fieles a la Biblia:
«La virginidad de María constituye un indudable dato objetivo del texto del Nuevo Testamento»(275).
Max Thurian murió, a los 75 años, el 15 de Agosto de 1996, en Ginebra, su ciudad natal. Se convirtió al catolicismo en 1987. Sus estudios bíblicos le llevaron a descubrir el papel de María en la Iglesia .

Dios formó en las entrañas purísimas de María Santísima un cuerpo como el nuestro y creó un alma como la nuestra. A este Ser Humano, en el instante de su concepción, se unió el Hijo de Dios, es decir, la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, y así el que era Hijo de Dios quedó hecho Hombre sin dejar de ser Dios. Éste es el misterio de la Encarnación.

En la genealogía del Evangelio de San Mateo se dice siempre: Fulano engendró a Zutano. Y al llegar a José , no dice que engendró a Jesús, como en los casos anteriores, sino que dice: «Jacob engendró a José, esposo de María, de la que nació Jesús»(276), dando a entender que José no engendró a Jesús , sino que su concepción fue virginal. Y San Lucas dice de Jesús «que se pensaba que era hijo de José»(277), dando a entender que en la realidad no lo era en el sentido que la gente creía. Dice San Mateo : «Sin que José hubiera tenido relación con María, ella dio a luz un hijo»(278).

Las mismas dudas de José confirman la concepción virginal de María , pues cuando él vio las señales externas del embarazo de su mujer, sabiendo que aquello no era suyo, pues él no había hecho nada para dejarla embarazada, le entraron tremendas dudas ante lo que sus ojos le evidenciaban y la virtud que él conocía de María . Al no poder armonizar las dos cosas, estaba en una duda angustiosa hasta que el ángel le tranquilizó afirmándole que lo de su mujer era obra del Espíritu Santo(279). 

30,2. La Virgen María tuvo un solo hijo, que fue Jesucristo . Cuando el Evangelio habla de los hermanos de Jesús(280), se refiere a los primos hermanos y parientes, que, entre los judíos, también se llamaban hermanos . En hebreo no había palabra para decir primo . La palabra hermano abarcaba varios grados de parentesco .

Los Testigos de Jehová para hacer creer a la gente que María Santísima no fue virgen, sino que tuvo muchos hijos, enseñan el texto del Evangelio donde dice que Santiago y José eran hermanos de Jesús(281).

Pero aquí, como en otros muchos de sus engaños, presentan el texto que puede complicar, y ocultan el texto que puede aclarar. Efectivamente, el mismo Santo Evangelio dice que al pie de la cruz estaba la Madre de Jesús(282), y junto a ella la madre de Santiago y José(283).

Era la mujer de Cleofás(284), hermano de San José. Cleofás es el mismo nombre en griego que Alfeo en arameo. Son los dos nombres que se daban al hermano mayor de José , esposo de la Virgen. Era el padre de Santiago el Menor(285) y José , y estaba casado con la otra María que estaba al pie de la cruz junto a la Virgen. Se casó con ella después de enviudar de su primer matrimonio del que nacieron Simón y Judas Tadeo .

Luego la madre de Santiago y José es distinta de la madre de Jesús .

Entonces, ¿por qué dice el Evangelio que Santiago y José eran hermanos de Jesús? Porque eran parientes, y éstos entre los hebreos se llamaban hermanos. Efectivamente, sabemos por la Biblia que Abrahán era tío de Lot(286). Sin embargo, Lot y Abrahán se llaman entre sí «hermanos» cinco veces(287). En otro sitio dice que Labán era tío de Jacob(288).

Y después dice que Labán llama «hermano» a Jacob(289).

Si la Virgen María hubiera tenido otros hijos, Jesús en la cruz no se la hubiera encargado a Juan, sino a ellos .

Es decir, María Santísima tuvo un solo hijo: Jesús . Cuando el Evangelio lo llama primogénito afirma que es el primer hijo; pero eso no significa, según el modo de hablar de entonces, que siguieran otros hijos después. Primogénito significa no precedido de otro . Prescinde de la existencia de otros posteriores.

Hace poco se ha descubierto una inscripción sepulcral de una madre joven hebrea que «murió al dar a luz a su hijo primogénito»(290). Es decir, a su hijo primogénito no siguieron otros.

Cuando los Testigos de Jehová van engañando a los incautos que les escuchan diciendo que María tuvo muchos hijos, saben que no es así, pues presumen de conocer la Biblia. Enseñan el texto oscuro que he citado y se callan el texto claro. Esto no es honrado, pero es su modo de proceder.

La virginida» de María es dogma de fe. Fue definido en el año 649, en el Concilio I de Letrán.

La Iglesia enseña, desde el siglo V, que María fue virgen antes del parto, en el parto y después del parto. «La "virginidad en el parto" es fe de toda la Iglesia desde el siglo IV»(291). . Fue confirmada por el Concilio Vaticano II . Por eso la llama siempre Virgen María .

Es de fe que María Santísima permaneció siempre virgen(292).

«La traducción literal de "hasta que" admite en castellano &"después sí". Pero en la Biblia no acepta cambio de situación posterior»(293). 

30,3. La Santísima Virgen es nuestra Madre del cielo.

María es nuestra madre, pues es madre de Jesucristo , que es cabeza del Cuerpo Místico de Cristo . La madre de la cabeza, es también madre de todos los miembros del mismo cuerpo. Y nosotros somos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo . Por eso María es Madre de la Iglesia.
Así lo proclamó Pablo VI el año 1964 en el discurso de clausura de la 3 Sesión del Concilio Vaticano II.

Que Jesús encargue a Juan que se ocupe de su Madre es perfectamente normal; lo que no es normal es el encargo paralelo a María diciéndole que cuide con cariño de Juan . Esto parece innecesario. Si Juan se va a encargar de María la correspondencia de ella era evidente. Insistir en ello parece superfluo y poco delicado. Toda mujer normal no necesita que se lo digan. Lo hace espontáneamente. El encargo de Jesús supone un contenido teológico trascendental. En Juan estamos todos representados. Además, allí presente estaba la madre de Juan .

Encargar Juan a María sería ofensivo para su madre María Salomé. No hay duda de que en las palabras de Jesús hay un sentido más profundo de lo que parecen indicar: Jesús entrega una MADRE a la HUMANIDAD.

Estas palabras tienen un sentido trascendental, dicen relación a todos los hombres, tienen sentido universal .

María es madre física de Jesús y madre espiritual de los hombres .

Debemos amar a María y honrarla de todo corazón. Así daremos gusto al Señor que, como todo hijo bien nacido, se alegra de ver a su Madre Santísima honrada y amada .

Para valorar las cualidades de María , bastaría caer en la cuenta de que Cristo pudo hacer a su Madre a su gusto. ¡Cómo hubieras tú dotado a tu madre si esto hubiera estado en tu mano! Cristo pudo hacerlo y era omnipotente.

La Santísima Virgen es la mujer más grande que ha existido en el mundo María Santísima es la criatura más excelsa que ha salido de las manos de Dios.

Debemos acudir a la Santísima Virgen en todas nuestras penas y tentaciones. Ella lo puede todo, pues Dios todo se lo concede , porque es la Madre de Cristo , y porque nunca tuvo pecado, ni siquiera el original.

Por eso San Lucas la llama «llena de gracia»(294).

El hecho de que María Santísima haya sido preservada del pecado original desde el primer instante de su concepción, en el seno de su madre Santa Ana , es lo que queremos expresar al decir la Inmaculada Concepción .

El pueblo español veneraba a la Inmaculada Concepción muchos años antes de ser definida. El mismo Murillo pintó sus treinta cuadros de la Virgen Inmaculada, trescientos años antes de la definición dogmática .

El dogma de la Concepción Inmaculada de María fue definido, el 8 de diciembre de 1854 , por el Papa Pío IX.

La redención de María fue preventiva en atención a que iba a ser Madre de Dios .
Dios pudo haber hecho que Jesucristo apareciese en el mundo en edad adulta, pero no quiso. Se lo entregó a María . Lo puso en sus manos.

Dios ha querido servirse de ella en la encarnación, en la redención y en la salvación de todos los hombres .

Cristo nos lleva al Padre: «Nadie va al Padre sino por Mí»(295).

Cristo es el mediador con el Padre(296). Él es mediador principal, porque nos ha redimido por sus propios méritos. Sin dependencia de otra persona. María es el camino para llegar a Cristo . En Belén lo presentó a pastores y reyes, en Caná es intercesora, al pie de la cruz es corredentora, y en el cenáculo ora por todos.

María es la mediadora secundaria, subordinada a Cristo . Es mediadora porque intercede por nosotros. El Concilio Vaticano II dice de María que «su múltiple intercesión nos obtiene los dones de la salvación eterna»(297). 

30,4. En las iglesias suele haber muchas imágenes de la Virgen: del Carmen, del Rosario, de los Dolores, de las Angustias, de los Remedios, del Socorro, de la Consolación, de la Misericordia, de la Paz, etc. Es que María Santísima tiene muchos títulos y prerrogativas.

Cada pueblo tiene su Virgen, su Patrona. Pero todas son imágenes o retratos de la única y verdadera Virgen María , que está en el cielo en cuerpo y alma .

Esta elevación de María al cielo en cuerpo y alma se llama Asunción.

La Asunción fue declarada dogma de fe, por el Papa Pío XII, el 1 de noviembre de 1950. Pero la fiesta de la Asunción se celebraba ya el 15 de agosto por los años 500 después de Cristo . 

30,5. Una de las mejores devociones a la Santísima Virgen es el rezo del Santo Rosario . Si puedes rezarlo en una iglesia, mejor. Si no, rézalo en cualquier rato libre, o mientras te viene el sueño. Te aconsejo que hagas un esfuerzo por rezarlo, pues es un obsequio muy agradable a la Virgen, como ella misma lo ha dicho en Lourdes y Fátima. Y mejor todavía si lo rezas en familia. Es ésta una práctica muy cristiana. Procura introducir en tu casa esta costumbre, si no la tenéis ya; pues une mucho a la familia. Al final del libro, en los Apéndices, tienes el modo de rezarlo. Rezado en una iglesia o en común, tiene indulgencia plenaria.

Si rezarlo entero te resulta largo, reza un misterio cada día.

El rezar a la Virgen es una devoción muy bonita. María es la mujer más digna de amor que ha existido jamás. Es un amor que dignifica y engrandece. Su dulce recuerdo puede protegerte contra tentaciones que están en el extremo opuesto de la pureza. Otra recomendable devoción a la Virgen es el Santo Escapulario . Fue una revelación a San Simón Stock, General de los Carmelitas, en el siglo XIII. La Virgen le prometió que quien muera llevando el Escapulario del Carmen no se condenaría. Este escapulario debe ser impuesto por un sacerdote, y hay que rezar diariamente tres Avemarías.

El escapulario de tela puede ser sustituido por una medalla que lleve por un lado la imagen del Corazón de Jesús y por el otro una imagen de la Virgen . Así lo concedió el Papa. 

30,6. Tener devoción a María es prenda de salvación. Todo el que rece diariamente en su honor tres Avemarías conseguirá una ayuda especial para tener una buena muerte, según revelación de Dios a Santa Matilde , y como lo demuestra una larga experiencia.

«Recuerden, pues, los fieles que la verdadera devoción a María no consiste ni en un afecto estéril y transitorio, ni en vana credulidad; sino que procede de la fe verdadera por la que somos conducidos a conocer la excelencia de la Madre de Dios y somos excitados a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes»(298).

Sobre todo su amor a Cristo, su fe firme en la Anunciación, y su fidelidad hasta la cruz.
Los protestantes nos acusan a los católicos de que adoramos a la Virgen María , pero esto es una calumnia. Todos los católicos sabemos que la Virgen no es Dios. Y la adoración es exclusiva de Dios.

Nosotros no adoramos a la Virgen Santísima, sino que la honramos y veneramos porque es Madre de Dios. Por eso en el Avemaría decimos ruega por nosotros . En las letanías del Rosario, cuando nos dirigimos a Dios decimos ten misericordia de nosotros . En cambio, cuando nos dirigimos a la Virgen decimos ruega por nosotros . Acudimos a María para que Ella nos lleve a Dios. 




NO TE RINDAS AMIGO!!


No te rindas, AMIGO!!!

No te rindas, aún estás a tiempo de abrazar la vida y comenzar de nuevo, aceptar tu sombra, liberar el lastre y retomar el vuelo.

No te rindas, que la vida es eso, continuar el viaje, perseguir tus sueños, abrir las esclusas, destrabar el tiempo, correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor, no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.

Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo, porque lo has querido y porque yo te quiero, porque existe el vino y el amor es cierto, porque no hay herida que no cure el tiempo.

Abrir las puertas, quitar los cerrojos, bajar el puente y cruzar el foso, abandonar las murallas que te protegieron, volver a la vida y aceptar el reto.

Recuperar la risa, ensayar un canto, bajar la guardia y extender las manos, desplegar las alas e intentar de nuevo, celebrar la vida, remontar los cielos.

No te rindas, por favor, AMIGO , no cedas, aunque el frío queme, aunque el miedo muerda, aunque el sol se ponga y se acalle el viento, aún hay fuego en tu alma, aún hay vida en tu seno.

Porque cada día es un comienzo nuevo, porque ésta es la hora y el mejor momento, porque tienes alas y puedes hacerlo, porque no estás solo y porque yo te quiero.

martes, 13 de mayo de 2014

IMÁGENES DE LA VIRGEN DE FÁTIMA - 13 DE MAYO












SOY UN DEVOTO DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA


QUSISTE ABRIR EL REINO A LOS PEQUEÑOS - BEATIFICACIÓN DE JACINTA Y FRANCISCO DE FÁTIMA

Autor: SS Juan Pablo II | Fuente: Catholic.net
Quisiste abrir el reino a los pequeños
Homilía del Papa Juan Pablo II durante la Beatificación de los Pastores Jacinta y Francisco en Fátima
 
Quisiste abrir el reino a los pequeños
Fragmentos de la homilía del Papa Juan Pablo II durante la Beatificación de los Pastores Jacinta y Francisco en Fátima, 13 de mayo, 2000 

«Yo te bendigo, o Padre, (...) porque escondiste estas verdades a los sabios e inteligentes, y las revelaste a los pequeños (Mt 11, 25).

Con estas palabras, amados hermanos y hermanas, Jesús alaba los designios del Padre celeste; sabe que nadie puede estar con él, si no es atraído por el Padre (cf. Jn 6, 44), por eso, alaba por ese designio y lo abraza filialmente: Sí, Padre y te bendigo porque así fue de tu agrado (Mt 11, 26). Quisiste abrir el reino a los pequeños.

Por designio divino, vino del cielo a esta tierra, en búsqueda de los pequeños privilegiados del Padre , una mujer vestida de Sol (Ap 12, 1). Les habla con voz y corazón de madre: los invita a ofrecerse como víctimas de reparación, ofreciéndose Ella para conducirlos, seguros, hasta Dios. Fue entonces que sus manos maternas salió una luz que os penetró íntimamente, sintiéndose inmersos en Dios como cuando una persona -explican ellos- se contempla en un espejo.

Más tarde, Francisco, uno de los tres privilegiados, exclamaba: Nosotros estábamos ardiendo en aquella luz y no nos quemábamos. ¿Cómo es Dios? No se puede decir. Esto sí que nosotros no podemos decir. Dios: una luz que arde, pero que no quema. La misma sensación tuvo Moisés, cuando vio a Dios en la zarza ardiente; allí escuchó a Dios hablar, preocupado con la esclavitud de su pueblo y decidido a liberarlo por medio suyo: Yo estaré contigo (cf. Ex 3, 2-12). A cuantos la acogen, esta presencia se vuelve morada y consecuentemente, «zarza ardiente» del Altísimo.

A Francisco, lo que más impresionaba y absorbía era Dios en aquella luz inmensa que penetrara lo más íntimo de los tres. Sin embargo, sólo a él Dios se daría a conocer «tan triste», como él decía. Cierta noche, su papá los escuchó sollozar y le preguntó porqué lloraba; el hijo le respondió «Pensaba en Jesús que está tan triste por causa de los pecados que se cometen contra él ». Vive motivado por el único deseo -tan expresivo del modo de pensar de los niños- de «consolar y dar alegría a Jesús».

En su vida, se da una transformación radical; una transformación ciertamente no común en niños de su edad. Se entrega a una vida espiritual intensa, que se traduce en oración asidua y fervorosa, llegando a una verdadera forma de unión mística con el Señor. Eso mismo lo lleva a una progresiva purificación del espíritu mediante la renuncia y a los propios gustos y hasta a los juegos inocentes de niños.

Soportó los grandes sufrimientos de la enfermedad que lo llevó a la muerte, sin nunca lamentarse. Todo le parecía poco para consolar a Jesús; murió con una sonrisa en los labios. Grande era, en el pequeño Francisco, el deseo de reparar las ofensas de los pecadores, esforzándose por ser bueno y ofreciendo y oración. Y Jacinta su hermana, casi dos años más joven que él, vivía animada por los mismos sentimientos.

[...]

El mensaje de Fátima es un llamado a la conversión. [...] La meta última del hombre es el Cielo, su verdadera casa donde el Padre Celeste, en su amor misericordioso, por todos espera.

Dios no quiere que nadie se pierda, por eso hace dos mil años mandó a la tierra a su hijo «buscar y salvar lo que estaba perdido» (Lc 19, 10). Y Él nos ha salvado con su muerte en la cruz; ¡que nadie torne vana esa Cruz! Jesús murió y resucitó para ser «el primogénito de muchos hermanos» (Rom 8, 29).

En su solicitud materna, La Santísima Virgen vino aquí, a Fátima, pedir a pedir a los hombres «no ofender más a Dios nuestro Señor, que ya está muy ofendido». Es el dolor de la Madre que la hace hablar; está en juego la suerte de sus hijos. Por eso, decía a los pastorcillos: «Rezad, rezad mucho y haced sacrificio por los pecadores, que muchas lamas van al infierno por no haber quién se sacrifique y pida por ellos».

La pequeña Jacinta sintió y vivió como propia esa aflicción de Nuestra Señora, ofreciéndose heroicamente como víctima por los pecadores. Un día - ya ella y Francisco habían contraído la enfermedad que os obligaba a estar en cama - la Virgen María vino a visitarlos a su casa, como cuenta la pequeña: «Nuestra Señora vino a vernos y dijo que viene a llevar a Francisco muy pronto al Cielo. Y a mí me preguntó si todavía quería más pecadores. Y le dije que sí». Y, al acercarse el momento de la partida de Francisco, Jacinta le recomienda: «Dale muchos saludos míos a Nuestro Señor y a Nuestra Señora, diles que sufro tanto como ellos quieran para convertir a los pecadores». Jacinta quedará tan impresionada con la visión del infierno durante la aparición del 13 de julio, que ninguna mortificación y penitencia era de más para salvar a los pecadores.

Bien podía ella exclamar con San Pablo : «Me alegro de sufrir por vosotros y completo en mi misma lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en beneficio de su cuerpo, que es la Iglesia» (Col 1, 24). [...]

Aquí en Fátima, donde fueron vaticinados estos tiempos de tribulación pidiendo Nuestra Señora oración y penitencia para abreviarlos, quiero hoy dar gracias al Cielo por la fuerza del testimonio que se ha manifestado en todas aquellas vidas y deseo una vez más celebrar la bondad del Señor para conmigo, cuando, duramente herido aquel 13 de Mayo de 1981, fui salvado de la muerte. Expreso mi gratitud también a la beata Jacinta por los sacrificios u oraciones ofrecidas por el Santo Padre, que ella había visto en gran sufrimiento.

«Yo te bendigo, oh Padre, porque revelaste esas verdades a los pequeños. La alabanza de Jesús toma hoy la forma solemne de la beatificación de los pastorcillos Francisco y Jacinta. La Iglesia quiere, con este rito, poner sobre el candelabro estas dos velas que Dios encendió para iluminar a la humanidad en sus horas sombrías e inquietas. Brille ellas sobre el camino de esta multitud inmensa de peregrinos .

Mi última palabra es para los niños: Queridos niños y niñas, veo muchos de vosotros vestidos como Francisco y Jacinta. ¡Os cae muy bien! Pero, luego mañana, dejaréis esas ropas y... se acabarán los pastorcillos. ¡No deberían acabar ¿No es cierto?! Es que Nuestra Señora necesita mucho de todos vosotros, para consolar a Jesús, triste con las tonteras que se hacen; necesita de vuestras oraciones y sacrificios por los pecadores.

Pedid a vuestros padres y educadores que os inscriban en la «escuela» de Nuestra Señora, para que Ella os enseñe a ser como los pastorcillos, que buscaban ser todo lo que Nuestra Señora les pedía. Os digo que «se avanza más en poco tiempo de sumisión y dependencia de María, que durante años enteros de iniciativas personales apoyadas en sí mismos (S. Luis de Montfort, Tratado de la Verdadera Devoción a la SS.ma Virgen, nº 155). Fue así que los pastorcillos se volvieron santos de prisa. Una mujer que acogiera a Jacinta en Lisboa, al escuchar tan buenos y acertados consejos que la pequeña le daba, le preguntó quién los enseñaba. «Fue Nuestra Señora» - respondió. Entregándose con total generosidad a la dirección de tan bondadosa Maestra, Jacinta y Francisco subieron en poco tiempo a las cumbres de la perfección.

«Yo te bendigo, oh Padre, porque escondiste estas verdades a los sabios e inteligentes, y la revelaste a los pequeños».

Yo Te bendigo, oh Padre, por todos tus pequeños, comenzando por la Virgen María, tu humilde Sierva, hasta los pastorcillos Francisco e Jacinta.

¡Que el mensaje de sus vidas permanezca siempre viva para iluminar el camino de la humanidad! 

SOR LUCÍA DE FÁTIMA, VIDENTE DE LOS TRES PASTORCITOS

Autor: corazones.org | Fuente: corazones.org
Sor Lucía de Fátima
Sor Lucía, la última superviviente de los tres pastorcitos a quienes la Virgen María se les apareció en Fátima, Portugal
 
Sor Lucía de Fátima
Sor Lucía de Fátima
Sor Lucía, la última superviviente de los tres pastorcitos a quienes la Virgen María se les apareció en Fátima, Portugal

Su vida

Lucía nació el 22 de marzo de 1907 en Aljustrel, aldea de Fátima, y allí, cuando tenía diez años, vio por primera vez a la Virgen en la Cova de Iría, mientras estaba con sus primos los hermanos beatos Francisco y Jacinta Martos, ambos fallecidos a temprana edad.

Lucía entró en 1921 en el colegio de las Hermanas Doroteas en la localidad de Vilar, cerca de Oporto, desde donde se trasladó en 1928 a la ciudad española de Tuy, donde vivió algunos años. En 1946 regresó Portugal y, dos años después, entró en el Carmelo de Santa Teresa de Coimbra, donde profesó como carmelita descalza, en 1949.

La Virgen dijo a Francisco y Jacinta que pronto irian al cielo pero Lucia debía quedar en la tierra para propagar sus mensajes. Así ocurrió. El Papa beatificó a Francisco y Jacinta Marto durante el año jubilar, 200, en Cova de Iría, en el santuario de las apariciones. Estábamos presentes unas 700 mil personas en uno de los días mas fríos registrados en el lugar. Allí estaba, junto al Papa, Sor Lucia.

Sor Lucía escribió dos volúmenes con sus "Memorias" y los "Llamamientos del Mensaje de Fátima".

Murió el 13 de Febrero del 2005, durante la novena de los beatos Francisco y Jacinta, en su querido Carmelo, donde muchos creen que aun era visitada por la Virgen y donde también el Papa Juan Pablo II la visitó.

Entrevista con Sor Lucía
8 Marzo, 1998


COIMBRA, 8 mar 98 (ZENIT).- La revista mensual católica portuguesa «Christus» editada en Lisboa por el grupo editorial «Semanario», publicó en el número correspondiente al 3 de marzo 98, la primera entrevista que ha concedido en su vida la hermana Lucía, única superviviente de los tres niños videntes a quienes se apareció la Virgen en Fátima en 1917. Sor Lucía cumplirá 91 años el próximo 28 de marzo. Ella se encuentra, en el convento de las madres Carmelitas de Coimbra, desde hace casi medio siglo y ha dialogado con los cardenales Antony Padiyara de la India y Ricardo Vidal, de las Islas Filipinas.

La conversión de Rusia

En la entrevista que concedió la religiosa portuguesa no podía faltar una alusión explícita a Rusia, su consagración a Dios y su conversión. Sor Lucía no ocultó un dato curioso. Cuando la Santísima Virgen les pidió a los tres pastorcitos rezar por esta intención, ni ella sabía lo que era Rusia: «Nosotros pensábamos que era una mujer muy mala». Con el paso del tiempo, Sor Lucía llegaría a conocer en toda su crudeza la dramática historia de este pueblo. Ella misma ha sobrevivido al comunismo y ha podido presenciar la disolución del bloque soviético. ¿No podría interpretarse este hecho como un signo de la conversión de Rusia? A este respecto, Sor Lucía hizo referencia a aquel hombre en Rusia que «sin saberlo fue un instrumento de Dios para la conversión».
-¿Gorbachov?
-Sí.

El tercer secreto

Muchas personas asocian la aparición de la Virgen en Fátima con el enigma del tercer secreto. A la pregunta de si el secreto tenía que ver con el Concilio Vaticano, la religiosa se limitó a responder: «No puedo contestar». Y el tercer secreto, ¿no estará en el Apocalipsis? Sor Lucía aclaró: «Nuestra Señora no dijo que estuviera en el Apocalipsis». Pero si ella no quiere dar a conocer el tercer secreto de Fátima, ¿no podría hacerlo el Papa? La hermana se permitió responder con toda sencillez que el Papa puede revelarlo si quiere, «pero yo le aconsejo que no lo revele. Si él decide hacerlo, le aconsejo que tenga mucha prudencia».
No se resistieron a preguntarle si continúa teniendo apariciones de Nuestra Señora. A lo que respondió: «Qué curiosos... No puedo decirlo».

El infierno

La Virgen también habló del infierno, un tema que antes obsesionaba y ahora brilla por su ausencia. Sin embargo, las palabras de Sor Lucía fueron claras: «El infierno es una realidad. Es un fuego sobrenatural y no físico, y no puede ser comparado al fuego que arde, de madera o de carbón».
Asimismo ofreció un consejo a los sacerdotes acerca de este tema: «Continúen predicando sobre el infierno porque Nuestro Señor mismo habló del infierno y está en las Sagradas Escrituras. Dios no condena a nadie al infierno. Dios dio a los hombres la libertad de escoger, y Dios respeta esa libertad humana».

Ateísmo y materialismo

Sor Lucía reconoce que «el ateísmo es todavía el mayor instrumento utilizado por el demonio en nuestros días, porque es un grave pecado contra Dios, que niega su propia existencia dando paso a la práctica de toda una variedad de actos diabólicos como el aborto».
«Como terminó el comunismo, ahora sigue el materialismo. Antes las personas no podían comprar nada. El materialismo es muy malo...Las personas deberían desear más las cosas de Dios y no querer antes las cosas materiales».

Mensaje final

Los cardenales le preguntaron si ella querría ofrecer alguna idea particular para concluir, algún mensaje para este mundo confuso de hoy. A lo que respondió sin dudar: «Quien no está con el Papa no está con Dios; y quien quiera estar con Dios tiene que estar con el Papa».

Sor Lucía Dos Santos, falleció el día 13 de febrero, domingo, a los 97 años de edad. Su tránsito a la Casa del Padre ocurrió un día 13, como el que en mayo de 1917 marcó su histórico encuentro con la Virgen

Abierto proceso de beatificación de Sor Lucía, publicarán obra inédita

El Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, Cardenal José Saraiva Martins, anunció este miércoles (13 febrero 2008) en Coimbra, en su natal Portugal, que el Papa Benedicto XVI ha autorizado la apertura de la causa de beatificación de Sor Lucía, la vidente de Fátima; y reveló que la religiosa ha dejado una serie de importantes escritos inéditos.

"Desde la muerte de Sor Lucía ha sido evidente cuanto se había difundido en Portugal, y también en el resto del mundo, la fama de santidad de esta humilde religiosa", dijo el Cardenal Saraiva, al explicar la decisión del Pontífice de suspender la norma que requiere el transcurso de cinco años para iniciar cualquier proceso de beatificación.

El Purpurado hizo el anuncio durante una ceremonia celebrada en Coimbra con motivo del tercer aniversario de la muerte de la religiosa carmelita.

El Papa autorizó la apertura de la causa el 17 de diciembre, pero pidió al Cardenal portugués que fuese él, como Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos quien diese la noticia.

Los dos primos de Lucía y también videntes de Fátima, Francisco y Jacinta Marto fueron beatificados el 13 de mayo de 2000 por el Papa Juan Pablo II.

El Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos recordó que en la última década sólo se han producido dos casos en los que se ha derogado la norma de esperar cinco años: la Beata Teresa de Calcuta y el Papa Juan Pablo II. VATICANO, 14 Feb. 08 / 08:52 am (ACI)

LAS APARICIONES DE FÁTIMA A LOS TRES PASTORCITOS



Autor: Pedro María Reyes Vizcaíno | Fuente: Catholic.net 
Las apariciones de Fátima
Éste es el mensaje perenne de Fátima: la oración y la conversión


Pocos lugares en el orbe católico despiertan tantos sentimientos de gratitud a la protección maternal de la Virgen como Fátima.

En Fátima ocurrieron en 1917 unos acontecimientos sobrenaturales que estarían llamados a cambiar el mundo. Fátima: a principios del siglo XX era un lugar desconocido incluso para la mayoría de los portugueses, ahora su nombre resuena en el mundo. Unos pastorcillos, apenas unos niños, fueron favorecidos por experiencias místicas inauditas. No sabían leer ni tenían esperanzas siquiera de ir a la escuela, pero la Virgen les confió secretos que transformaron las relaciones internacionales. Varios Papas, Cardenales y Obispos de todo el mundo, y sobre todo millones de fieles sencillos de todas las condiciones han peregrinado al Santuario erigido en un paraje que en 1917 no era más que un barrizal impracticable. Entonces era un lugar inaccesible salvo para carretas, pero ahora una cómoda autopista lleva rápidamente a Lisboa y Oporto.


Las apariciones de Fátima

En 1917 Europa estaba en guerra. Portugal era uno de los países beligerantes en el lado de los Aliados, y el descontento en la población era grande. Casi no había familia que no tuviera a algún hijo o sobrino batallando en las trincheras de un país lejano en una guerra que casi nadie comprendía. 

Fátima es el nombre de una parroquia perteneciente al término municipal de Ourem, en el distrito de Santarem, a unos 120 kilómetros al norte de Lisboa. En Portugal la parroquia (o fegresia) no es sólo una demarcación eclesiástica, sino también civil. Generalmente los límites de las parroquias civiles coinciden con las parroquias eclesiásticas. En el término de la parroquia muchas veces la población se agrupa en varias localidades o pequeños caseríos de apenas unas decenas de habitantes. En uno de ellos, Aljustrel, a apenas dos kilómetros de la aldea de Fátima, vivían los hermanos Jacinta y Francisco Marto y su prima, Lucia dos Santos. Desde muy niños salían al campo con el rebaño de ovejas de la familia.

En una de esas salidas llevaron las ovejas a pastar a Cova de Iria, un paraje deshabitado a unos tres kilómetros de Aljustrel y otros tres de Fátima. Era el 13 de mayo de 1917. Allí se les apareció la Virgen, y les pidió que volvieran a aquel lugar durante otros cinco meses hasta octubre los días trece. La Virgen se posó en una encina.

No era su primera visión de lo alto: desde la primavera de1916 se les apareció por tres veces un ser con figura humana. En la primera aparición les enseñó una oración de reparación y les dijo que era el ángel de la paz. En la segunda aparición les dijo quién era: se trataba del Ángel de Portugal. En la última les mostró un Cáliz una Sagrada Forma que se sostenían en el aire. Después de adorar al Señor con los niños y enseñarles una oración les dio la Comunión.
Los niños no comunicaron a nadie la visión del ángel salvo en sus conversaciones entre ellos -Francisco y Jacinta fueron capaces de guardar el secreto hasta su muerte-, pero la visión de Nuestra Señora era algo distinto: esa misma noche Jacinta la contó en su casa. Inmediatamente la noticia se difundió por Aljustrel y otros caseríos cercanos.

El 13 de junio ya se congregaron unas decenas de personas. Vieron señales milagrosas, aunque no vieron ni escucharon nada salvo las palabras que Lucia dirigía a la Virgen. El 13 de julio eran cientos de peregrinos, y la noticia se difundió por todo el distrito, hasta el punto de que las autoridades se alarmaron. Pocos años antes se había instaurado en Portugal una república de marcado corte laicista y había promulgado leyes restrictivas del culto católico. El alcalde de Ourem decidió cortar por lo sano esta explosión de devoción popular en un lugar prohibido para el culto (el campo) que llevaba a la gente a cometer el delito de rezar junto a una encina. El 13 de agosto, por lo tanto, detuvo a los niños y los mantuvo a buen recaudo todo el día. La gente se congregó en Cova de Iria, fueron testigos de las mismas señales de lo alto que se vieron los meses anteriores, pero los niños no estaban y nadie vio a la Virgen.

La Virgen sin embargo, volvió a visitarles el 19 de agosto, esta vez en Valinhos, un cruce de caminos a unos trescientos metros de Aljustrel al que a veces llevaban el rebaño.

En septiembre la Virgen se volvió a aparecer el día 13 ante miles de fieles. El 13 de octubre había quizá 70.000 personas reunidas en Cova de Iria. Todo Portugal para entonces había oído hablar de los sucesos de Fátima. Los grandes periódicos de Lisboa llevaron enviados especiales y fotógrafos a Cova de Iria. Todos ellos contemplaron el milagro que hizo la Virgen: al terminar la visión, el sol comenzó a danzar en el cielo de Cova de Iria, se volvía de varios colores, giraba sobre sí mismo y se desplazaba mientras que la gente lo miraba sin que les hiciera daño a los ojos.



El mensaje de Fátima

La Virgen les confió secretos del Cielo a los niños. En Fátima la Virgen pidió a la humanidad que se convirtiera de sus pecados. Predijo a los niños grandes guerras y sufrimientos si los hombres no se arrepienten, y de modo especial anunció que Rusia difundiría errores por muchas naciones provocando guerras y persecuciones contra la Iglesia.

En la aparición de julio la Virgen les reveló un secreto. El secreto fue revelado por la vidente Lucia y por la Santa Sede en tres momentos, por lo que se habla de las tres partes del secreto de Fátima. La tercera parte del secreto de Fátima fue dada a conocer el año 2000. La primera de las partes es la visión del infierno; las otras dos son anuncios de futuro, como la predicción acerca de Rusia y el anuncio de la Segunda Guerra Mundial, así como la advertencia acerca de las futuras persecuciones. Pero es un mensaje de esperanza, por eso la Virgen concluye: “Pero finalmente mi Corazón Inmaculado triunfará, Rusia será consagrada y se convertirá, y un tiempo de paz será dado al mundo”.

Pero sobre todo el mensaje de Fátima es de oración. En la segunda aparición, Nuestra Señora le dice a los pastorcillos que Jesús quiere establecer en el mundo la devoción al Corazón Inmaculado de María. Pide también en todas las apariciones que se rece el Rosario.

Pero el propósito de la Virgen no es la satisfacción de nuestra curiosidad, sino la gloria del Señor y la salvación de las almas. Éste es el mensaje perenne de Fátima, la oración y la conversión: las guerras pasan, los gobiernos de las naciones vienen y van, pero la necesidad de la conversión personal es permanente.

ESTAMPA CON ORACIÓN A NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA - 13 DE MAYO


ORACIONES Y JACULATORIAS ENSEÑADAS A LOS VIDENTES DE FÁTIMA


ORACIONES Y JACULATORIAS 
ENSEÑADAS A LOS VIDENTES DE FÁTIMA

ORACIÓN PARA OFRECER SACRIFICIOS

¡Oh Jesús, te ofrezco este sacrificio por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados que tanto ofenden al Inmaculado Corazón de María!


ORACIONES ENSEÑADAS POR EL ANGEL

¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman! (Tres veces).

Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que El es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.

(Los niños rezaban estas dos oraciones de rodillas y con la frente inclinada hacia el suelo)


A RECITAR DURANTE EL ROSARIO

¡Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas y socorre principalmente a las más necesitadas! (Se dice al fin de cada decena, después del Gloria.)


JACULATORIAS

¡Dios mío, te amo en agradecimiento a las gracias que me has concedido!

¡Oh, Jesús, te amo!... ¡Dulce Corazón de María, se la salvación mía!


lunes, 12 de mayo de 2014

NUESTRA SEÑORA DE FÁTIMA, ADVOCACIÓN MARIANA, 13 DE MAYO



Autor: . | Fuente: Cristiandad.org
Nuestra Señora de Fátima
Advocación Mariana, 13 de mayo

Nuestra Señora de Fátima
La Santísima Virgen María 
se manifestó a tres niños campesinos

En 1917, en el momento de las apariciones, Fátima era una ciudad desconocida de 2.500 habitantes, situada a 800 metros de altura y a 130 kilómetros al norte de Lisboa, casi en el centro de Portugal. Hoy Fátima es famosa en todo el mundo y su santuario lo visitan innumerables devotos. 

Allí, la Virgen se manifestó a niños de corta edad: Lucía, de diez años, Francisco, su primo, de nueve años, un jovencito tranquilo y reflexivo, y Jacinta, hermana menor de Francisco, muy vivaz y afectuosa. Tres niños campesinos muy normales, que no sabían ni leer ni escribir, acostumbrados a llevar a pastar a las ovejas todos los días. Niños buenos, equilibrados, serenos, valientes, con familias atentas y premurosas. 

Los tres habían recibido en casa una primera instrucción religiosa, pero sólo Lucía había hecho ya la primera comunión. 

Las apariciones estuvieron precedidas por un "preludio angélico": un episodio amable, ciertamente destinado a preparar a los pequeños para lo que vendría. 

Lucía misma, en el libro Lucia racconta Fátima (Editrice Queriniana, Brescia 1977 y 1987) relató el orden de los hechos, que al comienzo sólo la tuvieron a ella como testigo. Era la primavera de 1915, dos años antes de las apariciones, y Lucía estaba en el campo junto a tres amigas. Y esta fue la primera manifestación del ángel: 

Sería más o menos mediodía, cuando estábamos tomando la merienda. Luego, invité a mis compañeras a recitar conmigo el rosario, cosa que aceptaron gustosas. Habíamos apenas comenzado, cuando vimos ante nosotros, como suspendida en el aire, sobre el bosque, una figura, como una estatua de nieve, que los rayos del sol hacían un poco transparente. "¿Qué es eso?", preguntaron mis compañeras, un poco atemorizadas. "No lo sé". Continuamos nuestra oración, siempre con los ojos fijos en aquella figura, que desapareció justo cuando terminábamos (ibíd., p. 45). 

El hecho se repitió tres veces, siempre, más o menos, en los mismos términos, entre 1915 y 1916. 

Llegó 1917, y Francisco y Jacinta obtuvieron de sus padres el permiso de llevar también ellos ovejas a pastar; así cada mañana los tres primos se encontraban con su pequeño rebaño y pasaban el día juntos en campo abierto. Una mañana fueron sorprendidos por una ligera lluvia, y para no mojarse se refugiaron en una gruta que se encontraba en medio de un olivar. Allí comieron, recitaron el rosario y se quedaron a jugar hasta que salió de nuevo el sol. Con las palabras de Lucía, los hechos sucedieron así: 

... Entonces un viento fuerte sacudió los árboles y nos hizo levantar los ojos... Vimos entonces que sobre el olivar venía hacia nosotros aquella figura de la que ya he hablado. Jacinta y Francisco no la habían visto nunca y yo no les había hablado de ella. A medida que se acercaba, podíamos ver sus rasgos: era un joven de catorce o quince años, más blanco que si fuera de nieve, el sol lo hacía transparente como de cristal, y era de una gran belleza. Al llegar junto a nosotros dijo: "No tengan miedo. Soy el ángel de la paz. Oren conmigo". Y arrodillado en la tierra, inclinó la cabeza hasta el suelo y nos hizo repetir tres veces estas palabras: "Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman". Luego, levantándose, dijo: "Oren así. Los corazones de Jesús y María están atentos a la voz de sus súplicas". Sus palabras se grabaron de tal manera en nuestro espíritu, que jamás las olvidamos y, desde entonces, pasábamos largos períodos de tiempo prosternados, repitiéndolas hasta el cansancio (ibíd, p. 47). 

En el prefacio al libro de Lucía, el padre Antonio María Martins anota con mucha razón que la oración del ángel "es de una densidad teológica tal" que no pudo haber sido inventada por unos niños carentes de instrucción. "Ha sido ciertamente enseñada por un mensajero del Altísimo", continúa el estudioso. "Expresa actos de fe, adoración, esperanza y amor a Dios Uno y Trino". 

Durante el verano el ángel se presentó una vez más a los niños, invitándolos a ofrecer sacrificios al Señor por la conversión de los pecadores y explicándoles que era el ángel custodio de su patria, Portugal. 

Pasó el tiempo y los tres niños fueron de nuevo a orar a la gruta donde por primera vez habían visto al ángel. De rodillas, con la cara hacia la tierra, los pequeños repiten la oración que se les enseñó, cuando sucede algo que llama su atención: una luz desconocida brilla sobre ellos. Lucía lo cuenta así: 

Nos levantamos para ver qué sucedía, y vimos al ángel, que tenía en la mano izquierda un cáliz, sobre el que estaba suspendida la hostia, de la que caían algunas gotas de sangre adentro del cáliz. 

El ángel dejó suspendido el cáliz en el aire, se acercó a nosotros y nos hizo repetir tres veces: "Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te ofrezco el preciosísimo cuerpo, sangre, alma y divinidad de Jesucristo...". Luego se levantó, tomó en sus manos el cáliz y la hostia; me dio la hostia santa y el cáliz lo repartió entre Jacinta y Francisco... (ibíd., p. 48). 

El ángel no volvió más: su tarea había sido evidentemente la de preparar a los niños para los hechos grandiosos que les esperaban y que tuvieron inicio en la primavera de 1917, cuarto año de la guerra, que vio también la revolución bolchevique. 

El 13 de mayo era domingo anterior a la Ascensión. Lucía, Jacinta y Francisco habían ido con sus padres a misa, luego habían reunido sus ovejas y se habían dirigido a Cova da Iria, un pequeño valle a casi tres kilómetros de Fátima, donde los padres de Lucía tenían un cortijo con algunas encinas y olivos. 

Aquí, mientras jugaban, fueron asustados por un rayo que surcó el cielo azul: temiendo que estallara un temporal, decidieron volver, pero en el camino de regreso, otro rayo los sorprendió, aún más fulgurante que el primero. Dijo Lucía: 

A los pocos pasos, vimos sobre una encina a una Señora, toda vestida de blanco, más brillante que el sol, que irradiaba una luz más clara e intensa que la de un vaso de cristal lleno de agua cristalina, atravesada por los rayos del sol más ardiente. Sorprendidos por la aparición, nos detuvimos. Estábamos tan cerca que nos vimos dentro de la luz que la rodeaba o que ella difundía. Tal vez a un metro o medio de distancia, más o menos... (ibíd., p. 118). 

La Señora habló con voz amable y pidió a los niños que no tuvieran miedo, porque no les haría ningún daño. Luego los invitó a venir al mismo sitio durante seis meses consecutivos, el día 13 a la misma hora, y antes de desaparecer elevándose hacia Oriente añadió: "Reciten la corona todos los días para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra". 

Los tres habían visto a la Señora, pero sólo Lucía había hablado con ella; Jacinta había escuchado todo, pero Francisco había oído sólo la voz de Lucía. 

Lucía precisó después que las apariciones de la Virgen no infundían miedo o temor, sino sólo "sorpresa": se habían asustado más con la visión del ángel. 

En casa, naturalmente, no les creyeron y, al contrario, fueron tomados por mentirosos; así que prefirieron no hablar más de lo que habían visto y esperaron con ansia, pero con el corazón lleno de alegría, que llegara el 13 de junio. 

Ese día los pequeños llegaron a la encina acompañados de una cincuentena de curiosos. La aparición se repitió y la Señora renovó la invitación a volver al mes siguiente y a orar mucho. Les anunció que se llevaría pronto al cielo a Jacinta y Francisco, mientras Lucía se quedaría para hacer conocer y amar su Corazón Inmaculado. A Lucía, que le preguntaba si de verdad se quedaría sola, la Virgen respondió: "No te desanimes. Yo nunca te dejaré. Mi Corazón Inmaculado será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios". Luego escribió Lucía en su libro: 

En el instante en que dijo estas últimas palabras, abrió las manos y nos comunicó el reflejo de aquella luz inmensa. En ella nos veíamos como inmersos en Dios. Jacinta y Francisco parecían estar en la parte de la luz que se elevaba al cielo y yo en la que se difundía sobre la tierra. En la palma de la mano derecha de la Virgen había un corazón rodeado de espinas, que parecían clavarse en él. Comprendimos que era el Corazón Inmaculado de María, ultrajado por los pecados de la humanidad, y que pedía reparación (ibíd., p. 121). 

Cuando la Virgen desapareció hacia Oriente, todos los presentes notaron que las hojas de las encinas se habían doblado en esa dirección; también habían visto el reflejo de la luz que irradiaba la Virgen sobre el rostro de los videntes y cómo los transfiguraba. 

El hecho no pudo ser ignorado: en el pueblo no se hablaba de otra cosa, naturalmente, con una mezcla de maravilla e incredulidad. 

La mañana del 13 de julio, cuando los tres niños llegaron a Cova da Iria, encontraron que los esperaban al menos dos mil personas. La Virgen se apareció a mediodía y repitió su invitación a la penitencia y a la oración. Solicitada por sus padres, Lucía tuvo el valor de preguntarle a la Señora quién era; y se atrevió a pedirle que hiciera un milagro que todos pudieran ver. Y la Señora prometió que en octubre diría quién era y lo que quería y añadió que haría un milagro que todos pudieran ver y que los haría creer. 

Antes de alejarse, la Virgen mostró a los niños los horrores del infierno (esto, sin embargo, se supo muchos años después, en 1941, cuando Lucía, por orden de sus superiores escribió las memorias recogidas en el libro ya citado. En ese momento, Lucía y sus primos no hablaron de esta visión en cuanto hacía parte de los secretos confiados a ellos por la Virgen, cuya tercera parte aún se ignora) y dijo que la guerra estaba por terminar, pero que si los hombres no llegaban a ofender a Dios, bajo el pontificado de Pío XII estallaría una peor. 

Cuando vean una noche iluminada por una luz desconocida, sabrán que es el gran signo que Dios les da de que está por castigar al mundo a causa de sus crímenes, por medio de la guerra, del hambre y de la persecución a la Iglesia y al Santo Padre. Para impedirla, quiero pedirles la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado y la comunión reparadora los primeros sábados. Si cumplen mi petición, Rusia se convertirá y vendrá la paz. Si no, se difundirán en el mundo sus horrores, provocando guerras y persecuciones a la Iglesia... Al final, mi Corazón Inmaculado triunfará. El Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y se le concederá al mundo un período de paz... (ibíd., p. 122). 

Después de esta aparición, Lucía fue interrogada de modo muy severo por el alcalde, pero no reveló a ninguno los secretos confiados por la Virgen. 

El 13 de agosto, la multitud en Cova era innumerable: los niños, sin embargo, no llegaron. A mediodía en punto, sobre la encina, todos pudieron ver el relámpago y la pequeña nube luminosa. ¡La Virgen no había faltado a su cita! ¿Qué había sucedido? Los tres pastorcitos habían sido retenidos lejos del lugar de las apariciones por el alcalde, que con el pretexto de acercarlos en auto, los había llevado a otro lado, a la casa comunal, y los había amenazado con tenerlos prisioneros si no le revelaban el secreto. Ellos callaron, y permanecieron encerrados. Al día siguiente hubo un interrogatorio con todas las de la ley, y con otras amenazas, pero todo fue inútil, los niños no abandonaron su silencio. 

Finalmente liberados, los tres pequeños fueron con sus ovejas a Cova da Iria el 19 de agosto, cuando, de repente, la luz del día disminuyó, oyeron el relámpago y la Virgen apareció: pidió a los niños que recitaran el rosario y se sacrificaran para redimir a los pecadores. Pidió también que se construyera una capilla en el lugar. 

Los tres pequeños videntes, profundamente golpeados por la aparición de la Virgen, cambiaron gradualmente de carácter: no más juegos, sino oración y ayuno. Además, para ofrecer un sacrificio al Señor se prepararon con un cordel tres cilicios rudimentarios, que llevaban debajo de los vestidos y los hacían sufrir mucho. Pero estaban felices, porque ofrecían sus sufrimientos por la conversión de los pecadores. 

El 13 de septiembre, Cova estaba atestada de personas arrodilladas en oración: más de veinte mil. A mediodía el sol se veló y la Virgen se apareció acompañada de un globo luminoso: invitó a los niños a orar, a no dormir con los cilicios, y repitió que en octubre se daría un milagro. Todos vieron que una nube cándida cubría a la encina y a los videntes. Luego reapareció el globo y la Virgen desapareció hacia Oriente, acompañada de una lluvia, vista por todos, de pétalos blancos que se desvanecieron antes de tocar tierra. En medio de la enorme emoción general, nadie dudaba que la Virgen en verdad se había aparecido. 

El 13 de octubre es el día del anunciado milagro. En el momento de la aparición se llega a un clima de gran tensión. Llueve desde la tarde anterior. Cova da Iria es un enorme charco, pero no obstante miles de personas pernoctan en el campo abierto para asegurar un buen puesto. 

Justo al mediodía, la Virgen aparece y pide una vez más una capilla y predice que la guerra terminará pronto. Luego alza las manos, y Lucía siente el impulso de gritar que todos miren al sol. Todos vieron entonces que la lluvia cesó de golpe, las nubes se abrieron y el sol se vio girar vertiginosamente sobre sí mismo proyectando haces de luz de todos los colores y en todas direcciones: una maravillosa danza de luz que se repitió tres veces. 

La impresión general, acompañada de enorme estupor y preocupación, era que el sol se había desprendido del cielo y se precipitaba a la tierra. Pero todo vuelve a la normalidad y la gente se da cuenta de que los vestidos, poco antes empapados por el agua, ahora están perfectamente secos. Mientras tanto la Virgen sube lentamente al cielo en la luz solar, y junto a ella los tres pequeños videntes ven a san José con el Niño. 

Sigue un enorme entusiasmo: las 60.000 personas presentes en Cova da Iria tienen un ánimo delirante, muchos se quedan a orar hasta bien entrada la noche. 

Las apariciones se concluyen y los niños retoman su vida de siempre, a pesar de que son asediados por la curiosidad y el interés de un número siempre mayor de personas: la fama de Fátima se difunde por el mundo. 

Entre tanto las predicciones de la Virgen se cumplen: al final de 1918 una epidemia golpea a Fátima y mina el organismo de Francisco y Jacinta. Francisco muere santamente en abril del año siguiente como consecuencia del mal, y Jacinta en 1920, después de muchos sufrimientos y de una dolorosísima operación. 

En 1921, Lucía entra en un convento y en 1928 pronuncia los votos. Será sor María Lucía de Jesús. 

Se sabe que, luego de concluir el ciclo de Fátima, Lucía tuvo otras apariciones de la Virgen (en 1923, 1925 y 1929), que le pidió la devoción de los primeros sábados y la consagración de Rusia. 

En Fátima las peticiones de la Virgen han sido atendidas: ya en 1919 fue erigida por el pueblo una primera modesta capilla. En 1922 se abrió el proceso canónico de las apariciones y el 13 de octubre de 1930 se hizo pública la sentencia de los juicios encargados de valorar los hechos: "Las manifestaciones ocurridas en Cova da Iria son dignas de fe y, en consecuencia, se permite el culto público a la Virgen de Fátima". 

También los papas, de Pío XII a Juan Pablo II, estimaron mucho a Fátima y su mensaje. Movido por una carta de sor Lucía, Pío XII consagraba el mundo al Corazón Inmaculado de María el 31 de octubre de 1942. Pablo VI hizo referencia explícita a Fátima con ocasión de la clausura de la tercera sesión del Concilio Vaticano II. Juan Pablo II fue personalmente a Fátima el 12 de mayo de 1982: en su discurso agradeció a la Madre de Dios por su protección justamente un año antes, cuando se atentó contra su vida en la plaza de San Pedro. 

Con el tiempo, se han construido en Fátima una grandiosa basílica, un hospital y una casa para ejercicios espirituales. Junto a Lourdes, Fátima es uno de los santuarios marianos más importantes y visitados del mundo. 
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